Page 2 of 3
1 2 3

Como un enorme elefante blanco

 Por: Ilka Oliva Corado

 

Lleva apareciendo en mi televisor varias semanas, pero me hago la desentendida y busco películas por otro lugar, es un documental sobre la violencia que vivieron las comunidades indígenas en Guatemala en el tiempo de dictadura. Qué fácil poder cambiar de canal o fingir que una imagen no está en la pantalla de un televisor. Más de 200 mil desaparecidos, dice en letras grandes, pero yo no lo quiero ver, no ahora que estoy relajándome viendo documentales sobre cultura, gastronomía y cualquier otra cosa menos sobre lo que duele. Qué fácil, insisto, poder cambiar de canal y fingir que esa imagen no existe, por lo menos momentáneamente.

Decir, hoy no quiero ver tal cosa, poder elegir. Pero esas miles de familias que vivieron la violencia por parte del Estado en Guatemala no tuvieron opción de nada, fueron masacradas, torturadas, desaparecidas. ¿Cuántos fueron en realidad? Oficialmente acaso 200 mil, pero  cuántos fueron.  ¿A cuántas niñas, adolescentes y mujeres violaron?, ¿cuántas quedaron embarazadas de esa violación?, ¿qué fue de ellas?, ¿qué fue de todas esas familias que salieron al exilio, huyendo? Dejaron en el camino todo, muchas dejaron hijos, cónyuges, padres, hermanos desaparecidos, asesinados. Muchas nunca lograron el retorno y estas personas murieron en el exilio, no solamente lejos de su tierra, pero lejos de la justicia, una justicia que aún no llega.

200 mil, en letras grandes y yo cambio de canal. ¿Cómo le hicieron para sobrevivir todos estos años? Me refiero al dolor, al estigma, a la pérdida, con el delirio, con las ganas de gritar en una sociedad racista, clasista y haragana que se niega  a pronunciar  siquiera la palabra genocidio mucho menos a reconocerlo. A reconocer que en Guatemala hubo crímenes de lesa humanidad. Y el tiempo sigue pasando y la memoria histórica se empolva cada día más, abandonada, solitaria, despojada en el olvido colectivo. Porque nos empeñamos en hablar del presente sin atrevernos a pronunciar los nombres de los desaparecidos, sin hablar de justicia, sin leer de historia, sin devolver lo robado. Sí, sin hacer como sociedad que los que se robaron devuelvan lo que les quitaron a tantas comunidades que hasta el día de hoy siguen peregrinando porque las arrancaron de sus tierras. Tierras que hoy tienen las grandes franquicias de la estafa en contubernio con un Estado opresor, con la misma tiranía de siempre.

Cómo fue la vida de aquellos jóvenes que hoy son abuelos, el hilo emocional que traspasaron a las generaciones de hijos y nietos. Es fácil olvidar lo que nos cuestiona y encara como sociedad, tan fácil como cambiar de canal en un televisor. Pretender es lo más común, fingir que nada pasó, que otros fueron los culpables y que lo mejor será borrón y cuenta nueva. ¿Y los niños que desapareció el Estado en los tiempos de dictadura? ¿Cómo han vivido todos estos años, qué fue de ellos, de sus familias de sangre? La ausencia, el vacío, la búsqueda, la frustración, el dolor, la insistencia o la resignación. 200 mil, por decir un número pero, ¿y las fosas clandestinas? ¿Los que andan hoy en los 40 años viviendo en algún lugar del mundo con un apellido distinto, en otras familias, tendrán pesadillas o les habla el inconsciente acerca de un pasado en otro lugar, con otras personas? ¿Y los padres que perdieron a sus hijos?, ¿cómo vivieron todos estos años? ¿Los que sobrevivieron a las torturas? 200 mil, y cambio de canal.

