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Las crisis el capitalismo, la Covid y los ludópatas neoliberales de Wall Street

Por: Eduardo Camín

La pandemia del Covid está exacerbando las desigualdades ya existentes; desde enfermar del virus, hasta mantenerse vivo o padecer las dramáticas consecuencias económicas. La Covid-19 sin dudas, provoca una crisis sin precedentes, y las medidas de confinamiento han afectado a casi todos los trabajadores y las empresas.

Los tiempos en los que uno debía considerarse afortunado por el mero hecho de tener trabajo ya es cosa del pasado. Aunque, no hay que perder de vista que la pobreza ya no es sinónimo de desempleo, ay que también se da en muchos trabajadores con un empleo precario, que sufren una carencia material severa, como retraso en los pagos, no tener vacaciones o la baja intensidad en el empleo.

Por lo tanto, la temporalidad, los contratos de un día, por obra o servicio con los sueldos precarios se pueden dar en cualquier de estas situaciones. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo rector especialista en temas laborales, ha advertido a lo largo de los años la tendencia mundial hacia un aumento del empleo vulnerable.

Así la Covid 19, al igual que el colapso financiero global que desencadeno la recesión 2008- 2009, se convierten en el producto ideológico que oculta una causa endógena que explicaría la permanente recurrencia a la crisis: no es casualidad que la economía capitalista ya no avanzara a un ritmo acelerado antes de la pandemia.

Al comienzo de la actual pandemia, “los mercados bursátiles”, el faro que orienta al capitalismo cayeron hasta un 30% en el espacio de pocas semanas e hicieron saltar las alarmas mediáticas ante lo que se podría convertir, de nuevo, en una inminente crisis económica mundial.

En realidad son muchos los factores en juego que dictan el rumbo de la economía global, entre ellos las tensiones comerciales entre EEUU y China (¡antes del virus!).

La desaceleración de la economía del sector exportador, ocasionadas por el proteccionismo y las guerras comerciales ha causado un debilitamiento de las exportaciones que se trasladó a las inversiones empresariales, agravando a la vez las condiciones laborales y sociales, con el consiguiente aumento de desempleo y precarización

La situación económica

En abril 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la ratio promedio de endeudamiento público con respecto al PIB aumentaría del 69,4 al 85,3 por ciento durante el año, y que muchos países alcanzarían niveles considerablemente superiores, lo que llevo a su Directora, la búlgara Kristalina Georgieva,a abogar por políticas monetarias acomodaticias y políticas fiscales que protejan a la economía de un colapso que derivaría en una ola de insolvencias y un desempleo estructural.

Algunos estados han establecido planes de estimulo fiscal y monetario sin precedentes para contrarrestar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia de la Covid 19, de miles de millones de euros, en consonancia con los compromisos de “hacer todo posible” para proteger a sus ciudadanos, mientras que el sector empresarial se encarga de fustigar por el aumento de la deuda publica.

El resultado último de esta crisis humana es que, según el Banco Mundial, entre 71 y 100 millones de personas se verán arrastradas a la pobreza extrema, revirtiendo así los avances en materia de desarrollo registrados en los últimos años. El costo económico y social de los esfuerzos que deben desplegarse para detener la pandemia es innegable.

Esto ha generado un debate -en ocasiones arduo- sobre la interacción de los objetivos de política sanitaria y de política laboral. No obstante, si no se actúa con determinación ahora contra la pandemia, inexorablemente el costo socioeconómico tendrá proporciones aún mayores en el futuro.

La solidaridad y cooperación “nacionalizadas”

Sin duda, los estímulos fiscales y monetarios, aunados a los esfuerzos para apoyar a las empresas y favorecer el mantenimiento de los puestos de trabajo y de los ingresos, requieren una importante inversión de recursos, incluso si, lógicamente, éstos no se consideran costos sino inversiones.

Pero este tipo de medidas no puede prolongarse indefinidamente, ni tampoco es ese su objetivo. Además, algunos países no tienen la capacidad para implementarlas, o por lo menos no durante el tiempo necesario, y si se retiran demasiado pronto podría producirse otra oleada de grandes dificultades.

