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El problema educativo en la pandemia: una propuesta para construirlo desde otro punto de partida

Por: Rosa Guadalupe Mendoza Zuany

El problema educativo asociado a la pandemia está en proceso de construcción, y en este proceso, participan múltiples actores. La enunciación del problema educativo no es objetiva, ni neutral. Hoy por hoy es posible identificar relatos oficiales sobre dicho problema – tanto a nivel federal como emitidos por autoridades educativas locales -, así como diversos relatos alternativos por parte de docentes, sindicatos, investigadores educativos, partidos políticos, etc.

Estos relatos nos ofrecen caracterizaciones sobre el problema, sus causas e incipientes formas de contribuir a su solución. Al revisar cada relato sobre el problema social es posible identificar una selección de hechos que se plantea como objetiva e indiscutible, así como prioridades de intervención en el sector educativo. Así, diversos actores estamos construyendo el problema educativo desde posiciones específicas y, a la vez, validando o cuestionando los relatos oficiales.

Los relatos oficiales sobre el problema educativo a raíz de la pandemia por el Covid19, de forma resumida, se han centrado en la imposibilidad de las escuelas de ofrecer el próximo ciclo escolar una educación presencial. Así proponen la modalidad a distancia, fundamentalmente a través de la televisión y la radio, así como la entrega de materiales impresos que coadyuven al logro de aprendizajes esperados en “incuestionables” planes de estudio, a los que se opta simplemente por añadir una asignatura que enfatiza temas asociados a la vida saludable. Cabe señalar además, que en el planteamiento de un programa sectorial de educación este relato del problema educativo ni siquiera está presente, ya que parece concebirse como pasajero y sin efectos de largo plazo que atender.

Existen otros relatos muy influyentes en la opinión pública y la especializada en el ámbito educativo que hacen énfasis en la prioridad del logro de aprendizajes esperados en los planes de estudio, ante el riesgo y la alerta del desaprendizaje y del rezago. Se habla de catástrofe educativa. El abandono escolar es un elemento importante en los relatos alternativos que apuntan a un problema que se agudiza con la pandemia. Además, en estos relatos, la escuela es central, insustituible y el espacio de socialización indiscutible para NNA. Y si bien, reconocen la imposibilidad de una atención educativa presencial, conciben a la presencialidad como requisito indispensable para una educación de calidad.

Este preámbulo en el que recapitulo aquello que llama mi atención de la construcción del problema educativo, me lleva a presentar algunas consideraciones para el planteamiento del problema educativo desde una doble posición: 1) como investigadora educativa que ha centrado su indagación en la educación indígena e intercultural, en su articulación con preocupaciones socio-ecológicas presentes en las comunidades donde dicha educación se ofrece, y ante la crisis, en la investigación sobre la atención educativa brindada por los y las docentes a los NNA indígenas, su visibilización y sus retos; y 2) como madre cuyos hijos se encuentran en edad de asistir a la escuela.

Desde ese doble lugar, y partir de una investigación en proceso, observo que:

  1. En la construcción del problema educativo poco se ha considerado y ahondado en la atención educativa que han ofrecido las y los docentes, muchos de ellos, con adversas condiciones de trabajo. Poco se ha indagado sobre lo que sí han hecho, sobre su creatividad y sensibilidad para la atención educativa, de su acción más allá y a pesar de las instrucciones emitidas desde del gobierno federal y los gobiernos estatales. Y mucho se ha hablado de lo que no se ha logrado en términos de aprendizajes por la no presencialidad y por las deficientes estrategias educativas gubernamentales.
  2. El problema se presenta asociado a la escuela y no a la educación. La escuela se erige como el centro del problema y en donde se debe intervenir para solucionarlo. Así, los padres, las madres y la familia permanecemos en los márgenes en los que hemos sido colocados a través del tiempo; además nos ubicamos en estos márgenes como incapaces de enseñar lo que sabemos, de detonar aprendizajes relevantes y pertinentes en nuestros hijos e hijas, de generar y fortalecer en nuestros hogares espacios seguros y sensibles para afrontar la crisis que supone el confinamiento y la incertidumbre.
  3. En la construcción del problema educativo sólo tienen cabida los aprendizajes esperados, y concretamente aquellos aprendizajes “básicos” asociados a la lecto-escritura y las matemáticas – en un currículum que no fue pensado para este mundo en crisis, ni para el mundo post-Covid19, y que además, no está siendo cuestionado. Están ausentes preguntas como: ¿qué es relevante aprender en la escuela en medio de esta crisis? ¿Qué debemos enseñar a partir de esta crisis global y para qué? ¿Cómo podemos contribuir desde el ámbito educativo para transformar este mundo en crisis e incertidumbre? ¿Qué aprendizajes debemos priorizar?