Y la justicia ausente y la impunidad perversa. Retrocedemos en cada elección presidencial, siempre le apostamos al más ruin porque nos representa a cabalidad, al más machista, al más racista, al más clasista, al más pedante, al más estafador y lo aplaudimos porque es un espejo donde nos reflejamos. Porque no nos importa lo que les pasó a los otros, lo que viven los otros: los ultrajados, empobrecidos, excluidos que obligamos a emigrar. 200 mil hace 40 años pero vemos que hoy en día, grupos armados  que son enviados por las oligarquías se roban las tierras de poblaciones completas, entran a comunidades y les queman sus casas, sus siembras y los sacan de sus tierras como en los tiempos de aquella otra dictadura y no miramos pero ni soslayo para allá. Mejor cambiamos de canal, de página, de red social. Porque es mejor fingir, no ver, no saber, que hacer algo al respecto.

Por eso hundimos cada día más a Guatemala, porque permitimos con nuestra pasividad y desmemoria que los ruines hagan y deshagan con los más vulnerados. Podremos cambiar de canal, no ver documentales, no leer los libros que cuentan los testimonios o verlos, leerlos y ya cambiar de hoja, ignorar a los sobrevivientes aunque vivan en la casa siguiente, o limpien nuestras casas,  encerrarnos en nuestra pequeña y mísera burbuja de comodidad pero eso no elimina la realidad ni el pasado; estamos caminando sobre huesos de masacrados en las innumerables fosas clandestinas que hay a lo largo y ancho del país. Y esos huesos hablan, son la memoria histórica que aunque nos neguemos a ocultar está ahí como un enorme elefante blanco.

Y muy a pesar nuestro, de nuestra desidia, de cuando en cuando se producen encuentros entre familiares que la dictadura separó, muchos cuando apenas eran unos niños. Cada abrazo entre hermanos, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos que tenían 40 años de no verse, de darse por muertos, es un triunfo de la vida ante la opresión, ante la injusticia, ante la desmemoria colectiva. Cada encuentro es  un botón  de la esperanza que nos dice que no importa qué tan poderosa sea la impunidad, siempre la honra de la vida florecerá.

Así nos lo mostró el reciente reencuentro entre las hermanas Teresa Pérez Ramos  y Teresa Pérez Rodríguez que después de 38 años separadas se volvieron a ver. La señora Teresa Pérez Rodríguez desapareció durante la dictadura cuando apenas tenía 9 años. El reencuentro se produjo en el departamento del Quiché, en el municipio de Chajul el 5 de agosto de 2020. El departamento de Quiché fue uno con los que más se ensañó el Estado en tiempos de dictadura, la mayor parte de su población es indígena. Este reencuentro debería tener a Guatemala entera brincando de felicidad.

Fuente e imagen: https://cronicasdeunainquilina.com

Comparte este contenido:

México: Autoridades “tienen una enorme deuda con las familias de los desaparecidos”: colectivos en Michoacán

“Las autoridades de varios estados del país tienen una enorme deuda con las familias de los desaparecidos porque hemos vivido décadas de simulación y humillaciones”, aseguró Mercedes Ruiz, integrante de Familiares Caminando por Justicia, al denunciar la falta de voluntad política para atender las desapariciones en Michoacán.

Ruiz denunció que ni los familiares de las víctimas ni las organizaciones defensoras de los derechos en Michoacán participaron en la elaboración del registro histórico de desaparecidos, a pesar de que el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, haya informado lo contrario.

Explicó que desde hace más de un año las familias y organizaciones de Michoacán han solicitado un acercamiento con Alejando Encinas y con la Comisión Nación de Derechos Humanos (CNDH), pero no los han recibido. “Incluso pedimos su participación en la caravana de búsqueda de mayo de 2019 y no se presentaron. Falta más atención y darnos oportunidad de participar, porque nadie más que nosotros sabemos lo que significa perder un hijo, un hermano o un padre”, agregó Ruiz.

“Lo único que han sabido decir es que no hay nada nuevo sobre el caso, cuando sabían perfectamente que no habían hecho nada”, denunció la activista.

