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Vuelta a la presencialidad en las escuelas: crónica de un naufragio anunciado

Por: Mauro Berengan

Durante la semana que pasó, en algunos casos con reuniones y en otros ya con clases, comenzó en todo el país la vuelta a la presencialidad en las escuelas. Superando grietas políticas, eludiendo el más mínimo contraste del discurso con la realidad, deshaciendo todo lo dicho, desconociendo el funcionamiento escolar, ocultando lo sucedido en otros países, con el salario docente en muchos casos debajo de la línea de ¡indigencia! y con escuelas aún en peores condiciones que las ya deplorables de la “normalidad” prepandémica, el desastre parece inevitable. Repasamos en esta nota las razones, los decires, las condiciones y el por qué de la resistencia docente a una medida insostenible -a pocos meses de contar con vacunas- que ha tomado no solo las escuelas, si no la opinión de la gran mayoría de la población.

Empecemos por el impulso gubernamental del presidente y el cuestionado ministro de educación Nicolás Trotta. Cierto es que la campaña “abran las escuelas” comenzó desde la oposición, pero fue rápidamente tomada, respondida e impulsada por el gobierno. Esto contradice todo lo que se sostuvo desde la comunicación oficial durante el año pandémico: nos dijeron que teníamos la oportunidad de adelantarnos, de ver lo que sucedía primero en Europa y actuar en consecuencia, pero los intentos de presencialidad fracasaron una y otra vez en Alemania, en Israel, en España y también, poco después, en los Estados Unidos, con avances y reveces constantes que lejos de ordenar la vida familiar la complicaron aún más, pues se debió retroceder en un ya de por sí difícil sistema de turnos por hijos e hijas. Y sí, no tenemos sus condiciones, sus salarios, sus transportes, sus insfraestructuras  ¿por qué divina razón funcionaría aquí?

Nos dijeron que priorizarían la vida por sobre la economía, incluso Alberto Fernández expresó públicamente, y desató un escándalo, que Macri lo había llamado telefónicamente para decirle “que mueran los que tengan que morir”. Pues bien, aquí estamos priorizando la presión mediática, política, económica, corporativa por sobre la vida, aquí estamos dejando que mueran los padres, madres, abuelas, las maestras que tengan que morir. Nos dijeron que no debíamos confinar gente en un espacio cerrado y, de nuevo, aquí estamos, yendo en colectivos y trenes apretados a aulas pequeñas, cerradas, en muchos casos sin siquiera ventilación, cual fiesta clandestina matutina.

¿Y en qué condiciones volvemos? Las fotos se han viralizado en las redes: escuelas con cloacas rebalsadas, piletas de baño caídas, ventanas que no abren, sin limpieza ni desmalezamiento, sin elementos de bioseguridad, sin personal en la puerta, con techos, pisos, paredes rotas. La foto de portada la tomé yo mismo y en mi escuela. Y es que no es ninguna novedad, las escuelas argentinas, la mayoría de ellas, las que no son para la élite, sobreviven con alambres y alfileres. Nos dijeron que la cuarentena nos había ayudado a ganar tiempo para crear infraestructura, pero no hicieron absolutamente nada en casi ninguna jurisdicción.

¿Y qué pasa con nuestro salario? ¿Cómo mantenemos las “burbujas” -esa palabra mágica que junto a “protocolo” eliminan la pandemia- si trabajamos en cuatro colegios para llegar a fin de mes? Veamos un ejemplo para nada excepcional: en la provincia Córdoba la canasta básica alimentaria (el límite de indigencia medido por el Centro de Almaceneros) es de 41.197 pesos, mientras que el salario docente de un cargo testigo según el simulador del sindicato es de 39.769. Sí, estamos en muchos casos bajo la línea de indigencia, seguimos perdiendo poder adquisitivo, y nada parece indicar que este año no sucederá.

Una campaña que se ha extendido por el país dice “las escuelas se abren con recursos, no con discursos” y, como vemos, parece dar en el clavo: los recursos, la materialidad, la pandemia; nada ha cambiado, solo el discurso y con eso basta. En pocos meses, según el plan de vacunación y aun suponiendo que se retrase, la mayoría de la población estará vacunada ¿por qué el apuro entonces?

Una de las primeras razones que circulan para comprender este desatino es de carácter político: la posibilidad de recoger una demanda social, encarnarla, y así obtener apoyo electoral. Comenzó, como ya dijimos, con el macrismo y el “abran las escuelas”, un núcleo de buen sentido potente en la población, y fue tomada por el gobierno para contrarrestar el apoyo que conseguiría la oposición. Pero ¿la demanda existe? ¿En qué medida? Una encuesta realizada por el equipo SocPol de la Universidad Nacional de Quilmes y publicada en el Cohete a la Luna, muestra que el ¡77! % de la población considera que la presencialidad debe volver cuando esté la vacuna. La opinión mediática inventa, manipula la opinión pública, la convierte en opinión publicada ¿de quién es entonces la demanda? ¿Qué está recogiendo el gobierno con esta medida? Y es que no, no se trata de la oposición, se trata de quien gobierna.

