Por qué fomentar mentes críticas y curiosas desde las edades más tempranas

Por: ABC

Esta metodología, donde el niño es protagonista de su aprendizaje, se centra en promover la curiosidad y el desarrollo integral del menor.

La educación está evolucionando hacia modelos que ponen en valor la importancia de fomentar las mentes críticas y curiosas desde las edades más tempranas. The British School of Barcelona (BSB) implementa un enfoque de aprendizaje que se centra en promover la curiosidad y el desarrollo integral del niño desde la etapa de educación infantil.

Esta metodología basada en la curiosidad anima al niño a dirigir su propio aprendizaje. En lugar decirles lo que tienen que hacer, son los niños los que descubren las cosas por sí mismos y toman sus propias decisiones, lo que los lleva a mejorar la confianza, el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas, al tiempo que estimulan las principales áreas de desarrollo físico, cognitivo y social propias de esta etapa.

El juego y la exploración, el aprendizaje activo, los espacios flexibles, la colaboración con las familias y las provocaciones intencionadas, según los intereses de los niños, son aspectos clave de este enfoque. Su objetivo es que los niños «piensen y hagan», en lugar de limitarse a seguir pasivamente las indicaciones de un adulto.

Beneficios

Rachael Symes, directora de Educación Infantil y Primaria del campus ubicado en Sitges de The British School of Barcelona, explica que «los niños de Infantil son libres de explorar su entorno y se les permite pensar por sí mismos. Esta es una habilidad importante en la vida, ya que las experiencias que los niños tienen en sus primeros años de vida conforman la visión que tienen de sí mismos tanto como estudiantes como sobre su aprendizaje futuro. Desarrollar en los niños una pasión por su proceso de aprendizaje y una sed de conocimientos a una edad temprana aumenta su motivación por seguir aprendiendo en las siguientes etapas y de por vida«.

Son muchos los beneficios de este enfoque que, en última instancia, dan a los niños voz, elección y control sobre su propio aprendizaje. Algunos de los beneficios enumerados aquí no se limitan a los niños, sino que también aplican al profesorado:

· Es un enfoque que aporta alegría al aula.

· Un entorno de aprendizaje reposado y tranquilo.

· Menos tecnología y más tiempo dedicado a la naturaleza fomenta la salud y el bienestar.

· Acceso a recursos naturales que tienen muchos usos y posibilidades y que promueven el juego imaginativo. Los niños utilizan objetos sin identidad fija por lo que tienen libertad para usar su imaginación y creatividad.

· Cada niño es tratado con respeto y se le permite expresar libremente sus intereses.

En la misma línea, Rachael Symes afirma que «el objetivo es promover y desarrollar las tres áreas principales de aprendizaje en la etapa de Infantil mientras los niños se divierten aprendiendo, como son la comunicación y el lenguaje, el desarrollo físico, y el desarrollo personal, social y emocional».

Las claves de este modelo educativo

· El juego como motor de aprendizaje y exploración. Jugar y explorar deben ser una prioridad en la educación infantil, ya que fomentan el desarrollo de los niños y favorecen la exploración de un modo libre y autodidacta. El juego construye una base sólida para el aprendizaje posterior, impulsa el potencial y fomenta la curiosidad y la capacidad de tomar decisiones. Cuando los niños están activos, se implican más en su entorno y se divierten mucho más.

· Aprendizaje activo y espacios flexibles. Establecer sus propios objetivos y fomentar la capacidad de resolver problemas de forma independiente contribuye a desarrollar el potencial de los niños. Para ello es necesario crear espacios donde los pequeños se sientan cómodos para hacer preguntas y poner a prueba sus teorías sobre el mundo. En este contexto, los niños tienen muchas oportunidades para expresarse y tener libertad de movimiento en el entorno.

· Colaboración con las familias. Para promover las mentes creativas y críticas, es necesario tener en cuenta el desarrollo individual y la singularidad que caracteriza a cada niño. Para ello, es esencial establecer relaciones de confianza entre el niño y el profesor, y crear un entorno en el que se sientan seguros, protegidos y conectados con los adultos en el aula. En este sentido, la comunicación y la colaboración con la familia son esenciales.

· Enseñanza intencionada en función de los intereses. Los intereses de los niños se utilizan como vehículo para impulsar su desarrollo y aprendizaje. Es decir, conocer qué áreas o aspectos motivan a los niños permite a los profesores, mediante invitaciones y provocaciones intencionadas, despertar el interés de los alumnos.

Este sistema de aprendizaje bebe de las teorías de expertos en pedagogía como María Montessori, reconocida pedagoga que defendía el desarrollo y la madurez social en lugar del aprendizaje homogéneo y tradicional; Loris Malaguzzi, pedagogo que impulsó la metodología Reggio Emilia basada en la observación y experimentación del alumno; o Rudolf Steiner, filósofo austriaco que promovió la metodología Waldorf basándose en la idea de la libre instrucción, la autonomía y la evolución fluida de los conocimientos, entre otros.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-fomentar-mentes-criticas-y-curiosas-desde-edades-mas-tempranas-202203240024_noticia.html

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María Montessori, la mujer que revolucionó la educación

Por: aleteia/22-09-2017

Las raíces cristianas del método de aprendizaje que respeta la psicología natural y el desarrollo físico y social del niño

Nacida en 1870, María Montessori fue una médico y educadora italiana cuyo trabajo fue elogiado por los papas Pablo VI y Benedicto XVI. Su visión del niño como una persona completa, compleja y frágil destinada a desarrollarse y su método educativo para ayudarle a lograrlo con éxito cuentan con una importante reputación internacional. Gracias sus primeros escritos, publicados en 1935, su pedagogía destacó por su originalidad impregnada de la sabiduría tradicional.

El método Montessori, aplicado todavía hoy por miles de personas alrededor del mundo, tiene sus raíces en la fe de su autora. Su intención es ofrecer a los niños una educación respetuosa sus intereses y atenta a ellos para adaptar su entorno de aprendizaje a su nivel de desarrollo. María Montessori lo explica en “Dios y el niño“, un escrito inédito en el que rescata las convicciones profundas de esta célebre pedagoga.

El Niño-mesías

Para María Montessori el niño está dotado de una grandeza natural que busca desarrollarse en un entorno propicio. Ella es católica y su pensamiento toma la imagen de Cristo para proporcionar al niño una misión divina.

Su pedagogía sigue su propio camino, pero nunca se aleja de las las palabras de Cristo a los niños. Y es a través de la observación de sus comportamientos durante años llega a la conclusión que los niños están dotados de una riqueza interior innata que podrían perder o ignorar si su entorno les impide desarrollarla.

Un embrión espiritual

En “El niño” encontramos la metáfora del “embrión espiritual” que, para expresarse, tiene que pasar por una encarnación.

En numerosas ocasiones, María Montessori expresa su entusiasmo por el desarrollo del niño y el misterio que lleva consigo. Y la palabra“milagro” se plasma con regularidad a lo largo de su escritura.

El carácter cristiano de su pedagogía no da lugar a dudas en la forma en que termina su capítulo sobre el recién nacido donde encontramos una dimensión crística sin equívocos:

“Llegó al mundo

Y el mundo fue hecho para él.

Pero el mundo no lo reconoció.

Llegó a su propia casa

Y los suyos no le recibieron … “

*Fuente: https://es.aleteia.org/2017/03/07/maria-montessori-la-mujer-que-revoluciono-la-educacion/

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