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España: Un curso «frustrante» para la escuela pública, según apunta CSIF.

Europa/España/04.07.2017/Autor y Fuente: http://www.laopiniondezamora.es

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) califica de «muy frustrante y decepcionante» para la educación pública el curso 2016-2017 que acaba de finalizar y lamenta que las políticas de recortes del Gobierno, junto con la «precipitación y confusión» generada por la implantación de la Lomce ha dejado un curso «desmotivador para la educación pública, con una administración que ha preferido mirar para otro lado, en vez de abordar de una vez por todas los problemas de fondo del sistema educativo», califican. A este respecto, apuntan que el Gobierno «solo se ha limitado a imponer una mayor carga de trabajo y más presión a los docentes, que somos los que hemos cargado a la espalda con la responsabilidad de mantener la calidad educativa pública en Castilla y León».

A pesar de esta situación, el sindicato considera que los profesores han sabido seguir trabajando «para atenuar las presiones y el empeoramiento de las condiciones laborales, al tiempo que han exigido «hasta la extenuación» la recuperación de todo lo perdido, logrando, según este sindicato, «pocas cosas». Entre esos resultados destacan «la recuperación de la convocatoria de licencias por estudios para los docentes, la revisión de la normativa de itinerancias, la inclusión del francés como primera lengua extranjera en la EBAU y la posibilidad de que los interinos pidan las plazas concretas a las que podrán optar, es decir, pudiendo elegir el centro, la provincia, las horas lectivas o la temporalidad de la plaza», enumeran.

«La administración merece un suspenso muy bajo, al seguir parcheando una ley educativa que no cuenta con el apoyo ni de partidos políticos, ni de sindicatos ni de la comunidad educativa», finalizan.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/07/01/curso-frustrante-escuela-publica-apunta/1016810.html

Imagen: http://imagenes.lainformacion.com/2013/10/24/disturbios-conflictos-y-guerra/agitacion-civil/CSIF-LOMCE-Extremadura-educativos-CCAA_636847061_49135572_640x400.jpg

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Nueva resolución de la ONU insta a fortalecer el compromiso por la educación pública

ONU- CLADE/4 de julio de 2017/Autor: CLADE/Fuente: https://www.aler.org

La resolución reafirma la importancia de la educación pública así como la urgencia de abordar los impactos negativos de la comercialización de la educación.

Adoptada por consenso por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el pasado jueves 22 de junio, la resolución reconoce la importancia de la inversión en educación pública con el máximo de los recursos disponibles, y aumentar y mejorar el financiamiento interno y externo para la educación, como se estableció en Declaración de Incheon, así como de garantizar que las políticas y medidas en materia de educación sean compatibles con las normas y principios de derechos humanos, y de fortalecer el compromiso de todas las partes pertinentes para contribuir a la educación como bien público (párrafo 3).

Además, insta a todos los Estados a establecer un marco regulador para los proveedores de educación (ya sea que operen de manera independiente o en asociación con los Estados), con arreglo a las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, aludiendo a normas y estándares mínimos para la creación y el funcionamiento de servicios educativos, al abordaje de cualquier impacto negativo de la comercialización de la educación, al fortalecimiento del acceso a recursos apropiados y a  la reparación de las víctimas de violaciones del derecho a la educación (párrafo 2.e).

Asimismo,  exhorta a todos los Estados a que regulen y supervisen a los proveedores de educación, responsabilizando a aquellos cuyas prácticas tienen un impacto negativo en el disfrute del derecho a la educación, así como apoyar actividades de investigación y sensibilización para comprender mejor el amplio impacto de la comercialización de la educación sobre el disfrute de este derecho (Párrafo 4).

Para conocer más sobre esta resolución, pueden encontrar en adjunto el comunicado de prensa firmado o acceder al texto del mismo en línea aquí.

El texto completo de la Resolución A/HRC/35/L.2 del Consejo de Derechos Humanos sobre el derecho a la educación pueden encontrarla aquí.

