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Bajar la ratio y afianzar una educación inclusiva para “que nadie quede atrás”: la opinión de las familias y los estudiantes

Por: Katherine Gajardo Espinoza y Enrique Diez

A raíz de los debates y la confrontación de posiciones que supusieron buena parte de esas políticas educativas adoptadas durante el tiempo de confinamiento, decidimos realizar una investigación a partir de una encuesta a la que han respondido 3.400 familias y estudiantes de toda España durante los meses de marzo y abril de 2020. Queríamos saber la visión de una parte de la comunidad educativa que se suele tener en cuenta mucho menos de lo que sería necesario.

La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 obligó a la suspensión de la educación presencial en numerosos países, entre ellos España. Ante esta situación sobrevenida, las administraciones educativas establecieron una serie de medidas e instrucciones de cara a finalizar el curso actual y comenzar el siguiente curso escolar 2020-2021.

A raíz de los debates y la confrontación de posiciones que supusieron buena parte de esas políticas educativas adoptadas durante el tiempo de confinamiento, decidimos realizar una investigación a partir de una encuesta a la que han respondido 3.400 familias y estudiantes de toda España durante los meses de marzo y abril de 2020. Queríamos saber la visión de una parte de la comunidad educativa que se suele tener en cuenta mucho menos de lo que sería necesario.

Uno de los primeros resultados de esta investigación, titulada “Educar y Evaluar en tiempos de coronavirus”, muestra que se quiere un retorno a las clases para el próximo curso escolar, no en turnos alternos como se propone por algunas administraciones educativas, sino con más profesorado y menos alumnado por aula, para poder hacer una enseñanza más personalizada y atender a la diversidad, respetando además la distancia social mientras sigan los efectos de la crisis del coronavirus, pero recuperando la cercanía personal y la convivencia emocional.

Figura1. Nivel de acuerdo con la acepción “A partir del próximo curso escolar debería haber más profesores y profesoras y menos alumnos y alumnas por aula para resguardar la atención personalizada y respetar la diversidad”

De los resultados se extraen cinco ideas fundamentales: 1) la brecha digital se suma y amplifica la brecha social, aumentando la desigualdad en épocas de crisis; 2) las tecnologías, que han sido un aliado esencial en la crisis, no son una alternativa a la relación educativa presencial, pero son una herramienta cada vez más enriquecedora para apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje; 3) es necesario repensar el actual currículum enciclopédico para discriminar lo prescindible de lo imprescindible y priorizar los contenidos relevantes; 4) evaluar no es calificar, es entender cómo ha sido el proceso de aprendizaje para ayudar a cada alumno y alumna a seguir mejorando y al profesorado cómo apoyarles, y 5) es necesario que una de las prioridades educativas sea también “cuidar a las personas” y primar su bienestar integral, para “que nadie se quede atrás”.

La labor de compensación educativa que realiza la educación pública de forma presencial se ve radicalmente reducida y recortada en tiempos de confinamiento. A la brecha digital (familias sin recursos tecnológicos ni conexión: un 38% manifestaban tener dificultades para seguir el curso académico) se le suman otras muchas brechas que aumentan la desigualdad y amplifican la falta de oportunidades para los sectores más vulnerables: la brecha de las condiciones materiales y de espacios adecuados para trabajar en el hogar, la brecha de capital cultural y de formación del entorno familiar, la brecha económica de la precariedad o el paro o la brecha emocional que supone el impacto de la crisis y el estrés de todas sus consecuencias vividas en confinamiento. Muchas brechas que la escuela intentaba amortiguar y compensar presencialmente, pero que ahora se han visto multiplicadas en la soledad del confinamiento.

Una segunda conclusión es destacar el valor de la educación online como una herramienta complementaria a la educación presencial pero no sustitutoria de esta. El contacto, la relación directa, la comunicación, la interacción, la convivencia y la emoción son claves y esenciales en el proceso de enseñanza y aprendizaje en el periodo escolar de la vida. La fría interacción de una pantalla, nada tiene que ver con la calidez emocional de un encuentro. Sabiendo que la capacidad de autorregulación para mantener la motivación y ser constante en continuar una educación a distancia es reducida, sobre todo en estudiantes de menores edades, pues las evidencias muestran que incluso entre población más adulta menos del 5% de los inscritos completan los cursos online abiertos y masivos ofrecidos por Universidades como Harvard y el MIT.

Una tercera conclusión es la demanda (67,3%) de centrarse en los conocimientos necesarios y fundamentales, en esta situación excepcional, en vez de seguir avanzando en el temario. Esto nos puede llevar a replantear los actuales currículos enciclopédicos que la LOMCE y las editoriales han impuesto en la dinámica escolar y aprender a discriminar lo prescindible de lo imprescindible en los contenidos, priorizando aquellos realmente relevantes. Ya no solo en un momento de crisis, sino como replanteamiento general en la educación.

Una cuarta conclusión es apostar por una evaluación para el aprendizaje y la mejora. El 76% de las personas participantes rechazan el seguir haciendo exámenes sobre nueva materia durante el confinamiento y el 65,4% apoyan claramente un modelo de evaluación «continua, formativa e integradora» en positivo, es decir, donde se tenga en cuenta la valoración de los trimestres presenciales, o se valoren las tareas realizadas en confinamiento en todo caso para mejorar la nota (73%), no penalizando en cualquier caso al alumnado en esta situación tan anómala. Y se centre en el diagnóstico de las dificultades de cara a orientar la acción educativa y la atención a la diversidad de cara al inicio del curso siguiente.

Finalmente, los resultados apuestan claramente por iniciar el curso planificando medidas de apoyo y refuerzo (85%) a partir del diagnóstico de las dificultades que han tenido; que se desarrollen actividades dedicadas a abordar pedagógica y emocionalmente la situación vivida (89%) como también se resalta en otras investigaciones; así como una reducción del número de alumnado por clase y el aumento consiguiente de profesorado (81%: 76% completamente de acuerdo y 15% de acuerdo). Está claro, por tanto, que hay una abrumadora mayoría de familias y estudiantes que, frente a la intención del Ministerio de Educación y de las Comunidades Autónomas de un sistema mixto que combine la escolaridad presencial con la ‘online’, la comunidad educativa reclama más recursos para cambiar el modelo educativo con una orientación más comprehensiva e inclusiva.

