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Entrevistas a dos sobrevivientes del secuestro de estudiantes secundarios durante la dictadura argentina conocido como “la Noche de los Lápices”

América del Sur/Argentina/26.02.2017/Autor: Ailín Bullentini/Fuente:http://www.nodal.am/

Reflexiones del pasado y el presente

Dos sobrevivientes del secuestro de estudiantes secundarios en La Plata durante la dictadura hablaron con Página/12. Compararon su militancia en aquellos días con la de los jóvenes en la actualidad y advirtieron sobre la regresión en materia de derechos humanos a partir de la llegada de Macri al gobierno.

EMILCE MOLER: “El terrorismo de Estado de ayer es el hambre de hoy”

A los 20 años, a Emilce Moler le abrieron la puerta de la cárcel de Devoto y le dijeron que se fuera. Había estado poco más de un año a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Antes, secuestrada en Arana, el Pozo de Quilmes y la comisaría tercera de Valentín Alsina, en el conurbano. Bajo “libertad vigilada”, ya no volvió a La Plata, donde había nacido, crecido y conocido la militancia en la escuela secundaria de Bellas Artes. Corría 1979 y era una de las cuatro sobrevivientes de la cacería que la Bonaerense desplegó en La Plata contra militantes adolescentes de la Unión de Estudiantes Secundarios y que con los años acabó conociéndose como La noche de los lápices. Con su testimonio en el juicio a la cúpula de la Bonaerense en 1986 y en el trabajo con el Equipo Argentino de Antropología Forense aprendió “el valor irremplazable de los sobrevivientes. Somos los que podemos dar luz al ‘adentro’”. La impunidad de las leyes derrumbó esperanzas. Estudió Matemáticas y, desde su perfil docente, volvió a la militancia política con el kirchnerismo. “Fue el único proyecto político que se cargó sobre sus hombros la memoria, la verdad y la justicia y yo abrace su causa contenta”, evalúa.

–Se cumplen 40 años de su secuestro. ¿Qué tiene de especial este aniversario?

–Las efemérides siempre ayudan para hacer una reflexión del pasado y los números redondos, como en este caso, pareciera que exigiesen una reflexión mayor. Las reflexiones yo siempre las hago en dos planos, uno individual y uno colectivo. El balance colectivo nos lleva a pensar qué pasó en los últimos 40 años. Muchas cosas, pero en el plano específico de los derechos humanos creo que avanzamos mucho como sociedad. Todo lo que nos hubiera gustado indudablemente no, pero avanzamos sobre todo en el repudio a la dictadura, a las torturas, a la apropiación de hijos y nietos, a las desapariciones. hemos aprendido muchos conceptos, se han establecido leyes. El año 2003 fue definitivamente un quiebre positivo en este sentido. Como sociedad llegar a ese piso no es malo. Falta, falta mucho y ahora lo estamos viendo con un gobierno que lejos de bregar por estas políticas, saca financiamiento y deja caer programas y así refleja que no es su interés mantenerlas. Las frases que emiten sus integrantes tampoco son inocentes. Es un retroceso que no encuentra una reacción tan masiva como pensábamos que iba a tener. Ese es el termómetro que nos permite medir hasta dónde habíamos calado fuerte en estos temas y qué capas nos faltan perforar.

–¿Cómo explica que ese retroceso no encuentre una reacción masiva?

–Uno se tiene que replantear cómo explicamos el tema de los derechos humanos durante estos años, durante los que no pudimos hacer ese nexo entre las violaciones de derechos humanos y las cuestiones económicas. Eso nos faltó. La cuestión cultural nos quedó más atrás, incluso. Durante el kirchnerismo trabajé en la aplicación de la Asignación Universal por Hijo, y veía que maestras que se emocionaban con las Madres y las Abuelas en un acto después cuestionaban la asignación, trataban mal a los chiquitos o protestaban por los limpiavidrios. Ahí tenemos que hacer un análisis de cuál fue nuestro legado en memoria, porque creo que quedó disociado del presente. Nos quedamos en las violaciones a nuestros derechos humanos, nos faltó darle la envergadura necesaria para que se pueda extender a los derechos de todos, para que se pueda reactivar. El terrorismo de Estado de ayer es el hambre de hoy. Antes, torturas y desapariciones. Hoy, pobreza y desocupación. Hoy son negros de mierda, los pibitos con capuchas, los inservibles, los bolivianos, los paraguayos. Ayer, éramos subversivos. Recuerdo que un militar una vez le dijo a mi padre “su hija es irrecuperable para esta sociedad”. Cuando escucho que eso se dice de los pibes pobres, bueno… Como sociedad, creo que ahora no se aceptaría un golpe militar como tal, pero las formas de sometimiento, de control político hegemónico económico se manifiestan de otra manera.

