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Perú lanza concurso de buenas prácticas docentes

América del Sur/Peru/virtualeduca

Continúan las inscripciones para el VII Concurso Nacional de Buenas Prácticas Docentes, evento anual organizado por el Ministerio de Educación del Perú, cuyo objetivo es identificar, visibilizar y reconocer a aquellos profesores y directivos que implementan prácticas que tienen un impacto positivo en los aprendizajes de sus estudiantes.

El concurso, que en 2018 premió a 51 prácticas presentadas por 150 docentes y directivos, reconoce como una buena práctica las acciones pedagógicas que los docentes implementan para desarrollar competencias en los estudiantes a partir de sus necesidades u oportunidades de aprendizaje, lo que implica una reflexión permanente y la propuesta constante de alternativas de mejora.

Este concurso está dirigido a docentes y personal directivo (directores y subdirectores) de instituciones educativas públicas de educación básica regular y de educación básica alternativa.

Pueden participar los docentes nombrados y contratados, así como los directivos designados o encargados, que hayan desarrollado alguna buena práctica en cualquiera de las 24 subcategorías agrupadas en las cinco categorías del concurso. Este año podrán postular docentes y directivos ganadores de anteriores ediciones del concurso.

Las inscripciones se realizarán hasta el 10 de setiembre a través de la ficha de inscripción virtual en la página web del Minedu: www.minedu.gob.pe/buenaspracticasdocentes.

En la página web podrán encontrar las bases, el cronograma del concurso y toda la información necesaria para una adecuada inscripción. Excepcionalmente, los docentes que trabajen en instituciones educativas con grado de ruralidad 1, zonas de frontera o en el VRAEM y que tengan problemas de conectividad a Internet podrán presentar los expedientes de inscripción ante la Dirección Regional de Educación o Unidad de Gestión Educativa Local más cercana a su jurisdicción.

Para cualquier consulta o solicitud de información pueden escribirnos a: buenapracticadocente@minedu.gob.pe o llamarnos al (511) 615-5800, anexo 22310, de lunes a viernes, de 9:00 a. m. a 6:00 p. m

Fuente: https://virtualeduca.org/mediacenter/peru-lanza-concurso-de-buenas-practicas-docentes/

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2 grandes cambios en las escuelas sudafricanas

Africa/Sudafrica/businesstech.co.za

El Departamento de Educación Básica está trabajando en su nuevo sistema de Desarrollo de la Primera Infancia (ECD) y planea tener un plan detallado de costos para el proyecto para marzo de 2020.

Esto es según la ministra de educación básica, Angie Motshekga, quien respondió durante una reciente sesión parlamentaria de preguntas y respuestas.

Anunciado por primera vez por el presidente Cyril Ramaphosa durante su discurso sobre el estado de la nación en 2019, el sistema ECD tiene como objetivo inscribir a todos los niños sudafricanos en dos años de escolaridad obligatoria antes de comenzar el primer grado .

El gobierno espera que el sistema mejore las habilidades básicas de alfabetización y aritmética, dos áreas en las que Sudáfrica ha tenido una puntuación baja en comparación con el resto del mundo.

«El Departamento de Educación Básica (DBE) se ha comprometido a desarrollar un plan integral para garantizar una reubicación gradual y sistemática de la responsabilidad y el liderazgo de ECD», dijo Motshekga.

«Este plan integral incluirá la provisión de dos años de ECD obligatoria antes del Grado 1, así como la provisión de Desarrollo de la Primera Infancia (ECD) para niños de 0 a 4 años».


Estudiantes progresos 

En una respuesta separada, Motshekga también confirmó que su departamento está avanzando con su plan para evitar que los estudiantes sudafricanos repitan las notas más bajas varias veces.

La política de ‘ progresión automática ‘ propone que un alumno solo puede repetir una calificación una vez en la Fase de Fundación (Grado R – Grado 3) para evitar que se retengan en esta fase durante más de cuatro años.

Motshekga dijo que su departamento está implementando planes para hacer las enmiendas políticas necesarias para permitir estos cambios y que las enmiendas serán en última instancia una bendición tanto para los estudiantes como para el sistema escolar.