Por lo anterior, me planteo el problema educativo considerando otros puntos de partida:

1) Repensando el rol de los padres, las madres y la familia en la educación de nuestros hijos e hijas, y también en la escuela. Si los padres y las madres fuimos colocados en los márgenes de la escuela para participar plenamente en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos e hijas, ¿cómo hacer para que volvernos a ubicar al centro del proceso y que se valoren nuestros saberes y prácticas?

2) Valorando los “aprendizajes inesperados” (Mendoza Zuany, 2020) y visualizando un plazo más largo al logro de los esperados por el currículum (que debe ser repensado). Me pregunto por qué no replantear el relato de la catástrofe educativa, del rezago y del desaprendizaje, para construir el problema educativo en otros términos.

¿Qué pasaría en el mundo si dedicáramos un ciclo escolar a priorizar aprendizajes cotidianos sobre el cuidado de nuestro entorno natural y social, el cuidado de nuestra familia y nuestra comunidad, cómo alimentarnos sanamente y cuidar nuestro ser físico y espiritual, cómo convivir en la diversidad con respeto y aprendiendo de lo diverso, cómo ser empáticos con los demás, cómo no imponer ni lastimar a los demás cuando no nos ponemos de acuerdo, cómo ser mejores madres, padres, hijos, compañeros de trabajo…, cómo ser mejores personas? Valorar y propiciar la conexión de conocimientos, prácticas y capacidades locales-familiares-contextuales y escolares es crucial para afrontar la crisis socio-ecológica y sanitaria que supone el mundo post-Covid19 (Mendoza Zuany, 2019).

Al apropiarse del relato del rezago y del desaprendizaje, para muchos sería catastrófico que se dejara de aprender a leer, a escribir y matemáticas en la escuela – los «aprendizajes que importan» –sin reconocer que esto y muchas cosas más también se pueden aprender en la cotidianidad, en el contexto y el entorno de cada estudiante. Para mí, no sería catastrófico. Me parece que un ciclo escolar como que el que describo, sería lo mejor que le podría pasar a la humanidad en medio de esta pandemia.

Bibliografía

Mendoza Zuany, Rosa Guadalupe (2020) Los aprendizajes in-esperados en casa para el mundo post Covid19. Educación Futura, 29 de mayo

(http://www.educacionfutura.org/los-aprendizajes-in-esperados-en-casa-para-el-mundo-post-covid19/)

Mendoza Zuany, Rosa Guadalupe (2019) Conectar conocimientos locales-indígenas y escolares para afrontar la crisis socio-ecológica. Hacia una educación pertinente y relevante. Educación Futura, 17 de diciembre. (http://www.educacionfutura.org/conectar-conocimientos-locales-indigenas-y-escolares-para-afrontar-la-crisis-socio-ecologica/)

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/el-problema-educativo-en-la-pandemia-una-propuesta-para-construirlo-desde-otro-punto-de-partida/

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Conseguir una educación mundial de calidad tras la pandemia

Por: Carmelo Marcén

Cerramos con este artículo la serie que hemos dedicado a valorar el Informe de Seguimiento de la Educación en el mundo ODS. 4 aportado por la UNESCO hace unos meses.