La creciente diversidad de formas de trabajo que han ido apareciendo en los últimos años ha supuesto un obstáculo para prestar apoyo inmediato a aquellos que lo necesitan. A menudo, los trabajadores por cuenta propia, los subcontratados, o con contratos temporales, los de plataformas y otras categorías de trabajadores con una situación laboral incierta o prestaciones insuficientes, tienen todas dificultades del mundo para acceder a las ayudas.

A éstos se suman los muchos millones de trabajadores informales que se encuentran en una situación extremadamente precaria.

Para proteger la salud de los trabajadores se han observado tres posibles opciones: retirarlos de los lugares de trabajo y permitirles trabajar desde sus domicilios; pedirles que continúen trabajando en el lugar de trabajo habitual, pero con equipos y protocolos de protección adecuados, incluido el distanciamiento físico; o simplemente interrumpir su trabajo durante el período de emergencia.

Aquí también se han observado dificultades. La OIT ha estimado que sólo un 18 por ciento de los trabajadores desempeñan tareas y se encuentran en lugares que se prestan al teletrabajo. Esto dista mucho de ser una opción al alcance de todos.

Lamentablemente las personas que han seguido trabajando como antes -los del sector de la salud, los del cuidado, los del transporte y los trabajadores de la limpieza, que hoy se consideran personal esencial- no siempre han dispuesto de equipos y procedimientos de protección adecuados.

En ocasiones, las medidas de confinamiento adoptadas por los gobiernos han supuesto fuertes restricciones a las libertades individuales. Por lo general, estas medidas han sido bien aceptadas por la población, que comprende que son adecuadas, proporcionales y limitadas en el tiempo, y, por consiguiente, resultan legítimas en la lucha contra la pandemia.

Lo que no es legítimo es que se apliquen esas restricciones a las condiciones de trabajo y que no se respeten plenamente las normas laborales, que a su vez constituyen herramientas importantes para superar la crisis.

Por último, se han observado dificultades en cuanto a la solidaridad y la cooperación internacionales en la respuesta a la crisis de la Covid-19. Si bien ha habido una movilización de recursos sin precedentes, su utilización se limitó abrumadoramente a la esfera nacional. En el sálvese quien pueda, aún no hemos presenciado una respuesta mundial a la altura del desafío al que se enfrenta el planeta.

Peor aún: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Ghebreyesus, a propósito de las vacunas, advirtió que “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico … y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los paises más pobres”

El máximo responsable de la OMS consideró que no es justo que gente sana y joven de las naciones ricas acceda a la vacuna antes que los grupos vulnerables de los paises más pobres.

¿Qué pasará ahora en el gran casino de Wall Street?

Los países de todo el mundo y la comunidad internacional en su conjunto siguen enfrentando los desafíos sanitarios, humanitarios y socioeconómicos asociados a la crisis causada por la pandemia.

Mientras ésta siga, las respuestas adoptadas en materia de políticas deberán aplicarse de forma eficaz como preludio necesario al retorno gradual y seguro al trabajo.No obstante, ello no significa que se vuelva a trabajar como antes, al menos durante el período en que debamos seguir viviendo y trabajando con el virus, e independientemente de la vacuna .

Se está debatiendo mucho sobre cómo será el mundo del trabajo cuando superemos la pandemia, y la idea de una «nueva normalidad» en el trabajo está ganando terreno.Con demasiada frecuencia, se pasa por alto la distinción entre las nuevas prácticas que deberán adoptarse durante el período en que el virus siga planteando la amenaza que hoy supone y las perspectivas de futuro a más largo plazo que puedan imaginarse cuando ya no existan esas limitaciones.

El riesgo de ello es que podemos perder de vista que, a pesar de las limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que nosotros queramos que sea. En efecto, los planes de recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor normalidad» que queremos.

El punto de partida no será alentador. Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda probabilidad, más frustración e incertidumbre.

El coronavirus nos ha mostrado cuan frágil es la economía capitalista. Pero la crisis del capitalismo –con o sin coronavirus– seguirá golpeando la economía global.
En el gran casino de Wall Street sigue siendo el faro que guía a los ludópatas neoliberales, que continúan apostando en sus bolsas de valores, e incluso sus economías ‘reales’ seguirán produciendo para un mercado virtual.

La desatención selectiva pretende borrar de la experiencia aquellos elementos que pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos. Esta desatención selectiva es una respuesta de uso múltiple frente a los problemas cotidianos que nos acucian: no veo lo que no me agrada, parece ser la consigna.

