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VISION FORMATIVA GERENCIAL Y RESPONSABILIDAD SOCIAL SUSTENTADA EN ECOAXIOLOGÍA: SIGNIFICANTE DEL DOCENTE UNIVERSITARIO UNERGISTA

Autora: MSg. Juiliet Bastardo

Fecha: Noviembre, 2024

Resumen

Este estudio tiene como propósito interpretar la visión formativa gerencial y responsabilidad social sustentada en la ecoaxiología significante del docente universitario Unergista. Para ello, la investigación se ubica en el paradigma Postpositivista, con enfoque cualitativo. El método empleado para su desarrollo fue el hermenéutico, bajo el enfoque del Círculo Hermenéutico de Gadamer. Se considera de igual manera a tres sujetos informantes que cumplen funciones gerenciales y directivas en el Área de Ciencias de la Salud, específicamente en el Programa Nacional de Formación en Nutrición y Dietética. A tal efecto se considera el uso de la entrevista acompañada de grabador, cuaderno de notas y cámara fotográfica para obtener la información. En el procesamiento de la información las técnicas empleadas adoptan las fases sistémicas sugeridas por Martínez (2014), con adaptaciones y reconfiguraciones metodológicas formuladas por Morea (2019). Se asume trasladar el proceso de síntesis de los resultados a un lenguaje metafórico, el cual fluye en la medida en que se dan encuentros con referentes imaginarios de la naturaleza como los procesos físicos en los que se producen focos de luz, obteniéndose así cuatro destellos más luminosos identificados como: la universidad: significado, tradición y retos en devenir, pertinencia social de la universidad: sus nexos con la comunidad, corresponsabilidad de la gerencia universitaria en el accionar de la responsabilidad social y discurso gerencial para repensar la praxeología de la gerencial universitaria a la luz de la responsabilidad social.

Palabras Clave: formación gerencial, responsabilidad social, ecoaxiología.

 

Summary

The purpose of this study is to interpret the managerial training vision and social responsibility supported by the significant ecoaxiology of the Unergist university professor. To do this, the research is located in the Postpositivist paradigm, with a qualitative approach. The method used for its development was hermeneutic, under the approach of Gadamer’s Hermeneutic Circle. Three reporting subjects who fulfill managerial and directive functions in the Area of ​​Health Sciences, specifically in the National Training Program in Nutrition and Dietetics, are equally considered. For this purpose, the use of the interview accompanied by a recorder, notebook and camera to obtain information is considered. In information processing, the techniques used adopt the systemic phases suggested by Martínez (2014), with adaptations and methodological reconfigurations formulated by Morea (2019). It is assumed to transfer the process of synthesis of the results to a metaphorical language, which flows to the extent that there are encounters with imaginary references of nature such as the physical processes in which light sources are produced, thus obtaining four more flashes. luminous identified as: the university: meaning, tradition and challenges in future, social relevance of the university: its links with the community, co-responsibility of university management in the actions of social responsibility and managerial discourse for rethink the praxeology of university management in light of social responsibility.

 

Keywords: management training, social responsibility, ecoaxiology.

 

Introducción

El conocimiento se ha convertido junto con la ciencia y la tecnología en otro de los factores, recursos o elementos motores del desarrollo económico y social del siglo XXI. Ello impone a las universidades el reto de cambiar, evolucionar y adecuar sus procesos al progreso continuo de una sociedad que exige cada vez más una participación efectiva de la institución en el abordaje y solución de sus requerimientos.

Actualmente, el quehacer universitario está caracterizado por un estilo tradicional de trabajo, donde se abordan acciones independientes, aisladas, discriminativas y hasta socialmente desvinculadas desde sus prácticas académicas, y administrativas. Se busca calidad en los procesos de formación, cumplimiento de una misión y transformación del egresado desde visiones débiles y excluyentes del significado de universidad.

Es oportuno entender que se requiere enfrentar los desafíos de la comunidad desde una reforma del pensamiento y una visión integradora que favorezca la praxis universitaria desde la interacción, la inclusión y la cooperación en la construcción de nuevos saberes y respuestas contextualizadas, críticas, innovadoras y socialmente pertinentes en los que se estimule la participación de todos como fundamento de una nueva sociedad.

El compromiso de la universidad ante las exigencias éticas de orientar sus actividades hacia el desarrollo sostenible, considerando el impacto ambiental y social que puedan tener estas, hace referencia a las obligaciones y compromisos derivados del impacto que la actividad de las organizaciones produce en los ámbitos social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. Surge en un contexto en el que la sociedad demanda cambios en los negocios para que se involucren cada vez más en los problemas sociales. En consecuencia, Vallaeys, (2006) plantea:

La participación de la comunidad educativa universitaria en el logro de metas, debe darse en el marco del ejercicio responsable, del respeto a la libertad, la ética y la tolerancia dentro de una perspectiva de compromiso y pertinencia institucional. Cada día más, la sociedad demanda de la universidad y de la academia, mayor participación en los hechos sociales.

Es así como, la universidad requiere definir la visión integral de sus funciones académicas: docencia, investigación y extensión sobre un nuevo paradigma siendo uno de sus mejores soportes, una comunicación oportuna como eje transformador que le permita, a través de la creación y difusión del conocimiento, lograr la correspondencia entre lo que la sociedad demanda por una parte y la coherencia interna que debe reinar en la universidad. Con base a lo expuesto, este desplazamiento de la atención hacia el entorno social por parte de la universidad (proyectos sociales hacia fuera), hacia la gestión integral de la organización académica, es la clave para comprender lo que puede y debería significar la responsabilidad social universitaria, con miras a desarrollar la calidad de la gestión social y ambiental de ésta. Es por ello, la importancia que desprende en el contexto de la formación profesional el compromiso existente en las instituciones universitarias bajo principios axiológicos que busquen el desarrollo de profesionales integrales, que den respuesta a las necesidades de la sociedad cada día más cambiante.

En tal sentido, se presenta el siguiente estudio que guarda la pretensión en asumir una postura teórica-axiológica vinculada a la responsabilidad social universitaria, para la formación profesional a la luz de las experiencias de sus actores sociales.

 

Metodología

Mirar la realidad desde un enfoque subjetivo nos traslada a conocer los fenómenos sociales sin límites, más allá de lo que no es observable. Parafraseando a González (2016) el conocimiento de las realidades vividas y existentes en la humanidad conlleva una serie de conceptos y acepciones que permiten aprender y reconocer el fenómeno en un encuentro más cercano con el objeto. Visto de otra forma, el proceso de aprehensión del fenómeno de estudio, desprende una serie de elementos que nos trasladan a la no medición, sino más bien, hacia un encuentro con la interpretación del escenario.