Fuente de la Noticia:

https://www.aler.org/index.php/node/2054

 

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Anuncia SEP, 98% de participación en evaluación docente

México/4 de julio de 2017/Autor: Erick Juárez Pineda/Fuente: http://www.educacionfutura.org

La Secretaría de Educación Pública (SEP) informa que, “en condiciones óptimas de normalidad, eficacia, transparencia y alta participación, se han venido realizando las evaluaciones de la Evaluación del Desempeño al término del segundo año, en Educación Básica y Media Superior en 305 sedes de aplicación de 29 entidades federativas.”

El 1 y 2 de julio se presentaron a la Evaluación del Desempeño al término del segundo año en Educación Básica y Media Superior 43 mil 259 de los 44 mil 111 programados, lo que representa el 98 por ciento de participación.

En la Evaluación de Desempeño al término del segundo año en Educación Básica se programaron 43 mil 562, y se presentaron 42 mil 739, es decir el 98 por cierto. En Educación Media Superior se evaluaron 520 de los 549 programados, equivalente al 95 por ciento.

En el caso de Oaxaca, mil 467 maestros se evaluaron, lo que, sumados a quienes participaron el 27 y 28 de mayo pasados, representan 2 mil 591 sustentantes en evaluación del desempeño, una cifra inédita en ese estado, y la SEP seguirá avanzando en las evaluaciones de los maestros de dicha entidad que por diversas razones no habían podido presentarla.

En el caso de Chiapas participó la totalidad de los 22 docentes programas, y la evaluación continuará el próximo fin de semana.

Las 29 entidades federativas reportan una asistencia del 90 por ciento o mayor.

Adicionalmente, se llevó a cabo la Evaluación del Desempeño en Educación Básica y Media Superior en 26 entidades federativas con el 44 por ciento de participación; fueron evaluados mil 639 de 3 mil 729 programados. En Educación Básica participaron mil 601 de los 3 mil 654 contemplados, lo que equivale al 44 por ciento. En cuanto a Educación Media Superior, la participación fue de 51 por ciento, se programaron 75 y se evaluaron 38.

Con estas acciones, la Secretaría de Educación Pública y las entidades federativas avanzan con paso firme contribuyendo con ello a la calidad educativa de nuestros niños y jóvenes del Sistema Educativo Nacional.

Fuente:

Anuncia SEP, 98% de participación en evaluación docente

 

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La educación pública bajo ataque privatizador

Por:  Mercedes Martínez Padilla

La implantación del modelo charter para privatizar la administración de los planteles es un ataque al corazón de la escuela pública. Si el magisterio, las comunidades escolares y el País no la defendemos, perderemos importantes derechos y seguirán desmantelando el sistema educativo.

La Secretaria de Educación, Julia Keleher, anunció a principio de semana que uno de los cambios que se está ponderando es establecer escuelas chárter, un modelo que permite que entidades privadas administren planteles del sistema público. Un 10% de las escuelas adoptarán este sistema, si la funcionaria logra imponer sus planes. Eso significaría la privatización de más de 100 planteles.

Las expresiones de la Secretaria Keleher coinciden con la presentación de una resolución por el representante Jorge Navarro, que busca privatizar las escuelas públicas, copiando el modelo de escuelas chárter. Se dan justo cuando se discute en el Senado el Proyecto 563, presentado por el senador Abel Nazario, que permitiría reclasificar a los maestros en otras categorías distintas a las que ocupan al presente.

La implantación de las chárter significará para los maestros la pérdida de derechos laborales como las permanencias, las vacaciones, licencias de enfermedad, retiro y otros. En las escuelas chárter el maestro dejaría de ser empleado del Departamento de Educación para pasar a manos de un patrono o entidad privada.

Las escuelas chárter son planteles públicos que se le entregan a empresas privadas para que las operen y obtengan ganancias. Esto puede incluir las empresas «sin fines de lucro» que canalizan las ganancias por medio de altos sueldos y beneficios para sus ejecutivos.