–¿Y la reflexión individual?

–No la puedo disociar de lo colectivo. Me hubiera gustado llegar a los 40 años de La noche de los lápices con otro escenario político. Tuve una tristeza, y por momentos la tengo, de no poder seguir avanzando como hubiéramos avanzado si seguía el kirchnerismo. No estarían los juicios (de lesa humanidad) en peligro. Yo que siempre luché por la verdad, la memoria y la justicia como tantos otros sobrevivientes, el de Néstor y Cristina fue el único proyecto que se cargó al hombro estas cuestiones no desde lo declamativo, sino en su concreción en políticas de Estado, y por lo tanto había que ayudarlos, apoyarlos con toda la fuerza. Yo abracé la causa contenta. Avanzamos muchísimo, pero creo que hay una necesidad de repensar algunas prácticas.

–¿Se puede hacer un paralelismo entre la militancia de ustedes entonces y lo que sucedió con la juventud en los últimos 12 años?

–En los últimos años me fue muy fácil explicarles a los chicos qué era militar. En los 90 había un cortocircuito desde la palabra misma. Me decían “¿qué es militar? ¿un militar?” No tenía cómo explicarles el fervor de una bandera, de una marcha. Y estaba bien, porque la política se abraza cuando se ve que a través de ella se puede hacer algo, se puede cambiar algo. Quién se iba a dedicar a la política en los 90 cuando los políticos eran los que hacían que cerraran las fábricas y recortaran los sueldos. No te quedaba otra que ser enemigo de eso. Cuando empezó todo este reverdecer de la política, las preguntas que me hacían apuntaban casi todas a los centros de estudiantes de entonces, cómo era hacer política, y no tanto qué pasaba en un centro clandestino. Y yo siempre les fui sincera: siempre organizar es difícil, las militancias son incómodas, cuestan trabajo y nunca fuimos la mayoría para que no se haga una idealización. Porque si no les dejás a los jóvenes de hoy un legado demasiado duro. La diferencia grande entre ellos y nosotros era el contexto: nosotros militamos en un contexto violento, no conocíamos el valor de la democracia. Tampoco teníamos la posibilidad de pensar en una carrera política. Para no- sotros siempre fue jugarnos a todo o nada, algo que no es lógico: no te tenés que jugar la vida para intentar cambios. El problema fue de nuestra sociedad que hizo que nos la tuviéramos que jugar. Ojalá que nadie más tenga que jugarse la vida por querer cambiar las cosas.

–¿A la distancia analiza ese “jugarse la vida” como un error?

–No, para nada. Y algo que nos permitieron los años kirchneristas es que nos permitió contar los 70 desde otro lugar que no fueran solo muerte y desapariciones, nos permitió contarlos desde la política y muchas de las cosas por las que nosotros bregábamos, pudimos verlo. sobre todo en cuanto al rol del Estado. Ahí tuvimos un logro, 30 años después.

–¿Cómo piensa que se puede resignificar hoy la memoria de lo ocurrido durante la dictadura?

–Nos faltó poder relacionarlo más con la vida cotidiana de todos. Llegamos a lo sensible, logramos sensibilizar a la sociedad, pero nos cuesta que lo replanteen en sus propios días. No pueden entender que la razón por la que entonces militábamos y por la que nos hicieron lo que nos hicieron es la misma por la que hoy defendemos a los pibes pobres de los abusos de la policía, por ejemplo. Los abusos institucionales que sufrimos no logramos que la sociedad las conecte con la maldita policía, por ejemplo. Hoy no es tan difícil como lo fue en los 90. Cuesta porque hoy a los chicos no les podés hablar desde el miedo de que pueda volver una dictadura como la de entonces, pero tenemos que lograr que entiendan que si vuelve, lo hará de manera diferente, más sutil, sofisticada y es más difícil que les hagan frente.