Obligar a hacer la mitad del curso escolar en casa, además, supone dificultar la conciliación de las familias con su vida laboral, aumentar la tensión de convertir a las familias en tutores y orientadores escolares, sin tener formación ni recursos para ello, o no contribuir a paliar la brecha social y cultural que la escuela contribuye a compensar en cierta medida. Esto parece obedecer no a criterios pedagógicos, sino a prioridades economicistas derivadas del recorte de 9.000 millones de euros que los últimos gobiernos han aplicado a la educación.

Lo que refleja esta investigación, en definitiva, es que esta crisis sí puede ser una oportunidad si se decide, por fin, destinar los recursos públicos al bien común para poder desarrollar una educación personalizada presencial y cercana, atenta al desarrollo de cada estudiante, con retroalimentación constante y donde se puede atender a la diversidad de una forma realmente inclusiva, poniendo en marcha las medidas individualizadas necesarias nada más detectar las posibles dificultades de cada alumno o alumna.

La comunidad educativa pide a los responsables políticos que miren hacia el futuro y replanteen de una vez por todas el modelo de escolaridad “hacinada”, heredado de la época industrial, perpetuado con la única finalidad de concentrar y ahorrar costes en educación, en lo que siempre se debería haber concebido como una inversión.

Necesitamos políticas educativas que apuesten por plasmar presupuestariamente la viabilidad real de la educación inclusiva que proclaman en los discursos. Esto pasa por destinar en España el 7% del PIB a la educación pública e inclusiva, como llevan haciendo tanto tiempo los países más avanzados educativamente, para “que realmente nadie quede atrás”.

No se pueden seguir priorizando las razones económicas en vez de las educativas. Un plan de reconstrucción de este país necesita cambiar radicalmente de prioridades. Y la educación es el futuro de un país. No solo el presente, sino sobre todo el futuro.

Se puede ver la investigación completa publicada en:
https://hipatiapress.com/hpjournals/index.php/remie/article/view/5604

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/23/bajar-la-ratio-y-afianzar-una-educacion-inclusiva-para-que-nadie-quede-atras-la-opinion-de-las-familias-y-los-estudiantes/

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Regreso a clases

Por: Luis Hernández Navarro.

Gustavo de Hoyos es uno de los críticos más beligerantes de la derecha patronal en contra de Andrés Manuel López Obrador. “Estamos –dijo– ante un gobierno altamente destructivo de la inversión en el país”. El mandatario le respondió describiéndolo, no sin razón, como politiquero disfrazado de empresario y “traficante de influencias.

Está bien que tenga aspiraciones, pero que no use su representación, porque además afecta a los empresarios, le reviró el Presidente de la República en una mañanera al dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

A pesar de ello, el secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, se reunió virtualmente con la Comisión de Educación de la Coparmex, para explicarle lo que el gobierno está haciendo en el terreno de la enseñanza ante la pandemia.

En plena línea de continuidad con las prácticas de Aurelio Nuño en el sexenio pasado, Moctezuma anunció a los tiburones empresariales que, una vez que se regrese a clases, la SEP aplicará una evaluación diagnóstica para valorar los conocimientos que los alumnos adquirieron con el programa Aprende en Casa.

Satisfecho, Gustavo de Hoyos respondió con un mensaje en su cuenta de Twitter en el que informó sobre la presencia del secretario Moctezuma en su reunión y reconoció al gobierno federal por mantener el servicio educativo en la contingencia sanitaria, a través de programas como Aprende en Casa.

La presencia del secretario en el acto del sindicato patronal es muestra del enorme despiste y la interminable serie de pifias de la SEP para enfrentar la problemática del coronavirus. Aunque, según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el gobierno federal se preparó desde el 3 de enero para enfrentar la crisis, las autoridades educativas ni anticiparon ni elaboraron una estrategia para sortear el reto. De manera que, muchas de sus acciones –como ir a rendir cuentas a la Coparmex– han sido, por decir lo menos, fallidas.

El pasado 30 de abril, por ejemplo, fecha en que se celebra el Día del Niño, una actividad tradicionalmente organizada por la SEP, la ceremonia oficial corrió, en los hechos, a cargo del doctor López-Gatell. El evento puso en el centro las preocupaciones de niños y jóvenes ante la pandemia.

En contraste, en lugar de invitar a los niños a celebrar la efeméride a partir de la vida misma, las autoridades educativas mantuvieron la educación a distancia con un plan de estudios que nada tiene que ver con las angustias y los intereses de los estudiantes en este momento, y siguieron exigiendo a maestros enviar diariamente a sus jefes videos, fotografías, listas de asistencia, evidencias y reportes insensatos.

Evaluar los conocimientos que los alumnos han adquirido por medio de Aprende en Casa –como anunció el secretario Moctezuma a la Coparmex– es un absurdo. Porque, a pesar de lo que asegura la SEP en su boletín 114, el plan es un fracaso. No se puede exportar la educación de las aulas a los hogares. Son espacios distintos. Los padres de familia no son profesores. Hay, además, una enorme cantidad de estudiantes que no tiene acceso ni a las herramientas tecnológicas ni a la televisión para seguir los cursos. Peor aún, los contenidos que se trasmiten a través del televisor aportan muy poco a la comprensión de lo que los alumnos están viviendo.

Aprende en Casa es una gran cortina de humo para aparentar que, ante la pandemia, el sistema educativo sigue funcionando, cuando realmente está colapsado. Es una puesta en escena para controlar y vigilar al magisterio. Una demostración de poder de una burocracia que poco conoce la realidad escolar en el terreno.

Qué tan descolocada está la SEP ante la crisis sanitaria puede verse en la danza de las fechas que ha dado sobre el regreso a clases. Las autoridades educativas se comportan como si pudieran manejar el calendario del comportamiento del Covid-19 de la misma manera en la que administran un almanaque escolar. El anuncio de reanudar cursos el 1º de junio es tan improbable como cualquier otro. Tan es así que se acaba de informar que el pico de la pandemia culminará hasta el 20 de mayo.

Retornar a las aulas el 1º de junio será una absoluta irresponsabilidad. Es prácticamente imposible en un sistema escolar como el mexicano mantener la sana distancia e implementar medidas de higiene adecuadas. Los planteles llevan casi dos meses abandonados. Las aulas son reducidas, están sobresaturadas, su mobiliario es básicamente binario y tienen poca ventilación. En promedio, hay 28 alumnos por maestro (más en muchos centros escolares), más del doble de estudiantes que el promedio de los países desarrollados. Además, no hay personal filtro, ni gel, ni cubrebocas, ni Lysol y, en muchos casos, ni siquiera jabón. Más aún: 57 mil 500 escuelas no tienen acceso al agua de la red pública del Estado.

