América del Sur/ Ecuador/ 19.03.2019/ Por: Edgar Romero/ Fuente: actualidad.rt.com.
Ecuador cuenta ya con una guía con orientaciones técnicas para prevenir y combatir la discriminación por diversidad sexual e identidad de género en el ámbito educativo.
Ecuador tiene un registro de 458.505 personas con algún grado de discapacidad física, intelectual, auditiva, visual o psicosocial, de acuerdo a cifras del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (CONADIS).
De esa cifra, 60.976 son niños y adolescentes, de 0 a 17 años de edad: 30.350 (49,77 %) con discapacidad intelectual, 18.995 (31,15 %) física, 5.416 (8,88 %) auditiva, 3.014 (4,94 %) visual y 3.201 (5,25 %) psicosocial.
La semana pasada, las federaciones ecuatorianas que agrupan a las personas con discapacidades físicas, intelectuales, auditivas y visuales presentaron una serie de proyectos para la inclusión educativa y aprendizaje con efectividad de niños y adolescentes con estos casos.
Niños con discapacidad auditiva
«Los niños sordos son visuales y el material que ellos reciben incluyen productos en audio o libros impresos del Ministerio de Educación; y no entienden de esa manera», explica Vinicio Baquero, director ejecutivo de la Federación Nacional de Personas Sordas del Ecuador (FENASEC). Por ello, menciona, trabajan en la generación de material didáctico para el aprendizaje de estos pequeños.
Un primer proyecto, que han puesto a consideración del Ministerio de Educación, es tomar un determinado libro de educación básica y adaptarlo a lengua de señas ecuatoriana, teniendo en cuenta que este lenguaje varía en cada país. «Eso permite que el niño pueda observar el libro que recibe y que pueda poner en su computadora o en su dispositivo la traducción. Es la misma información pero con colores llamativos: fotografías que les permiten entender lo que su profesor les manda a hacer», explica el experto.
También trabajan en la creación de un diccionario de lengua de señas escolar, que se va a entregar a las instituciones educativas para que los maestros puedan capacitarse y enseñar, de mejor manera, a los estudiantes con esta discapacidad.
Baquero invitó a quienes trabajan en la creación de material audiovisual para personas sordas a tomar en consideración el espacio que le dan al intérprete de señas en la pantalla, puesto que muchas veces es tan pequeño que dificulta su comprensión.
Discapacidad visual
Por su parte, la Federación Nacional de Ciegos del Ecuador (FENCE) lleva adelante el proyecto ‘Desarrollo Cultural, Social, Económico y Equiparación de Derechos de las Personas con Discapacidad Visual de la República del Ecuador’, denominado DECSEDIV.
Joaquín Rodríguez, director de ese proyecto y quien también tiene discapacidad visual, explicó que la fundación comenzó con la alfabetización funcional para jóvenes y adultos ciegos en las diferentes provincias del país. «Este trabajo ha dado muchísimos resultados. En la actualidad se ha logrado que muchos no solamente alcancen un título profesional, sino también la formación y un puesto de trabajo», mencionó.
Luego, incluyeron en sus proyectos a niños con esta discapacidad. Actualmente hacen un censo para identificar y ubicar a los pequeños ciegos en unidades educativas ordinarias en todo el país.
Además, trabajan en la edición y adaptación de textos, incluyendo un cuadernillo de trabajo, en braile para los niños ciegos y en macrotipo para quienes presentan baja visión. «Se va a editar un módulo de matemáticas para los estudiantes, que incluye la enseñanza con ábaco», dijo Rodríguez, quien señaló que también elaboran una guía para los docentes.
«Para complementar este trabajo estamos elaborando algunas estrategias para poder realizar las capacitaciones a docentes ciegos en metodologías de educación especial, que va a beneficiar muchísimo en el interaprendizaje», precisó.
Discapacidad física
Alejandro Mena, analista de proyectos de la Federación Nacional de Ecuatorianos con Discapacidad Física (FENEDIF), informó que están trabajando en ocho unidades educativas de las provincias de Esmeraldas y Manabí, en la costa ecuatoriana, las dos más afectadas por el terremoto de abril de 2016.
«El propósito es eliminar barreras físicas y mejorar la accesibilidad a los alumnos con discapacidad física o movilidad reducida, para que ellos puedan hacer uso de las instalaciones como el resto de los estudiantes», explicó.
El proyecto incluye la creación de rampas con las pendientes adecuadas para las sillas de ruedas y barandas, entre otros, además de la capacitación del personal docente para el trato con los niños y adolescentes con movilidad reducida.
Discapacidad intelectual
«Creemos que se ha avanzado muchísimo y nuestros chicos con discapacidad intelectual acceden a las escuelas, van a clases… pero todavía su nivel de logro, progresión y desarrollo está muy distante al del resto de estudiantes», dijo Daniel Salas, coordinador técnico de la Federación Nacional de Madres y Padres de Personas con Discapacidad Intelectual (FEPAPDEM).
En este sentido, señaló que el objetivo es «encontrar cuáles son las posibles causas y las soluciones para que no solo accedan a la escuela, sino que vayan consiguiendo el mismo nivel de desarrollo y todo su potencial humano vaya aflorando».
Entre las dificultades que han encontrado está la carencia de material didáctico. Así, Salas indicó que «un estudiante con discapacidad intelectual normalmente requiere más ejercicios, más repetición para abordar el mismo tema y que este esté en un formato accesible».
Por ello, la FEPAPDEM se ha planteado diseñar libros complementarios a los textos escolares habituales; así como guías para padres y personal docente para su uso. La idea es «que cada estudiante con discapacidad intelectual, de primero a quinto de educación básica, tenga libros de matemáticas y lenguaje que estén adaptados, que cuenten con mayor repetición, mayor nivel de comprensión […] que el niño pueda sentir y disfrutar de su material de trabajo», dijo el coordinador técnico.
Por ahora, el proyecto se enfoca en elaborar 2.500 libros, que serán distribuidos de manera gratuita en distintas unidades educativas.
Acortando distancias
Todos estos proyectos los trabajan estas federaciones con la iniciativa ‘Bridging the gap’ (‘Acortado distancias’, en español), financiada por la Unión Europea (UE) y que fue puesta en marcha en abril de 2017.
La embajadora de la UE en Quito, Marianne Van Steen, dijo que fueron escogidos cinco países para la implementación de la iniciativa. Además de Ecuador, están Burkina Faso, Etiopía, Paraguay y Sudán.
«El objetivo del proyecto es la inclusión de las personas con discapacidad en países de renta media y baja a través de unas políticas públicas más fuertes y responsables», dijo Carmen Serrano, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), encargada del proyecto en Ecuador.
En cada uno de los países el enfoque es distinto. En Ecuador, por ejemplo, decidieron trabajar con educación inclusiva, mientras que en Burkina Faso optaron por el tema de la salud.
Eva Otero, responsable de programas de la AECID en Ecuador, señaló que ‘Bridging the gap’ culminará en Ecuador en marzo de 2021. Para esa fecha, el objetivo es dejar fortalecidas las «capacidades de las organizaciones de la sociedad civil ecuatoriana» –en este caso, las federaciones que trabajan con personas con discapacidad– a través de «herramientas muy sistematizadas y validadas por el Ministerio de Educación». Además, en el CONADIS y otras instituciones estatales trabajarán para crear instrumentos para «la comunicación inclusiva y para el seguimiento a la política pública de inclusión educativa».
Fuente de la noticia: https://actualidad.rt.com/actualidad/309006-mejorar-educacion-ninos-discapacitados-ecuador