Page 2 of 3
1 2 3

Jaume Funes: “Un adolescente no puede dejar de estar conectado”

28 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Jaume Funes

En resumidas cuentas, ¿qué es la adolescencia?
La adolescencia es un invento moderno. Es un tiempo de la vida que va desde el primer curso de la Educación Secundaria Obligatoria hasta los 17 o 18 años. Aunque también hay mucha gente que dice que no se acaba, porque en la práctica hay una parte de la adolescencia que es la parte que tiene que ver con las responsabilidades sociales, y que todo depende de las posibilidades que los chicos y chicas deban asumir en su vida.

¿Un invento moderno?
Sí. Es un lujo de las sociedades que tienen recursos. Lo que pasa es que se convierte en universal cuando con la crisis económica no necesitamos mano de obra barata joven y cuando las ideas se globalizan.

¿Cómo podemos conseguir que los adolescentes quieran aprender?
Hay un par de problemas que se tienen que resolver primero. Para empezar, que la escuela tenga algo que ver con su vida. La distancia entre lo que el adolescente vive y la escuela es tan enorme que es muy difícil justificarle que tiene que estudiar. Esto lleva a otra pregunta: ¿para qué le sirve al adolescente ir a la escuela? Más allá de los argumentos clásicos, como el ascensor social, que han quedado atrás, el gran reto es cómo conseguir que los adolescentes mantengan el deseo de saber y se hagan preguntas. Y además, el mercado acaba dominándolo todo e intenta que el grupo formado por los adolescentes simplemente consuma y no piense nada.

¿Se está convirtiendo la adolescencia en un nicho de mercado?
Sí. Acaba siéndolo. De hecho, las grandes multinacionales del consumo tienen la tesis de que si hacen de un adolescente un buen consumidor, lo mantendrán como tal a lo largo de toda la vida.

Los jóvenes actuales ya se han criado en un mundo digital. ¿Cómo debe la comunidad educativa actuar ante ese hecho?
Hoy, la forma en que piensa cualquier niño o niña medianamente inmerso en ese mundo, sus formas de razonar, no representan los patrones clásicos del pensamiento. Piensan virtualmente, con categorías que no son ni el tiempo ni el espacio. Es decir, las formas de razonar y comprender el mundo han cambiado sustancialmente. Hay que descubrir el proceso de razonamiento con el que llegan a asumir todo ese conocimiento.

¿Hay más grandes cambios debidos a esta inmersión en lo digital?
Otro de los grandes cambios es en el campo de la identidad. Nos preocupa que tengan amigos virtuales. Pero los buenos adolescentes tienen multiplicidad de amigos virtuales y presenciales, se mueven en redes diversas y alternan una cosa con la otra.

¿Debemos educar en la diferencia entre el mundo presencial y el virtual?
Sí. Más que nada hay que educar en que su identidad sea múltiple y que sus interacciones sean en lugares múltiples, como hacemos al decir que deben tener amigos con gustos diversos. Las dificultades aparecen cuando alguien solo es virtualmente, aunque a veces es una solución para algunos chavales que no eran ni virtualmente. Pero ser solo virtualmente es incompleto.

Usted diferencia entre estar conectado y estar disponible. ¿Puede explicar esa diferencia?
En la actualidad un adolescente no puede dejar de estar conectado. De hecho, cualquier programa para adolescentes y jóvenes debe tener wifi potente gratis. Estar conectado significa simplemente “yo sé que mis amigos saben que estoy y mis amigos saben que si quieren están”. Pero yo decido cómo gestiono esa conectividad.

¿Y hasta qué punto es eso importante para ellos?
Los adolescentes han interiorizado que su estado es estar conectado. Lo han interiorizado como un estado vital. Entonces tú no le puedes decir “ven aquí y desconecta”. Debes decir “ahora aparcas la conexión y experimentas otro tipo de experiencias y vivencias”. Porque lo que ha de aprender es que aunque estés conectado no siempre estás disponible. Deben aprender que su vida propia tiene valor, pero no sobre la base del concepto de conectar y desconectar.

¿Deberíamos dar una educación que les impulse en mayor medida a dejar a un lado las tecnologías?
Podríamos educarlos de otra manera. Pero creo que es mejor invertir los esfuerzos en que sea mejor ciudadano que no en otra cosa.

¿Cree que el fácil acceso a la pornografía hace necesaria una mejor y más temprana educación sexual?
Lo que no tiene sentido es darles educación sexual sin tener en cuenta que todos han visto vídeos porno. El riesgo de ver pornografía a estas edades es que crean e imaginen que la realidad de la sexualidad sea la que ven en el vídeo porno. El problema lo tiene quien no tenga otros estímulos que los del vídeo porno.

¿Estamos los adultos cada vez más lejos de los adolescentes?
Ese es un dilema eterno. El adolescente debe descubrir en los adultos dos cosas: primero que nos interesa su mundo y después han de vivir que verdaderamente nos preocupamos por su persona, no por los problemas que puedan tener en su historia. Los padres no se preocupan de la felicidad, solo se preocupan de las drogas, del sexo y de alguna otra cosa parecida. Entonces ellos piensan que los adultos no les pueden entender.