Cuando nos aproximamos a ese complejo sistema (se está refiriendo a la realidad) por medio de nuestras prácticas, las que, en este caso, están relacionadas a la investigación científica, formamos un nuevo campo de la realidad en el que nuestras prácticas son inseparables de los aspectos sensibles de la realidad estudiada. Son precisamente esos aspectos susceptibles a ser significados en nuestra investigación. Es imposible pensar que tenemos acceso ilimitado y directo al sistema de lo real, por tanto, tal acceso es siempre parcial y limitado a partir de nuestras propias prácticas.

Método de Investigación: El estudio se ubica como una investigación interpretativa, concebida en el método hermenéutico. La metodología hermenéutica, está implícita en los estudios cualitativos ya que resalta el interés de interpretar de una manera holística el contexto de investigación y las interrelaciones que emergen en el desarrollo de la problemática observada.

Visto desde la perspectiva de lo que representa la investigación, la utilización del método conlleva una estructura, basada en pasos lógicos y progresivos a fin de dar cumplimiento de los propósitos investigativos. En relación a lo anterior, la presente investigación resalta la necesidad de abordar desde un contexto metodológico, propio, coordinado y coherente, el estudio y conducción en la arquitectura teórica del objeto estudiado, considerando así, que la elección del método sería el más conveniente en relación a las necesidades investigativas.

Escenario de Estudio: El escenario seleccionado ha sido la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos (UNERG), ubicada en San Juan de los Morros estado Guárico, institución cuyo origen data del 15 de agosto de 1974. En el proceso de recolección de información, necesario en el abordaje la realidad investigada, la autora seleccionó el Área de Ciencias de la Salud, específicamente el programa nacional de formación en nutrición dietética de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales, “Rómulo Gallegos” (UNERG).

Sujetos Significativos: Los sujetos informantes estarán conformados por tres (03) docentes del Área de Ciencias de la Salud, que cumplen funciones directivas y gerenciales en el área académica en cuestión. En tal sentido, los informantes seleccionados para la investigación, tiene en sus rasgos características específicas que le confieren valor a la apreciación y opiniones que pueden expresar en relación a la temática, entre sus rasgos están:

a-. Ser personal docente y de investigación ordinario a dedicación exclusiva, b-. Ocupar cargo directivo en la institución, c-. Ser abiertos, comunicativos, expresivos e interesados en el abordaje y estudio de la temática seleccionada.

Aprehensión de la Información: Para la aprehensión de la información se tomará como técnica la entrevista en profundidad. Al respecto, Martínez (ob.cit.), la define como «un encuentro en el cual el entrevistador intenta obtener información, opiniones o creencias de una o varias personas» (p.85).

Procesamiento de la Información: En esta investigación, el procesamiento de la información sigue la estructura formulada por Martínez (2014), quien propone las siguientes etapas: categorización, estructuración, contrastación y teorización.

Categorización: “categorizar” o clasificar las partes en relación con el todo, de asignar categorías o clases significativas, de ir constantemente integrando y reintegrando el todo y las partes, a medida que se revisa el material y va emergiendo el significado de cada sector, evento, hecho o dato.

Estructuración: El proceso de estructuración y teorización constituyen como el corazón de la actividad investigativa: ilustran el procedimiento y el producto de la verdadera investigación, es decir, cómo se produce la estructura o síntesis teórica de todo el trabajo y, también, cómo se evalúa. Una metodología adecuada para descubrir estructuras teóricas no puede consistir en un procedimiento típicamente lineal, sino que sigue básicamente un movimiento en espiral, del todo a las partes y de las partes al todo, aumentando en cada vuelta el nivel de profundidad y de comprensión.

Contrastación. Esta etapa de la investigación consiste en relacionar y contrastar sus resultados con aquellos estudios paralelos o similares que se presentaron en el marco teórico referencial, para ver cómo aparecen desde perspectivas diferentes o sobre marcos teóricos más amplios y explicar mejor lo que el estudio verdaderamente significa.

Teorización. El proceso de teorización utiliza todos los medios disponibles a su alcance para lograr la síntesis final de un estudio o investigación. Más concretamente, este proceso trata de integrar en un todo coherente y lógico los resultados de la investigación en curso, mejorándolo con los aportes de los autores reseñados en el marco teórico referencial después del trabajo de contrastación.

Validez: En esta investigación, la validez se asume en el tipo externa dado que las categorías emergidas adquieren rasgos similares al significado que se atribuye en los estudios reportados en las investigaciones afines, lo cual facilitaría el proceso de comparación de las estructuras de significado descubiertas al tiempo que poseen rasgos comunes y específicos de esos grupos. Al apreciarse un proceso comparativo de esta índole, la investigadora puede afirmar que los nuevos referentes emergentes constituyen un valioso aporte al estado del arte que hace alusión el proceso de formación gerencial sustentada en la ecoaxiología como significante del talento humano.

Fiabilidad de la Investigación: En cuanto a la fiabilidad, se asume considerando lo expresado por Eisner (1990), cuando señala “la adecuación referencial que plantea apoyar las interpretaciones en situaciones, documentos, observaciones o registros de diversos tipos y en el reporte descriptivo y sistematice de todas las etapas de las investigaciones desarrolladas” (p. 59). Del mismo modo, se considera la devolución de testimonios y las interpretaciones de la investigadora hacia los informantes a los fines de que estos certifiquen si los hallazgos y síntesis generadas se corresponden con la visión de la realidad aportada por ellos a través de los encuentros dialógicos.

 

Resultados

En este momento, se desarrollan los hallazgos de la investigación obtenidas a través de la actividad hermenéutica. Esta investigación se realizó con la intención de describir desde el ambiente universitario y el lenguaje de los actores implicados los sentidos y significados que se otorgan a la praxis de la gerencia en el contexto de la responsabilidad social universitaria.

 

Discusión de los Resultados

Muchos destellos deja apreciar la realidad de la formación gerencial y responsabilidad social sustentada en la ecoaxiología como significante del talento humano docente, los procesos que forman parte de la experiencia de los actores académicos considerados en el desarrollo de la investigación procuran al ser interpretados configurar una nueva visión que acerca la comprensión de la praxeología de la gerencia universitaria revelada en los códigos línguisticos expresados por los informantes clave entrevistados, a lo que se adiciona la percepción difusa de la investigadora, el estado del arte y la asunción paradigmática que con su carga y fundamentos epistémicos y filosóficos permiten develar vestigios que constituyen en lo sucesivo el punto de partida para la concreción del proceso teorizador, como vestigios que serán sujeto de los procesos teorizadores se tienen los siguientes:

La universidad hoy es asumida como el centro por excelencia para la producción del conocimiento y la formación profesional de los hombres y mujeres que demandará la construcción del proyecto de país; sin embargo, al ser centro de encuentros y desencuentros, la dialéctica que acontece en la misma muestra senderos dispersos en cuanto a uno de sus papeles 76

fundamentales; la extensión universitaria, a través de la cual materializa la función social, ésta última andamio en el cual se sujeta la responsabilidad social como dimensión fundamental en tiempos de postmodernidad donde el reclamo epistémico nos llama a la integración, cohesión y sentido de la participación en la agenda social y comunitaria; dejando valiosos aportes desde la esencia misma de la actividad académica para lograr cambios sustanciales a partir de la transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología para solventar los problemas social; aquí una restricción; las intencionalidad del común académico no rema en la misma dirección y el detrás del accionar gerencial acontecen saberes, intenciones y propósitos que no contribuyen con la concierto de la universidad en la comunidad en un vínculo indisoluble, sustanciado en principios y valores de compromiso manifiestos en el eje universidad – comunidad.

