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Estudiantes negros en Sudáfrica: «Nos enfrentamos a la brutalidad de la policía»

África/ Ciudad del Cabo, Pretoria y Durban/27 de septiembre de 2016/Fuente y autor: elespañol/Álvaro Navarro/

La subida de tasas universitarias ha derivado en violentos choques con las fuerzas del orden y el cierre de centros.

“Los valores que compartimos tienen que ser respetados universalmente y tenemos que promoverlos y defenderlos. Valores como la democracia, la paz, la igualdad o la lucha contra el racismo y el sexismo”. Con estas palabras Nelson Mandela quiso ganarse al alumnado de la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo), en septiembre de 1991, lugar donde se licenció en Derecho.

Ahora este centro -junto con los de Ciudad del Cabo, Pretoria y Durban- está cerrado debido a las protestas lideradas por los estudiantes desde hace días bajo el eslogan #feesmustfall (las tasas deben caer). El detonante: la subida de las matrículas hasta un 8% -situadas antes en el 6%-, anunciadas por el Ejecutivo del presidente, Jacob Zuma.

“La gran mayoría de la población pobre en Sudáfrica está compuesta por gente negra y muchos de ellos van a la universidad, por eso es muy injusto ya que ni pueden pagar las tasas”, dice a EL ESPAÑOL Mishka Wazar, periodista sudafricana de The Daily Vox.

El 78% de los alumnos de enseñanza superior son negros, según un informe del South African Association for Institutional Research. Por otra parte, sólo el 15% de los universitarios consigue acabar la carrera debido, entre otras razones, a las dificultades económicas y a la falta de apoyo por parte de los centros, informa Foreign Policy.

Tras el enfado generalizado de los jóvenes, el Ministerio de Educación Superior ha prometido cubrir el incremento de las matrículas de 2017 para los alumnos cuyo ingresos familiares no superen los 600.000 rand (38.700 euros), informa Efe. Sin embargo, este anuncio no satisface a parte de la población. “El Gobierno nos ignora y deja la responsabilidad a las universidades y no lo vamos a permitir”, advierte Wazar.

Sudáfrica es un país que aún trata de acabar con la sombra del apartheid y conceder la igualdad de derechos al colectivo negro. “El desequilibrio racial en este país juega un papel determinante. La mayoría de los estudiantes de color no pueden pagar todos los costes para acceder a la universidad (tasas, comidas, libros, alojamiento)”, comenta a este medio la activista feminista y estudiante de Historia y Ciencias Políticas de la Universidad de Stellenbosch, en el suroeste de Sudáfrica, Whitney Prins.

Estas protestas, ocurridas durante toda la semana, son una clara reminiscencia de aquellas que tuvieron lugar en octubre del año pasado, cuya causa fue la misma: el rechazo a la subida de las tasas universitarias. Esta revuelta terminó el 23 de octubre, tras una semana de duros enfrentamientos, cuando Zuma anunció que no habría un aumento de las tasas. Once meses después, su gabinete ha vuelto a proponer la misma medida.

POBREZA Y VIOLENCIA

El precio en educación no es el único de los problemas existentes en este país: las protestas han desembocado en duros enfrentamientos con las fuerzas del orden. Según Prins, “los estudiantes sudafricanos se enfrentan a la brutalidad de la Policía y de los cuerpos de seguridad de las universidades; los negros son maltratados emocional y psicológicamente por manifestarse y las mujeres son objeto de abusos sexuales”.

Por otra parte, la periodista Wazar ve desmesurada la respuesta de los agentes de seguridad en las manifestaciones: “los estudiantes tienen que enfrentarse a las prohibiciones de las universidades y a la violencia de la Policía. Los agentes disparan, usan gases lacrimógenos y cañones de agua, y arrestan a los estudiantes”.

Según un informe de Amnistía Internacional (AI), la Dirección General de Investigación Independiente de la Policía de este país registró que, entre 2014 y en 2015, al menos 396 personas murieron debido a las duras actuaciones policiales y 244 perdieron la vida mientras permanecían bajo custodia.