¿Y cómo hacemos eso?
Tan solo hay que hacer el ejercicio de escucharles, ver de qué hablan, utilizar parte de su lenguaje, hablarles de cosas que les preocupan a ellos y no de los temas que a ti te preocupan. Si no haces eso, construyen mundos paralelos a nosotros de los que no tenemos ni idea.

¿Cree que los adolescentes deben participar en más decisiones a nivel social y comunitario?
Sí. Pero los adultos tenemos primero que aceptar un principio: que tienen derecho a equivocarse. Si dejas decidir, has de asumir que no siempre decidirá como tú quieras. El problema no está en equivocarse, sino en llevarle a descubrir dónde está el error o qué costes ha tenido una experiencia o la otra.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jaume-funes-adolescente-no-puede-dejar-estar-conectado/

Comparte este contenido:

Italia: Educar de manera inclusiva: cuando las redes sociales se convierten en aula

Europa/Italia/16 Abril 2017/Fuente y Autor:cronista

Una comunidad en Facebook llamada “Didáctica Inclusiva” iniciada por un maestro italiano suma casi 400.000 seguidores y difunde videos ingeniosos de manera de acercarle contenidos educativos de una manera atractiva a los alumnos

El sitio se llama “MI PIACE la Didattica Inclusiva” y su lema es: “La escuela debe ser inclusiva para todos. En cambio, el término correcto para describir a las escuelas públicas italianas es desigual”

Por ejemplo enseña fracciones y equivalencias con manzanas

O sumas y restas mediante broches, bajo el lema “ideas para una matemática divertida”

También propone una introducción a la anatomía presentando “El mejor libro del cuerpo humano”

Cuando la educación online se convierte en una política de Estado, el caso neozelandés

El 22 de agosto de 2016, la ministra de Educación de Nueva Zelanda, Hekia Parata, presentó un proyecto de ley que contenía la fórmula de una transformación que intenta cambiar para siempre el paisaje de la educación. Se trata del proyecto COOL  (por sus iniciales en inglés: Comunities of Online Learning): todos los estudiantes neozelandeses desde el jardín de infantes hasta el último año de la secundaria podrían cursar sus estudios mediante la modalidad online, sin obligación de asistir a un establecimiento. La oferta educativa quedaría a cargo de operadores privados certificados por el gobierno, dado que el financiamiento corre por cuenta del Estado, las familias podían elegir enviar a sus hijos a una escuela o educarlos online.

El proyecto se encuentra en debate parlamentario y tanto la oposición política como los sindicatos se oponen a lo que consideran “la privatización de la educación” y la “precarización del trabajo docente”. Desde el oficialismo argumentan que “la desescolarización de la sociedad es un fenómeno que debe ponernos a todos a trabajar en pos de una educación más inclusiva y capaz de adaptarse a los nuevos tiempos”.

Fuente de la noticia: http://www.cronista.com/informaciongral/Educar-de-manera-inclusiva-cuando-las-redes-sociales-se-convierten-en-aula-20170412-0085.html

Fuente de la imagen:https://i.ytimg.com/vi/OK2sJ1y6a4U/sddefault.jpg

Comparte este contenido:

Abuelos digitales, las nuevas estrellas de YouTube

26 Marzo 2017/Fuente y Autor: http://gestion.pe

No hay edad para alcanzar la fama. Y los abuelos youtubers lo saben muy bien. Algunos superan los ochenta años sin embargo, enseñando y disfrutando lo que hacen, han encontrado miles de seguidores y un trabajo divertido.

¿La Internet es terreno de jóvenes? Por favor. Uno de cada cinco usuarios web en Latinoamérica son ancianos. Es más, su padre o abuelo podría estar navegando tranquilamente YouTube en este instante, en donde el 10% de público pertenece a la tercera edad.

Y es precisamente acá en donde los patriarcas del mundo comienzan a resaltar. La categoría senior en YouTube es un fenómeno creciente, y no piensa detenerse.

Esperanza Rosas es una vecina limeña de 74 años, y desde hace siete publica religiosamente y todas las semanas una edición más de “Tejiendo Perú”, su videoblog sobre, adivinen, costura.

“Tejiendo Perú” ya tiene alrededor de 744,000 suscriptores en YouTube, y sobrepasa las 260 millones de reproducciones. ¿De qué trata? Esperanza se graba enseñando las técnicas ancestrales del tejido con palillos, crochet y demás.

Pero Esperanza no es la única ‘abuelita virtual’, como la llaman sus seguidores. Al otro lado del Atlántico, en España, encontramos a Juan José Cañas, el abuelo viajero.

A sus 80 años, Cañas decidió perseguir su sueño de conocer Cuba. Pero tuvo la incréible idea de tomar el camino largo.

Entonces, podemos encontrar vídeos del español en Vietnam, Venecia o Barcelona. Todo gracias a su canal: “Atrapatuabuelo”.

Estados Unidos, por supuesto, tampoco se podía quedar atrás. Shirley Curry es una youtuber gamer, y sí, tiene 80 años.

Esta divergencia tan curiosa ha provocado la curiosidad y atracción de sus seguidores, que ahora suman más de 270,000.

