Mundo/01-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.educaciontrespuntocero.com
Los recursos didácticos digitales favorecen la transformación digital de los procesos de enseñanza-aprendizaje y su aplicación en metodologías activas. Un ejemplo es el Proyecto E-Dixgal de Galicia que cuenta con la participación de aulaPlaneta. Aitor Mensuro, director de Sector Público e Instituciones de aulaPlaneta, explica cómo son los recursos digitales de la editorial disponibles a través de esta iniciativa y cómo han acompañado a los docentes en su formación.
El centro educativo digital supera el concepto de centro educativo tradicional. Persigue disponer de los recursos humanos y pedagógicos, así como de infraestructuras y servicios adecuados, para un uso cotidiano de la tecnología por parte de todos los agentes de la comunidad educativa en la actividad docente, de aprendizaje y administrativa.
En lo que respecta a la docencia digital, es preciso disponer de un buen ecosistema asentado en tres pilares: dotación de infraestructura y equipamiento de dispositivos, disponibilidad de recursos didácticos digitales y herramientas, y el fomento de una cultura de docencia digital en la práctica educativa. Sin estos elementos bien alineados, resulta muy complicado avanzar en los procesos de innovación y en la consecución de buenas prácticas que incorporen la transformación digital de los procesos de enseñanza-aprendizaje y la aplicación en estos de metodologías activas.
La Consellería de Educación de la Xunta de Galicia, en el marco de su agenda digital, ha trabajado para dotar de estos tres pilares a sus centros educativos desde hace más de una década y de manera mucho más intensiva en los últimos años. Recientemente, los ha agrupado bajo la denominación de Servicios Digitales Educativos.
Un entorno virtual de aprendizaje con recursos digitales
Durante el curso académico 2014/15, dando continuidad al Proyecto Abalar iniciado en 2010 para la integración de las TIC en la práctica educativa, la Consellería de Educación y la Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia (AMTEGA), pusieron en marcha el Proyecto E-Dixgal con el objetivo de implantar los recursos digitales en los centros educativos de la comunidad gallega. Ese primer año se beneficiaron de su implantación más de 7.500 alumnos. Por su parte, en el curso 2020/2021 se han visto favorecidos 470 centros.
En total, forman parte del Proyecto E-Dixgal 40.000 estudiantes y se calcula que cada año se incorporan unos 80 centros nuevos a esta iniciativa. A este respecto, profesorado y alumnado de los centros E-Dixgal desarrollan su actividad educativa diaria en un entorno virtual de aprendizaje que les permite acceder a recursos digitales para los cursos de 5º y 6º de Primaria y 1º y 2º de Secundaria de diversos proveedores (está en marcha ampliar su cobertura a los cursos de 3º y 4º de Secundaria). De este modo, los recursos digitales se convierten en el principal elemento de trabajo de docentes y alumnos tanto en el aula como fuera de ella. Al participar en E-Dixgal, renuncian de forma voluntaria al uso de los libros de texto tradicionales.
La aportación de aulaPlaneta
La iniciativa E-Dixgal cuenta con aulaPlaneta como proveedor de estos recursos digitales desde 2018, cumpliendo así con una de las medidas de mejora previstas por la Xunta paraimpulsar la educación digital en Galicia.
La propuesta de aulaPlaneta está integrada por más de 20.000 recursos curriculares, atomizados y personalizables. Desarrolla, asimismo, el currículo de cada materia y curso con secuencias didácticas adaptables a las necesidades del aula que cumplen la función vertebradora en el aprendizaje. También presentan el contenido con calidad y rigor, bien estructurado, y adaptable al proyecto del centro y a las necesidades del alumnado.
Esta flexibilidad y carácter modular de los recursos permiten al docente establecer de forma sencilla itinerarios formativos con propuestas para fomentar la indagación y la investigación, el trabajo colaborativo, y ejercicios para pensar y consolidar lo aprendido.
Además de las materias obligatorias, ofrece más de 400.000 recursos educativos de animaciones, fotografías y gráficos de alta calidad, vídeos y fragmentos sonoros, estadísticas actualizadas, atlas mundial, cronologías, artículos de temas de actualidad, navegador visual, etc.
Formación y acompañamiento
La formación y el acompañamiento del equipo de aulaPlaneta ha ayudado a muchos docentes a reducir su temor por el uso de los recursos digitales en sus aulas, y a resolver las dudas a muchos profesores con menos experiencia en la docencia digital para que puedan adaptar su metodología y actividades.
A este respecto, María Mora, formadora y experience manager de aulaPlaneta, valora: “El proyecto E-Dixgal es muy amplio y ofrece un gran campo para poder digitalizar todo el proceso de cambio que no es sencillo porque significa salir de la zona de confort. Por ello, el acompañamiento pedagógico es imprescindible para poder realizar una implementación que genere ilusión, confianza y resultados.
Asimismo, la formadora hace un llamamiento para que cada docente descubra y compruebe cómo estos recursos digitales pueden ayudarle en su día a día incorporando propuestas diferentes para trabajar de forma competencial, cooperativa y por proyectos.
