“Pienso, luego existo”, dijo el filósofo francés René Descartes en el siglo XVII. Si se es latino o descendiente de latino en Estados Unidos, se percibe discriminación, la reporta y luego existe como experiencia de vida. Un estudio sobre esta percepción realizado en el condado de Los Angeles, arrojaría quiénes son los sectores más y menos afectados por el fenómeno.
De esta premisa, parte una investigación llevada a cabo por las universidades estatales de Pensilvania y Arizona, llamada Experimentar discriminación en Los Ángeles: latinos en la intersección del estatus legal y socioeconómico. El estudio encontró una variación entre los ciudadanos ya nacidos en Estados Unidos y los que no cuentan con documentos legales.
“Los residentes indocumentados mexicanos y centroamericanos de Los Angeles que tienen baja educación y pocos recursos financieros no reportan niveles elevados de discriminación”, señaló Nancy Landale, profesora de Sociología y Demografía de la Universidad de Pensilvania, una de las autoras de la investigación. Según el análisis, son los jóvenes latinos –nacidos en Estados Unidos– los que perciben mayor discriminación.
Para la realización de esta investigación, se examinaron las percepciones de discriminación en ámbitos interpersonales e institucionales. Se evaluó la discriminación interpersonal en la vida cotidiana por la frecuencia declarada de diversas formas de trato negativo en las interacciones, que son inconsistentes con la igualdad social entre los individuos. También se evaluó la discriminación institucional, a través de experiencias reportadas sobre injusticia o inequidad en el tratamiento dado por los agentes de las instituciones.
Los latinos indocumentados no aparecen como las personas más propensas a la discriminación, indica el informe, a pesar de que el clima social actual es hostil a ellos. En cambio, los tratos injustos son reportados más comúnmente por latinos nacidos en Estados Unidos que eran relativamente jóvenes y con bajos niveles de empleo, quienes divulgan experiencias con ambos tipos de discriminación.
LOS JÓVENES LATINOS NACIDOS EN EEUU PUEDEN TENER MAYORES EXPECTATIVAS PARA EL TRATAMIENTO EQUITATIVO Y PLENA INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE. CUANDO ESTO NO SUCEDE, ESTAS EXPECTATIVAS PUEDEN SER LA BASE PARA LA FRUSTRACIÓN
Nancy Landale, profesora de Sociología y Demografía de la Universidad de Pensilvania
De acuerdo con la investigación, los jóvenes latinos nacidos en el país están situados favorablemente en cuanto a las condiciones de su nacimiento y estatus legal, pero no son ni el grupo latino más favorecido ni el menos favorecido en general.
“Los jóvenes latinos nacidos en Estados Unidos son más propensos a reportar discriminación en los ámbitos interpersonal e institucional. La diversidad de vecindarios y sus características etnoraciales y los diferentes tipos de ingresos también tienen implicaciones para diferentes tipos de discriminación”, indica la investigación.
Landale, autora de la investigación, tiene una explicación al respecto. “Los jóvenes latinos nacidos en el país pueden tener mayores expectativas para el tratamiento equitativo y plena inclusión en la sociedad estadounidense. Cuando esto no sucede, estas expectativas pueden ser la base para la frustración y mayor sensibilidad al tratamiento discriminatorio”, dijo.
“Lo que termina sucediendo a los jóvenes latinos nacidos en Estados Unidos es que tienen mayores expectativas para la inclusión que otros grupos latinos y una mayor conciencia del injusto trato y de oportunidades bloqueadas. En consecuencia, son más proclives a experimentar discriminación en ámbitos interpersonales e institucionales que otros latinos, incluyendo a los inmigrantes latinos indocumentados”, indicó Landale.
Para Landale, los resultados de la investigación ayudan a entender la experiencia de la creciente población latina en Estados Unidos y lo que significa ser norteamericano. Estiman que los latinos nacidos en la nación afrontan sentirse excluidos en esta sociedad, al ver que importantes oportunidades les han sido bloqueadas debido a su raza o etnia.
Landale también comentó que el estatus legal parece estar entrelazado al nivel de ascensión social y que ambos no implican que los grupos teóricamente menos favorecidos manifiesten mayor discriminación.
“Estatuto jurídico y situación económica están entrelazados. A pesar de que los inmigrantes indocumentados son los más propensos a ser pobres y tener los niveles más bajos de educación, no son los más propensos a percibir que han sido tratados injustamente”, indicó la socióloga.
“Nuestro estudio muestra que la discriminación percibida es compleja y que los jóvenes latinos nacidos en Estados Unidos (que tienen mejor educación y hablan inglés, aunque no están bien establecidos en puestos de trabajo) son más propensos a sentir que han recibido un trato injusto y más probable interpretar trato negativo debido a su origen étnico o raza”.
Desde 1970, la población inmigrante se ha cuadruplicado en tamaño y en el presente cerca del 13 por ciento de los residentes de Estados Unidos son de origen extranjero, indica Landale, quien agrega que durante el mismo período ha habido un aumento en la población de inmigrantes provenientes de México y América Central y que del total, alrededor de 60 por ciento no está legalmente autorizado a residir en el país. El análisis, señala, contribuye a entender de qué manera las personas provenientes de México y Centroamérica se están incorporando a la sociedad norteamericana.
“Aunque nuestro estudio no podría evaluar la discriminación real debido a limitaciones de datos, una parte importante de la experiencia de los latinos nacidos en el país y en el extranjero es cómo perciben e interpretan sus experiencias cotidianas y el tratamiento que reciben por parte de agentes de instituciones (propietarios, policía, etcétera). Nuestro estudio arroja luz sobre esta importante cuestión y deja claro que jóvenes latinos nacidos en Estados Unidos no sienten inclusión y trato equitativo en el área de Los Ángeles”, señala Landale.