Fuente de la noticia: http://gestion.pe/tecnologia/abuelos-digitales-nuevas-estrellas-youtube-2185245

Fuente de la imagen:http://d2mcuc4z4njy7y.cloudfront.net/ima/0/0/2/1/1/211184.jpg

Comparte este contenido:

“El Imperio de la Vigilancia”: La batalla por los derechos cívicos en la era digital

Ignacio Ramonet

“Hoy todos los estadounidenses están bajo escucha”.
Edward Snowden

A nuestro alrededor merodea permanentemente un Big Brother que quiere saberlo todo de cada uno de nosotros, y clasificarnos en función de los “riesgos potenciales” que podríamos presentar. Esta vigilancia masiva ha sido siempre la gran tentación de los poderes autoritarios. En este sentido, algunos regímenes del pasado permanecen definitivamente asociados a prácticas secretas de intromisión en la vida de las personas. Pensamos sobre todo en el III Reich hitleriano y en el Estado estalinista. En su novela 1984, George Orwell se burló especialmente de este último. Más próxima a nosotros, la película La vida de los otros[1] ha estigmatizado el sistema de vigilancia generalizada en la antigua República Democrática Alemana (RDA), implantado por el Ministerio para la Seguridad del Estado, más conocido como Stasi.

Estos regímenes eran dictaduras. Pero, en nuestros días, son democracias las que han levantado sofisticadas redes de vigilancia clandestina, a veces en contradicción con sus propias tradiciones. En este sentido, hay que recordar que el acto fundador de los Estados Unidos fue la revuelta de los colonos norteamericanos contra una ley inglesa que autorizaba la violación de la vida privada. La explosión de cólera desembocó en la revolución norteamericana de 1776. La cuarta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege siempre a los ciudadanos estadounidenses contra cualquier abuso de una administración que quisiera someterlos a una violación ilegal de su intimidad: “No será violado el derecho de los ciudadanos a la seguridad de sus personas, domicilios, documentos y bienes; contra cualquier registro o detención arbitrarios …”.

El auge de Internet y de las nuevas redes electrónicas ofrece actualmente a los principales servicios estatales de escucha de las comunicaciones –la NSA, en los Estados Unidos; el GHCQ, en el Reino Unido; la DGSE, en Francia; el CNI en España-, una inesperada ocasión para instaurar fácilmente una vigilancia sistemática y generalizada de todas las protestas políticas y sociales. Precisamente porque Internet ya no es ese espacio de libertad descentralizado que permitiría escapar a la dependencia de los grandes medios de comunicación dominantes. Sin que la mayoría de los internautas se haya dado cuenta, Internet se ha centralizado en torno a algunas empresas gigantes que lo monopolizan y de las que ya casi no se puede prescindir.

No se vio venir la centralización de Internet –confirma Laurent Chemla, uno de los pioneros de la Internet militante en Francia. No entendimos que el modelo económico de publicidad-contra-gratuidad crearía un peligroso fenómeno de centralización, porque los anunciantes tienen interés en trabajar con los más grandes, aquellos que tienen más audiencia. En la actualidad, hay que conseguir ir en contra de esta lógica, para descentralizar de nuevo Internet. La opinión pública debe comprender que la gratuidad conlleva una centralización tal de Internet que, poco a poco, el control se vuelve más fuerte y la vigilancia se generaliza[2].

Otro cambio: hoy la vigilancia se basa esencialmente en la información tecnológica, que es automática, más que en la información humana. Como en Minority Report, es el “predelito” lo que a partir de ahora se persigue. Para “anticiparse a la amenaza”, las autoridades tratan de “diagnosticar la peligrosidad” de un individuo a partir de elementos de sospecha, más o menos comprobados. Con la paradójica idea de que, para garantizar las libertades, hay que empezar por limitarlas.

Retorno del determinismo genético

En el nuevo Estado de vigilancia, toda persona es considerada sospechosa a priori. Sobre todo, si las “cajas negras algorítmicas” la clasifican mecánicamente como “amenazante” después de analizar sus contactos y sus comunicaciones.

Esta nueva teoría de la seguridad, que es una variante del funesto determinismo genético, considera que el ser humano está desprovisto de verdadero libre arbitrio o de pensamiento autónomo. El hombre no sería sino una mera máquina sometida a la influencia de pulsiones de nacimiento y a fatalidades biológicas. Es inútil, por lo tanto, que, para prevenir eventuales derivas, se busque intervenir retroactivamente en el entorno familiar o en las causas sociales. Lo único que ahora quiere el Estado, con la fe puesta en los informes de vigilancia, es reprimir lo antes posible, antes de que se cometa el delito. Esta concepción determinista de la sociedad, imaginada hace más de sesenta años por el excelente escritor estadounidense de ciencia ficción Philip K. Dick, se impone poco a poco en numerosos países, a medida que son golpeados por la tragedia del terrorismo[3].

Metamorfosis de la Justicia

El gran cambio arrancó en los Estados Unidos. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ley Patriot Act modificó, por primera vez en el seno de una democracia, la relación seguridad/vida privada.

Más que un cambio, explica la jurista francesa Mireille Delmas-Marty, es una auténtica metamorfosis de la justicia penal, y, por extensión, del control social […] La Patriot Act ha hecho posible que, por orden del presidente, emerjan una vigilancia masiva y un régimen penal derogatorio, y que se llegue a amparar el uso de la tortura e incluso la organización de asesinatos selectivos […] Se ha pasado muy rápidamente a una “guerra contra el terrorismo” desplegada sobre el conjunto del planeta; primero, con la apertura del campo de concentración de Guantánamo fuera del territorio de los Estados Unidos; y, más tarde, con la “tela de araña” estadounidense, denunciada en 2006 por el Consejo de Europa: el mapa de centros secretos de detención en todo el mundo y las transferencias ilegales de detenidos[4].