El currículo de las escuelas chárter no estaría enteramente fiscalizado por el Departamento de Educación, lo que permite que sus directivos establezcan cursos sin fundamento académico.

Ese modelo privatizador permitiría la entrada al negocio de la educación en Puerto Rico de grandes empresas que viven de los fondos públicos administrando escuelas. Reciben dinero del gobierno principalmente a base de la cantidad de estudiantes, lo que explica que la Secretaria Keleher haya estado cerrando escuelas excelentes pero que no se prestan a ser privatizadas. Las escuelas chárter prefieren establecerse en planteles urbanos con muchos estudiantes.

Estudios afirman que la privatización mediante las chárter no ha demostrado ser efectiva en Estados Unidos, donde comenzó en la década de 1990. En el 2009 ya había unas 5,000 chárter sirviendo a más de 1.5 millones de estudiantes en 40 estados y en el distrito de Columbia, cifra equivalente a aproximadamente el 3% de todos los estudiantes en el sistema público de enseñanza norteamericano.

La tendencia en estas escuelas ha sido la de un incremento constante en el presupuesto que reclaman del gobierno. Estas escuelas han significado en Estados Unidos eventos de corrupción, fraude y malversación de fondos. A su vez, en ellas es muy marcada las diferencias de calidad de acuerdo a los sectores sociales a que sirven.

Con las escuelas chárter los maestros pasarían a ser empleados de las compañías privatizadoras, con condiciones de trabajo inferiores y sin los derechos adquiridos por el magisterio en su lucha. Las permanencias pasarían a la historia y seríamos todos y todas empleados por contrato. El lucro sería el norte de estas empresas.

El llamado es a resistir esta medida y detener la privatización. Nos han arrebatado muchos derechos y vienes por más. No nos dejaremos. Realizaremos asambleas y reuniones en el mes de julio con los docentes para diseñar los planes de lucha contra la privatización.

Hemos vencido la privatización en el pasado y la venceremos otra vez. Enfrentaremos las medidas ilegítimas del patrono. Defenderemos con uñas y dientes la escuela pública, nuestros derechos laborales y la educación de los niños y niñas.

Fuente: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/laeducacionpublicabajoataqueprivatizador-columna-2331171/

 

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Argentina: Frazadazo y banderazo por la educación pública

Argentina/03 de Julio de 2017/Diario Z

Este viernes, Ademys marchó al Ministerio de Educación porteño para reclamar por salarios, rechazar los descuentos por los días de paro y exigir condiciones dignas de trabajo.

La convocatoria fue a las 18 en el Obelisco, para después marchar hasta el Ministerio de Educación porteño, en Paseo Colón 255. “En contra de las políticas de ajuste que vienen a vaciar la educación pública”, dicen desde Ademys. “Por escuelas públicas en condiciones donde los techos no se caigan y nuestros pibes no pasen frío”, exigen y reclaman un 40 por ciento de aumento sin cuotas ni cifras en negro y la devolución de los días de paro descontados.

Hace ya casi un mes el sindicato docente Ademys relevó más de cincuenta establecimientos educativos de todos los niveles –desde jardín de infantes hasta terciarios- que siguen sin calefacción, agua y/o luz, cuando no sucede todo junto. Cuando el gas no está cortado, en muchas escuelas las estufas no funcionan o las calderas están rotas desde hace años.

El miércoles 7 de junio, Ademys presentó una nota con el relevamiento al ministerio de educación porteño y demandaron que se garanticen las “condiciones materiales necesarias” en las escuelas para “desarrollar las actividades en condiciones normales”. La respuesta desde la cartera que dirige Sol Acuña fue el silencio.

“L@s docentes estamos sufriendo, al igual que todos los trabajadores, un ajuste sobre nuestro salario con la imposición de techos salariales que están muy lejos de las cifras de inflación creciente y acumulada. En la Ciudad de Buenos Aires el gobierno convocó a dos reuniones paritarias con ofertas irrisorias y la última convocatoria ya cumplió 100 días”, dicen desde Ademys en un comunicado y convocan a un “frazadazo y banderazo por la educación pública”.