Según el doctor José Elizalde, jefe del Departamento de Neumología del Instituto Salvador Zubirán, el tema de las escuelas es preocupante. Hay un gran número de pacientes asintomáticos. Habría que seguir hasta el fin de año haciendo educación a distancia. Se puede decir más fuerte, pero no más claro. Hay que decretar el fin del ciclo escolar, elaborar programas de educación pertinentes para la cuarentena y a lo que sigue.

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2020/05/12/opinion/015a1pol

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Entrevista a Ana Carrillo: «Nos movilizamos en defensa de la educación pública». Ecuador

En la vigésima entrega de la serie, la docente universitaria y activista Ana Carrillo analiza los efectos de la pandemia enlazados a las recientes medidas económicas del gobierno centradas en la reducción del gasto público, incluido el recorte de 98 millones de dólares al presupuesto de la educación superior. Dice: «De manera sincrónica a la pandemia, nos han golpeado las medidas económicas». Afirma que los recortes al presupuesto educativo atentan no solo contra el derecho humano de los estudiantes a recibir una educación de calidad sino también contra los derechos laborales de los docentes.

Ana, ¿podría hablarnos de su trabajo como docente en una universidad pública de Guayaquil?

Soy docente de la Universidad de las Artes, donde trabajo en el Departamento Transversal de Teorías Críticas y Prácticas experimentales. Entre las diversas tareas que hacemos en este departamento, creo que la principal es abrir una ventana para fomentar el pensamiento crítico desde una perspectiva latinoamericana. Esto incluye la práctica de una academia cuyo conocimiento y método sean pertinentes, como un capital social que debe ser democratizado y plural, no sólo en el acceso a los resultados, sino también y tal vez sobre todo, en el proceso de construcción y de coproducción de ese conocimiento. En ese sentido tenemos una asignatura que articula a la Universidad con varias comunidades, barrios organizados, sindicatos, grupos culturales… y que nos permite reflexionar sobre las violencias, exclusiones e inequidades que se reproducen en torno a la educación y el sistema educativo. Al mismo tiempo este proceso nos permite transformar las miradas sobre las metodologías de aprendizaje y fortalecer los procesos organizativos, intelectuales de lo que llamamos cultura popular…

A dos meses de la crisis humanitaria sufrida por miles de guayaquileños que clamaban por ayuda al gobierno nacional y al municipal para dar atención médica o sepultura a sus seres queridos, ¿cómo evalúa la situación, particularmente en la comunidad universitaria?

Han sido días ciertamente difíciles en varios sentidos. En primer lugar, creo que los traumas emocionales sufridos por la ciudad no han terminado de entenderse, menos aún de procesarse. No ha habido el lugar para el luto, sólo se nos ha ordenado seguir produciendo en condiciones adversas. Si bien es cierto la pandemia tuvo un pico estremecedor, del cual creo que nos vamos olvidando para negarnos a entender todo lo que significan las escenas que vivimos en Guayaquil, también ha develado la perversidad del sistema y ha traído una serie de efectos que necesitan ser atendidos.

En el pico de la pandemia la comunidad universitaria sufrió mucho, los casos de compañeras y compañeros cuyos familiares se convirtieron en víctimas mortales de la enfermedad, los costos que significaba el tratamiento médico, la especulación y la incertidumbre reinaron. Esto golpeó y golpea aún fuertemente las maneras en que se produce el conocimiento, nuestras reflexiones y nuestro proyecto de vida, pero al mismo tiempo son momentos de mucha empatía y búsqueda de soluciones.

¿Qué tipo de acciones solidarias surgieron desde la comunidad educativa?

Un grupo de docentes, estudiantes y trabajadores nos organizamos para conformar una Red de Apoyo que tuvo varios objetivos: contrarrestar la imposibilidad de conseguir alimentación para algunas de nuestras estudiantes y sus familias, tener información actualizada sobre los lugares y los precios de las medicinas, facilitar el acceso a servicios de contención psicológica, generar espacios virtuales de cuidado mutuo, facilitar información actualizada sobre servicios de transporte y otros; y eventualmente ayuda económica para aquellas que habían perdido familiares o estaban afrontando ellos mismos la enfermedad pues los costos de esto se hicieron insostenibles. En el pico de la pandemia cualquier cosa se convirtió en difícil de conseguir. Con el tiempo estas necesidades han ido cambiando, ahora los estudiantes están migrando hacia sus ciudades de origen así que la red se enfoca en cubrir los gastos de alimentación de algunos -pues como sabemos el nivel de desempleo y la imposibilidad de estabilizar las economías familiares es abrumador-, y buscar soluciones logísticas para otros.

Ahora, de manera sincrónica a la pandemia, nos han golpeado las medidas económicas y la descomposición de la institucionalidad estatal, las amenazas a los derechos laborales y humanos en las que nos desenvolvemos. En ese sentido los recortes a los presupuestos universitarios y la incertidumbre en términos laborales alteran el funcionamiento normal de los docentes.

¿Cómo se está realizando la educación online en una universidad pública como la Universidad de las Artes? ¿Cuáles son los principales desafíos mientras dure esta modalidad?

Hay muchas dudas sobre cómo realizar la educación a distancia desde las universidades públicas. Si bien es cierto que se hicieron unos cursos rápidos de capacitación, la verdad es que no somos expertos en el tema. No hemos repensado principalmente la modificación de contenidos y metodologías de enseñanza, solo nos hemos concentrado en el dominio de plataformas digitales. Esto ha hecho que tratemos de cumplir con lo que hacíamos antes de la pandemia, estando en condiciones radicalmente diferentes. Creo que, en general, hay un problema sobre cómo concebimos la educación que se hace más evidente en esta temporada; por ejemplo, la homogeneidad de contenidos y la elaboración de “contenidos estables”, tan estables que no se repensaron durante esta pandemia. Es decir, pensamos que existe la obligatoriedad de saber determinados conocimientos en lugar de pensar de manera estratégica, situada y empática con las vivencias y que nos ayude a mirar la educación como un lugar para sobrellevar los evidentes problemas críticos que destapó la pandemia.