Otras democracias han imitado a los Estados Unidos. De la Terrorism Act[5], en el Reino Unido, a la ley Renseignement, en Francia, pasando por la Ley de Seguridad Ciudadana[6], en España, se ha multiplicado la legalización de la vigilancia clandestina de masas. Expresar en Internet una simple intención de cometer un acto “irregular” puede llevar hoy, en algunos países democráticos, a la detención del internauta[7]. Lo cual es contrario a uno de los principios fundadores de la Justicia penal moderna. El jurista Beccaria[8] estableció, en el Siglo de las Luces, que para declarar “criminal” a una persona, primero tiene que haberse cometido realmente el crimen, o al menos haberse iniciado su ejecución.

La cuestión de la libertad

Nada que hacer: nuestro uso de Internet nos delata. Lo cual ha llevado a Julian Assange a decir: “Internet ha sido transformado para convertirse en el más peligroso vehículo del totalitarismo que jamás hayamos conocido”. La red es “de ahora en adelante una amenaza para la civilización humana[9]”.

Porque, hay que admitir finalmente que, con la centralización de Internet, la “democracia digital”, en la que se pudo creer en los albores, se ha revelado como una impostura y un engañabobos.

La “República digital” –explica François de Bernard—no es el gobierno del interés público por medio de las leyes -lo cual, según Rousseau, constituye la condición, si no la esencia, de toda República-, sino solamente el gobierno de los números, por los números y para los números; el gobierno de las cifras, de lo cifrado y destinado a la cifra, con el fin de que, con un simple clic del ratón, la República pueda ser gobernada con el menor número de obstáculos que pudieran dificultar el despliegue del proyecto de sus dirigentes[10].

Succionados por la dinámica centralizadora, los gobiernos, los servicios de seguridad y las empresas gigantes de la Red se fusionan ante nuestros ojos en un complejo securitario-digital que tiene un objetivo preciso: controlar Internet para controlarnos mejor. En Internet, cada internauta está interconectado y proporciona, en tiempo real, una cantidad incalculable de informaciones personales que ningún Estado ni empresa privada habría soñado nunca en poder recopilar.

Como “un ejército de ocupación” que controla los puntos de paso […], los Estados impiden la independencia de la Red. Llevados al extremo, pueden alimentarse, como sanguijuelas, en las venas y las arterias de nuestras nuevas sociedades, atiborrándose con cada intercambio expresado o comunicado, con cada mensaje enviado y con cada pensamiento “googleado”, y almacenar luego todo este saber –miles de millones de interceptaciones diarias, un poder inimaginable- en centros de procesamiento de datos. Y para siempre.

Frente a este rodillo compresor, muchos ciudadanos tiran la toalla y se resignan a ver amenazada su libertad de expresión y violados sus derechos fundamentales. Están equivocados. Porque la auténtica cuestión no es la vigilancia, sino la libertad, como explica Edward Snowden:

Cuando alguien dice: “No tengo nada que ocultar”, en realidad está diciendo: “Me río de mis derechos”. [..] Si dejáis de defender vuestros derechos pensando: “No necesito mis derechos en este contexto”, ya no se trata de derechos. Los habéis convertido en algo de lo que disfrutáis como de un privilegio revocable por el gobierno […] Y ello reduce el perímetro de la libertad en el seno de una sociedad[11].

Resistir, encriptar

¿Cómo defenderse? En primer lugar, informándose y consultando las numerosas páginas web especializadas en seguridad informática[12]. También uniéndose a las diferentes organizaciones que luchan contra la vigilancia masiva, especialmente WikiLeaks[13] y, en Francia, La Quadrature du Net[14]. Y sobre todo optando, en primer lugar, por la autodefensa mediante la encriptación, o codificación, como nos aconseja Edward Snowden: “La encriptación es una responsabilidad cívica, un deber cívico”.

Solamente la encriptación permite enviar y recibir mensajes de correo electrónico codificados. Impide que una herramienta automática de vigilancia pueda leerlos si los intercepta. Aunque no se tenga nada que ocultar, la encriptación nos ayuda a proteger nuestra vida privada y la de las personas con quienes nos comunicamos. Lo cual hará más difícil el trabajo de los espías del nuevo Complejo securitario-digital.

Aunque muchos gobiernos, sobre todo después de los odiosos atentados del 13 de noviembre en París, están planteándose la prohibición de todo sistema de encriptación de mensajes, las revelaciones de Edward Snowden han permitido la emergencia y la democratización de varias herramientas de encriptación de mensajes SMS y de comunicaciones telefónicas. Por ejemplo: Signal, Telegram, Wickr, TrueCrypt, ProtonMail, Threema, etc.

Oponerse a la vigilancia del Estado, cuando se es inocente, es una lucha política. Y aprender a protegerse es la primera etapa de esta lucha. Después, hay que pasar a la guerrilla digital: engañar a los espías, cegarlos, disimular nuestras conexiones a Internet, cifrar nuestros correos electrónicos, proteger nuestros mensajes. El objetivo es hacer que los algoritmos enloquezcan, crear zonas de opacidad, y escapar a la inspección y al cacheo de los chivatos digitales secretos.

