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Reflexiones sobre la guerra del imperio USA contra Venezuela

Mario Sanoja Obediente-Iraida Vargas-Arenas (*)

Los Estados Unidos adelantan contra Venezuela una nueva versión de las guerras de conquista que han forjado para apoderarse de países claves de su periferia que le adversan, para mantener así hegemonía política y económica sobre los mismos. Dichas guerras, siempre comienzan con una fase de guerra mediática internacional y nacional que tiene como objetivo ablandar psicológicamente la conciencia y los principios del pueblo considerado como enemigo. Si ello no resulta en una situación política favorable creada por la intervención de grupos apátridas internos cómplices de la ofensiva imperial, entonces hay que pasar a la fase de intervención militar. Después de los fiascos políticos producidos por sus intervenciones militares en Irak, Libia y Siria, los Estados Unidos prefieren armar y financiar a los grupos políticos, usualmente de derecha, que le sirven de cómplices para lograr sus objetivos imperiales de dominación.

La Guerra Mediática

Para desmontar la adulteración maliciosa de la verdad que subyace a la guerra mediática internacional y nacional contra Venezuela, es necesario que el público sea capaz de analizar la avalancha de oscuras y retorcidas noticias e informaciones sobre Venezuela y la Revolución Bolivariana, que conozca las motivaciones reales que tienen las transnacionales que conforman el núcleo duro del imperio estadounidense que hoy quiere volver a apoderarse y colonizar a Venezuela.

Venezuela, desde inicios del siglo XX, ha sido y es la joya de la Corona Imperial de los Estados Unidos: reservas petroleras por más de 250 millones de barriles, cuantiosas reservas de gas, oro, hierro, bauxita, coltan, uranio y demás recursos, así como una posición geoestratégica y geopolítica de primera magnitud en el mar mediterráneo caribeño que conforma el primer anillo defensivo sur oriental de los Estados Unidos. Por volver a apoderarse de Venezuela, el Comando Sur está dispuesto a hacer la guerra, a matar lo que sea y a quien sea, tal como ya asesinaron al comandante Hugo Chávez

Para desplegar urbi et orbi su ofensiva, el cartel internacional de medios de prensa escrita o televisiva y de redes sociales ha desatado una feroz ofensiva contra mi pequeño país. No pasa un día sin que hasta órganos ingleses de prensa digital supuestamente serios como The Guardian o La Jornada de México reproduzcan el cotilleo político antivenezolano que ha sido previamente rebotado desde la prensa española que forma el nido de huevos de la serpiente. Uno tiene la impresión que se trata de publicidad pagada por personas u organismos de la derecha internacional, esto es, lo que los periodistas venezolanos denominan “caliche”, noticias sin ninguna profundidad de contenido que en condiciones normales dichos diarios no se habrían tomado la molestia de reproducir ni comentar.

La campaña de desprestigio de la prensa internacional es orquestada y amplificada vergonzosamente incluso por el impresentable Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el tristemente célebre Luis Almagro, coludido de manera impúdica con los sectores más reaccionarios de la derecha venezolana (alias Mesa de la Unidad Democrática); dicho funcionario saltó sobre las disposiciones estatutarias de la OEA para intentar aplicar a mi país la llamada Carta Democrática Interamericana y justificar así una intervención militar. Este hecho, unido a la campaña de odio mediático, intenta preparar la opinión pública mundial y nacional para una posible intervención bélica en Venezuela al estilo de Libia, Irak y Afghanistán, o como la cobarde aventura de invadir países latino-caribeños inermes como República Dominicana , Haití, Panamá y Grenada. Felizmente, gracias a la solidaridad sincera de la mayoría de las naciones sudamericanas, el intento fue derrotado, acordándose, por el contrario una resolución que saluda el diálogo entre el gobierno y la oposición que se está llevando a cabo bajo la guía de UNASUR.

La Guerra Económica Petrolera

La parte económica de esta guerra general contra Venezuela, tiene como primer objetivo quebrar la industria petrolera de los países que son considerados como una amenaza a la hegemonía imperial de los Estados Unidos y provocar el colapso de las finanzas de los estados que son aliados políticos y económicos de Venezuela. Para provocar el colapso de los precios mundiales del petróleo, los Estados Unidos, cuyas reservas de petróleo regular estaban a punto de agotarse, desarrollaron la tecnología llamada “fracking”, mediante la cual se rompen los estratos de la corteza terrestre para llegar a los depósitos profundos de gas y petróleo. El uso de esta tecnología requiere monumentales inversiones para producir un petroleo y un gas muy caros; dicha producción, que es altamente contaminante, produce daños irreversibles tanto en el ambiente natural (aguas, aire, suelos, biota en general) así como enfermedades en las personas producto de la intoxicación ambiental. Otra grave consecuencia es la fractura de las capa geológicas profundas, lo cual ocasiona movimientos sísmicos regulares que podrían llegar a ser letales para la existencia de las poblaciones locales. Pero los Estados Unidos, para lograr el objetivo, no ha vacilado en pagar ese alto costo económico y social para volver a convertirse en exportador de petróleo y gas y, de esa manera, hacer bajar los precios mundiales del petróleo y el gas, derrumbar la economía de Rusia, Venezuela e Irán y de paso la su odiado compinche de fechorías, Arabia Saudita, financista del ataque a las Torres Gemelas (¡Remember September Eleven !).

El Frente Interno: la Guerra Económica

El elemento estructural de la actual economía venezolana es el dominio del capitalismo rentista sobre la economía venezolana: la burguesía venezolana es básicamente importadora o ensambladora de productos; no genera renta a la nación salvo los impuestos, pero capta a su vez buena parte de la renta petrolera que pertenece a todos los venezolanos. Si invirtiera en Venezuela el 10% de sus capitales colocados en el exterior, podrían resolver fácilmente su necesidad de divisas. Contrariamente a las normas del capitalismo productivo, acostumbran maximizar sus ganancias a través de la distribución, no de la producción. Ello ocurre así desde por lo menos mediados del siglo XVIII: desde siempre en Venezuela ha dominado el capital comercial sobre el industrial, carácter que se agravó con la imposición del modelo petrolero y la cultura petrolera orientando la actividad económica privada hacia el desarrollo de una burguesía importadora, más interesada utilizar medios cada vez más sutiles, como la corrupción de empresarios y funcionarios del gobierno, para ampliar cada vez más la captación de la renta petrolera: estos dólares luego se sacan del país para ser depositados en la banca extranjera e invertidos en negocios especulativos en el exterior.