La irrupción de la pandemia lo dejó en suspenso pues abrimos un espacio para acoger propuestas que ayudasen a los centros escolares a trabajar la naturaleza desde casa. Ya nada será como nunca. Pero queremos repetir aquello que decíamos en los tres artículos anteriores de que la educación de calidad adorna la vida de esperanza, de compromiso, de universalidad y de futuro. Subrayábamos que el informe se estructura en torno a la valoración del acceso universal a la educación, la equidad, las variables referidas al aprendizaje en sí, la calidad de la educación apoyada también en la formación inicial y permanente del profesorado. Asuntos todos sobre los que hay que trabajar mucho en este momento, cuando la educación formal ha sufrido tanto.

Toca hablar de financiación; máxime ahora cuando los dineros destinados a hacer frente a la pandemia en todo el mundo dejan en incógnita las necesarias inversiones educativas. Cuando volvamos a las aulas hay que examinar si la educación de cualquier país –lo centramos en España y América porque desde allí se visita este blog- dispone de recursos económicos, traducidos en programas y profesorado. Leamos el informe. Empezamos mal: “Uno de cada cuatro países no cumple ninguno de los principales objetivos de referencia sobre financiación para los gobiernos esbozados en el Marco de Acción de Educación 2030”. Dice la UESCO que para empezar medianamente bien hay que dedicar al menos el 4 % del PIB a la educación. Claro que es difícil hacer lo que Suecia (7,7 %), Dinamarca (7,6) o Islandia (7,5) pero ahí tenemos a Costa Rica y Belice (7,4) y Bolivia (7,1). Preguntémonos cada uno, invitemos al alumnado, si hemos sentido durante estos años alguna carencia de recursos; hagamos una lectura comparada de países pues el informe proporciona suficientes datos (4,2 en España).

La pandemia debe hacernos cambiar aquellos contenidos estáticos de los que tanto hablamos normalmente en las aulas para acoger acontecimientos de alcance social, propios de una ecoescuela abierta, como puede ser otra de las contundencias del informe: “Las ambiciosas metas en materia de educación no se alcanzarán a tiempo sin recursos adicionales, especialmente en los países más rezagados”. Tomemos nota: de los aproximadamente 5 billones de USD que se destinan a educación al año en el mundo, solamente el 0,5 % se emplea en los países de ingresos más bajos mientras que más del 65 % se dedica a la educación de los de ingresos más altos. Esto se llama injustica global, es un motivo más para que aumente la explotación de los débiles en muchos países, para anular sus ilusiones colectivas, para que la emigración multidireccional se convierta en una espoleta social. Por eso, solo estos datos nos deben empujar a hacer las cosas de otra forma. Ahí vamos.

En septiembre o cuando sea, dialoguemos en clase, debatamos en los equipos pedagógicos si se puede hacer algo para mejorar la situación. Si logramos encontrarlo, hagámoslo llegar a sus autoridades educativas. Reclamemos sus respuestas. La escuela, como impulsora de la mejora colectiva, tiene que posicionarse en demanda de la justicia, al menos educativa. El marco de referencia de la Acción Educativa 2030 había señalado dos opciones presupuestarias dentro de las necesarias políticas: destinar a educación entre el 4 y el 6 % del PIB o al menos de un 15% a un 20% del gasto público total.

Otra alerta que debe despertarnos y hacer emerger las verdades ocultas: las ayudas a la educación están estancadas desde la crisis financiera de 2008. Tomemos de nuevo notas para el debate escolar y social: “La proporción de la ayuda total a la educación destinada a los países de bajos ingresos disminuyó del 25% en 2002 al 22% en 2016. Es más, durante el mismo período, a pesar de que el 35% de los niños sin escolarizar en edad de asistir a la escuela primaria se encontraba en los países más pobres, la proporción de la ayuda total a la educación básica dirigida a los países de bajos ingresos se redujo del 37% al 27%.” (Indicador 4.5.5. de los ODS). Cuando se habla de los mayores donantes, la UE y otros, hay que decir a qué se destinan sus ayudas; no es lo mismo que vayan dirigidas a universalizar una educación básica de calidad con profesorado bien formado, que se conviertan en becas para que estudiantes universitarios de países de bajos ingresos acudan a las universidades de altos. Un dato más: En muchos países de ingresos bajos y medianos, los hogares asumen entre un quinto y la mitad de todo el gasto en educación. Debatamos en nuestras ecoescuelas sociales abiertas sobre la esperanza educativa universal. Situemos este asunto vital en un lugar preferente de nuestra Web para animar a que toda la comunidad educativa opine.