Mucho temo, que la clase trabajadora quedó atrapada, en la telaraña del virus del gran capital dando vueltas sin rumbo en la rueda de la fortuna del neoliberalismo.

 

*Periodista acreditado en la ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen:  http://estrategia.la/2021/01/22/las-crisis-el-capitalismo-la-covid-y-los-ludopatas-neoliberales-de-wall-street/

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Brasil, en riesgo de frenazo de su campaña de vacunación anticovid-19

La vacunación contra el covid-19 en Brasil corre el riesgo de sufrir un frenazo apenas iniciada, en plena segunda onda de la pandemia, debido a errores de gestión del gobierno para garantizar insumos y vacunas, alertan expertos.

El Plan Nacional de Inmunización se inició el lunes, tras la autorización para el uso de emergencia de 6 millones de dosis de la vacuna china CoronaVac y 2 millones de la británica AstraZeneca/Oxford. Estas últimas, después de varios retrasos, llegarán este viernes desde India, donde se fabrican.

El Instituto Butantan de Sao Paulo, asociado al laboratorio chino Sinovac, que elabora la CoronaVac, pidió autorización para usar otras 4,8 millones de dosis.

Las dos vacunas requieren doble inoculación y están destinadas a grupos prioritarios (personal de salud, ancianos e indígenas). Una vez agotadas, la inmunización de este país de 212 millones de habitantes dependerá de la importación de insumos desde China, tanto para la CoronaVac como para la AstraZeneca.

Pero ya el martes sonaron las alarmas por retrasos en los envíos, en momentos en que la enfermedad vuelve a propagarse velozmente con balances de más mil muertos diarios y un total de casi 215.000 en el país, una cifra superada solo por Estados Unidos.

«Si esos insumos no llegan, vamos a tener que interrumpir» la campaña, dice a la AFP la vicepresidenta de la Sociedad Brasileña de Inmunología (SBIM), Isabella Ballalai.

Los seis millones de CoronaVac «vacunan a 3 millones de personas en un periodo estimado entre 15 a 20 días, por eso no vamos a vacunar a todos. Esto está causando mucha decepción», señala.

«Es un momento bien difícil para Brasil, hay muchas dudas, ansiedad, no vemos un posicionamiento claro de las autoridades que genere confianza en la población», agrega.

La gravedad de la enfermedad y la eficacia de las vacunas siempre fueron puestas en duda por el presidente Jair Bolsonaro, quien recomienda tratamientos precoces con medicamentos sin eficacia comprobada.

A mediados de enero, el gobierno además admitió que faltarían 30 millones de jeringas para cumplir la primera etapa del plan, de vacunar a unas 50 millones de personas. Pero de todos modos es un plan que, hasta ahora, no tiene plazos.

Para Ballalai, el responsable de esa situación preocupante tiene nombre: «Es la incompetencia del Ministerio de Salud».

La logística de la campaña también es problemática. En muchas ciudades se investigan denuncias sobre personas influyentes que se hacen vacunar sin tener aún derecho a ello.

En Manaos (norte), epicentro de la segunda onda de la pandemia, esas denuncias obligaron a interrumpir la vacunación durante 24 horas.

Butantan espera recibir insumos para fabricar 40 millones de dosis en Brasil.

La Fundación Fiocruz (del Ministerio de Salud) fabricará la de AstraZeneca, pero advirtió que los retrasos podrían afectar su cronograma.

Muchos analistas atribuyen los retrasos a los constantes enfrentamientos de Bolsonaro con China, debido al alineamiento del mandatario ultraderechista con el expresidente estadounidense Donald Trump.

«En este momento, no hay nada que justifique [la falta de vacunas], a no ser la desidia absoluta, la incompetencia diplomática de Brasil», dijo al borde del llanto la neumóloga e investigadora Margareth Dalcolmo, de Fiocruz, en un reciente homenaje a su trabajo.

La escena, que se hizo viral, se sumó al reclamo del director del Instituto Butantan, Dimas Covas, para que el presidente «tenga la dignidad de defender» la CoronaVac y gestione «conversaciones con el gobierno de China».

Bolsonaro sostiene que con China «el problema (…) es burocrático y no es nada político», según afirmó el jueves en su Facebook live.