Fuente: http://www.diarioz.com.ar/#!/nota/frazadazo-y-banderazo-por-la-educacion-publica-57348/

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Más allá de la defensa: a reconstruir y expandir la educación pública

Por:  José Migue Sanhueza y Fernando Carvallo

Hace algunos días se ha dado finalmente a conocer el Proyecto de Ley de Universidades del Estado. La iniciativa se encontraba pendiente luego de haber sido separada de la propuesta original de Ley de Educación Superior, con el fin de “agilizar” la tramitación de esta última. Esto ha provocado gran expectación e incertidumbre entre estudiantes, académicos y trabajadores respecto al contenido que tendría este proyecto, que en teoría debería responder a la preocupación por el rol de la educación pública en la reforma al sistema de educación superior.

Lamentablemente, como desarrollaremos a continuación (y con mayor detalle en un reciente Documento de Trabajo), este Proyecto resulta insuficiente, y en varios aspectos derechamente regresivo, para la posibilidad de una nueva educación superior que esté basada en la educación pública y la tenga como eje rector y mayoritario del sistema. Más bien, lo que hace es ratificar las orientaciones centrales de una reforma que termina consolidando la organización de mercado del sistema: regulando algunos de sus excesos e imperfecciones, y proponiendo un mecanismo para pagar la cuenta de dicho mercado.

Universidades para un Estado Subsidiario

La modernización neoliberal en la educación superior chilena sentó las bases de un sistema con escasos símiles a nivel mundial. Este sistema se instaló como respuesta al inconcluso proceso de “Reforma Universitaria” de los años 60 y 70. Mientras que en esta primera gran masificación de la educación superior la educación pública fue la centralidad, el proceso posterior puso como eje central la provisión privada de educación, donde instituciones que persiguen fines lucrativos (legal o fácticamente) recibirían recursos públicos para operar y competir de igual a igual con las instituciones públicas.

Las señales que entrega el Proyecto de Ley de Universidades del Estado resultan preocupantes para las perspectivas de una genuina desmercantilización del sistema. Si hasta ahora la Ley de Educación Superior se ha concentrado esencialmente en cómo controlar los excesos del mercado y en cuán rápido el Estado pagará la cuenta de éste, aquello es complementado con un proyecto de Ley de Universidades Estatales que construye un modelo de organización y de financiamiento de estas instituciones a la medida de un sistema de mercado.

Para hacer esto posible, la modernización neoliberal tuvo dos aspectos cruciales. Por un lado, la promoción de la entrada masiva de actores privados, eliminando barreras de entrada y creando mecanismos de financiamiento que incentivaran la competencia entre instituciones. Y por otro, la atomización de las instituciones públicas previamente existentes, convirtiéndolas en entidades de menor escala que pudieran y debieran competir por estudiantes y proyectos con los nuevos planteles privados. Aquello por cierto no significaba un Estado ausente, sino uno presente con un rol distinto, un rol “subsidiario”: financiar fundamentalmente a los estudiantes (o competitivamente a las instituciones) y establecer regulaciones generales al conjunto del sistema.

Los fundamentos de la modernización neoliberal, en lo esencial, no se han visto alterados tras el “retorno a la democracia”. Los gobiernos concertacionistas -en general- asumieron como propia la crítica neoliberal al viejo sistema universitario y la necesidad de proyectar los componentes modernizantes de la reforma dictatorial. Así, concibieron un rol del Estado enmarcado estrictamente dentro de la concepción subsidiaria: financiar, regular, certificar y orientar la acción de los privados. “Guiar al mercado”, en palabras de José Joaquín Brunner.

