Libro: Para Transformar la Sociedad – Las izquierdas Democratizadoras de inspiración Socialista

Para Transformar la Sociedad – Las izquierdas Democratizadoras de inspiración Socialista

Rodrigo Arocena

Arocena, Rodrigo
Para transformar la sociedad : las Izquierdas democratizadoras de inspiración
Socialista / Rodrigo Arocena. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
CLACSO, 2020.
Libro digital, PDF – (Temas)
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-722-773-4

1. Análisis Político. 2. Democracia. I. Título

CDD 320 5315

 

«El socialismo del siglo XIX fue el proyecto de transformación social
solidaria, laica y racional con mayor gravitación en la historia.
En el siglo XX, el desencuentro entre el socialismo y la libertad
fue el más grande fracaso de las izquierdas.
Sin embargo, los valores socialistas siguen teniendo vigencia en
las búsquedas y en los alegatos que apuntan a mejorar la calidad de
vida colectiva.
Vale la pena pues explorar el potencial ético y movilizador de la
inspiración socialista ante los desafíos mayúsculos que afronta la Humanidad.» (Arocena: 2020, p.7)

Descarga el libro completo en este enlace: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20201204074633/Para-transformar-la-sociedad.pdf

 

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial – Colección Temas.

 

 

 

Comparte este contenido:

La sociedad del conocimiento y la información

Pedro Rivera Ramos

Una de las particularidades que más distinguen al mundo de hoy es la abundante información que diariamente, y sin pausa alguna, se difunde en todo el planeta. La Internet, que viene desde hace algún tiempo amenazando seriamente a los medios tradicionales de comunicación, por la integración que hace de los mismos en una sola plataforma, le cabe, sin duda, mucha responsabilidad en que esto sea así.

A este fenómeno debemos sumarle la concentración de los principales medios de comunicación social en pocas manos, en casi todos los países, lo que, a juicio nuestro, puede comprometer —y compromete— sensiblemente el ejercicio democrático de los ciudadanos, así como la credibilidad y fiabilidad de las informaciones que se nos transmiten.

Porque digámoslo sin rodeo alguno: esa mentalidad hedonista y utilitarista, ese marcado individualismo y relativismo de que es presa esta época y que a veces nos resulta hasta natural, se ha gestado, en gran medida, gracias a los códigos y mensajes que nos llegan desde los medios de comunicación social. Sin pecar de exagerados, me atrevería a afirmar que ellos han decidido o marcado, en muchas ocasiones, el rumbo político-ideológico y cultural de nuestras sociedades.

Muy pocos ponen en duda que en la sociedad contemporánea, llamada también sociedad del conocimiento y de la información, asistimos a una manipulación mediática sin precedentes, donde con un cierto número de criterios culturales, algunos mecanismos de carácter psicosociológicos muy bien definidos y con una retórica y estructura narrativa muy semejante en todos los países, se imponen en todo el planeta, gustos, modas, patrones culinarios y hasta apreciaciones estéticas.

El criterio mercantil de las noticias, de los sonidos o de las imágenes, es el que viene lamentablemente predominando por encima del respeto a la verdad, a los hechos y a la información veraz, objetiva e imparcial. La carrera salvaje por el ‘rating’, el sensacionalismo y la instantaneidad extrema, hacen peligrar constantemente la ética necesaria que debe existir y prevalecer en los medios de comunicación social.

Hoy, como en ninguna otra época, tiene lugar un intenso intercambio de información a escala planetaria, que viene configurando un sistema de información basado principalmente en imágenes y sonidos y un concepto muy difuso entre verdad y mentira. La competencia más feroz, el carácter mercantil de los mensajes o la manipulación ideológica de los contenidos y conceptos, son desafortunadamente los rasgos inherentes del modelo informativo hegemónico.

En el campo de la comunicación social no hay trabajo neutro. Un ejemplo harto elocuente, ilustra perfectamente esta verdad. A principios de agosto del 2010, fuimos testigos del extenso circo mediático montado con la tragedia de 33 mineros chilenos, atrapados durante 69 días a 700 metros bajo tierra. Conocimos más las trivialidades surgidas en torno a este infausto suceso, que las razones de explotación despiadada que provocaron el derrumbe.