PABLO DIAZ. “Los tiempos actuales son de retrocesos”

Pablo Díaz habla de “escenas” para referirse a los flashes más fuertes sobre La noche de los lápices que ocupan su memoria. La “escena del grito de Claudia (Falcone, una de las estudiantes secundarias desaparecidas)”; la de “el juramento”; las de “las vidas de cada uno” de los chicos y chicas que fueron secuestrados la madrugada del 16 de septiembre de 1976 en La Plata durante una cacería de la Bonaerense, compañeros suyos de militancia secundaria, y con los que compartió cautiverio en diversos centros clandestinos de detención. Pasaron 40 años de aquellos días que se convirtieron en la ausencia definitiva de sus compañeros y aún recurre a la película que inmortalizó el hecho en base a su testimonio y al libro escrito por María Seoane y Héctor Ruiz Núñez, en 1986. “Mi obsesión única, egoísta y personal fue cumplir con el juramento que les hice a los chicos en la última escena de la película”, mezcla el film con la promesa que le hizo al puñado de estudiantes secundarios platenses cuando lo “blanquearon” y salió del Pozo de Banfield: “Siempre estoy parado sobre el juramento de que ellos también iban a salir de ahí. Por eso testimonié, por eso el libro, por eso la película, por eso cada charla.”

–¿Qué tiene de especial el aniversario número cuarenta de La noche de los lápices?

–No hubo un año único y creo que siempre va a ser así. La vida cotidiana me va incorporando a la sociedad en la que vivimos, entonces a veces pensás y a veces no; a veces te emocionás y otras no. Pero pasan los años y el hecho sigue ahí, La noche de los lápices es todas las noches para mí, porque todo el tiempo voy descubriendo cosas. Siempre pasa algo que lo resignifica y lo reactualiza desde algún lado. La comunicación con los familiares de los chicos que ya no están está siempre, pero además pasan cosas que me invitan a resignificar. En noviembre del año pasado, por ejemplo, 39 años después, fue la primera vez que me llamaron fiscales para consultarme por abusos sucedidos y sufridos en los centros clandestinos. Si yo había sufrido abusos, que les cuente de lo que me había dicho Claudia la última vez que la vi, que ella nunca más podría ser una mujer porque la habían violado. Para mí, hasta entonces, siempre había sido anecdótico ese comentario. Para mí, para la Justicia, para la sociedad, para el periodismo. Y quizá lo anecdótico había sido todo lo demás y eso era el origen de todas las tristezas de Claudia. Y, sin embargo, los avances en la comprensión judicial de estos hechos, el #NiUnaMenos, lo resignifican. Y las charlas con los chicos en las escuelas, que siempre me ayudan a mantener la memoria.

–¿En qué sentido ayudan a ese ejercicio?

–Con las charlas puedo volver sobre mis recuerdos, recordar a los ausentes, pero también hablar del hoy, de cosas que a los adolescentes de hoy les pasan. Entre lo de ayer y ciertos valores que nosotros teníamos y lo que hoy ellos viven como sus propios conflictos hacemos un puente.

–¿Cómo les habla de su generación?

–Les cuento que éramos chicos con sensibilidad social y amor. Nosotros éramos sensibles a lo que ocurría en nuestro entorno y más allá de él. Salvo Panchito López Muntaner (otra de las víctimas de La noche de los lápices), éramos chicos de clase media, sostenida, consolidada, que nos acercábamos a un barrio y alfabetizábamos, trabajábamos en comedores escolares. Ir a los barrios fue un descubrimiento y después, un marco solidario para tratar de buscar derechos, concretar nuestro deseo de una sociedad más justa. Esa sensibilidad social la encuentro ahora en los chicos. Y si no, los estimulo a buscarla.

–¿Qué otros puntos en común encuentra con la generación adolescente actual?

–Ellos no tienen una militancia clandestina, porque ya no hay dictadura, pero también porque somos nosotros sus padres, o gente más joven que nosotros. Ellos pueden en la sobremesa familiar plasmar su propia identidad religiosa, sexual, política. En nuestras casas el autoritarismo estaba a flor de piel. Mis viejos no se tuteaban. Imaginate la historia con la militancia. No me dejaban militar. Mi papá me echó un día de casa porque me encontró con mi mamá hablando del Che Guevara. ¿Cómo no iba a ser clandestina la militancia? No estábamos clandestinos solo de la dictadura. De nuestras familias también debido a la ingenuidad o a la falta de entendimiento político de nuestros padres. Nuestras madres se iban enterando en qué andábamos, entre comillas, a medida que nos iban secuestrando.