Señaló que en Michoacán hay documentados al menos 300 casos de desaparición, en los que estuvieron involucradas autoridades de las tres órdenes de gobierno y el crimen organizado.

Finalmente, indicó que es necesario que la CNDH y la Secretaría de Gobernación transparenten la metodología que utilizaron en el registro histórico para asegurar que hay 73 mil 201 personas desaparecidas, casi todas a partir de 2006.

 

Fuente e imagen:   https://desinformemonos.org/autoridades-tienen-una-enorme-deuda-con-las-familias-de-los-desaparecidos-colectivos-en-michoacan/

Comparte este contenido:

México: Evo Morales se suma a exigencia de justicia para Victor Yodo, luchador social desaparecido por el Ejército

América/México/15/07/2020/Fuente: istmopress.com.mx

 

Evo Morales, exiliado presidente de Bolivia, se sumó a la campaña “Los desaparecidos nos faltan a todos” con la fotografía de Víctor “Yodo” Pineda Henestrosa, líder social del Istmo detenido-desaparecido hace 42 años a manos del Ejército mexicano. Familiares y amigos recordaron que el 11 de julio de 1978, a pleno día y con testigos, elementos del 11 Batallón del ejército mexicano detuvieron y desaparecieron al profesor Victor Yodo. La familia Pineda Santiago realiza anualmente actos conmemorativos, pero este año por la emergencia sanitaria no convocó al acto político-cultural y realizó acciones conmemorativas de forma virtual. “Lo anterior, no significa que no mantengamos viva la memoria, y este año Evo Morales se suma a la exigencia por la presentación con vida de las y los desaparecidos políticos”. El caso sigue en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cabe recordar que en 1978, después de la desaparición forzada del entonces promotor agrario Víctor “Yodo” Pineda Henestrosa, una demanda de amparo impidió que se eligieran autoridades agrarias en Juchitán y sus anexos. Cuarenta años después se resolvió que los que interpusieron el amparo no tenían la razón y se les negó el amparo y protección de la Justicia federal. Mientras, las empresas eólicas acapararon gran parte de los Bienes Comunales de Juchitán.

Mensaje de Irma Pineda. Más información: Se cumplen 42 años de la desaparición forzada del luchador social Víctor Yodo en Juchitán

Fuente e imagen: http://www.istmopress.com.mx/istmo/se-cumplen-42-anos-de-la-desaparicion-forzada-del-luchador-social-victor-yodo-en-juchitan/

Comparte este contenido:

México: Brutal represión a estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumactzá

América del Norte/México/01-11-2019/Autor(a) y Fuente: Colaboradores de OVE

Por: Otras Voces en Educación

Desde el 26 de Octubre las y los estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumactzá de la  ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, han salido a las calles a compartir volantes informativos en una importante vía de la Ciudad en protesta al incumplimiento del gobierno en turno a las necesidades básicas que presentan ellos y su institución educativa, “[…] hemos venido atravesando diferentes problemáticas desde tiempo atrás y ante tales exigencias no vemos ninguna solución por parte de la llamada 4ª T en Chiapas”, argumentan.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

“Abrazos y no balazos”, es el lema del Presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, aunque en Chiapas gobernado por Rutilio Escandón Cadenas, ha omitido esta consigna y ha mando desde el 27 de octubre a disparar con gases lacrimógenos a los y las estudiantes de esta institución formadoras de maestros, convirtiendo estos hechos en balazos y no abrazos, represión y no solución.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

Los y las estudiantes normalistas rurales exigen “el mejoramiento de las Escuelas Normales Rurales” que mencionó el Presidente de la República “en sus campañas políticas” añadiendo que “cae en una contradicción porque ha recortado recursos a las mismas instituciones y se sigue golpeando de diferentes maneras a cada una de las Escuelas Normales Rurales, de igual forma a sus estudiantes”, argumentan.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

Asimismo exigen al gobierno Federal y Estatal “una audiencia de carácter resolutivo con las representatividades correspondientes para darle una pronta solución a nuestras necesidades”, afirma. Asimismo si hacen caso omiso, seguirán en su lucha y movilizaciones pacíficas con la pretensión de “no dañar a la sociedad”.