Lejos estuvimos así de conocer las difíciles condiciones laborales que imperan en las minas chilenas, donde solo en la última década han muerto más de 400 trabajadores. Asimismo, careció de valor alguno para la industria mediática las más de mil quinientas personas que solo en ese mismo año 2010 habían muerto de cólera en Nigeria, según la Organización de las Naciones Unidas. Esto demuestra que se aplican censuras y se ocultan verdades en el poderoso imperio mediático, con el propósito principal de evitar que pensemos críticamente.

En la actualidad resulta muy común para muchos justificar sin sonrojo alguno el uso del trucaje y la impostura, como estrategia para alcanzar el éxito y la celebridad en la industria mediática. Al respecto, me parece oportuno valernos del periodista Ignacio Ramonet que, en su libro Propagandas silenciosas, relata un ejemplo elocuente de embaucamiento colosal: ‘En abril de 1981, una periodista del prestigioso Washington Post, Janet Cooke, consiguió el premio Pulitzer por un extraordinario reportaje sobre el pequeño Jimmy, sistemáticamente drogado por el amante de su madre y convertido, a la edad de ocho años, en un adicto a la jeringuilla y a la heroína… Pero ni Jimmy ni el amante ni la madre, existieron jamás’.

Por ello, en estos tiempos que corren, es imperativo recuperar y defender en el ámbito de la comunicación e información, el estricto sentido de la ética y de un compromiso invariable por defender la verdad y la objetividad. Se trata, además, de renunciar al formato frívolo y superficial y sostener, sin claudicación alguna, las dos exigencias fundamentales de una verdadera información: la credibilidad y la fiabilidad.

En síntesis, aguarda recobrar el control del vocabulario, de los mensajes, de la semántica y de la noticia, como bienes sociales que pertenecen y le interesan a todos. Salvaguardar en todo momento, eso sí, la libertad de expresión sin excesos; pero vigilando no confundirla con la libertad de empresa o con la codicia que se anida en la noticia, cuando esta solo se asume como mercancía.

Fuente del articulo: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/sociedad-conocimiento-informacion/23984580

Fuente de la imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/298504_800x600_crop_5895409d7246f.jpg

Comparte este contenido:

Libro: El conocimiento de la enseñanza. epistemología de la investigación curricular Antonio Bolívar

Europa/España/Abril del 2017/Reseña/https://www.researchgate.net/

 

Reseña:

En este primer capítulo se pregunta, en una reflexión de segundo orden o metadidáctica, sobre qué clase de conocimiento poseemos del campo educativo, cómo se obtiene o genera, y qué justificación epistemológica lo sustenta. Se trata de indagar qué tipo de conocimiento genera/produce la Didáctica, en qué medida está justificado epistemológicamente, o contribuye a mejorar la práctica docente.A partir del importante y reciente trabajo de revisión de Fenstermacher (1994), que toma como hilo conductor en la medida que estimo marca un primer veredicto y anatomía del campo desde el punto de vista epistemológico (con las virtualidades y limitaciones que dicho enfoque implica), completara su panorama en diversos ángulos, para exponer -por contraste- su propia posición. seguido expone que: La cuestión, sin duda, no es sólo epistemológica, sino ideológico-política (poder y control del conocimiento): quién crea, construye o reconstruye conocimiento sobre la enseñanza, cómo el conocimiento generado localmente puede ser transferido/usado en otros contextos más generales, o en qué medida el conocimiento local (práctico) o general (formal) pueda ser utilizado para mejorar la propia práctica. En lugar de ver al profesor como un recipiente consumidor de investigación y prescripciones externas, se trata de situar al profesor como un constructor de conocimiento y significado, que posee un tipo de conocimiento que difiere del derivado de la investigación educativa tradicional.

