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Libro (pdf): La Universidad del Siglo XXI. Boaventura de Sousa Santos

Reseña:

Este breve pero inmenso libro publicado por el Programa Democracia y Transformación Global, es uno de los más fundamentales aportes que nos da Boaventura para romper con este inmovilismo y “defensismo” en que se ha sumido el movimiento universitario. Dividido en dos partes, el capítulo uno (el otro trata de la experiencia de la Universidad Popular de Movimientos Sociales), que es el que nos interesa en esta nota, tiene el sugerente subtítulo “Para una reforma democrática y emancipadora de la universidad”.

Muchas intuiciones de quienes vimos en la militancia en el espacio universitario una apuesta más allá de la lucha economicista y corporativa por la “gratuidad de la enseñanza” y la autonomía, se encuentran sistematizados en este libro y nos muestran un mapa más claro para avanzar hacia una universidad articulada a la construcción de alternativas al capitalismo neoliberal y global.

En efecto, podemos comprobar la impotencia del movimiento universitario por su convocatoria a una defensa de la universidad pública, contra su privatización, y por su autonomía cuando la universidad ha sufrido un perverso y pasivo sometimiento, en todos sus poros, a las lógicas del mercado, así como un abandono absoluto por parte de un Estado cada vez más desnacionalizado y desdemocratizado en el contexto de la globalización.

Santos nos muestra una visión más profunda de la crisis de la universidad, que no implica solamente –especialmente en el caso peruano- una vetusta organización administrativa o institucional, o una privatización que se restringe al pago de matrículas o de algunos servicios: nos muestra la profunda privatización a la que se ha visto sometida, al ser descapitalizada producto del abandono del Estado y el estrangulamiento económico, la liberalización del mercado de la educación superior que ha generado una competencia desleal y la amenaza cada vez mayor de la transnacionalización del mercado universitario.

Pero, y en una mayor profundidad, nos muestra que la crisis de la universidad pública es una crisis de legitimidad y de hegemonía, además de una crisis institucional. En efecto, producto de los procesos descritos, la universidad pública ha perdido pertinencia frente a las necesidades sociales, e incluso a las del mercado para el que ya no es un espacio vital y estratégico tanto para ganar dinero como para producir sus cuadros.

Un cambio más profundo se ha producido en las relaciones conocimiento-sociedad que el mercado ha aprovechado rápidamente, y que las llamadas “izquierdas universitarias” han desaprovechado por su dogmatismo y/o conveniencia al ser cómplices de este statu quo.

Santos afirma que se ha producido un cambio de paradigma pasando del conocimiento universitario al conocimiento pluriuniversitario. En este nuevo paradigma la vieja ciencia moderna y sus presupuestos se han vuelto obsoletos. Ahora, sociedad y conocimiento están mucho más entrelazados. La sociedad ha dejado de ser una interpelación de la ciencia para pasar a ser sujeto de interpelación a la ciencia. El saber se hace cada vez más contextual, aplicado, heterogéneo, flexible. El mercado y su lógica ha puesto esta realidad a su servicio y a su lógica desarrollando investigación, formación y extendiendo los servicios universitarios en función de los flujos mercantiles de la búsqueda de las ganancias y de la innovación que permanentemente necesita.

Sin embargo con este cambio se abren también oportunidades para que se logre tanto la legitimidad, una nueva hegemonía y una nueva forma institucional recuperando la universidad pública y poniéndola al servicio de un proyecto alternativo, de los movimientos sociales y de la disputa del Estado en el marco global en función de los intereses de las mayorías populares.

La lucha por la universidad pública se hace más integral y fundamental que la búsqueda de su captura para transformarla hasta el día después de la toma del poder como pensaba la vieja izquierda. Se trata de desprivatizarla en el sentido más profundo y realista. Desde una perspectiva emancipatoria se trata de hacerla útil a las necesidades de los sectores menos favorecidos de la sociedad y de aquellos que luchan por alternativas, abriéndola a los mismos, estableciendo un diálogo horizontal y formas de producción de conocimiento más colectivas y sociales.

¿Cómo? ¿Qué hacer? Son preguntas pertinentes porque esta es sobre todo una tarea política de quienes luchamos por construir una sociedad alternativa al capitalismo dentro de nuestros países periféricos. Boaventura nos habla de una alianza en la que deben participar las mismas universidades, el Estado nacional en disputa, la sociedad y los movimientos sociales así como sectores del capitalismo nacional (si los hubiere).

Aquí exponemos brevemente las propuestas, siendo la tarea del lector profundizar al respecto:

Redefinir el problema integralmente, como lo hemos expuesto aquí, yendo más allá de soluciones institucionalistas o reivindicativas. Se trata de reconquistar la legitimidad, hacer de la universidad una institución pertinente para los intereses de las mayorías sociales y de plantearse estrategias a escala local, nacional, continental y global. Además reivindicando la naturaleza de productora crítica de conocimiento y formadora de la universidad.

Respecto al acceso: se debe establecer alianzas con las escuelas, entregar becas y no préstamos, una acción afirmativa de las minorías étnicas, una relación diferente, abierta con la sociedad. La Extensión Universitaria debe ser una forma de apoyo solidario a la resolución de los problemas de exclusión y contrapuesto a la idea de la ganancia y la lógica del dinero, que es lo que ocurre hoy al ser esta tarea una extensión de servicios dentro del mercado.