Sus exigencias:

  • “Cese a las represiones estudiantiles,
  • Audiencia de carácter resolutivo a nuestras demandas,
  • Reapertura al sistema de Internado,
  • Respeto a la organización estudiantil de Mactumactzá,
  • No al cierre o transformación de las Normales Rurales,
  • Cumplimiento a nuestras minutas de acuerdos,
  • Solución inmediata a nuestro Pliego Petitorio,
  • Aparición con vida de nuestros 43 Compañeros de Ayotzinapa, Guerrero.

La brutal represión a cargo de la Policía Estatal siguió los días subsecuentes, 29, 30 y 31 de Octubre disparando gases lacrimógenos afectando no solo a los y las estudiantes que se resguardaban dentro de las instalaciones de su escuela, sino que también a las familias y mascotas que viven aledañas a la Institución.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

Este 31 de Octubre, los policías intentaron entrar por la fuerza a la Escuela formadora de maestros disparando gases lacrimógenos hacía dentro de las instalaciones replegando a los y las estudiantes normalistas rurales, al entrar, los Policías Estatales incendiaron un autobús que se encontraba dentro de la escuela con el fin de culpar a los y las estudiantes, que desde hace décadas han sido tachados por la prensa local como “vándalos” y, a su escuela, como un nido donde se forman “guerrilleros y guerrilleras” y no maestros y maestras, este estigma se ha normalizado por las distintas sociedades de la ciudad y del Estado, pero en realidad, forman a maestros y maestras con conciencias por la lucha de clases, por las injusticias, exclusiones, desigualdades, entre otros fenómenos sociales causados por el sistema hegemónico.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

Nos comentan que existen estudiantes heridos, descalabrados y con ojos muy afectados por los gases, asimismo compañeros y compañeras estudiantes desaparecidos que han sido “levantados” por los policías y temen por la integridad de éstos y éstas.

Fotos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

A continuación mostramos vídeos que nos hicieron llegar, desde el lugar de los hechos, a la redacción del portal de maestros y maestras, Otras Voces en Educación.

 

 

 

 

 

Vídeos de Prensa y Propaganda Mactumactzá

Comparte este contenido:

Panamá: Hay reticencia en el Meduca para escribir de los desaparecidos, Sanjur

Panamá/12 de Junio de 2017/La Estrella de Panamá

Para  integrantes del Comité de Familiares de los Asesinados y Desaparecidos de Panamá – Héctor Gallego (Cofadepa-HG) existe un vacío en varios puntos de la historia panameña, como es el periodo de 21 años de la dictadura militar (1968-1989).

De acuerdo con el sacerdote Conrado Sanjur, vocero de Cofadepa, es vital que se incluya el tema de los desaparecidos en los libros de texto de premedia y media, ya que «es importante mantener un registro de los hechos históricos de nuestro país».

Sanjur indicó a La Estrella de Panamá que «existe una especie de reticencia de parte de las autoridades educativas respecto a este tema».

Otro punto que destaca el sacerdote es que se ha trabajado en un borrador de una propuesta de ley, para que se declare el día 9 de junio como «Día Nacional del Asesinado y Desaparecido de la Dictadura Militar», en memoria del padre Gallego, el cual desapareció la noche del 9 de junio de 1971, en Santa Fe de Veraguas.

«Con esta ley se mantendría viva la memoria de los acontecimientos», apuntó Sanjur.

Los miembros de Cofadepa-HG consideran que a pesar de que han pasado 28 años de la desaparición de la dictadura militar, aún no se han esclarecido el asesinato ni las desapariciones de los opositores al gobierno militar.