Experiencias en primera persona
Son muchos los casos de éxito de centros que avalan la aportación realizada por la editorial, como por ejemplo, el CEIP Pérez Viondi de A Estrada (Pontevedra). Xosé Méndes, uno de los profesores del centro afirma: “Los recursos de aulaPlaneta han facilitado la labor de los docentes, sobre todo por la gran cantidad de actividades e información que ofrecen para trabajar con los alumnos y los distintos enfoques de aprendizaje. En este mismo sentido, Luisa Pita, coordinadora de E-Dixgal en el IES Terra de Turonio de Gondomar (Pontevedra) añade: “El centro lleva años preparándose para la educación digital. Entendemos que nuestro alumnado necesita una nueva manera de aprender. E-Dixgal nos da la oportunidad, los dispositivos y los recursos de aulaPlaneta para diseñar esta nueva forma de enseñar y aprender”.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/e-dixgal-educacion-digital/
Autoridades del sector educacional de Nicaragua proyectan hoy al menos un millón 750 mil estudiantes para el curso escolar del año 2021, lo que constituiría un aumento de la matrícula en comparación con la etapa precedente.
El asesor presidencial para temas educativos, Salvador Vanegas, declaró que el crecimiento proyectado del cuatro por ciento se calcula a partir de las tasas de población vigentes en el país, de acuerdo con la información que amplifica Informe Pastrán.
El funcionario anunció que el 4 de diciembre cerrarán las matrículas para el calendario docente del año próximo, cuyo presupuesto en inversión de infraestructura supera los mil 100 millones de córdobas (poco más de 31 millones de dólares).
Vanegas señaló que en el 2020 el sistema educativo nicaragüense avanzó en indicadores claves para aumentar la calidad, como la profesionalización de docentes.
Estamos cerrando el año con centros de estudios declarados libres de empirismo, aunque queda un porcentaje bajísimo del 2.5 por ciento de docentes que todavía no se profesionalizan, pero están siendo atendidos, apuntó el ministro asesor.
También indicó que otro avance del 2020 fue el acompañamiento a la continuidad educativa, un esfuerzo que desarrollan de forma conjunta el Consejo Nacional de Universidades, el Tecnológico Nacional y el Ministerio de Educación.
Es urgente y necesario politizar el malestar del profesorado y concienciarnos de que no estamos al servicio del poder, sino del pueblo. Esto no equivale a tomar una posición partidista, sino a reconocer el origen de ese malestar y comprometernos ética y activamente con el derecho de todas las personas a una educación digna.
Una de las repercusiones que ha tenido la pandemia es el padecimiento de un nuevo malestar entre los docentes de todos los niveles. A los malestares que teníamos por las políticas destructivas de lo público durante décadas, se han añadido los derivados del confinamiento y el improvisado comienzo de curso. Este nuevo desasosiego tiene como ingredientes, entre otros, el miedo, el estrés y la incertidumbre cotidiana provocados por la inseguridad sanitaria.
Emocionalmente, muchos docentes estamos afectados: hemos tenido que dejar parte del alumnado que teníamos, actuar como individualidades aisladas y excesivamente inestables, soportar la presión de las familias que exigen una lógica y necesaria seguridad para sus hijos e hijas y, al mismo tiempo, garantizar una calidad de la enseñanza que dé respuesta a las necesidades de todos, cuando las necesidades, en muchos casos, se han multiplicado. Ello mientras la Administración y algunos medios de comunicación cargan sobre los centros educativos la responsabilidad de lo que pueda suceder. El resultado es un malestar individual que mezcla el sentimiento de abandono por parte de la Administración y la sensación de una menor valoración social.
Este proceso se une a otro de más largo recorrido por el que la educación se ha ido despolitizando de forma progresiva. Ello explica, en buena medida, la respuesta del colectivo docente a su malestar actual. Más allá de tomas de posición minoritarias de gran valor, hay una respuesta silenciosa y mayoritaria en forma de sumisión y obediencia. Esta reacción se enmarca frecuentemente en la cultura de la queja, en la que los demás tienen la culpa y nosotros no podemos hacer nada más que lamentarnos y tragar. Caemos así en la tentación de la inocencia, en la que eludimos nuestra responsabilidad, y nos instalamos en la desesperanza y la inacción.
Hemos compartido docencia con compañeros con quienes no se podía hacer ninguna referencia crítica a situaciones problemáticas porque, decían, era hacer política y había que ser neutrales. No eran conscientes de que la apelación a la neutralidad es defender el statu quo, y esta es también una opción política a favor del desorden establecido. Por eso, el profesorado, en general, sigue asumiendo pasivamente su malestar; porque denunciar públicamente lo que lo provoca es hacer política, algo que se ha convertido en un tabú vergonzante en lugar de en un imperativo ético y profesional.
Para educar y educarnos necesitamos justo lo contrario: generar una cultura de positividad y compromiso en la que se analicen las causas de los problemas, para así afrontarlos y transformar la realidad injusta que se nos impone. Es urgente y necesario politizar el malestar del profesorado y concienciarnos de que no estamos al servicio del poder, sino del pueblo. Esto no equivale a tomar una posición partidista, sino a reconocer el origen de ese malestar y comprometernos ética y activamente con el derecho de todas las personas a una educación digna. Olvidar que la educación es política es ignorar que su función es construir ciudadanos capaces de convivir en una sociedad democrática, plural, diversa y superadora de las injusticias sociales y económicas.
No podemos permanecer ajenos a lo que sucede en la sociedad en general y en el sistema educativo en particular como si no tuviera que ver con nosotros. La despolitización nos lleva a apuntalar la manipulación, la alienación y la pedagogía del opresor, y a aceptar políticas que son un atentado contra el derecho a la educación de nuestro alumnado y de nosotros mismos. Es necesario aceptar que somos parte del problema y de la solución, salir de la falsa neutralidad, de la cultura de la queja y de la obediencia, superar la tentación de la inocencia y comprometernos en favor de la escuela pública que queremos.