Desarrollar procesos de investigación acción, contextualizando los procesos de formación e investigación a partir de las necesidades sociales, así como una perspectiva de lo que denomina la ecología de saberes, que implica un diálogo horizontal entre saber académico y saberes populares. Articular universidad- producción. Establecer una ética de responsabilidad social de la universidad.

En lo institucional plantea la construcción de redes. Esta propuesta debe articular a la universidad pública nacional con otras universidades tanto a nivel nacional como del sur del planeta, desarrollando una convergencia en las tareas de formación e investigación en alianzas, en red y de manera cooperativa. Desarrollar una democracia tanto interna como externa, la implementación de la evaluación participativa, una necesaria regulación del sector privado para que no haya competencia desleal, obligando al Estado a hacerse participe de esto y obtener su atención prioritaria en medio de la reelaboración de los proyectos nacionales y además establecer el necesario diálogo continental sur- sur.

Y ¿una nueva hegemonía? No, simplemente se trata de trabajar por una redefinición de la universidad para ponerla al servicio de la construcción de alternativas.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

Boaventura de Sousa Santos

Fuente de la Reseña:

http://alvaropampa.blogspot.com/2007/09/resea-de-la-universidad-popular-del.html

 

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Chile: Piñera y la educación con signo peso

Chile / 20 de enero de 2019 / Autor: Eton / Fuente: La Izquierda Diario

El historial de frases de Piñera que demuestran su concepción mercantilista de la educación, son expresión no de un «error» discursivo, sino del convencimiento de su proyecto neoliberal.

El gobierno de Sebatián Piñera no es ingenuo. Su iniciativa consagrada como Ley de “admisión justa” en la cual se reposiciona la desigualdad de clases en la educación, bajo el camuflaje de meritocracia, en fraseología del oficialismo, no es un hecho aislado. Es parte de un entramado de jugadas por parte del gobierno que pretenden socavar los grandes cuestionamiento a la educación de mercado, e instalados por el movimiento estudiantil durante los años 2006 y 2011. Las encuestas de las que intenta jactarse que tienen un «gran Apoyo» de la ciudadanía, van precisamente en esta línea.

Es cuestión de recordar el proyecto Aula Segura tramitado en el parlamento, y que en concreto significa un golpe directo a la organización del movimiento estudiantil, de profesores, y el conjunto de las comunidades educativas que cuestionan las precarias condiciones en las que se encuentra el actual sistema educativo, económico y social. No por nada ese discurso se reforzó con un súbito accionar sistemático por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros en una serie de establecimientos a nivel nacional, y al mismo tiempo se instaló un clima criminalizador, principalmente en contra del movimiento estudiantil.

A su vez, la recordada frase del presidente, el año 2011 “la educación es un bien de consumo”, no hizo sino reverberar en la memoria de miles, que hoy se encuentra ante un Piñera que sostiene a su vez, que la educación es “una industria”. Es decir, volver la concepción máxima de individualismo frente a un saber colectivo y social, una gran fábrica que reproduce conocimiento, como quien es dueño de una automotora de la Wolksvagen.

Por su parte, la oposición, que hoy se tambalea en el Congreso, estéril de dar respuesta siquiera en su terreno predilecto, el parlamento, intenta alentar un discurso anti agenda legislativa del gobierno, pero que en los hechos le terminan cediendo y conciliando a su línea política. Sólo basta ver el acuerdo llevado el día de ayer con el oficialismo, donde sectores desde la Democracia Cristiana (DC), hasta el Partido Comunista (PC), siguen el rayado de cancha de la derecha frente a ciertos asuntos, aparentemente claves en la cámara baja. Ante esto, el Frente Amplio (FA), que hoy amenaza con terminar con el acuerdo oposicionista con la ex Nueva Mayoría, bastantes guiños les ha hecho a aquel sector que caracterizaba en su momento como parte del “duopolio”, donde incluso ha buscado presentar una acusación constitucional conjunta en contra del Ministro del Interior, Andrés Chadwick, haciéndole un gran lavado de imagen a aquellos partidos, cómplices del asesinato de comuneros y activistas mapuche durante sus gobiernos.

Sin embargo, la batalla no está perdida, y los estudiantes tienen bastante que decir, no sólo sobre la educación neoliberal y la agenda represiva que quiere imponer el gobierno a como de lugar, sino también la necesidad de organizarse junto a los trabajadores, como lo demostraron las importantes movilizaciones de portuarios en Valparaíso, donde de la mano se organizaron en contra de la intransigencia del empresario Nazi Von Appen, y las precarias condiciones en las que se encuentran los trabajadores eventuales, al mismo tiempo que se enfrentaron a la violencia del gobierno local, que buscó a como diera lugar asfixiar la heroica lucha de los trabajadores y trabajadoras por sus demandas.

Una juventud anticapitalista comienza a emerger, y sale a cuestionarlo todo, y la experiencia viva junto a trabajadores, mapuche, movimiento de mujeres y otros sectores que salen a la lucha, se vuelve un motor indispensable, para combatir este sistema de miserias impuesto por los empresarios, y el gobierno cómplice y promotor de sus leyes.