El Cofadepa-HG reclama saber qué sucedió con Rita Wald (27 de marzo de 1977), cuando cursaba sexto año en el Colegio José Remón Cantera; Teodoro Hurtado, asesinado frente a sus familiares en 1969; Félix Serrano, asesinado el 15 de abril de 1983,: Manuel Alexis Guerra, escolta de Guillermo Ford, asesinado el 10 de mayo de 1989, entre otros casos.

Los dolientes manifiestan que los militares Omar Torrijos y Manuel Antonio Noriega y sus subalternos tienen algún grado de responsabilidad en los crímenes cometidos durante los 21 años del gobierno militar.

Caso Gallego

Héctor Gallego fue un sacerdote colombiano que llegó a Panamá en 1966 y desde entonces se dedicó a trabajar con los campesinos de la región de Santa Fe de Veraguas.

Organizó a los campesinos veragüenses en cooperativas de consumo, como medio de subsistencia.

También fue un fuerte crítico de los golpistas, cosa que no fue del agrado de los militares. Fue arrestado en varias ocasiones, acusado de agitador.

El 9 de junio de 1971, tres hombres señalados por testigos de ser agentes de la Guardia Nacional, indicaron a Gallego que los acompañara al cuartel militar, ya que por órdenes superiores se requería su presencia. Esa fue la última vez que se vio al sacerdote.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/reticencia-meduca-para-escribir-desaparecidos-sanjur/24006267

Comparte este contenido:

¡Ayotzi…vive!

Abelardo Carro Nava

Desde que tengo uso de razón, he creído que el normalismo mexicano es un pilar de gran valía dentro del Sistema Educativo Mexicano (SME). ¿Por qué afirmo esto? Sencillamente porque la gran mayoría de los profesores y profesoras que se encuentran desempeñando una función docente en nuestros días, fueron formados en las aulas de las escuelas normales. Un asunto nada menor que, indiscutiblemente, hace pensar y repensar el subsistema de educación normal que existe en mi querido y amado México.

En este sentido, no puedo negar que en mis orígenes, se halla una profunda vena normalista, misma que me ha llevado a analizar concienzuda y objetivamente, cada parte de su historia, de su vida; así que con este referente deseo en esta ocasión, mi estimado lector, propiciar una reflexión en torno a un tema que sigue estando en la mente de muchos ciudadanos y educadores de este país. Como parece obvio, me referiré al caso de Ayotzinapa y a los 43 estudiantes que, hasta el momento en que cierro estas líneas, siguen desaparecidos.

Así, sin más ni más: desaparecidos. Cruda y trágica afirmación que, por más que se diga lo contrario, el hecho es en sí mismo innegable.

Las versiones que hemos escuchado y leído de los funcionarios públicos de la Secretaría de Gobernación, de la Procuraduría General de la República, de las autoridades del estado de Guerrero; en fin, de todos aquellos que tuvieron en algún momento injerencia en este lamentable asunto, no otorgan la credibilidad que, como mexicanos, esperamos. Y no son creíbles, porque las mismas indagaciones “científicas” que han presentado o expuesto, no corresponden a los hechos que en ese trágico día se vivieron.

Si usted recuerda, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que participó en las investigaciones, dio los elementos suficientes para tirar por la borda la “verdad histórica” que en su momento expuso el ex procurador Murillo Karam y, a partir de tales consideraciones, la verdad de las cosas, insisto, poco hemos sabido de los hechos, pero también, poco se ha hecho al respecto.

Como sabemos, los padres de los 43 siguen la búsqueda de sus hijos. Las manifestaciones continúan; sin embargo, parece que su esfuerzo se difumina cuando en los medios de comunicación nos enteramos que es más fácil encontrar a un ex director del Diario conocido como La Prensa, que a los estudiantes de la Normal Isidro Burgos. Ahí radica el meollo del asunto, en la falta de un estado de derecho que haga fiables y confiables las investigaciones sobre tal o cual hecho.

