Los sistemas alimentarios deben ser no solo más eficientes, sino responsables con la sociedad y el medioambiente, declaró hoy la directora general adjunta de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), María Helena Semedo.
En una charla con representantes gubernamentales, de la sociedad civil y del sector privado, Semedo llamó a estimular el crecimiento económico sostenible y aseguró: “El futuro de la agricultura dependerá de cómo abordamos las amenazas del cambio climático y la degradación ambiental”.
Con el fin de promover economías verdes, la economista jefa del Ministerio irlandés de Agricultura, Sinéad McPhillips, presentó la iniciativa “Origin Green” (“Origen Verde”) con la que su país pretende desde 2012 aumentar las exportaciones de alimentos y bebidas produciéndolos de forma más sostenible.
Según McPhillips, Irlanda -que por su pequeña población exporta el 90 % de los alimentos que produce- ha aumentado en más del 50 % el valor de su producción agrícola en los últimos cinco años, debido en parte a ese programa, al que se han sumado medio millar de empresas.
La responsable dijo que en este período el Gobierno ha acordado con los agricultores, la industria, las ONG y los mayoristas las estrategias agrícolas, que se revisan continuamente en función de los objetivos de cada sector y son implementadas por un comité que lidera el Ministerio de Agricultura.
También fue expuesto el caso de Kenia, que tiene un plan hasta 2030 que busca su transformación en un país de ingresos medios e industrializado, capaz de mejorar la calidad de vida de sus habitantes en un ambiente “limpio y seguro”.
El diplomático keniano Fabian Sumba indicó que están animando a los ciudadanos a “entrar en las cadenas de valor verdes”, en alusión a unos sistemas alimentarios sostenibles mediante los cuales se producen, elaboran y llevan hasta el consumidor los productos agrícolas.
Para ello, subrayó, tienen programas de apoyo con los que otorgan subsidios para la compra de insumos y facilitan préstamos agrícolas.
Representantes del sector privado y la sociedad civil, por su parte, destacaron la necesidad de que los esfuerzos no se limiten a determinados países y se planteen a nivel global.
Alison Cairns, responsable de la multinacional Unilever, consideró importante asociarse con todo tipo de actores locales y dar prioridad a los productos que procedan de países con políticas sostenibles.
Por su parte, el coordinador de la organización Oxfam International, David Bright, señaló que en esas economías de escala “el gran desafío del modelo agrícola está en garantizar una distribución justa de los costes, los riesgos y los beneficios”.
Denunció que en muchos casos los pequeños agricultores, especialmente las mujeres, siguen estando marginados, y apuntó que se requiere la visión de los gobiernos para la gestión de recursos “compartidos” como el agua o la tierra.
Foto de portada: Agricultores recogen te en los campos de Nayayo a las afueras de Limuri (Kenia).EFE/Stephen Morrison
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