Es un caso bien documentado que durante el primer período de Carlos Andrés Pérez, el exagerado endeudamiento del país se llevó a cabo con base a capitales extraídos fraudulentamente del país por la burguesía venezolana que regresaron bajo la forma de empréstitos privados, que luego el gobierno adeco de Jaime Lusinchi acumuló a la deuda nacional para ser pagados, por supuesto con los dólares producidos por el estado venezolano vía la renta petrolera.

Aquella burguesía rentista y su brazo político, los partidos de la derecha venezolana (Acción Democrática, Copei, Primero Justicia, Voluntad Popular, Bandera Roja, etc.) no le perdonan a la Revolución Bolivariana haber logrado reducir significativamente los índices de pobreza, eliminado el analfabetismo y haber propiciado un salto cualitativo y cuantitativo extraordinario en el nivel de vida de la población venezolana mediante mecanismos justos y democráticos para la redistribución de la renta petrolera, estimulando la creación de comunas y consejos comunales donde domina la propiedad social sobre la propiedad capitalista, rasgo esencial para la construcción de una forma no monopólica de la producción.

Luego de la desaparición física del Presidente Hugo Chávez, la inflación inducida comenzó a aumentar por encima del 180% mientras la tasa monetaria (salarios y sueldos) llegaba a aumentar a un ritmo anual acelerado, hecho que se materializó, por ejemplo, en la creación el dólar negro o paralelo que dirige los procesos especulativos que opera la burguesía en el intercambio comercial. Otro aspecto perverso de esta manipulación económica es el aumento del riesgo país inducido por las casas aseguradoras internacionales que se apoyan en los índices especulativos subjetivos creados por la burguesía venezolana que sirven para construir una falsa imagen de país sumido en una profunda crisis humanitaria y estrechar cada vez más el cerco económico y financiero internacional contra Venezuela.

El objetivo central de aquella conspiración económica contra nuestro país es lograr revertir los logros sociales obtenidos por la Revolución Bolivariana, sobre la base de una democracia protagónica y participativa. Esto es lo que constituye una amenaza inusual para la seguridad nacional de países como los Estados Unidos o la España de Rajoy, donde el 99% los ciudadanos y ciudadanos viven sometidos al arbitrio de los designios del 1% de la población rica que los explota de forma inmisericorde.

El actor material de la conspiración económica en el frente interno es, como vemos, la derecha venezolana (MUD, empresarios, comerciantes, empresas transnacionales, el partido Conferencia Episcopal, etc.) aliada local de los Estados Unidos. Después de 17 años de ofensiva mediática, de una larga campaña psicológica y cultural basada en inocular valores negativos como el miedo al futuro, la derecha logró afectar la autoestima de un sector del pueblo chavista acostumbrado a una vida sin sobresaltos económicos. La desaparición física del Comandante Hugo Chávez aumentó la pérdida de autoestima y confianza en el futuro de la Revolución Bolivariana; con base a este hecho, la derecha logró desmoralizar y atraer un sector del voto chavista prometiéndole resolver el desabastecimiento selectivo de bienes de consumo y medicinas y la inflación inducida que ellos mismos provocan, el día posterior a la elección si votaban por ellos en la elecciones parlamentarias. Esta oferta engañosa y la compra pública de votos, les permitió asaltar la Asamblea Nacional el 6 de Diciembre de 2015, mediante la compra de votos bajo el lema malinchero de: no tendrán Patria, pero tendrán Harina Pan (harina de maíz precocida fabricada por el grupo económico Polar, de Lorenzo Mendoza, para confeccionar el pan de arepa, ingrediente de la dieta básica de los venezolanos).

La derecha, utilizando como órgano subversivo la Asamblea Nacional, se propuso como meta derrocar al Presidente Maduro en un plazo no mayor de seis meses, plazo que finaliza el 5 Junio 2016, tratando de coincidir con las primarias presidenciales en Estados Unidos. Los dirigentes de la derecha, una vez colapsado el gobierno de Maduro, supuestamente viajarían a Washington para presentar al Congreso de USA y al presidente Obama los despojos de la Revolución Bolivariana, como ya hizo la derecha argentina y también la brasileña, y demostrar así que el pago de millones de dólares que sus partidos han recibido hasta el presente de los gobiernos de Estados Unidos y España y la ayuda logística concedida por la oligarquía colombiana, no había sido una inversión a fondo perdido. Pero el cumplimiento de aquel acto de sumisión se ha complicado: la candidata demócrata Hilaria está perdiendo terreno frente al candidato antisistema Bernie Sanders y el republicano Donald Trump amenaza con alzarse con el primer lugar en la carrera presidencial empujando a los Estados Unidos, si ganase, a una posición internacional aislacionista donde nosotros, los latinoamericnos “marrones” (Bush dixtit) no tenemos mucho que buscar. Por otro lado, la conspiración urdida por la derecha venezolana conjuntamente con el Secretario de la OEA, Mr. Almagro para aplicar a Venezuela la carta democrática y abrir la puerta a la intervención militar extranjera en nuestro país, fracasó estruendosamente: la mayoría de las naciones latino-caribeñas apoyaron, por el contrario el diálogo político entre el gobierno bolivariano y la oposición derechista que tiene lugar con el acompañamiento de UNASUR.

El presupuesto nacional de Venezuela está calculado sobre una renta petrolera de 40US$ por barril. Los precios mundiales del petróleo Opep han subido hoy sobre 40 dólares el barril, alejando, de cierta manera, el punto de quiebre de la economía nacional y complicando los planes bélicos internacionales del imperio contra Venezuela, contra Rusia e Irán, fortaleciendo por el contrario el bloque geopolítico conformado por China. Rusia, Irán y sus aliados, entre ellos Venezuela.

El fracaso del golpe diplomático experimentado por la derecha venezolana de la OEA como ya expusimos, destinado a desconocer y suplantar las atribuciones del poder ejecutivo venezolano, aunado a la fortaleza de la economía de Rusia, China e Irán y la solidaridad sincera de muchos países latinoamericanos y del BRIC con Venezuela, alarga los plazos fijados por la conspiración económica para conquistar a Venezuela, hecho el cual ya comienza también a afectar las ganancias mundiales de las transnacionales petroleras del imperio. Queda por ver cuáles acciones políticas tomará el ejecutivo bolivariano si la Corte Suprema de Justicia acoge el recurso de amparo contra la Directiva de la Asamblea Nacional y los diputados que votaron desconociendo y usurpando las funciones del poder ejecutivo nacional: ¿aplicarles, como debería ser, el artículo 236, parágrafo 21 de la Constitución Bolivariana que faculta al Presidente de la República para disolver la Asamblea Nacional cuando sus actos atenten contra el orden constitucional?