–¿Ve similitudes en las condiciones socioeconómicas de entonces y las de hoy?

–Sí. En normalidad de condiciones, son iguales a lo que éramos nosotros. La diferencia está en la logística que implementamos en aquellos años. Porque yo no me voy a meter en cómo los familiares recuerden a sus hermanos o sus hijos para poder sobrellevar esta historia. Si quieren pensarlos como revolucionarios, lo serán. Si quieren que sean inocentes, lo serán. Lo que sea. Nunca los voy a juzgar. Pero lo que viví, lo que escuché, lo que éramos no me lo voy a olvidar nunca. En ese sentido, somos muy parecidos los adolescentes de ayer y hoy. Porque ellos tienen interés, tienen sensibilidad y amor. El estímulo, por eso, es para que ellos se involucren, sean actores de su propio tiempo, pongan en algún lugar la sensibilidad social, la solidaridad y la lucha por un derecho. Yo no creo en la política partidaria, pero los estimulo a que estén ahí o en un gremio, barrio, centro de estudiantes.

–No eran revolucionarios, dice. ¿Qué eran?

–Adolescentes.

–Habla de inocencia. ¿Se cree culpable?

–Cuando hablo con los chicos me gusta que ellos entiendan nuestra culpabilidad. Nos agarraron por algo, entre comillas, yo les digo por qué, necesito que entiendan quién era el bueno y quién el malo, quién estaba haciendo el bien y quién el mal. ¿De qué se nos culpaba? Del apoyo escolar, de querer con eso que el barrio pobre que tenía nueve cuadras de largo tuviera cada vez menos. Hoy hay 70 cuadras de ese barrio pobre. Nuestra intencionalidad, la de nuestra militancia política, social, gremial, en un centro de estudiantes era por que queríamos vivir en un lugar más justo. Éramos animales que necesitábamos alimentarnos de hacer cosas en función del cambio que buscábamos. ¿Dónde se hace uno apasionado de la política? En la vergüenza de la pobreza, cuando siente la pobreza. A Víctor Treviño, un compañero que está desaparecido hoy, yo lo vi lagrimear un sábado mientras entraba en un barrio periférico de La Plata y cuando le pregunté qué le pasaba me respondió “¿Cuándo vamos a poder cambiar todo esto?”. Ésa es la pasión de hacer todo y más de lo que esté al alcance de uno para mejorar la cosa. Por supuesto que no fuimos culpables de nada, fuimos dignos en todo.

–Planteó que se va “adaptando” a la sociedad en la vida cotidiana. ¿En qué momento, en estos últimos 40 años, se sintió más cómodo durante esa adaptación?

–Pude descansar en el kirchnerismo. Porque hubo justicia, porque había otros que tomaban la posta, por que los organismos se fortalecieron. Además, fue un tiempo en el que me fui argumentando cosas. Los tiempos actuales son de retrocesos. Pero yo nunca tuve vergüenza de decir que vivo para que Claudia y los chicos vivan. Siempre estoy atento a que ellos estén vivos.

Fuente: http://www.nodal.am/2016/09/emilce-moler-sobreviviente-argentina-de-la-noche-de-los-lapices-el-terrorismo-de-estado-de-ayer-es-el-hambre-de-hoy/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/09/na16fo01-600×350.jpg

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Educar sin adjetivos.

Por:  Antonio J Mialdea Baena.

Posiblemente sea éste que te dispones a leer uno de los artículos más complicados que he escrito. Y tú dirás: ¡Venga ya! Pues sí. Hoy la voz de un colectivo muy grande que siente que debe alzar su palabra en diálogo para reivindicar y defender lo que otros intentan, sin que haya necesidad, ni diálogo, ni razón suficiente, amenazar y destruir. Por tanto, siento una enorme responsabilidad al convertirme en eco de un colectivo como el de la Escuela Concertada y, por eso, voy a escribir este artículo tratando de conseguir, difícil a priori, el equilibrio entre lo que me dicta la razón y lo que me dicta la emoción, ambas con sus diferentes ramificaciones como la llamada inteligencia racional y la emocional. Yo añadiré, y espero que lo podáis descubrir con un poco de voluntad, que seguro que sí, la inteligencia de la interioridad que no se enseña sino que, como digo, se descubre.

