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Estudio chino relaciona contaminación con reducción del intelecto

Asia/China/noticiassin.com

Los ciudadanos que viven en zonas con elevados índices de contaminación pueden ver reducido su discernimiento intelectual a un nivel equivalente al de haber recibido un año menos de educación, según un estudio elaborado en China y publicado hoy en la prensa especializada.

Los niveles cognitivos afectaron especialmente a las pruebas de lenguaje frente a las matemáticas, a los hombres frente a las mujeres, y el grupo de edad más perjudicado fueron los mayores de 64 años, según sus conclusiones.

Dicho estudio, a cargo de los expertos Zhang Xiaobo, Zhang Xin y Chen Xi, añade efectos cognitivos a los ya conocidos problemas físicos que puede causar la polución.

La investigación, publicada en el último número de la revista estadounidense Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, se realizó sobre una muestra de 20.000 personas de China, entre los años 2010 y 2014.

Comparando tests de lenguaje y aritméticos de estas personas con índices de dióxido de nitrógeno y de azufre (importantes componentes de la polución atmosférica) en las localidades donde vivían, los expertos dedujeron que a mayor nivel de contaminación se producen peores resultados.

Para el grupo de los mayores de 64 años, la pérdida intelectual “equivaldría a varios años menos de educación”, señaló Chen Xi, profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la contaminación causa directamente unos siete millones de muertes anuales en todo el mundo, aunque hasta ahora se han investigado sobre todo los efectos físicos de esta polución, por encima de los mentales.

Algunas ciudades chinas, entre ellas Pekín, se sitúan entre las más contaminadas del mundo, aunque en el último lustro el Gobierno de este país ha declarado una “guerra a la polución” que ha conseguido que desciendan algo los índices de partículas contaminantes en el aire y los días de alerta. EFE

Fuente: https://noticiassin.com/estudio-chino-relaciona-contaminacion-con-reduccion-del-intelecto/

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Inteligencia natural y artificial

 Luis A. Montero Cabrera

El pensamiento humano está esencialmente relacionado con el procesamiento de información en la infraestructura de un dispositivo biológico de cómputo: nuestro cerebro. Al igual que cualquier otro ser vivo y con diferentes escalas de complejidad, nuestros sentidos gestionan constantemente información que se intercambia con el universo que nos rodea: imágenes a través de los ojos, aromas por el olfato, ruidos desde el oído, expresiones informativas a través del código de los lenguajes, y muchas más. De alguna manera las células cerebrales y sus interconexiones se las ingenian para lo mismo almacenar que recuperar esos datos, con mayor o menor nivel de copias de seguridad y de capacidades de búsqueda y recuperación. Así conformamos nuestro tan humano pensamiento, conjuntamente con lo que le adicionamos que nos causa placer y también rechazo, ya sea fisiológico o asociado con la elaboración de la propia información adquirida y almacenada. Estos suelen ser los llamados “sentimientos”. La información que proviene del exterior de nuestro ser se convierte en conocimiento al incorporarse a nuestra conciencia,según se suele considerar.

El goce de la poesía más hermosa, del paisaje más impresionante y del placer más intenso, lo que nos caracteriza como especie y enorgullece nuestras individualidades, siempre tiene una base material que podemos llamar biofísicoquímica. Conocer como funcionamos y usar las capacidades que vamos inventando nos permite ser cada vez más plenos al utilizar nuevas potencialidades y fuentes de enriquecimiento espiritual. Ya ha ocurrido muchas veces en la historia: cuando aprendimos a escribir, a imprimir y a hacer libros nos revolucionamos compartiendo saberes y placeres intelectuales que antes no estaban a nuestro alcance. Con la pintura, la fotografía, el cine, el radio, la televisión multiplicamos la capacidad cultural audiovisual. Cuando creamos la Internet podemos lograr que la sabiduría sea universal, ubicua.

Si andamos por un sendero y tropezamos con una piedra en medio del camino inmediatamente conocemos o aprendemos que existe este obstáculo. Al volver a andar ese sendero y en ausencia de otra información debemos recordar que la piedra existe, porque tenemos el dato almacenado y recuperable en nuestra memoria, y evitaríamos tropezar de nuevo con ella. Esto se ha denominado como una respuesta “lógica”. Es una acción que se subordina a un hecho conocido. Sin embargo, se dice con razón que somos los humanos los únicos que podemos tropezar con ella de nuevo. Es porque somos inteligentes. Resulta que casi siempre disponemos de más información que podemos relacionar con la existencia de la piedra. Por ejemplo, podemos confiar en que los encargados del mantenimiento del sendero la hayan removido antes de nosotros repetir la experiencia. Como nuestra lógica es más compleja, que es como poder correlacionar más informaciones, es posible que de nuevo tropecemos, si es que no ha ocurrido la esperada limpieza. De cualquier forma, siempre transitaríamos con más cuidado.

Se dice que la inteligencia consiste en la capacidad de percibir información y retenerla en forma de conocimientos para aplicarlos en comportamientos adaptativos a un contexto dado. Esto comprende todo lo que de ello se deriva, incluyendo a nuestros tan distintivos sentimientos.

Un sistema que puede responder de acuerdo con informaciones previas aprendidas o almacenadas de alguna forma se dice que es “inteligente”. Era exclusiva de sistemas nerviosos evolucionados desde que apareció la vida sobre la tierra hasta no hace tanto tiempo. Sin embargo, el desarrollo de nuestro propio saber la ha convertido en una pieza maestra para el funcionamiento de sistemas artificiales como las computadoras y los teléfonos móviles actuales. Se realiza a través de simples circuitos electrónicos que permiten la trasmisión o no de corriente en dependencia de alguna información previamente almacenada y disponible. Con solo uno de estos circuitos el sistema electrónico evitaría tropezar con la piedra del camino que aprendió que existía. Es una lógica elemental, idéntica a la de un humano inexperto. Pero la electrónica actual también puede poner a funcionar simultáneamente millones de ellos, tantos o más que como lo hace nuestro cerebro. Por lo tanto, si esos circuitos lógicos artificiales disponen de más información (como la de que alguien debió removerla para limpiar el camino) pueden operar tan “inteligentemente” como nosotros y tropezar de nuevo, deduciendo que alguien debió removerla antes.

La llamada inteligencia artificial es todo un campo de las ciencias de la computación desde hace decenios. Se ha hecho buena ciencia y mucho ha avanzado la eficiencia de los sistemas de cómputo artificiales desde que se consolidó como campo de investigación.

Por otra parte, la eclosión de la ciencia, sobre todo después de la segunda guerra mundial, ha desarrollado instrumentos que permiten acumular infinidad de datos acerca de todo el universo que nos rodea, incluyendo nuestras sociedades humanas. A esas grandes acumulaciones de información se las conoce como “big data” (grandes informaciones). Están literalmente estallando por lo cuantioso en la biología, la astronomía, y también en las ciencias sociales, como la economía y la comunicación. La inteligencia artificial es hoy indispensable para hacer utilizable la big data, los torrentes de informaciones que se generan. Es preciso hacer una verdadera minería para identificar aquellas que nos interesan y se pueden correlacionar para sacar conclusiones de utilidad.

Esto está transformando nuestra vida, a veces sin darnos cuenta. Hoy existen ciudades que poseen un servicio de taxis sin conductor. Y que tienen menos accidentes que los carros conducidos por humanos. Muchos procesos de fabricación y hasta de operar una simple llamada telefónica se hacen con robots que no tienen que tener apariencia humana. Nuestra anatomía viva fue seleccionada naturalmente para existir y desarrollarnos como especie en un determinado ambiente, pero un robot no tiene que ser igual.Si su misión en una fábrica es, por ejemplo, la de controlar la precisión y disciplina de los operarios este “supervisor” se diseña, construye y se le programa su inteligencia solo para ello. Seguramente que no tendrá brazos, ni piernas, porque no le hacen falta. Basta con un sistema de cámaras que abarque todo lo que le interese en la fábrica.

Un país como el nuestro, donde la mano de obra es cada vez más escasa y envejecida, está obligado a desarrollar dispositivos, programas, equipos, con inteligencia artificial. La capacidad humana la tenemos con graduaciones masivas anuales de ingenieros y científicos de computación, y matemáticos y muchos otros especialistas. Esa es una inversión de miles de millones de pesos que ya se ha hecho a los largo de décadas de Revolución y que no podemos desperdiciar. La cultura de gestión y el uso de medios informáticos en la vida cotidiana sí que debemos adquirirla, y esta es una de las temáticas que debería estar presente en cualquier acción de educación de decisores, de líderes. Recordemos que deseamos una sociedad socialista, exclusivamente en bien del ser humano.

Fuente del articulo: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/08/31/inteligencia-natural-y-artificial/#.WeAvpmjWzIU

Fuente de la imagen: http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2017/08/inteligencia-artificial-y-natural-580×326.jp

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Un macroestudio sobre 5.000 niños genio desvela las claves que los distinguen

Por: Hector G. Barnés

En 1968, el profesor Julian Stanley, un matemático fascinado por los misterios del talento intelectual, conoció a Joseph Bates, un prometedor niño de 12 años. La vida de ambos nunca volvería a ser igual, y de su encuentro nació el que quizá sea el proyecto más ambicioso jamás diseñado para entender el funcionamiento de la mente de los niños mucho más inteligentes que la media. Bates, desde luego, era uno de ellos: a su edad ya había aprobado un curso de informática en la Universidad John Hopkins y en sus ratos libres le explicaba a otros estudiantes universitarios el lenguaje de programación FORTRAN.

Bates se convirtió en el estudiante cero del SMPY (Study of Mathematically Precocious Youth, “Estudio de los Jóvenes Matemáticamente Precoces”), que comenzó como una modesta investigación sobre los rasgos de la genialidad infantil y a día de hoy, 45 años después, recoge los datos de la carrera de 5.000 individuos que han dado lugar a 400 investigaciones y libros como ‘Lives of Promise’ de Karen Arnold. Su objetivo no era únicamente identificar rasgos diferenciales, sino también entender de qué factores depende su éxito posterior, por lo que ha terminado convirtiéndose en una guía para el desarrollo de programas de fomento del talento.

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Muchos de ellos obtienen en el SAT calificaciones que les permitirían entrar al instante en una de las universidades de élite norteamericanas

Uno de ellos es el Centro para Jóvenes Talentosos de la Universidad John Hopkins, abierto por el propio Stanley a principios de los años 80. Por él pasaron estudiantes como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Lady Gaga o el cofundador de Google, Sergey Brin. Todos ellos tenían algún en común, como recordaba un reportaje publicado en ‘Nature’: formaban parte del 1% con mejores notas en los exámenes de acceso a la universidad, que es el primero de los hallazgos con los que se topó el proyecto.

La Selectividad (americana), una buena guía

Durante décadas, los psicólogos cognitivos se preguntaron cuál podía ser el mejor método para identificar a los jóvenes más privilegiados. Lewis Terman, por ejemplo, comprobó decepcionado cómo aquellos con un mayor coeficiente intelectual no solían llegar siempre lejos, mientras que algunos de los que habían sido descartados por ese criterio habían obtenido el Nobel, como Willian Shockley o Luis Álvarez. Así que Stanley le pidió a Bates que hiciese una serie de exámenes, entre los que se encontraba el SAT, un equivalente a la Selectividad española que se utiliza para determinar el acceso a la universidad.

Lady Gaga pasó por el Centro para Jóvenes Talentosos de la Johns Hopkins. (Reuters/Mark Blinch)
Lady Gaga pasó por el Centro para Jóvenes Talentosos de la Johns Hopkins. (Reuters/Mark Blinch)

Ese examen ha terminado convirtiéndose en una brújula para conocer el talento innato de los estudiantes: a pesar de estar destinado a alumnos de alrededor de 18 años, muchos de los que lo realizaban eran capaces de obtener a los 12 notas que los permitirían ingresar en un centro de élite y a encontrar solución a problemas para los que en teoría no les habían preparado en sus clases.

Se nace, pero luego se hace

¿Hasta qué punto determinan las capacidades innatas el rendimiento posterior? El SMPY ha ofrecido una respuesta un tanto incómoda: disponer de una gran capacidad cognitiva en la infancia es mucho más importante a la hora de alcanzar el éxito que otros factores como el entrenamiento, o –buena noticia– pertenecer a uno u otro estrato socioeconómico. Sin embargo, el proyecto también pone de manifiesto que esta predisposición es inútil si dicho talento no se refuerza más tarde a través de una intervención adecuada. Esta idea sugiere una cierta predestinación entre aquellos llamados a liderar la sociedad. Como señalaba el psicólogo del programa de talento de la Universidad de Duke Jonathan Wai a ‘Nature’, “los niños cuyas notas forman parte del 1% tienden a convertirse en científicos y académicos eminentes, CEOen empresas de Fortune 500 y jueces, senadores y multimillonarios”.

Muchos de los que obtenían buenas notas en habilidad espacial terminaban convirtiéndose en arquitectos, cirujanos o ingenieros de primera fila

La habilidad espacial, determinante

En 1976, Stanley dio arranque a la segunda fase de su estudio incorporando en los test la habilidad espacial, entendida como la capacidad de entender, memorizar y recordar las relaciones de posición y tamaño entre objetos. El psicólogo sospechaba que era un factor clave y, casi cuatro décadas después, un metaestudio publicado en ‘Psychological Science’ a partir de los datos del SMPY confirmó que, efectivamente, “la habilidad espacial tiene un rol único en el desarrollo de la creatividad”. Muchos de aquellos que obtenían buenas notas a este respecto terminaban convirtiéndose en arquitectos, cirujanos o ingenieros de primera fila.

Saltarse un curso es positivo

Otra polémica conclusión del SMPY es que adelantar a los estudiantes algún curso que otro redunda en su beneficio. Al fin y al cabo, sugiere esta lógica, si son capaces de sacar las notas más altas en la Selectividad, ¿para qué necesitan cursar asignaturas que ya conocen? A menudo se argumenta que los estudiantes adelantados a su curso suelen tener problemas de adaptación, pero según las conclusiones del proyecto estadounidense, los beneficios no son solo académicos, sino también emocionales.

“Los niños no necesitan algo nuevo o innovador, sino simplemente acceder antes a lo que ya está disponible para los mayores”, explica el psicólogo David Lubinski, actual responsable del programa. De ahí que se anime a los padres a que sus hijos se enfrenten a materiales escolares o lecturas por encima de lo correspondiente a su edad. El propio Bates lo experimentó en sus propias carnes, cuando tras sufrir en el instituto, descubrió que se sentía como un pez en el agua en la universidad al conocer a otras personas como él.

El examen comenzó analizando únicamente la competencia matemática. (iStock)
El examen comenzó analizando únicamente la competencia matemática. (iStock)

¿Cómo criar a un niño con talento?

Como hemos explicado anteriormente, no basta con tener las condiciones necesarias si estas no se desarrollan correctamente. Estos son algunos de los consejos de los psicólogos del desarrollo para que los padres ayuden a los hijos sin que su condición excepcional suponga una carga:

  • Exponerlos a diferentes experiencias. Los padres deben apoyar a sus hijos cuando muestran interés por algo, ayudarles a encontrar su vocación o hacerles entender que la adopción de riesgos y el fracaso los ayudan a mejorar.
  • Esfuerzo, no habilidad. A pesar de haber nacido con unas condiciones especiales, los niños deben entender que de su capacidad para explotarlo depende su éxito futuro, por lo que no pueden dormirse en los laureles. La clave está en crecer continuamente.
  • Trabaja con los profesores. Los expertos pueden jugar un papel importantísmo a la hora de que los niños exploten su potencial y que los padres entiendan sus necesidades, que muchas veces pasan por disfrutar de una mayor libertad. Examinar las habilidades del niño puede ser clave cuando es momento de asignarles tareas más avanzadas o, en otros casos, de detectar otros problemas asociados como la dislexia o los desórdenes de hiperactividad.

Cuidado con las etiquetas

El SMPY ha sido a menudo criticado por su obsesión por determinar las posibilidades de éxito de los alumnos desde una edad muy temprana, lo que puede tener efectos muy negativos para todos ellos. Para aquellos que obtienen mejores calificaciones en las pruebas, porque sienten una presión añadida a la hora de triunfar que puede truncar sus expectativas; de ahí que sea tan importante el apoyo emocional de la familia. Para los que no forman parte de este club selecto, puede ser una manera de rebajar sus expectativas a una corta edad. Como recuerdan estos detractores, hay otros factores como la motivación o la personalidad que son determinantes en el desarrollo de los adolescentes.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-09-19/smpy-estudio-ninos-genio_1444115/

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Medio dólar puede mejorar la inteligencia de un niño

Por: Lola Hierro

Medio dólar por cabeza. Es decir, menos de 50 céntimos de euro o menos de lo que cuesta una barra de pan. Esa cantidad puede marcar la diferencia entre que a una persona le vaya mejor o peor cuando sea adulta. Todo tiene que ver con la estimulación cognitiva que reciba desde niño, con el desarrollo de su cerebro en sus primeros mil días de vida. Si se invierten tiempo y recursos en ese bebé, de mayor tendrá mejores perspectivas de vida. Pero si en esos primeros años no se le estimula lo suficiente, su futuro quedará condicionado.

«El informe se refiere sobre todo a los dos primeros años de vida, que son los más importantes y los más abandonados. Es cuando el cerebro realiza las conexiones neuronales con más rapidez y es cuando es más necesario ese entorno que promueva su adecuado desarrollo, que es lo que le dará la oportunidad de llegar a su máximo potencial», explica Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef Comité Español.

Un niño de una familia pobre que haya estado bien atendido en su primera infancia ganará de adulto hasta un 25% más que uno que no

Esos dos primeros años —incluidos los nueve meses de embarazo— constituyen una etapa crítica en la vida de una persona. Después del nacimiento, el cerebro de un bebé continúa desarrollándose, genera células e inicia el proceso de definirlas y conectarlas, lo que mejorará sudesarrollo social, emocional y cognitivo. Estas conexiones se producen a un ritmo de, por lo menos, 1.000 por segundo. Sin embargo, investigaciones recientes de la Universidad de Harvard indican que la velocidad podría ser de hasta un millón por segundo.

La diferencia, según otro estudio citado por Unicef, se puede notar en las ganancias económicas: un niño de una familia pobre que haya estado bien atendido durante su primera infancia, haya jugado y se le haya educado desde pequeño, ganará de adulto hasta un 25% más que uno que no lo haya estado. Y de la suerte de estas generaciones dependerá el crecimiento económico y social de un país. «Si no invertimos ahora en los niños y familias más vulnerables, seguiremos perpetuando ciclos intergeneracionales de desventajas y desigualdad. Vida tras vida, oportunidad perdida tras oportunidad perdida, estamos aumentando la brecha existente entre los que tienen y los que no, al tiempo que debilitamos nuestra fortaleza y estabilidad a largo plazo», ha afirmado Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef.

QUIÉNES CUMPLEN Y QUIÉNES NO

  • Países que cuentan con las tres políticas necesarias para el desarrollo cerebral temprano: Bielorrusia, Bulgaria, Cuba, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Luxemburgo, Portugal, Rumania, Rusia, San Marino, Suecia, Turkmenistán y Ucrania.
  • Países que no cumplen con ninguna de las tres políticas:Argelia, Australia, Bangladesh, Barbados, Belice, Bhután, Bosnia y Herzegovina, Brunei, Dominica, los Estados Federados de Micronesia, los Estados Unidos de América, Gambia, Granada, Kenia, Liberia, Malawi, Malasia, Myanmar, Namibia, Omán, la República Popular Democrática de Corea, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, Sierra Leona, Singapur, Sudáfrica, Swazilandia, Tonga, Trinidad y Tabago, Uganda, Yemen y Zambia.

Para Unicef, la base fundamental que garantiza el desarrollo cerebral temprano de los niños está formada por tres políticas: dos años de educación preescolar gratuita, permisos de lactancia retribuidos para las madres durante los primeros seis meses de vida y licencias parentales retribuidas adecuadas. ¿Cómo se puede hacer esto con medio dólar por cabeza? «Es un cálculo: si un Estado destinara un presupuesto adecuado para poner en marcha políticas de desarrollo temprano, de media se gastaría esa cantidad por cada niño», aclara Cobas. «No es que cada niño cueste medio dólar. Es la media resultante de dividir lo que cuesta una política adecuada entre el número de niños del país».

De hecho, el informe subraya que invertir en el desarrollo temprano de un niño reporta ganancias económicas significativas para el futuro de su país. «Cada dólar que se invierte en programas de apoyo a la lactancia, produce un rendimiento de 35 dólares; y cada dolar invertido en los cuidados del niño en su primera infancia y en la educación para los más desfavorecidos, puede generar beneficios de hasta 17 dólares», dice el informe. Cobas, por su parte, recuerda que otra razón por la que el retorno de la inversión es muy importante: «El niño con un desarrollo temprano adecuado va a tener menos enfermedades, por tanto, causará menos gasto social en medicamentos y atención sanitaria».

Sin embargo, los Gobiernos de todo el mundo gastan de media menos de un 2% de sus presupuestos para educación en programas de atención primaria a la infancia y solo 15 países en todo el mundo cuenta con estas políticas recomendadas por Unicef. Otros 32 no tienen ninguna y no son necesariamente pobres, véase el caso de Estados Unidos y Australia. En otros 64, una media de uno de cada cuatro menores no participan en actividades esenciales para su desarrollo cerebral como jugar, leer o cantar.

En 64 países, uno de cada cuatro menores no participa en actividades esenciales para su desarrollo cerebral como jugar, leer o cantar

¿Es un retraso irreversible? «Los adultos seguimos haciendo conexiones neuronales; ya no tan rápido, aunque sí podemos seguir aprendiendo. Lo que ocurre es que, si pierdes la oportunidad en el momento en que estás más preparado para ello, luego será más complicado», aclara Cobas.

Para paliar esta situación, Unicef propone en su estudio cuatro medidas que ayudarían mejorar las expectativas de los niños: Primero, invertir y aumentar los servicios de desarrollo de la primera infancia en el hogar familiar, la escuela y los centros de salud, sobre todo para los niños más vulnerables. También que sea prioridad nacional implementar las políticas tres sociales mencionadas: educación preescolar gratuita, permisos parentales y maternales remunerados y pausas de lactancia materna. Además, dar tiempo y recursos a los padres para que puedan fomentar el desarrollo de sus hijos pequeños: para cantarles, hablarles, leerles… Prestarles atención. Por último, Unicef propone recoger y compartir los datos existentes sobre el desarrollo de la primera infancia para poder hacer un seguimiento de los niños y familias más vulnerables.

«Pedimos que se apliquen las cuatro medidas, que no son exclusivas para los países del Sur, sino para todos los niños en todo el mundo», abunda Cobas. Entre ellos, España, que no está incluida ni en los 15 que cumplen todas las políticas ni en los 32 que no cumplen ninguna. «En España aún no se cumplen los seis meses de baja maternal recomendados, por ejemplo», recuerda la experta.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/09/19/planeta_futuro/1505838176_293255.html

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La regla de las dos horas de los genios: el truco que aplicaban Einstein y Nietzsche

Por: Hector G. Barnés

La historia de cómo descubrió Isaac Newton la teoría de la gravedad es bien conocida: el físico se encontraba descansando al aire libre, en su casa de campo cuando vio caer una manzana. No, no aterrizó en su cabeza, como aseguran las versiones apócrifas de la historia. Así pues, no fue la casualidad la que condujo al inglés a uno de los hallazgos más importantes de la historia del hombre, sino la contemplación. De no haber estado ocioso una tarde del verano de 1665, y por ejemplo, se hubiese encontrado en su laboratorio, afanado en su trabajo, quizá no se habría preguntado por qué la fruta caía siempre de la misma manera.

No ha sido el único que ha cambiado la historia sin pretenderlo. Algo semejante ocurrió con Arquímedes cuando, en el siglo tres ante de Cristo, descubrió al meterse en la bañera el célebre principio que hoy lleva su nombre. En una entrada publicada en ‘Medium’, Zat Rana aporta otros ejemplos: Albert Einstein, que arrastraba una merecida fama de soñador, o el filósofo Friedrich Nietzsche, que acostumbraba a caminar varias horas todos los días porque consideraba que los mejores pensamientos eran los paseados; algo que también hacía Kant. O Darwin, que tenía su “camino de pensar”.

Cuando estamos estresados y vamos con el piloto automático, nuestro cerebro se bloquea ante las nuevas ideas

¿Necesitan más nombres? Bob Dylan aseguraba que si más gente viajase en autobús, y pudiese observar el paisaje a través de la ventanilla, habría más compositores. En otro sentido, Edward Munch ‘vio’ ‘El grito’ mientras caminaba por un sendero y contempló cómo “el cielo se tiñó de rojo sangre”. Está claro que el paseo y el ocio contribuyen a la inspiración y, sin embargo, son dos valores a la baja en una sociedad obsesionada por la productividad, la continua medición de todos los aspectos de nuestra vida y el orden. Sin embargo, esto nos puede hacer estar perdiendo muchas cosas.

No hay como dejar nuestra mente vagar para abandonar los caminos trillados y realizar “conexiones no lineales”, como si fuésemos surrealistas. Pensemos en nuestra propia experiencia. Cuando estamos estresados y vamos con el piloto automático puesto, somos capaces de hacer todo aquello que hemos repetido cientos de veces (levantarnos, vestirnos, lavarnos los dientes, desayunar) pero nuestro cerebro parece bloqueado a las nuevas ideas. Como explica en el artículo la profesora Fiona Kerr de la Universidad de Alemania, “soñar despierto es mucho más productivo a la hora de lidiar con problemas complejos o descubrir soluciones creativas y nuevas ideas”.

La rutina de los 120 minutos

Es fácil de decir y entender, pero difícil de aplicar. No podemos detenernos en mitad de nuestra jornada laboral y decirle a nuestro jefe que vamos a parar para pensar –aunque debería facilitárnoslo si nuestro trabajo es creativo–, así que debemos buscar otra estrategia. Para ello, Rana propone la “regla de las dos horas”, que a él le funciona. ¿En qué consiste? Básicamente, en dejar su mente vagar durante un período de 120 minutos todos los jueves.

No importa lo liados que estemos, la mayoría malgastamos mucho tiempo en asuntos triviales que no aportan nada a nuestra vida

Es necesario eliminar todas las distracciones, sobre todo, apagar el teléfono móvil, y tener solo a mano una libreta y un bolígrafo. Aunque puede parecer mucho tiempo, el periodista recuerda que no todo será productivo (¡faltaría más!) y que es posible que tengamos la sensación de que la mayor parte lo hemos malgastado. No pasa nada: es una condición necesaria para que las buenas ideas que de otra forma no se nos habrían ocurrido, comiencen a brotar.

“Puedo decir con toda sinceridad que es la actividad más rentable de mi vida”, explica en la entrada. “Me ayuda a equilibrar el corto plazo con el largo. Identifico los problemas antes de que lo sean, y me he topado con ideas o formas de optimización que no se me habrían ocurrido de otra manera”. Ello lo consigue a partir de un cuestionario con varias preguntas, entre las que se encuentran “¿me gusta lo que hago o simplemente sigo adelante?”, “¿qué oportunidades podría aprovechar y no lo estoy haciendo?” o “¿qué tiene más probabilidades de ir mal en los siguientes seis meses de mi vida?”

'Paseaba por un sendero con dos amigos, el sol se puso y de repente el cielo se tiñó de rojo sangre'. ('El grito', Edvard Munch)
‘Paseaba por un sendero con dos amigos, el sol se puso y de repente el cielo se tiñó de rojo sangre’. (‘El grito’, Edvard Munch)

Lo importante no son tanto estas cuestiones como lo que ocurre una vez hemos reflexionado sobre ello y nuestra mente empieza a ver las cosas con perspectiva: es entonces cuando empieza a vagar y las buenas ideas (las que marcan la diferencia, la que nos guían en nuestro día a día) comienzan a surgir. “No importa lo liados que estemos, la mayoría de nosotros malgastamos mucho tiempo en cosas triviales que no aportan nada a nuestra vidas”, concluye el autor. “Si una persona media gasta dos horas al día en redes sociales, unas pocas a la semana para organizar tu vida no es pedir demasiado. Es un precio muy pequeño para una recompensa tan grande

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-21/regla-dos-horas-einstein-darwin-nietzsche_1429982/

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William James Sidis, ¿el más inteligente de la historia?

30 Abril 2017/Fuente:debate/Autor:Mundo

Su coeficiente fue estimado entre 250 y 300, muy superior a los 160-180 de Einstein, pero lo que más impresiona son los testimonios de sus hazañas.

Imagine a un niño que a los 18 meses ya podía leer el periódico The New York Times, y que a los ocho ya hablaba de manera fluida el francés, alemán, ruso, turco, armenio, hebreo y latín, además del inglés, su lengua materna. En total, ocho idiomas distintos.

Parece increíble para casi cualquier humano, sobre todo por la complejidad de las lenguas en cuestión, pero esto fue posible para el entonces niño Williams James Sidis, nacido en Nueva York k, 1 de abril de 1898 , hijo de dos inmigrantes rusos-judíos.

William, desde pequeño dio muestras de su mente superdotada, pues además de hablar ocho idiomas, inventó uno propio llamado ‘vendergood’, mimos que con los años los lingüistas estudiaron y calificaron como muy completo y correcto.

Hazañas. Entre las proezas documentadas de este niño prodigio, se cuenta que pasó el curso de tercero de primaria en solo tres días, aprendiendo todas las lecciones que este contemplaba.

Antes de cumplir los 8 años de edad, William ya había escrito cuatro libros (dos de anatomía y dos de astronomía), además de pasar los cursos de admisión para el MIT (Massachusetts Institute of Technology).

Los logros continuaron en sus primeros años de vida, pues a los 11 entró a la Universidad de Harvard y a los 16 se graduó de la carrera de medicina. Una anécdota cuenta que un día llegó a una biblioteca y pidió que le dieran todos los libros que allí había de la lengua portuguesa.

Se retiró hasta la noche, tras haber leído en portugués todo el día. La mañana siguiente presentó un examen en esa lengua, el cual aprobó con calificación perfecta, acreditando que dominaba dicho idioma. Cuando murió, a sus 46 años, William dominada 40 lenguas.

De acuerdo con una prueba de coeficiente intelectual, aplicada Williams James Sidis por un psicólogo, la estimación fue de entre 250 y 300 puntos. Muy por encima de la obtenida por genios como Einstein (160 – 180) o Stephen Hawking (160). El promedio normal es de 90 a 110 puntos.

Pese a su probada capacidad intelectual, William no destacó al nivel de otros genios. Murió el 17 de julio de 1944, hablando 40 idiomas distintos de manera perfecta y tras haber terminado siete carreras universitarias.

Su vida ha sido motivo de curiosidad y análisis durante muchas décadas, sobre el tipo de desarrollo educativo que William James Sidis recibió de su familia. Su madre fue licenciada en medicina y su padre fue licenciado y medicina y filosofía, autor de varios libros.

Es al padre de William,  Boris Sidis, es a quien se le atribuye haber aplicado sus conocimientos de psicología para potenciar la capacidad intelectual de su hijo. La vida del joven prodigio ha sido motivo de libros, así como de una cinta de 1997 titulada ‘Good Will Hunting’, protagonizada por Matt Damon y Robin Williams.

Fuente de la noticia: https://www.debate.com.mx/mundo/William-James-Sidis-el-mas-inteligente-de-la-historia-20170426-0347.html

Fuente de la imagen:

https://www.debate.com.mx/export/sites/debate/img/2017/04/26/1textocc.jpg_1805022883.jpg

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Entrevista a Robert Swartz: «Los exámenes prueban la memoria y no la inteligencia»

26 Marzo 2017/Fuente: webdelmaestrocmf./Autor:Noticias Galicia

El profesor emérito de la Universidad de Massachusetts (EEUU) Robert Swartz considera en una entrevista con Efe que el sistema de evaluaciones escolares puede probar puntualmente la memoria del alumnado, pero no muestra su inteligencia y creatividad y tampoco contribuye a su desarrollo.

Swartz, que participa en un seminario en el colegio Peleteiro de Santiago de Compostela sobre “Creatividad, pensamiento crítico e innovación en el currículum”, opina que ese tipo de pruebas “suelen poner a prueba la memoria” de los alumnos, pero no sus capacidades, habilidades y conocimientos.

Advierte además de que a menudo se da la circunstancia de que el profesorado llega, incluso, a “preparar a los alumnos para las pruebas”, mediante un método que consiste en repetir una serie de conocimientos aprendidos, para lo que es necesario que tengan que “repasar”, y eso puede conllevar que olviden luego lo interiorizado para ese fin examinador y que, por ende, “el aprendizaje se vuelva un aburrimiento”.

Filósofo y director del Centro Nacional para la Enseñanza del Pensamiento (NCTT, siglas en inglés), una especie de ‘think-tank’ o laboratorio de ideas para fomentar un aprendizaje más participativo y creativo de los alumnos, Swartz apunta que en Estados Unidos “los exámenes se han convertido en un negocio” para algunas empresas que son vendedoras de ese tipo de productos.

Indica así, con añoranza, que la iniciativa primigenia del programa internacional de evaluación de estudiantes, conocido como “PISA”, estaba inicialmente diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para contrastar los resultados en unos y otros países, y para mostrar “algo más que memoria”.

Confiesa ser consciente de que eso ha suscitado muchas críticas en diversos países de los que ven que esos exámenes obvian, precisamente, muchas de las potencialidades de los alumnos. Sin embargo, estima que PISA es una herramienta indicativa para ver la evolución y los progresos, aunque considera conveniente un debate profundo sobre ese tipo de pruebas para “poder mejorarlas”.

En cuanto al hecho de que los resultados en España figuren en algunos indicadores por debajo de la media de países de la OCDE, que incluye a los estados más desarrollados del planeta, señala que “hay que tomarse seriamente la manera en que se educa” a las generaciones futuras.

Swartz explica que hace medio siglo que visitó España como estudiante y tuvo la oportunidad de viajar a diversos puntos de la Península Ibérica, aunque nunca a Galicia, pero observa que en los últimos años, en los que ha regresado para impartir programas de formación dirigidos a profesores a cargo del NCTT, ha constatado que los educadores aseguran que el modelo actual “no está funcionando”.

“Algunos me dicen incluso que es un fracaso completo”, comenta el profesor estadounidense, que trata de persuadir de que el papel del docente sea más de “guía de aprendizaje” para “abrir la mente” a los alumnos e invitarlos a tener “capacidad crítica” y a descubrir por sí mismos.

Afirma este especialista que las tecnologías han permitido abrir nuevas ventanas al conocimiento y constituyen una “verdadera revolución”, por lo que el papel del profesorado está cambiando y debe adecuarse también a proporcionar “referencias” para que los alumnos puedan distinguir por sí mismos, porque “deben ser conscientes de que en internet cualquiera puede poner lo que quiera”.

“No se trata de censurar” sino de facilitar que esas nuevas tecnologías, que entrañan también “riesgos”, puedan ser “herramientas útiles” que susciten el interés por el conocimiento, enfatiza. Swartz asegura que sus propuestas de aprendizaje, que impartirá en un taller junto a la profesora Carol McGuinness de la norirlandesa Queen’s University, llevan a los alumnos a estar “más felices, más comprometidos y más interesados en sus tareas” y, asimismo, a tener “mejores resultados en los exámenes”.

Fuente de la entrevista: http://webdelmaestrocmf.com/portal/el-profesor-swartz-dice-que-los-examenes-prueban-la-memoria-y-no-la-inteligencia/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook

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