La angustia aumenta en momentos en que la enfermedad cobra una agresividad inusitada en la amazónica Manaos por fallas de gestión y, según expertos, a causa de una variante regional del virus. El agotamiento de las reservas de oxígeno en los hospitales provocó decenas de muertes y obligó a evacuar a dos centenares de pacientes hacia otros estados.

Más allá de las políticas internacionales que han aislado a Brasil, «el problema es de gestión, porque el gobierno tardó en cerrar acuerdos con los laboratorios», afirma el analista político Thomaz Favaro, de Global Risk.

Hasta la fecha, el Ministerio de Salud no definió la compra de vacunas de la estadounidense Pfizer ni de la india Jansen.

El gobierno «comenzó tardíamente la definición de vacunas y Brasil perdió el mejor timing para negociarlas», sin asumir que «no podíamos contar solo» con Sinovac y AstraZeneca, señala por su lado Ballalai.

«Esa fue una falla de estrategia», afirma.

Tarde o temprano, esta nueva crisis dentro de la crisis complicará a Bolsonaro, afirma Favaro. «El atraso del programa de inmunización impacta demasiado en la reactivación económica y eso aumentará la frustración de la población», sostiene.

Fuente: https://www.clarin.com/agencias/afp-brasil-riesgo-frenazo-campana-vacunacion-anticovid-19_0_z56js_GGUj.html

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Toque de queda y su impacto

Por: Tahira Vargas García

Se necesita una revisión de las medidas desde la escucha a la población desde los distintos estratos sociales, grupos generacionales, contextos y provincias tomando en cuenta las zonas con mayor y menor propagación.

El toque de queda parece haber logrado hasta cierto punto la sensibilización frente al COVID 19 y sus formas de contagio. Sin embargo, no ha tenido todo el impacto esperado en la disminución de la presencia de la pandemia en el país. El punto de partida de los horarios establecidos en el toque de queda es el supuesto de que las personas se juntan principalmente los fines de semana y en la tanda nocturna para divertirse y las aglomeraciones, lo que no necesariamente responde a la realidad en su totalidad.

Las personas en los barrios y comunidades están continuamente en interacción produciéndose una presencia permanente del carácter festivo en los días de semana en las distintas tandas, matutinas, vespertinas y nocturnas que se mezcla con las actividades cotidianas tanto domésticas como laborales y del sector informal. Juntarse para consumir alcohol no es una conducta únicamente nocturna ni de fin de semana, es continua y constante. Siendo así una conducta de riesgo no solo por la agrupación de personas sino por los efectos del alcohol en la salud física y mental de las personas. Junto a este elemento hay que indicar las resistencias en varios grupos poblacionales de distintos lugares del país para cumplir y acoger a cabalidad el toque de queda. Algunas posibles razones son las siguientes:

  •  Razones económicas. Gran parte de nuestra población vive del sector informal y microempresas y teje estrategias de sobrevivencia desde la interacción social Las restricciones de movilización, apertura de negocios y espacios de diversión los fines de semana afectan notablemente una gran parte de la población que obtiene sus ingresos por esas vías.
  • Hacinamiento. El hacinamiento permea la vida de las personas vulnerables en barrios y comunidades en el ámbito nacional. Las calles y callejones son extensiones de los hogares y en ellas se desarrollan actividades domésticas, interactivas y recreativas. Los hogares no están cerrados sino abiertos en determinados contextos.
  • Barreras culturales al cumplimiento de normas. La débil educación ciudadana y la poca aplicación de regímenes de consecuencias ante las violaciones a normas influyen en su cumplimiento, se entiende con relaciones primarias, complicidades y corrupción (dadivas) se logra impunidad. En todo este período desde marzo hasta ahora de toque de queda se ha reproducido esta práctica en varios lugares del país.

La aplicación del toque de queda está afectada por prácticas de violencia y violaciones de derechos por algunos miembros de la Policía Nacional y la DIGESETT contra ciudadanos y ciudadanas lo que debilita (la ya débil) confianza hacia estos organismos de seguridad por la población.

