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Enseñanza y poder político.

Se ha casi erradicado el analfabetismo absoluto, pero se han llenado las aulas de analfabetos funcionales.

Por: Rafael Sanchez Saus.

Hace ya algunos años, un amigo sevillano y catedrático en la Universidad de León me advirtió del nivel que progresivamente iba alcanzando la enseñanza en aquella comunidad autónoma. El contraste con lo que sucedía en Andalucía le alarmaba. Ya sabemos el resultado de esa diferencia: mientras Castilla y León encabeza el ranking nacional y -¡atención!- sitúa sus resultados entre los ocho mejores del mundo según el informe PISA, Andalucía se despeña al último lugar y agranda su brecha educativa con el resto de España y con los países mejor situados. Los efectos a largo plazo sobre la formación técnica y humana de los andaluces, y sobre el tejido productivo de la región, de este continuado fracaso sólo pueden calificarse como desastrosos. Pero, ¿cree alguien que la Junta tiene el menor propósito de corregir sus errores?; ¿ que sus mandamases intentarán aprender algo de la experiencia castellana? Es increíble que esta sociedad asuma con total resignación lo que ese empecinamiento implica.

Si recordamos cuáles han sido las grandes preocupaciones de la Junta de Andalucía en relación con la enseñanza a lo largo del inacabable mandato socialista, encontramos las claves del desastre. Más allá del exitoso empeño en la generalización de los estudios primarios -un proceso que se encontraba ya en pleno desarrollo cuando el PSOE se hizo con el poder y que no marca ninguna diferencia con cualquier otra comunidad-, todo ha girado en torno a la consecución del control total del sistema educativo por parte del poder y sus auxiliares, desde sindicatos a asociaciones de padres afines, para la imposición de visiones ideológicas y métodos pedagógicos que han arruinado a la escuela andaluza. Se ha casi erradicado el analfabetismo absoluto, pero se han llenado las aulas, incluso las universitarias, de analfabetos funcionales, incapaces de entender un texto de mínima dificultad. Eso, sumado al rebajamiento de la profesión docente, algo de lo que han sido principales responsables los propios maestros y profesores, incapaces a menudo de deslindar su papel en clase de sus actitudes y estilos de vida privados, nos obliga al pesimismo sobre el futuro. Lo que estamos pagando, y seguiremos pagando, es el precio de la degradación de la enseñanza al servicio de las ideologías dominantes y del poder político en medio de la completa indiferencia social.

Fuente: http://www.malagahoy.es/opinion/articulos/Ensenanza-poder-politico_0_1090691159.html

Imagen: http://www.lifeder.com/wp-content/uploads/2016/02/h%C3%A1bito-de-lectura.jpg

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A menos niños, más pública.

Si no se reducen conciertos educativos innecesarios disminuirán las aulas públicas.

Por: Erika Sanz.

En cada proceso de escolarización para el curso siguiente se produce la misma constante: desciende la natalidad y, al haber menos población escolar, sobran aulas del primer curso de segundo ciclo de Educación Infantil –es decir, aulas de 3 años–; curso en el que empiezan los niños y niñas su primer año en un colegio.

Curso tras curso, vemos cómo se generan vacantes, plazas que sobran en determinadas zonas y subzonas de escolarización en la ciudad de Zaragoza, pero también en Huesca, Teruel y otras localidades. Por eso, cuantos menos niños, más necesaria es la priorización de la escuela pública. De manera concreta y sintética, es importante que entendamos que si no se reducen conciertos educativos innecesarios disminuirán las aulas públicas de muchos barrios con baja natalidad en los próximos años.

Un gobierno que defiende la educación pública es el que baja ratios y mejora las condiciones laborales del profesorado para que repercuta en la calidad educativa, pero también el que planifica pensando en la pervivencia de colegios públicos velando por el derecho a una educación pública para todos y todas en equidad, garante de la igualdad de oportunidades y de calidad. Porque esto también va de igualdad educativa en todos los colegios de Aragón: mientras los colegios públicos son inclusivos, ya que no ponen ningún filtro de entrada al alumnado, la gran mayoría de los centros privados (no todos) sí lo hacen a través de cuotas y copagos. No olvidemos que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha dictaminado recientemente que el Gobierno de Aragón debe tomar medidas claras para erradicar la segregación escolar.

El próximo mes de enero comienza la renovación de los conciertos educativos para los próximos seis años, gracias a la LOMCE –antes era cada cuatro años–. Las necesidades de escolarización han cambiado, nuestros colegios públicos (y digo «nuestros» porque las instalaciones públicas, los edificios públicos, son recursos que pertenecen al pueblo) siguen siendo grandes y tienen mucha capacidad pero, sin una planificación educativa y una gestión de lo público que piense en ellos, se hacen pequeños y disminuyen primero aulas, luego vías y, donde antes teníamos un colegio de 450 alumnos, luego tenemos uno de 225. Y, finalmente, a medio plazo, puede llegar a plantearse el cierre del colegio.

Por tanto, si apostamos por un modelo de educación pública, gratuita y de calidad, es de sentido común que Mayte Pérez, Consejera de Educación, Cultura y Deporte, planifique la continuidad de los colegios públicos, teniendo en cuenta la proyección educativa y social que tienen nuestros barrios y nuestros municipios, para garantizar la vertebración del territorio y la cohesión social, al fin y al cabo. Y se puede. La normativa que regula los conciertos educativos es clara al respecto. Si los colegios privados no atienden a necesidades de escolarización, no deben tener concierto educativo.

Es muy importante entender que la oferta educativa la diseña el Departamento de Educación, Cultura y Deporte y sobre ella las madres y padres eligen centro. En ningún caso, por tanto, ponemos en cuestión esta libertad de los padres. Además, siempre nos referimos a aulas de 3 años, de niños y niñas que van a empezar el colegio, respetando las ratios de cada zona y localidad, de modo que todos y todas se puedan matricular en su entorno. En ningún momento estaríamos hablando de suprimir todas las aulas de niños de 3 años de todos los colegios concertados. De lo que hablamos es de acotar, de forma controlada y bien estudiada, los conciertos en aquellos barrios y municipios donde ha bajado la natalidad y los colegios públicos tienen la suficiente capacidad para asumir las plazas escolares. La información para realizar esta planificación nos la da el proceso de escolarización cada curso y la consejera sabe perfectamente que para que pervivan colegios públicos tienen que reducirse algunos conciertos educativos con centros privados. En su mano está el contemplar esta cuestión en la planificación educativa: prescindir de aulas públicas o de conciertos educativos innecesarios, es su decisión. Este es el momento, y no otro, la ventana de oportunidad que tiene el PSOE para revertir la situación.

Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/menos-ninos-mas-publica_1166825.html

Imagen: http://www.zetaestaticos.com/aragon/img/noticias/1/166/1166825_1.jpg

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Las matemáticas se convierten en uno de los retos de la educación.

Las estadísticas de la Consejería de Educación desvelan que los aprobados rondan el 80%. Los profesores consideran que es más necesario contextualizar que aprender contenidos.

Por: Pilar L Carmona.

Las matemáticas son uno de los pesos pesados de la etapa escolar, una verdadera montaña de cifras, signos y ecuaciones, que no siempre resulta sencilla de escalar para todos los niños y niñas por igual.

Así se desprende del informe Pisa correspondiente al año 2015, cuyos resultados en Andalucía han reflejado un incremento de dos puntos en comprensión lectura respecto a la puntuación obtenida en la evaluación de 2012, mientras que en matemáticas y ciencias se ha producido una bajada de 6 y 13 puntos, respectivamente. En una escala de 500 puntos, Andalucía alcanza la puntuación de 466 puntos en matemáticas, una cifra que en todo el país, tan solo supera canarias, dejando a los niños y niñas andaluces en la penúltima posición con respecto a esta materia.

La Consejería de Educación ha recibido con sorpresa los resultados obtenidos. No obstante, ha advertido que para la muestra de estudio de evaluación del alumnado andaluz, la OCDE ha seleccionado 54 centros con el índice socio económico más bajo de todos los que han participado en el informe.

Por su parte, Francisco España, asesor en el ámbito Científico-Tecnológico del CEP de Córdoba, defiende que, a pesar de no ser un buen resultado, no es sorprendente «si se comparan el tipo de preguntas que se formulan en el Pisa con el enfoque que le damos a las matemáticas en nuestros centros», argumentando que en los centros escolares cordobeses se centran el dominio de contenidos, mientras que el informe Pisa se enfoca más a preguntas conceptuales contextualizadas.

Carmen Galán, profesora de matemáticas en el IES Averroes, considera que para cambiar esta situación es necesario una disminución del ratio en las clases, contar con más profesorado de apoyo y más eficiencia a la hora de gestionar los recursos. Por su parte, Francisco España considera fundamental cambiar el enfoque actual potenciando la estadística y la probabilidad, «básicas para entender la sociedad y el mundo en que vivimos», además de trabajar y valorar la reflexión, el razonamiento, la investigación y el análisis de resultados por encima del conocimiento de un contenido concreto.

Tanto Galán como España coinciden en que uno de los factores más importantes que provoca el rechazo hacia esta asignatura es su carácter continuista, que provoca que si no se asientan bien los conceptos de cada nivel, las dificultades se van acentuando cada vez más. Así, también destaca el nivel de abstracción, que hace que los chicos y chicas no le vean un reflejo directo en su experiencia, o la densidad de contenidos que se trabajan y la profundidad con la que se hacen, temarios que en opinión de Carmen Galán «son inabarcables en muchos cursos. El nuevo temario de 2º de Bachillerato es sencillamente imposible. Además, se han hecho sin contar con la opinión del profesorado de matemáticas».

DATOS// En las estadísticas de resultados académicos de la Consejería, cuyo último estudio corresponde al curso 2013-2014, se observa que el porcentaje de aprobados en Córdoba en Primaria no baja del 84%, mientras que en educación Secundaria es el 70,24% en 1ºESO, el 75,04% en 2ºESO, el 81,96% en 3ºESO y el 84,84% en 4ºESO. En Bachillerato los resultados no son muy distintos. De los seis niveles, en los más altos de cada etapa, se supera el 80% de aprobados.

Fuente: http://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/matematicas-convierten-uno-retos-educacion_1106240.html

Imagen: http://zetaestaticos.com/cordoba/img/noticias/1/106/1106240_1.jpg

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Entrevista: Si tu hijo te dice que no quiere ir al colegio, ¡escúchale!

El candidato al llamado Nobel de los profesores revela la receta del éxito de siete escuelas que están revolucionando el sistema educativo español.

Europa/España/13.12.2016/Autor y Fuente:http://www.lavanguardia.com/

Tras convertirse en todo un referente en su profesión con la publicación del libro La Nueva Educación y la obtención de varias distinciones, el maestro zaragozano César Bona (Ainzón, 1972) ha visitado siete escuelas que están revolucionando el panorama educativo español. En estos centros, adscritos a un proyecto pionero dirigido por la Fundación Ashoka, lo más importante no es que los alumnos aprueben, sino escucharlos, motivarlos y formarlos para que sean personas socialmente responsables. En algunos de ellos no hay deberes ni exámenes; en otros, las materias nacen de las preguntas que formulan los propios niños, y tienen como común denominador el promover valores relacionados con el compromiso social en detrimento de la competitividad feroz que domina el mundo actual.

Con gran modestia, Bona asegura que no le gusta que le digan que es el mejor maestro de España, a pesar de que su labor le ha hecho merecedor de dos premios del Ministerio de Educación, quedó entre los cincuenta mejores profesores del planeta en el galardón internacional Global Teacher Prize –llamado Nobel de los profesores- y la mismísima Jane Goodall, primatóloga, Premio Príncipe de Asturias y Embajadora Mundial de la Paz, le pone como ejemplo de pedagogo fuera de serie.

Pero no todo son elogios. Los planteamientos del docente también han levantado ampollas entre algunos de sus colegas de profesión con una visión más convencional de la educación. Muestra de ello es el libro de Alberto Royo Contra la nueva educación. Pero a pesar de las críticas, César se mantiene firme en su compromiso por una educación mejor y más humana. También reconoce que “ha sido un regalo” este paréntesis que se ha tomado en su carrera como docente –está de excedencia desde 2015 de la escuela pública donde trabaja – con el objetivo de difundir cómo es el día a día en los centros educativos que protagonizan su nuevo libro: Las escuelas que cambian el mundo. Porque una nueva educación no es un sueño, es una realidad.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa como alumno?

Supongo que los mismos que tienen los lectores que nos leerán: el ir a la escuela, tener que leer un libro de texto y, luego, soltarlo en un examen, olvidarte e ir al siguiente tema; lo que sigue sucediendo ahora años después. Y, claro, las cosas van cambiando en todos los ámbitos de la vida y la educación no debería ser diferente.

¿Cuál es el fallo de la educación convencional?

Nos tenemos que dar cuenta de que somos seres sociales, pero seguimos educando a seres individuales. Es necesario que el conocimiento ya no parta solo del maestro, sino que sea un factor compartido y no sea usado exclusivamente de forma individual.

¿Qué carencias educativas arrastramos la generación EGB?

Sobre todo sociales. Si echas la vista atrás, ¿qué importancia se le daba a las relaciones humanas en la escuela en la que nosotros vivimos?¿O qué cultura ecológica se nos inculcó?¿Cuántas veces escuchamos cuando éramos niños que las diferencias entre nosotros enriquecen? Vida y Escuela han de ser indisolubles.

La actriz Anabel Alonso presentará el concurso 'Yo fui a EGB', que se estrenará el 21 de diciembre en TNT
La actriz Anabel Alonso presentará el concurso ‘Yo fui a EGB’, que se estrenará el 21 de diciembre en TNT (TNT)

¿En qué consiste el proyecto ‘changemarker’ al que están adscritas las escuelas en las que se basa su nuevo libro?

En escuchar a los niños, porque tienen mucho que aportar, invitarles a mirar a la sociedad donde viven e intentar mejorarla. Se trata de convertirles en agentes de cambio. Los alumnos de estos centros celebran asambleas, deciden qué colegio quieren. Y esto no significa que se suban a las barbas, sino que están más a gusto en un lugar donde pueden tomar decisiones, algo que nos sucede también a los adultos.

Usted critica que en el sistema imperante se escucha poco a los alumnos.

En realidad no es una crítica, es un hecho. Los niños y niñas en la escuela siguen recibiendo información que luego van a tener que repetir. La educación tiene que evolucionar: lo más importante para educar o enseñar es escuchar.

¿Qué diferencias hay entre los siete centros ‘changemarker’ de España?

No todos hacen lo mismo. Tenemos, por ejemplo, una escuela rural en Zaragoza –Alpartir, que tiene 39 alumnos- con una relación maravillosa con el pueblo que la acoge: los vecinos de la localidad entran en el colegio y los niños participan en el Ayuntamiento.

Interesante.

En el instituto de Sils (Gironès) y en la escuela Sadako (Barcelona) tienen muy en cuenta el compromiso social. En el colegio O Pelouro, de Galicia, conviven niños de distintas capacidades y no se tienen en cuenta las etiquetas. En el centro Padre Piquer, en Madrid, los chavales de secundaria, bachillerato y FP evalúan a los profesores -también su nivel de empatía-.

Se aprende lo que se siente

¿Qué otras singularidades de estas escuelas le han llamado más la atención?

En Amara Berri, en San Sebastián, los niños rigen sus propios medios de comunicación y comparten sus proyectos y trabajos con los demás compañeros y con la sociedad. Otro ejemplo es el curso de mediación de conflictos de segundo de ESO que imparte la escuela Sadako. En este colegio los mayores apadrinan a los pequeños creando una relación muy especial. Además, es maravilloso ver cómo proyectos que pueden durar semanas nacen de una pregunta sencilla de un niño.

¿Otras peculiaridades interesantes?

En Amara Berri no se les enseña a hacer operaciones de matemáticas para que luego las plasmen en un papel, sino que las aprenden a través del juego: van a su tienda donde hacen de tenderos, negocian, compran pescado, galletas… ¡Que es como realmente aprenden los niños! En La Biznaga (Málaga) deciden todo por consenso en asambleas y da gusto verles hablar.

Pero la escuela no es un juego.

Cuando la gente lea “aprenden jugando” pensarán que estos centros desvirtúan la educación, y es justo lo contrario: lo que nos sucede es que miramos a la infancia con ojos de adulto y se nos olvida cómo aprenden los niños.

¡Ilumíneme!

Deja un niño suelto y obsérvalo un rato y verás como siempre tiene la curiosidad a flor de piel. Tenemos que saber aprovechar la esencia de los niños -curiosos, creativos…- para sacar lo mejor de ellos.

Alumnas de una escuela de primaria escriben mensajes de despedida en la pizarra de su aula al finalizar las clases
Alumnas de una escuela de primaria escriben mensajes de despedida en la pizarra de su aula al finalizar las clases (Archivo LV)

¿Y memorizar?¿También es importante para la educación?

Sí y tenemos que saber estimular y usar la memoria, pero no podemos olvidar que se aprende también lo que se siente. Lo que sucede en nuestro sistema educativo es que se busca que los chicos den una respuesta que previamente les hemos dado. Ahí está la clave: si tú te implicas en el proceso, te quedas mejor con lo que aprendes.

¿Cómo se evalúa en estos centros?

Evaluar es importante en la vida: evaluamos constantemente cada día lo que hacemos, aprendemos de los errores, al igual que hacen los niños de estas escuelas, donde hay buenos resultados académicos y sociales, que es una parte no menos importante.

¿Pero hay exámenes?

En algunos sitios, sí; en otros, no. Pero en cualquier caso el aprendizaje sí existe.

Pero al acabar el instituto o en la universidad tendrán que pasar todos ellos exámenes.

Todos estos alumnos están preparados para la vida y para pasar pruebas porque es mucho más fácil volcar la información en un papel cuando sabes buscarla. La diferencia es que normalmente se enseña a decir: “Mira, tú tienes que estudiar esto para mañana y luego me vas a demostrar que te lo has aprendido”. A los dos días eso está olvidado. Pero aquí se les invita a investigar, a compartir con los compañeros, a debatir, y eso se queda dentro. Otra cosa es el tema de la reválida…

Decir que a la escuela se va a aprender y no a ser feliz es un error

¿Qué opina de la reválida que establece la Lomce?

La reválida es un viaje en el tiempo, pero hacia atrás. Si realmente piensan que poniendo más exámenes se va a conseguir mejorar la calidad educativa están cometiendo un error: miles de estudiantes se quedarán fuera del sistema educativo. Si pretenden eso, lo conseguirán.

Hace unos días usted fue recibido por el recién estrenado ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. ¿Le trasladó sus reticencias a la nueva ley?

Estuvimos hablando un rato. En cualquier caso, no creo que fuera nada trascendente.

¿Pero le mostró su incomodidad por la reválida?

Sí, como cualquier maestro…

Pero usted no es como cualquier maestro. El Ministerio de Educaciónse refiere a usted como “el mejor profesor de España”.

No, yo no me considero el mejor de España. Y esto como titular ni se te ocurra ponerlo porque no me considero así, porque hay muchos profesores que he conocido que son maravillosos. Fui allí como un maestro y le dije (al ministro): “Que sepas que cuando se marchó Wert, todos sentimos una mezcla de esperanza y de alivio”. A ver si escuchan a los maestros, a las familias y a los niños. Así empezaría a cambiar la cosa.

¿A favor o en contra de los deberes?

Estoy a favor de que los niños tengan tiempo para sí mismos, para incluso aburrirse. ¿Qué tiene de malo aburrirse? Los niños tienen derecho a disfrutar de su infancia y las familias, de sus hijos. Habrá niños que quizá necesiten algo de repaso, otros que solo necesiten investigar, pero si hubiere deberes, debería ser para que los niños investigaran o para completar lo que hacen en clase. No tienen la culpa de que el currículo sea largo. ¡No tienen que acabar en casa lo que no da tiempo de hacer en clase!

Los deberes en casa, a debate
Los deberes en casa, a debate (Getty Images/Catherine Delahaye)

De hecho, muchos padres se quejan de que no tienen fines de semana por culpa de los deberes.

La gente desea que llegue el viernes para tener tiempo libre, pero muchos niños no lo tienen. “¿Tenéis dos días? ¡Tomad caña!”. Pero lo que no veo bien es que se haga una huelga contra los deberes porque para mí es un error. Secundaría un diálogo, pero esta huelga, no. No es acertada. Ya estamos otra vez enfrentados: padres y maestros…

¿Qué piensa sobre las críticas que ha recibido su propuesta educativa, como la que plantea Alberto Royo en su libro ‘Contra la nueva educación’, donde acusa a su modelo de despreciar el conocimiento y la cultura y apostar por la felicidad ignorante?

Primero, le felicito por la tipografía de su libro porque es copia exacta del nuestro; segundo, decir que se desprecia la cultura y el conocimiento es no tener ni idea de educación, es tener los ojos cerrados, es querer vivir en una educación de hace 30 o 40 años; tercero, decir que a la escuela se va a aprender y no a ser feliz es un error; y cuarto, estar en contra de la evolución es una equivocación.

¿Ninguno de los antiguos dogmas del sistema educativo son útiles?

Hay cosas que se hacen hace 40 años que sirven perfectamente ahora. No hablo de innovación, sino de sentido común. Que los niños se sientan implicados en su propia educación, que se sientan escuchados y queridos. Una obviedad tremenda.

¿Qué se consigue con ello?

Que los niños y niñas tengan ganas de volver al día siguiente, dejarles con ganas de aprender. Ahí entra también el tema de los deberes, por supuesto. Si estás saturado con tu trabajo, es imposible que al día siguiente vayas contenta y con ganas. A los niños les sucede lo mismo. Es lógico.

Sí.

Seguramente hoy habrá miles de padres o madres que lleguen con su hijo a casa y le digan: “Ahora tienes que hacer extraescolar, deberes, no se cuánto más y, luego, a cenar y a dormir. ¡Y la infancia vuela! No tengo hijos pero cuando los tenga, disfrutaré de ellos: pondré la pausa y los llevaré al parque, a la biblioteca, a la librería y no sólo aprenderán, también vivirán.

Y si mi hijo por la mañana me dice: ‘¡Mamá, no quiero ir al colegio, es que no quiero!, ¿qué es lo que falla?

¡Escúchale! y estate un buen rato hablando con ella. Pregúntale: “¿por qué?¿qué ocurre?”. Habla con la maestra o el maestro y dialoga todo lo que sea necesario. Al día siguiente tenéis que conseguir que el niño vuelva al colegio con ganas. La motivación por la escuela ya está en todos los niños, hay que saber cómo encontrarla.

Pasadas las Navidades, muchos padres empezarán a buscar escuela para el curso que viene, ¿qué les aconseja?

Antes los llevábamos en el colegio más cercano, ahora existe más interés en ver qué tipo de educación se ofrece en cada centro. Y esto significa que la gente está más preocupada por la educación de sus hijos. Hay padres que preferirán una educación más clásica y, otros, una educación que tenga en cuenta el compromiso social. Pero si yo tuviera que llevar a mi hijo a una escuela, sería un lugar donde participara en la sociedad, se le invitara a mirar su entorno e intentar cambiarlo y mantuviera intacta la curiosidad innata de los niños.

Fuente:

 http://www.lavanguardia.com/facebook-ia/20161128/412108186383/entrevista-cesar-bona.html

Imagen: http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/11/23/Recortada/img_rquelart_20161123-130136_imagenes_lv_propias_rquelart_cesar_bona-k4YE-U412108186383J9C-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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La preocupante realidad educativa.

Por: Cesar Calvar.

Estancada. Así está España en materia educativa, según corrobora el último informe PISA. El estudio de la OCDE que mide la eficacia de los sistemas formativos de más de 70 países a partir de pruebas realizadas a alumnos de 15 y 16 años en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, constata que llevamos quince años de viaje a ninguna parte a pesar de las tres reformas y contrarreformas legales impulsadas en ese período. O quizá por culpa de ellas.

Un año más, el informe dibuja un país incapaz de alcanzar los 500 puntos consensuados como la frontera que separa a los estados que salvan la cara de los que enrojecen de vergüenza cuando se publican los resultados. Se mire como se mire, en educación no tenemos consuelo posible, ni siquiera podemos decir aquello de menos mal que nos queda Portugal: nuestros vecinos estaban peor que nosotros cuando empezaron a participar en el estudio, pero desde entonces han registrado una espectacular mejora de treinta puntos y ya nos superan en las tres materias a examen. Aquí, seguimos repitiendo curso.

En estos tres lustros nuestros políticos han intentado dulcificar las malas notas con pretextos tan peregrinos como echar la culpa al creciente número de alumnos inmigrantes -una realidad que afecta por igual a todos los países desarrollados- o a la presencia de repetidores entre los examinados. Esta vez, sin embargo, hemos asistido a una sorprendente exhibición de triunfalismo del ministro de Educación, que consideró el resultado “muy satisfactorio” porque España, dijo, “rompe la brecha educativa y se sitúa por primera vez en la historia al nivel de los países más avanzados”.

Lo que no nos contó el ministro es que en realidad España sigue, con 493 puntos, anclada en sus niveles de siempre y si esta vez supera la media de la OCDE y se codea en el ranking con Estados Unidos, Francia, Rusia, Austria, Noruega o la República Checa no es por mérito propio sino porque la media de esos países ha empeorado. La autocomplacencia de Íñigo Méndez de Vigo me recuerda a la de un amigo mío cincuentón que cuando sale a ligar vuelve muy feliz porque la mayoría de los hombres que hace 30 años eran guapos y populares entre las chicas hoy están calvos, pesan más de cien kilos y no se comen una rosca. Y claro, cuando la calidad de la competencia baja el que ha mantenido el tipo aumenta sus posibilidades.

El informe PISA publicado el martes, en coincidencia con la también autocomplaciente fiesta de la Constitución, constata otras dos realidades preocupantes que los expertos deberán analizar para diseñar nuestro enésimo modelo educativo del futuro: por un lado, la brecha educativa que se ha abierto en España entre comunidades autónomas, equivalente a casi un curso y medio entre las que salen mejor y peor paradas. Por otro, que a nivel global hay una serie de países de Asia que ya nos superan a los europeos en la formación de las nuevas generaciones.

A escala doméstica me parece un error buscar el origen de la desigualdad educativa en el color político de los gobiernos autonómicos. Los resultados sugieren que las diferencias entre regiones tienen más que ver con la situación geográfica y la renta per cápita: salvo en el extraño caso del País Vasco, la actual brecha educativa interior es también una ruptura entre norte y sur, entre ricos y pobres. Consensuar un modelo de calidad que garantice una mayor equidad en la asignación de fondos para formar a todos nuestros jóvenes independientemente de donde residan es el principal desafío para un país que, a falta de riquezas naturales, tiene como principal recurso a su gente.

Y en relación con los campeones asiáticos, no se equivoquen: Singapur, Japón y Corea del Sur lideran ahora los índices, pero sus modelos educativos autoritarios y semiprivados, basados en jornadas interminables de diez y doce horas que agotan y roban la infancia a los niños, no son mejores que el sistema público deFinlandia, el gran referente europeo, donde los escolares van a clase cuatro horas al día, apenas hay deberes, la base del aprendizaje es lúdica, inclusiva, participativa y democrática, los profesores están bien formados y pagados, disponen de buenos medios y gozan de gran prestigio social. Ojo pues con lo que imitamos a la hora de reformar. No conviene caer en enfoques cortoplacistas que pueden retrotraernos a fórmulas pasadas y empeorar la vida de nuestros niños.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/opinion/cesar-calvar/preocupante-realidad-educativa/20161208183831307021.html

Imagen: http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/014/557/0014557566.jpg

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¿Qué hay de nuevo, PISA?

El sistema educativo en España no lograr corregir la penalización cada vez mayor de los alumnos vulnerables.

Por: Lucas Gortazar.

Como cada año, la OCDE ha publicado los datos de su informe PISA. Y como cada año, comienzan las interpretaciones de los datos, triunfalistas unas, derrotistas otras, simplificadoras de la realidad casi todas. Entre el ruido de las comparaciones con otros países, la lista del año pasado y las divergencias autonómicas, conviene dar un paso atrás y mirar los datos con detenimiento para verlos en perspectiva. Es cierto que los niños españoles aprenden en relación con la media de los países de la OCDE y que la mayoría de los jóvenes de 15 años adquieren las competencias mínimas para progresar en etapas posobligatorias, en la vida personal y la vida laboral. También, que dicha adquisición de competencias se produce de una forma equitativa en comparación con otros países.

Sin embargo, en un país con un paro juvenil desorbitado y un sistema laboral quedestruye las competencias de los trabajadores con contratos temporales, a muchos de esos jóvenes de 15 años, especialmente a aquellos que no adquieren estudios posobligatorios, les espera un futuro poco prometedor. Por esa razón, más allá de clasificaciones, los resultados de PISA deberían fomentar un debate sobre la educación, centrado en los elementos disfuncionales del sistema. Un debate que nos permita analizar las distintas etapas del ciclo educativo, las trabas de los jóvenes para progresar durante primaria y secundaria y los motivos que les llevan al fracaso escolar.

 

En este sentido, PISA nos ha contado muchas cosas que serán difíciles de encontrar en los grandes titulares. Por ejemplo, que cuando comparamos PISA con las mediciones de primaria como PIRLS, vemos que las diferencias que se observan en secundaria ya están presentes al final de primaria. Es decir, los alumnos que comienzan a rezagarse en primaria no consiguen remontar en secundaria. Es en primaria donde aparecen las brechas y las trabas al aprendizaje en el camino al abandono escolar, y es por tanto en los primeros años de la escuela donde deberíamos centrar nuestra atención.

El mejor reflejo de este problema es la repetición de curso, una medida muy extendida en nuestro sistema educativo, que afecta a más de un 30% de los jóvenes. La repetición es, además, un mecanismo poco efectivo y extremadamente caro; pero lo que es más importante, en el caso de nuestro país, es sumamente injusto. A igualdad de competencias de matemáticas y lectoescritura en PISA, un joven de 15 años de un grupo socioeconómico bajo tiene una probabilidad casi 6 veces más alta de repetir que ese mismo joven de un grupo socioeconómico alto. Esta brecha se ha disparado desde 2012, cuando la proporción era ya de 3 a 1. Esto implica que el sistema penaliza de forma cada vez más brutal a los más desfavorecidos en términos socioeconómicos, con independencia de su potencial de aprendizaje.

La investigación en educación nos dice que el factor que mejor predice el abandono temprano, nuestro mayor problema, es precisamente la repetición de curso. Esto es importante porque implica que, si las oportunidades de progresar y no abandonar están relacionadas con un mecanismo injusto, tenemos un sistema que refuerza las desigualdades. De hecho, cuando observamos cómo ha disminuido el abandono escolar temprano a lo largo de la crisis, vemos que se ha producido en todos los grupos socioeconómicos excepto en el último, el de los jóvenes del 20% más pobre, que siguen con tasas de abandono temprano por encima del 40%.

Existe una disonancia entre aprender y aprobar

Todo esto quiere decir que, en España, más allá de las listas PISA, existe una disonancia entre aprender y aprobar. Una disonancia que se traduce en la falta de mecanismos en la escuela para dotar de flexibilidad a cada alumno para progresar y avanzar en el aprendizaje a su ritmo, y que penaliza al mismo tiempo la equidad y la excelencia. Son carencias fundamentales, fruto de la excesiva regulación de la enseñanza a todos los niveles administrativos, la falta de apoyo al profesorado en cuestiones prácticas de la docencia o la difícil transición de los currículos hacia un enfoque multicompetencial. Unas carencias que se convierten en una grieta, especialmente para los más vulnerables, que nuestro sistema educativo no les permite sortear.

