Entrevista con Yolanda Saldarriaga. Caracteriza al feminismo popular y reflexiona acerca de la coyuntura en términos de procesos revolucionarios, organización y lucha
Integrante de la Escuela de Feminismo Popular, Identidades y Sexualidades Revolucionarias de Venezuela. “Las feministas avanzamos en posicionar nuestros debates en todos los espacios”, afirmó.
La solidaridad entre las feministas de los pueblos se convierte en una urgencia para Nuestra América. Y con esa inspiración, Yolanda Saldarriaga, integrante de la Escuela de Feminismo Popular de Venezuela, vive sus días en la Argentina, “lo que se siente es mucha fuerza y mucha potencia del pueblo argentino aun en la situación complicada en la que nos encontramos en todo el continente”.
“Tanto en la arremetida, como en la fuerza y la lucha son muchas las coincidencias, somos pueblo latinoamericano. Estamos en la misma lucha”. Con estas palabras, Yolanda dialogó con Enredando las mañanas y algo de esto nos dejó.
De intercambios y similitudes y diferencias entre Venezuela y Argentina
Yolanda observa, a partir de las experiencias que retoma de los sucesivos viajes a nuestro territorio que “en el trabajo concreto y en la metodología que se desarrolla en los espacios de lucha son muchas las coincidencias” entre los movimiento sociales de la Argentina y de Venezuela y que “hemos aprendido mutuamente en estos años”. De hecho, sostuvo que “fue fundamental venir (a la Argentina) en 2007 y ver la masividad del feminismo como fuerza”, a pesar de que “allá (en Venezuela) todavía es un poco más incipiente” por lo reciente.
“Nosotras recibimos un gran impulso a partir de participar (casi todos los años) del Encuentro Nacional de Mujeres (de Argentina), ahí hay bastantes coincidencias”, contó, “las feministas avanzamos en posicionar nuestros debates en todos los espacios, es decir que el patriarcado es un sistema articulado al capitalismo y al colonialismo, así que está presente en todos los momentos y en todos los espacios donde el sistema se expresa”.
Yolanda estuvo en la apertura de la Escuela de los Derechos de los Pueblos del Abya Yala Berta Cáceres, que se realizó el viernes 25 en el Espacio Cultural Pompeya, “era interesante ver cómo no era una actividad convocada desde el feminismo, desde las mujeres, pero se lograba insertar el debate en todos los puntos en los que se trabajaba. Si hablábamos de formación política o de coyuntura en el continente era ver cómo nos afecta a las mujeres y cuál va a ser nuestra respuesta, organizadas”, contó.
“La diferencia que veo, es la criminalización a la protesta que también muestra cómo (en Argentina) se van a organizando para resistir y dar respuesta a eso”, sostuvo Saldarriaga pero amplió, “las condiciones en el continente, del pueblo organizado, de los movimientos y del poder popular no dan para que estemos en situación de absoluta resistencia sino que todavía tenemos condiciones para disputar hegemonía. En eso estamos y desde el feminismo participamos activamente”.
Cómo nace la Escuela de Feminismo Popular: un espacio de articulación
“En 2006 empezamos a juntarnos mujeres y compañerxs de la sexo- género diversidad para acompañarnos. Muchas estábamos en grandes organizaciones mixtas y ya veníamos trabajando la línea de género y feminista, estábamos recibiendo muchos ataques de nuestros mismos compañeros y empezamos a hacer espacios de encuentro, intercambio de metodologías o contenidos, de catarsis para abrazarnos y apoyarnos mutuamente y ahí fueron saliendo los Encuentros Nacionales de Formación, una actividad en la que nos juntábamos a intercambiar líneas de trabajo”.
“Y en 2013 decidimos generar un espacio permanente de articulación conjunta, trabajando con (casi) todos los movimientos sociales que participan de nuestras actividades regionales y nacionales. En ellas debatimos sobre el patriarcado y sus múltiples expresiones machistas, tanto las macro como nuestras prácticas”.
“Las mujeres tenemos un modo de comprender el mundo muy complejo”, dijo Yolanda al reflexionar sobre el feminismo popular y la importancia que tiene al momento de tranversalizar sus demandas y otorgar de hecho al proceso venezolano del carácter revolucionario. “Las mujeres, dedicadas a la reproducción de la vida” (un lugar que nos dio el patriarcado), contamos con “habilidades y una comprensión del mundo que está ayudando en la construcción de una nueva forma de hacer política, que no abandona la subjetividad, que se preocupa por el otro o la otra, que pregunta cómo te sientes en los espacios de militancia, que parece una cuestión sin importancia pero que son la humanización de nuestras relaciones, la propuesta de nuestras revoluciones de izquierda de construir otra sociedad”.
La guerra del capitalismo y el impacto sobre las mujeres del pueblo
“Es descarado el nexo entre el imperialismo y la derecha en Venezuela”, caracterizó Yolanda Saldarriaga, mujer, feminista y militante política ante las preguntas sobre la coyuntura y la guerra de la derecha contra la nación bolivariana, “la guerra es híbrida, con muchas aristas”, sostuvo.
Relató que la guerra económica afecta muy directamente a las mujeres a través de “la escasez de productos de la canasta básica. Esconden la leche pero hay yogurt, no hay agua pero hay cervezas o jugos. Hay acaparamiento, hay especulación, hay un sector dedicado a aumentar los precios para generar desestabilización en el país”.
Contó que “los primeros productos que desaparecieron del mercado son los relacionados con el cuidado y la salud sexual y reproductiva de las mujeres”, “una táctica efectiva de la derecha” según Saldarriaga, “lo único que se consiguen son condones a muy alto costo, y eso desespera a la población y va a generar pobreza a mediano plazo, es el plan que tiene la derecha, que las familias se multipliquen y que no tengan como sostenerse económicamente cuando la mejora en la calidad de vida integral del pueblo venezolano es una gran triunfo de estos 17 años de revolución”.
Según la Red de Información por el Aborto Seguro se recibían 12 llamadas diarias en 2012 pasando a atender aproximadamente 200. Según comentó Saldarriga, el motivo es que “la mayoría de mujeres reportan que tienen un embarazo no deseado porque no consiguieron el método que usualmente utilizaban” porque sencillamente no hay.
“La situación de guerra económica recluye a las mujeres al espacio doméstico nuevamente”, afirmó de forma categórica y escalofriante, “el tiempo que dedicábamos al trabajo comunitario, a estudiar, a diversas actividades para nuestra emancipación y la del pueblo, ahora tenemos que dedicarla a hacer colas para conseguir alimentos, básico para mantener a la familia”. Y culminó, “como las mujeres somos la columna vertebral de la revolución, contra ellas dirige la derecha su ataque”.
Fuente de la Entrevista:
http://www.lahaine.org/mundo.php/en-venezuela-las-mujeres-somos