Quizás haya que buscar la presión, la demanda, en los colegios privados, en los de la corporación religiosa y su pata educativa, en los colegios de élite y sus miembros, en las empresas que buscan normalizar su sistema de empleo. Pero esto lleva a una cuestión de fondo: si hay colegios que cumplen con las condiciones para la presencialidad, entonces la medida pasa por no admitir lo más evidente, que la educación no iguala si no que fortalece la desigualdad. El gobierno y su corporativo ministro no pueden decir “que vayan los ricos, y los pobres se queden en sus casas”, entonces parece un punto de llegada: que las clases presenciales comiencen, se suspendan donde no haya condiciones, y continúen en el colegio Alemán.

Esta construcción de un discurso mediático -que no público- favorable a las corporaciones no son entonces solo una “presión de la oposición”, si no también parte del ADN de la política educativa gubernamental encarnada en el ministro Trotta, y se acompaña de otra construcción mediática: llevamos un año sin clases. Pero la docencia argentina, y lo decimos con orgullo no con vocación (palabra que conlleva hacernos trabajar a destajo, sin condiciones, moralizando nuestra labor para escamotear los recursos), ha sostenido la educación reinventándose día a día, planificando y corrigiendo horas y horas, duplicando su carga laboral por menor salario, mientras los gobiernos subejecutaban presupuestos, no cubrían vacantes, no llevaban internet donde debía llegar. Y es que como dijo Adriana Puigróss, quien salió eyectada del ministerio de educación, e insospechada de opositora, los esfuerzos y recursos deberían estar puestos en cubrir de modo adecuado la virtualidad un tiempo más, hasta que estén las vacunas, y no en una apresurada vuelta a la presencialidad cuyos resultados están, en pocos días, a la vista.

La pandemia ha desnudado, para quien no la veía, la desigualdad rayana en el absurdo de los aspectos centrales de nuestra vida -los “esenciales”-, pero no implica ello aquel eslogan que ya nadie parece sostener “vamos a salir mejores”. Pues no, no estamos saliendo mejores, estamos fortaleciendo las desigualdades, estamos dividiendo la enseñanza en privilegiados y no privilegiados cada vez más, estamos cediendo  a las corporaciones mercantilizantes de la educación. Habitamos un país enormemente rico, donde unos pocos concentran millones y millones de dólares, donde una sola empresa de servicios (mercado libre, que nada produce) representa ya el 12% del PBI nacional, duplicando su tamaño en la pandemia, y mientras ésta situación persista los trabajadores y trabajadoras no podemos caer en la trampa de la escases de recursos que hasta muchos gremios reproducen; los recursos están, simplemente son ajenos, y el Estado impotente, o más bien garante.

Vamos derecho al naufragio y allí moriremos algunos de nosotros, la noticia llegará, habrá que retroceder, se desorganizará nuevamente la familia, la escuela, los pibes y pibas cargarán con haber contagiado a un familiar, seguiremos cobrando una miseria, las escuelas seguirán cayendo, y todo esto habrá sido más que anunciado. Ahora que estamos en agenda pública es el momento de hacernos escuchar, de replantear dónde coloca la sociedad y sus gobiernos a la docencia, de repreguntarnos por la escuela y la educación, es hora de exigir y conquistar, y necesitamos para ello de gremios docentes que no actúen de brazos ministeriales, que respondan a sus bases, que estén a la altura de la enorme tradición sindical argentina, que luchen por la igualdad. Saldremos mejores solo si actuamos con fuerza y con unidad, es hora de poner de pie la educación.

Fuente e imagen: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2021/02/21/vuelta-a-la-presencialidad-en-las-escuelas-cronica-de-un-naufragio-anunciado/

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Entrevista a Stephen Campbell: «Los trabajadores han comprendido que el golpe de Estado en Myanmar dará aún más poder a la patronal»

Por: Philippe Alcoy

Entrevista con Stephen Campbell, experto en la clase obrera de Myanmar, que nos habla de los procesos de organización y lucha de los trabajadores de ese país antes del golpe de Estado, y de su papel en la resistencia.

En los últimos días hemos reflejado en la Red Internacional La Izquierda Diario el importante movimiento de resistencia al golpe de Estado en Myanmar, en el que la clase obrera está desempeñando un papel destacado. Para saber más sobre el desarrollo tan particular de este «nuevo proletariado», sus luchas y experiencias, y también sus condiciones de vida, preguntamos a Stephen Campbell, profesor adjunto de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur. Durante los últimos diez años, Campbell ha llevado a cabo una investigación etnográfica sobre las condiciones de trabajo y las luchas por el empleo de los trabajadores inmigrantes en Tailandia y Myanmar, y más recientemente, ha investigado las condiciones de trabajo y las luchas de los trabajadores de una zona industrial en las afueras de Yangon, la antigua capital de Myanmar. También es autor de Border Capitalism, Disrupted: Precarity and Struggle in a Southeast Asian Industrial Zone (2018).

Révolution Permanente (RP): En los últimos días hemos visto imágenes de numerosas columnas de trabajadores en las calles desafiando el golpe militar. Podría considerarse una «sorpresa», pero en los últimos años la clase obrera de Myanmar ha llevado a cabo varias huelgas y luchas por sus derechos, contra el acoso patronal, por los salarios. ¿Qué puede decirnos de este proceso de huelgas y luchas obreras?

Stephen Campbell (SC): En realidad, las trabajadoras de Myanmar, especialmente las de las fábricas de confección textiles, que son en su mayoría mujeres jóvenes de entre 20 y 30 años, se han estado organizando continuamente durante la última década, e incluso antes. Esta dedicada labor de organización ha dado lugar a una sólida red entre los trabajadores industriales de las distintas zonas industriales de Yangon.