“El apoyo a la progresión automática dentro del contexto sudafricano se está considerando como una posible posición política, dado que la repetición se considera asociada con el abandono del alumno y el bajo rendimiento académico.

“De hecho, muchos estudiosos sostienen que los efectos negativos de la repetición superan con creces la promoción automática.

«Dentro de este debate, también debemos considerar los aspectos de la eficiencia y los aspectos de derechos humanos de las clases de gran tamaño, así como la imposibilidad de reducir la proporción alumno / educador sustancialmente mediante la contratación de maestros adicionales», dijo.

Fuente: https://businesstech.co.za/news/government/336961/2-big-changes-coming-to-south-african-schools-2/

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¿Por qué “deben aprender” eso y no otra cosa? ¿Por qué así y no de otra manera?

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Debido a que en unos días se iniciará el ciclo escolar 2019-2020 para la Educación Básica en México (Preescolar, Primaria y Secundaria), que por cierto será el primer año lectivo en época de la llamada “Cuarta Transformación” de la vida pública del país; y a propósito del texto publicado la semana pasada en este espacio (“Pensamiento Matemático y Educación Preescolar”, SDP Noticias, 16 de agosto, 2019), en esta ocasión abordaré con una doble pregunta la afirmación que da título a esta columna: ¿Qué y cómo enseñar y aprender en la Educación Básica?

Dada la inminencia de este inicio de clases, es probable que algunas madres y padres de familia, y abuelitos, se pregunten o estén interesados en saber qué aprenden sus hijos e hijas (o nietos) en la escuela, sobre todo en la pública: ¿Por qué “deben aprender” eso y no otra cosa? ¿Por qué así y no de otra manera? Por todo ello, el tema exige acercarnos a los planteamientos generados por la investigación educativa reciente, puesto que implica identificar los criterios que las autoridades educativas establecen como relevantes y pertinentes para definir la selección de los contenidos y métodos educativos, dirigidos a los niños en edad escolar de la Educación Básica (entre los 3 y los 15 años, aproximadamente), a partir de los hallazgos generados por la investigación.

Justamente, uno de los comentarios que recibimos en relación con la columna mencionada y publicada gentilmente por SDP Noticias, específicamente respecto a los resultados obtenidos luego de una evaluación que aplicamos hace unas semanas a un grupo de educadoras, en el campo de formación “Pensamiento Matemático”, indicaba que el instrumento utilizado para llevar a cabo dicha evaluación docente incorporaba elementos de programas educativos no vigentes, aunque otros sí: “… algunos de los aspectos teóricos no se mencionan en el programa de preescolar, me parece que ese fue el motivo del desconocimiento de quienes participaron en la evaluación, sin embargo, hay otros que son la base desde la licenciatura que sí están inmersos.” (1) Otro comentario interesante, que nos enviaron por la red Twitter, de algún modo coincide con la opinión anterior; éste decía así: “Los maestros del nivel básico en general estamos obligados a observar el programa escolar vigente. Lo invito a revisar el campo formativo desarrollo del pensamiento matemático y analizar los aprendizajes esperados…”

Por supuesto que manejamos los planes y programas de la educación básica. De hecho, ésta fue la respuesta que dimos en la citada red social: “El instrumento de evaluación de docentes toma como referentes principales los Programas de Educación Preescolar (PEP) 1992, 2004 y 2011. El programa vigente, 2017, ha sido «aligerado» en comparación con los anteriores. Los docentes pueden, sin embargo, ir más allá de los «mínimos» marcados por el programa vigente.”

Podríamos decir entonces que la pregunta a debatir es: ¿Los docentes deben ser evaluados, para fines formativos, sólo con los contenidos y métodos que marca el programa vigente? ¿O este tipo de evaluación debe partir, en efecto, desde ese referente curricular y considerar además los elementos incorporados durante la práctica docente, a partir del dominio de los programas anteriores?