Igualmente, es importante desarrollar campañas de educación en salud que favorezcan a mejorar en la población sus condiciones de salud física y mental desde la disminución del consumo de alcohol, ingesta de alimentos, frutas y vegetales que favorezcan el sistema inmunológico y el contacto diario con el sol a través del ejercicio al aire libre. Estas campañas deben contar con distintas herramientas de difusión que no se reduzca a las redes sociales (aunque son importantes) y que aprovechen el tejido social existente en las distintas comunidades.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/toque-de-queda-y-su-impacto-8901085.html

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Realismo para 2021

Por: Enrique Arias Vega


Se dice que un “pesimista es un optimista bien informado”. No debemos andar muy bien de información, por consiguiente, ya que hemos puesto todas nuestras esperanzas en 2021, como si este año fuera a dar un vuelco en nuestras vidas, estragadas por la pandemia del COVID-19.

Pero, de verdad, lo único que tenemos real en nuestro horizonte es la vacuna, cuyos efectos positivos en forma colectiva sólo se verán en la segunda mitad del año. En lo demás, partimos de unos umbrales tan bajos que bastante haremos con que 2021 sea simplemente malo y no pésimo, como el año que hemos dejado atrás.

Las previsiones estadísticas de crecimiento del PIB, sean las del Gobierno, con un 9,8%, o las más realistas del Banco de España, entre el 4,2 y el 8,6%, apenas si serán un parche para nuestra maltrecha economía, de la que dejo sólo dos datos, para hacernos una idea: el turismo ha bajado a niveles de hace 30 años y las pérdidas estimadas de la hostelería son de 67.000 millones de euros.

Por eso, pese a tener los presupuestos más expansivos de la historia, y la ayuda irrestricta de la Unión Europea, la recuperación será renqueante, a largo plazo y con la hipoteca de un déficit público y una deuda que, aunque sólo sea en parte y en condiciones ventajosas, habrá que devolver.

Por eso, no es solamente que hayamos perdido un año de nuestras vidas, sino que el recuperar los niveles de antes puede llevarnos un decenio. Sí, ya sé que eso es pecar de brutal pesimismo, pero me remito al comienzo de este artículo para justificarlo.

Tenemos problemas económicos mayores que otros países, pero no sólo esos, sino también sociales, políticos, institucionales,… con unos partidos a la greña, unos ciudadanos con pocas ganas de entenderse unos con otros y frentes abiertos en muchos ámbitos, desde la cuestión catalana a la monárquica, por citar sólo los más evidentes.

Pero, como insisto a lo largo de este texto, ser realistas en 2021 nos evitará la frustración de expectativas no cumplidas y poder poner los instrumentos para intentar alcanzarlas de verdad en vez de pensar que por arte de magia un milagroso 2021 solucionará todos nuestros problemas.

Fuente: https://www.diariocritico.com/

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Agricultores de India endurecen protesta en rechazo a reformas

La primera tanda del ayuno voluntario de los manifestantes tendrá 11 miembros.

Intensificando su protesta contra las nuevas leyes agrícolas, el movimiento de agricultores de India comenzó este lunes una huelga de hambre de 24 horas en varios sitios cercanos a la entrada de Nueva Delhi, la capital del país, colindante con los estados de Haryana y Uttar Pradesh.

Los principales jefes del movimiento sindical de trabajadores del campo realizan una huelga de hambre en relevos.

Decenas de miles de agricultores, en su mayoría de Punjab y Haryana, han estado estacionados en varias carreteras en las fronteras de Nueva Delhi desde fines de noviembre para exigir la revocación de las nuevas leyes destinadas a flexibilizar las normas que rigen sobre precios, almacenamiento y comercialización de cultivos.

El jefe de Swaraj India, Yogendra Yadav, dijo el domingo: «Los agricultores comenzarán una huelga de hambre de relevos por un día este lunes en todos los sitios de protesta contra las nuevas leyes agrícolas. Será iniciada por un equipo de 11 miembros … «.

También instó a «todos en todos los sitios de protesta en todo el país a participar en el mismo».

Durante varias rondas de negociaciones con líderes campesinos, el gobierno se había propuesto cambiar las leyes e incluso dar por escrito que cumpliría su palabra.

Pero los agricultores se han apegado a nada menos que al retiro total de las leyes que, según ellos, perjudican sus intereses.

Los agricultores protestan contra el Acuerdo de Garantía de Precios y Servicios Agrícolas para Agricultores (Empoderamiento y Protección) de 2020, la Ley de Comercio de Productos Agrícolas y Comercio (Promoción y Facilitación) de 2020 y la Ley de Productos Esenciales (Enmienda) de 2020.