Análisis de la Guerra Económica

El día 27 de Mayo de 2016 se celebró un extraordinario foro en la Escuela Venezolana de Planificación Social, de la cual somos profesores, con la participación de destacados especialistas como Pascualina Curcio, el ministro Ricardo Menéndez y Santiago Lazo. Las exposiciones presentadas consideran que el año 2012, cuando se agrava la enfermedad del Presidente Chávez, fue el punto de inflexión de la guerra económica. Desde 2012 -2013, todas las variables económicas han mostrado un comportamiento atípico en relación con las leyes económicas que se expresa en variables concretas.

La inflación se origina en los tipos de cambio que influyen sobre los precios; el 35% del PIB está constituido por las importaciones que realizan empresas monopólicas a la tasa de cambio del dólar negro o paralelo, no el oficial, lo cual influye sobre el nivel de las reservas internacionales de Venezuela.

El desabastecimiento de los productos de primera necesidad no es un problema de la producción, es una estrategia inducida artificialmente por la empresa privada; ello se refleja en una tasa de desempleados baja, un 7%, lo cual indica que hay un alto porcentaje de personas que gozan de puestos de trabajo. No podemos hablar de una baja en la producción que influya en las crisis, ya que el desabastecimiento es selectivo, enfocado hacia el acaparamiento de aquellos productos relacionados con la higiene personal y el cuidado de los niños (jabones, champú, desodorantes, toallas sanitarias, pañales, etc.), alimentos de consumo diario como pastas, café, arroz, azúcar, leche líquida o en polvo, mantequilla, margarina, aceite comestible, etc.

La carencia de bienes utilizados para la higiene, por ejemplo, que son producidos por empresas monopólicas transnacionales, se debe a un proceso inducido de mala distribución. Este hecho, que analizaremos más adelante, genera un mercado paralelo dominado por la buhonería controlada por la mafia llamada bachaqueros. Aunado a ello, observamos que lo que genera el desabastecimiento no es el control de precios, el cual está muy por debajo de la estructura de precios de año 2003, sino que aquel es selectivo e inducido para forzar la contracción artificial de la oferta y la inflación, aumentando así un nivel de demanda que no puede ser satisfecha a pesar de los aumentos sucesivos de salario que ha efectuado el gobierno bolivariano. Otra estrategia perversa para fomentar el desabastecimiento es la simplificación de la producción, lo cual se traduce en envasar el producto en recipientes más grandes. Por ejemplo, en el caso de la margarina, de alto consumo por las familias populares, se descontinuó la producción de barras individuales para favorecer el empaque en envases más grandes; igual proceso ocurre con los jabones líquidos para fregar la vajilla, los desinfectantes para lavar los pisos, etc., lo cual reduce la cantidad de unidades producidas, que son vendidas más caras aumentando así la tasa de ganancia, pero dejando a muchas familias sin poder consumir el producto.

El gobierno bolivariano ha otorgado a las transnacionales farmacéuticas que dominan el mercado nacional, suficientes divisas para importar los insumos necesarios que garanticen la producción de fármacos; sin embargo, continúa el desabastecimiento en fármacos estratégicos tales como la medicinas para la hipertensión, la diabetes, calmantes, vitaminas, etc. cuya ausencia de los anaqueles de las farmacias provoca sentimientos de angustia y desesperanza. No hay disminución de ventas, tampoco de ganancias. Se producen medicamentos, pero estos no aparecen en los anaqueles de las farmacias, ya que se persigue forzar –por la vía de una oferta artificialmente deficiente– el aumento constante de la demanda no satisfecha.

En Venezuela el capital está demasiado concentrado (y cartelizado) en ciertos sectores de la producción de insumos de consumo diario tales como pastas alimenticias, productos para la higiene, para la limpieza, etc., lo cual no ocurre con la producción de rubros vegetales que está en manos de una gran diversidad de unidades de producción que no están tan concentradas. Ello nos lleva a concluir que en Venezuela el gobierno bolivariano debería diseñar políticas económicas para promover la mediana y pequeña industria y facilitar la desconcentración del capital, cuya hegemonía es el factor que determina la desigualdad socioeconómica, clasista, entre los actores sociales.

Aspectos Socioculturales de la Guerra Económica

El objetivo central de la guerra económica es incentivar el sentimiento de frustración en la vida cotidiana de los y las venezolanas, matar su esperanza en alcanzar un futuro más feliz y mejor. Un factor importante para lograr aquel objetivo es el fomento de la inseguridad personal, para lo cual, con la ayuda de los paramilitares colombianos de Álvaro Uribe Vélez, la oposición ha dotado a la delincuencia venezolana de una estructura igualmente paramilitar organizada en bandas delictivas regionales como la del tristemente celebre delincuente alias Picure, dado de baja por las fuerzas de seguridad, lúgubre personaje que luego resultó ser ficha política importante de un partido de la oposición de derecha (MUD).

¿Qué hacer?

  1. Para hacer frente a esta ofensiva del imperio, sería recomendable crear una Misión o un Ministerio de Guerra Económica que elabore, centralice y coordine transversalmente todas las medidas que deben ser tomas en esta coyuntura histórica.
  2. Modificar el patrón de la distribución de bienes de consumo; establecer menos distancia entre el productor y el consumidor final.
  3. Socializar al máximo la distribución de la renta petrolera.
  4. Diversificación productiva que nos permita desconectar nuestra economía de la economía capitalista neoliberal.
  5. Diseñar y aplicar, a la brevedad posible, políticas culturales y mediáticas que tengan como meta la recuperación de los valores positivos y la confianza en el futuro de la Revolución Bolivariana, que se expresan en la cotidianidad.
  6. Enfatizar la producción de programas educativos para la juventud que promuevan el conocimiento de la historia social venezolana y el lugar que ocupan los diferentes actores sociales en la lucha de clases que desató el capitalismo venezolano.
  7. Enfatizar la producción y estandarización de los bienes escolares (uniformes, calzado, cuadernos, libros y útiles en general) para bajar los costos de la escolaridad.
  8. Consolidar y extender la economía comunal para cortar las líneas de abastecimiento del capitalismo monopólico.
  9. Terminar con el financiamiento del estado a la industria privada monopólica antipatriota.
  10. Aplicar el arma impositiva a las ganancias provenientes de la especulación con la venta de alimentos y de bienes esenciales para la higiene personal.
  11. Cancelar la patente comercial de todos aquellos que infrinjan las leyes de la República sobre fijación de precios.
  12. Crear una corporación nacional o mixta que se ocupe de importar y distribuir los bienes necesarios para el funcionamiento de la industria de ensamblaje de productos o de producción de los bienes demandados por la sociedad venezolana.

Caracas, 4 de Junio de 2016.

(*) Profesores Titulares Jubilados UCV.. y de la Escuela Venezolana de Planifición Social.