La pandemia no ha hecho sino aumentar las desigualdades, dentro del mismo país y entre diferentes. Dejó sin clase a más de 1.300 millones de niños en todo el mundo, muchos sin la mínima ayuda escolar. Unesco calcula que el 40% en países de ingresos bajos y medio-bajos; a estos habría que añadir los perjudicados en países de ingresos medios-altos y altos. Si antes de la pandemia más de 250 millones de niños y niñas de entre 6-18 años (el 17% del total) estaban excluidos de la educación, si la proporción de quienes completan la secundaria estaba en 18 a 100 entre países con ingresos más bajos frente a los de altos, qué pasará ahora. Todo esto sin fijarnos en la inclusividad, de la cual ya hablamos en otra entrada del blog. Hace unos días conocimos el último informe GEM “Todos significa todos”. Asegura que se corre el riesgo de que la pandemia arrincone más todavía la inclusividad. Nos tememos que dentro de unos años hablaremos de los estragos educativos en la “generación covid”.

Nada sale gratis; las ilusiones tampoco. Pero si creemos de verdad que los ODS pueden mejorar el estado global del mundo habremos de proponer esperanzas y buscar soluciones imaginativas. Quizás cada uno desde nuestra escuela. Al menos hablemos de estas cosas con el alumnado, ayudémosles a forjar un pensamiento crítico, a rescatar el significado de la palabra compromiso, a saber mirar en el espejo de los otros. Cuando se reanuden las clases, hay que retomar el cuento –ilusión, relato, creencia, fantasía, ensayo- de los ODS. Apenas tiene escritas las primeras páginas, llenas de deseos; le han salido tachones por esto de la pandemia. Nos está esperando; escribamos en él. ¿Llegaremos a darle un final feliz?

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/07/17/conseguir-una-educacion-mundial-de-calidad-tras-la-pandemia/

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Educación a la uruguaya

No se trata de creer ingenuamente la palabra de un político, pero no deja de llamar la atención que, puesto a tener que elegir “un desafío”, el presidente del Uruguay Luis Lacalle Pou haya dicho “educación de calidad para todos los uruguayos”. Fue el domingo en una entrevista de Clarín.

Estar a favor de la educación de calidad es como estar a favor de que todos los chicos coman bien o que no haya más robos. No hay quién pueda sostener lo contrario. El asunto será después definir qué se entiende por educación de calidad y cómo se propone llegar a esa meta. Pero más allá de esas discusiones, que debieran darse, lo más relevante quizás sea que acá, en la Argentina, no se escucha a ningún dirigente político mencionar a la educación como una de sus prioridades.

No se lo escucha en la discusión cotidiana y tampoco se lo oyó mucho en las sucesivas campañas electorales, cuando hay más tiempo para el debate. Y esto preocupa porque resulta difícil creer que un dirigente uruguayo sea muy distinto a uno argentino. Más allá de los diferentes posicionamientos ideológicos (más liberales, más progresistas, más a la derecha, más a la izquierda), en ambas orillas del Río de la Plata, como en todo el mundo, los dirigentes suelen armar sus agendas según las prioridades que marcan sus sociedades.

Y en nuestro país, hace años que las encuestas señalan que para los argentinos la educación no está entre las prioridades. Por el contrario, el tema se ubica muy por debajo de la inseguridad, la inflación, los problemas económicos y, ahora, la salud.

Y no es solo una cuestión de campañas, esto después se refleja en la agenda de los gobiernos. Por ejemplo, ahora mismo: se dice que una vez encaminada la pandemia, habrá que resolver la deuda, para luego encarar el tema inflacionario, para ver si reducimos la pobreza, y luego mejoramos los niveles de seguridad, y así…. Ahora, ¿la educación? ¿Para cuándo?