Mientras la situación educativa no vaya en la dirección deseada será necesario cierto malestar. Una desazón que nos mantenga despiertos y actuando. Toca transformar el malestar destructivo que nos invade en una esperanza audaz y cargada de rebeldía que nos lleve a construir una educación de calidad para todo el alumnado sin excepción. Sin duda, este objetivo merece nuestro compromiso.
Las cuarentenas sin medios se traducen, según las familias, en vulneración del derecho a la educación, y el informe Pisa revela que los estudiantes españoles de 15 y 16 años son los más tolerantes del mundo con los diferentes
Fernando Simón anuncia el apocalipsis de la segunda ola que se cierne sobre nosotros, mientras la Generalitat catalana desmiente que se vayan a cerrar las escuelas, aunque abre la puerta al cierre de los institutos. Las familias contienen la respiración para escapar de la pesadilla educativa y la trampa de la (no) conciliación en la que llevamos inmersos desde marzo y que hoy te resumiremos en forma de cuatro retratos.
Bienvenidos otro martes más a este recorrido semanal por la actualidad educativa en el que nos detendremos también en los héroes cotidianos que hay en las escuelas de medio mundo. Gracias por abrirnos la puerta de tu casa y compartir esta newsletter con quien pueda estar interesado. Y si tienes alguna historia con la que podamos aprender, puedes contárnosla aquí.
1. Retrato de la desatención educativa
«No hay un plan unificado. Al final pagamos el pato de su desorganización los alumnos«, así resume Andrea Henry, de la confederación de asociaciones de alumnos y alumnas CANAE, la desorganización que están sufriendo los centros educativos durante las cuarentenas. Las asociaciones de familias denuncian que los alumnos no están recibiendo la atención educativa mínima cuando los confinan por un positivo en su clase. Hemos recopilado los 526 mensajes que seis madres y un padre se intercambiaron durante la cuarentena de sus hijos y hemos reconstruido el Diario en WhatsApp de una cuarentena escolar. Muestra el caos, la desinformación, la indignación y el alivio durante el encierro domiciliario de una clase, que estuvo más de una semana sin noticias de su tutora.
pulsa en la fotoGráfico de Materia que muestra que la ventilación y el uso de mascarillas en el aula son determinantes para evitar brotes.MARIANO ZAFRA Y JAVIER SALAS
Quizás, María Ángeles Díaz habría dado el perfil como candidata a una de las becas Erasmus para institutos que la comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, ha prometido ampliar en Secundaria. Según explica, busca triplicar el presupuesto del Erasmus+ que actualmente llega al 5% de los estudiantes «para que mejoren en idiomas y ganen confianza en sí mismos». Lo contó en una entrevista el pasado sábado que fue trending topic en Twitter.
Seguro que también conectan con sus estudiantes los profesores que han optado por la vía que cuentan esta semana en Mamas&Papas: docentes de toda España incorporan ya en clase las dinámicas que propone el popular juego ‘Among Us’ para trabajar distintas competencias en el aula.
Los desafíos educativos de esta semana llegan en forma de tribunas. Contaba Daniel Villanueva, vicepresidente ejecutivo de la ONG Entreculturas, en El último día de clases que con la pandemia corremos el riesgo de tener grandes retrocesos en la educación: «Es indispensable redoblar la solidaridad global (…) si queremos estar a la altura de este desafío que amenaza uno de los principales derechos de la infancia: la educación».
Para Carmen Rodríguez Martínez, de la Universidad de Málaga, y Jordi Adell Segura, de la Universitat Jaume I de Castellón, el nuevo desafío viene de la mano de la reforma eductiva: la evaluación. «Debe desterrarse la evaluación como un mecanismo de sanción y de desafección del alumnado por lo estudios», proponen.
La profesora Sonia Iglesias, y especialista en Educación Emocional, cree que el desafío este curso en el que la educación digital ha cobrado tanta importancia debe ser capacitarnos para afrontar el acoso escolar y nos ofrece algunas pautas para lograrlo.
Y, según Xavier Monteys, catedrático de Proyectos arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, el gran desafío es convertir la ciudad en escuela. «La educación podría equilibrar el sentido de nuestros espacios públicos en favor de una ciudad escuela. La ciudad que estamos viendo emerger para reparar las consecuencias de la pandemia, podría aprovechar para repararse también como ciudad», concluye. Ojalá.
Cuatro son los planos que Fernando Trujillo, docente en la Universidad de Granada y socio fundador de ‘Conecta 13’, considera importantes para expandir la educación presencial a través de la tecnología en plena crisis sanitaria: el comunicativo, el curricular, el evaluador y el facilitador. Y para que funcionen, Trujillo lo tiene claro: hay que replantearse el verdadero uso de la tecnología en la educación.
La crisis sanitaria pilló a la educación del revés sin el soporte que le daba la presencialidad en las aulas. El curso ha comenzado de nuevo y los centros, docentes y equipos directivos necesitan pautas y propuestas para estructurar lo que será la educación de ahora en adelante.Y de eso trata el último manual de Fernando Trujillo (docente en la Universidad de Granada y socio fundador de ‘Conecta 13’) ‘Aprender y enseñar en tiempos de confinamiento’, en el que se recogen distintas propuestas para la educación del siglo XXI.