En virtud de lo anterior, para poder evaluar desde las fuerzas de cambio este Proyecto de Ley sobre Universidades Estatales se debe tomar como criterio fundamental si se mantiene la profundización del mercado por medio de un Estado Subsidiario, ajustandolo y perfeccionándolo; o si, por el contrario, se adopta una dirección distinta. Lamentablemente este proyecto, así como su articulación con la Ley de Educación Superior actualmente en discusión, perfilan la primera de ambas situaciones, lo que se ve expresada tanto en el perfil de la institución estatal que se busca construir, como en razón de la orientación general del sistema que se da por sentada sin mayor cuestionamiento.

Matrícula y financiamiento: Ambigüedad y ausencia de horizonte

Como fue señalado, las reformas dictatoriales, su continuidad y profundizaciones posteriores, han traído como resultado una educación superior hegemónicamente privada, cara, segregada, lucrativa y de baja calidad, donde la matrícula pública bordea el 16%, a diferencia del 60% que promediaban los países de la OCDE al año 2015. El actual proyecto ya desde su diagnóstico está lejos de plantear un horizonte distinto. Si bien se habla de recuperar y explicitar el rol del Estado por medio del fomento a la excelencia de sus Universidades, no se desarrolla, y menos aún se conflictúa, el estado actual de estas instituciones, ni la disminución progresiva en su participación en la matrícula, al mismo tiempo que se les obliga a negociar y competir por recursos.

Asimismo, el proyecto adolece de una visión global de qué se entiende por “educación pública”, concepto que incluso está ausente de todo el mensaje y articulado. Expresión clara de esta carencia es la reducción del Proyecto sólo a las actuales Universidades del Estado, excluyendo así de la “Red Pública” tanto a los Centros de Formación Técnica que el propio Gobierno ha buscado implementar, como a las actuales instituciones laicas del Consejo de Rectores (U. de Concepción, U. Austral de Chile, U. Técnica Federico Santa María), cuyo origen mismo responde a inquietudes locales de la época ante un Estado cuyo rol en la educación superior aún era muy incipiente, y cuyo quehacer siempre se ha entendido sometido a la deliberación democrática de la sociedad y en colaboración con la función pública.

Estas ausencias en el diagnóstico se ven reflejadas en el articulado. En lo referente a la matrícula, el Proyecto establece que las Universidades del Estado podrán crecer equilibradamente conforme a su Proyecto de Desarrollo Institucional, y faculta al MINEDUC a solicitar planes de ampliación de matrícula. Cabe reconocer como una conquista el que se abra explícitamente como posibilidad el crecimiento de la matrícula pública. Sin embargo, es un avance que aún se queda muy corto, al no establecer la opción de que sean las instituciones, coordinadamente, las que propongan estrategias de crecimiento, aspecto que sí estaba presente en minutas anteriores del proyecto. Esta limitante revela que no existe una decisión deliberada de revertir el carácter privado del sistema, sobre la base de la colaboración y articulación efectiva de las instituciones de educación superior pública.

Mucho más claro resulta lo anterior en lo que respecta al financiamiento. El proyecto establece como fuente de recursos permanentes el denominado “Convenio Marco” hoy existente, cuyo monto es definido en la Ley de Presupuestos de cada año. Esto abre un escenario de inestabilidad al sujetar los recursos de las instituciones a la negociación parlamentaria de cada año, primando las capacidades de lobby y las correlaciones de fuerza por sobre los intereses y las necesidades universitarias.

A su vez, se contempla un “Plan de Fortalecimiento” de 150 mil millones de pesos a 10 años. La cifra aparenta ser muy elevada, pero en promedio representa poco más de 830 millones anuales por institución: cerca del 0,1% del presupuesto de la U. de Chile, 1% de la U. de Tarapacá y 3% de la U. de Magallanes, por dar algunos ejemplos. Este Plan sería financiado a través de un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo y orientado a proyectos de mejoramiento focalizados, en la línea de lo que ha sido el Programa MECESUP.

De este modo, la lógica predominante del financiamiento a las Universidades Estatales no experimentará cambios significativos con este proyecto respecto a cómo ha funcionado durante las últimas décadas. El financiamiento a las instituciones sigue siendo un componente minoritario de los recursos fiscales que se desembolsan en educación superior, y, más aún, éste es asignado con mecanismos que obligan a las instituciones a competir en vez de colaborar.