Hay varios desafíos, ¿qué significa estudiar tal o cual cosa mientras afuera el mundo ha cambiado de una manera radical?  Habría que repensar los contenidos educativos y las metodologías. Es difícil, por ejemplo, que los estudiantes asistan a clases sin poder afrontar el luto de las familias o solucionar los problemas económicos. Emocionalmente las clases son una solución, pues dan la idea de que el proyecto de vida continúa, sin embargo se evidencia la brecha y las iniquidades. Los que mejor están en el proceso educativo son los que mejores condiciones económicas y anímicas tienen. Aquellos que han sido golpeados por esta situación están en peores condiciones al igual que los que vienen de hogares empobrecidos históricamente; en ese sentido la brecha se hace más grande. Por otro lado, el teletrabajo o las actividades de la educación a distancia generan una intromisión en la vida privada de los docentes, los límites entre trabajo y no trabajo se vuelven difíciles de establecer. Esto significa un aumento en el tiempo -que rebasa las 40 horas semanales de trabajo, el estrés, entre otras. El caso más sensible es el de profesores/as o empleados/as que son cuidadores/as, comparten su horario de trabajo con la exigencia de la casa.  Más allá de la anécdota personal, esta circunstancia empobrece y precariza a poblaciones que de por sí ya están empobrecidas o precarizadas, por ejemplo, las mujeres jefas de hogar que comparten el teletrabajo con el cuidado de les hijes y la propia educación a distancia de estos niñes.

La brecha digital pone de manifiesto el lugar colonial de nuestros países; los servicios de internet colapsan pues no abastecen la demanda. Adicionalmente, los docentes estamos pagando costos/servicios que el empleador normalmente cubre y exponiéndonos de manera pública a ser espiados, pues todo nuestro material circula en redes, así como al ataque informático, que está tan de moda y que es de fácil acceso desde las plataformas que usamos.

¿Qué efectos tiene la crisis económica en los estudiantes?

La pandemia ayudó a destapar la inequidad del mundo en el que vivimos. La brecha económica de acceso diferenciado a derechos se refleja en la brecha digital. Algunos estudiantes están en la clara imposibilidad de acceder (en términos más reales que nunca) a un proceso educativo continuo. Hay momentos en que los estudiantes no siguen el hilo de la clase y las actividades porque el servicio de internet es malo o porque piden prestada la compu a la vecina, comparten los aparatos tecnológicos en la familia, etc

La pandemia ayudó a destapar la inequidad del mundo en que vivimos, una verdad que nos atraviesa, que no es lejana, que está dentro y fuera de nuestras vidas y que hemos naturalizado. La brecha económica de acceso diferenciado a derechos se refleja en la brecha digital. Algunos estudiantes están en la clara imposibilidad de acceder (en términos más reales que nunca) a un proceso educativo continuo. Es evidente, hay momentos en que los estudiantes no siguen el hilo de la clase y las actividades porque el servicio de internet es malo o porque piden prestada la compu a la vecina, comparten los aparatos tecnológicos en la familia, etc.

Las universidades públicas tenemos estudiantes de los quintiles más empobrecidos de la sociedad, en ese sentido la crisis económica que ha causado el gobierno central (los despidos masivos en el sector público y privado, la poca liquidez que existe en el país, retraso sistemático de los pagos en el sector público, disminución de la masa salarial en el privado, altas tasas de empleo informal o subempleo) se vuelca al sistema educativo. Los estudiantes ayudan económicamente en su hogar, en ocasiones son el sostén de sus familias, o son los repositorios de la tensión devenida de la precaria condición económica. Un tema que era ya importante para ellos y que se ha convertido en predominante ahora es pensar el futuro económico que deberán afrontar. La incertidumbre sobre el mercado de trabajo en los tiempos actuales se manifiesta en cada clase, a este respecto también hay que anotar que hay varias iniciativas que nacen en ellos para “emprender” soluciones en el campo de la cultura y la economía. Como docentes estamos comprometidos a apoyarlos.

Plantón del Foro Universitario por la Defensa a la Educación Superior (Guayaquil, del 25 de mayo de 2020)

¿Podría comentarnos sobre la reacción de la comunidad de docentes y estudiantes el recorte de 98 millones de dólares que quiere hacer el gobierno nacional en el presupuesto de la educación pública superior?

El recorte de 98 millones de dólares a las universidades públicas es parte de un proceso de precarización de la educación. Al respecto hemos participado en varias reacciones a nivel nacional de parte de profesores, rectores, estudiantes y trabajadores. Ante el recorte, nos hemos movilizado en defensa de la Educación pública, tanto por la vía jurídica presentando varias demandas por incumplimiento frente a la corte constitucional, así como la herramienta jurídica denominada Amicus Curiae. La idea es que las decisiones de facto del Ministerio de Finanzas contradicen e incumplen con la constitución de la república y lo estipulado en ella referente a la educación, la misma que es un sector prioritario en el cual es inadmisible, bajo ningún pretexto, reducir presupuestos. En este sentido las acciones tanto de la Asesec (Asamblea del Sistema de Educación Superior) como de algunas asociaciones docentes y algunos rectores han interpuesto las demandas frente a la corte. Otras federaciones de profesores como la FEPUPE (Federación de Profesores Universitarios y Politécnicos del Ecuador) han interpuesto también Amicus Curiae a fin de contribuir con pruebas que permitan determinar los fallos a favor de la protección del sistema universitario.

En la organización de estas iniciativas han estado presente con mucha fuerza los estudiantes pues entienden la importancia de acceder a los servicios públicos de educación superior, y que estos sean de calidad. En ese sentido creo que la comunidad universitaria se ha entendido como un todo en donde afectar a los profesores es afectar al estudiantado y viceversa.

Por otro lado, se han constituido algunos frentes de defensa de la educación en general y la educación superior en particular. En Guayaquil hemos conformado el Foro Universitario por la Defensa de la Educación Superior, por ejemplo.

Convocatoria de organizaciones sociales, Guayaquil, 25 de mayo de 2020. Foto cortesía de Mario Rodríguez Dávila.

¿Qué actividades ha impulsado el Foro Universitario por la Defensa de la Educación Superior y los otros frentes organizativos?

Estos frentes han organizado plantones, ruedas de prensa y conversatorios que permitan entender las afectaciones [recortes] en términos tangibles e intangibles del atentado contra la educación superior. A pesar de la pandemia y tomando las medidas de seguridad hemos impulsado los procesos de protesta en la calle. Esta medida -que resulta ser a veces controversial- debe ser vista como una medida a la que estamos obligados en medio de todas las injusticias que estamos sufriendo. Me parece importante pensar también por qué se nos permite ir a comprar, pero no se nos permite protestar en la calle. Ahí se evidencia un discurso contradictorio: la ciudadanía tiene sus derechos mientras consume, pero no cuando reclama para que sus derechos constitucionales sean restituidos.

