«La educación chilena no es modelo a seguir»

Por Marcela Isaías

El pedagogo Mario Aguilar rechaza la visión educativa de mercado y se pronuncia por una enseñanza liberadora.

«Hoy en Chile los niños pintan menos, juegan menos, hacen menos deporte, menos teatro porque más que educados son adiestrados para responder a una prueba estandarizada». La afirmación la comparte el educador chileno de la corriente pedagógica humanista, Mario Aguilar. Hay que prestar atención a su opinión de especialista sobre el modelo educativo chileno, hoy ponderado por las políticas oficiales que lo valoran como un proyecto exitoso y a imitar. En su visión, «no es un modelo a seguir».

Mario Aguilar preside el Colegio de Profesores de Chile, la organización gremial de los docentes que reúne a más de 70 mil educadores en el país trasandino. También es magíster de la Universidad de Chile y suscribe a la corriente del pensamiento del Nuevo Humanismo. Es autor, entre otros libros, de Pedagogía de la intencionalidad (junto a la educadora Rebeca Bize). Aguilar estuvo en Rosario la semana pasada y volverá a visitar la ciudad en octubre próximo para inaugurar un congreso internacional de educación.

La pedagogía de la intencionalidad —dice Aguilar— se apoya en una perspectiva humanizadora, liberadora y transformadora de la educación. Una idea que se emparenta, entre otros, con el pensamiento de Paulo Freire.

—¿Qué caracteriza a este movimiento humanista y educativo?

Para el humanismo universalista inspirado en el pensamiento de Silo (fundador del Movimiento Humanista) nada de lo humano le es ajeno. Por lo tanto la preocupación por el desarrollo humano y personal está, pero también está la preocupación por la economía, por la política, por lo social y por la educación. Para esta corriente el ser humano es un ser histórico y social, y por eso es un transformador de su realidad, de sí mismo pero siempre en relación con el medio, interactuando con él. Lo social importa mucho. Y la educación es una herramienta de transformación, de evolución personal pero sobre todo de transformación social.

—¿Cómo se traduce este pensamiento en una idea de enseñanza y aprendizaje?

Nosotros decimos que la educación debe ser humanizadora, transformadora y liberadora. Estos tres aspectos son muy centrales: un ser humano no puede desarrollarse si a su alrededor no se desarrollan también los otros seres humanos. La educación debe desarrollar esa noción del sociabilidad, del otro, del legítimo otro que habla (Humberto) Maturana (filósofo). Otro que es tan legítimo como yo. Y que en una sociedad materialista, consumista, individualista como la que vivimos hoy eso parece casi fuera de lugar. La educación debe desarrollar ese concepto de libertad pero también de ética; y ambas, libertad y ética, generan un individuo responsable socialmente. Esto debe ser un elemento central en cualquier propuesta educativa. Si la propuesta educativa, y hoy eso pasa mucho particularmente en Chile, promueve solo el individualismo, la competencia y si la educación es solo una herramienta para un estatus económico es una educación empequeñecida, empobrecida. Nosotros queremos rescatar el real sentido de la educación: humanizador, transformador y liberalizador.

—¿Cómo responde el magisterio chileno a ese modelo de educación de mercado?

El gremio docente que presido es muy crítico de la educación economicista, que la entiende como un bien de consumo y que se la adquiere en un mercado. De hecho en Chile se ha montado una verdadera industria educativa, como un negocio que debe dar rentabilidad al inversionista. Nosotros rechazamos esa visión. Defendemos la educación como derecho social, humano fundamental y no un hecho económico. Aparejada a esta concepción neoliberal de cómo se administra la educación, está lo que pasa en la sala de clase. El neoliberalismo ha hecho mucho daño instalando esta noción de una educación estandarizada, conductista con las evaluaciones cuantitativas donde se supone que calidad de la educación es igual a al resultado de estas pruebas. Para nosotros la educación es algo mucho más complejo y mucho más integral que simplemente un resultado.