Un reporte del recientemente “reconvertido” (o legalmente desaparecido) Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señala lo siguiente refiriéndose al “currículo” o “curriculum escolar”: “…éste va más allá del tratamiento de los contenidos y las formas de apropiarse de ellos. Implica tener claridad sobre las intenciones educativas y la necesidad de articular los saberes fundamentales y la metodología para alcanzarlos. La consideración a esta relación entre contenido y formas de enseñanza impacta necesariamente en otros elementos que recrean el trabajo didáctico, y lleva a tomar decisiones sobre qué conocimientos promueven la asimilación de información o cuáles son fundamentales para desarrollar el pensamiento del alumno. También implica la búsqueda sobre determinadas situaciones educativas que promuevan un tipo de aprendizaje a partir de la enseñanza que se recibe. Seleccionar determinados contenidos y formas de abordarlos lleva implícita una concepción sobre los sujetos de la educación y su intervención en el proceso, y en torno a la valoración sobre el producto o el proceso durante el trabajo pedagógico y el tipo de recursos y los materiales necesarios. Todos estos elementos curriculares adquieren significado en la interacción de los diferentes espacios de intervención educativa, principalmente en el aula, que es donde se establecen y toman sentido las prácticas educativas.” (2)

Al respecto de este interesante debate, retomo las ideas que escribió hace algunos años el psicólogo español César Coll, de la Universidad de Barcelona: “Por una parte, los contenidos reflejan y concretan las intenciones educativas y, a través de ellas, las finalidades de la educación básica y la función o funciones prioritarias que los grupos sociales dominantes o mayoritarios le atribuyen… Por otra parte, si bien es cierto que conviene distinguir cuidadosamente entre los contenidos incluidos en las propuestas curriculares –prescriptivas o no–, los contenidos enseñados y los contenidos que aprenden y se apropian los alumnos, no lo es menos que los primeros orientan, condicionan o determinan en mayor o menor medida, según los casos, lo que finalmente se enseña y se aprende en las aulas… No puede sorprender, en consecuencia, que los intentos de innovación, reforma o mejora de la educación escolar hayan estado siempre asociados, entre otros, a cambios más o menos profundos de los contenidos de enseñanza y aprendizaje. Y no puede sorprendernos que en un momento como el actual, en el que nuestras sociedades se enfrentan a nuevos retos y desafíos, surja otra vez la necesidad de volver a plantearnos estas preguntas sobre los contenidos escolares y revisar las respuestas que les hemos dado en el pasado. En suma, lejos de ser un aspecto secundario o simplemente subsidiario de otros, las decisiones sobre los contenidos escolares y los análisis, las reflexiones y los debates que a menudo les acompañan tienen una entidad propia y merecen una atención diferenciada.” (3)

Una primera conclusión a que nos conduce la exposición de estas ideas y el reinicio del debate, indica que una cosa son los programas educativos dados a conocer a la sociedad por parte de las autoridades educativas, que son generalmente producto de las propuestas que generan los equipos técnicos, junto con los grupos de funcionarios especializados en Educación Básica; que otra cosa es la práctica docente y pedagógica que se lleva a cabo en el aula y demás espacios escolares; y que una tercera cosa diferente es lo que los alumnos aprenden. Por lo tanto, un gran desafío es lograr que estas tres cosas se sintonicen.

Después de reflexionar sobre estos temas, una segunda conclusión es que los criterios normativos para evaluar a los docentes y su práctica (con intereses formativos), sobre todo en la escuela pública, no se agotan con la revisión, recuperación o planteamiento de las formalidades que están plasmadas en el documento vigente, llamado “Plan y Programas”, sino que dichos criterios deberán estar dados o definidos por la riqueza que está implicada en la labor profesional de la docencia, la dirección escolar o la asesoría técnica in situ, es decir, por todo lo que se da, “en movimiento”, en la escuela, tanto en forma individual como colectiva.

Por último, considero que este tipo de debates deja al descubierto algunos de los retos centrales o transversales que tiene frente a sí la normatividad educativa nacional, (que está por cierto en proceso de rediseño), con respecto a los procesos de evaluación formativa de las figuras educativas: docentes, directivos escolares y equipos de asesoría técnica (y que se establecerán, en breve, en la Ley del Sistema de Carrera de las Maestras y los Maestros); es decir, el reto principal estará dado en la definición acerca del qué y del cómo serán evaluadas dichas figuras. Definición que estará en la cancha de las y los legisladores, y de las autoridades educativas federales actuales.