Partiré en este viaje, corto pero intenso, de algo emocional. Soy padre de dos hijos y los dos estudian en la escuela pública. Y sin entrar ahora en demasiados detalles estoy muy satisfecho de la formación académica que están recibiendo. Lo he manifestado expresamente en numerosas ocasiones. De hecho, sé que esa formación es buena, y perdonadme la inmodestia, porque incluso cuentan con un servidor para que vaya a hablar a los alumnos de vez en cuando. Es decir, hay una preocupación por la formación de los estudiantes que va más allá de las clases magistrales de sus respectivos profesores. Es más, ningún profesor de la Pública, que yo conozca al menos y conozco a unos cuantos, tiene reparo en llamar a uno de la Concertada o Privada para que comparta con el alumnado su experiencia y sus conocimientos. Ni, por supuesto, al contrario. Y luego les diré algo sobre los espacios comunes que compartimos agradablemente y a los que no pienso renunciar.

Vamos con lo racional, que tomaré en el sentido de profesional para no dejarme llevar en demasía por lo emocional. Soy profesor de la Escuela Concertada. Ya llevo algunos años y puedo decir que soy un tipo feliz con el trabajo que realizo cada día (bueno, he tenido y tengo, como todos, mis días…) y trato igualmente cada día de que mis alumnos sean felices, desde que entran muy temprano ¡demasiado! por la puerta del colegio hasta que salen, y sí, claro, a través de un modelo educativo atravesado, no me oculto, por los valores del Cristianismo, repito, del Cristianismo.

Partiendo de estas dos laderas, quien soy como padre y quien soy como profesor, escribiré tres o cuatro ideas que quiero dejar bien claras para que mis lectores puedan comprobar lo que algunos políticos de turno quieren hacer, en este caso, en materia educativa que es precisamente uno de los asuntos, después lógicamente de la economía, el paro, la corrupción, que más nos preocupan a los españoles. Por eso, y aunque me repita en exceso, creo que es urgente un pacto por la Educación porque es irracional seguir a merced del vandalismo político de unos cuantos que sólo se mueven para ganar votos, escaños y dietas sin dar palo al agua. Como he reescrito el artículo un par de veces, las dos o tres ideas que te dejo no van a ser ni datos poblacionales, ni económicos, etc. Esto ya lo tienes todo publicado por activa y por pasiva. Te dejo unas ideas para que reflexiones. La primera es mitad reflexión y mitad invitación a los altos jerifaltes del PSOE para que publiquen en qué colegios estudian o estudiaron sus hijos. Si ellos no lo hacen, a mí no me importaría hacer un ejercicio de memoria. No sabéis las sorpresas que nos llevaríamos, aunque algunas son de sobra conocidas. Que se preocupen ellos sobre estos asuntos y sobre otros, como recuperar su identidad (que se la han cargado) y que dejen de decirles a los padres de nuestros alumnos que no se preocupen. Los padres de nuestros alumnos se ocupan de saber dónde quieren que sus hijas e hijos estudien. Quienes se tienen que preocupar por arreglar ciertos asuntos son ustedes mismos, señoras y señores políticos del PSOE, PP, C’s, PODEMOS, etc. que se ocupan de lo que no se tienen que ocupar y que no se preocupan de lo que se tienen que preocupar verdaderamente.

Entiendo las reivindicaciones de los profesores de la Educación Pública y naturalmente que quiero que trabajen y que se sientan bien con lo que hacen, pero es absurdo que se quiera conseguir esto arruinando la vida del colectivo de la Concertada, quienes, igual que ellos, nos dejamos la piel cada día en las aulas, tanto, y no se olviden, con aquellos a quienes educamos como con aquellos que cada año nos examinan. También pasamos continuas oposiciones.