Trujillo señala que un cambio en la educación no es sinónimo de ‘digitalizar las escuelas’ sino de preguntarse cuál es el verdadero uso que se quiere hacer de la tecnología; que hay que reforzar la educación presencial pero sin olvidar (y mejorando) todos los mecanismos que se llevaron a cabo en pleno confinamiento y que la educación es una tarea permanente a lo largo de la vida y también colectiva (en la que las familias son aliadas necesarias).
Y ahí está la clave de la educación del futuro: “La educación dejará de ser una tarea exclusiva de la escuela, aunque ésta siga siendo la institución fundamental y privilegiada de aprendizaje en sociedad”.
Pregunta: El objetivo de este libro es hacer propuestas útiles para la educación del siglo XXI tras la crisis sanitaria. ¿Cuál es el papel que deben asumir docentes y estudiantes en esta ‘nueva educación’?
Respuesta: La pandemia de COVID-19 ha generado en la educación una serie de grietas que nos permiten ver las debilidades del sistema, aquellos aspectos que deben ser reforzados para la construcción de un sistema educativo ajustado no solo a la realidad actual, que es ciertamente excepcional, sino también a los retos que plantea el siglo XXI.
En este sentido, tanto los docentes como los estudiantes comparten un reto: aprender para desarrollar su vida ciudadana y en sociedad, además de sus competencias personales o profesionales. Es decir, el aprendizaje en el siglo XXI es la puerta de una vida plena en lo personal y en lo social y sin unos aprendizajes mínimos parece difícil alcanzar un desarrollo pleno y feliz del individuo en sociedad.
Para ello, además, tanto docentes como estudiantes viven en conexión. Ser nodos de distintas redes y comunidades nos permite no sólo aprender más y mejor sino también poder contribuir a la mejora de la sociedad y de nuestro entorno, contribuyendo a tareas tan importantes como la promoción de la salud propia y de quienes nos rodean, el cuidado del medioambiente, la defensa de los derechos humanos o la aspiración compartida que representan hoy los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Con este telón de fondo se desarrolla la actividad de construcción del conocimiento y la docencia. Ambas implican hoy nuevos roles como la resiliencia, la búsqueda y gestión de información, la lectura y el pensamiento crítico o el desarrollo de las alfabetizaciones múltiples. Este conjunto de roles representan cómo será el aprendiz y los educadores del siglo XXI, especialmente a partir de esta experiencia de pandemia que, de algún modo, ha alterado la ‘normalidad’ secular de la institución escolar.
P: Comenta que el periodo de confinamiento ha convertido las aulas en un espacio vacío e inerte, desprovisto de su sentido primordial. ¿Qué ocurrirá con la educación presencial a partir de ahora?
R: La educación presencial es un dispositivo de aprendizaje de gran relevancia en nuestra cultura, no sólo por la adquisición de conocimientos sino por representar una experiencia de socialización de gran calidad entre distintas generaciones y perfiles sociales y familiares diferentes. En este momento representa una institución insustituible en nuestra sociedad.
Sin embargo, la irrupción del coronavirus y la puesta en funcionamiento de la educación a distancia durante el confinamiento y de educación semipresencial durante el presente curso tendrá un impacto en la educación presencial. Sería temerario olvidar la experiencia vivida y desmontar muchos de los mecanismos y las prácticas que se han organizado para mantener la educación en funcionamiento más allá de la presencialidad.
«El aprendizaje en el siglo XXI es la puerta de una vida plena en lo personal y en lo social y sin unos aprendizajes mínimos es difícil alcanzar un desarrollo pleno y feliz del individuo en sociedad»
En este sentido, podríamos hablar de una presencialidad enriquecida por la tecnología, que ya estaba presente en muchos centros educativos y que ahora tenderá a generalizarse ya sea por decisión propia de los docentes y los centros o por estímulos ofrecidos desde la Administración educativa u otras instituciones.
P: ¿Cuál es el plan que deberían seguir los docentes para enseñar más allá de la presencialidad? ¿Qué pasos adelante se pueden dar para mejorar nuestra educación presencial tradicional?
R: Hay cuatro planos de expansión de la presencialidad promovidos por la tecnología, algunos de los cuales ya se han experimentado durante el confinamiento: el plano comunicativo, que usa la tecnología para establecer vínculos y garantizar la interacción entre el alumnado, el profesorado y las familias; el curricular, que incluiría tanto la presentación de contenidos como las actividades de aprendizaje a realizar (para las cuales se utilizaría la tecnología especialmente en la promoción de enfoques activos de enseñanza y aprendizaje); el evaluador, que utiliza recursos tecnológicos para promover una evaluación alternativa al examen escrito, más en consonancia con el tipo de actividades que se plantean en el plano anterior y, por último, un plano de la facilitación, que pone la tecnología al servicio del aprendizaje de todo el alumnado para garantizar que todos aprenden con propuestas, como el diseño universal de aprendizaje o la instrucción diferenciada.
Como se puede ver, en todos ellos la tecnología juega un papel importante pero lo central es preguntarnos para qué queremos usar la tecnología. En este sentido, el objetivo no es ‘digitalizar la escuela’ sino aprovechar el potencial de la tecnología para promover una mejora sustancial de la educación, pensando más en cuestiones como la cultura de la institución y las prácticas que tienen lugar en la misma.
P: La organización para este nuevo curso ha traído de cabeza a todos los centros educativos. ¿Cómo debe actuar un equipo directivo para adaptarse a la nueva situación y también para lo que viene?