Una de las cosas importantes es pensar que la asociatividad y la toma de conciencia son herramientas que han vuelto a tener sentido, después de un letargo intencionado de los procesos sindicalistas y asociativistas; las articulaciones gremiales entre estudiantes y docentes es básica. Han participado de estas iniciativas los trabajadores de las universidades, también amenazados por el recorte, y algunos actores de las universidades privadas o cofinanciadas.

El recorte del presupuesto educativo -que se hace básicamente afectando salarios del personal docente y administrativo- atenta contra los derechos laborales. Algo importante que ha destapado este hecho es la fragilidad de los contratos docentes, existen aproximadamente 16.000 contratos ocasionales en el sistema de educación superior, lo que hace inestable la relación laboral, y lo que los convierte en la primera fila de posibles víctimas de la disminución de estos presupuestos con el correlato en el traslado de la carga horaria y los estudiantes a los pocos que quedarían trabajando, atentando así contra la calidad de la educación y contra otros principios básicos establecidos en la normativa superior: educación centrada en la educación integral del ser humano, por ejemplo.

Convocatoria de organizaciones sociales, Guayaquil, 25 de mayo de 2020. Foto cortesía de Mario Rodríguez Dávila.

La Corte Constitucional dio lugar a las medidas cautelares en contra de los recortes presentadas por universidades y organizaciones sociales suspendiéndolos temporalmente, pero el gobierno persiste en seguir adelante. ¿Cuál es la situación en este momento?

Vivimos en la incertidumbre, por un lado la presión frente a la Corte Constitucional, que aún no llega a un fallo definitivo, y por el otro, las noticias a diario sobre la “flexibilización laboral” que no es otra cosa que un atraco a los derechos de los trabajadores en beneficio de las empresas y en detrimento de la calidad de vida. La mal llamada “Ley humanitaria” pretende unas transformaciones que dejan vulnerables a las/os trabajadoras/es, a esto se suman decretos que permiten la eliminación de nombramientos en las instituciones públicas, etc. Es decir, las/os profesoras/es, y a pesar de la autonomía universitaria, como trabajadoras/es del sector público estamos ejerciendo nuestras actividades en un ámbito de ataque a las garantías de estabilidad laboral y económica.

Además de nuestro salario, hay también un problema con los fondos que normalmente las universidades deberían invertir en procesos de investigación o vinculación, nuestras actividades están reducidas al mínimo posible que es la docencia y se está fomentando la cultura de una educación subsidiaria de procesos extranjeros, sumida en la falta de inversión en calidad, investigación y procesos de extensión o vinculación.

También se ha fomentado la opinión pública en contra de la docencia, desprestigiando la capacidad de gestión de las universidades y justificando la decadencia de lo público, atentando contra la dignidad de los usuarios del sistema.

Se podría decir que la escuela gratuita -como la Universidad de las Artes- es uno de los canales para redistribuir la riqueza del país formando a jóvenes que de otra manera no tendrían acceso a la educación. Sin embargo, desde el gobierno y desde la prensa se hacen críticas insidiosas contra la educación pública, ¿cree que ese intento de deslegitimarla ha logrado algún consenso en la población guayaquileña?

La educación pública es un proceso de redistribución de la riqueza en varios sentidos: además de ser parte de un proyecto de vida de las clases populares que ven en el estudio y la profesionalización una palanca para conseguir una mejor posición social, también está el hecho de que es una inversión para crear conocimiento -que se transforma en un tipo de capital especialmente ahora- y que puede por lo tanto generar debates, soluciones, representaciones que permitan considerar un futuro no dependiente de epistemologías hegemónicas.

Respondiendo a la pregunta en sí: estamos viviendo una contienda explícita por la opinión pública, lo que se dice en canales oficiales se desdice por facebook o por medios alternativos; la disputa por el consenso sobre la educación superior pública está también envuelta en esta trama. Me parece que pudo haber sido efectiva la campaña de deslegitimación; sin embargo, hay que considerar que hay una historia de derechos ganados, de fortalecimiento de la importancia de la educación y de una población nacional bastante numerosa que está vinculada a este sistema -aproximadamente más de 500.000 estudiantes y 32.000 docentes-,  para la cual no hay alternativa de vincularse a las universidades privadas, me refiero a profesores, estudiantes y trabajadores. Además de un ecosistema (alimentación, ventas informales, servicios, entretenimiento) que giran en torno al funcionamiento de este sistema… por lo que es poco probable que ese discurso [contra la educación pública] surta un efecto masivo… pero hay que estar atentos y contrarrestar esta información constantemente con datos y cifras reales…

La propaganda contra la educación pública, ¿ha sido una constante desde que ejerce la docencia o se ha intensificado en los últimos años? ¿Cómo?

Yo me gradué en la Universidad Central del Ecuador en el año 2002. Al respecto creo que los ecuatorianos podemos recordar la deficiencia de los sistemas públicos en general. En mi universidad no habían puertas en los baños, ni agua… habíamos naturalizado que así es lo público.. un sistema que en realidad vulnera el derecho a la dignidad. al respecto se pueden decir muchas cosas.. por ejemplo, que estos servicios públicos de mala calidad, sin soluciones, representan también las formas en que un Estado clasista y racista se manifiesta. Es cómo si por ser pobres nos mereciéramos una mala atención, una mala educación, etc. Eso cambió sustancialmente en la década del 2008 en adelante, un pensamiento diferente sobre el lugar del Estado es evidente…. aunque con muchas deficiencias claro, pero sí una transformación del papel del Estado y por lo tanto de una relación digna con la población materializada en las maneras en que brinda sus servicios. Por otro lado, está la discusión sobre la modernización del Estado, un viejo ideal para América Latina… Creo que en el pensamiento de algunas élites que llegan al poder se sigue pensando en brindar servicios malos que corresponden al lugar que «el pueblo» ocupa en sus preocupaciones y sistemas: el último. Hay muchos ejemplos de esto, el exalcalde de Guayaquil [Jaime Nebot] en una entrevista difundida en febrero de 2019 justificaba el hecho de que en la Metrovía -el sistema de transporte público de Guayaquil- las y los usuarias seamos transportadas con un alto índice de hacinamiento y que no tuviera aire acondicionado (con los 32-34 grados centígrados de temperatura promedio) , la entrevista comienza explicando que este tipo de buses: «están hechos en beneficio del pobre, para que el pobre llegue rápido a su casa».