Termino diciendo algo sobre los espacios comunes porque quiero que nuestros políticos comprendan de una vez que los profes de la Pública y de la Concertada ya tenemos logros en común sin necesidad de destrozarnos los unos a los otros. Y me refiero, porque lo conozco sobradamente, a nuestros encuentros en torneos de debate con nuestro respectivo alumnado donde hemos sido capaces de crear lazos de trabajo y de amistad común. Así que no quieran ustedes venir a destrozar desde sus cómodos escaños lo que nosotros, con nuestro esfuerzo y nuestra ilusión, ya hemos logrado. Nosotros sólo miramos por el bien de nuestros alumnos porque mientras nuestros políticos siguen discutiendo para ver qué adjetivo le colocan detrás a la palabra Educación, nosotros, los que pasamos el día en el aula hemos ido aprendiendo a educar sin adjetivos.

Fuente: http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/educar-sin-adjetivos_1123628.html

Imagen: http://zetaestaticos.com/cordoba/img/noticias/1/123/1123628_1.jpg

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Nicaragua: Inició primaria y secundaria a distancia en el campo.

Los programas responden a la restitución del derecho a  la educación del pueblo.

Centro América/Nicaragua/14.02.2017/Autor y Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/

Niñas y niños del Instituto José Dolores Estrada de Nandaime, Granada, comenzaron este sábado el curso escolar 2017 de la Primaria y Secundaria a Distancia en el Campo, programas promovidos por el Gobierno Sandinista, a través del Ministerio de Educación (Mined), como parte de la restitución del derecho a la educación del pueblo.

Docentes, padres y madres de familias resaltaron el esfuerzo que realiza el gobierno nicaragüense para garantizar a los estudiantes la merienda escolar, los libros de textos, los maletines escolares, los uniformes, entre otros artículos.

Karla María Huembes, directora de este centro de estudios, indicó que la matrícula se comportó satisfactoriamente en la primera fase, aunque esperan que continúe incrementándose a medida que avanza el curso escolar.

Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2017-02-11/instituto-jose-dolores-estrada-nandaime-abre-aulas/

Imagen: http://www.lavozdelsandinismo.com/wp-estaticos/2017/02/primer-d%C3%ADa-de-clases-en-primaria-y-secundaria-a-distancia-2.jpg

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La iniciativa de ley de la CNTE .

Por: Horacio Erik Avilés Martínez . 

El día de ayer, en la Ciudad de México, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación presentó una iniciativa ciudadana de modificación a los artículos 3° y 73° constitucionales. La iniciativa, elaborada al alimón entre legisladores del PRD y la Dirección Política Nacional de la CNTE, contó con la paralela recolección de firmas para apoyar esta serie de modificaciones legislativas; es decir, los firmantes avalaron a la ciega un proyecto que desconocían. Finalmente, al ser hecho del dominio público tras su entrega en la Ciudad de México y posteriormente dado a conocer, la sociedad nacional cuenta con la posibilidad de analizar y comprender la verdadera intencionalidad de la CNTE en torno a modelar la educación nacional a modo de sus intereses particulares.