R: En realidad, si algo ha traído de cabeza a los centros educativos, son dos cuestiones: la falta de instrucciones claras por parte de la Administración (las decisiones sustanciales para el curso 2020-2021 se tomaron a finales de agosto y principios de septiembre, por mucho que nos quieran hacer creer que estaban tomadas con anterioridad) y la falta de recursos en los centros.
Es decir, la cuestión no es cómo deben adaptarse los equipos directivos, que sin lugar a dudas lo están haciendo, sino por qué, a pesar de las peticiones claras y concretas de los centros, no se han dispuesto ni los recursos ni las medidas necesarias con la antelación suficiente. En mi opinión, la responsabilidad recae en el ámbito de actuación de la Administración, que ha actuado tarde y en muchas regiones con dudas y limitaciones.
En el ámbito concreto de los centros, si bien en un primer momento ha sido necesario que los equipos directivos desarrollaran un enorme liderazgo de gestión, especialmente durante el diseño de los planes de contingencia y su puesta en funcionamiento inicial a principios del curso 2020-2021, una vez que ya está iniciado es necesario que este liderazgo de gestión pase a ser invisible y ocupe todo el espacio el liderazgo centrado en el aprendizaje: los centros deben poner en marcha sus proyectos educativos en el marco generado por la COVID-19, a pesar de todas las dificultades y restricciones.
Es decir, es fundamental que se naturalice el uso de mascarillas y demás medidas higiénico-sanitarias y empecemos a hablar de aprendizaje y enseñanza en el contexto actual: este curso tiene que tener valor educativo, no sólo asistencial.
«El objetivo no es ‘digitalizar la escuela’ sino aprovechar el potencial de la tecnología para promover una mejora sustancial de la educación, pensando más en cuestiones como la cultura de la institución y las prácticas que tienen lugar en la misma»
P: ¿Hacia dónde se encamina la educación? ¿Cuál será el papel de las familias?
R: Hay dos grandes lecciones en el confinamiento y la pandemia: en primer lugar, la educación es una tarea permanente a lo largo de la vida y no debemos perder el foco a corto, medio y largo plazo; en segundo lugar, la educación es una tarea colectiva, en la que las familias son aliadas necesarias.
Si la primera afirmación nos debe hacer recordar que aquellos elementos curriculares que se dejan de ver un año podrían ser revisados al año siguiente o en contextos de aprendizaje no formal, la segunda nos recuerda que la educación trasciende el espacio del aula y de la escuela y tiene lugar en el contexto del hogar y, también, en la ciudad.
Así pues, nos encaminamos hacia un futuro donde la educación tendrá un valor más ecológico y dejará de ser (si no lo ha hecho ya) una tarea exclusiva de la escuela, aunque ésta siga siendo la institución fundamental y privilegiada de aprendizaje en sociedad.
P: ¿Un mensaje para los docentes del futuro?
R: Es arriesgado lanzar mensajes al futuro. La mayor parte de los mensajes encerrados en botellas o no llegan a su destinatario o quedan obsoletos por el camino.
Quizás la única realidad inmutable en educación es que la docencia es una actividad situacional y contingente. Es necesario estar atentos a los cambios de la sociedad y cómo esta crece en complejidad para ser capaces de responder también desde la complejidad de una profesión que está en permanente evolución.
Hoy nos corresponde dar respuesta a la crisis sanitaria pero más adelante serán otras crisis (medioambientales, con total seguridad, pero también económicas o sociales); la educación y el profesorado representan uno de los principales mecanismos de reacción ante estas crisis, tanto por anticipación de sus causas y sus efectos como mediante la preparación de unos ciudadanos y ciudadanas concienciados y preparados para su presente y su futuro. En esta crisis las educadoras y educadores han demostrado su valía y su capacidad de reacción y lo seguirán haciendo en el futuro.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/fernando-trujillo-educacion-presencial-es-insustituible/
América del Sur/Uruguay/25-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy
Será el martes 27 y el miércoles 28. El miércoles también hay paro de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza y ocupan el liceo Dámaso.
La Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) de Montevideo resolvió en asamblea convocar a un paro de 48 horas el próximo martes 27 y miércoles 28 de octubre.
La medida se toma en el marco de la discusión en el Parlamento de la ley de presupuesto.
Además, el liceo Dámaso Antonio Larrañaga de La Blanqueada será ocupado el miércoles 28, informa Montevideo Portal.
Sumando fuerzas
También ese miércoles está previsto un paro de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza y del Departamento de Funcionarios Públicos del PIT-CNT, que incluye una movilización frente al Palacio Legislativo.
El sindicato de profesores de Montevideo se suma a ese paro de 24 horas y agrega otro el día previo.
Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/sindicato-de-profesores-de-secundaria-anuncia-dos-dias-de-paro-la-semana-que-viene-id794930/
Europa/España/25-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es
Tras un mes de clases, los centros asturianos refuerzan la formación digital al alumnado y las familias para sortear la brecha digital.
Responsabilidad absoluta de los alumnos, colaboración de las familias, trabajo de docentes y equipos directivos y, al fin, seguridad. «Todo ha ido mejor de lo previsto», admite la directora del colegio gijonés Jovellanos. Los miedos, incluso el «caos» del inicio, se han ido disipando a medida que avanzaban los días. Y cuando hoy se cumple un mes de la vuelta a las aulas de 63.929 estudiantes de Infantil y Primaria, todos parecen acostumbrados a las mascarillas, los espacios separados, los itinerarios a seguir dentro de la escuela y hasta las divisiones en el recreo. Incluso a dar uso al ‘espacio covid’ donde se aíslan los alumnos con posibles síntomas. Muchos colegios han experimentado ya las cuarentenas y saben lo que es tener positivos en sus aulas.