Creo por ejemplo que hacia allá va esta campaña de desprestigio de lo público, justifica que un docente universitario gane poco, que las clases sean de mala calidad y multitudinarias, que usemos malos servicios, que nos olvidemos de una atención buena en salud, porque lo público está hecho para los pobres, y los pobres se merecen ser maltratados, o por lo menos no están en posibilidades de exigir buenos tratos, de calidad, de tener una buena vida. Es ciertamente un error pensar eso, pero es una noción construida. Al respecto es necesario pensar como estas costumbres transmitidas a través del Estado construyen la privatización del Estado o la construcción de la dignidad vinculada al poder económico… Los recortes a la educación que se ven reflejados en la disminución de sueldos de los profesores de educación básica y bachillerato, en el despido de profesores universitarios, en la extirpación de procesos de investigación precarizan la educación pública afectando su calidad.

A nivel personal, ¿cómo está viviendo esta crisis humanitaria?

Este ha sido un proceso intenso de aprendizaje, de repensar el sentido de algunas cosas, de entender lo prioritario. Vivo sola pero me ha sido importante mantener las redes de cercanía con mis seres queridos, a pesar de la distancia. Mi preocupación principal ha sido encontrarnos como sociedad en un momento de indolencia en donde nuestros derechos han sido vulnerados por completo… Me gustaría que en el regreso a la normalidad se logre aprovechar esta oportunidad para transformarnos y transformar nuestras relaciones…

He decidido usar de la manera más reducida posible los sistemas que nos oprimen: las grandes cadenas de consumo, los grandes sistemas de entretenimiento, los grandes bancos y los grandes medios de comunicación. Y en su lugar, fomentar los procesos asociativos y el pensamiento autónomo. Creo que hay varios lugares donde se deposita el poder y que debemos desarrollar nuestro pensamiento y prácticas críticas para confrontar la obscenidad de este sistema empobrecedor y embrutecedor.

Quisiera agregar que algunos de mis esfuerzos personales se han enfocado en ayudar a otros… Hay bastante desempleo, en mi familia por ejemplo, la mitad de los hermanos tenemos trabajo y la otra mitad, no. Esto nos afecta mucho a todos pues nos movemos en una ambiente de incertidumbre donde contemplamos la desesperación de los otros, de nuestros cercanos y lejanos. Así que la fortaleza de ánimo y saber trasmitir esta fortaleza también ha sido crucial.

«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentró el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.

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Los avances en la erradicación del trabajo infantil, en peligro por la pandemia

Redacción: Notimérica

UNICEF y OIT alertan de que incluso cuando las escuelas reabran muchos niños no volverán a clase y podrían empezar a trabajar.

En los últimos 20 años, la cifra de niños víctimas de trabajo infantil se ha reducido en 94 millones, un importante logro que podría revertirse como consecuencia de la crisis provocada a nivel mundial por la pandemia de COVID-19 y que podría empujar a millones de niños a tener que trabajar, según alertan el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ambas agencias han presentado un informe conjunto «COVID-19 y trabajo infantil: Un tiempo de crisis, un tiempo de actuar» con motivo de que el 12 de junio se celebra el día mundial contra esta práctica.

En él, alertan de que no solo la crisis por la pandemia podría obligar a empezar a trabajar a millones de niños sino que los que ya trabajan podrían tener que hacerlo durante más horas, o en peores condiciones. Muchos de ellos podrían verse obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad.

«Habida cuenta de las graves consecuencias de la pandemia en los ingresos de las familias, muchas de estas, al no tener apoyo alguno, podrían recurrir al trabajo infantil», previene el director general de la OIT, Guy Ryder. «La protección social es fundamental en épocas de crisis, puesto que permite brindar asistencia a los más vulnerables», sostiene.

En opinión del máximo responsable de la OIT, «tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y Derechos Humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental».

Según el informe conjunto, la COVID-19 podría causar un aumento de la pobreza y, por tanto, un incremento del trabajo infantil, ya que los hogares utilizan todos los medios disponibles para sobrevivir. Algunos estudios aseguran que un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza conlleva un aumento del 0,7 por ciento, o más, del trabajo infantil.

En este sentido, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, recuerda que «en tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias». «A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de los servicios sociales disminuye, más niños se ven empujados a trabajar», añade.

Por ello, sostiene que «cuando imaginamos el mundo después de la COVID-19, debemos asegurarnos de que los niños y sus familias disponen de las herramientas necesarias para afrontar tormentas similares en el futuro». «Una educación de calidad, servicios de protección social y mejores oportunidades económicas pueden cambiar las cosas», defiende la jefa de UNICEF.

De acuerdo con ambas agencias, los grupos de población vulnerables, en particular los que trabajan en el sector informal y los trabajadores migrantes, serán los que más padezcan los efectos de la recesión económica, el aumento de la informalidad y el desempleo, así como el empeoramiento general de la calidad de vida, las crisis sanitarias y las deficiencias de los sistemas de protección social, entre otras consecuencias adversas de la crisis.

Asimismo, subrayan que hay cada vez más pruebas de que el trabajo infantil está aumentando a medida que las escuelas cierran durante la pandemia. El cierre temporal de escuelas afecta actualmente a más de 1.000 millones de alumnos en más de 130 países. Incluso cuando se reanuden las clases, previenen, es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a la escuela

El resultado de ello podría ser más niños forzados a realizar trabajos peligrosos y en condiciones de explotación. Además, advierten, la desigualdad de género puede agudizarse, puesto que las niñas son particularmente vulnerables a la explotación en el sector agrícola y en el trabajo informal o doméstico.

El informe propone un conjunto de medidas encaminadas a paliar el riesgo de que aumente el trabajo infantil, entre ellas, ampliar la protección social, facilitar la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela sin costos de escolaridad, y disponer de más recursos para realizar inspecciones laborales y hacer cumplir la ley.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-coronavirus-avances-erradicacion-trabajo-infantil-peligro-pandemia-20200612020528.html

 

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DEPEX protesta contra los recortes educativos en Mérida y Cáceres

Europa/España/17/06/2020/Autor y fuente: elsaltodiario.com

El Movimiento por la Defensa de la Educación Pública Extremeña (DEPEX) se  concentró la mañana del día lunes en Cáceres y Mérida contra los recortes educativos anunciados por la Junta de Extremadura. En el ciclo de movilizaciones, las próximas convocatorias podrían ser la antesala de una gran Huelga General de la Educación prevista por los sindicatos, si nada cambia, para el mes de septiembre.