Fuente de la Noticia:

https://www.laizquierdadiario.cl/Pinera-y-la-educacion-con-signo-peso

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 20 de enero de 2019: hora tras hora (24×24)

20 de enero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 20 de enero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Cuatro Premios Nobel discuten el futuro de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298624

01:00:00 – Programa Pedagogía al Día: Tendencias contemporáneas de la educación, nuevos enfoques y metodologías para el aprendizaje (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285273

02:00:00 – Estados Unidos: Una huelga indefinida de maestros en Los Ángeles deja sin clase a más de medio millón de alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298642

03:00:00 – 50 citas de Paulo Freire imprescindibles en el mundo educativo (Artículo de Miguel Ángel Ruíz Domínguez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/281587

04:00:00 – 1184 herramientas web para docentes sin necesidad de registrarnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298659

05:00:00 – Entrevista a Ignacio Calderón. Profesor titular de la Universidad de Málaga.: “Pensar que la mera presencia de todo el alumnado convierte a la escuela en inclusiva es una falacia»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298646

06:00:00 – Libro: Didáctica de la Historia en el Siglo XXI (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298669

07:00:00 – Fracaso escolar, una deuda que se acumula (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298654

08:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación: contra las reformas educativas capitalistas (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298673

09:00:00 – Xavier Aragay: “Uruguay empieza a tener las condiciones para cambiar el ADN de su educación”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/287838

10:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación. Segunda Parte (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298676

11:00:00 – La Educación, la Evaluación y las inconsistencias de Backhoff (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298679

12:00:00 – Chile: Piñera y la educación con signo peso

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298628

13:00:00 – José Carlos Mariátegui- Serie Maestros de América Latina (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/289562

14:00:00 – México: OCDE creará con el gobierno de AMLO nuevo proyecto educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298663

15:00:00 – El bárbaro modelo educativo neoliberal (Artículo de Rafael Silva)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298500

16:00:00 – Cómo puedes saber si tu hijo sufre ‘bullying’ (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288808

17:00:00 – Reflexiones sobre pedagogía crítica: contexto teórico de la transversalidad (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

18:00:00 – Inger Enkvist: Un profesor que no se preocupa de su bienestar tiende a descuidar el de sus alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288280

19:00:00 – La OCDE y la educación (Artículo de Enrique del Val Blanco)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

20:00:00 – Educación Inclusiva Latinoamericana (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285885

21:00:00 – ¿Cómo será la universidad del futuro? Estas son las iniciativas más innovadoras

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285281

22:00:00 – “Los artesanos de la enseñanza”. Reseña bibliográfica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/286653

23:00:00 – Radio Asamblea Nacional de Ecuador: Embarazo adolescente…hablemos de educación sexual (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/284684

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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«La educación chilena no es modelo a seguir»

Por Marcela Isaías

El pedagogo Mario Aguilar rechaza la visión educativa de mercado y se pronuncia por una enseñanza liberadora.

«Hoy en Chile los niños pintan menos, juegan menos, hacen menos deporte, menos teatro porque más que educados son adiestrados para responder a una prueba estandarizada». La afirmación la comparte el educador chileno de la corriente pedagógica humanista, Mario Aguilar. Hay que prestar atención a su opinión de especialista sobre el modelo educativo chileno, hoy ponderado por las políticas oficiales que lo valoran como un proyecto exitoso y a imitar. En su visión, «no es un modelo a seguir».

Mario Aguilar preside el Colegio de Profesores de Chile, la organización gremial de los docentes que reúne a más de 70 mil educadores en el país trasandino. También es magíster de la Universidad de Chile y suscribe a la corriente del pensamiento del Nuevo Humanismo. Es autor, entre otros libros, de Pedagogía de la intencionalidad (junto a la educadora Rebeca Bize). Aguilar estuvo en Rosario la semana pasada y volverá a visitar la ciudad en octubre próximo para inaugurar un congreso internacional de educación.

La pedagogía de la intencionalidad —dice Aguilar— se apoya en una perspectiva humanizadora, liberadora y transformadora de la educación. Una idea que se emparenta, entre otros, con el pensamiento de Paulo Freire.

—¿Qué caracteriza a este movimiento humanista y educativo?

Para el humanismo universalista inspirado en el pensamiento de Silo (fundador del Movimiento Humanista) nada de lo humano le es ajeno. Por lo tanto la preocupación por el desarrollo humano y personal está, pero también está la preocupación por la economía, por la política, por lo social y por la educación. Para esta corriente el ser humano es un ser histórico y social, y por eso es un transformador de su realidad, de sí mismo pero siempre en relación con el medio, interactuando con él. Lo social importa mucho. Y la educación es una herramienta de transformación, de evolución personal pero sobre todo de transformación social.

—¿Cómo se traduce este pensamiento en una idea de enseñanza y aprendizaje?

Nosotros decimos que la educación debe ser humanizadora, transformadora y liberadora. Estos tres aspectos son muy centrales: un ser humano no puede desarrollarse si a su alrededor no se desarrollan también los otros seres humanos. La educación debe desarrollar esa noción del sociabilidad, del otro, del legítimo otro que habla (Humberto) Maturana (filósofo). Otro que es tan legítimo como yo. Y que en una sociedad materialista, consumista, individualista como la que vivimos hoy eso parece casi fuera de lugar. La educación debe desarrollar ese concepto de libertad pero también de ética; y ambas, libertad y ética, generan un individuo responsable socialmente. Esto debe ser un elemento central en cualquier propuesta educativa. Si la propuesta educativa, y hoy eso pasa mucho particularmente en Chile, promueve solo el individualismo, la competencia y si la educación es solo una herramienta para un estatus económico es una educación empequeñecida, empobrecida. Nosotros queremos rescatar el real sentido de la educación: humanizador, transformador y liberalizador.