Hace más de dos décadas desde que Nelson Mandela trajera la democracia en Sudáfrica, y la pobreza sigue siendo un gran reto. Casi la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y un 22% -10.7 millones de personas- pasan hambre, según un estudio elaborado por el Instituto de Estadísticas de Sudáfrica.

La periodista Mishka Wazar no duda cuando se le pregunta por el actual mandatario sudafricano: “Zuma es un presidente horrible, ha arruinado el país. Él y su Gobierno son unos corruptos”.

Fuente: http://www.elespanol.com/mundo/africa/20160923/157735114_0.html

Imagen: s2.eestatic.com/2016/09/23/mundo/africa/Manifestaciones-Sudafrica-Nelson_Mandela-Educacion-Pobreza-Abusos_policiales-Africa_157747198_17187423_1706x1280.jpg

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CHILE: Comisión de Educación de la Cámara continuará revisando proyecto de reforma a la Educación Superior

Chile/27 de septiembre de 2016/Fuente: entorno inteligente

A las 10:00 horas de este lunes se continuó  la revisión del proyecto de reforma a la Educación Superior en la comisión de Educación de la Cámara. Se tratará de una sesión especial en la que se continuará con el trámite de audiencias públicas para el estudio de la iniciativa.

Hasta el ex Congreso Nacional llegarán el presidente del G9 y rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, el rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, el de la Universidad de Playa Ancha, Patricio Sanhueza y el de la Universidad de Concepción, Sergio Lavanchy.

Uno de los integrantes de la comisión el diputado DC Mario Venegas afirmó en Radio Bío Bío que han existido críticas muy importantes de la reforma, lo cual es valioso para el proyecto ya que se espera que todos los actores participen para el aprobación del proyecto de ley.

El Gobierno en esta iniciativa pretende crear una nueva institucionalidad a través de una subsecretaría, multar en caso de lucro y establecer un fondo exclusivo para las universidades de carácter estatal.

Se espera, además, que el Consejo de Rectores sesione este miércoles y jueves en Valdivia para abordar el proyecto de reforma a la educación superior. Esto con el fin de emitir su posición respecto a esta iniciativa a modo de establecer si debe ser retirada o modificada en el Congreso Nacional.

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8997159/CHILE-Comisioacute;n-de-Educacioacute;n-de-la-Caacute;mara-continuaraacute;-revisando-proyecto-de-reforma-a-la-Educacioacute;n-Superior-%7C-Emolcom-25092016

Imagen: static.emol.cl/emol50/Fotos/2016/09/25/file_20160925233614_300x200.jpg

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Higher Education and Neoliberal Temptation: An Interview With Henry A. Giroux

Por Almantas Samalavicius , Eurozine

Educación Superior y la tentación neoliberal: Una entrevista con Henry A. Giroux

Si la universidad es para sobrevivir, los profesores van a tener que reconsiderar su papel como intelectuales públicos críticos, conecte su beca a los problemas sociales más amplios y aprender cómo escribir para y habla a un público más amplio. De esta cantidad, el crítico cultural y decano de la pedagogía crítica Henry Giroux está convencido.

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If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Of this much, the cultural critic and doyen of critical pedagogy Henry Giroux is convinced.

Almantas Samalavicius: The neoliberal agenda that came into being a few decades ago in the northern hemisphere, and was eventually globalized, now seems to threaten systems of higher education worldwide. The persistence of this phenomenon has become alarming to many who care about its social consequences. As you have correctly and insightfully observed in your 2014 book Neoliberalism’s War on Higher Education, «a full-fledged assault is also being waged on higher education in North America, the United Kingdom and various European countries. While the nature of the assault varies across countries, there is a common set of assumptions and practices driving the transformation of higher education into an adjunct of corporate power and values.» Why is this agenda taking over societies that are so different from each other? What makes neoliberalism so overwhelmingly powerful and resistant to criticism as well as to social action? Why do governments give themselves up to neoliberal ideology, even if they claim to represent quite different ideological positions?

Henry Giroux: For all of its differences, neoliberalism brings together a number of elements that makes it appear almost insurmountable, if not universal, in its ability to normalize itself and convince the rest of the world that there is no alternative as Margaret Thatcher once argued.