Aunque ha habido ciertos momentos destacados de oleadas de huelgas en la última década, las huelgas de fábrica en las zonas industriales de los alrededores de Yangon han sido acontecimientos recurrentes. Sin embargo, no todas las huelgas son cubiertas por los medios de comunicación. De hecho, debido a la frecuencia con que los empleadores de las fábricas violan la legislación laboral y pagan por debajo del salario mínimo, en muchos casos las huelgas han sido necesarias para que los trabajadores conquisten el mínimo legal en salarios y condiciones de trabajo. Por ello, muchos trabajadores han adquirido una gran experiencia en la organización de centros de trabajo y en las huelgas. Y a partir de estas luchas, se han vuelto bastante militantes y muy capaces de emprender acciones colectivas.

Como estas zonas industriales están en los alrededores de Yangon, es relativamente fácil para estos trabajadores llegar al centro de la ciudad. Desde el golpe de Estado, los trabajadores de las fábricas de ropa han dejado claro en sus cánticos de protesta y en las entrevistas que esperan que el gobierno militar restrinja sus derechos legales y limite el espacio para la organización de los trabajadores. Si eso ocurriera, tendría un impacto perjudicial en sus ya precarios medios de vida. Por otra parte, la participación colectiva de los trabajadores en las protestas antigolpistas y en la campaña de desobediencia civil está muy basada en sus preocupaciones materiales inmediatas. Así que, por esta razón, y dado lo organizados que ya estaban estos trabajadores, no creo que sea una sorpresa que hayan asumido un papel tan destacado en las protestas antigolpistas y en la campaña de desobediencia civil.

RP: ¿Por qué crees que la clase obrera está al frente de la lucha contra el golpe?

SC: Como ya mencioné, muchos trabajadores de las zonas industriales de los alrededores de Yangon ya estaban muy organizados, pero también se encontraban en una situación muy precaria. Las condiciones han empeorado aún más desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, durante la cual los empresarios la utilizaron como pretexto para despedir a los trabajadores sindicalizados, y la policía se ha puesto del lado de los empresarios para disolver las huelgas y detener a los organizadores de los trabajadores. Y con el golpe de estado, los trabajadores han reconocido claramente que el gobierno militar implicará una contracción del espacio para la organización, lo que dará a los empresarios aún más poder para bajar los salarios y violar las leyes laborales.

Uno de los organizadores de trabajadores más destacados en las protestas antigolpistas, Moe Sandar Myint, declaró recientemente en una entrevista: «Los trabajadores están preparados para esta lucha. Sabemos que la situación sólo se deteriorará bajo la dictadura militar, así que lucharemos como uno solo, unidos, hasta el final». Así que, para muchos trabajadores, esta lucha no es simplemente sobre Aung San Suu Kyi y la Liga Nacional para la Democracia (LND) Es una lucha basada en sus preocupaciones materiales inmediatas y, en muchos sentidos, apunta más allá del simple regreso de la LND al gobierno, ya que la situación de los trabajadores bajo la LND era también muy precaria y muy restrictiva.

RP: Myanmar es uno de los países de más rápido crecimiento de la región. Muchas empresas multinacionales invirtieron en el país. ¿Cuáles fueron las consecuencias de estas transformaciones económicas en la estructura social de Myanmar? ¿Cómo surgió esta «nueva» clase trabajadora? ¿Y cuáles son las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera en Myanmar?

SC: Antes de 2011, muchas marcas de ropa occidentales no estaban dispuestas a abastecerse en Myanmar debido al estigma asociado a las prácticas laborales tan poco liberales del régimen militar. Sin embargo, tras las elecciones de 2010 y el cambio a un gobierno casi civil a principios de 2011, la narrativa dominante ha sido que el país está experimentando una «transición» a la democracia liberal. Y con la introducción de nuevas leyes laborales en 2011 y 2012, las marcas de ropa occidentales dejaron de estar estigmatizadas por abastecerse en Myanmar. Además, Myanmar tiene uno de los salarios más bajas de Asia.

Al mismo tiempo, bajo la llamada transición política y bajo los años precedentes de gobierno militar, un gran número de habitantes de las zonas rurales han sido expulsados de las mismas. Esto se ha debido al aumento del endeudamiento y a la pérdida de tierras agrícolas, que en muchos casos fueron simplemente tomadas por oficiales militares o sus compinches comerciales. Y en 2008, hubo un gran ciclón en el delta.

Todo ello provocó una gran migración de residentes rurales a las zonas industriales de los alrededores de Yangon. Como la especulación inmobiliaria y la migración urbana a gran escala elevaron el coste de la vivienda, muchos de estos nuevos residentes urbanos se trasladaron a asentamientos ilegales informales. En la actualidad, hay cientos de miles de personas que viven en estos asentamientos en las afueras de Yangon. En algunos casos, los antiguos habitantes de las zonas rurales emigraron a Tailandia o a otros países de la región en busca de empleo.