Imagen tomada de: http://cayapatrujillana.org/wp-content/uploads/2015/01/guerra-economica-web.jpg

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Entrevista a Maury Obstfeld. Evolución, no revolución: Replanteamiento de la política en el FMI

ENTREVISTA AL ECONOMISTA JEFE DEL FMI MAURY OBSTFELD

La crisis financiera mundial dio lugar a un replanteamiento general de las políticas macroeconómicas y financieras en los círculos académicos y los encargados de la formulación de políticas a escala mundial. Ocho meses después de haber asumido su cargo, el Economista Jefe del FMI, Maury Obstfeld, reflexiona sobre el papel que ha cumplido el FMI con respecto a este replanteamiento y la promoción de la estabilidad económica y financiera.

Boletín del FMI: En los últimos años el FMI ha dejado en claro que está dispuesto a examinar su filosofía macroeconómica y su enfoque en materia de políticas. Hay quienes han dicho que esto es revolucionario, ¿es así?

Obstfeld: Yo diría que el proceso es una evolución, no una revolución. El FMI desde hace mucho tiempo procura aprovechar las experiencias concretas en el terreno y las nuevas investigaciones para hacer más eficaz su supervisión económica, su asistencia técnica y la forma en que responde a las crisis.

Cabe decir que el shock de la crisis financiera mundial dio lugar a un amplio replanteamiento de la política macroeconómica y financiera en los círculos académicos y en la comunidad encargada de formular políticas a escala mundial. El FMI ha sido parte de ese proceso, pero, dada la incidencia que tienen nuestras decisiones en los países miembros y en el sistema económico mundial, nos parece que es especialmente importante que reevaluemos nuestras ideas a la luz de nuevos datos.

Ese proceso no ha alterado fundamentalmente la esencia de nuestro enfoque, que se basa en mercados abiertos y competitivos, marcos robustos de política macroeconómica, estabilidad financiera e instituciones sólidas. Pero sí ha aportado importante información sobre cuál es la mejor forma de alcanzar esos resultados de una manera sostenible.

Boletín del FMI: ¿Está de acuerdo con quienes han dicho que un reciente artículo de F&D (“El neoliberalismo: Un espejismo?”) representa un cambio importante en la filosofía del FMI? Por ejemplo, ¿sostiene ahora el FMI que la austeridad no da resultados y que de hecho exacerba la desigualdad?

Obstfeld: Ese artículo ha sido muy malinterpretado; no representa un cambio significativo en la estrategia del FMI.

Me parece que plantear la pregunta en términos de si el FMI está a favor o en contra de la austeridad es engañoso. Nadie quiere una austeridad inútil. Somos partidarios de políticas fiscales que fomenten el crecimiento y la equidad a largo plazo. El tenor de las políticas puede variar de un país a otro y de una situación a otra.

Los gobiernos sencillamente tienen que operar en función de sus recursos y a largo plazo, o, caso contrario, asumir algún tipo de incumplimiento de la deuda, que suele ser muy costoso para los ciudadanos, en especial para los más pobres. Esto es un hecho, no una postura ideológica.

Nuestro trabajo consiste en asesorar a los gobiernos sobre la mejor manera de gestionar sus políticas fiscales para evitar resultados negativos. A veces esto nos obliga a reconocer situaciones en que los recortes presupuestarios excesivos pueden ser contraproducentes para el crecimiento, la equidad e incluso las metas de sostenibilidad fiscal.

Boletín del FMI: ¿Cómo se traduce este replanteamiento a nivel de las operaciones?

Obstfeld: Los países necesitan marcos fiscales a mediano plazo creíbles que permitan a los mercados confiar en que la deuda pública podrá ser amortizada sin una inflación muy alta. Los países que cuentan con esos marcos por lo general tendrán margen para suavizar las desaceleraciones económicas con herramientas fiscales, como los estabilizadores automáticos.

Lamentablemente, algunos países permiten que su deuda pública alcance niveles tan altos que corren el riesgo de perder acceso a los mercados, y no les queda más alternativa que ajustarse los cinturones incluso cuando sus economías están deprimidas. Nuestros estudios indican que, en esos casos, los pobres sufren de manera desproporcionada, así que es importante siempre pensar en los más vulnerables a la hora de planificar los ajustes fiscales.

Desde luego, el dolor que las economías pueden o deben soportar tiene límites, así que en los casos particularmente difíciles nuestra recomendación es modificar los perfiles de la deuda o reducir la deuda, para lo cual es necesario que los acreedores asuman parte del costo del ajuste. Esto es lo que en la actualidad estamos recomendando para Grecia.

Boletín del FMI: El FMI ha examinado detenidamente los flujos de capital como parte de este replanteamiento. ¿Hacia dónde le parece que se orientarán estos estudios el próximo año?

Obstfeld: La crisis financiera mundial, al igual que otras crisis anteriores, demostraron que los aumentos de las entradas de capital pueden tener efectos desestabilizadores, en particular al propiciar auges de crédito interno e inestabilidad financiera. Esto dejó a las economías muy expuestas cuando los flujos de capital cambiaron de sentido y abandonaron los países.

En 2012 el FMI adoptó una “Perspectiva Institucional” sobre las condiciones en que las medidas que limitan los flujos de capital podrían ser útiles, basándose en parte en importantes investigaciones realizadas por el Departamento de Estudios. El FMI ahora está haciendo un balance de las experiencias acumuladas con medidas sobre flujos de capitales en años recientes, y está realizando consultas sobre si la Perspectiva Institucional debería modificarse, y, de ser así, cómo debería modificarse. Un desafío es la incorporación de la función complementaria que a veces cumplen las políticas macroprudenciales. Esto es un muy buen ejemplo de cómo procuramos aprender de la experiencia y dejar que nuestras ideas evolucionen en consecuencia.

Boletín del FMI: ¿Y la evolución reciente del comercio mundial? ¿Cómo influye en su opinión la desaceleración de la actividad?

Obstfeld: En el período de la posguerra el comercio ha sido un notable motor de crecimiento mundial, y puede seguir siéndolo.

Los motivos de la reciente desaceleración del crecimiento del comercio no están del todo claros —van desde una escasa inversión mundial hasta el descenso de los precios de las materias primas y la posible contracción de las cadenas mundiales de valor—, pero no nos parece que la desaceleración esté concentrada en los mercados emergentes.

Contaremos con un análisis mucho más completo de las causas en la edición de octubre de 2016 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés). Pero algo que sí hemos aprendido acerca del comercio es que tiene consecuencias complejas, como por ejemplo las variaciones en la distribución del ingreso y el empleo que muchos países no han abordado de forma adecuada, dando lugar a actitudes proteccionistas.