Gobierno y condiciones laborales: Universidades para competir en el mercado

Si bien cabe destacar algunos aspectos en materia de desburocratización de la gestión de las universidades, en los hechos se configura un modelo de universidad estatal organizada para competir en el mercado. Esto se observa tanto en su sistema de Gobierno como en la relación que tienen con sus trabajadores.

En cuanto al gobierno de las instituciones, el proyecto establece como órgano rector una Junta Directiva (“Consejo Superior”) compuesta en forma mayoritaria por actores externos, junto a un Consejo Universitario de carácter consultivo, con una composición que puede ser triestamental, pero también puede no serlo, pues depende de cada institución. En los hechos, con esto se construye un modelo de gestión basado en la desconfianza a las comunidades, que atenta contra la indispensable autonomía para la docencia, la investigación, la creación artística y la vinculación con el medio, que es donde más se expresa la contribución de las universidades estatales al país. Más aún, este modelo de gobierno borra con el codo lo escrito a pulso por varias instituciones cuyas comunidades han emprendido significativos (y sin duda aún inacabados) esfuerzos por superar las formas de organización impuestas por los estatutos de la Dictadura.

Además, se establece una forma empresarial de relacionarse con los trabajadores de las universidades estatales. Si bien formalmente reconoce a sus funcionarios como empleados públicos, el proyecto legítima e incentiva la muy recurrente práctica de contratar funcionarios que desempeñan labores permanentes en calidad de “contrata”, empleo que por definición legal es transitorio, a través de la eliminación de los límites que establecen leyes generales para esta modalidad. A su vez, el articulado abre explícitamente la puerta a profundizar la proliferación de contrataciones bajo las normas del Código del Trabajo o derechamente a honorarios, bajo el pretexto de la “contratación de servicios específicos” que, en la práctica, frecuentemente terminan encubriendo funciones esenciales y/o permanentes de las instituciones.

La urgencia de reconstruir la Educación Superior Pública

En síntesis, las señales que entrega el Proyecto de Ley de Universidades del Estado resultan preocupantes para las perspectivas de una genuina desmercantilización del sistema. Si hasta ahora la Ley de Educación Superior se ha concentrado esencialmente en cómo controlar los excesos del mercado y en cuán rápido el Estado pagará la cuenta de éste, aquello es complementado con un proyecto de Ley de Universidades Estatales que construye un modelo de organización y de financiamiento de estas instituciones a la medida de un sistema de mercado.

Nos enfrentamos así a la posibilidad cierta de volver como país a replicar el mismo error cometido en educación escolar con la llamada “Ley de Inclusión”, construyendo una reforma incompleta, con efectos sistémicos contradictorios, y que, al no fortalecer de manera decidida la educación pública, termina finalmente favoreciendo la profundización de la hegemonía privada en la matrícula. Tanto si se aprueban ambos Proyectos tal como están, como también si es que se aprobase sólo el de Educación Superior y ninguna iniciativa sobre el sistema estatal, lo que se verá relegado una vez más será la educación pública y su futuro, en contraposición al sello que acompañó lo mejor de nuestra historia como país y que hizo posible el desarrollo del mundo moderno: una educación mixta con centralidad y mayoría de educación pública y laica.

Frente a esta realidad, existe hoy una profunda responsabilidad histórica de las comunidades de las instituciones estatales y de las fuerzas de cambio en general que va mucho más allá de la “defensa” de estas instituciones frente a los aspectos regresivos de las reformas propuestas. Por cierto que la defensa de la autonomía de las Universidades estatales y la demanda por un compromiso efectivo del Estado con ellas resulta fundamental. Sin embargo, y lamentablemente, mientras la educación superior pública eduque a menos del 20% de los estudiantes, su sola defensa siempre resultará una reivindicación insuficiente a la hora de apelar al conjunto de la sociedad chilena. A lo largo de toda nuestra historia reciente, el sólo “defender” a una educación pública cada vez más minoritaria en un contexto de creciente hegemonía privada, ha demostrado reiteradamente ser pan para hoy y hambre para mañana.