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Entrevista a Gino Ferri: “Conectar el proceso educativo a la vida es lo más necesario y lo que menos existe en la escuela”

Por:   Gessamí Forner

La gente busca respuestas, en vez de oportunidades para pensar, porque la escuela les ha criado así.

 

Gino Ferri cambió las aulas con niños por las aulas con maestros. Asesor de profesores en Catalunya y País Valencià, este pedagogo italiano insta a los profesionales de la educación a repensar el proceso educativo desde el conocimiento.

Ni Reggia Emilio, ni Montessori. Para el pedagogo y formador del profesorado Gino Ferri las etiquetas son una distracción que hacen perder la mirada donde realmente hay que ubicarla: en el contexto de los niños, en su barrio, en su ciudad, en sus relaciones con los demás. Desde ese aprendizaje, real y directo, debería fundamentarse la educación, siempre con el objetivo de que la educación pública es la única vía para “ofrecer a todos los miembros de una sociedad la oportunidad de desarrollarse a través de mayor número de ámbitos posibles de experiencia”. No cree en las escuelas libres, sino en la educación pública, y recuerda que “todo acto educativo público es político”.

En la adquisición temprana de lenguas se observa claramente que los niños solo pueden adquirir un idioma desde la relación activa con otra persona. Que de poco sirve ver en Youtube a Pepa Pig en ruso si Pepa Pig no le contesta. Creo que todo tu planteamiento pedagógico gira entorno a que las criaturas aprenden en relación.
Todo lo que tiene un contexto vivo de relación tiene sentido y forma parte de la experiencia de la persona, por eso dentro de una situación viva aprendes un conocimiento real. Décadas de cultura nos han ayudado a comprender la relación como base de la construcción no solo del aprendizaje, sino también de la propia identidad.

Pero desde la educación, la interacción entre el conocimiento es escaso y sigue obedeciendo a una relación vertical con escasa voluntad de experimentación.
Eso es lo que, en general, falta mucho en la escuela. El profesor Fernando Hernandez, de la Universitat de Barcelona, es el que más ha desarrollado la pedagogía de los afectos, en el que conectar el proceso educativo a la vida es lo más necesario e importante, y es lo que menos existe en la escuela.

¿El sistema educativo está enfermo?
Está muy enfermo, pero no los profesores. La mayoría de los profesionales que trabajan en el sistema educativo son el resultado del sistema educativo que han vivido directa o indirectamente. En ese sentido, podemos hablar de un sistema enfermo que después contagia a todos y eso es un gran problema.

Es inútil pretender aplicar realidades educativas distintas a países diferentes, por ello nunca hablo en España de Reggio Emilia

Formas a profesorado de la enseñanza pública de Catalunya y País Valencià en la experiencia con la escuela Reggio Emilia de Italia…
Para, para. Esa experiencia forma parte de mi vida, pero es totalmente inútil pretender aplicar realidades distintas a países diferentes. Decirle a alguien tienes que hacer esto y, si lo haces así, lo harás genial es totalmente inútil, aunque en España es lo que más se busca: que te den una respuesta y que esa respuesta venga con una etiqueta. Desde ahí se entiende el éxito en España de las escuelas Montessori, como si fueran algo novedoso cuando es algo tan viejo como mi abuela muerto. En España, la gente busca respuestas, en vez de oportunidades para pensar, porque la escuela les ha criado así. Por eso nunca hablo de Reggio Emilia, aunque sea un referente mundial en educación.

¿Qué le pasa a España?
La educación infantil y primaria se han pegado, una situación peculiar que no aparece en casi ninguna parte del mundo. Hubiera podido ser una gran oportunidad para construir proyectos educativos coherentes, pero se ha cogido lo peor, lo más rígido: se ha primarizado la etapa infantil. Una idea de escuela coherente sería construir de abajo a arriba, no al revés.

¿Eso sería lo coherente con el aprendizaje en la infancia?
La función de la escuela es universal y la ejecuta cada país, pero no es propiedad de ninguna ideología. Nadie se puede inventar que el niño es así o asá. Tenemos una cultura y una historia que nos indican cómo se construye la identidad, cómo se aprende y cuál es el papel del adulto.

La gente busca respuestas, en vez de oportunidades para pensar, porque la escuela les ha criado así

¿Con qué cambio de enfoque o click te quedas contento cuando asesoras a maestros que provienen de la educación tradicional española?
Cuando veo que las personas no me piden “dime que tengo que hacer”, sino que activan sus propios recursos, empiezan a reflexionar, establecen conexiones que les hacen más autónomos en la construcción de la propia experiencia a partir de la propia consciencia en qué idea de escuela e infancia tienen y de cómo están viviendo su día a día de la forma más coherente posible con los que son esos pensamientos que han llegado a tener de forma más consciente. Es el único objetivo que tengo.

Creo que la pandemia ha evidenciado que el enfoque individual de cada profesional repercute totalmente en el aprendizaje del niño o del adolescente. Si el adulto ha decidido mandar deberes, sin explicaciones mediante, ni retos o, como mucho, vídeos de Youtube cual Pepa Pig en ruso, el aprendizaje no puede ser otra cosa que escaso.
El papel del adulto es fundamental. Si el problema se limita a la transmisión de unas informaciones o mandar deberes simplemente lo que se hace es acostumbrar al alumno a obedecer. El adulto debería provocar curiosidades, valorando las que los alumnos tienen y viven, porque sino volvemos a la idea de la escuela transmisora que a día de hoy no tiene ningún sentido hasta en primaria.

¿Qué ha significado la pandemia?
Nos ha reflejado los estereotipos y obsesiones de la escuela. Esa idea de impartir contenidos como eje vertebrador evaluados cuantitativamente. En un pueblo de cerca de donde vivo, en Xàbia, llegaron incluso a enviar los deberes en mano a través de agentes de policía a aquellos niños que no tenían ordenador. Para mí este es un ejemplo dramático, como la idea de enviar tabletas a lo loco. Las alternativas que se han buscado han sido para seguir haciendo lo mismo durante la pandemia. Deberes y evaluar. Pensando siempre en medir la adquisición de las informaciones que te toca aprender para poder olvidarlas cuando haya pasado el examen. Y el debate público, lo dramático de esta evaluación, ha sido que no se podía aplicar con el máximo rigor en la enseñanza online. Nada más.