No obstante, una conclusión que puedo sacar es que la reciente desaceleración del comercio puede ser más o menos preocupante, pero es poco probable que alguien la considere una buena noticia.

Fuente: http://www.imf.org/external/Spanish/pubs/ft/survey/so/2016/POL060216AS.htm

Imagen tomada de: https://i.ytimg.com/vi/FSQX9A5OM9M/maxresdefault.jpg

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Estancamiento e inflación

Los datos de la economía argentina son preocupantes y combinan el estancamiento con la elevación de los precios, un combo destructivo para la mayoría de la población con ingresos fijos y bajos.

Con el estancamiento derivado del enfriamiento deliberado de la actividad económica, producido por el Gobierno Macri, la consecuencia directa es pérdida de empleos, y por ende suspensiones y despidos, o chantaje empresario para bajar sueldos a cambios de empleo.

La respuesta empresaria, de los que pueden establecer precios, apunta a cambiar volumen de ventas por precios, asegurando rentabilidad. No importa que el gobierno les solicite mesura, y mientras pueden, aumentan precios en resguardo de su tasa de ganancia.

Queda claro que los perjudicados son la mayoría de la población argentina, con bajos ingresos y evolucionando por debajo de la inflación. En una estimación reciente realizada con informes del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, la inflación del último año transcurrido, a abril del 2016, supera el 40%. Las proyecciones para todo el 2016 apuntan en ese sentido.

La política económica de Macri empuja el enfriamiento económico para bajar la tendencia inflacionaria. Es lo que sugiere en Ministro de Energía cuando dice que si el combustible es caro, los consumidores deben abstenerse de comprar. Pura lógica ortodoxa del monetarismo tradicional, que acompaña el Presidente del Banco Central con su aspiradora de fondos y tasas del 37,5% para captar inversiones de compañías de seguro, Fondos de Inversiones, Bancos y especuladores de todo tipo.

Aranguren y Sturzenegger son las caras visibles de la ortodoxia monetarista que impera en el gobierno Macri. No les importa las consecuencias sociales si al final logran bajar a cualquier costo la inflación. Sin éxito por ahora, aunque auguran una merma inflacionario desde Julio, a costa, claro está, del nivel de consumo.

Unidad de acción contra la lógica de la ganancia

Las respuestas no se hacen esperar y con la movilización masiva del 29/4, de la unidad de acción, se hacen visibles y estimulan muchas otras protestas, ocultadas por la prensa en general. No solo contra los despidos y la carestía, sino contra la impunidad de los re-marcadores de precios, tal como se sustenta en la campaña “super vacíos”, en la segunda versión del 10/5.

Es interesante la multiplicación de protestas en unidad de acción, algo que no muchos entienden, pero que la realidad impone. Resulta interesante como se buscan lógicas para la protesta, cuando estas se imponen por la fuerza de la movilización y la organización popular.

Algunos sostienen que la ley anti despidos es ineficaz para asegurar el fin de los despidos. Quizá tengan razón, pero en la agenda de discusión política se impuso un consenso contrario a los despidos y eso es lo que importa.

Vale recordar que las centrales sindicales fueron convocadas al Parlamento a discutir por el impuesto a las ganancias y desde la CTA Autónoma se orientó el debate y la demanda hacia la “emergencia ocupacional”.

La primera batalla es por las ideas, más allá del éxito de una legislación, que igual no quieren los empresarios y el gobierno. Por algo será, aunque la impunidad les permita desoír el mandato legal, la sola existencia del instrumento y el consenso social y político a no despedir los desarma en la disputa de consenso para el poder.

También es cierto que algunos critican las visitas a un Parlamento poco amigable con las organizaciones populares, y otros agregan el carácter de impresentables de los dirigentes de algunas de las centrales sindicales. Todo eso es verdad, sin embargo, el accionar conjunto de las centrales y la presencia en el Parlamento expandió la voz de los afectados por los despidos, sean los que sean según las distintas fuentes de información.

El enunciado de razones de principios que sustentan algunos, en el marco de la crisis política vigente afecta la capacidad de movilización y organización popular, por lo que el desafío pasa por más iniciativa política popular para disputar el consenso masivo para construir una subjetividad consciente para un orden que afecte la lógica capitalista de ordenamiento social.

La lógica capitalista es por la maximización de la ganancia. La lógica de política económica es por bajar la inflación a costa de la mayoría de la sociedad. La realidad es que el capitalismo para funcionar necesita de la inversión, esquiva en estos momentos de crisis mundial del capitalismo.

El anticapitalismo como respuesta

En todo caso, el gobierno, mientras espera el ilusorio arribo de inversores o prestamistas externos, apurará la inversión pública a costa de contradecirse y emitir moneda, toda una sinrazón que agrava las respuestas contractivas del Banco Central con tasas de estímulo a la especulación financiera y negadora de cualquier reactivación del crédito productivo.

Seamos claros, el inversor capitalista busca la valorización de su inversión, es decir, no se invierte si no es atractivo para asegurar la ganancia. Por ello, el problema no es la falta de inversión, sino el capitalismo. No es sencillo confrontar al capitalismo y menos transformarlo, pero es ilusorio imaginar respuestas favorables a los pueblos diagnosticando la falta de inversión. Incluso, pensando en el inversor público, vale mencionar que se trata del Estado capitalista y por ende, actúa en beneficio de recuperar la lógica capitalista.

Lo dicho no quiere decir que nada puede hacerse hasta no terminar con el orden capitalista, claro, pero al mismo tiempo resulta imprescindible la crítica y la denuncia al capitalismo real para no abrigar expectativas en apuestas al capitalismo nacional, serio o normal, o a una burguesía nacional, incluida la sustitución con el papel del Estado.

Con estas lógicas neo-desarrollistas o neo-keynesianas se alimentan ilusiones de soluciones en el marco del capitalismo, con reformas paliativas que auguran posibilidades de cambios profundos más adelante. La realidad en América Latina en estas horas es que la demora en mutaciones económicas profundas, que desarmen la lógica capitalista, aborta experiencias de cambios políticos y abren las puertas a respuestas más acordes con las corrientes principales, hegemónicas del orden capitalista mundial.

La realidad exige aumentar la iniciativa política en unidad de acción para confrontar con políticas antipopulares sustentadas por el gobierno Macri y construir amplia subjetividad consciente por una sociedad no capitalista, que construya en simultáneo a la protesta un programa alternativo de otro modelo productivo sustentado en la soberanía alimentaria, energética, financiera, popular, en articulación con procesos similares en la región y en el mundo.

Buenos Aires, 9 de mayo de 2016

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¿Puede la Agroecología alimentar al mundo?