Si las y los legisladores, así como las autoridades educativas federales, deciden que la evaluación formativa de docentes sólo será individual, y no social, es decir que seguirá sin considerar las capacidades y potencialidades del equipo o grupo educativo que trabaja en la escuela, entonces el problema de la parcialidad y la simplificación de las evaluaciones dirigidas a los profesionales de la educación, seguirá sin resolverse.

Fuentes consultadas:

(1) Comentario de la Mtra. María del Pilar Guevara (Educadora). Veracruz.

(2) INEE (2019). “Marco referencial y metodológico para la evaluación de contenidos y métodos educativos”. México.

(3) César Coll. (2006). “Lo básico en la educación básica. Reflexiones en torno a la revisión y actualización del currículo de la educación básica”. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 8 (1). Consultado el día de mes de año en: http://redie.uabc.mx/vol8no1/contenido-coll.html

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-que-deben-aprender-eso-y-no-otra-cosa-por-que-asi-y-no-de-otra-manera/

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En Colombia la educación pública no está enfocada a la calidad

Por: Ángel Pérez Martínez. 

  • El reto más importante para el futuro de la educación oficial básica y media en Colombia es mejorar la calidad, este paso es imprescindible para que el país pueda avanzar en los indicadores de equidad, ciudadanía, cultura, productividad y para reducir las brechas regionales y territoriales.

La matrícula oficial, de la educación básica y media representa el 80% del total, según DANE, 8 millones de estudiantes. A la educación oficial asisten niños y adolescentes de las familias más pobres del país, más del 90% de ellos pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Luego, los primeros beneficiados de contar con un sistema educativo oficial de calidad serán los más pobres.

Existe evidencia de que la educación básica y media oficial en Colombia no es de buena calidad. Los actuales candidatos a gobernaciones, alcaldías y cuerpos colegiados territoriales deben tener claro que la calidad de la educación se decide en los colegios, en los entornos escolares y en las condiciones en las cuales estudiantes y maestros desarrollan el proceso educativo, por lo cual en sus programas de gobierno deben establecer compromisos pertinentes y viables para mejorar la calidad del sector educativo. El progreso de Colombia y de sus territorios está ligado a la calidad de la educación que reciban los niños y adolescentes en la educación oficial.

Las futuras administraciones territoriales disponen de cuatro años, tiempo suficiente para apoyar a los colegios oficiales y cambiar, entre todos, aquello que no funcione bien en la educación; por ejemplo, las prácticas educativas y las formas individuales y sin planeación colectiva como trabajan la mayorá de profesores. La salvación es el trabajo en equipo (con la comunidad educativa), con objetivos y metas consensuadas e instrumentos claros de medición y seguimiento (cualitativos y cuantitativos). En cada colegio oficial se requiere crear y establecer una cultura colectiva para la calidad de la educación.

Una primera condición para crear una cultura de calidad de la educación es reconocer que no puede existir un colegio que alcance una educación de calidad para sus estudiantes, si no cuenta con los recursos básicos para funcionar; además de cumplir con estándares básicos en infraestructura educativa y en las dotaciones para facilitar el proceso educativo; también, se requiere garantizar a los estudiantes las condiciones materiales para acceder y permanecer en la institución escolar (transporte, alimentación, útiles escolares y salud), componentes básicos del derecho a la educación que aún no se cumplen, especialmente  en las zonas rurales.

Una segunda condición para crear una cultura de calidad de la educación es fortalecer la actitud, el compromiso y el liderazgo de los directivos escolares para promover y gestionar los colegios hacia la calidad de la educación; así como lograr el involucramiento de los docentes, estudiantes, padres familia y de la sociedad para definir metas, evaluar, hacer seguimiento y planes de mejora. En este punto es clave incentivar a los padres de familia para que ellos motiven a los estudiantes al esfuerzo y al amor por los retos del colegio y de sus profesores.