En su iniciativa, resulta sorprendente la medrosidad con la cual abordan una serie de temas en los cuales la legislación educativa debe ser incrementalmente garantista y progresista, a la par que se exhibe el descaro con el que buscan contar constitucionalmente con la rectoría de la educación, alimentando la creación de un sistema de gobernanza simulador y a modo, con la creación de un Consejo Nacional de Educación, cuya intencional ambigüedad en la definición del mismo, al mencionar que los miembros del mismo deberán ser “partícipes del fenómeno educativo”, lo que permitirá que se asignen cuotas a grupos y personajes incondicionales para continuar controlando los recursos y procesos del sistema educativo nacional, como hasta ahora lo han realizado soterradamente los grupos de interés. Por ejemplo, dentro de la iniciativa de ley que presentan el PRD y la CNTE, resulta inconsistente con el discurso que han proferido durante mucho tiempo el hecho de que no se atrevan a impulsar la gratuidad de la educación superior, sino que tratan con enorme tibieza de preservar el lindero que marca la legislación vigente, al limitarse al buscar garantizar la educación media superior solamente. En contrapunto, con actitud filibustera, uno de los atentados más arteros en contra del Artículo Tercero que intentan articular es retirar de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el mandato de que la educación pública sea de calidad, con base en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos, lo cual es ley vigente,  pero la CNTE no solamente ha denostado su cabal aplicación, sino que ahora, completamente volcados al ataque los redactores de este proyecto pretenden abrogar este cardinal atributo de la educación nacional. ¿Cuáles son los argumentos para realizar una propuesta de esta índole? ¿Estuvieron debidamente informados los ciudadanos firmantes de esta iniciativa que están promoviendo que la educación que imparta el estado mexicano carecerá constitucionalmente de este importantísimo atributo? ¿Están de acuerdo los padres de familia mexicanos en aceptar ciegamente y de buena gana que sus hijos recibirán educación sin calidad? Sin embargo, no para ahí la fabulación, ya que completamente volcados hacia su vehemente intención de controlar y someter a los maestros de México, intentan socavar los procesos de ingreso, permanencia y promoción al servicio profesional docente, para poder continuar operando a sus anchas sus ingentes redes y modalidades de corrupción, con todas las triquiñuelas que les caracterizan. Asimismo, demuestran el talante cupular que les ha caracterizado al pretender que un grupo de notables dirijan la educación nacional mediante un denominado Consejo Nacional de Evaluación Integral de la Educación, el cual se integrará de acuerdo con el punto de vista conjunto del PRD y la CNTE de tal forma que habrá “al menos diez representantes de los componentes de la educación en los niveles de educación básica y media superior que pertenezcan a instituciones educativas públicas dependientes de la secretaria de educación pública (sic), dos representantes del Instituto Nacional para la Evaluación Integral de la Educación, dos representantes de organizaciones de la Sociedad Civil (sic) cuyas hijas o hijos acudan a la escuela pública y, dos representantes del Consejo Nacional de Educación, en los términos que la Ley (sic) señale”.

Con esto, buscan mantener un control a modo de la evaluación nacional, sin realmente generar un sistema de consulta amplio respecto a cómo comprender y explicar el logro educativo nacional a la luz del contexto socioeconómico y cultural que se matiza irrepetiblemente en cada comunidad de aprendizaje. Por ende, sorprende que al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, le hagan un ajuste meramente cosmético, al incluir en su nombre el término “integral”, como si su denominación actual implicase algún enfoque parcial y como si una modificación nominal implicase una transformación de fondo. Gatopardismo puro. En suma, por todas las irregularidades, transgresiones y efectos perniciosos para la educación nacional, de las cuales solamente se mencionan algunas de las más flagrantes en esta colaboración, por razones de espacio,  el Poder Legislativo Federal debe de pronunciarse firmemente poniendo al centro de cualquier decisión la cabal vigencia del  inalienable derecho a aprender de los niños y jóvenes del país,  por encima de cualquier interés sectario, gremial o político. Asimismo, el PRD, a nivel nacional y estatal  debe de esclarecer ante la sociedad mexicana si respalda plenamente esta iniciativa y asume el costo político de cultivar esta naciente relación peligrosa, que pone en entredicho el apoyo que brindó el mencionado partido a la Reforma Educativa de 2013, sin duda la de mayor calado que se ha hecho a la legislación en materia educativa en las últimas décadas. Tampoco debemos perder de vista los mexicanos que resulta descaradamente oprobioso que en pleno centenario de la promulgación de la Constitución de 1917 se presenten propuestas de cambios tan retardatarios, que transgreden principios defendidos por los liberales que conformaron nuestra patria, como la igualdad de oportunidades y el derecho a la educación con inclusión. Es asimismo inaceptable que en este momento histórico en el que más que nunca se requiere la unidad nacional, se presente una contrarreforma constitucional de esta magnitud que impulsa el gremialismo, como una forma de clasismo que excluye a los aspirantes a ejercer a su vocación magisterial  de participar en un concurso de oposición para el ingreso al servicio profesional docente, contradiciéndose crasamente con el tímido refrendo de la inclusión y la igualdad enunciado en su propio proyecto, demostrando que es meramente discurso, cuando sus intencionalidades operativas son muy diferentes.

Por todo lo anterior, los integrantes del Poder Legislativo Federal  tienen el altísimo deber de convocar a amplios sectores sociales a debatir públicamente estas punitivas medidas que hoy propulsan el PRD y la CNTE,  que buscan eliminar la excelencia educativa, la calidad, la meritocracia, la inclusión y la igualdad de oportunidades en el ingreso  al servicio profesional docente de nuestra Carta Magna. México no debe repetir errores ni retornar por  razones de mero cálculo político al conservadurismo, entregando a los grupos de presión la educación de nuestros hijos. Como ciudadanos alcemos la voz y exijamos la cabal implementación de la legislación en materia educativa en cada aula, para garantizar los derechos de  cada estudiante y de cada maestro, no retrogradaciones inaceptables hacia el caos y la corrupción.