Argentina/ 06 de Mayo d 2016

Por: Miguel Altieri

Miguel Altieri un referente  en Agroecología, quien fuera invitado por la Facultad de Agronomía de la UBA a disertar sobre las bases para una transición desde una agricultura industrial (producción con agrotóxicos) a otra más ecológica, dijo, entre otras cosas: “Existen aproximadamente 1500 millones de hectáreas de tierra agrícola en el mundo. El 80% está bajo agricultura industrial, que en promedio sólo produce 30% de lo que come la humanidad (sólo le interesa generar biomasa). Por su parte, los campesinos, que son 380 millones de fincas en el mundo, trabajan el 20% restante y producen en promedio el 60% de los alimentos que consumen los habitantes del planeta. Entonces, ¿quiénes son los principales productores? Los campesinos. La Agroecología ha tomado como prioridad ese sector porque puede solucionar efectivamente el problema del hambre en el mundo”. DIARIOJUNIO presenta una entrevista a Altieri.

La Agroecología nace como una respuesta a las falencias de la agricultura industrial. Al combinar conocimientos tradicionales campesinos indígenas de América Latina con ciencias como la Ecología, la Agronomía y la Sociología, resulta una alternativa socialmente más justa, económicamente más viable, culturalmente aceptable y ecológicamente más diversa.

Así lo entiende Miguel Altieri, profesor de Agroecología en la Universidad de California (UC), quien fue invitado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para disertar sobre las bases de esta disciplina. Entrevistado por el sitio de divulgación científica Sobre La Tierra, explicó cómo considera que su difusión masiva solucionaría el problema del hambre en el mundo.

“Existen etnias que han practicado la agricultura por cientos de años, absorbiendo los cambios y permaneciendo estables en el tiempo. Los principios de la Agroecología incluyen esos saberes, que al combinarse con otros provenientes de la Ecología, por ejemplo, permiten cultivar la tierra de una forma más biodiversa, resiliente y productiva.

Por otra parte, los supuestos que guían a la agricultura industrial ya no son válidos: el clima está cambiando, la energía del petróleo es cara y finita, y el agua no es abundante. Además, la naturaleza no se puede controlar con tecnología: los agroquímicos, fertilizantes, transgénicos y demás subsidios que supuestamente iban a aumentar la producción y reducir el hambre, tuvieron una serie de efectos ecológicos indeseables sobre la salud humana y el ambiente, y no resolvieron el problema de la alimentación.”

Altieri, quien también es Presidente Honorario de la Sociedad Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), le explicó a Sobre La Tierra por qué la propuesta agroecológica apoya principalmente a los campesinos. “Existen aproximadamente 1500 millones de hectáreas de tierra agrícola en el mundo. El 80% está bajo agricultura industrial, que en promedio sólo produce 30% de lo que come la humanidad (sólo le interesa generar biomasa). Por su parte, los campesinos, que son 380 millones de fincas en el mundo, trabajan el 20% restante y producen en promedio el 60% de los alimentos que consumen los habitantes del planeta. Entonces, ¿quiénes son los principales productores? Los campesinos. La Agroecología ha tomado como prioridad ese sector porque puede solucionar efectivamente el problema del hambre en el mundo”.

No obstante, los grandes productores también son tenidos en cuenta dentro del movimiento agroecológico, tal cual lo señaló Clara Nicholls, docente y colega de Altieri en la UC: “Nos interesa que vaya desapareciendo ese mito de que la Agroecología es sólo para campesinos. Los grandes productores, aquellos que tienen entre 200 y 500 hectáreas, también pueden aplicar estos principios. Obviamente, las formas tecnológicas que deben adoptar son diferentes a las de la pequeña escala, pero las bases son las mismas. Por eso, para nosotros es clave venir a la Argentina a mostrar ejemplos de grandes productores agroecológicos de países como Colombia y Chile, incluso de Estados Unidos”.

Un futuro sano

Para que la ciencia de la Agroecología pueda llegar a alimentar al mundo será necesario fortalecer aspectos educativos, legislativos y económicos, además de mejorar su divulgación hacia la sociedad en general, y a los productores en particular. “Necesitamos políticas públicas que incluyan la educación y la extensión de grado y posgrado en esta disciplina, con profesores capaces de brindar una visión más amplia. Así es el pensamiento agroecológico, más holístico y sistémico; requiere otra pedagogía.

Por ejemplo, para nosotros, las plagas no son problemas que aparecen porque sí; hay condiciones, desbalances, causas que permiten que se expresen. En vez de ir al síntoma, como la agricultura convencional, que aplica insecticidas, la Agroecología hace foco en las causas fundamentales. Esto diferencia mucho nuestros diagnósticos de los problemas”, comentó Clara.

Una de las formas más eficientes en las que esta disciplina se está difundiendo en el continente es a través de los movimientos sociales. Tanto Altieri como Nicholls destacaron el ejemplo de Brasil, donde muchas fuerzas sociales rurales empujaron al gobierno a elaborar una ley nacional de agroecología. “Nosotros trabajamos con una metodología llamada campesino a campesino, que funciona de manera horizontal: cuando un campesino ve que a su vecino le funcionó una determinada práctica, hay alta probabilidad de que la adopte. La divulgación debe ser simple para que el mensaje llegue con claridad a la gente”.

Tanto Altieri como Nicholls destacaron la importancia de que las sociedades y los gobiernos tomen conciencia de la importancia que tiene una alimentación sana. “Es necesario que la sociedad esté alerta de la procedencia de los alimentos que consume. Hoy se sabe, por ejemplo, que la buena salud de los niños depende en gran medida de la calidad de su dieta: existen enfermedades directamente vinculadas al sistema de producción industrial. Una vez entendido esto, la demanda de alimentos sanos, abundantes y accesibles vendrá de los pueblos. Y si los gobiernos analizaran la problemática en profundidad, no dudarían en apoyar la agricultura sana. La salud pública representa una proporción considerable de los presupuestos, y ciertas enfermedades, evitables a partir de una dieta saludable, salen caras”.

Agricultura ecológica y cambio climático

Para Clara Nicholls, desde el punto de vista agroecológico el cambio climático es una preocupación y también una oportunidad: “Muchos pequeños agricultores ya no pueden predecir los cambios climáticos.

Ellos, que nada tuvieron que ver con este cambio, son quienes más lo sufren. Sin embargo, desde hace 5 años, investigadores en agroecología nucleados en la red REDAGRES, perteneciente a la SOCLA, vienen comparando la resiliencia de fincas agroecológicas vs. convencionales en Colombia. Ellos encontraron que en años Niño o Niña, mientras las primeras mantienen su producción agrícola o la lechera, las segundas experimentan caídas de hasta el 70% en sus rendimientos. Además, las agroecológicas se recuperan más rápido de esos eventos. Este puede ser ese el punto de quiebre para que los productores cambien y entren en una transición hacia prácticas agroecológicas.