—¿Cómo responde el magisterio chileno a ese modelo de educación de mercado?

El gremio docente que presido es muy crítico de la educación economicista, que la entiende como un bien de consumo y que se la adquiere en un mercado. De hecho en Chile se ha montado una verdadera industria educativa, como un negocio que debe dar rentabilidad al inversionista. Nosotros rechazamos esa visión. Defendemos la educación como derecho social, humano fundamental y no un hecho económico. Aparejada a esta concepción neoliberal de cómo se administra la educación, está lo que pasa en la sala de clase. El neoliberalismo ha hecho mucho daño instalando esta noción de una educación estandarizada, conductista con las evaluaciones cuantitativas donde se supone que calidad de la educación es igual a al resultado de estas pruebas. Para nosotros la educación es algo mucho más complejo y mucho más integral que simplemente un resultado.

—Sin embargo, el modelo educativo chileno basado en estas pruebas es puesto como ejemplo por las políticas educativas oficiales de la región.

El modelo de educación chileno es lo que no se debe hacer en educación. Así lo deben mirar los demás países. Somos muy críticos y como gremio docente estamos empujando a recuperar el derecho a la educación integral de los niños. Porque nuestros niños más que educados son adiestrados para responder a una prueba estandarizada. Hoy en Chile los niños pintan menos, juegan menos, hacen menos deporte, menos teatro porque eso no está evaluado en estas pruebas estandarizadas; la educación se centra en lo que tiene que ver con esos rendimientos y eso no es educación.

—En la Argentina hay como un furor por mejorar «la calidad educativa» bajo esas premisas evaluativas…

Nosotros estamos en discusión hasta en con el concepto de calidad, porque es un concepto empresarial. La educación no es mercado y por tanto no aplica esa lógica. El docente se ha visto forzado a ser un productor de rendimiento en estas pruebas estandarizadas, y eso por donde uno lo mire no es educación. A la educación no le debe importar tanto el resultado sino el proceso, cómo una persona se va transformando para crecer y ser mejor persona. El gran objetivo de la educación debería ser siempre ayudar a las ciudadanas y los ciudadanos a construirse en buenas personas; como consecuencia vamos a tener una sociedad mejor. Eso a la educación estandarizada no le interesa, solo la ubicación en el ránking que hace que tengan luego mejores presupuestos las escuelas o los docentes mejores salarios, según la productividad obtenida. Es monstruoso lo que genera esto: en definitiva, que los niños sean un número.

—¿Cómo se resiste a esta idea de competencia, de la cual hasta las familias se han convencido que es mejor?

Es difícil, hasta hay docentes que defienden esta idea de educación empobrecida y reducida. Nosotros impulsamos la discusión en la sociedad, con las autoridades, en el Parlamento. Y no nos ha ido tan mal porque se han generado debates en las sesiones, y en alianza con el gremio se está preparando una serie de seminarios para discutir este tema. Hoy hay un gobierno muy neoliberal, aun así le damos lucha a esa idea. Lo que promueven estos sistemas basados en la competencia es el individualismo, y en pedagogía ese es un virus muy dañino.

—Las estudiantes chilenas están dando una fuerte pelea, abriendo paso a la agenda feminista…

Estamos absolutamente compenetrados con esa lucha y apoyamos la agenda feminista, más como gremio docente donde el 73 por ciento del profesorado en Chile son mujeres. El machismo en Chile es muy fuerte y está muy arraigado, por eso es una revolución cultural la que están encarando. Es muy sanador lo que está pasando. Nos hace bien a todos que se avance hacia una sociedad más igualitaria, sin violencia de género y sin sexismo.

>>> La construcción de un nuevo paradigma educativo

La Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu) está integrada por educadoras y educadores de diferentes países, que trabajan en «la construcción de un paradigma educativo integral para el desarrollo pleno del ser humano».

Andrea Novotny es cofundadora de la Copehu. Recuerda que este movimiento surgió en 2011, junto con la primera edición del libro de Mario Aguilar, Pedagogía de la intencionalidad. «Propone la construcción de un nuevo paradigma educativo basado en una nueva concepción del ser humano y de la conciencia», explica Novotny sobre los fines que persigue esta corriente educativa.

Según los postulados de la Copehu, «la educación humanizadora parte de la experiencia y se propone habilitar, despertar en las nuevas generaciones el gusto por aprender, reflexionar, investigar, transformar…».

Para dar debate a estas ideas, sobre el sentido del «para qué» se educa y «cómo» contribuir al desarrollo integral de las nuevas generaciones, la Copehu realiza encuentros que llaman Parques de Estudio y Reflexión.

Fuente del artículo: https://www.lacapital.com.ar/educacion/la-educacion-chilena-no-es-modelo-seguir-n1632436.html

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La deuda universitaria en Chile que asfixia a los estudiantes y beneficia a los bancos

Por: Meritxell Freixas Martorell

Los estudios de grado en los centros públicos cuestan entre 20.000 y 50.000 euros por lo que los jóvenes tienen que recurrir a un préstamo bancario con el aval del Estado.

El día que Belén Pérez acudió al recinto universitario para firmar el crédito que le permitiría tener acceso a los estudios superiores no lo podía creer. Fue en 2010 cuando, después de comer y acompañada de sus compañeras de carrera, ingresó al edificio y se encontró con una enorme carpa por la que desfilaban miles de personas. “Tenías que tomar un número y te asignaban un banco, entonces tenías que hacer la cola al banco que te tocaba”, recuerda la joven.

