América del Sur/Venezuela/12.07.2016/Autor y Fuente:http://www.entornointeligente.com/
La propuesta de Proceso de Cambio Curricular en Educación Media (PCC) (noviembre, 2015) de llegar a concretarse sería una de las acciones más significativas en el ámbito de la educación secundaria venezolana de los últimos 35 años; medida necesaria por la obsolescencia del diseño curricular actual, hecho que se vincula con la violencia escolar, el ausentismo, la deserción y el limitado alcance de los procesos de enseñanza-aprendizaje, entre otros problemas que determinan los bajos niveles de calidad educativa del país.
Pero, partiendo del reconocimiento de la necesidad de un cambio curricular, es de valorar otros elementos que de no evaluarse racionalmente, erigirán las condiciones para que no se concreten y consoliden, los ambiciosos fines del Proceso de Cambio Curricular (PCC).
PRIMERO: el Proceso de Cambio Curricular (PCC), parte desde la tesis del Estado Docente, doctrina estalinista que es contradictoria en términos epistemológicos con un modelo democrático participativo, sobre el cual la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2009) pretende paradójicamente construir una revolución educativa; en la práctica lo que genera es una verticalidad asfixiante que cuarta los procesos de gestión en cada institución educativa, neutralizando los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en función de cumplir con el burocratismo del Ministerio del Poder Popular para la Educación convertidos en fines educativos.
SEGUNDO: el Proceso de Cambio Curricular (PCC), es una mera muestra de reformismo pequeño burgués, por el hecho de presentarse como un modelo educativo convencional, de naturaleza fordsista y mecanicista adornado y justificado con el lenguaje de la escuela nueva, la pedagogía critica, humanista y constructivista…, en este sentido el Proceso de Cambio Curricular (PCC) navega por un mar de incoherencia teórica, al no adoptar ninguna metodología propia de la «educación alternativa», por lo menos de forma experimental que le proporcione un contenido de ruptura con la educación tradicional.
TERCERO: el Proceso de Cambio Curricular (PCC), pretende ser implementado sin un eficiente proceso de formación de los docentes en nuevas teorías y prácticas que garanticen un docente investigador y emancipador, aun cuando los CLIFD y la Micromisión Simón Rodríguez, han hecho avances significativos, de hacerse en este momento, se implementara realmente con referentes y prácticas decimonónicas; condición esta, para un verdadero desastre educativo.
CUARTO: aunque se está haciendo un esfuerzo titánico por consultar y socializar la propuesta de cambio curricular, como un «documento pensado para el debate, la reflexión y la discusión», aun no existe un consenso político y social para implementar efectivamente un modelo diferente de educación media, algo difícil, quizás imposible de lograr en el contexto político venezolano actual.
QUINTO: a pesar del programa «Una gota de amor para mi escuela», la mayoría de las instituciones de educación media general, carecen de las condiciones de infraestructura, inmobiliario y equipamiento instrumental y material para realizar la ambiciosa propuesta de cambio curricular.
Finalmente se hace forzoso consolidar primeramente los Circuitos Educativos que aún carecen de una resolución que les de forma definitiva-, ya que sin una debida articulación entre los diversos niveles y modalidades educativas, así como con las organizaciones del poder popular y la familia, cualquier propuesta, estará condenada al fracaso y con ello el de la Revolución Bolivariana ; además los Circuitos Educativos, es la posibilidad de romper con el Estado Docente Representativo y construir un Estado Docente Participativo, desde el poder popular hacia arriba.
Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8677690/Proceso-de-cambio-curricaular-(PCC)-y-revolucion
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