“Casi siempre se piensa que la ciencia, la academia o la tecnología tiene las mejores respuestas. Nosotros, en las universidades, no nos damos cuenta de que muchas de las soluciones que buscamos están en el campo. Hay agricultores que son muy innovadores, experimentaron mucho por prueba y error, y fueron exitosos en ajustar sus sistemas. Por ejemplo, los campesinos de Los Andes, que supieron ajustar sus prácticas milenarias de manejo del agua, del suelo y de la biodiversidad. Podemos incorporar esos aprendizajes a los principios agroecológicos para rediseñar las fincas y hacerlas más resilientes al cambio climático”, sostuvo Altieri.

Fuente: http://www.diariojunio.com.ar/noticia.php?noticia=76320

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Europa: Las consecuencias laborales del TTIP y del CETA

Europa/02 de mayo de 2016/Fuente: Las consecuencias laborales del TTIP y del CETA

El 17 de julio de 2013 el Consejo de la Unión Europea aprobó las Directrices de negociación relativas a la Asociación Transatlántica sobre Comercio e Inversión, entre la Unión Europea y los Estados Unidos de América, más conocido como TTIP. El contenido del acuerdo en vías de negociación se enmarca en tres grandes pilares: el acceso al mercado, las cuestiones reglamentarias y el establecimiento de normas comunes de obligado cumplimiento, incluyendo un mecanismo de solución de controversias inversor-Estado (ICS). Este amplio contenido ha justificado que el TTIP, al igual que al CETA (EU-Canadá Comprehensive Economic and Trade Agreement) cuyo contenido ya está cerrado y cuya firma está provisionalmente prevista para el mes de octubre de este año, sea bautizado como un “Tratado de Nueva Generación “ dado que estos tratados sobrepasan la finalidad típica de los acuerdos de comercio e inversión para enfocarse en un objetivo mayor, como es la incidencia en los procesos de formación de las normas a ambos lados del Atlántico a través de los mecanismos de Cooperación Reguladora.

Uno de los principales argumentos que desde el inicio de las negociaciones ha esgrimido la Comisión Europea para defender la firma del TTIP son los beneficios que, según diversos informes, reportaría el mismo para la economía y el empleo. El informe financiado por la Comisión y elaborado por el Centre for Economic Policy Research (CEPR) afirma: que la liberalización del comercio y el impulso de la inversión extranjera van a suponer un crecimiento de la economía de la Unión Europea de aproximadamente 120 billones de euros (un 0.5% de su PIB), que los salarios para los trabajadores, cualificados y no cualificados, tenderían a aumentar un 5% y que el número de puestos de trabajo dependiente del comercio podría aumentarse en la UE en “varios millones”. Por su parte, el estudio financiado por la Cámara de Comercio, la CEOE y el Instituto de Estudios Económicos para el caso español llega a afirmar que “el efecto acumulado durante los cinco primeros años tras la toma del acuerdo supondría un incremento total del PIB de 36 743,3 millones de euros y una creación de 334 836 nuevos empleos, como fruto exclusivo del acuerdo”.

De entre las abundantes críticas realizadas destacan las que indican que en estos estudios ni se mencionan las posibles consecuencias negativas de la desviación de comercio o la deslocalización de empresas sobre el empleo, ni se tiene en cuenta el impacto en el empleo desde la vertiente cualitativa. Además, otras investigaciones han obtenido resultados opuestos; en este sentido destaca el estudio elaborado por Capaldoque pronostica una caída de las rentas del trabajo (respecto de la que Francia sería la más afectada); una pérdida neta de empleo de aproximadamente 600 000 puestos de trabajo en la UE, con una mayor afectación a los países del norte de Europa, seguidos de Alemania y de Francia y una transferencia de renta desde el trabajo al capital. Por otro lado, en octubre de 2015, la Comisión presentó una nueva estrategia de comercio e inversión para la Unión denominada “Comercio para todos. Hacia una política de comercio e inversión”, donde el TTIP ocupa un lugar privilegiado. Respecto de los efectos sobre el empleo, en el propio documento la reconoce que los cambios en los flujos comerciales pueden “acarrear consecuencias negativas para algunas regiones y algunos trabajadores si la nueva competencia resulta ser demasiado intensa para algunas empresas”. En este sentido y avanzando una posible pérdida de puestos de trabajo, la Comisión afirma que “la UE y los Estados miembros tienen la responsabilidad de garantizar que las políticas activas del mercado de trabajo permitan a quienes pierden su empleo encontrar otro rápidamente”.

Pese a estas afirmaciones, los distintos informes, un análisis pormenorizado de los textos disponibles hasta el momento del TTIP y, fundamentalmente, del contenido ya publicado del CETA permiten determinar cinco puntos de fricción entre el contenido de estos acuerdos y los derechos laborales: la maximización de la liberalización de servicios y los estándares laborales aplicables a la fuerza de trabajo desplazada en las prestaciones de servicios transnacionales; las posibles consecuencias de los mecanismos de cooperación regulatoria sobre los estándares normativos laborales y los convenios colectivos; el impacto de los sistemas de resolución de controversias inversor-Estado sobre los derechos laborales y en concreto sobre su regulación heterónoma y autónoma (convenios colectivos); la eficacia y la conveniencia de las cláusulas sociales en los TLC y la repercusión del acuerdo sobre las PYMES y la creación/destrucción de empleo.

Artículo completo en:

http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Revista76.pdf

Fuente: https://www.vientosur.info/spip.php…

Imagen: http://images.eldiario.es/catalunyaplural/Ponencia-militantes-jornadas-TTIP-Barcelona_EDIIMA20160422_1125_4.jpg

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Australia launches new strategies to promote international education

Oceanía/Australia/Abril 2016/Autor: Editor/ Fuente: news.xinhuanet.com

Resumen: El gobierno australiano lanzó el sábado tres nuevas estrategias para promover su sector de la educación internacional, una de las mayores industrias de servicios de exportación del país y un valor de más de 19 mil millones de dólares australianos (14 millones de dólares estadounidenses) a la economía australiana.

The Australian government on Saturday launched three new strategies to promote its international education sector, one of the country’s largest services export industries and was worth more than 19 billion AU dollars (14 billion U.S. dollars) to the Australian economy in 2015.

Being launched are the National Strategy for International Education 2025; the Australia Global Alumni Engagement Strategy and the Australian International Education 2025 (AIE2025) market development roadmap.

«As Australia transitions to a knowledge and service-based economy, the Government’s innovative strategies will strengthen and grow our international education sector over the coming decade,» said a joint statement by Foreign Minsiter Julie Bishop and Minister for Tourism and International Education Richard Colbeck.