Belén tiene 26 años y hace dos se licenció en Ortodoncia en la Universidad Autónoma de Chile, de titularidad privada. Es una de las muchas estudiantes que tuvieron que endeudarse para poder acceder a la universidad. Una realidad que han vivido varias generaciones de jóvenes del país suramericano, uno de los más caros para la educación superior, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y el más privatizado de América Latina. En la región, las universidades públicas o estatales son gratuitas o bien, el pago de aranceles es muy inferior al chileno. Por eso, la alternativa para los estudiantes chilenos es aceptar un crédito que fue pensado especialmente para ellos.

El Crédito con Aval del Estado (CAE) se puso en marcha durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), pero fue ideado en el gobierno de su predecesor, Ricardo Lagos. Se diferencia de otros créditos porque el aval del estudiante es siempre el Estado. Inicialmente, el CAE se vendió como una fórmula para dar acceso y masificar la educación superior, que había quedado restringida a las clases más acomodadas tras los 17 años de dictadura de Augusto Pinochet y su feroz privatización de derechos básicos. Después de la poca popularidad de otros mecanismos de financiación educativa, el CAE se presentó a los jóvenes como un crédito de fácil acceso que entregaba la posibilidad de tener un futuro abierto y lleno de oportunidades, sobre todo para aquellos que eran la primera generación de la familia que entraba a la universidad.

Este mes, Belén ha pagado su primera cuota del CAE. Después de 18 meses, ha llegado al final del llamado “período de gracia”, una especie de concesión temporal que dan los bancos para que los jóvenes encuentren un trabajo después de graduarse que les permita enfrentar la deuda. Una vez superado este plazo, ya no hay excusas y cada mes, puntualmente, los estudiantes deben abonar sus tasas. La dentista, por ejemplo, paga entre 172.000 y 220.000 pesos chilenos mensuales (entre 230 y 300 euros) al banco que financió su crédito. Tendrá que hacerlo los próximos 20 años. Su carrera es de las más caras del país –le cuestan, en total, casi 57.000 euros, incluyendo los aranceles anuales y la matrícula que se paga cada año– y, además, ella la cursó en una universidad privada. La misma licenciatura en una universidad pública saldría por unos 46.000 euros.

Fotografía: Daniel Labbe

Aunque el caso de Belén puede que sea extremo, lo cierto es que cualquier grado en Chile tiene costos elevadísimos en Chile. Por ejemplo, la carrera de Biología en un centro público cuesta unos 23.000 euros, mientras que la equivalente a un grado de Maestro de Educación Infantil oscila alrededor de los 22.000 euros. Unos costes que se asumen con muchas dificultades económicas ya que en Chile el sueldo mínimo es la mitad que en España.

Asumir la deuda implica quedar totalmente amarrado por años a los dictámenes de los bancos, que antes de entregar el crédito se han encargado de averiguar todo sobre el postulante: su barrio, el colegio del que procede, los empleos y remuneraciones de sus padres, la carrera que quieren estudiar y dónde.

Efectos en estudiantes y familias

Los efectos del CAE tuvieron un impacto casi inmediato en los estudiantes y sus familias. La tasa de interés, cuyo importe se suma al costo total de los grados, estuvo varios años al 6%, lo que provocó un sobreendeudamiento importante que complicó las opciones de pago de la deuda. Poco a poco se fue engordando una lista de morosos que no ha parado de crecer hasta hoy.

Según los últimos datos de la Comisión Ingresa, administradora del sistema de créditos para estudios superiores, hay más de 874.000 beneficiarios del CAE, de los cuales 397.000 están estudiando. De éstos, 151.000 están morosos, es decir, cerca del 40% del total, y arrastran una mochila que les afecta en muchos otros aspectos: desde la imposibilidad de acceder a una línea de teléfono u obtener su devolución de los impuestos hasta alquilar una vivienda.

“La impopularidad del CAE se intensificó cuando los primeros egresados tuvieron que empezar a pagarlo, porque cuando firmaron el crédito tenían 18 o 20 años y no tenían tanta claridad de lo que significaba”, explica Camila Rojas, exlíder del movimiento estudiantil y hoy diputada en el Congreso por la coalición de izquierda Frente Amplio.

“En el colegio nos dieron una pincelada sobre el sistema de becas y del crédito, pero en general uno lo tiene que aprender por las suyas”, indica Belén. La dentista reconoce que cuando le tocó firmar el CAE, después de dos horas de cola, leyó “lo poco y nada que se entiende” y que quedó con la sensación de recibir “un premio de consuelo” por no haber podido acceder a una beca.

Rojas señala como el descontento por la deuda se sumó a una crisis más profunda del sistema educativo que hasta hoy denuncia el movimiento estudiantil. “Se puso en cuestión la calidad de las carreras y que existiera una masa de universitarios que además de endeudados, luego tenían muchas dificultades para encontrar trabajo”, dice.

Las grandes manifestaciones estudiantiles de 2011 hicieron reaccionar al presidente de la época, Sebastián Piñera, quien llamó a un consenso con la oposición e ingresó un proyecto de ley que rebajó el interés del 6% al 2%. Sin embargo, la reducción no llegó por un gesto de “buena voluntad” de los bancos, sino porque el Estado decidió costear el 4% de los intereses de los estudiantes a través de recursos de sus arcas fiscales. “Esa política tuvo un impacto relevante para los endeudados porque, efectivamente, bajaba el interés, sin embargo, para el Estado la carga es muy importante y el banco sigue recibiendo el dinero”, lamenta Camila Rojas.