First, it has created a new set of power relations in which power is global and politics is local. The financial elite now operate in the global flows of capital and have no allegiance to the nation-state or to the social contract that mediated between labour and capital in the post-war period. This separation points to a crisis of agency on the part of the state and a crisis of politics in terms of the ability to develop social formations that can challenge capital on a global rather than simply a local scale. The nation-state can no longer make concrete decisions on the economic level or create social provisions necessary to limit the effects of the market and offer the most basic services for people.

At the nation level, state sovereignty has been transformed into economic sovereignty. Governments don’t give themselves up, they have been hijacked by the institutions, power and wealth of the global elite. There is no way for states to challenge global forms of governance. We must remember that neoliberalism is very powerful not only because of its economic structures but also because of its pedagogical and ideological power. It not only consolidates wealth and power in different wars for the ultra-rich, it also controls all of those cultural apparatuses and pedagogical sites that function to produce identities, desires and values that mimic the market. In this sense it is a mode of governance that controls all of social life and not simply the market.

As a mode of governance, it produces identities, subjects and ways of life free of government regulations, driven by a survival of the fittest ethic, grounded in the idea of the free, possessive individual and committed to the right of ruling groups and institutions to accrue wealth removed from matters of ethics and social costs. As a policy and political project, neoliberalism is wedded to the privatization of public services, the selling off of state functions, the deregulation of finance and labour, the elimination of the welfare state and unions, the liberalization of trade in goods and capital investment and the marketization and commodification of society. As a form of public pedagogy and cultural politics, neoliberalism casts all dimensions of life in terms of market rationality.

As public higher education withers in a number of countries, either various policies of privatizing higher education are introduced or the logic of the market takes over. More and more universities and other institutions of higher education are being run as if they were large multinational companies seeking immediate profit; politicians and administrators speak out for efficiency, marketability of knowledge, institutional sensitivity and adaptability to the market, etc. What do you think will be the social and cultural price if this tendency continues to retain the upper hand? And do you see any possibilities to resist this global transformation of universities as well as higher education in general?

If this tendency continues, it will mean the death of critical thinking and higher education will simply become another ideological apparatus dedicated to training rather than education, stifling critical inquiry rather than nurturing it — and will narrow if not kill the imagination rather than cultivate it. One consequence will be that knowledge will be utterly commodified, students will be defined in utterly instrumental terms and the obligations of citizenship will be reduced to the private orbits of self-interest, consumption and commodification. This nightmare scenario will reinforce one of the central tendencies of totalitarianism; that is, a society dominated by thoughtlessness, stupidity and diverse modes of depoliticization.

In the United States and in many other countries, many of the problems in higher education can be linked to low funding, the domination of universities by market mechanisms, the rise of for-profit colleges, the intrusion of the national security state and the lack of faculty self-governance, all of which not only contradicts the culture and democratic value of higher education but also makes a mockery of the very meaning and mission of the university as a democratic public sphere. Decreased financial support for higher education stands in sharp contrast to increased support for tax benefits for the rich, big banks, military budgets and mega corporations. Rather than enlarge the moral imagination and critical capacities of students, too many universities are now wedded to producing would-be hedge fund managers, depoliticized students and creating modes of education that promote a «technically trained docility.»

Strapped for money and increasingly defined in the language of corporate culture, many universities are now driven principally by vocational, military and economic considerations while increasingly removing academic knowledge production from democratic values and projects. The ideal of the university as a place to think, to engage in thoughtful consideration, promote dialogue and learn how to hold power accountable is viewed as a threat to neoliberal modes of governance. At the same time, higher education is viewed by the apostles of market fundamentalism as a space for producing profits, educating a docile labour force and a powerful institution for indoctrinating students into accepting the obedience demanded by the corporate order.

However, it is crucial to remember that power is never without resistance and this suggests that faculty, students, unions and broader social movements must fight to regain higher education as a democratic public sphere. In addition, it must be made clear to a larger public that higher education is not simply about educating young people to be smart, socially responsible and adequately prepared for what ever notions of the future they can imagine, but that higher education is central to democracy itself.