The statement said that the National Strategy for International Education 2025 will enable Australia’s international education sector to be more adaptive, innovative and globally engaged.

It will further strengthen the country’s internationally recognized education system, increase global partnerships and drive collaboration with local communities and global partners.

Complementing the National Strategy, the AIE2025 roadmap will position Australia to capitalize on new opportunities and markets over the next decade.

More than 2.5 million international students have studied in Australia over the last 50 years, many of whom currently occupy positions of influence around the region. The Australia Global Alumni Engagement Strategy will seek to leverage those alumni to promote Australia’s diplomatic, trade and investment interests.

Figures from the education sector applauded the decision.

«The sector provides far more than just an economic boost. Research collaboration, two-way student mobility and student services such as accommodation and employment skills are all vital and require greater national coordinated effort. These ‘soft diplomacy’ benefits are often overlooked,» said Phil Honeywood, CEO of the International Education Association of Australia (IEAA).

A new report released Friday by Deloitte Access Economics, The Value of International Education to Australia, says that the sector contributes 1 billion AU dollars more to the economy than previously estimated.

The Australian Bureau of Statistics (ABS), which reported the value of international education to be over 19.5 billion AU dollars in 2015, making it one of our largest export earners.

The additional streams identified in the Deloitte report total nearly 1 billion AU dollars more what the ABS currently reports, putting the real value of the industry closer 21 billion AU dollars .

These newly-identified revenue streams include nearly 300 million AU dollars that students’ visiting family and friends contribute to Australia’s tourism industry each year.

Also, for the first time, this report provides an estimate of the national economic contribution made by Australian education providers delivering Australian courses offshore, which was over 400 million AU dollars in 2014-15.

Education related expenditure by those on non-student visas studying English is estimated to contribute an additional 205 million AU dollars in export revenue.

Fuente de la noticia: http://news.xinhuanet.com/english/2016-04/30/c_135324970.htm

Fuente de la imagen: https://www.google.co.ve/search?q=australian+education+international&espv=2&biw=1280&bih=893&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiakpvS3LfMAhULpB4KHWZ0CIoQ_AUIBygC#imgrc=VfjJ4i-uSOX6UM%3A

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El Banco Mundial eleva el pronóstico de 2016 para el precio del petróleo y reduce las proyecciones para los precios agrícolas

Fuente Banco Mundial / 27 de Abril de 2016

Se prevé que los precios del petróleo aumentarán a medida que disminuya la oferta excesiva.

Ciudad de Washington. En la última edición del informeCommodity Markets Outlook (Perspectivas del mercado de productos básicos), y en medio de la mejora en las percepciones del mercado y el debilitamiento del dólar, el Banco Mundial elevó su pronóstico de 2016 para los precios del petróleo crudo de USD 37 a USD 41 por barril, ya que se prevé que la oferta excesiva en los mercados retrocederá.

Tras caer hasta alcanzar el precio de USD 25 por barril a mediados de enero, el mercado del petróleo crudo se recuperó y llegó a los USD 40 por barril en abril, luego de las alteraciones experimentadas por la producción en Iraq y Nigeria y de una disminución en la producción de los países no pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), principalmente, el petróleo de esquisto de los Estados Unidos. En una reunión realizada a mediados de abril, se propuso que los grandes productores congelaran su producción, pero esto no pudo concretarse.

“Esperamos precios ligeramente superiores para los productos básicos energéticos en el transcurso del año, cuando los mercados se restablezcan luego de un período de oferta excesiva”, indicó John Baffes, economista superior y autor principal deCommodity Markets Outlook. “Aun así, los precios de la energía podrían disminuir aún más si la OPEP aumenta la producción significativamente y la producción de los países que no pertenecen a la OPEP no se reduce tan rápido como se prevé”.

Se prevé que todos los principales índices de productos básicos controlados por el Banco Mundial se reducirán en 2016 con respecto al año anterior debido a que los suministros aumentan constantemente y, en el caso de los productos básicos industriales, entre los que se incluyen energía, metales y materias primas agrícolas, debido a las débiles perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

Los precios de la energía, incluidos el petróleo, el gas natural y el carbón, se reducirán un 19,3 % en 2016 en relación con el año anterior, una caída más gradual que la del 24,7 % pronosticada en enero. Los productos básicos no energéticos, como los metales y minerales, los productos agrícolas y los fertilizantes, disminuirán un 5,1 % este año, lo que representa una revisión a la baja con respecto a la caída del 3,7 % pronosticada en enero.

Según las proyecciones, los precios de los metales caerán un 8,2 % durante el año que se inicia, menos que la caída del 10,2 % pronosticada en enero, lo que refleja expectativas de un crecimiento más sólido de la demanda por parte de China. Según los pronósticos, los precios agrícolas caerán más que lo previsto en enero en lo que se prevé que será otro año de cosecha favorable para la mayoría de los productos básicos como los cereales y las oleaginosas. Los precios de los productos básicos agrícolas también se reducen debido a los menores costos de la energía.

Los bajos precios de los productos básicos están debilitando las perspectivas de crecimiento para muchos países con abundantes recursos que experimentaron un aumento en la exploración, inversión y producción durante el auge de los productos básicos de la década de 2000. Los países que han solicitado préstamos y hecho fuertes inversiones esperando un crecimiento más rápido pueden tener dificultades para atender el servicio de sus deudas y sostener la inversión cuando el crecimiento es desalentador, según indica un tema central del informe Commodity Markets Outlook.

Debido a que los precios del petróleo y los metales hoy en día son entre un 50 % y un 70 % más bajos que los picos de principios de 2011, los proyectos de aprovechamiento de recursos naturales se suspendieron o postergaron en varios países emergentes y en desarrollo.

“Las demoras en estos proyectos pueden perjudicar a los países a los que les resulta muy difícil afrontar dichos contratiempos”, sostuvo Ayhan Kose, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial. “Dichas perturbaciones podrían atenuarse con un mayor nivel de transparencia, mayor eficiencia gubernamental y mejoras en los marcos macroeconómicos. Se recomienda que los países esperen a que los precios comiencen a aumentar nuevamente antes de poner en marcha nuevas iniciativas para el aprovechamiento de recursos naturales”.

El informe Commodity Markets Outlook del Banco Mundial se publica trimestralmente: en enero, en abril, en julio y en octubre. Este informe brinda un análisis detallado del mercado para los grupos de productos básicos más importantes, como la energía, los metales, los productos agrícolas, los metales preciosos y los fertilizantes. Se presentan pronósticos de precios hasta 2026 para 46 productos básicos, junto con datos históricos sobre los precios.

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