Eso no significa que no haya habido «desajustes», como reconocía ayer una vez más la Consejería de Educación, que también pedía «perdón» por «los problemas que puedan haber sufrido las familias y los amigos», como también dice entender las reivindicaciones sindicales.
Admite la consejería que este arranque de curso ha sido un «reto» pero que se ha logrado que los centros sean entornos «lo más seguros posibles». Y todo, pese a los «desajustes» que hay todos los cursos, agravados esta vez por la covid. Y pese a que es consciente el equipo de Carmen Suárez de que quedan cosas por resolver. Dos de ellas, la situación de las cafeterías de los centros de Secundaria y de las aulas internivel, serán objeto de reuniones en los próximos días.
Los colegios hacen inventario de su material y analizan las posibilidades de conexión de cada familia.
Oviedo
El ovetense colegio Santa María del Naranco es el más grande de Asturias. Con 1.910 alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato empezó el curso con «bastantes incertidumbres». Todos los estudiantes, excepto los de tercero y cuarto de la ESO, acuden cada día al centro ubicado en Ciudad Naranco y los profesores «ya no solo nos ocupamos de las cuestiones pedagógicas, sino que también de la higiene y la protección del alumno». Así lo cuenta su director general, Jaime Nicolás Alvarodíaz, quien añade que la ventilación de las aulas es una de sus prioridades.
«Es difícil saber si un espacio está suficientemente oxigenado y esta es la razón por la que medimos el nivel de CO2 de las clases. Cuanto más haya es peor». En la actualidad tienen un aparato para medirlo y el objetivo es que en todas las clases haya sensores.
Los dispositivos se fabrican en la región, gracias a la empresa Ingenium y, cuando estén en funcionamiento, emitirán una alarma para alertar de que el número de partículas es superior a lo establecido: «Será de unas 700 por millón». Otro de los retos de este curso es «el equilibrio entre la calefacción y la ventilación». Quieren evitar los derroches de energía, pero la temperatura en las aulas bajará al abrir las ventanas.
Las medidas sanitarias se extienden a lo largo de la jornada escolar. A primera hora de la mañana se toma la temperatura a todos los alumnos, a pesar de que las familias lo han hecho previamente en sus casas, y si el estudiante tiene décimas se le envía a casa. «En estos tiempos toca ser prudente. Con cualquier síntoma de temperatura elevada, tos, diarrea o vómitos lo tratamos como si fuese un posible covid».
Hasta el momento solo han tenido cuatro positivos en alumnos sin relación entre ellos y ayer los estudiantes de Bachillerato que llevaban una semana confinados volvieron a clase. «Los contagios han sido muy bajos, Salud lo está haciendo maravillosamente y en los colegios estamos haciendo un esfuerzo enorme», concluye.
Grupos internivel
Familias de los colegios Baudilio Arce, el Parque Infantil, La Gesta, Fozaneldi, Loyola, Lorenzo Novo Mier y Las Campas, junto a las de Siero y Gijón, piden a la Consejería de Educación resolver los problemas de «desigualdades» que generan los grupos internitel. Son aquellos donde alumnos de dos cursos diferentes deben estar juntos este año para poder mantener las distancias de seguridad. La ratio ha bajado de veinticinco a veinte escolares, por lo que se han hecho clases con los alumnos ‘sobrantes’ de diferentes años.
En algunos casos, como en el Lorenzo Novo Mier, hay horas en las que los profesores deben impartir dos asignaturas distintas y esta es una de las razones por las que piden su eliminación. El lunes tendrán una reunión con representantes de la consejería a la que acudirán cinco asistentes. El resto podrán seguir el encuentro de forma telemática, según informaron ayer las familias afectadas.
Gijón
«Ha ido mejor de lo que esperábamos. Estamos muy contentos». Yolanda Fueyo es la directora del colegio Jovellanos y admite que, tras el muchísimo trabajo, nervios e incluso «horas de sueño», este mes ha demostrado que los centros habían organizdo bien el curso. Tan solo han tenido que ajustar, asegura, algunos horarios de recreos, un auténtico puzle de horas para que todos los cursos puedan salir al patio, pero sin que los grupos burbuja se mezclen con otros. Por lo demás, explica, los niños se han adaptado a la nueva situación, las familias están colaborando y los docentes poniendo todo de su parte.
También habla de balance positivo Simón Cortina, director del Corazón de María. « El gran trabajo realizado durante el verano y las medidas adoptadas mediante el plan de contingencia y los distintos protocolos están posibilitando que el curso avance con la normalidad prevista y deseable para el contexto en el que nos encontramos». También él destaca el esfuerzo de profesorado, personal no docente, alumnado y familia. «Sin estas claras y decididas actitudes no estaría resultando posible recuperar la naturalidad diaria. Se está demostrando por parte de todos capacidad de adaptación y el ejercicio de flexibilidad necesario para abordar las nuevas situaciones que se plantean con espíritu positivo y constructivo». En este colegio concertado, la dirección ha optado por publicar un día a la semana, a través de la plataforma interna del centro, « las incidencias que han acontecido a lo largo de la semana. Las familias lo agradecen y esto hace que el ambiente al interior del centro sea de confianza y tranquilidad».