El derecho está de nuestra parte. Una importante sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), dictada el 6 de octubre de 2015, constituye efectivamente una gran victoria jurídica, y alienta la rebelión de los ciudadanos contra la vigilancia masiva. En respuesta a la demanda contra Facebook interpuesta por un joven austriaco, Maximilian Schrems, que, a raíz de las revelaciones de Edward Snowden, acusó a la empresa gigante de haber colaborado con la NSA, el TJUE decidió ese día invalidar el acuerdo entre la Unión Europea y los Estados Unidos, firmado en el año 2000, llamado comúnmente Safe Harbor (“Esfera de Seguridad”), que autorizaba a las empresas estadounidenses, y especialmente a las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) a exportar a los Estados Unidos los datos personales de los europeos, y a almacenarlos allí [15].

La sentencia “Schrems” debería obligar a Facebook a suspender la transferencia de datos a los servidores estadounidenses. También debería obligar a la Comisión Europea a ser más severa en la renegociación del acuerdo con Washington[16]. Y forzar a las GAFAM, que obtienen la mayor parte de sus ingresos de la explotación a gran escala de nuestros datos personales, a revisar sus prácticas.

Finalmente, el Consejo de Europa[17], ha estimado en un informe reciente que “mientras los Estados no acepten fijar límites a los programas de vigilancia masiva que llevan a cabo sus agencias de información, la codificación generalizada, y orientada a proteger la vida privada, es la solución de repliegue más eficaz para permitir a la gente proteger sus datos”[18].

Más aún. Con ánimo de resistencia, algunos sitios web asociativos permiten iniciarse fácilmente en el cifrado de las comunicaciones digitales[19]. Hay también otras armas: la red de anonimato TOR[20], sobre todo; las empresas ProtonMail (Alemania) y Tutanota (Suiza), que ofrecen servicios para proteger mejor los correos; el sistema de explotación Tails[21]; la solución de ciframiento Trucrypt, que permite ante todo cifrar archivos; o proyectos de mensajería como Caliopen, un software libre destinado a proteger la confidencialidad de los intercambios de sus usuarios, lanzado en septiembre de 2013 por Laurent Chemla[22]. Al parecer, las revelaciones de Edward Snowden han generado una toma de conciencia de la importancia de la encriptación[23], incluso en el seno de algunos organismos más oficiales, como el Internet Engineering Task Force (IETF), encargado de la estandarización de los protocolos de Internet a escala global.

Los lanzadores de alertas

Desde hace varios años, hackers, militantes contra el espionaje y lanzadores de alertas colaboran y se relevan para denunciar los abusos. Resisten al Imperio de la vigilancia y son los héroes de la era Internet. Conocemos, desde luego, a los tres más célebres: Julian Assange, Chelsea Manning y Edward Snowden, pero recordemos que otros iniciaron la resistencia antes que ellos. Por ejemplo, Mark Klein, un exejecutivo de la empresa AT&T, y el jurista Thomas Tamm, en los Estados Unidos. También algunos exagentes de la NSA, inspirados probablemente en el ejemplo de Daniel Ellsberg, un analista de la Rand Corporation que, en 1971, se atrevió a publicar los célebres Pentagon Papers[24], que sacaron a la luz las razones ocultas de la intervención militar de los Estados Unidos en Vietnam (55 mil muertos del lado estadounidense, más de un millón del vietnamita), un conflicto que jamás fue autorizado por el Congreso.

Entre los lanzadores de alertas anteriores a Snowden, y exagentes de la NSA, se puede citar también a Perry Fellwock, o a Russell D. Tice. Y, más recientemente, a William Binney, Thomas Drake, Edward Loomis y J. Kirk Wiebe, quienes, junto a Diane Roark, del Comité para la Información de la Cámara de Representantes, llegaron a difundir públicamente un manifiesto contra la vigilancia masiva, el 17 de enero de 2014[25].

En muchos países se han lanzado campañas para incitar a los agentes de información a que dimitan. Por ejemplo, en septiembre de 2015, y a iniciativa del colectivo berlinés Peng, grupos de artistas y activistas defensores de las libertades públicas pegaron, delante de las agencias de información estadounidenses y alemanas, banderolas animando a los espías con remordimientos a que abandonasen su trabajo. “¿Queríais servir a vuestros conciudadanos? Habéis terminado por espiarlos. ¡Dimitid!“[26].

De igual modo, ante la entrada de la base militar estadounidense de Dager, en Alemania, donde hay una importante estación de escucha de la NSA, unos activistas instalaron un panel estratégico en el que se podía leer: “Escuchad vuestro corazón, no nuestras conversaciones”. Por otra parte, el sitio web IntelExit ofrece muchos consejos y argumentos para convencer a los agentes de que dejen sus funciones, y les ayuda también a redactar automáticamente una carta de dimisión[27].