Las tres leyes agrícolas, promulgadas en septiembre, han sido proyectadas por el gobierno como reformas importantes en el sector agrícola que eliminarán a los intermediarios y permitirán a los agricultores vender en cualquier parte del país.

Sin embargo, los agricultores han expresado su temor de que las nuevas leyes allanarían el camino para eliminar el colchón de seguridad del Precio Mínimo de Sustento y eliminar los mandis (mercados rurales), dejándolos a merced de las grandes corporaciones.

Los mandis desempeñan un papel clave en la mejora de la seguridad alimentaria y el crecimiento y desarrollo del sistema económico de la nación.

Los agricultores temen que las nuevas disposiciones debiliten el mecanismo mediante el cual el Gobierno compra sus productos, aunque las autoridades afirmaron que estos mecanismos se mantendrán.

De acuerdo con el Gobierno, esta subvención tiene como objetivo cubrir los gastos de comercialización, incluidos los costos de manipulación, mejora y otros costos de procesamiento y los costos de transporte internacional e interno.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/india-trabajadores-agricolas-huelga-hambre-20201221-0013.html

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Libro(PDF): ¿Qué vendrá después del capitalismo?

Reseña: CLACSO

La era en la que vivimos -advierte Varoufakis- será recordada por la marcha triunfal de un autoritarismo gemelo bajo el que la mayor parte de la humanidad experimenta dificultades innecesarias y el ecosistema del planeta sufre un cambio climático evitable. Ante este escenario, cabe preguntarse: ¿por qué es indispensable pensar en un poscapitalismo y cómo podemos superar la opresión a la que nos somete este autoritarismo gemelo?

La biblioteca masa crítica pone a disposición de las lectoras y los lectores un conjunto de textos esenciales para interpretar las nervaduras del presente y desplegar las capacidades colectivas para transformarlo.

Autor (a): Yanis Varoufakis.

Editorial/Edición: CLACSO. TNI – Transnational Institute.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-761-1

Idioma: Español

Descarga: ¿Qué vendrá después del capitalismo?

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2278&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1461

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Los salarios bajan a consecuencia de la covid-19, informa la OIT

Poco a poco el miedo se ha propagado universalmente, y si antes nos refugiábamos en el horizonte de la esperanza, ahora solo nos encogemos de hombros cuasi con resignación e indiferencia ante la pandemia que nos gobierna: según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia de Covid 19 provocó que en el primer semestre de 2020 los salarios mensuales de dos terceras partes de los países se redujeran o crecieran más lentamente.

Además, es probable que en el futuro cercano la crisis ejerza una inmensa presión a la baja sobre los salarios. Los efectos más adversos de la crisis se han hecho sentir en el salario de las mujeres y de los trabajadores con remuneraciones más bajas.

Al analizar los datos, parecía observarse un aumento del salario medio en una tercera parte de los países que habían facilitado datos; sin embargo, ello se debía a la distorsión del valor promedio provocada por el gran número de trabajadores mal pagados que habían perdido el empleo y cuyos datos ya no se incluían entre los de los asalariados.

En los países en los que se adoptaron medidas firmes para preservar el empleo, los efectos de la crisis se sintieron fundamentalmente como reducciones salariales, más que como pérdidamasiva de puestos de trabajo.

El informe Mundial sobre Salarios 2020-2021 indica que la crisis no ha afectado del mismo modo a todos los trabajadores. Las mujeres se han visto más perjudicadas que los hombres. De las estimaciones basadas en una muestra de 28 países europeos se desprende que, sin los subsidios, en el segundo trimestre de 2020 la pérdida salarial para las mujeres hubiera sido del 8,1 por ciento frente al 5,4 por ciento para los hombres.

La crisis también ha asestado un duro golpe a los trabajadores con remuneraciones más bajas. Quienes tenían una ocupación de baja calificación perdieron más horas de trabajo que quienes ocupaban un cargo directivo o profesional mejor remunerado. A partir de los datos del grupo de 28 países europeos el informe explica que, sin los subsidios temporarios, el 50 por ciento de quienes menos ganan hubiera perdido aproximadamente el 17,3 por ciento de su salario. Sin los subsidios, la cuantía salarial media perdida en todos los grupos hubiera sido del 6,5 por ciento. Sin embargo, dichas prestaciones compensaron el 40 por ciento de este monto.