—Sin embargo, el modelo educativo chileno basado en estas pruebas es puesto como ejemplo por las políticas educativas oficiales de la región.

El modelo de educación chileno es lo que no se debe hacer en educación. Así lo deben mirar los demás países. Somos muy críticos y como gremio docente estamos empujando a recuperar el derecho a la educación integral de los niños. Porque nuestros niños más que educados son adiestrados para responder a una prueba estandarizada. Hoy en Chile los niños pintan menos, juegan menos, hacen menos deporte, menos teatro porque eso no está evaluado en estas pruebas estandarizadas; la educación se centra en lo que tiene que ver con esos rendimientos y eso no es educación.

—En la Argentina hay como un furor por mejorar «la calidad educativa» bajo esas premisas evaluativas…

Nosotros estamos en discusión hasta en con el concepto de calidad, porque es un concepto empresarial. La educación no es mercado y por tanto no aplica esa lógica. El docente se ha visto forzado a ser un productor de rendimiento en estas pruebas estandarizadas, y eso por donde uno lo mire no es educación. A la educación no le debe importar tanto el resultado sino el proceso, cómo una persona se va transformando para crecer y ser mejor persona. El gran objetivo de la educación debería ser siempre ayudar a las ciudadanas y los ciudadanos a construirse en buenas personas; como consecuencia vamos a tener una sociedad mejor. Eso a la educación estandarizada no le interesa, solo la ubicación en el ránking que hace que tengan luego mejores presupuestos las escuelas o los docentes mejores salarios, según la productividad obtenida. Es monstruoso lo que genera esto: en definitiva, que los niños sean un número.

—¿Cómo se resiste a esta idea de competencia, de la cual hasta las familias se han convencido que es mejor?

Es difícil, hasta hay docentes que defienden esta idea de educación empobrecida y reducida. Nosotros impulsamos la discusión en la sociedad, con las autoridades, en el Parlamento. Y no nos ha ido tan mal porque se han generado debates en las sesiones, y en alianza con el gremio se está preparando una serie de seminarios para discutir este tema. Hoy hay un gobierno muy neoliberal, aun así le damos lucha a esa idea. Lo que promueven estos sistemas basados en la competencia es el individualismo, y en pedagogía ese es un virus muy dañino.

—Las estudiantes chilenas están dando una fuerte pelea, abriendo paso a la agenda feminista…

Estamos absolutamente compenetrados con esa lucha y apoyamos la agenda feminista, más como gremio docente donde el 73 por ciento del profesorado en Chile son mujeres. El machismo en Chile es muy fuerte y está muy arraigado, por eso es una revolución cultural la que están encarando. Es muy sanador lo que está pasando. Nos hace bien a todos que se avance hacia una sociedad más igualitaria, sin violencia de género y sin sexismo.

>>> La construcción de un nuevo paradigma educativo

La Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu) está integrada por educadoras y educadores de diferentes países, que trabajan en «la construcción de un paradigma educativo integral para el desarrollo pleno del ser humano».

Andrea Novotny es cofundadora de la Copehu. Recuerda que este movimiento surgió en 2011, junto con la primera edición del libro de Mario Aguilar, Pedagogía de la intencionalidad. «Propone la construcción de un nuevo paradigma educativo basado en una nueva concepción del ser humano y de la conciencia», explica Novotny sobre los fines que persigue esta corriente educativa.

Según los postulados de la Copehu, «la educación humanizadora parte de la experiencia y se propone habilitar, despertar en las nuevas generaciones el gusto por aprender, reflexionar, investigar, transformar…».

Para dar debate a estas ideas, sobre el sentido del «para qué» se educa y «cómo» contribuir al desarrollo integral de las nuevas generaciones, la Copehu realiza encuentros que llaman Parques de Estudio y Reflexión.

Fuente del artículo: https://www.lacapital.com.ar/educacion/la-educacion-chilena-no-es-modelo-seguir-n1632436.html

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Marcela Isaías

Escritora