Por una Carta de Internet

Pero hay que hacer más, y contraatacar. Muchos militantes anti-cibervigilancia proponen el lanzamiento de una Carta de Internet, semejante a la Carta de la ONU:

Es necesario –afirma Snowden—que nuestra generación cree lo que Tim Berners-Lee, el inventor de la Red, llama la Gran Carta de Internet. Queremos definir lo que deben ser los “derechos digitales”. ¿Qué valores debemos esforzarnos en proteger? ¿Cómo vamos a garantizarlos[28]?
En una entrevista en The Guardian[29], Tim Berners-Lee deseó, efectivamente, que esta Gran Carta[30] mundial que él exige consagre la vida privada, la libertad de expresión y el anonimato:

Sin un Internet libre y neutral, sobre el que podamos apoyarnos sin tener que preocuparnos por lo que pasa entre bastidores –declaró—, no podemos tener un gobierno abierto, ni una buena democracia, ni un buen sistema de salud, ni comunidades conectadas entre sí, ni diversidad cultural. […] Nuestros derechos son pisoteados cada vez más en todas partes. Y el peligro es que nos acostumbremos a ello. Quiero, por tanto, aprovechar el 25 aniversario del nacimiento de la Web para invitarnos a todos a ponernos manos a la obra con el fin de retomar las riendas y definir la Web que queremos para los próximos 25 años[31].

Con la cooperación de ONG internacionales y de juristas de todo el mundo, WikiLeaks ha creado también su propia Carta. Consta de trece principios[32], denuncia la vigilancia del Estado como “un atentado a las leyes internacionales sobre los derechos humanos”, y rechaza que lo gobiernos utilicen su poder para controlarnos. Otros pensadores, como el filósofo François de Bernard, reclaman el derecho a “una objeción de conciencia digital[33]”.

¿Cómo resistir? La solución está en buscar una multitud de microrresistencias, que pasan por la educación popular, la formación en herramientas informáticas de cifrado, la búsqueda de soluciones alternativas para volver caducas las actuales normas dominadas por las GAFAM.

La batalla por los nuevos derechos cívicos en la era digital no ha hecho más que comenzar. Los Estados de vigilancia se apoyan en su carácter democrático para manifestarse especialmente implacables contra los nuevos disidentes. No es casualidad que Snowden decidiera difundir sus espectaculares revelaciones sobre el programa PRISM justo el día en el que comenzaba en los Estados Unidos el proceso contra Chelsea Manning (antes Bradley Manning), acusada de transmitir archivos secretos a WikiLeaks; la misma fecha en la que se cumplía también el primer aniversario de la reclusión de Julian Assange en los locales de la embajada de Ecuador en Londres, donde hubo de encontrar refugio para evitar ser extraditado a los Estados Unidos vía Suecia…

Snowden, Manning, Assange, tres héroes de nuestro tiempo, acosados y perseguidos por el Imperio de la vigilancia. Edward Snowden se arriesga a una pena de treinta años de prisión[34], tras haber sido acusado por los Estados Unidos de “espionaje”, “robo” y “utilización ilegal de bienes gubernamentales”. El 21 de agosto de 2013, Chelsea Manning fue ya condenada a treinta cinco años de prisión. Y Julian Assange está amenazado con la pena de muerte[35].

A aquellos que se preguntan por qué estos tres paladines de la libertad asumen tantos riesgos, Snowden les responde:

Cuando te das cuenta de que el mundo que has ayudado a crear será peor para la nueva generación y para las siguientes, y de que no deja de reforzarse la capacidad de esta arquitectura de la opresión, comprendes que hay que denunciarla y que, por eso, debes aceptar todos los riesgos. Cualesquiera que sean las consecuencias.

A todos los ciudadanos libres de actuar de la misma forma, una sola consigna: “¡Contra la vigilancia masiva, resistencia masiva!”.

Fuente del articulo: http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/03/19/el-imperio-de-la-vigilancia-la-batalla-por-los-derechos-civicos-en-la-era-digital/#.WM6pwDs1_IU

Fuente de la imagen:http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2017/03/el-gran-hermano-580×345.jpg

Comparte este contenido:

Colombia: Universidad Digital, cerca de ser realidad en Antioquia

19 Marzo 2017/Fuente: El Tiempo/Autor:Medellin

Durante tres días que terminan hoy, cinco profesionales e investigadores académicos designados por el Ministerio de Educación Nacional evalúan el proyecto de la Institución Universitaria Digital de Antioquia, una propuesta que lleva gestando hace tiempo la Secretaría de Educación del departamento.

Los cinco pares académicos analizarán la pertinencia y las características del proyecto para determinar su factibilidad, después de lo cual quedará en manos del MinEducación aprobar la licencia para su funcionamiento como institución de educación superior pública.

“Esta universidad ha sido creada bajo los requerimientos exigidos por el Ministerio de Educación”, indicó Néstor David Restrepo, secretario de Educación de Antioquia, quien añadió que la propuesta de la U. Digital contempla la oferta de programas en convenio con algunas universidades, así como siete propios, que estarán enfocados a responder a las necesidades de los 125 municipios del departamento.

Actualmente hay unos 50.000 bachilleres que por diversas razones no han podido acceder a la educación superior y se convertirían en potenciales beneficiarios de la propuesta, en caso de que consiga el aval para empezar a funcionar.

Los estudiantes no tendrían que presentar examen para ingresar y tendrían la oportunidad de estudiar bajo el modelo de educación virtual, con la que se pretende eliminar las barreras geográficas que tradicionalmente han ampliado las brechas de desigualdad.