Mientras esto ocurría, sobre todo en la última década, las agencias de desarrollo extranjeras y los consultores de Myanmar dijeron que esta migración interna es lo mejor que puede ocurrir porque el empleo asalariado urbano es ostensiblemente más «productivo» que los medios de vida agrícolas. Sin embargo, el efecto fue una creciente población migrante que se encuentra en una situación muy precaria y sin una red de seguridad social efectiva. Muchas fábricas, especialmente las que producen para el mercado nacional, no pagan ni siquiera el salario mínimo. E incluso las fábricas de ropa que producen para la exportación suelen infringir las leyes de protección laboral.

RP: La industria de la confección es uno de los sectores económicos más importantes para las exportaciones de Myanmar. Se han producido muchas luchas en la industria de la confección, donde el 90% de los trabajadores son mujeres. ¿Cuál es el papel de las mujeres en la huelga y la organización de la clase obrera en el país?

SC: Las fábricas de confección, textiles, calzado y accesorios que producen para la exportación, situadas en las distintas zonas industriales de los alrededores de Yangon, empleaban a cerca de un millón de personas (al menos antes del inicio de la pandemia de Covid-19) y restringen la contratación casi exclusivamente a mujeres jóvenes, entre los 18 y los 25 años aproximadamente. Incluso las mujeres de 25 años pueden tener dificultades para conseguir empleo en estas fábricas. Una de las consecuencias de esto es que estas mujeres suelen ser la única persona de su hogar con un empleo asalariado relativamente estable. Así, sus familias suelen depender, al menos en parte, del salario de estas mujeres.

En Myanmar y en otros países con grandes sectores de la confección se suele decir que estas fábricas prefieren contratar a mujeres jóvenes porque se considera que son menos propensas a organizarse, a hacer huelga o a causar problemas al empleador. Sin embargo, es evidente que no es así. De hecho, como muchas de estas mujeres jóvenes mantienen a sus familias, tienen una motivación añadida para organizarse colectivamente y obtener salarios más altos. En estas condiciones, ha habido muchas mujeres impresionantes que han desarrollado sus habilidades organizativas, su liderazgo y su confianza a través de la participación directa en la organización del lugar de trabajo.

RP: Durante mucho tiempo bajo el régimen militar la organización legal de los trabajadores era imposible. Pero desde 2011 los trabajadores aprovecharon la oportunidad de la apertura del régimen para crear nuevos sindicatos, confederaciones, etc. Y a veces, las huelgas y reivindicaciones de los trabajadores son muy «radicales». Por ejemplo, durante la pandemia del Civid-19 y la crisis económica, lucharon para preservar los puestos de trabajo, para proteger a los representantes sindicales que fueron despedidos y se negaron a aceptar las indemnizaciones por despido. ¿Cómo se explica esta conciencia? ¿Hay corrientes políticas o ideológicas, movimientos políticos históricos que influyen en el movimiento obrero actual? En caso afirmativo, ¿cuáles?

Aunque no era legalmente posible que los trabajadores establecieran sindicatos bajo el régimen militar, había muchos casos de organización informal de trabajadores, al menos eso es lo que me han dicho los trabajadores más antiguos que estaban empleados antes de 2010. En 2011 y 2012, el nuevo gobierno casi civil introdujo nuevas leyes laborales que permitieron a los trabajadores formar sindicatos legales y negociar colectivamente. Sin embargo, desde entonces, la mayoría de los centros de trabajo han seguido infringiendo diversas leyes y a menudo han pagado a los trabajadores por debajo del salario mínimo legal. Al mismo tiempo, muchos trabajadores han considerado que los funcionarios de relaciones laborales del gobierno son parciales con respecto a los empleadores o directamente corruptos. Y la policía se ha puesto a menudo del lado de los empresarios para disolver las huelgas y detener a los líderes de las mismas.

En consecuencia, muchos trabajadores han visto claramente que no pueden depender de la legislación laboral existente ni de las instituciones gubernamentales para resolver sus problemas inmediatos de subsistencia. Por eso, cuando los organizadores de un centro de trabajo empiezan a dirigirse a sus compañeros, muchos se han mostrado deseosos de participar en la acción colectiva.

Al mismo tiempo, también existe una rica tradición de oposición en Myanmar. Incluso antes de la vuelta al régimen casi civil en 2011, muchos trabajadores llevaban a cabo luchas colectivas informales en su lugar de trabajo. También es relevante señalar que Myanmar tiene una rica tradición de izquierda. Aunque el Partido Comunista de Birmania se derrumbó de hecho hace más de tres décadas (al mismo tiempo que calló el llamado periodo socialista), muchos activistas laborales están bien versados en el pensamiento de izquierdas y en la historia izquierdista del país. Y algunos estudiantes radicales más jóvenes se han acercado en la última década a los trabajadores de las fábricas, y han apoyado bibliotecas para los trabajadores con literatura de izquierda, o han creado revistas para los trabajadores de las fábricas con temas de izquierda.

Así pues, las corrientes explícitamente izquierdistas están presentes entre los trabajadores de las fábricas. Sin embargo, para la mayoría de los trabajadores su política «radical» -como su voluntad militante de hacer huelga o de enfrentarse a la policía- ha surgido de sus propias luchas durante la última década.

RP: Parece que la patronal, el Estado, los gobiernos (ayudados por organizaciones internacionales como la OIT) intentan imponer leyes que limiten las huelgas y los conflictos duros, pero también utilizan la represión policial y judicial contra los trabajadores en huelga. ¿Qué puede decirnos sobre las respuestas del Estado y la patronal al activismo obrero?

SC: Bueno, he dicho que incluso bajo el régimen militar, antes de la introducción de las nuevas leyes laborales en 2011 y 2012, había habido organización en el lugar de trabajo y huelgas de los trabajadores. Luego, con el cambio a un gobierno casi civil tras las elecciones de 2010. La OIT ayudó al nuevo gobierno a redactar estas nuevas leyes laborales. En aquel momento, un asesor de la OIT explicó que las nuevas leyes pretendían «evitar las huelgas» canalizando las quejas de los trabajadores hacia mecanismos institucionales. Sin embargo, como muchos trabajadores descubrieron, los nuevos mecanismos solían estar sesgados a favor de los empresarios, o los funcionarios eran simplemente corruptos.

Por ello, muchos trabajadores han optado por la huelga en lugar de presentar denuncias sobre violaciones de la legislación laboral ante los mediadores del gobierno, o antes de hacerlo. Y como la policía también suele ponerse del lado de la patronal, los trabajadores que han ido a la huelga se han enfrentado a la detención y a la violencia policial. Y esta era la situación bajo el gobierno «liberal» de la LND. Así que, con el golpe militar, muchos trabajadores han expresado su preocupación por que el espacio para organizarse se reduzca aún más.

RP: Por ahora, parece que los trabajadores están luchando contra el golpe y Suu Kiy parece ser muy popular entre el pueblo de Myanmar. Pero bajo los gobiernos de la LND la explotación y la represión contra la clase obrera fueron muy duras. Desde el punto de vista de la clase obrera, parece que el proyecto «liberal democrático» no es realmente una alternativa que pueda mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores, ni garantizarles los derechos políticos, nacionales (minorías étnicas), económicos y sindicales. Esto significa que los trabajadores deben ir más allá de los objetivos políticos de Suu Kiy y su partido. ¿Qué puede decir sobre la independencia política de clase de los trabajadores de Myanmar en este momento de lucha contra el golpe militar?

SC: Sí, por un lado, durante la última década bajo el gobierno casi civil, ha habido relativamente más espacio para que los trabajadores se organicen. Han podido formar sindicatos legales y muchas huelgas han tenido éxito. Al mismo tiempo, como he mencionado, los trabajadores siguieron encontrando barreras incluso para cobrar el salario mínimo y mejorar sus condiciones de trabajo. Ahora, como podemos ver en las protestas, las imágenes de Aung San Suu Kyi y los llamamientos a su liberación han sido muy destacados. Sin embargo, la gente ha expresado más ampliamente su rechazo al gobierno militar. Y muchos manifestantes reclaman la abolición de la Constitución de 2008, redactada por los militares, que consagra el papel de éstos en el gobierno, así como un acuerdo democrático verdaderamente federal, lo que contribuiría en cierta medida a resolver las históricas demandas de las minorías étnicas contra la dominación del gobierno central.

Así que, en cierto modo, la escala y el impulso de las protestas y de la campaña de desobediencia civil, que es básicamente una huelga general, ha abierto el espacio para pensar en objetivos políticos de mayor alcance. Y en la medida en que este movimiento tenga éxito, gran parte del mérito corresponde a los trabajadores que estuvieron en primera línea al inicio de las protestas poco después del golpe. Y pase lo que pase a partir de ahora, estos trabajadores han demostrado que son una fuerza política importante en sí mismos y no un simple banco de votos para la LND.

RP: ¿Cree que la situación en Myanmar puede influir en el movimiento obrero de los demás países de la región del sudeste asiático?

La campaña de desobediencia civil en Myanmar ya ha motivado un resurgimiento del movimiento de protesta pro-democracia en la vecina Tailandia. Y a Myanmar se le ha pedido que se una a la Milk Tea Alliance, que es una coalición informal en línea de activistas prodemocráticos de Hong Kong, Taiwán, Tailandia y Myanmar. Por supuesto,quienes participan en estos movimientos suelen ser trabajadores de una u otra forma. Pero no tengo claro si las acciones de los trabajadores de Myanmar motivarán a la gente de otros países de la región a expresar una política explícitamente obrera o a adoptar la huelga general como táctica de lucha hacia un acuerdo político democrático a favor de los trabajadores.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Los-trabajadores-han-comprendido-que-el-golpe-de-Estado-en-Myanmar-dara-aun-mas-poder-a-la-patronal

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Haití: crisis política en un contexto de miseria. Entrevista de Xavier Sartre

El Presidente de Haití, Jovenel Moïse, ya muy criticado en los últimos años, es cada vez más cuestionado por la población tras haber declarado que permanecería en el poder hasta el 7 de febrero de 2022. Su decisión ha tensado aún más las relaciones con la oposición y con gran parte de la población, cuyas condiciones de vida siguen deteriorándose.

«En Haití no queda nada: no hay suministro de agua potable, las escuelas no funcionan o lo hacen muy mal, los hospitales no tienen equipamiento, la gente está desesperada», afirma Jacques Léon-Emile, presidente de la asociación Memoria y Cultura de Haití, con sede en Francia. Los haitianos carecen de todo y la clase política sigue desgarrada.

¿Inicio de mandato en 2016 o 2017?