La diputada, que hoy preside la comisión investigadora del CAE en el Parlamento, creada para indagar si el beneficio de los bancos ha sido en detrimento de los estudiantes y qué respuesta ha dado el Estado ante eso, comenta que le han llegado denuncias de que no todos los bancos aplicaron la baja de interés del mismo modo. “Algunos en vez de bajar al 2% bajaron en un 2%, quedando el interés al 4%”, detalla. Por eso, desde la instancia que lidera se ha propuesto esclarecer las responsabilidades políticas y administrativas del crédito, que sospecha que podría tener cláusulas abusivas e ilegales.

El beneficio de los bancos

Uno de los consensos que se ha instalado con fuerza entre los actores sociales y políticos del país es sacar a los bancos de la educación. Es una idea que hoy se defiende desde la derecha hasta la izquierda y el centro del abanico político en Chile. Después de más de una década, las autoridades y representantes se han dado cuenta de que las entidades bancarias han sido los principales beneficiarios de una política que ha exprimido las arcas fiscales del Estado.

Según el estudio Endeudar para gobernar y mercantilizar: El caso del CAE, de la Fundación Sol, que investiga y analiza temas sobre trabajo, sindicalismo y educación, en el país suramericano la implementación del CAE logró cumplir con la promesa inicial de aumentar el acceso a la educación superior, pero el 70% del incremento se concentró solo en 20 centros educativos. La mayoría de ellos pertenecen a cuatro grandes grupos educativos privados y, además, varios están siendo investigados por lucrar con las utilidades que, según establece la ley, debieran ser reinvertidas en las universidades.

Fotografía: Movimiento Deuda Educativa

“El CAE tiene una incidencia muy importante en el aumento exponencial de las matrículas de estas instituciones privadas, lo que refuerza la idea de que el sistema de educación superior se mercantiliza y el sector público se hace más pequeño, con un índice de matrículas del 15%”, expone Marco Kremerman, uno de los autores del estudio.

El documento también revela que para hacer este negocio aún más atractivo para las entidades financieras, el Estado se comprometió a subsidiar a los bancos a través de un sistema de compra de créditos con sobreprecio. Pese a que inicialmente se comprometieron a comprar cada año el 25% de los créditos entregados, con un sobreprecio del 6%, entre 2006 y 2017, la administración recompró el doble de los créditos comprometidos con un sobreprecio de 26,1%, es decir, 4,3 veces más que lo que se requería.

Sacar a los bancos

A pesar de que en su último gobierno, la expresidenta Michelle Bachelet instauró un sistema de gratuidad para el 60% del alumnado más pobre, el CAE hoy representa el 26,5% del presupuesto de la partida destinada a Educación Superior, 24 puntos más que en 2006, y ha comprometido recursos para 2018 por 549.630 millones de pesos (casi 750.000 euros).

Para los que no pueden acceder a la gratuidad, la ex mandataria también propuso crear un nuevo Crédito Estatal de Educación Superior (Cepes) que excluía a la banca y se adaptaba al sueldo que reciben los profesionales más jóvenes. Sin embargo, dejó fuera dos aspectos innegociables para el movimiento estudiantil: salir del sistema de crédito y condonar la deuda a quienes quedaron atados al CAE.

La propuesta de Bachelet no alcanzó a avanzar y Piñera la retiró apenas llegó a su segundo gobierno en 2018. El presidente ha presentado ahora otro proyecto de ley -también basado en el crédito- para crear el llamado Sistema Único de Créditos (SUC), un mecanismo administrado por el Estado y sin intervención de la banca que establece en un 10% del salario el pago máximo que deberá hacer cada estudiante una vez haya finalizado sus estudios y tenga ingresos. El crédito tendrá una tasa de interés del 2% anual y la deuda se condonará a los 15 años de pago.

“Va a ser un sistema que lo va a administrar el Estado y, de esa forma, vamos a evitar muchos de los problemas que generó la participación del sistema financiero en el actual CAE (…) El sistema que estamos proponiendo pone fin a muchas y discriminatorias diferencias que existen hoy en día”, aseguró Piñera.

Sin embargo, la iniciativa no ha dejado satisfechos a los estudiantes, que critican que no se haga cargo del problema de los morosos y que no condone la deuda. “Eliminar el CAE es eliminar un problema para futuros estudiantes, pero no para los morosos actuales o para los que finalizarán sus estudios dentro de dos años y que habrán cursado el 80% con CAE. Ellos van a seguir siendo deudores y morosos”, lamenta Marco Kremerman.