Hubo una vez una generación en la Argentina, allá por fines del siglo XIX, que advirtió que el desarrollo del país estaba íntimamente vinculada a una educación pública que llegara a todos. Hoy el mundo es otro y se necesita otro tipo de formación, pero el desafío sigue siendo -en esencia- el mismo. Como entonces, los grandes problemas del país seguramente se resolverán mejor cuando la gente y sus dirigentes nos convenzamos que eso se logrará con “educación de calidad para todos los argentinos”.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-uruguaya_0_E8QXUL2aU.html
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Foro chileno por el Derecho a la Educación

Estimado compañeras/os:
Un conjunto de organizaciones y actores educativos emprendimos un Encuentro para conversar sobre la educación como derecho social en estos tiempos difíciles, particularmente sobre los problemas que enfrentamos y las propuestas educativas que planteamos desde nuestras organizaciones.
🗓️Cuándo: el sábado 20 de junio, entre las 10:00 y 13:00.
🖥️Las inscripciones ya cerraron, pero puedes seguir en vivo partes importantes de este encuentro nacional en https://www.facebook.com/DerechoEducacionPublica/
Acompáñanos!
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Perú: Sunedu, predictamen afectaría derecho de universitarios a recibir educación de calidad

América del Sur/Perú/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

Sostiene superintendente Oswaldo Zegarra.

El derecho de los estudiantes a recibir una educación universitaria de calidad se vería afectado si prospera el predictamen de la Comisión de Educación del Congreso, que propone, entre otras medidas, establecer una instancia superior que revise las decisiones técnicas de la Sunedu.

Así lo aseguró hoy el superintendente de la Sunedu, Oswaldo Zegarra, al referirse al proyecto de ley que ya mereció el rechazo del Presidente de la República, Martín Vizcarra; y del ministro de Educación, Martín Benavides.

«Si se aprobara ese proyecto de ley, lamentablemente atacaría uno de los aspectos fundamentales del derecho que le asiste a los estudiantes, que es recibir una educación de calidad; comenzaría a resquebrajarse todo un sistema educativo universitario que trata de mejorar cada día en beneficio de ellos», dijo en diálogo con la Agencia Andina.

La iniciativa legislativa amplía únicamente por cuatro meses la moratoria para la creación de nuevas universidades -el Ejecutivo había pedido un año-, pero además crea la Conau, una nueva instancia con capacidad de cuestionar las decisiones de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

De igual manera, el proyecto de ley propone anular el requisito de cese de actividades de las universidades denegadas (tal como ocurre hoy) y ordena que las privadas reciban presupuesto del Gobierno para mejorar sus condiciones de calidad.

Zegarra subrayó que el predictamen atenta claramente contra la autonomía de la Sunedu al pretender crear una instancia que cuestione sus decisiones. «Quisiera ratificar la autonomía en la toma de decisiones de los miembros del consejo directivo de la Sunedu; son personas de connotada trayectoria que ingresaron por concurso y gozan de solvencia moral y técnica. Sus decisiones no está sujetas a ningún tipo de negociación o presión».

El consejo directivo es la instancia de la Sunedu encargada de otorgar o denegar el licenciamiento a las universidades públicas o privadas. A la fecha, Perú cuenta con 93 universidades licenciadas, 45 con licencia denegada y siete casas de estudio continúan en evaluación.

La iniciativa legislativa, agregó el titular de la Sunedu, busca principalmente beneficiar a las universidades con licencia denegada y la finalidad sería tratar de buscar algún rédito político con miras a las próximas elecciones. «El Congreso no está mirando las consecuencias de sus medidas», cuestionó.

Zegarra dijo finalmente que la Sunedu no hace ninguna discriminación en el tema del licenciamiento universitario y resaltó: «Para nosotros la institución que incumple las condiciones básicas de calidad (CBC) tendrá licencia denegada porque está engañando a los estudiantes y a sus padres».

Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-sunedu-predictamen-afectaria-derecho-universitarios-a-recibir-educacion-calidad-801402.aspx

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Pequeñas luces en el camino

Por: Elisabeth de Puig

La actual pandemia nos emplaza de manera impostergable a la construcción de una sociedad de deberes y derechos. Para esos fines, la única forma de salvar una sociedad aquejada por males que hoy estallan en nuestra cara es la mejoría sustancial del índice de desarrollo humano, que ha sido dejada de lado por nuestros sucesivos gobiernos. 

Es innegable que la deuda social acumulada a lo largo de décadas pesa de manera abrumadora sobre nuestros hombros, a pesar de todos los sistemas de compensaciones, con el clientelismo imperante de por medio.

Pagamos y pagaremos caro el precio de vivir en una sociedad que funciona a dos o tres velocidades distintas y donde las desigualdades molestan solo cuando se hacen patentes y afectan el bienestar -o la tranquilidad- de los sectores más acomodados.

Nuestros gobiernos, principalmente los del PLD que traían consigo esperanzas de cambios sociales, han fallado lamentablemente en su deber de crear sistemas de atención primaria y de salud eficaces.

Tampoco usaron el 4% para lograr una educación de calidad que permita forjar ciudadanos responsables y críticos, capaces de rechazar el clientelismo, los barrilitos, la compra de votos, prácticas que mantienen sumisa una gran parte de nuestra población.

La educación integral y de calidad hace parte de los derechos humanos y de los derechos de la niñez que incluyen, entre otros, el derecho a la educación, a la recreación, al agua, a la alimentación, así como el derecho a la participación que es la base de esta educación ciudadana de calidad que hace tanta falta hoy en día.

En la Fundación Abriendo Camino, el programa de participación es un eje innovador que permite crear futuros liderazgos y elevar la conciencia de cientos de niños, niñas, adolescentes y de sus familias que se benefician de sus programas educativos y de protección.

El derecho a la participación se ejerce en la Fundación a través de un parlamento que sesiona desde hace varios años de manera regular y lanza propuestas dirigidas tanto a la institución como al sector de Villas Agrícolas.

Gracias al trabajo que se viene realizando, y que ha recibido el apoyo de Save the Children y de la Unión Europea, este importante eje pretende reforzar la idea que el verdadero liderazgo se ejerce a través del servicio y, específicamente, del servicio a la comunidad.

En los tiempos que atravesamos, los niños y niñas que viven en situaciones precarias en un sector vulnerable donde la mayoría de los moradores no respetan la cuarentena y se burlan del toque de queda, habían preparado propuestas para la próxima sesión del Parlamento que quisiera compartir por ser pequeñas luces en el camino.

Dannary, 8 años. “Mi propuesta es de hacer una jornada de prevención de enfermedades virales como coronavirus, dengue y chikunguña. Mis amigos están muy preocupados por el Covid-19 y queremos saber cómo protegernos nosotros mismos. Queremos ayudar a los niños a no entrarse los dedos en la boca, a lavarse bien las manos y tratar de no tocar nada innecesario…”

Ariel, 8 años. “Mi propuesta tiene que ver con el coronavirus. Tenemos que ayudar a las personas de la tercera edad para que no tengan que salir a la calle. Hagamos una red de voluntarios para ayudarles a hacer compras, a buscar medicamentos y llamarlos por teléfono para que no se sientan solos. O sea, ayudarlos con todo lo que tengan que hacer fuera de la casa para que no tengan que exponerse al virus. Necesitamos ser solidarios con las personas que están en más riesgo con este virus”.

Fedianny Michelle, 12 años. “Mi propuesta responde a la inseguridad que afecta a muchos niños del sector. Propongo que creemos una “Ruta Segura” con adultos de la comunidad que vigilen a los niños cuando pasan entre la escuela, las casas y la Fundación, además de otros lugares concurridos, para que no suframos más acoso por parte de algunos adultos en la calle. Podríamos involucrar a la Red de Adultos Seguros para la creación de la ruta”.

“Tanto adultos, jóvenes, como personas de la tercera edad están en las calles de Villas Agrícolas acosando a niños con sus palabras y gestos. A mí me pasó cruzando la acera del Liceo, a una amiga cruzando la acera de Polyplas, y suele pasar por la acera de la escuela Club Doce Juegos. En mi grupo todos mis compañeros nos desahogamos contando nuestras historias sobre el acoso infantil por parte de los adultos en la calle y en las aceras”.