Según Guy Ryder, Director General de la OIT, el crecimiento de la desigualdad a causa de la crisis de la Covid-19 podría dejar un desolador saldo de pobreza e inestabilidad social y económica de enormes proporciones. “Nuestra estrategia de recuperación debe centrarse en las personas. Necesitamos políticas salariales adecuadas que tengan en cuenta la sostenibilidad del empleo y de las empresas, en las que se aborden también las desigualdades y la necesidad de sostener la demanda”, señaló.

“Si queremos reconstruir pensando en un futuro mejor, también hemos de plantearnos cuestiones incómodas, como por qué con tanta frecuencia las ocupaciones de gran valor social, como la de cuidadores/as y personal docente son sinónimo de sueldo bajo”, añadió. En el Informe se incluye un análisis de los sistemas de salario mínimo, que podrían ser un factor determinante para conseguir una recuperación sostenible y justa. En la actualidad, el 90 por ciento de los Estados Miembros de la OIT tiene establecida alguna modalidad de salario mínimo. Incluso antes de comenzar la pandemia de Covid-19  a nivel mundial, 266 millones de personas –el 15 por ciento de todos los asalariados del mundo– percibían una remuneración inferior a la del salario mínimo por hora, ya fuera a causa del incumplimiento de la normativa pertinente o porque su ocupación estaba excluida de la misma. Las mujeres son mayoría entre los trabajadores que perciben el salario mínimo o una suma inferior.

“Un salario mínimo adecuado pone al trabajador a salvo de una remuneración baja y reduce la desigualdad”, señaló Rosalía Vázquez Álvarez, una de las autoras del Informe. “Sin embargo, lograr la efectividad de las políticas del salario mínimo exige un conjunto exhaustivo e inclusivo de medidas. Significa lograr un mayor cumplimiento, ampliar la cobertura a más trabajadores, y establecer un salario mínimo a un nivel adecuado e ir actualizándolo, a fin de que el trabajador y la familia puedan tener un mejor nivel de vida. En los países en desarrollo y emergentes, la mejora del cumplimiento exigirá la transición de los trabajadores desde el sector informal hacia el sector formal”, añadió.

La hegemonía económica determina la realidad

¿Será cierto que un mundo de transformación seguirá reduciéndose en la nostálgica llorona de un universo perdido en décadas de miseria o en la retórica del discurso del neoliberalismo conservador globalista? La pandemia está exacerbando las desigualdades ya existentes; desde enfermar del virus o padecer las dramáticas consecuencias económicas. De los Informes a las advertencias, la OIT pretende poner el acento en los olvidados de siempre, aquellas personas cuyas dificultades se acrecientan en tiempos de crisis. Pero sabemos que el lenguaje es una de las herramientas usuales para interpretar y comprender la realidad. No obstante en nuestros días es habitual la utilización del lenguaje fingido, para controlar la forma de pensar o legitimar desigualdades. Las malas condiciones de trabajo también se manifiestan en los bajos ingresos. En 2019, más de 630 millones de trabajadores de todo el mundo, no ganaron lo suficientes para que ellos y sus familias salieran de la pobreza extrema o moderada, que se define como la situación en la que los trabajadores ganan menos de 3.20 dólares al día.

Sin embargo, nunca en la historia ha habido tanta riqueza acumulada como ahora. Es un problema de equidad, de solidaridad y de justicia, que debe traducirse en prioridades políticas, económicas y sociales. Aunque los mercados accionarios mundiales siguen marcando récords en sus bolsas de valores, aparentemente descontando un futuro promisorio de la mano del descubrimiento de las vacunas de aún desconocida eficiencia contra el Covid 19, la realidad económica actual y la previsible para el futuro inmediato parece bien complicada. Necesitamos trabajo y sustento y nos ofrecen empleo cada vez más precario, cada vez más indecente. Este es el problema por resolver. Y no tiene solución viable razonando con la lógica del lucro y el dinero. La lógica del modelo económico neoliberal dominante ha impuesto una nueva configuración del trabajo en la que el desempleo y la precariedad son lo habitual, lo normal, puesto que lo nuclear no son las personas sino la rentabilidad.

Eduardo Camín. Periodista uruguayo acreditado en la ONU-Ginebra Miembro asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente: https://rebelion.org/los-salarios-bajan-a-consecuencia-de-la-covid-19-informa-la-oit/

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