La pertinencia social de la universidad a partir de sus nexos con la comunidad constituye un destello en el que se generan y representan profundas contrariedades en la agenda universitaria, y que al interior y exterior de los procesos que se desarrollan sólo muestra desaliento y poca esperanza en los actores universitarios como figuras clave de la participación.

Hoy, se insta por una universidad cuya acción social sea pertinente con el entorno y con los proyectos y planes regionales y desde luego con el proyecto de país que intentamos construir, la universidad debe materializar la acción social a través de sus funciones primigenias que la identifican desde sus orígenes con la universidad napoléonica. Ya con la Reforma de Córdoba se exhortó al desarrollo y establecimiento de nexos con la realidad social, hoy continuamos desconectados del hecho social, aun cuando en la práctica la objetivación de la acción se traduce en la formación profesional como intento académico en función de las necesidades productivas del país.

La universidad actual para ser pertinente socialmente debe apoyarse en el desarrollo de acciones extensionistas que podrían ser materializadas por la asunción y el reconocimiento académico de actividades de extensión en la realidad comunitaria, pero ello, se gesta con la institucionalización de la acción cuando la gerencia logre demostrar que su praxis es más consciente que el lenguaje con que se intenta derivar y promover la acción con la invitación a sus actores. 77

En el lenguaje oculto se nos invita a reconocer que hoy miramos una universidad poco pertinente con la realidad social y sus necesidades esenciales, toda vez que más allá de la formación de profesionales en serie a nivel de pre y postgrado, no acontece otro aporte, y ello quizás radica en que emocionalmente vemos una universidad que gerencialmente su praxeología no asume como fundamental el valor del compromiso y la reciprocidad con el colectivo, enigma por reconceptualizar teóricamente.

En este destello se afirma que la universidad parece que entró en un nuevo trance donde se desarticuló la integración de las funciones primigenias de la universidad al tiempo que estas sólo operan de forma independientes y sin correlación de objetivos y propósitos más allá de la interpretación y concepción que cada actor académico le asigna en el acontecer universitario.

La corresponsabilidad de la gerencia universitaria en el accionar de la responsabilidad social viene a constituir un destello con poca luminosidad en la panorámica que esperamos contemplar, hoy los vínculos y las alianzas se muestran inexistentes en el eje universidad – comunidad y pareciera que la planificación y organización de acciones que conlleven a lograr el accionar de la responsabilidad social sólo representa un discurso posterior a la profunda reflexión en el acontecer permanente de la gerencia universitaria y su praxeología, hoy la práctica significante se concreta a perder fuerza en la materialización de actividades donde los actores académicos se inserten en la transformación del entorno con la producción de conocimiento científico y tecnológico y la consecuente transferencia de la misma a la comunidad para apreciar sus beneficios de cambio, realidad particular que esgrime una nueva visión del hacer y representar epistémicamente en esta producción teórica.

El destello más luminoso discurso gerencial para repensar la praxeología de la responsabilidad social nos apunta interesantes cosmovisiones para lograr una visión integradora de cohesión y articulación, para ello, debe asumirse en la visión filosófica de la gerencia que el compromiso social y la reciprocidad constituyen pilares fundamentales en la construcción de un discurso que oriente el sentido de la gerencia hacia el repensar de la praxeología de la responsabilidad social 78

REFLEXIONES INACABADAS

La investigación permitió comprender e interpretar la visión formativa gerencial y responsabilidad social sustentada en la ecoaxiología como significante del talento humano docente universitario asumiendo la realidad y la interacción con el fenómeno desde una mirada postpositivista interpretativa y hermenéutica, tomó como contexto de estudio el Área de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos, espacio donde la investigadora estableció nexos intersubjetivos con actores académicos que cumplen funciones directivas proceso posterior al cual se desprendió la construcción de una Teoría Luminiscente sobre la visión formativa gerencial y responsabilidad social sustentada en la ecoaxiología como significante del talento humano docente universitario, la cual se fundamentó en cuatro destellos más luminosos emergidos del proceso de interpretación que se realizó y sobre los cuales aún quedan al pendiente para la consideración algunas reflexiones que constituyen punto de partida para la consideración ontológica de la realidad y ocupación futura de las ciencias en el esclarecimiento del fenómeno en contextos similares, entre otros aspectos a considerar:

La formación gerencial universitaria debe examinar el piso que fundamenta el desarrollo de su accionar al articular las funciones de docencia, investigación y extensión, toda vez que la filosofía de gestión debe implicar a los actores de la vida universitaria a través de su participación en la concreción de metas de intervención y vínculos con la realidad comunitaria.

Constituye un reto para la formación gerencial universitaria visualizar que los planes de vinculación y relación con las comunidades pueden ser materializados si se concreta la participación de los actores académicos de la universidad y ello, se institucionaliza a través de alianzas estratégicas entre universidad y fuerzas vivas de la comunidad.

La universidad debe al interior de las conversaciones que animan su existencia, renovar el significado de las funciones primigenias que la representan: docencia, investigación y extensión, en un contexto más dinámico y adaptado al tiempo que reclama la participación y cohesión social en la agenda universitaria. 90

Se debe sensibilizar la comunidad universitaria en cuanto al desarrollo de proyectos centrados en atender los problemas más sentidos y las necesidades del entorno de la universidad en sintonía permanente.

Impulsar la identidad institucional en un lenguaje y mensaje que sea común y reconocido por todos los actores académicos, donde se recoge y percibe la voz y pensamiento de todos los actores universitarios en el compromiso de ser responsables socialmente desde el quehacer de la universidad.

Del mismo modo, se debe valorar los aportes que puede realizar cualquier actor de la vida académica institucional, toda vez que en su imaginario reposan y se activan sueños e ilusiones que pueden traducirse en metas y hechos concretos si la disposición y el interés se suman a la concreción de la idea.

Se asume que el servicio comunitario es un puente extensionista de aprendizaje – servicio que pueden continuar siendo representación de un vínculo de la universidad con la comunidad al tiempo que constituye una posibilidad permanente de ser responsables socialmente desde la acción gerencial de la universidad.