Una tercera condición para crear una cultura de calidad de la educación es lograr que los directivos docentes y los profesores reconozcan que, aunque trabajan mucho, la mayoría con un gran esfuerzo personal, su labor no tiene gran impacto porque los resultados alcanzados por los estudiantes de los colegios oficiales, durante los últimos veinte años, no muestran mejoras significativas en la calidad de la educación de los niños y adolescentes. Es necesario innovar y cambiar las formas de trabajo con los estudiantes, en el aula y en el colegio.

La cuarta condición para crear una cultura de calidad de la educación es elaborar un diagnóstico informado de la institución escolar, en sus variables más importantes: calidad, deserción y destino de sus egresados. Recordemos que en las pruebas SABER 11, sólo el 20% de los estudiantes de los colegios oficiales se clasifican en las categorías A o A+, el resto de los estudiantes pertenecen a los grupos ubicados en B, C y D (destaco el caso de Bucaramanga donde el 52% de los estudiantes de colegios se ubican en estas dos categorías); así mismo, son conocidos los resultados que obtenemos en las pruebas internacionales como PISA, TERCE o en el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana (ICCS), entre otros, donde no nos va bien como país.

La quinta condición es aceptar que medir la calidad de la educación no es fácil; sin embargo, propongo que los colegios, además de mirar los resultados en las pruebas SABER 11, elaboren su propio sistema de evaluación de la calidad. También recomiendo de manera especial, que se analicen, por cada entidad territorial, variables como desempleo y delincuencia juvenil; los colegios oficiales deben tener entre sus indicadores de calidad el seguimiento a los egresados y su vinculación a la educación superior o al trabajo. Sin olvidar resultados de contexto como la consulta anticorrupción y el referendo por la paz, ya que, de alguna manera, éstas son expresiones de ciudadanía, democracia, participación y de formación ciudadana.

Por último, a partir del diagnóstico del colegio y la participación de la comunidad educativa será posible diseñar y poner en funcionamiento la visión, la misión, el PEI y el currículo del colegio. Estas acciones deben responder a los sueños de la comunidad educativa y a la búsqueda de una mejor calidad de la educación. Como ejemplo sobre el currículo, propongo tener en cuenta que el Informe Latinoamericano del ICCS, 2009, sobre Actitudes y conocimientos cívicos de estudiantes de secundaria en seis países de América Latina señaló que el “contenido curricular se ocupa poco de las instituciones y que ni el bienestar común, ni la cohesión social reciben mucha atención”. Recordemos que no siempre el conocimiento se traduce en nuevas habilidades y competencias para la vida; los medios, la cultura y lo fácil terminan imponiéndose.

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/en-colombia-la-educacion-publica-no-esta-enfocada-a-la-calidad-por-angel-perez-martinez/274866

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Reforma educativa: el negocio que debe terminar

Por: Mauro Jarquí Ramírez. 

Hace algunos meses tuve un brevísimo intercambio de ideas en Twitter con una ex consejera del Instituto para la Evaluación Educativa (INEE). Al cuestionar los efectos de su cercanía con la Fundación Empresarios por la Educación Básica –de la que Esteban Moctezuma fue vicepresidente poco antes de la elección presidencial– la reconocida investigadora me respondió sin preocupación alguna que tal organización estaba formada por empresarios que aportan apoyo a escuelas públicas. Sin otra pretensión que la de apoyar a los niños.

El convencimiento con el cual emitió su respuesta no me extrañó, debido al cada vez más pronunciado triunfo cultural que a nivel internacional ha obtenido el ideario educativo de mercado entre una muy significativa franja de quienes diseñan, promueven y también ejecutan las políticas educativas. Para ciertos sectores de expertos en el tema, ministros de educación, consultores y docentes, la intervención programática y orgánica de actores ajenos al ámbito educativo (ligados principalmente al mercado y al llamado Tercer Sector) en la provisión de ese servicio público es sinónimo de eficiencia en el gasto, innovación en el diseño de las políticas y satisfacción para las familias. Por eso no se cuestiona el impulso de formas gerenciales de autogestión escolar, de construcción de alianzas público-privadas, de gobernanza educativa con intervención de grupos de interés, entre otros.