La deuda educativa carga sobre las espaldas de un país con unas tasas de endeudamiento que, en general, ya son muy elevadas. Las cifras estratosféricas que enfrentan los jóvenes que quieren formarse han hecho de la demanda por una educación gratuita y de calidad la principal bandera del movimiento estudiantil, que persistentemente no ha dejado de presionar para que los gobiernos les den una respuesta. Al final, lo que reclaman no es que se garantice el acceso a la educación, sino que se garantice el derecho.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/18/la-deuda-universitaria-en-chile-que-asfixia-a-los-estudiantes-y-beneficia-a-los-bancos/

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Libro: La Universidad del Siglo XXI. Boaventura de Sousa Santos

Libro: La Universidad del Siglo XXI. Boaventura de Sousa Santos

Año: 2007

(Autor de la Reseña: Alvaro Campana Ocampo)

Este breve pero inmenso libro publicado por el Programa Democracia y Transformación Global, es uno de los más fundamentales aportes que nos da Boaventura para romper con este inmovilismo y “defensismo” en que se ha sumido el movimiento universitario. Dividido en dos partes, el capítulo uno (el otro trata de la experiencia de la Universidad Popular de Movimientos Sociales), que es el que nos interesa en esta nota, tiene el sugerente subtítulo “Para una reforma democrática y emancipadora de la universidad”.

Muchas intuiciones de quienes vimos en la militancia en el espacio universitario una apuesta más allá de la lucha economicista y corporativa por la “gratuidad de la enseñanza” y la autonomía, se encuentran sistematizados en este libro y nos muestran un mapa más claro para avanzar hacia una universidad articulada a la construcción de alternativas al capitalismo neoliberal y global.

En efecto, podemos comprobar la impotencia del movimiento universitario por su convocatoria a una defensa de la universidad pública, contra su privatización, y por su autonomía cuando la universidad ha sufrido un perverso y pasivo sometimiento, en todos sus poros, a las lógicas del mercado, así como un abandono absoluto por parte de un Estado cada vez más desnacionalizado y desdemocratizado en el contexto de la globalización.

Santos nos muestra una visión más profunda de la crisis de la universidad, que no implica solamente –especialmente en el caso peruano- una vetusta organización administrativa o institucional, o una privatización que se restringe al pago de matrículas o de algunos servicios: nos muestra la profunda privatización a la que se ha visto sometida, al ser descapitalizada producto del abandono del Estado y el estrangulamiento económico, la liberalización del mercado de la educación superior que ha generado una competencia desleal y la amenaza cada vez mayor de la transnacionalización del mercado universitario.

Pero, y en una mayor profundidad, nos muestra que la crisis de la universidad pública es una crisis de legitimidad y de hegemonía, además de una crisis institucional. En efecto, producto de los procesos descritos, la universidad pública ha perdido pertinencia frente a las necesidades sociales, e incluso a las del mercado para el que ya no es un espacio vital y estratégico tanto para ganar dinero como para producir sus cuadros.

Un cambio más profundo se ha producido en las relaciones conocimiento-sociedad que el mercado ha aprovechado rápidamente, y que las llamadas “izquierdas universitarias” han desaprovechado por su dogmatismo y/o conveniencia al ser cómplices de este statu quo.

Santos afirma que se ha producido un cambio de paradigma pasando del conocimiento universitario al conocimiento pluriuniversitario. En este nuevo paradigma la vieja ciencia moderna y sus presupuestos se han vuelto obsoletos. Ahora, sociedad y conocimiento están mucho más entrelazados. La sociedad ha dejado de ser una interpelación de la ciencia para pasar a ser sujeto de interpelación a la ciencia. El saber se hace cada vez más contextual, aplicado, heterogéneo, flexible. El mercado y su lógica ha puesto esta realidad a su servicio y a su lógica desarrollando investigación, formación y extendiendo los servicios universitarios en función de los flujos mercantiles de la búsqueda de las ganancias y de la innovación que permanentemente necesita.

Sin embargo con este cambio se abren también oportunidades para que se logre tanto la legitimidad, una nueva hegemonía y una nueva forma institucional recuperando la universidad pública y poniéndola al servicio de un proyecto alternativo, de los movimientos sociales y de la disputa del Estado en el marco global en función de los intereses de las mayorías populares.

La lucha por la universidad pública se hace más integral y fundamental que la búsqueda de su captura para transformarla hasta el día después de la toma del poder como pensaba la vieja izquierda. Se trata de desprivatizarla en el sentido más profundo y realista. Desde una perspectiva emancipatoria se trata de hacerla útil a las necesidades de los sectores menos favorecidos de la sociedad y de aquellos que luchan por alternativas, abriéndola a los mismos, estableciendo un diálogo horizontal y formas de producción de conocimiento más colectivas y sociales.

¿Cómo? ¿Qué hacer? Son preguntas pertinentes porque esta es sobre todo una tarea política de quienes luchamos por construir una sociedad alternativa al capitalismo dentro de nuestros países periféricos. Boaventura nos habla de una alianza en la que deben participar las mismas universidades, el Estado nacional en disputa, la sociedad y los movimientos sociales así como sectores del capitalismo nacional (si los hubiere).

Aquí exponemos brevemente las propuestas, siendo la tarea del lector profundizar al respecto:

Redefinir el problema integralmente, como lo hemos expuesto aquí, yendo más allá de soluciones institucionalistas o reivindicativas. Se trata de reconquistar la legitimidad, hacer de la universidad una institución pertinente para los intereses de las mayorías sociales y de plantearse estrategias a escala local, nacional, continental y global. Además reivindicando la naturaleza de productora crítica de conocimiento y formadora de la universidad.

Respecto al acceso: se debe establecer alianzas con las escuelas, entregar becas y no préstamos, una acción afirmativa de las minorías étnicas, una relación diferente, abierta con la sociedad. La Extensión Universitaria debe ser una forma de apoyo solidario a la resolución de los problemas de exclusión y contrapuesto a la idea de la ganancia y la lógica del dinero, que es lo que ocurre hoy al ser esta tarea una extensión de servicios dentro del mercado.