En este orden de ideas, se debe pensar en la visión formativa gerencial y responsabilidad social sustentada en la ecoaxiología como significante del talento humano en el contexto universitario y con ello hablar de un marco de posibilidades donde quienes cumplen funciones directivas al interior y exterior de los esfuerzos que el tiempo impone a la universidad deben poner en práctica en función de lograr procesos de vinculación, motivación, cooperación, desarrollo permanente, atención a las necesidades comunitarias, formación profesional aprovechadas en espacios abiertos de la comunidad, investigación y desarrollo tecnológico aprovechando los saberes tanto de la comunidad como de los actores académicos en función de lograr un trabajo mancomunado en el que nos visualicemos como universidad integrada y cohesionada hacia un mismo fin, ser responsables socialmente con la comunidad. 91

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Mis profesores muertos

Por: Ignacio Irazuzta


Aunque con incertidumbre, las instituciones educativas se están preparando para el regreso a las aulas luego de casi año y medio de educación virtual. La posible y menguada presencialidad para el nuevo año escolar ha reactivado el arsenal de capacitaciones pedagógicas que ahora, en el previsible futuro del regreso a las aulas, se reafirma en el presupuesto de un alumnado emocionalmente frágil y en la entrega al mundo cada día más avasallante de las tecnologías educativas. No es cosa nueva. Como en otros tantos asuntos, la pandemia ha venido a acelerar y por tanto reforzar lo previamente existente bajo un aparente manto cambio radical y, en esa revulsiva reaparición sobreexcitada de las nuevas pedagogías, se activa también el debate entre lo nuevo y lo viejo en la enseñanza universitaria; entre una universidad como la actual, entregada a la formación de sujetos para la sociedad de mercado y otra, menguante y acallada, que se quería crítica, reflexiva y autónoma a la vez que colectivista en su imaginario de proyección social.

Lo que en este texto presento no es una disertación desde mi campo de especialidad, sino una reflexión desde mi experiencia nativa de profesor universitario, seguramente sesgada por un exceso de proximidad al objeto de análisis, pero también atemperada por el sentir y el decir de colegas de mi universidad y de otras. Mi reflexión, entonces, se mueve entre dos tipos ideales de docencia universitaria que, simplificando, intentan explicar la actual encrucijada.

El primero de estos tipos, que describe el momento actual, está hecho de educación por competencias, innovación educativa e imperativos de realidad social -que no es más que realidad de mercado- como principios y guía de la labor docente. El otro, asociado al pasado, pero con algunos “resabios” actuales que las huestes pedagógicas del presente combaten con ahínco, es el de la docencia del contenido y la preeminencia cartesiana de la duda. Al primero lo llamo el tipo actual; al segundo el de mis profesores muertos. El tipo actual carga con el peso del quehacer cotidiano de los cursos de capacitación sobre el “valor de la educación para la sociedad del futuro” y las prescripciones de las nuevas tecnologías educativas; el de mis profesores muertos con los esquemas de pensamiento guiados por el principio de la crítica hacia la arbitrariedad cultural y unas prácticas docentes cavilantes entre el orden establecido y las posibilidades de cambio social radical.

La marca de este último tipo, el de mis profesores muertos, me inclina a ser más incisivo en la caracterización del tipo actual, así que a ello voy.

El mundo de las nuevas tecnologías educativas. Imagen tomada de Internet

La universidad de la innovación educativa concibe al sujeto desde cero, al punto que parece no reconocer su trayecto formativo previo. El mandato de la economía de mercado y la competitividad, con su pregonado valor de la disrupción como requisito de innovación y emprendizaje requiere de individuos sometidos a las condiciones de un saber hacer que sobrepasa los saberes disponibles, que si los si los considera necesarios han de presentarse des-disciplinados y al servicio de problemas definidos desde la empresa. El “aprender a aprender” como competencia fundamental compite con la formación previa del sujeto y socava la función igualadora y de reproducción social asociada tradicionalmente a la escuela. Sumado a ello, como acompasando ese cometido, las nuevas tecnologías educativas que promueven el gamification como método de aprendizaje dan como resultado una infantilización de unos sujetos que son legalmente mayores de edad y que, por ello, se los supone con una capacidad de juicio sobre la sociedad ejercida mediante el derecho al voto.

En cambio, el tipo ideal de mis profesores muertos es, quizá más por sus anhelos que por sus resultados, el de la docencia de la autonomía. Fundado en los principios de la libertad de cátedra del profesorado, de un alumnado adulto y por ello autónomo y facultado en la tradición de disciplinas de conocimiento que sostiene una educación de contenidos, la docencia de este tipo tiende a relegar la pedagogía a la formación previa del sujeto.

Imagen de la Universidad de Córdoba cuando la Reforma Universitaria de 1918. Tomada de Internet

Desde la perspectiva del tipo de mis profesores muertos, el de la educación actual es un modelo heterónomo en tanto que delega la formación del estudiante al supuesto libre juego de las reglas del mercado. En efecto, detrás del empoderamiento y empresarialización del sujeto del tipo actual reside una profunda heteronomía. En este tipo el individuo estaría dominado por el presente y, si acaso él habla de cambio -que lo hace, y con insistencia-, es el cambio que toma por asalto, propio de un entorno que el individuo no controla y al que debe adaptarse.

Es cierto que una defensa a ultranza de los viejos valores de la docencia universitaria corre el riesgo de posicionarnos en un lugar políticamente conservador, pero pensando en las ciencias en las que me desempeño, las sociales, no puedo abandonar algunos de los principios en los que me formaron mis profesores. Principalmente en los que orientan su desempeño hacia la crítica más que hacia el hacer, o hacia el hacer como una forma de crítica. Con base en ello, pienso, por ejemplo, en que si la ciencia política abandonara su empeño en el hacer políticas públicas para pasar a ejercer verdaderamente esa función crítica, ganaríamos seguramente en democracia que, como bien lo dijo Castoriadis[1], es aquella forma de vida política que ocurre cuando las sociedades y sus individuos trascienden la heteronomía y ganan en autonomía.

Como sea, entre un tipo ideal y otro, como entre la distancia generacional entre profesores y alumnes, seguramente se esté gestando algo que pasa ahora para mí desapercibido. Quizá lo dicho no sea más que un anhelo de ser para mis estudiantes en el futuro su profesor muerto, como lo son hoy para mí Horacio y Alfonso. Después de todo, de ellos aprendí ese empeño de lucha continua que busca cuestionar y modificar la misma estructura de la que el homo academicus[2] forma parte, es decir, la propia universidad, tan mermada hoy de autonomía como la misma sociedad.



[1] Castoriadis, C., Los dominios del hombre, las encrucijadas del laberinto, Barcelona: Gedisa, 1986.

[2] Bourdieu, P., Homo academicus, Madrid: Siglo XXI, 2008.

 

Fuente de la información e imagen: https://academicxsmty43.blog/

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Argentina: CONADU HISTÓRICA rechazó la oferta salarial del gobierno nacional

Finalizó la reunión de la Mesa Nacional de Negociación Salarial del sector Docente Universitario y Preuniversitario, donde la Federación transmitió la voluntad de su Congreso Extraordinario, el cual por abrumadora mayoría de Congresales de todo el país (más de 100) resolvió RECHAZAR por insuficiente la oferta salarial del gobierno nacional. La Federación transita la segunda jornada del paro nacional de 48 horas por una recomposición salarial que supere a la inflación y la compensación por gastos de conectividad para sostener la educación virtual durante la pandemia. El Congreso sesionó bajo la Presidencia Honoraria de la heroica lucha del Pueblo Colombiano y sus mártires, y acompañó con su presencia el Secretario General de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE), Compañero Luis E. Salazar Bolaños, quien recibió la solidaridad de las y los presentes.

Al terminar el Congreso, los paritarios de la Federación se sumaron a la reunión virtual de la paritaria salarial. Abierta la paritaria por el Ministro de Educación de la Nación (Nicolás Trotta) y el Secretario de Políticas Universitarias (Jaime Perczyk), las distintas representaciones opinaron sobre la propuesta salarial del gobierno. Una vez más, las Federaciones que han dicho “acepto” a todas las ofertas salariales que fueron deteriorando año tras año los ingresos de la docencia de las Universidades Nacionales (por sexto año consecutivo continúa la pérdida del poder adquisitivo de los sueldos), convalidaron un nuevo ajuste. CONADU HISTÓRICA se pronunció en rechazo, valorando que se sigue profundizando con estas sumas, la desjerarquización del trabajo que las y los más de 160 mil docentes de todos los niveles vienen sosteniendo desde sus hogares durante la pandemia.

Desde la Federación destacaron que muchos gremios de base nucleados en la otra Federación – CONADU – también rechazaron la oferta (Rosario, Córdoba, Río Cuarto, La Rioja, Centro, Mar del Plata, General Sarmiento, San Juan, Moreno, Nordeste, entre otros). También docentes autoconvocades de la universidad nacional de Villa María rechazaron y pararon por 48 hs. Ello habla de la disconformidad de la mayoría de la base docente con esta nueva mezquina oferta del gobierno, inferior a la acordada con los gremios de la Educación Básica Obligatoria en la paritaria nacional docente.

Ante esta situación, la CONADU HISTÓRICA ratificó por unanimidad su voluntad de continuar con el plan de lucha y las acciones de denuncia sobre este nuevo ajuste, declarando que se buscara acordar con todas las asociaciones dispuestas a seguir defendiendo el salario y los derechos laborales de la docencia universitaria y preuniversitaria.

Fuente de Contacto:
• Luis Tiscornia (Secretario General): 1167331863
• Claudia Baigorria (Secretaria Adjunta): 1167258433
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Libro: ¿Cómo Enseñamos en la Universidad?

Bibliographic Details
Main Authors: Tusa Tusa, Contardo, Tusa Jumbo, Fernanda
Format: Libros
Published: Machala : Ecuador2016
Subjects:

Reseña: El sólo tener la opción de pensar acerca de la institución universitaria, y en ella, referirse a una de las funciones esenciales, tratándose de la docencia, es de por sí, un mérito, concedido por aquellas circunstancias, de convivir con ella, una buena parte de su historia, de sentir juntos, las desesperanzas, que han sido muchas, y también los logros, que han sido pocos. Al poner a consideración estas ideas, no tengo otro primordial motivo, que compartir y debatir las contradicciones de la docencia universitaria, en uno de sus importantes vínculos, las estrategias de enseñanza. Soy de los convencidos de que, la reflexión conjunta, finalmente deriva, las rutas pertinentes de esta gran institución. De las cuatro décadas de vida universitaria, en ninguna como en la última, se viene experimentando la necesidad del cambio, de un cambio que no está en el compás de nuestro ritmo, sino exógenamente circunstanciado, y tan raudo, que nos pisa nuestros talones. Para enfrentarlo, no contamos con muchas certezas, porque las que aprendimos en el pasado, de poco nos valen, y en una actualidad de desconciertos e incertidumbres, lo más importante es estar alerta y dispuesto para aprender, y más que aprender, a desaprender (E. Punzet, p.34). El problema no está en cómo incorporar las nuevas ideas, sino en como deshacerse de las viejas. El pasado es un fardo mental que nos hace ver el devenir en el espejo del pasado.

Descargar en : http://repositorio.utmachala.edu.ec/bitstream/48000/6628/1/2%20COMO%20ENSE%c3%91AMOS%20EN%20LA%20UNIVERSIDAD.pdf

Fuente; https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/oai:http:–repositorio.utmachala.edu.ec:48000-6628/Description#tabnav

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Desigualdad de género en la educación: ¿Cuánto ha avanzado Perú y México en reducir la brecha?

Por: rpp.pe.

 

Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México(Colmex), informó que en las últimas décadas se han evidenciado cambios positivos para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en la educación, pero pese a ello sigue siendo un campo en construcción.

“Hace 20 o 30 años el acceso a la educación universitaria en México era mayoritariamente masculino, ahora no solamente es paritario, sino que las mujeres están accediendo un poco más, están terminando los posgrados; eso es una buena noticia”, dijo en RPP Noticias.

No obstante, lamentó que haya poca presencia femenina en otros ámbitos como en el mercado laboral, la docencia universitaria, altos cargos en las universidades, en los campos de ingeniería y ciencias naturales.  En el caso de ciencias sociales y humanidades, la presencia de hombres y mujeres es muy similar, pero la lógica de vida universitaria está generando esta segregación, agregó.

Silvia Giorguli identificó dos razones por las cuales ocurre este fenómeno en el ámbito académico: la normalización y el argumento de la meritocracia. A su juicio, no todos los que ocupan altas posiciones es por mérito, pues hay mujeres con igual trayectoria académica que el de los hombres, que no llegan a cargos de dirección.

Ante ello, sugiere visibilizar el problema, seguir investigándolo y fomentar la corresponsabilidad o conciliación familia – trabajo. Esto último consiste en que los hombres se incorporen a más actividades de cuidado y modificar las formas y evaluación de estructura académica para cuando las mujeres estén en etapas de alta demanda de cuidados, sobre todo cuando los hijos son pequeños.

La también socióloga dijo que durante su experiencia como docente descubrió que el lenguaje ha contribuido a normalizar muchas formas de desigualdad y que es importante introducir cambios para que sea más inclusivo.

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Revista Iberoamericana de Educación: Vol. 77 Núm. 2 (2018): Número especial (PDF)

Organización de los Estados Iberoamericanos / 4 de noviembre de 2018 / Fuente: RIEOEI

Este número complementa al monográfico 77 «Calidad de la formación docente: propuestas evaluativas innovadoras«, en él se tratan otros temas como la docencia universitaria, la educación social, la educación superior, la evaluación, la didáctica de la Lengua, investigaciones educativas, recensiones…

Link para la descarga:

https://rieoei.org/RIE/issue/view/280/vol.%2072%2C%20n%C3%BAm.%202

Fuente de la Reseña:

https://rieoei.org/RIE/issue/view/280

ove/mahv

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Los monstruos perfectamente educados

Por: Yadira Suhey Díaz Espinosa.

Resumen

Las universidades son considerados espacios de aprendizaje y formación profesional, donde los estudiantes se van constituyendo dentro de las aulas y laboratorios como los futuros médicos, ingenieros industriales, abogados, psicólogos entre una infinidad de carreras, que buscan dar respuesta al entorno laboral que se encuentra en las comunidades, en el presente artículo se presenta un breve análisis sobre algunas cuestiones que imbrican a la Educación Superior y la Calidad Educativa referida a la docencia universitaria.

Reflexionando acerca de cómo la presencia de los docentes en las aulas no garantiza que la educación que se recibe sea aquella que se necesita, cómo influyen en este aspecto las condiciones de la universidad sobre el ingreso de postulantes a la docencia, su perfil y la trayectoria con la que llegan a éstas instituciones.

Retomaremos algunos modelos que se han venido utilizando para valorar la calidad en la docencia universitaria con el fin de poder comprender que lleva a ciertas instituciones a generar improntas en los espacios donde se encuentran, y que ha originado que algunas apenas sobrevivan.

Palabras clave: Educación Superior, Docencia Universitaria, Calidad Educativa.

Summary

Universities are considered spaces of learning and professional training, where students are formed within the classrooms and laboratories as future doctors, industrial engineers, lawyers, psychologists among a myriad of careers, seeking to respond to the working environment that is found In the communities, this article presents a brief analysis on some issues that overlap Higher Education and Educational Quality related to university teaching.

Reflecting on how the presence of teachers in the classroom does not guarantee that the education received is that which is needed, how the conditions of the university influence on the entrance of postulants to teaching, its profile and the trajectory in this aspect  with which they reach these institutions.

We will return to some models that have been used to assess the quality of university teaching in order to understand that it leads certain institutions to generate impressions in the spaces where they are located, and that has caused some to barely survive.

Keywords: Higher Education, University Teaching, Educational Quality.

 En docente universitario[1] es un tema que dentro del ámbito educativo ha cobrado relevancia, no solo para evaluar su desempeño sino como un eje que articula cambios dentro de los espacios de enseñanza, a lo largo de la historia el contexto al que se ha enfrentado la docencia universitaria, según el CINDA es la siguiente:

Figura 1. Contexto histórico de la Docencia Universitaria

Fuente: Elaboración propia con información de CINDA (1990).

Con esto, la figura del docente universitario comienza a tener una percepción distinta, que intenta incorporar al profesionista y al investigador, al contexto educativo al que se enfrenta con todas las limitaciones que presente para su labor como docente, en los últimos años con los cambios sociales esto se ha generado la incorporación de profesores que dentro de algunos parámetros de calidad dejan en una situación vulnerable a los estudiantes frente a la realidad laboral.

Tenemos por un lado a los profesionistas que han alcanzado ciertos grados y saberes sobre una disciplina en particular sin ninguna formación docente y por otro a especialistas en educación que buscan apoyar a las universidades, tratando de lograr ese equilibrio que les permita mejorar las prácticas educativas, acerca de esto González en CINDA (1990), explica:

Los seres humanos son, por naturaleza, gregarios. De ahí que tiendan a agruparse en comunidad y que hagan esfuerzos para conservarlas. A partir de ello surgen dos elementos que son fundamentales para la educación: el poder y la cultura.

El poder es la forma en que se organiza la comunidad. La cultura puede interpretarse como el conjunto de códigos que regulan y cohesionan a una organización social, es por tanto una expresión simbólica que se refleja principalmente a través del lenguaje y el tipo de interacción entre los miembros de la comunidad (29).

Cada profesor se integra con sus propias experiencias y cultura, de ahí que se sigan presentando situaciones y controversias sobre las distintas áreas de saber, que si las ciencias duras son el futuro y las ciencias blandas son solo una pérdida de tiempo, para quienes sueñan con mejorar al mundo.

Esa dicotomía ha llevado a las universidades a fragmentarse y dejar de lado la función para la que fueron creadas, formar profesionistas para el presente, vemos con asombro que se siguen formando profesionistas para un siglo que ya no existe: “La universidad es una institución social intermedia que, por sus características peculiares, es reproductora de la cultura prevaleciente en la sociedad en la cual se inserta. También es creadora de cultura interfiriendo y dinamizando la sociedad de la cual es parte” (González, 1990:30), mientras que Foster y Tierney (1987) en Escala (1988) “La cultura institucional se refiere a las interpretaciones que los participantes desarrollan acerca de la naturaleza de su organización […] La realidad profesional se define a través del proceso de intercambio social, en el cual las percepciones se afirman, se modifican o se cambian de acuerdo a su aparente congruencia con las percepciones de otros”(44).  Es entonces a partir de éstas ideas que consideramos que en las universidades se debe hablar de una cultura del aprendizaje, que permita que la docencia se transforme en ese eje en el proceso de formación, mediante el intercambio en su propia comunidad académica, donde pueda construirse en ese espacio organizado, intencionado y sistemático que lo lleve a promover aprendizajes más significativos en su alumnos.

El profesor de educación superior enfrenta un desarrollo profesional complejo: ser un experto de un campo de conocimiento, con pleno dominio de sus avances, ser un investigador capaz de generar y aplicar conocimiento a sus estudiantes y propiciar en ellos aprendizajes significativos, contar con conocimientos y habilidades sobre el currículo, la pedagogía, la epistemología, el uso y la aplicación de las nuevas tecnologías, entre otras muchas demandas que hay que atender y resolver  (Padilla, 2007:19).

No pudiéramos pedirle al profesionista tal preparación como docente al ingresar a una institución, si las normas y reglamentos sólo convocan por perfil de formación y experiencia sobre los temas que en el currículum se presentan, por ello el que tengan o no habilidades de enseñanza queda supeditada a distintos aspectos durante la elección del profesorado en muchas universidades, acerca de esto es donde podemos ver de una manera más clara a la calidad de la docencia, no como un concepto puro, más bien relativo a las acciones de los profesores e impacto en su entorno, para ello González (1990), nos presenta el siguiente esquema donde establece la relación que se construye en el espacio social que configura la escuela y como las fuerzas que impelen, retardan y estabilizan la práctica docente a manera de vector que tiene un inicio y fin en un tiempo determinado.

Tales fuerzas están relacionadas con los grupos y culturas que coexisten en las escuelas, las posturas de los profesores, la relevancia de sus acciones

Esquema 1. Calidad de la docencia Universitaria

Fuente. Tomado de González en CINDA (1990: 31)

La dirección es la orientación teleológica y la conceptualización del currículum expresada en todo el proceso educativo en cada institución, y puede ir en ambos sentidos de acuerdo a las posturas de cada universidad, la magnitud indica la dimensión del cambio que se realizó y el sentido  está referido al avance o retroceso hacia la orientación teleológica que se definió al inicio, todo dentro de un contexto y tiempo. En otras palabras los docentes pueden hacer propuestas académicas que responden al currículum, de acuerdo a las necesidades formativas de los estudiantes y es de estas prácticas que se espera que tengan un impacto significativo o no para la formación de los alumnos, y el éxito dependerá de sus habilidades docentes en cuanto a didáctica para el diseño de situaciones de aprendizaje.

Es complejo pensar en las funciones que hoy se le piden a los profesores universitarios, y nos damos cuenta de que humanamente no todos podrían tener o desempeñar todas con el mismo éxito, como profesionista, investigadores y profesores; es ésta última la que tal vez vayan desarrollando con la estrategia del ensayo y error, hasta que encuentren una forma de enseñar  de manera adecuada a los estudiantes.

La docencia superior según la UNESCO:

Pide al docente que mantenga un esfuerzo riguroso en el estudio y en la investigación para toda la vida, constituye ésta una profesión: es una forma de servicio público que requiere del personal con profundos conocimientos y de un saber especializado; exige además un sentido de responsabilidad personal e institucional en la tarea de proporcionar educación y bienestar a los estudiantes y a la comunidad en general, así como para alcanzar altos índices profesionales en las actividades de estudio y la investigación (1997:4).

El posibilitar que los docentes puedan comprender la forma en cómo acercarse y enseñar a sus alumnos, es una de las tareas de la universidad de hoy en día, percibir al alumno en todas sus dimensiones: social, cultural, emocional e intelectual; comprender su contexto para saber cómo ha venido aprendiendo y así potencializar sus capacidades.

Constatamos que actualmente ya no es suficiente que el profesor sea un simple dispensador de conocimientos. Se les pide que también sea un modelo, un iniciador democrático, un mediador entre el conocimiento y el alumno, un promotor de valores, un motor de cambio, un educador dispuesto incluso a suplir las carencias derivadas de la falta de educación familiar, un experto de las nuevas tecnologías, un gestor de recursos, un dinamizador de la comunidad, un catalizador de transformación social (Pérez, 2007:42).

La docencia tiene que irse consolidando mediante la sistematización de las experiencias de los propios profesores, de cómo éstos adecuan sus prácticas, políticas y programas de la propia institución, encontrar las rutas de colaboración no es fácil, ya que en educación superior nos encontramos con la resistencia ante la innovación y al cambio, se deben buscar los contenidos y objetivos que permitan la transición a nuevos retos dentro de cada institución.

El recuperar los espacios formativos en las universidades para los docentes es una opción necesaria, brindar experiencias para que sigan formándose en sus áreas disciplinares a la par con sus docentes; el construir experiencias en la misma institución en cuerpos académicos donde se pongan en claro las necesidades formativas, y trabajar sobre ello, fortalecer una ruta formativa permanente.

Para ello se plantea como necesario el poder evaluar la calidad de la docencia, y para ello se han planteado tres modelos: el Sistémico, Evaluación Globalizada de Stake y el Antropológico de Spradley, que se describen a continuación:

  1. Modelo Sistémico: se centra en tres componentes (entrada, transferencia y salida), mediante el primero se presenta el acceso, incorporación y permanencia de los jóvenes de la edad correspondiente en la educación universitaria, la transferencia se refiere tanto a los recursos como a los procesos pedagógicos y administrativos que pueden estar incidiendo en los cambios que operan en los estudiantes y el último que es la salida está dada por la relevancia que tienen los cambios ocurridos en los egresados en relación con el entorno social.
  2. Modelo de evaluación globalizada de Stake: comprende siete aspectos sustantivos: 1) Descripción institucional y de los componentes o personas involucradas, 2) La evaluación del esfuerzo concebida como la relación entre la energía puesta y los resultados obtenidos, 3) La evaluación de la efectividad entendida como la relación entre los resultados y los objetivos explícitos planteados inicialmente, 4) La evaluación de la eficiencia concebida como la optimización de los costos y plazos para obtener resultados similares, 5) La evaluación de los procesos que consiste en desentrañar las fuerzas impelentes, oponentes y retardantes y del conjunto de otros factores que interactúan afectando a los resultados obtenidos, 6) La evaluación de la relevancia, considerando la eficacia, es decir, el grado en que se produjo un cambio real en el sentido propuesto y el impacto que este tuvo en el contexto social; la pertinencia vale decir, la comprobación de los objetivos propuestos eran realmente los requeridos, desde una perspectiva externa; el análisis de objetivos implícitos o emergentes y, en general la importancia que la sociedad le atribuye al cambio, 7) Las sugerencias que resultan en función de los antecedentes de la evaluación considerada.
  3. Modelo Antropológico de Spradley: asocia el acto educativo a una escena cultural, en un determinado ambiente social, para ello usa nueve componentes para describir y analizar una escena cultural: 1) Actores involucrados, 2) Los espacios y lugares donde ocurren los fenómenos sociales, 3) Las actividades o acciones acaecidas, 4) Los eventos o procesos, 5) Los tiempos o plazos, 6) Los objetivos que aparecen, 7) Los sentimientos que se detectan, 8) Las metas que se establecen, 9) Los distintos papeles que juegan los actores en diferentes circunstancias.

Estos modelos de evaluación acerca de la calidad de la docencia permiten recuperar la esencia de las prácticas docentes y su impacto en las instituciones; el primero observa el hecho educativo como un sistema que a partir de los procesos desde el ingreso de los alumnos y sus aprendizajes va creando los engranajes que le permitan al egresar de la institución poderse desempeñar en cierta profesión, el segundo fragmenta el hecho educativo y lo evalúa de la misma manera en relación a los objetivos y sus logros, el último retoma las construcciones que hace el docente respecto de sus experiencias y cultura académica para generar los momentos de aprendizaje con los estudiantes, no se cierra solo al logro de los objetivos sino que incluye otros componentes que permiten la comprensión de las acciones del docente en el espacio educativo, donde la universidad tiene repercusión en esas interacciones, tal como se aprecia en los siguientes esquemas:

Esquema 2. Modelos de interacción de la Universidad y la Calidad Docente

Fuente: Bulman y Deal (1981) en Escala (1990).

Bajo un modelo de evaluación de la calidad docente en cuanto al logro de objetivos se tiene una perspectiva tradicional donde todo es lineal y no hay un intercambio entre lo que sucede en la universidad y la práctica educativa de sus profesores, en tanto que cuando se evalúa el proceso y se toman en cuenta otros factores como la cultura tenemos una perspectiva simbólica que permite interconexiones entre los docentes y la institución para mejorar la interacción entre ambos.

Si bien es cierto no podríamos aseverar que si se tienen evaluaciones favorables sobre las capacidades y habilidades de los docentes esto garantizaría el éxito de cualquier universidad, también se coincide que sin indicadores que guíen el trabajo de los profesores no se pueden orientar las mejoras a los aprendizajes, en este sentido, los docentes según Benavides (1988) deben entender la calidad de sus acciones en relación del “ser-en-otros”, estableciendo esas comparaciones como atributos, ya que ésta no es un objeto, no es un ser, representa un significado de acuerdo a posicionamientos políticos, sociales, económicos y culturales a los que la universidad busca responder.