Desde hace algunos años, el debate nacional sobre la reforma educativa ha sido impulsado en gran medida por organismos privados que tras la bandera de la educación de calidad han posicionado proyectos que buscan reconfigurar el sistema educativo bajo una lógica de competitividad, orientados por visiones eficientistasdel proceso escolar.

La experiencia internacional y nuestra propia historia reciente nos muestran que a menudo la intervención de organizaciones de la sociedad civil proempresariales, fundaciones corporativas o asociaciones filantrópicas en el campo educativo público comprende un fin mucho más amplio que únicamente el de aportar apoyo a escuelas públicas para apoyar a los niños. En su práctica, persiste una búsqueda de beneficio o lucro que se consigue bajo distintas formas.

Se lucra cuando los privados diseñan la oferta de servicios educativos, por ejemplo, en lo relativo a profesionalización docente, educación inclusiva e inicial o educación musical; cuando grupos de interés reciben financiamiento del Estado para impulsar en el ámbito de lo público proyectos privatizadores; a través del pago a prestación de servicios o vía alianzas público-privadas, y se lucra también cuando la perspectiva social del mundo de actores privados se convierte en dominante con el beneplácito del gobierno.

El sexenio anterior fue paradigmático en esta materia. Además de que grupos de interés del mundo editorial hicieron un gran negocio debido a su cercanía con el poder político, el gobierno mexicano financió proyectos educativos de organizaciones como ExEB, Suma por la educación y Únete, promotoras de la reforma educativa. Según datos oficiales,1 Exeb recibió aportaciones de 9 millones 963 mil 771 pesos en 2014 y 5 millones en 2016, que se sumaron a los 10 millones recibidos en 2012 para promover su modelo gerencial de autogestión escolar. Por su parte, Suma recibió aportaciones por 3 millones 100 mil pesos en 2013 y en 2014, y 2 millones en 2016 para impulsar sus proyectos de participación social en la educación y reproducir videos y animaciones digitales, así como elaborar un documento de 21 páginas sobre la comunidad mazahua. Finalmente, Únete recibió en 2015 12 millones 128 mil 800 pesos para dotar a 50 escuelas con un aula de medios. Es importante mencionar que incluso sumando las cantidades de las asociaciones el resultado es ínfimo comparado con la enorme cantidad de dinero recibido por Asociación Azteca para promover sus orquestas en el mismo periodo.

Todo ello mientras miles de escuelas carecían de la infraestructura básica para su normal funcionamiento a lo largo y ancho del país.

El gobierno de López Obrador tiene de frente un reto más en materia educativa: terminar con el negocio privado que ha representado el discurso y la práctica de la reforma.

Sin embargo, el panorama no pinta muy bien al respecto:

a) Se ha anunciado ya un programa de profesionalización docente por la Fundación Telefónica, vinculada tanto con ExEB como a organizaciones empresariales de Argentina y Brasil interesadas en la educación. El programa consiste en tres cursos para el fortalecimiento de las habilidades digitales y competencias pedagógicas de las maestras y maestros. El esquema de financiamiento del curso aún no es claro.

b) En el campo de la educación inicial, el hilo a seguir proviene del Movimiento Tres Doce, impulsado por su presidente rotativo, Federico Núñez Perea, quien ha colaborado en campañas de recaudación con Fundación Azteca. Tal como ha insistido el colectivo Educación Especial Hoy, la intervención de actores privados en tal propuesta representa un foco de atención.

c) En el campo de la educación musical está ya en marcha el programa de Orquestas Escolares, basado en el modelo de orquestas Esperanza Azteca, de Fundación Azteca. ¿En qué rubros colaborará la fundación de Salinas Pliego con la SEP? ¿Cuál será su retribución? ¿Por qué anteponer un modelo empresarial a las tradiciones locales de la enseñanza artística? Tampoco queda claro.

El cambio que ha propuesto la 4T no llegará si las prácticas de corrupción o compadrazgo se mantienen en su proyecto educativo. En este sentido, es imperante que el negocio privado en la educación pública termine de inmediato.