Como en otros sitios de Asturias, también en Gijón los centros se están esforzando en tenerlo todo preparado por si en algún momento del curso volviera a decretarse el cierre de las aulas. En el colegio Miguel de Cervantes, por ejemplo, ya antes del 22 de septiembre habían comenzado la formación digital para las familias. Después, han logrado que las becas de libros se puedan destinar a la compra de tablets, teniendo en cuenta que el centro ha eliminado los libros de texto en su enseñanza. Ahora están dispuestos a ampliar su plan de digitalización para que ningún otro niño se quedara descolgado en otro confinamiento.
Avilés
Ha transcurrido un mes desde el comienzo del nuevo curso lectivo en los colegios avilesinos, marcado por los condicionantes de la pandemia, y para las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS) es el momento de hacer balance. El resultado de esa reflexión es generalmente positivo: los progenitores aplauden las medidas de seguridad establecidas en los centros, aunque demandan una mejora de los flujos de información y, sobre todo, reconocen la persistencia del miedo.
«Ha sido una vuelta al cole un poco caótica y desconcertante, pero es verdad que nuestro colegio tiene mucha seguridad», reconoce Mónica García Fuertes, presidenta de la ampa del colegio público Marcos del Torniello. Y es que, a su juicio, «aquí están mucho más seguros que en el parque, o en un bar, aunque hay padres que siguen teniendo algo de preocupación».
Aun así, en dicho centro, en el que se detectó un positivo por covid en uno de los alumnos apenas una semana después de comenzar las lecciones, «a una minoría de padres le molestó que no se informase mejor, pero es que no es nuestra competencia, sino de Salud o de Educación». No obstante, desde la ampa ven factible continuar con el curso, siempre «se mantengan las condiciones actuales».
Una situación parecida se vive en el colegio Poeta Juan Ochoa. La directiva de su ampa, en pleno proceso de renovación, no oculta que hay «miedo, obviamente, y es algo muy libre y comprensible» que la sensación mayoritaria es la de seguridad. «Tenemos todas las pautas y protocolos bien definidos, y sabemos que los pequeños están en buenas manos. No creo que haya demasiados problemas».
Siero
En Siero, donde hay diecisiete centros de Infantil y Primaria, la concejala delegada del área de Educación, Mercedes Pérez indicó que este primer mes «transcurrió sin incidencias». Si bien la edil quiso puntualizar la limitación de sus competencias al respecto, valoró muy positivamente «el esfuerzo y trabajo llevado a cabo por las direcciones de los centros y la responsabilidad de las familias que atendieron a las normas», clave, según Pérez, en las primeras semanas de tan atípico retorno a las aulas.
Sobre la organización previa, la concejala explicó que desde el Ayuntamiento, a través de las concejalías de Movilidad Ciudadana y Educación, se mantuvieron reuniones con los centros para barajar las posibles incidencias en los accesos a los centros y se llevaron a cabo distintas actuaciones para evitar aglomeraciones en las entradas y salidas y facilitar la fluidez del tráfico.
También se dio solución a la necesaria conciliación de las familias organizando los comedores «en tiempo récord». «Siempre atendiendo a los protocolos y los planes de contingencia de los centros, incrementando para ello el número de monitoras por servicio», puntualizó la delegada del área. Por último, contabilizó, se reforzó durante el turno de mañana la limpieza en todos los centros.
Esto, sin embargo, no ha evitado que en la última semana el Principado registrase siete incidencias relacionadas con la covid-19 en el concejo sierense.
Oriente
En el Oriente, tras las «dificultades» de reorganizar los espacios en un primer momento, este primer mes de clase ha transcurrido sin incidentes en el grueso de centros. En aquellos que se han librado hasta la fecha del virus, como el colegio Río Sella de Arriondas, viven «el día a día con preocupación por si sale algún positivo», reconoce la directora, Ana González. Los que ya han tenido que aislar aulas, como el Reconquista de Cangas de Onís, agradecen la respuesta del Sespa: «Está encima a tope», indica la directora, Covadonga Vega. También en el colegio Peña Tú de Llanes cuentan con clases afectadas, por lo que desde la dirección señalan que siguen «todas las instrucciones que nos van dado».
Una de las preocupaciones compartidas reside en las carencias en medios tecnológicos y conexiones de la zona rural en el caso de producirse un nuevo confinamiento. Los centros coinciden en la necesidad de tener identificados a los alumnos «vulnerables» para no repetir los errores del pasado curso. «Hay niños de pueblos apartados con mala cobertura», evidencia la directora del colegio Río Sella. En el colegio Reconquista, de Cangas de Onís, se encuentran «realizando un inventario» de recursos y tienen previsto además impartir formación a las familias. También en el cangués IES Rey Pelayo han detectado quienes requerirían de medios «si la cosa empeora y hay que hacer teledocencia», explica el director, Benjamín Argüelles.
Desde las direcciones coinciden además en que la respuesta de la comunidad educativa ante los protocolos de seguridad está siendo positiva. «Los niños están muy concienciados con las mascarillas y las distancia», explican desde el Río Sella. «Los estudiantes se están comportando y no hay que insistir en que se sometan a las medidas», respaldan desde el IES Rey Pelayo.