DESCARGAR  AQUÍ

Libro Epistemologia do

Fuente:

https://www.researchgate.net/profile/Antonio_Bolivar/publication/292983636_El_conocimiento_de_la_ensenanza_Epistemologia_de_la_investigacion_curricular/links/56b3b4fe08ae5deb2657e190.pdf

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/WiD8ECeRiaZkiFHgtsGc35UsSKm4FmYMncxgFQBlgGDlaE6FjS19935ISNLOmGk7KtXd=s147

 

Comparte este contenido:

Rumbo al suicidio educativo

Por. Mariano Palamidessi

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) es el organismo que sigue la evolución de la enseñanza pública.

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) es el organismo estatal a cargo de seguirle los pasos a la evolución de la enseñanza pública. Sus conclusiones representan, en consecuencia, una insoslayable opinión oficial sobre cómo marcha la formación de niños y jóvenes en Uruguay. Y esa opinión es que el desastre actual equivale a un suicidio en un área en que se juega el futuro del país. El Ineed presentó hace poco el informe Trayectorias Educativas en la Educación Media. PISA-L 2009-2014, que fue acompañado por una alarmante evaluación precisa del director ejecutivo del organismo, Mariano Palamidessi, ampliada en declaraciones a El Observador. El jerarca es un técnico argentino de reputación internacional, con doctorados en el área educativa en su país y en Brasil y consultor de Naciones Unidas, que llegó a su cargo actual por concurso.

Palamidessi detalló el estado de devastación en que ha caído la educación pública uruguaya. Señaló que apenas 6% de los estudiantes de secundaria que participaron de las últimas pruebas internacionales PISA, en las que Uruguay salió mal parado, completó después el bachillerato y que el “retraso en la trayectoria previa prácticamente cancela las posibilidades de terminar educación media”. Sobre la formación en primaria, que muchos otros técnicos también han denunciado como insuficiente para preparar a los niños para el ingreso al liceo, dijo que “gran parte de los estudiantes de primaria van a clase cuatro horas” por día, igual que hace 120 años e ignorando la drástica evolución de las exigencias educativas en todo el mundo. Como es imposible que en ese tiempo un niño aprenda lo que necesita, Palamidessi enfatizó que “necesariamente tenemos que ir a (las escuelas de) tiempo completo”. Esta forma idónea de formación escolar es lo único que los gobiernos del Frente Amplio retuvieron de la reforma Rama y se comprometieron a intensificar. Como tantas promesas gubernamentales, las metas anunciadas de expansión de las escuelas de tiempo completo siguen atascadas.

Su fallo sobre la educación secundaria fue lapidario. Dijo que la “tasa de mejora muy leve en materia de egreso del  ciclo básico y bachillerato para el país es un suicidio”. Explicó que es un suicidio porque si un país pequeño como Uruguay “quiere formar parte de una sociedad integrada, democrática y que ofrezca oportunidades a las personas” tiene que “apostar a la educación y al conocimiento. Que el 60% de la población no complete educación media es un bloqueo político, económico y cultural hacia el futuro”.

Palamidessi coincidió con los muchos expertos que señalan desde hace años la necesidad de reformar el sistema educativo público para ponerlo a rueda de lo que hacen países más atentos a las exigencias del siglo XXI. Incluso los dos últimos presidentes frenteamplistas, José Mujica y Tabaré Vázquez, programaron reformas razonables al inicio de sus períodos de gobierno. Pero la enceguecida oposición de los sindicatos docentes y la incompetencia de las sucesivas autoridades de ANEP le torcieron la mano primero a Mujica y ahora a Vázquez, condenando a la educación pública a seguir hundida en un pavoroso estancamiento. Ganará el país si tanto el gobierno como quienes dirigen ANEP y sus consejos absorben las conclusiones de su propio organismo de evaluación y reaccionan a tiempo, antes de que el mundo nos pase de largo.

Fuente: http://www.elobservador.com.uy/rumbo-al-suicidio-educativo-n964594

Imagen: static.elobservador.com.uy/adjuntos/181/imagenes/006/558/0006558973.jpg

Comparte este contenido: