Por: Jorge Ramírez.
Cuando se analizan los factores determinantes de la educación de calidad en Colombia; diversos estudios muestran que la formación docente y la inversión en educación son elementos detonantes de esta.
Los estudios muestran que existen otros factores asociados a la calidad como la gestión, la planeación y la evaluación integral de instituciones y de programas educativos, aplica para los casos de la gestión del conocimiento y de la información en distintos niveles: primario, secundario y universitario, con el fin de desarrollar contenidos curriculares y extracurriculares pertinentes y de excelencia académica que facilitan que los niños y los jóvenes tengan un desarrollo integral en sus vidas.
Valga decir que Norte de Santander tiene enormes retos en lograr que la educación dentro de su sistema sea de calidad.
Expongo los argumentos.
Teniendo en cuenta que colegios y universidades han adoptado sistemas de aseguramiento de la calidad en procesos administrativos y en el manejo de los recursos financieros, debe decirse que la educación de calidad no se resume exclusivamente a esto, esta forma unívoca de entender la calidad ha llevado a que el sistema educativo nortesantandereano haya avanzado más rápido en la adopción de “normas ISO de calidad” y en menor medida en educación de calidad en su contenido académico, científico y en innovación.
Por ejemplo en los niveles de educación inicial, primario y secundario existen pocos antecedentes en logros en aseguramiento de la calidad institucional.
Pese a que es función de las secretarias de educación. En tal sentido, los avances están enfocados en el diseño e implementación de planes de mejoramiento, sin ningún tipo de evaluación externa sobre su pertinencia, impactos o resultados.
Los resultados en aprendizajes en pruebas saber revelan que un pequeño grupo de colegios públicos y privados obtienen resultados superlativos. Mientras que la mayoría de los colegios alcanzan resultados muy regulares o deficientes (ICFES, 2018).
En el caso de la educación superior, ocurre algo parecido, Norte de Santander, cuenta con más de 280 programas universitarios y menos del 10% posee acreditación de calidad.
Mientras que una universidad ha logrado la acreditación institucional, como es el caso de la Universidad Libre a nivel multicampus; el resto se encuentran en proceso de autoevaluación con fines de acreditación, lo cual es un avance. Ahora en cuanto a la oferta posgradual solo un programa ofertado desde instituciones de educación superior de Norte de Santander posee acreditación de calidad (CNA, 2019).
Esto puede llevar a pensar a los políticos, a los hacedores de política regional, al sector educativo y al sector privado a repensar la política educativa y a vincular los aspectos relacionados con el fomento y el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en cuanto a su contenido estratégico: metas, objetivos, programas y proyectos, así como en lo referente a la orientación y uso de los recursos disponibles del sistema general de regalías que deberían fortalecer los aspectos misionales de los colegios y las universidades. Esto implica que los rubros de inversión en calidad educativa, en formación docente y en investigación son un insumo de la política y no las metas mismas como suele ocurrir.
En consecuencia, los cuerpos colegiados del CUEE y del CODECTI de Norte de Santander no pueden ser solo espacios de contemplación para sus miembros, sino, cuerpos colegiados con capacidad para incidir en la toma decisiones que eviten el uso inadecuado de los recursos públicos. En breve, es hora de pensar en grande frente al desarrollo educativo y científico de la región, ojalá nunca más en el lucro de pocos.
Fuente del artículo: https://www.laopinion.com.co/columna-de-opinion/es-hora-de-pensar-en-grande-frente-al-desarrollo-educativo-y-cientifico-de-norte#OP