Orlenny Féliz, 10 años. “Mi propuesta trata del programa República Digital, que no ha llegado a todas las escuelas de esta comunidad. No está en la escuela Club XII Juegos y generalmente (salvo en la Fundación Abriendo Camino), no tenemos la oportunidad de usar ninguna computadora. Tenemos una clase de Informática, pero no hay computadoras y muchos de nosotros tampoco tenemos acceso a una computadora en nuestra casa. Esto nos dificulta hacer las tareas. Además, no estamos aprendiendo una habilidad muy importante en el mundo de hoy”.

“Mi grupo le hace una llamada a República Digital y al Ministerio de Educación para que se expanda el acceso a este programa a todas las escuelas de este país. Mi propuesta es importante porque es un asunto de igualdad de acceso y muchos niños de Villas Agrícolas se están quedando atrás en el uso de la tecnología digital, lo cual va a impedirnos la búsqueda de empleo más tarde”.

Nicole, 9 años. “Estoy preocupada porque en Villas Agrícolas hay varios hoyos en la calle que vienen de construcciones y los motoristas no pueden pasar, matan a animales y ha habido heridos. Uno de estos hoyos está frente a la casa de mi tía, y su colmado ya no vende porque el tránsito por esa calle es difícil y la cerca del hoyo no deja que la gente vea el colmado. El hoyo ya tiene dos años y a veces dura un tiempo sin que nadie trabaje. Es un peligro para los niños de la comunidad. Es importante porque toda la gente que vive por ahí está afectada”.

Wendy, 11 años. “En vista de la problemática explicada por Nicole, propongo crear un Comité de Supervisión de Obras en Villas Agrícolas. Cuando habrá construcciones en el barrio, el comité preguntará por qué están construyendo o haciendo hoyos, cuánto tiempo va a durar y cuál ministerio es responsable. Luego, el comité podrá vigilar que la construcción no tome más que el tiempo necesario. Así, familias y negocios cerca de las construcciones no serán afectados más que lo necesario”.

Educar nuestra niñez para que se sientan comprometidos con su entorno, su barrio, y puedan identificar los males que los afectan es un primer paso hacia un cambio sostenible.

Dar la posibilidad a nuestros niños, niñas y adolescentes de reflexionar, enunciar claramente las problemáticas y llevar sus inquietudes a instancias políticas de decisión es el significado del Derecho a la Participación.

Las respuestas de los niños, niñas y adolescentes de Villas Agrícolas, producto de una labor tesonera y mancomunada, son pequeñas luces en el camino de la creación de ciudadanía. 

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8813545-pequenas-luces-en-el-camino/

Imagen:  Yuri_B en Pixabay

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Lermit Rosell Puche: El para qué y el cómo, de una educación de calidad. Perspectiva desde la evaluación institucional (documento en pdf)

Resumen:
Este ensayo, analiza algunas de las experiencias en evaluación institucional, intentadas por el Estado venezolano a partir del año 2000. Se enumeran algunos antecedentes de estos procesos. Se analizan algunas de las iniciativas más relevantes por su desarrollo teórico y puesta en práctica. Dos de evaluación institucional propiamente dicha, el SEA y el SESA. Por otro lado, se revisa el PPII, como programa de estímulo a la investigación, su propuesta y sus resultados. Se expone la importancia de la reformulación de la Misión de las universidades nacionales y del Cómo una vez definido el Para qué de las instituciones de educación universitaria en revolución, solo entonces, se podría evaluar su calidad. Se cierra el ensayo, con la mención de algunas dificultades que encontraron estas iniciativas seleccionadas y recomendaciones que apuntan, a facilitar la instauración de una cultura de la calidad en nuestras universidades y la definitiva incorporación de nuestro país, al movimiento latino americano de garantía y acreditación de los estudios universitarios, a través de la evaluación institucional sostenible en el tiempo.

Descarga en: El para qué y el cómo, de una educación de calidad.

 

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