El gran desafío hoy es articularnos no solamente para defender a las Universidades del Estado, sino para ponerlas al servicio de una transformación profunda de nuestra educación superior, que recupere para la democracia y la soberanía de la sociedad un sistema que hoy está profundamente colonizado por el mercado. Todo ello mediante la construcción y expansión de una Red de Educación Superior Pública, que recoja en su seno lo mejor de nuestra tradición republicana, y se plantee como la alternativa masiva, democrática y de calidad que oriente al sistema de educación superior chileno en su conjunto. Hoy más que nunca, la mejor defensa de la educación pública es convertirla en la alternativa de las mayorías de los jóvenes chilenos.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/06/28/mas-alla-de-la-defensa-a-reconstruir-y-expandir-la-educacion-publica/

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Los normalistas, la educación pública y México

Por: Francisco Lemus 

Una de las muy escasas oportunidades para salir de la marginación la representan las escuelas Normales rurales, que para muchas familias campesinas son la posibilidad de que sus hijos puedan aspirar a una vida mejor. Primero despojados de oportunidades en la marginación del campo, ahora en las aulas de clase gracias a las contrarreformas neoliberales.

La historia de las Normales rurales en México ha estado marcada por la lucha social, desde su nacimiento, con el proyecto de educación socialista, hasta el auge de las acciones guerrilleras en la década de los 70.

Esto las convierte en una amenaza viviente para el Estado que preferiría que los Normalistas se integraran a la apatía que caracteriza en este momento a la mayor parte de los estudiantes.

Pero aún en los momentos en que los estudiantes han buscado hacerse escuchar hay algo que distingue a los normalistas. El ejemplo más notable es el del movimiento #YoSoy132, al que bastó una acción represiva por parte del gobierno federal el 1º de diciembre de 2012 para desmovilizarlo y sumarlo a las luchas del pasado.

Una historia de lucha no se puede subestimar tan fácilmente, y a pesar de sus errores tácticos y estratégicos, hay que reconocer que los normalistas han tenido el temple de salir una y otra vez después de las acciones represivas del Estado, ya sea mediante el gobierno federal, estatal y a veces hasta municipal.

El gobierno federal sabe que tiene en ellos y en los profesores sindicalizados a sus adversarios más fuertes en su plan de llevar a cabo una contrarreforma que le ponga fin de una vez por todas a la idea de educación pública que México ha tenido hasta ahora, para entonces poder seguir con otros contrincantes menores en número y en organización: los estudiantes y profesores universitarios.

La educación pública y gratuita tenía un fin en la era del modelo de sustitución de importaciones, generar mano de obra capacitada para inversionistas nacionales o extranjeros, ahora que es más negocio vender servicios, se ha decretado que la educación, aún esa que genera obreros, debe ser un bien de mercado, y quien “se esfuerce” debe ser quien acceda a ella.

El normalista asume, hoy más que nunca, que para poder sobrevivir tendrá que enfrentarse al Estado para el que es un estorbo. No sólo reconoce que es el heredero de una lucha de casi 100 años, también reconoce que para el Estado sus padres y abuelos fueron instrumentos y ahora son estorbos, que si no luchan van a desaparecer no sólo figurativamente, también físicamente.

El problema es que el resto de la sociedad se niega a aceptar que si los normalistas desaparecen, y con ellos el modelo de educación pública, las repercusiones en el aumento del costo de la vida y los retrocesos en la vida democrática del país no se harán esperar, afectando a los sectores más precarios que, vale aclarar, son ya más del 60 por ciento de los mexicanos.

La retirada del Estado mexicano de sus obligaciones sociales sólo puede dar pie a pensar que prefiere tener un país cada vez más desfragmentado, con altos índices de pobreza y delincuencia, que empezar a reconstruir condiciones para un verdadero desarrollo nacional.

Fuente:  http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc25390

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