De hecho, se ha pensado en programas como Ingeniería de Sistemas, Contaduría Pública, Ingeniería Agropecuaria, Administración de Negocios, entre otros.

Asimismo, otras instituciones como la Universidad de Antioquia, la de Medellín, la Pontificia Bolivariana, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, el Tecnológico de Antioquia expresaron su intención y compromiso de apoyar la iniciativa, aseguró el funcionario, con lo cual se ofertarían carreras o programas en conjunto.

“El sistema universitario de Antioquia no ve este proyecto como una competencia sino como un complemento al mundo de la educación superior en el departamento y el país”, dijo Restrepo, y explicó que la U. Digital estaría bajo la figura de institución de educación superior con programas educativos formales e informales.

A partir de hoy, los pares tienen alrededor de una semana para entregar el informe sobre la evaluación de la idea, ya sea con aprobación de su factibilidad o con observaciones. El siguiente paso será presentar un proyecto de Ordenanza ante la Asamblea Departamental.

Al respecto, el diputado Wilson Gómez manifestó que esta es una excelente propuesta. “Si la universidad pretende llegar a todos los rincones, podríamos abarcar al menos 100.000 estudiantes, con ello seríamos ejemplo en Colombia y el mundo, va a ser una revolución en la educación digital”, añadió, y afirmó que desde el gobierno del Reino Unido manifestaron interés en apoyar la propuesta.

Entre tanto, la iniciativa también busca transformar la cultura digital en Antioquia y no centrarse solamente en la educación presencial. Por ello, a la propuesta de la institución de educación superior se suman otras estrategias como el bachillerato digital, que ya está en marcha, y convenios con el Ministerio de las TIC para aumentar la conectividad en el departamento.

Por ejemplo, se han entregado 45.000 tabletas de 240.000 que se pretende dar de aquí a junio de 2018. La meta es lograr que haya dos estudiantes por un dispositivo, cuando actualmente hay siete por cada computador.

Además, la fecha máxima para que los 125 municipios estén conectados y tengan una zona wifi gratis en los parques o edificios públicos es el próximo 29 de abril.

Según Restrepo, si la U. Digital se convierte en una realidad, será la “mejor alternativa de acceso a programas de educación virtual superior, pertinentes y de calidad, para formar íntegramente a los habitantes de entornos tanto urbanos como rurales e impulsar la competitividad sistémica en Antioquia”.

Fuente de la noticia: http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/evaluan-propuesta-de-universidad-digital-en-antioquia-68844

Fuente de la imagen:http://www.eltiempo.com/files/article_main/uploads/2017/03/17/58cc750548f7e.jpg

Comparte este contenido:

El aula multipantalla que no necesita pupitres

05 Marzo 2017/Fuente: one.elpais./Autor:Azahara Mígel

Las nuevas tecnologías han colonizado casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Allá donde miremos hay un ordenador, una aplicación o un robot destinado a hacernos la vida más sencilla. Sin embargo, inexplicamente, el ámbito de la educación ha sido uno de los últimos en incorporarse a esta revolución. Hay intentos, pruebas, experiencias y muchas, muchísimas teorías, acerca de las ventajas que la tecnología puede llevar a las aulas, pero pocos ejemplos prácticos.

Esta ausencia resulta todavía más clamorosa al tratarse, precisamente, de formar a generaciones que, de forma nativa, ya se relacionan con pantallas y softwares de todo tipo. Tal vez sea la exigencia de inversiones ambiciosas o la falta de visión de los responsables educativos lo que esté frenando una evolución que, aunque no al ritmo que debería, se antoja inevitable.

Mientras el momento de la generalización llega, algunas instituciones y centros educativos, tanto desde el ámbito público como privado, están aplicando soluciones tecnológicas en sus aulas que señalan la dirección de hacia donde irán las tendencias en el futuro. Uno de estos centros es el IE Business School de Madrid: la prestigiosa escuela de negocios lleva varios años tratando de implementar soluciones efectivas para poder hacer de las clases online un recurso eficaz tanto para profesores como para alumnos. Y la respuesta que ha encontrado se llama WoW Room, un nombre que, aunque hace referencia a “Window on the World”, parece la onomatopeya del asombro que causa la visión del videowall de 45 metros cuadrados con sus 48 pantallas de 55 pulgadas que sustenta la plataforma. En esta especie de aula virtual, el único que está presente en la habitación es el profesor (y no siempre, puesto que puede ser sustituido por una imagen holográfica), mientras que los alumnos siguen la clase desde cualquier lugar del mundo. Profesor y alumnos se comunican a través del vídeo, al tiempo que comparten información o elaboran documentos en conjunto.