En los últimos años, el Presidente Jovenel Moïse ha sido fuertemente criticado por una parte de la población debido a las ya muy difíciles condiciones de vida y a la corrupción endémica en detrimento de los habitantes de la isla. La última crisis se produjo a principios de este mes, cuando el Jefe del Estado anunció que seguiría en el poder un año más, hasta el 7 de febrero de 2022.

Sin embargo, la oposición y gran parte de la población afirman que su mandato finalizó el 7 de febrero de este año, estimando que su periodo de cinco años comenzó en 2016, tras las elecciones presidenciales. Jovenel Moïse, por su parte, considera que su mandato no comenzó hasta el año siguiente, en 2017. Esta diferencia se debe a que la oposición toma como referencia su primera elección en 2016. Posteriormente, las elecciones fueron anuladas por fraude y se celebró una segunda vuelta en 2017, que siguió ganando Jovenel Moïse.

Doble intento de golpe de estado

La situación se complica con un doble golpe, explica Jacques Léon-Emile, que sigue muy de cerca los acontecimientos. El 7 de febrero, el gobierno detuvo a 23 personas, incautó algunas armas y afirmó que el presidente se había librado de un intento de golpe de Estado. Esta versión tiene poca credibilidad a los ojos de muchos haitianos y de la oposición, que en cambio denuncia un intento de reprimirla y silenciarla.

El presidente de la asociación Memoria y Cultura de Haití afirma que se ha producido otro intento. La Constitución establece que, en caso de vacante en el poder, es el Primer Ministro quien se encarga del interinato. En una versión anterior de la ley fundamental, era el presidente del Tribunal de Casación, teóricamente nombrado por la oposición. Sin embargo, la oposición nombró a un miembro de este tribunal como presidente del tribunal de transición, cargo que éste aceptó.

El reinado de las bandas

Además de una situación económica y social desastrosa, una situación política confusa, hay bandas que prosperan en este caos. «Se sospecha que el presidente Moïse está en connivencia con ciertas bandas», explica Jacques Léon-Emile, lo que no hace sino reforzar la hostilidad de la población hacia el jefe del Estado.

Una cosa es cierta, «es que no se ha hecho nada para erradicar las bandas», subraya Jacques Léon-Emile, «y que sobre la cabeza de Jovenel Moïse pende una espada de Damocles: el juicio de Petrocaribe que ha comenzado». El caso surgió a raíz del desvío de ayudas venezolanas al país en beneficio de unas pocas personas, entre ellas las cercanas al presidente, que también se sospecha que se han beneficiado de ellas.

Léon-Emile lamenta que la comunidad internacional no intervenga lo suficiente y se escude en la soberanía de Haití. Una actitud hipócrita en la medida en que, según él, todos los presidentes haitianos reclaman ante todo el apoyo de Estados Unidos. Mientras tanto, el destino del país se encuentra en un punto muerto e incierto.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2021-02/haiti-crisis-politica-contexto-miseria.html

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120 millones de personas cayeron en la pobreza por la pandemia

Por: Juan Cruz Guido

Los datos se desprenden de un informe del Banco Mundial, que estima que la cifra crecerá en 2021. El lado B de la pandemia que quiebra una tendencia global de reducción de la pobreza de más de 20 años.

La epidemia del coronavirus Sars Cov-2, que comenzó a esparcirse por el mundo durante el comienzo de 2020 para convertirse en pandemia global para marzo de ese año, no solo dejó un tendal de contagios y fallecidos por la COVID-19, enfermedad en la que deviene el virus. También generó una crisis económica sin precedentes. Alteró todos los modos de consumo, sumado a los confinamientos, cuarentenas, que volvieron a ser el tratamiento preventivo más difundido y recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Las principales economías del mundo se pararon, el turismo se volvió una actividad de riesgo y el transito mundial globalizado sufrió una fuerte mella por un virus de alta contagiosidad, que hoy sabemos encuentra territorio fértil en el contacto intra persona. Una bomba social para el siglo XXI globalizado.

El síntoma, utilizando terminología hoy tan difundida, más notorio no solo fue el parate formal de las actividades productivas. Los capitales financieros, especulativos, apostaron al oro como hace décadas no se veía, en una actitud tan milenaria como la misma cuarentena. Los capitales espantados se refugiaron en la piedra preciosa para no sufrir los riesgos de una economía volátil y sin perspectivas concretas. De vuelta, lo peor del capitalismo: acumulación y desigualdad. En este caso fondos saliendo del sistema para blindarse de las devaluaciones, emisiones y demás vaivenes del 2020.

Así crujieron economías gigantes como los Estados Unidos, los principales países de Europa, pero como siempre las grandes consecuencias, y las más profundas, se vivieron en la periferia. Un informe del Banco Mundial acaba de poner en números lo que cada una de las naciones periféricas vivió de manera estrepitosa: el aumento de la pobreza.

Según se desprende del informe presentado por consultores de la institución financiera dependiente de las Naciones Unidas (ONU), la cifra, si se toma enero de 2020 (cuando la epidemia ya empezaba a mostrar un prólogo en China) con enero de 2021, la cantidad de personas que cayeron en la pobreza es de 120 millones de personas. La estimación toma como línea de pobreza 1,90 (un dólar, noventa centavos de dólar) diarios. Si se toma 3,20 centavos de dólar, la cifra escala a los 200 millones de personas.

La situación que enciende las alarmas del Banco Mundial es que a pesar de que la vacuna es un hecho y muchos países han comenzado con la vacunación masiva, la tendencia producto de la pandemia continuará durante este 2021 en el que la institución estima que el número sume, en el escenario más optimista (es una previsión en este caso), 60 millones de personas.

Los números fríos y escalofriantes que muestran el lado B de la pandemia, quiebran una tendencia histórica de más de 20 años (desde la crisis asiática de 1998) de crecimiento global. Otro debate sería en torno al crecimiento paralelo de la desigualdad. Pero, de todas maneras, según las cifras del Banco Mundial la salida de personas de la pobreza, el saldo positivo, se había consolidado luego de la crisis de 1998, que todavía mostró secuelas en 1999. El gráfico explica la cantidad neta de personas que han salido de la pobreza extrema si eran pobres el último año o si por el contrario cayeron en la pobreza extrema y el año pasado no lo eran. El resultado es alarmante.

El informe pone en números lo que cada país, en particular y con mayor profundidad en la periferia, sufrió en materia social. También es una alerta global sobre la importancia de impulsar una vacunación justa y pareja en todas las naciones, para intentar morigerar los daños ya previsibles que nos depara el 2021.

Fuente: https://rebelion.org/120-millones-de-personas-cayeron-en-la-pobreza-por-la-pandemia/

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Panamá: Gremio de docentes presentan ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley que crea la Canasta Básica Educativa

El calendario del año escolar 2021 para los colegios públicos y privados, empezará el 1 de marzo con la modalidad a distancia, debido a la pandemia de la Covid-19.

A través de participación ciudadana gremios magisteriales presentaron ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley denominado «Canasta Básica Educativa 2021″para que el Estado garantice herramientas de aprendizaje.

Luis Sánchez, Secretario General de AEVE dice que el documento cuenta con siete puntos que tienen que ver con temas como internet gratuito por familia de 45 GB, entrega de equipos tecnológicos a estudiantes, entre otros

Con la propuesta se le permitirá a miles de estudiantes de las 16 regiones educativas del país la oportunidad de conectarse para recibir educación, ante la falta de recursos según el Secretario General de la Asociación de Profesores, Fernando Abrego.

El calendario del año escolar 2021 para los colegios públicos y privados, empezará el 1 de marzo con la modalidad a distancia, debido a la pandemia de la Covid-19.

Detalles del informe con Josué Villao

Fuente: https://www.radiopanama.com.pa/noticias/actualidad/gremio-de-docentes-presentan-ante-la-asamblea-nacional-un-anteproyecto-de-ley-que-crea-la-canasta-basica-educativa/20210218/nota/4110811.aspx

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Panamá: Un proyecto de reconexión con la comunidad indígena

A través de la fotografía documental, un grupo de jóvenes tiene como objetivo destacar las costumbres y tradiciones de los siete grupos indígenas que habitan en Panamá.

El plan maestro ‘Abya Yala – Reconexión con la madre tierra Panamá’ posee un gran potencial en materia de patrimonio natural, cultural y turístico, concentrándose la mayor parte de estos atractivos en las zonas rurales del país, donde las comunidades indígenas constituyen la pieza clave para un desarrollo turístico sostenible.

La misión de este proyecto es realzar la identidad cultural de los pueblos indígenas como pioneros del turismo sostenible, por ser los primeros moradores del istmo panameño, así lo explicaron sus creadores, en entrevista con La Estrella de Panamá.

Con esta iniciativa se busca deshacer las barreras estructurales que enfrentan a los pueblos indígenas, las mismas que limitan su inclusión social y económica, sufriendo de exclusión y marginación. Los pueblos indígenas forman una parte esencial del país, ya que ayudan a proteger el medio ambiente, luchan contra el cambio climático y crean resistencia ante los desastres naturales, pero sus derechos no siempre se protegen.

Más del 20% de carbono de los bosques tropicales del mundo se almacena en los territorios de los pueblos indígenas; con este plan se desea garantizar la seguridad territorial, así como el control sobre sus recursos naturales que conectan sus visiones y espiritualidad propia.

“Sabemos que este proyectó será una gran ventana para conservar nuestra naturaleza en buen estado”, dijo Pimentel.

De acuerdo con Pimentel, el sector turístico está sufriendo de una manera alarmante las consecuencias del impacto de la pandemia. Un escenario en el que las amenazas avanzan mientras los territorios se encuentran no solo aislados por el virus, sino también desprotegidos y olvidados.

Pimentel resaltó que Abya Yala beneficiará en gran medida al turismo, puesto que al trabajar directamente con los pueblos indígenas “podremos asegurar un turismo sostenible, siendo ellos los mejores aliados de la madre tierra. El trabajo turístico de este plan es resaltar cada rincón de sus comunidades, la belleza de sus mujeres indígenas y su modo de vida diario”.

La metodología de planificación de este plan maestro busca crear una conexión con los ancestros indígenas y su enlace profundo con la madre tierra. Se trata de trabajar con los siete pueblos indígenas del país y sus distintos congresos. “Actualmente en Panamá hay siete pueblos originarios indígenas, que son los Ngäbe, Buglé, los Guna o Dule, los Emberá, los Wounan, los Bri Bri y los Naso Tjërdi.

Según el censo nacional de 2010-2020 se concluyó que el 12,8% de la población panameña está conformada por indígenas, un total de 438,559 personas.