En España, la educación infantil y primaria se han pegado, una situación peculiar que no aparece en casi ninguna parte del mundo y de la que se ha cogido lo más rígido, primarizado la educación infantil

¿Hemos aprendido algo de la pandemia?
Creo que no. Todo seguirá igual, aunque la escuela necesite replantearse su identidad y función en el siglo XXI.

¿Cuál sería la escuela ideal?
Es difícil responder a una pregunta como esta, porque creo que no deberíamos hablar de una escuela ideal sino de una escuela real que permita una relación estricta y viva con las personas que comparten esa experiencia. Una escuela que se basa en unos valores que para mí deberían ser fundativos de toda civilización: la responsabilidad compartida, una alta cultura de la convivencia, a partir de la cooparticipación de todos, la solidaridad y el cuidado del bienestar común a través de las relaciones, estos deberían ser los valores transversales.

En Xàbia, enviaron los deberes en mano a través de agentes de policía a aquellos niños que no tenían ordenador. Este es un ejemplo dramático de cómo las alternativas que buscas son para seguir haciendo lo mismo

Mi hija va a escuela pública y tengo la sensación de que, como yo, consideras las escuelas libres unos guetos.
Escuela libre es como decir infierno helado, unes dos términos que no pueden estar juntos. La escuela, es el medio por el que la sociedad ejerce su responsabilidad de ofrecer a todos sus miembros la oportunidad de desarrollarse a través del mayor número de ámbitos posibles de experiencia, porque solo eso garantiza la libertad de no quedarse con el sistema de creencias de su ámbito de procedencia. Teniendo en cuenta esa identidad, nada puede ser libre. Como todos los contextos institucionales tienen características que dependen de ese contexto. La educación es política y es uno de los actos políticos más importantes y responsables que habría que considerar con la debida conciencia. Todo acto educativo público es político.

A los políticos no les cabe duda, cada Gobierno reforma o crea una nueva ley educativa.
Es una dinámica que lleva una larga tradición secular, pero me gustaría hablar más de un replanteamiento a nivel global sobre los significados que una comunidad atribuye al proceso educativo público y no simplemente cómo es la realidad reducir el proceso educativo a la instrucción de determinados conocimientos.

¿Qué papel tenemos en ella las familias?
Para mí las familias son una pieza deberían ser una pieza fundamental de la comunidad educativa. entendida como una parte que dialoga con las demás partes. Todo proceso educativo se debería construir a partir de un diálogo entre los diferentes sujetos protagonistas, cada uno en su papel. Eso es algo que las supuestas escuelas libres ni siquiera se han planteado, se han quedado con la manida frase de para educar a un niño hace falta una tribu. Las familias son una parte fundamental de la parte educativa, que a su vez debería estar en contexto con su barrio, con su ciudad.

¿Se puede pensar en el curso escolar desde el distanciamiento social?
La escuela no puede existir desde el distanciamiento social, no se puede volver a la escuela escondiéndose detrás de la retórica de lo presencial, cuando es para que actúen como los adultos quieren. Es un discurso reduccionista. ¿Qué se llevarán como experiencia los niños cuando cualquier acción que forma parte de su naturaleza deberá ser sancionada porque se saltan las normas? Si se han inventado medidas diferentes para los futbolistas, no veo porqué no se pueden empezar a pensar que las medidas diferentes también podría entrar en la escuela. Y la brecha social no puede abordarse con más educación telemática.

Fuente e imagen: https://www.elsaltodiario.com/educacion/gino-ferri-conectar-proceso-educativo-vida-necesario-menos-existe-escuela

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Brasil: Aprueban diputados reforma educativa a favor de trabajadores

Redacción: El Tucumano

El rector de la Casa de Altos Estudios, José García, condenó el avance del gobierno de Jair Bolsonaro sobre la autonomía universitaria.

La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) repudió este viernes la decisión del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de intervenir las Universidades Públicas en el contexto de la pandemia de Coronavirus que castiga con fuerza a ese país. El Rector de la Casa de Juan B. Terán, José García, firmó un comunicado en donde califica la decisión del primer mandatario del vecino país como «un avance indebido contra la autonomía universitaria y su tradición democrática».
El jueves 11, en el Diario Oficial de la Unión (Boletín Oficial) fue anunciada la suspensión de elecciones de rectores de universidades e institutos federales de Brasil en el contexto de la crisis sanitaria que desató la llegada del Covid-19. En contrapartida, se arrogaba al ministro de Educación, Abraham Weintraub, la prerrogativa de nombrar a las nuevas autoridades sin consultar a la comunidad académica o la lista triple.
Al tomar estado público la resolución, el titular de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (DEM), la consideró «inconstitucional» y la comunidad educativa en general expresó su rechazo ante un nuevo avance del gobierno de Bolsonaro contra derechos ya consagrados. El repudio también tuvo eco en la Argentina, en donde autoridades, docentes, investigadores y estudiantes expresaron solidaridad con sus pares brasileños.
«La Universidad Nacional de Tucumán expresa su enérgico repudio a la decisión del Presidente de la República Federativa de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, quien con la excusa de la pandemia ha dispuesto la lisa y llana intervención por parte del Poder Ejecutivo de Brasil a las Universidades cuyas autoridades concluyan sus mandatos autoatribuyéndose la potestad de designar rectores y vicerrectores», denuncia el comunicado de la UNT que lleva la firma del rector García.
Desde la Casa de Juan B. Terán pusieron de relevancia que «la medida representa un avance indebido contra la autonomía universitaria y su tradición democrática. Son estas instituciones las que deben decidir sobre los avatares de su vida institucional y en cualquier circunstancia».
En esta línea, destacaron que «la Comunidad de la Universidad Nacional de Tucumán se solidariza con las universidades públicas de Brasil reafirmando los principios de la Reforma Universitaria de 1918 ocurrida en Córdoba, que sentó las bases de la universidad pública latinoamericana, laica, gratuita, democrática, cogobernada, autónoma e independiente del poder político».
 Fuente: https://www.eltucumano.com/noticia/actualidad/264417/la-unt-repudio-la-intervencion-de-las-universidades-publicas-de-brasil?dnd=secciona&src=tit&pos=1&dis=desk
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