Es fundamental aprovechar la publicación de PISA para ir más allá de los grandes titulares, tanto triunfalistas como derrotistas. Más aún si tenemos en cuenta que cambios de menos de 8 o 10 puntos tienen más que ver con diferencias metodológicas que con impactos reales. Si somos capaces de hacer un análisis más profundo, deberíamos tratar de extraer una lección fundamental que PISA sí nos proporciona: existe una brecha educativa que penaliza cada vez más a los alumnos vulnerables, y que nuestro sistema educativo no consigue corregir. Si conseguimos reflexionar sobre esto para mejorar nuestro sistema educativo PISA habrá conseguido su propósito. Si por el contrario lo único que sirve es para lanzarnos puestos de clasificaciones unos a otros, un año más, habremos dejado pasar una excelente oportunidad

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/07/opinion/1481100851_420112.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/12/07/opinion/1481100851_420112_1481133873_noticia_normal_recorte1.jpg

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La Lomce: el fantasma educativo que recorre España.

Europa/España/06.12.2016/Autor y Fuente:http://www.laopiniondezamora.es/

Si alguna necesidad con vistas al futuro tiene la sociedad española es un pacto nacional para mejorar la educación para las futuras generaciones que se moverán en un mundo muy diferente al de sus padres y abuelos, marcado por la sociedad digital que se impone en todas las realidades de la vida; los alumnos actuales son los conocidos como los «millennials» nacidos en la era digital.

Sin embargo, la educación es un tema que no merece la atención de los políticos, que en sus debates televisivos apenas la nombran y si lo hacen es para imponer la escuela única, laica y pública intentando erradicar la libertad de los padres. Otro de los mantras que les obsesiona es el lugar de la asignatura de religión en la escuela. En eso emplean sus debates televisivos.

El estado actual de postración que vive la enseñanza pública es la herencia que ha dejado el PSOE en España. Todas las leyes educativas que han funcionado en España desde 1993 han sido las socialistas; nunca quisieron llegar a ningún pacto por la educación, ni ahora quieren porque pretenden imponer su proyecto educativo como sea y cueste lo que cueste a los españoles.

Nada más ganar las elecciones, en 1993 se dedicaron con todas sus fuerzas a controlar la educación, para utilizarla como adoctrinamiento. El tópico fue el de siempre: la igualdad y el progresismo que para ellos era una patente de corso para destrozar la enseñanza. La Lomce, que no era la maravilla de las maravillas, además que su cumplimiento ha sido retardado y/o bloqueado, pero supuso un intento al parecer imposible hasta ahora para mejorar la calidad de la enseñanza y fomentar la libertad de elección, porque los últimos responsables de la educación de los hijos son los padres no lo políticos: no es de extrañar que las posturas más conservadoras se opongan a ella y pongan todos los obstáculos posibles. Algunos políticos que viven, dicen ellos, de defender la enseñanza pública y mandan a sus vástagos a los colegios privados más caros tienen que explicar públicamente el porqué de esa elección.

La Lomce ha sido un simple pretexto para la movilización, la algarada callejera. Los institutos y las universidades son la fuente de donde salen los nuevos políticos sin más preparación que la demagogia y el populismo revanchista. Cualquier reforma por acabar con la postración educativa es atacada y rechazada por aquellos inmovilistas que se han parado en el tópico de escuela: única, pública, laica y no por la comunidad educativa sino por los que hacen de la educación su particular cuartel de invierno. Lo importante, según algunos, no es la excelencia, el esfuerzo serio y constante, el no pasar curso sin demostrar una suficiencia positiva. La enseñanza pública parece conformarse con exigir lo menos y promocionar como sea para dejar los años de la juventud paseando libros debajo del brazo.

Pero la educación pública no es un regalo del Gobierno de turno, sino que la pagan todos los españoles con sus impuestos, por eso no es gratis, sino muy cara cuando los resultados no son los adecuados. Se debe garantizar la igualdad de oportunidades a todos, especialmente a las rentas más bajas, pero eso no significa que se ocupe un puesto escolar durante años de forma negativa. Mientras todo esto se discute, España es el país de la UE donde más abandono escolar se da.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/opinion/2016/12/03/lomce-fantasma-educativo-recorre-espana/969525.html

Imagen: http://cadenaser.com/ser/imagenes/2016/10/26/album/1477483254_343729_1477483864_album_normal.jpg

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