El trasfondo turístico de este plan es resaltar cada rincón de estas comunidades.Anthony Tapia

El programa desea elevar la información y conocimiento del territorio indígena, así como fortalecer y crear nuevas alianzas con nuestros pueblos ancestrales.

Sostenibilidad y raíces

Abya Yala también persigue hacer un uso sostenible de los recursos a través de las mejoras de los servicios.

De acuerdo con Pimentel, el plan tiene como base comunicar el valor de los siete pueblos indígenas, igualmente pretende que cada indígena siga respetando y valorando sus raíces ancestrales, sin miedo al rechazo por parte de la sociedad.

Realizar el trabajo fotográfico y documental de los siete pueblos indígenas y desarrollar el libro documental “Abya Yala”, basado en la cosmovisión cultura, tradiciones y modo de vida de los pueblos indígenas, son otras finalidades que presenta el plan ‘Abya Yala – Reconexión con la madre tierra Panamá’.

Las comunidades indígenas se enfrentan a serios desafíos, especialmente relacionados con su reconocimiento, los derechos territoriales, su identidad cultural, su cosmovisión, las tradiciones y su entorno cotidiano, que deben ser abordados como los grandes pilares de un turismo sostenible.

“No quiero que el proyecto solo sea de fotos lindas, quiero que la empatía con ellos sea mutua”
ANTHONY TAPIA,
FOTÓGRAFO.

Pimentel explicó que actualmente no han tenido el apoyo de ninguna entidad gubernamental u organización, “nos valemos siempre del el apoyo mutuo del equipo Abya Yala y de nuestro capital monetario”.

Inversión y planificación

A su vez, Pimentel, fundadora del proyecto, estima que en los 12 años de trabajo para llevarlo a cabo han realizado una inversión de $11,000 sin mencionar que los gastos totales para la publicación del libro documental y el apoyo turístico serían de $75,000, lo que abarca aspectos de turismo sostenible, cultura y fotografía. Tras la realización de los recorridos, aclara Pimentel, se hará el lanzamiento del libro documental “Abya Yala”. “El plan sería dedicar un año a cada grupo indígena”, explicó.

Una de las estrategias para dar a conocer el plan maestro ‘Abya Yala – Reconexión con a madre tierra Panamá’ será la fotografía documental y la fotografía de retrato, así mismo compartir las experiencias de cada viaje de convivencia con los siete pueblos indígenas.

Anthony Tapia, fotógrafo y cofundador del proyecto, indicó que uno de los objetivos es mostrar quiénes integran los siete grupos indígenas, por medio de la fotografía.

Tapia argumenta que, en la actualidad, hay un gran desconocimiento en torno a las diferentes comarcas.

En esencia, ambos aseguran que pretenden estimular el aprovechamiento del turismo dentro de estas comunidades.

“No quiero que el proyecto solo sea de fotos lindas, quiero que la empatía con ellos sea mutua”, manifestó.

La metodología de planificación de este plan maestro busca crear una conexión con los ancestros indígenas.Anthony Tapia

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los pueblos indígenas poseen una fuente de conocimientos que podría ayudar a reequilibrar la relación de los seres humanos con la naturaleza.

Sin embargo, la mayor parte de esta población carece de acceso o tienen insuficiencia de servicios primordiales como la salud, el agua limpia y el saneamiento, lo que los mantiene en constante abandono.

Así mismo la ONU se refiere a las mujeres de estas comunidades; al ser las encargadas de alimentar a sus familias padecen la suspensión del quehacer económico, puesto que no pueden comerciar sus artesanías o productos agrícolas.

Las amenazas y la violencia han estado presentes constantemente en los pueblos indígenas, que son expropiados de sus tierras y recursos, y, en algunos casos, asesinados cuando defienden sus derechos, resaltó el portal.

Fuente: https://www.laestrella.com.pa/cafe-estrella/planeta/210217/proyecto-reconexion-comunidad-indigena

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“El sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado”

Erdogan discursó en el programa de inauguración del edificio anexo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Recep Tayyip Erdogan

El presidente Recep Tayyip Erdogan declaró que el sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado gracias a las inversiones que efectuaron en infraestructura y recursos humanos.

Erdogan discursó en el programa de inauguración del edificio anexo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Recep Tayyip Erdogan y del edificio anexo de la Facultad de Educación Çayeli.

El presidente dijo: “El sistema de educación superior turco alcanzó un nivel avanzado gracias a las inversiones que efectuamos en infraestructura y recursos humanos. La cifra de nuestro personal académico ascendió de 70 mil a 180 mil. Ocupamos la primera posición en acceso a universidades en Europa en términos de número de estudiantes”.

El presidente dijo: “Ojalá Turquía alcanzará sus objetivos de 2023 (100 aniversario de la fundación de la República) y entrará entre las 10 economías más grandes del mundo. Creer y actuar es la mitad del éxito. Nosotros en 18 años hicimos ganar a nuestro país más de lo que se hizo en la historia de República”.

El presidente Erdogan dijo: “En el próximo período, pondremos todas estas áreas, desde la familia a la educación y la formación, desde la cultura al arte, como una de nuestras prioridades.

Fuente: https://www.trt.net.tr/espanol/turquia/2021/02/12/el-sistema-de-educacion-superior-turco-alcanzo-un-nivel-avanzado-1582538

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