Pero la verdadera aportación de WoW Room no son sus apabullantes pantallas, sino el nivel de interactuación que puede conseguirse entre quien imparte la clase y quienes la reciben. El software creado específicamente para la plataforma indica al profesor, por ejemplo, si alguno de los alumnos no está prestando atención: “un algoritmo puede indicar, por la contracción de los músculos faciales, qué emociones estás sintiendo en cada momento -explica Jolanta Golanowska, directora de Learning Innovation de IE-. Esto puede ser usado durante la clase, pero también después. El profesor puede ver un vídeo y debajo los gráficos de las seis emociones básicas y del nivel de atención de los alumnos”. La WoW Room fue inaugurada hace sólo unos meses y su impacto está siendo todavía evaluado por el IE, aunque las perspectivas son muy prometedoras. Golanowska confía en que las nuevas tecnologías abrirán otras posibilidades en la educación que lleven al que, cree, tendría que ser su verdadero objetivo: “las universidades no solo deberían ayudar a desarrollar mejores profesionales, sino mejores personas y más felices”.

Fuente de la noticia: http://one.elpais.com/aula-multipantalla-no-necesita-pupitres/

Fuente de la imagen: https://i.ytimg.com/vi/G8GVBdkb-v8/maxresdefault.jpg

Comparte este contenido:

La transformación provocada por lo digital

Juan Freire

“Transformación digital” se ha convertido en el concepto de moda entre consultoras y corporaciones en los últimos tiempos. Cuando escarbamos un poco en lo que se propone detrás de esta idea, nos encontramos muchas veces con cambios básicos que aluden más a cuestiones instrumentales que a transformaciones culturales. Al final se propone que las organizaciones de hoy asuman prácticas que son ya habituales en las vidas y relaciones personales, y para muchos profesionales y pequeñas organizaciones desde hace bastantes años. Por poner solo un ejemplo ya en 2010 discutíamos algunas cuestiones, Escenarios de un futuro postdigital, que ahora solo se vislumbran como una futura “fase 2” de los procesos de transformación digital que están en marcha.

Es evidente que “transformación digital” es el nuevo servicio estrella que comercializan un sinnúmero de consultoras de todo tipo, como las que se dedican a estrategia e innovación pero también aquellas otras que hacen comunicación, marketing o incluso liderazgo o coaching. Esta tendencia comercial refleja una realidad que no podemos obviar: que muchas organizaciones están aún en una fase de cambio digital incipiente y por el camino han dejado pasar quizás 10 años de oportunidades.

Las consultoras abordan esta oportunidad con su modelo de negocio convencional. Bajo un discurso de transformación, ofrecen en realidad cambios pequeños e incrementales fáciles de afrontar por sus clientes. La contrapartida es que esas organizaciones que contratan sus servicios se hacen dependientes y necesitarán (o creerán necesitar) su acompañamiento durante un proceso muy largo. Esta “propuesta de valor” además encaja perfectamente con la posición conservadora de muchas organizaciones que esconden el miedo o la incapacidad para transformarse detrás de un discurso público que abraza la innovación .

Si una organización se plantea como retos en 2017 eliminar papel, gestionar sus datos y documentos en la nube, utilizar aplicaciones colaborativas o abandonar el correo electrónico, por poner solo algunos ejemplos, está en realidad muy lejos de incorporar la realidad post-digital en la que debe vivir para ser realmente competitiva. No es que estos retos instrumentales no sean necesarios … pero no son ni mucho menos suficientes y por tanto deben ocupar solo una pequeña parte de la agenda de transformación.

La “transformación digital” esconde el verdadero reto que tiene que ver más con la “transformación provocada por lo digital”. En este contexto y como parte del trabajo que estamos realizando en el equipo de EduCaaS, y en especial con David Lareo, abordamos la cuestión de la transformación digital de la educación planteándonos si necesitamos nuevos entornos digitales. Este posicionamiento tiene aplicación directa más allá del ámbito educativo dado que, si pensamos en un aprendizaje activo y en equipo, la educación busca ser tan real como la vida misma y por tanto no existen demasiadas diferencias en lo que necesita una persona y un equipo que aprenden y lo que necesita cualquier profesional y organización. Nuestra perspectiva plantea la hipótesis de que:

… si los necesitamos [nuevos entornos digitales] siempre que promuevan la independencia, “libertades”, y capacidad de acción de los que aprenden y siempre que su diseño esté pensado desde la perspectiva de que las prácticas mediadas digitalmente se modifican, a veces radicalmente, respecto a sus versiones completamente analógicas.

En nuestra opinión deberíamos redefinir la transformación digital en términos de soberanía y autonomía digital de personas, equipos y organizaciones. Este objetivo pasa porque los individuos y colectivos tengan capacidad de control sobre sus aplicaciones, sobre sus infraestructuras y sobre sus datos. Es casi imposible lograrlo moviéndose solo en un entorno extraordinariamente complejo de proveedores que ofrecen servicios asimétricos donde ellos saben que hacemos nosotros, pero nosotros no sabemos buena parte de lo que ellos hacen … con nuestros datos y contenidos y con sus algoritmos y su código. La tecnología si importa y, por tanto, debemos retomar el control, elegir proveedores, infraestructuras y aplicaciones abiertos que nos permitan conocer y manejar algoritmos y código, y producir contenidos y datos sobre los que mantenemos ciertos controles. En los casos en que necesitemos seguir trabajando con proveedores asimétricos debemos plantearnos que cesiones y bajo que reglas de juego lo haremos.

Fuente del articulo: http://juanfreire.com/la-transformacion-provocada-por-lo-digital/

Fuente de la imagen:http://juanfreire.com/wp-content/uploads/2017/01/postDig_COMBO2.jp

Comparte este contenido:
Page 2 of 3
1 2 3