Without the formative culture that makes democracy possible, there will be no critical agents, no foundation for enabling people to hold power accountable and no wider foundation for challenging neoliberalism as a mode of governance and political and ideological rationality. The struggle over higher education and its democratic misuse cannot be separated from the struggle to undo the reign of markets, neoliberalism and the ideologies informing this savage market fundamentalism. We see this struggle being taken up in precisely these terms in many countries in Latin America, the United Kingdom and the United States. Time will tell if they can spark a global movement to transform both higher education and the political and economic system that holds it hostage.

The American research university has been a model institution of higher education during the last half-century in many places of the globe. Despite the spectacular ascent of multiversity, proclaimed as early as 1963 by Clark Kerr in his famous book The Uses of the University, the production of research is in fact just one of the university’s functions. However, this function is taken for granted and even fetishized. Meanwhile, the teaching and education of informed, responsible citizens, capable of critical scrutiny as well as many of the other tasks of higher education, have been largely neglected and ignored. Do you see this imbalance in the functions of the university as threatening? What are the potential dangers of imagining the university exclusively as a research enterprise that relinquishes any commitment to teaching and cultivating a critical consciousness?

The role of research in the university cannot be separated from the modes of power that influence how research is defined and carried out. Under the reign of neoliberalism and given the encroaching power of the military-industrial complex, research is prioritized and rewarded when it serves the interests of the larger society. In this instance, research becomes armed and instrumentalized, serving largely the interests of powerful corporations or the ongoing death-machine of the military and its corporate allies. Research that matters informs teaching and vice versa. Universities are not factories and should not be defined as such. They are there to serve faculty, students and the wider community in the interests of furthering the public good. When the latter become subordinated to a research agenda that is simply about accumulating capital, the critical, moral and political essence of the university withers and everybody who believes in a democracy is marked for either failure, exclusion or punishment.

The corporate university is the ultimate expression of a disimagination machine, which employs a top-down authoritarian style of power, mimics a business culture, infantilizes students by treating them as consumers and depoliticizes faculty by removing them from all forms of governance. Clearly all of these defining relations produced by the neoliberal university have to be challenged and changed.

Traditionally, the university has been understood as community of scholars and students. However, there are multiple reasons for the university hardly existing any more in these terms. Back in the 1970s, the American social thinker Paul Goodman still articulated a vision of a community of scholars but during recent decades, academics either function simply as obedient personnel afraid to lose their diminishing rights and «privileges» (if there are any at all) or otherwise their collective voice is hardly heard. How can public criticism get back to where it should belong — i.e. in the universities?

The increasing corporatization of higher education poses a dire threat to its role as a democratic public sphere and a vital site where faculty can address important social issues, be self-reflective and learn the knowledge, values and ideas central to deepening and expanding the capacities required to be engaged and critical agents. Unfortunately, with the rise of the corporate university which now defines all aspects of governing, curriculum, financial matters and a host of other academic policies, education is now largely about training, creating an elite class of managers and eviscerating those forms of knowledge that conjure up what might be considered dangerous forms of moral witnessing and collective political action.

Many faculty have bought into this model because it is safe for them and they get rewarded. If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Neoliberal modes of governance reinforce the worse dimensions of the university: specialisms, a cult of distorted professionalism, a narrow empiricism, unwillingness to work with others and a mode of scholarship steeped in obtuse and often mind-numbing discourse. All of this must change for faculty or they will not only be unable to defend their own labour as academics, they will continue to lose power to the corporate and managerial elite.

Higher education is intrinsically connected to what is usually termed as a public good, however, as you penetratingly observe «under the current regime of neoliberalism, schools have been transformed into a private right rather than a public good.» Do you think it is possible for higher education to reclaim its role in creating and providing a public good or at least providing a setting where a public good might be created? Under what conditions can are universities able to perform such a task? How can they get support from the public? Can one count on public intellectuals at all?

Universities are suffering from a crisis of legitimacy and a crisis of agency. If they are going to regain their role as a public good, faculty, students and other educational progressives are going to have to strongly challenge the current role of higher education. This means that faculty, students and various groups outside of the university are going to have to engage in a range of acts of civil disobedience extending from occupying classrooms to mobilizing larger populations in the street to force the hand of corporate power and its allies.

We saw this happen in Quebec a few years ago and such actions must be repeated on a global level. Public intellectuals are absolutely necessary to participate meaningfully in this role. We rarely hear about them but there are plenty of academics acting as public intellectuals, not only in the liberal arts, social sciences and humanities, but also in the health sciences where faculty are working closely with communities to improve the conditions of the often poor residents who reside in these communities. While public intellectuals can ask important questions, provide a critical language, help write policy and work with social movements, any real change will only come from the outside when social formations, educators and other progressive groups can force the hands of political power, governance and legislation.

Despite higher education’s present orientation toward the market and the reign of an ideology that glorifies the market even in those spheres where it is not supposed to and cannot work, what is your vision of the coming tendencies in higher education during the next decades? Do you expect the present trends concerning the marketization of higher education to be finally reversed? Or will we witness the final triumph of neoliberalism?

I am not optimistic but hopeful. That means, I don’t think progressive change will come by default, but only by recognizing the problems that have to be faced and then addressing them. The latter is a matter of real hope. The cruelty, barbarism and violence of neoliberalism is no longer invisible, the contradictions it produces abound and the misery it inflicts has become extreme. Out of the ashes will hopefully rise the phoenix of hope.

 ALMANTAS SAMALAVICIUS

Almantas Samalavicius tiene un Ph.D. en la historia y teoría del arte y es un profesor de la Universidad Técnica Vilnius Gediminas. Es autor de numerosos libros y ensayos sobre crítica cultural y literaria, la última de las cuales es, Ideas y Estructuras: Ensayos en Historia de la Arquitectura (2011). Además se ha traducido libros de Zygmunt Bauman y Gerard Delanty al lituano.

Fuente de la Entrevista:

http://www.truth-out.org/news/item/35956-higher-education-and-neoliberal-temptation

Fuente de la Foto:

Luke Jones ; Editado: LW / A

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México enfrenta retraso de 70 años en educación media superior; debe fortalecer enseñanza: UNESCO

México/27 de septiembre de 2016/Fuente: http://revoluciontrespuntocero.com/

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con base en su Informe de seguimiento de la educación en el mundo (Informe GEM) 2016, declaró que México tiene un rezago de 70 años con respecto al límite marcado para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 para garantizar la universalización de la educación básica y media superior.

Los ODS para México, América Latina y el Caribe plantean en el caso de primaria que esa meta debe alcanzarse en 2042, para secundaria en 2066 y  bachillerato en 2095, sin embargo enfrentan un retraso de 65 años.

Por lo que si no hay avance en las metas educativas México lograría la universalización de la educación a nivel primaria en 2035, secundaria en 2060 y en bachillerato en 2100.

Al retraso se  suma que hay una reducción en la inversión destinada en educación a nivel mundial, denunció la Unesco; y en el caso específico de México en la Propuesta Presupuestal 2017 elaborada por la Secretaría de Hacienda el recorte más grande se hizo a la Secretaría de Educación Pública (SEP).

“Si queremos acelerar el paso e intentar cumplir con las metas de los ODS 2030 se requiere por lo menos una inversión en educación seis veces mayor de lo que ahora se destina”, recalcó Nuria Sanz, representante de la Unesco en México.

Agregó que el Informe GEM de hace dos años demuestra cómo ha habido una reducción del 7 por ciento en la  inversión internacional en educación.

En el informe de la Unesco también se recalca que la enseñanza debe fortalecerse en países como Argentina, Uruguay y México en temas ambientales y desarrollo sustentable debido a que más del 60 por ciento de los estudiantes mayores de 15 años sólo tienen conocimientos elementales de los temas del medio ambiente.

Asimismo en la mitad de los países del mundo no se incluye en los planes de estudios el tema del cambio climático.

Por su parte Otto Granados Roldán, subsecretario de Planeación, Evaluación y Coordinación de la Secretaría de Educación Pública, negó que en México enfrente un retraso con los ODS en educación media superior, como lo afirma la Unesco, ya que aseguró que la cobertura en bachillerato es superior al 75 por ciento.

Cabe recalcar que anteriormente la Unesco informó que México es una de los países que menos invierte en ciencia, tecnología e innovación, cuando el país debería convertirse en un generador de la economía del conocimiento, así lo declaró  el  director general del Conacyt, Enrique Cabrero.

Fuente de la Noticia:

http://revoluciontrespuntocero.com/mexico-enfrenta-retraso-de-70-anos-en-educacion-media-superior-debe-fortalecer-ensenanza-unesco/

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Ecuador: 68% de los nuevos universitarios pertenece a familias de escasos recursos económicos

América del Sur/Ecuador/27 de septiembre de 2016/Fuente:

El 68% de los bachilleres que accedió a un cupo universitario, en la última convocatoria del Examen Nacional para la Educación Superior  (ENES), es la primera generación de sus familias que accede a formación de tercer nivel. Hasta la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE), en Sangolquí (Quito), llegaron 135 jóvenes que iniciarán sus estudios de pregrado en una de las 30 universidades públicas del país.

La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) les entregó un diploma y una medalla. Cristopher Castro, de 19 años, fue uno de los que recibió el reconocimiento. Su abuela, Gloria Saconcela, y su tía, Teresa Cataguarco, lo acompañaron durante el acto académico. La mamá de ‘Cris’ (así le dicen sus familiares) murió hace seis años por un derrame cerebral. Su padre actualmente trabaja en la Amazonía, donde inició una nueva relación. Desde entonces, Cris vive con su abuela, en el sur de la capital. Sus padres, sus abuelos y sus tíos nunca tuvieron la oportunidad de acceder a la universidad. La mayoría culminó la primaria y pocos se graduaron de bachiller. Cris se graduó en el colegio réplica 24 de Mayo, una de las unidades educativas del milenio. Su buena calificación en el ENES fue de 823. Estudiará ingeniería agrónoma en la Central. René Ramírez, titular de la Senescyt, aseguró que se ha creado una política pública en la educación superior con el fin de construir una sociedad de calidad con base en la meritocracia y la igualdad. “Gracias al trabajo mancomunado con las universidades públicas y los institutos técnicos y tecnológicos avanzamos por el principal motor de la transformación de la sociedad: la educación”.

Por su parte, Andrea Andrade, de 22 años, se graduó hace cuatro. En los períodos anteriores aplicó para obtener un cupo, pero su puntaje no le permitió acceder a la carrera que ella escogió (finanzas y auditoría). Después de varios intentos lo consiguió. Hoy inicia clases en la ESPE. Andrea, la semana pasada, llegó con su hermana mayor y su sobrina de un año. Mientras daba un paseo por las instalaciones de su universidad, contó que sus padres son de la Amazonía. Cuando ellos se separaron, su mamá, Lala Dagla, viajó a Quito para trabajar. La mamá de Andrea se instaló en la capital con sus 10 hijos. Ella terminó la primaria y desde joven trabajó. En la actualidad, Andrea vive en Sangolquí con cinco de sus hermanos, los demás se casaron y formaron una familia. Su mamá regresó a Lago Agrio y desde allá envía una mensualidad a sus hijos. Ninguno de ellos accedió a la universidad. “Teníamos que trabajar, no contábamos con los recursos necesarios”, recordó su hermana. Una oportunidad Del nuevo grupo de estudiantes, cerca del 50% proviene de un estrato socioeconómico bajo y reside en el área rural del país, “lo que constituye un logro histórico y un indicador de la efectividad de la política pública que garantiza la igualdad de oportunidades entre los diferentes sectores de la población”, expresó Ramírez. Inti Santillán, de 19 años, luce un traje otavaleño. Ella estudiará Negocios Internacionales.

Desde la primaria, su formación ha sido en el sistema público, pues la situación de su familia no le permitía optar por un centro particular. Inti se considera una alumna aplicada, pero admite que aún debe capacitarse más. En los próximos días la joven rendirá una evaluación que determinará si ingresa a primer semestre o al curso preuniversitario. (I )

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/4/68-de-los-nuevos-universitarios-pertenece-a-familias-de-escasos-recursos-economicos
www.eltelegrafo.com.ec

Imagen: www.eltelegrafo.com.ec/media/k2/items/cache/107cac0219c8c51e74f4f16501818b58_XL.jpg

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México: Autoridades acuerdan programa indicativo para educación a distancia

América del Norte/México/ 22 de septiembre de 2016/Fuente: terra

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) junto con la Asociación para el Desarrollo del Sistema Nacional de Educación a Distancia (SINED) formularon un programa indicativo para el desarrollo de la Educación Superior a distancia, de acuerdo a una agenda establecida con la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El subsecretario de Educación Superior de la SEP, Salvador Jara Guerrero, inauguró el taller en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), en compañía del secretario general de la Anuies, Jaime Valls Esponda, el cual tiene como objetivo evaluar y generar un programa indicativo de la educación a distancia.

En un comunicado, consideró que no sólo la educación en línea y a distancia en México es menor en comparación con el resto del mundo, sino que además no existe un diagnóstico que muestre los niveles y alcances de la misma.

Apuntó que el taller permitirá hacer un diagnóstico o programa indicativo de la educación a distancia en México, revisar los casos de éxito de programas en línea y generar una prospectiva que permita atender y aumentar la cobertura de la Educación Superior.

En tanto Valls Esponda agradeció el interés de la dependencia por continuar impulsando desde la Anuies y el Sined la Educación Superior a distancia y hacer este programa indicativo para el desarrollo de la educación a distancia, el Pidesad, un instrumento indispensable en el diseño de políticas públicas en la materia.

Señaló que la Anuies ha mostrado interés permanente en la educación a distancia que asegure educación de calidad, promueva la equidad y mejore la cobertura, tanto en los programas, como de la población que resultará beneficiada.

Cabe señalar que la Asamblea General de Asociados del Sined, en su sesión del 12 de junio de 2015 autoriza el Plan de Fortalecimiento, propuesto por la Anuies, para impulsar la educación a distancia que comprende estrategias normativas, de planeación, organizativas, financieras y tecnológicas.

En esta ceremonia de inauguración, estuvieron presentes el rector de la UNACH, Carlos Eugenio Ruiz Hernández; Ana Cristina Hernández, coordinadora general del Sistema Nacional de Educación a Distancia; directores de Educación a Distancia de Instituciones de Educación Superior y especialistas en la materia.

Fuente:

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Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional apoyarán a Colombia durante el posconflicto

Colombia/22 septiembre 2016/Fuente: hsbnoticias.com

El Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, confirmó que la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, confirmaron su asistencia a la firma del acuerdo de paz entre gobierno y Farc el 26 de septiembre en Cartagena.

Desde ya, el jefe de la cartera de Hacienda indicó en el foro Diálogos para una Nueva Economía, realizado en la Institución de Educación Superior Tecnológico de Antioquia. que ambos directivos mostraron su respaldo económico al proceso.

“Este miércoles en la noche recibimos esta noticia positiva para el futuro económico del país y que nos llena de regocijo. Ese respaldo económico al posconflicto es fundamental. Quiere decir que los dos principales organismos económicos mundiales están comprometidos con la paz de Colombia”, manifestó el Ministro.

Cárdenas, además, reiteró que la paz es la mejor noticia para la economía de Colombia, pues, entre otras cosas, se avanzará más rápidamente en el pago de sus obligaciones y traerá mayores beneficios a los jóvenes colombianos, brindando más oportunidades en la educación superior.

“Vamos a poder consolidar a la educación como el sector líder en materia de recursos en Colombia. Hoy 50 de cada 100 estudiantes que terminan la educación media, dan el paso a la educación superior. Soñemos que sean 60, 70 e incluso 80 de cada 100 jóvenes que puedan ingresar a una institución de educación superior, que tengan cómo hacerlo, eso lo podremos hacer en paz”, puntualizó.

Fuente: http://hsbnoticias.com/noticias/economia/banco-mundial-y-fondo-monetario-internacional-apoyaran-col-235724

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