Con tristeza, vemos que cada día aparecen más fosas clandestinas en varios estados de mi querida República Mexicana, particularmente, en Morelos y Veracruz. Lamentablemente, observamos que son los familiares de los desaparecidos los que no han cejado es sus intentos de encontrar con vida a sus familiares y no las autoridades correspondientes.

De hecho, y como sabemos, el tema de los 43 volvió a la luz pública por el desafortunado encuentro que tuvo Andrés Manuel López Obrador con un padre de los estudiantes desaparecidos. El debate, hasta estos días, se ha centrado en “tirar” culpas entre un candidato a la Presidencia de la República y una de las instituciones del estado mexicano: el ejército. Pero, ¿por qué no se habla de los alumnos de Ayotzinapa?, ¿por qué en ese afán de protagonismo en los medios de comunicación se olvida de un tema de trascendental importancia para lograr la credibilidad del gobierno mexicano?

Tengo claro que la lucha por el poder vuelve a los seres humanos arquitectos de su propio destino; no obstante, considero que el tema educativo no debe dejarse de lado, porque si bien es cierto que existe esa “lucha” desmedida por el poder – y que hasta cierto punto es lógica –, también es cierto que hace falta atender a las escuelas normales del país pero, sobre todo, la educación que se brinda en esos centros escolares. Idea simplista si usted quiere, pero que encuentra sentido en la formación de los futuros profesores que México requiere.

Si usted tuvo la oportunidad de escuchar el mensaje que ofreció el Secretario de Educación en la presentación del “nuevo” modelo educativo el pasado 13 de marzo. Éste tocó el tema de las normales, pero así, por “encimita”, lo cual no da claridad ni certeza en una probable reforma de la educación normal. Si, con seguridad habrá quién me diga que ya se están realizando “trabajos” para fortalecer al normalismo mexicano, y es cierto, debo reconocerlo. Sin embargo, parece que todo esfuerzo es insuficiente cuando por años, que se lea muy bien, por años, se han mantenido en el olvido.

Desde mi trinchera, y en ese recorrido que he tenido en estas importantes escuelas formadoras de docentes, puedo afirmar que poco se ha avanzado en la formación de formadores o… ¿alguien conoce de un programa nacional de fortalecimiento profesional-pedagógico-didáctico para todos los docentes normalistas?

¡Ayotzi… vive!, no es un eslogan ni una frase que arenga a una multitud en torno a un lamentable suceso. Su expresión, encierra ese cúmulo de demandas que las escuelas normales ha manifestado a través de los años y que, para acabar pronto, pocos han atendido. En este sentido, debo reconocer el esfuerzo que algunas autoridades educativas han realizado a favor de las normales. Es loable, lo agradezco, lo aplaudo. Pero, insisto, no es suficiente cuando quienes nos encontramos en “el ruedo”, somos conscientes de las problemáticas que enfrenta la educación normal en un país vapuleado como el nuestro.

Culminó mis ideas expresando una más en torno al tema que me ocupa. En días pasados en la ciudad de Mérida, Yucatán, por iniciativa – excelente iniciativa – de la DGESPE, se congregaron más de 800 maestros y estudiantes normalistas en el 1er. Congreso de Investigación sobre Educación Normal. En dicho evento, fui testigo de la capacidad profesional y académica de los profesores y estudiantes de este subsistema. ¿No podrán canalizarse las energías de la SEP para impulsar a todo un sector que, hoy por hoy, es indispensable para la formación de los mexicanos?, ¿qué intereses no permiten su avance y fortalecimiento?

Éstas son preguntas que, con seguridad, quedarán en el aire; sin embargo, mientras haya momentos reflexivos como el que ahora le propongo, puedo afirmar que ese ¡Ayotzi… vive!, retumbará en lo más profundo de la educación en mi México querido.

Fuente del Artículo:

¡Ayotzi…vive!

Comparte este contenido:
Page 2 of 3
1 2 3