Desarrollar procesos de investigación acción, contextualizando los procesos de formación e investigación a partir de las necesidades sociales, así como una perspectiva de lo que denomina la ecología de saberes, que implica un diálogo horizontal entre saber académico y saberes populares. Articular universidad- producción. Establecer una ética de responsabilidad social de la universidad.

En lo institucional plantea la construcción de redes. Esta propuesta debe articular a la universidad pública nacional con otras universidades tanto a nivel nacional como del sur del planeta, desarrollando una convergencia en las tareas de formación e investigación en alianzas, en red y de manera cooperativa. Desarrollar una democracia tanto interna como externa, la implementación de la evaluación participativa, una necesaria regulación del sector privado para que no haya competencia desleal, obligando al Estado a hacerse participe de esto y obtener su atención prioritaria en medio de la reelaboración de los proyectos nacionales y además establecer el necesario diálogo continental sur- sur.

Y ¿una nueva hegemonía? No, simplemente se trata de trabajar por una redefinición de la universidad para ponerla al servicio de la construcción de alternativas.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

Boaventura de Sousa Santos

Fuente de la Reseña:

http://alvaropampa.blogspot.com/2007/09/resea-de-la-universidad-popular-del.html

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Francia: Présidentielles et Éducation : Jean-Luc Mélenchon (La France Insoumise)

Francia/Marzo de 2017/Fuente: Voltaire

RESUMEN: El programa educativo de Jean-Luc Mélenchon es particularmente atractivo porque se desarrolla como una utopía. Los resultados son justos y las soluciones propuestas se adaptan o son revolucionarias, de acuerdo con el consenso o los temas cuestionables. En el campo de observaciones, señaló el fracaso de las políticas de pedagogos en  los últimos diez años – incluso si, en realidad, podríamos ir por debajo de 2007 – las desigualdades se agravan en la escuelas donde las metas en las que se ha invertido, ya no se busca educar» conciencias libres y autónomas «, sino a» individuos empleables formato y adaptado al mercado.

Le programme éducatif de Jean-Luc Mélenchon est particulièrement attirant car il est élaboré comme une utopie. Les constats sont justes et les solutions proposées sont adaptées ou révolutionnaires, consensuelles ou contestables selon les sujets abordés.

Dans le domaine des constats, il relève l’échec des politiques pédagogistes des dix dernières années – même si, en réalité, on pourrait aller en deçà de 2007 – par les inégalités qui s’aggravent, « les finalités de l’école [qui] ont été inversées » puisqu’on ne cherche plus à instruire « des consciences libres et autonomes », mais à « formater des individus employables et adaptés au marché », le sentiment de « dépossession aggravée par l’absence de reconnaissance » des enseignants à cause de la « brutalité de l’UMP » ou encore de « l’autoritarisme du PS », ce que le livret de la France insoumise résume par la formule de Jean-Antoine Nicolas de Caritat, marquis de Condorcet : « former des citoyens qui ne s’en laissent pas conter mais qui entendent qu’on leur rende des comptes ».

Dans le domaine des propositions, si l’on peut se féliciter de la promesse de supprimer la réforme du collège et des rythmes scolaires, la densification du « maillage des établissements en zone rurale afin de limiter à 30 minutes le temps de transport scolaire », la revalorisation des salaires gelés depuis 2010 et le rétablissement des « disciplines […] au cœur des apprentissages », on peut en revanche s’inquiéter de « l’intervention d’acteurs associatifs » dès l’école primaire pour aborder les thèmes de la discrimination et de l’égalité entre les femmes et les hommes (comment ces associations seront-elles OBJECTIVEMENT choisies ?), l’instauration d’une « visite médicale obligatoire dès la grande section de maternelle », le développement de « partenariats entre l’EN [Éducation nationale] et des mouvements pédagogiques agréés », l’allongement de « l’instruction obligatoire de 3 à 18 ans » couplé au « droit à la scolarisation dès 2 ans », l’inclusion des établissements privés dans la carte scolaire, la création d’un « statut des parents d’élèves délégués », ainsi que l’abrogation du Concordat et des statuts spécifiques en Outre-Mer. Dans un programme qui se veut ouvert à toutes les différences, supprimer celles de zones du territoire français qui ont un lien particulier avec notre pays peut paraître pour le moins incohérent.

Quoi qu’il en soit, comment tout cela sera-t-il financé ? Certes, si l’on ne peut qu’acquiescer au titre de ce sixième axe programmatique (sur les sept prévus), « le progrès humain d’abord », et si l’on considère que M. Mélenchon souhaite sortir de l’euro pour retrouver la souveraineté monétaire, financière et économique de notre pays, il n’en reste pas moins qu’il n’envisage, semble-t-il, pas de créer des états généraux internationaux de l’économie (comme proposé par M. Poutine à l’ONU le 28 septembre 2015) ou encore de ne plus fonctionner sur un système basé sur une monnaie : or son programme propose de si nombreuses créations de postes, revalorisations en tous genres et constructions de bâtiments publics que tout ce programme paraît irréalisable en l’état actuel de notre économie. M. Mélenchon parviendra-t-il à balancer ces comptes ou ne nous balance-t-il que des contes ?

Fuente: http://www.bvoltaire.fr/presidentielles-education-jean-luc-melenchon-france-insoumise/

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