Por tanto se hace indispensable que los docentes sepan establecer la diferencia entre  la calidad relacionada con los grados académicos y la otra más cercana con la visión más humana de la calidad educativa, aquella que ve a la educación como un derecho que se ha ganado mediante luchas históricas en muchos países, buscando la justicia y la equidad para los ciudadanos.

Construir nuevos significados del concepto de calidad, de modo que respondan a las necesidades de cooperación (más que de competencia), de solidaridad (más que de discriminación) y de disfrute de la diversidad (más que de subordinación), es una tarea compleja que convoca al consenso en la comunidad internacional acorde a los principios y valores que deben animar el nuevo enfoque (ceaal, s/f: 2) Recuperado de www.ceaal.org.

Encaminar las acciones docentes a la recuperación del sentido humano de la educación, comprender que las universidades son parte importante del desarrollo integral de las personas, plantear una calidad educativa que surja de las construcciones sociales desde las comunidades académicas, una docencia desde el Sur, revalorizando las experiencias de cada uno, alejarnos de la visión de la escuela como una fábrica de productos de “buena calidad” y la encargada de dar “títulos”; por un espacio de crecimiento y transformación real, que se vincule con la sociedad sus necesidades y problemáticas.

Este mundo del siglo XXI tiene profesionistas que poseen múltiples saberes pero carecen de humanidad, ahí vemos una calidad alejada de la integralidad; abogados que utilizan las leyes para sacar de la cárcel a narcotraficantes y ladrones, médicos que trafican con órganos y medicamentos, agrónomos que contaminan el suelo con pesticidas, contadores que manipulan las cifras para beneficiar a unos pocos, profesores que obvian las necesidades educativas y solo se dedican a emitir calificaciones aprobatorias que no representan los saberes construidos; estamos creando monstruos perfectamente educados, con títulos, nombramientos, pero poco humanos y sensibles al sufrimiento de otros; estamos en esa visión de que el fin justifica los medios, no importando lo que se deba hacer para lograr tener dinero, propiedades o status en nuestro entorno.

Esta nueva calidad educativa más humana debe partir de principios que pongan al centro del proceso al alumno, al docente, pero desde una perspectiva más allá de la notas y títulos, para ello nos referimos a lo propuesto por Muñoz (2006) en el documento de la ONU sobre el Derecho a la Educación, en ceaal (s/f):

  1. La educación como un derecho humano internacional/nacional, la calidad educativa debe atender a este derecho.
  2. La calidad como un concepto totalizante/complejo social e históricamente determinado, asumir una definición amplia y no reduccionista de calidad educativa.
  3. La educación comprende procesos individuales, familiares y comunitarios e institucionales que resultan determinantes para la construcción de aprendizajes e involucran el cumplimiento de las obligaciones estatales y el ejercicio de los derechos y libertades públicas, colectivas e individuales.
  4. La calidad está vinculada también con las condiciones alrededor del hecho educativo, como: las vías de acceso a las escuelas, los programas sociales para mitigar las crisis económicas y la pobreza.
  5. Las instituciones educativas no deberían interesarse exclusivamente por la consecución de buenos resultados de aprendizaje, sin considerar los otros fines de la educación como por ejemplo desarrollar la personalidad y las aptitudes del estudiante, inculcar el respeto a los derechos humanos y a la identidad de los alumnos, construir relaciones de paz, tolerancia, igualdad y amistad entre los pueblos.
  6. Dada su naturaleza compleja la calidad de la educación no puede ser medida únicamente con la aplicación de pruebas relacionadas con el aprovechamiento escolar y sus resultados.
  7. La calidad escolar no puede ser medida con base en solo un sujeto del proceso (estudiantes), debe tomarse también en referencia a la institución y los profesores.
  8. Se vive la calidad como un estado de bienestar no solamente del estudiante y el maestro, sino un bienestar común que requiere la apertura de espacios para la participación y la toma de decisiones.
  9. La noción de calidad no puede ser vinculada con educación privada en detrimento de la educación pública. Asimismo sus resultados tampoco deberían promover políticas de gratificación y promoción del trabajo docente en tanto esto genere una brecha entre los mismos trabajadores, favoreciendo la desigualdad (pág. 3-4).

Es una tarea compleja  más no imposible, que parte de las instituciones y los profesores para poder consolidarse y llevar a los estudiantes a esa educación del siglo XXI, que es tecnológicamente cambiante, pero donde no debemos perder de vista al humano que se está construyendo en nuestros espacios educativos, aquí retomo una idea del Dr. Rafael Herrera Álvarez:

Al conocimiento se llega buscando los complementos emotivos y cognitivos de los que holísticamente está formado el ser humano. Estos dos aspectos son necesarios para la comprensión del mundo, adaptándose para vivir en él, trascendiendo la naturaleza, en la de conocerla para vivir, no de ella, sino con y para ella (Herrera, 2013: 316).

La calidad educativa debe ser considerada un sujeto y convertirse ese predicado que nos lleve a transformar las acciones, a encontrarnos y poder juntos caminar hacia mejores condiciones de bienestar para todos, dejar de ser monstruos bien educados.

REFERENCIAS

Benavides, L. (1988), “Teoría y metodología de la educación de adultos”, CREFAL. México.

Escala, M. (1990), “Implicaciones de una conceptualización simbólica de la Calidad Educativa” en La docencia universitaria en América Latina y el Caribe, CINDA. Santiago, Chile.

González, L. (1990), “Calidad de la Docencia Universitaria en América Latina y el Caribe” en La docencia universitaria en América Latina y el Caribe, CINDA. Santiago, Chile.

Herrera, Álvarez, R. (2013), “Tendencias contemporáneas en educación”, UPN, Michoacán.

Padilla, Muñoz, R., (2007), La capacitación y actualización de profesores universitarios (un estudio de caso), Jalisco, México, Universidad de Guadalajara.

Pérez, Gómez, (2007), Profesorado y otros profesionales de la educación alternativas para un sistema escolar democrático, Madrid, España, Ediciones Octaedro.

UNESCO (1997) Acuerdo 29/12: Aprobación de una recomendación relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior. Anexo, pp. 2-3

WEBGRAFÍA

Un nuevo concepto de calidad educativa desde la perspectiva de los derechos humanos.

Recuperado de:

www.ceaal.org/v2/archivos/publicaciones/carta/calidad-educativa.pdf   17/08/2018

[1] Entenderemos como personal docente de la enseñanza superior, a todas aquellas personas que en instituciones o programas de enseñanza superior se dedican a enseñar y/o realizar estudios académicos o investigaciones, y/o a prestar servicios educativos a los estudiantes o a la comunidad en general mediante sistemas audiovisuales o informatizados, bibliotecas o servicios de asesoramiento (UNESCO, 1997:3).

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