1 SFP (2017) Donativos otorgados por las Instituciones de la Administración Pública Federalhttps://datos.gob.mx/busca/ dataset/donativos-otorgados

 

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2019/07/28/opinion/013a1pol

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¿Por qué cinco millones de niños mexicanos no van a la escuela?

México / 14 de julio de 2019 / Autor: Nicolás Ayala / Fuente: Mundo Sputnik News

Uno de cada siete niñas, niños y adolescentes en México está por fuera del sistema escolar, lo cual se agrava si son pobres, indígenas, o tienen alguna discapacidad.

Cada año el 25% de los jóvenes mexicanos que cumplen 16, no puede continuar la educación superior porque no hay sistema educativo para ellos.

«En nuestro país la educación es un derecho constitucional desde los tres años, sin embargo, el 60% de niños y niñas no logran tener educación preescolar. Esto agrava su posibilidad de aprovechar la educación básica y secundaria», dijo a Sputnik el director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez García.

La institución es una coalición de 77 organizaciones de la sociedad civil que desarrollan programas dirigidos a la infancia en situación de vulnerabilidad, y opera en 17 estados mexicanos. A fines de junio el informe ‘La infancia cuenta‘, donde se indica que cerca de cinco millones de niñas, niños y adolescentes se encuentran fuera del sistema educativo, mientras que unos 28 millones participan de la educación primaria y secundaria.

«La forma en las que el Estado mexicano está afrontando el tema educativo tiene muchísimas fallas. Cinco millones es un número enorme, pero además la calidad y accesibilidad no son las adecuadas», sostuvo.

Gran parte de lo que determina la exclusión del sistema educativo tiene que ver con la  discriminación por origen étnico, por pobreza y por condiciones físicas. Las regiones más pobres son las más afectadas por la deserción escolar y donde la calidad educativa es menor.

«El 73% de las escuelas no tienen herramientas para dictar materias de computación, y el 13% de las escuelas no tienen luz ni agua potable», explicó el director de Redim.

La segregación se acentúa en jóvenes con discapacidad o embarazo temprano. En estos casos se duplica la posibilidad de quedar fuera del sistema educativo. Muchas de las escuelas no cuentan con la infraestructura necesaria para integrar a los que tienen discapacidades. Además exigen acompañantes de tiempo completo para ellos, lo cual hace imposible que las familias puedan insertarlos en las instituciones educativas, explicó Pérez García.

Hacia las adolescentes embarazadas existe una discriminación que eleva el número de abandono escolar, nueve de cada 10 están fuera de la escuela. “Muchas veces son expulsadas por lo que llamamos el ‘prejuicio de la manzana podrida’, la creencia de que una adolescente embarazada puede contagiar a otras niñas de sus prácticas sexuales”, indicó el directivo.

El informe indica que «se requieren medidas urgentes para ampliar la cobertura en preescolar y educación media superior». Además propone que se realicen adaptaciones de contenidos y generación de materiales en lengua indígena y que la enseñanza se adapte al contexto cultural de los alumnos.

«Cuando hablamos del derecho a la educación hablamos de una llave: si los jóvenes están en el sistema educativo tienen mayores posibilidades de acceder al derecho a la salud, a una vida sin violencia, al de ser informado. Estar fuera de la escuela los mantiene en una condición de aislamiento y desprotección», concluyó Pérez García.

Fuente de la Noticia:

https://mundo.sputniknews.com/sociedad/201907081087938728-por-que-cinco-millones-de-ninos-mexicanos-no-van-a-la-escuela-sistema-educativo/?utm_source=https://t.co/i1CTvGequo&utm_medium=short_url&utm_content=4ExY&utm_campaign=URL_shortening

ove/mahv

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Marilú Martens: “La sociedad debe valorar más a los docentes” [ENTREVISTA]

Perú / 14 de julio de 2019 / Autor: Joaquín Rey / Fuente: Perú21

Exministra de Educación reflexiona sobre el rol de los profesores en el desarrollo del país en el Día del Maestro.

 

 

Fuente de la Entrevista:

https://peru21.pe/politica/marilu-martens-sociedad-debe-valorar-docentes-entrevista-488698

ove/mahv

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