Caudal
«Los chavales han iniciado el curso más que contentos; les hacía falta una rutina de trabajo, la que se vio rota con la declaración del estado de alarma en el curso anterior». Es la percepción de la presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) del colegio público Aniceto Sela, Noelia Requejo, uno de los principales centros urbanos de Mieres. «Por lo que sé, los escolares se han adaptado muy bien a las normas de seguridad; desde el Ayuntamiento se han facilitado los accesos escalonados, para evitar aglomeraciones, y se respetan las normas sanitarias». El riesgo, apuntaba, siempre está latente, «pero se hace todo lo posible por reducirlo». Espacios separados, itinerarios a seguir dentro de la escuela y hasta divisiones en el recreo; «se han delimitado seis rectángulos en el patio en los que solo pueden estar los compañeros de cada clase; todo funciona de forma correcta», añade la representante de los padres.
Requejo explica que los docentes se están esforzando para enfrentarse a la posibilidad de llegar al peor escenario posible:lLa cuarentena de todo un aula o, incluso, al cierre de todo el centro. «Los escolares están recibiendo formación añadida para que sepan manejar, desde sus casas, las herramientas digitales en caso de que tengan que seguir las clases desde casa, como es el Teams y los programas de trabajo de Office facilitados por Educación a cada alumno».
Esta es la tarea en la que también se encuentran inmersos en el colegio público Horacio Fernández Inguanzo de La Foz de Morcín, pero lo realizan con un problema añadido. «Parte de nuestros 130 alumnos de Infantil y Primaria se encuentran en zonas rurales, que carecen de una conexión estable a internet; estamos realizando un análisis de la situación de cada familia en este aspecto para buscar soluciones», explicaba el director del centro, Antonio Sierra. La experiencia de la escuela, no obstante, está facilitando esta labor; «llevamos varios cursos en los que no utilizamos libros de texto ordinarios, y eso ayuda». Ahora se enfrentan a un problema desconocido hasta el confinamiento. Se hicieron llegar a familias equipos informáticos y se facilitaron conexiones vía satélite a los lugares donde no había otra posibilidad; «pero nos hemos encontrado con que hace ahora falta la conciliación digital en los hogares, ya que los padres usan sus herramientas informáticas para trabajar y se han visto obligados a compartirlas con sus hijos para sus tareas escolares».
También se van a realizar jornadas de formación para las familias en el uso de las herramientas digitales. Pero el director se queja de que el centro dispone de equipos informáticos escasos y obsoleto para dar respuesta a las familias en caso de un cierre a causa de posibles contagios. «Este problema ya se escapa de nuestras manos, es la propia consejería la que tendría que aportar soluciones».
Por lo demás, explicaba el director del centro morciniego, los chavales se han adaptado «muy bien» a las nuevas costumbres forzadas en la nueva normalidad. «Han sido los propios alumnos quienes han diseñado carteles informativos con las reglas a seguir», añadía. Todo el funcionamiento del centro es fruto del consenso con las familias. «Creemos que es como tienen que funcionar las cosas, con información y participación de los padres y alumnos». Sierra lo admite: «Pensamos en un principio que iba a ser mucho peor, pero lo estamos superando».
Occidente
En el suroccidente continúa latente la intención de dimitir de 20 directores de los centros educativos de la comarca. Así lo asegura la diputada popular, Gloria García, que mantuvo en encuentro en Cangas del Narcea con los equipos directivos, que asegura le trasladaron «estar al límite» pues «asumen responsabilidades que no son de su competencia». Además, los equipos directivos no han recibido formación para manejar los programas de gestión administrativa (GICE) y «no pueden presentar los presupuestos de los centros. Están paralizados». García recordó que los equipos directivos «ni son sanitarios ni gestores administrativos, son docentes». Tras el encuentro, García enumeró las quejas que le habían trasladado. Entre ellas, destacó que en el transporte escolar no se garantiza la seguridad sanitaria del alumnado, «pues se utilizan autobuses que cubren líneas regulares sin limpieza ni esterilización entre uno y otro». Por otro lado, afirmó que no se están atendiendo a los alumnos de necesidades educativas especiales «porque no están enviando el profesorado ni de pedagogía terapéutica ni de audición y lenguaje que necesitan estos niños». A ello sumó la brecha digital que, indicó, «sigue agravándose día a día» tras señalar que en un centro se dispone de 40 ordenadores pero las plataformas para enseñanza telemática solo funciona en un equipo. «Están pidiendo que formen a las alumnos y a las familias, pero no dicen ni cómo ni cuándo ni con qué», apostilló la diputada popular.
En Trevías, el ampa del colegio San Miguel se mostró satisfecho con los protocolos si bien afean a la administración regional la fusión de primero y segundo de Primaria que suma 17 escolares para cumplir con las ratios. La pérdida de la unidad educativa supone la pérdida del jefe de estudios. «El equipo directivo se ve desbordado y creemos que se podría haber hecho de otra forma», indicó el presidente de la ampa, Carlos Fernández.
En Belmonte de Miranda este curso están apostando por reforzar las competencias digitales para hacer frente a un escenario de docencia telemática si fuese necesario. «Estamos trabajando más con el blog y las tablets», señaló su directora, Nuria Peláez, que destacó la facilidad de los escolares para respetar las normas. «Superado el atragantón de los primeros días, lo cierto es que los alumnos nos están dando un ejemplo», concluyó.
En esta información han colaborado M. Rivero, A. Fuente, R. Agudín, B. G. Hidalgo, G. Pomarada y B. Pino.
Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/coronavirus-asturias-colegios-preparan-posible-confinamiento-20201022000848-ntvo.html
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