Fuente:

La iniciativa de ley de la CNTE/Horacio Erik Avilés Martínez

Imagen: https://www.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2017/02/cnte-pgr-2-1140×580.jpg

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Destacan papel de la juventud salvadoreña en la nueva cultura de paz.

Centro América/El Salvador/07.02.2017/Autor y Fuente: http://www.prensa-latina.cu/
El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, afirmó hoy que la juventud salvadoreña tiene la misión de construir el nuevo país, con paz y oportunidades para todos.

Durante su programa Casa Abierta, el jefe de Estado aseguró que los jóvenes son parte de un compromiso de país alrededor del cual se han unido por vez primera todos los sectores, en el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia.

En ese Consejo, en el 2015 se diseñó un plan para llevar al país a una cultura de paz, a una mayor convivencia y rescatar las comunidades que siempre estaban a puertas cerradas, enfatizó.

Ese Consejo acordó el plan El Salvador Seguro, el cual tiene diferentes componentes, entre ellos el de prevención que es su primer pilar, precisó el gobernante desde la otrora residencia presidencial que decidió no habitarla al asumir su cargo el 1 de junio de 2014 para continuar en su vivienda de familia.

Los actores de esta iniciativa son la comunidad, los niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, a través de proyectos de capacitación, emprendimiento, actividades deportivas con el fin de construir una vida, subrayó.

Estamos trabajando para construir un país donde alcance la felicidad y la paz, enfatizó el presidente salvadoreño, uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, cuyo programa de gobierno tiene entre sus prioridades reducir al máximo la inseguridad.

En el espacio Casa Abierta participaron jóvenes integrados al programa Actívate, contemplado dentro del plan El Salvador Seguro cuyo objetivos es que los jóvenes utilicen su tiempo de ocio en actividades positivas.

El programa Actívate es el trabajo articulado de diferentes instituciones del Estado, como el Instituto Nacional de los Deportes, el el Instituto Nacional de la Juventud, la Secretaria de Cultura de la presidencia, que desarrollan acciones orientadas a la organización juvenil comunitaria, culturales, deportivas y de recreación.

Dentro del programa destacan las escuelas de fútbol y de iniciación del deporte en los centros docentes, competencias deportivas y recreativas comunitarias, carreras, caravanas artísticas y culturales, procesos organizativos, huertos comunitarios, pasantías juveniles, talleres regionales, entre otras.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=61863&SEO=destacan-papel-de-la-juventud-salvadorena-en-la-nueva-cultura-de-paz

Imagen: http://www.prensa-latina.cu/images/2017/febrero/04/Elsalvador-activate.jpg

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Maestros-profesores, ¡hoy va por ellos!

Por:  Isidro Garcia Getino.

Hoy hablamos de los profesores-maestros, pero no de aquellos que creen que la Logse y remiendos añadidos, llámese Lomce, es ley absoluta fuera de la cual todo paso o acción educativa es mala. Los profesores-maestros son los maestros-profesores (como hay maestros-pintores o maestros-arquitectos…), los auténticos, los dignos de imitación, los que lo son a tope.

La ley de educación, llámese como se llame, es solo una pauta general de tipo protector de nadie (aunque se supone que lo es de todos) y que sirve para que la administración figure como regente ya que maneja los dineros, ¡Y nada más! Quien educa, enseña y forma es el maestro-profesor, incardinado en un centro que educa. Exijamos que el posible pacto por la educación se asiente sobre esto.

Al margen de la ley tú educas, enseñas, formas y forjas personas porque la persona y su educación es a-legal; la persona nace y muere al margen de la ley. La educación supera, en mucho, a las leyes, el educador también. El que sabe, puede y quiere educar, lo hace siempre, dónde, cómo y cuándo quiere. Qué es lo que hay que enseñar a un niño, nos lo dice el mundo en que vivimos; el cómo enseñárselo lo tenemos que adivinar mirando al niño; si no has adquirido ese poder de mirada que adivina, quizás estás fuera de sitio, o quizás estás aún a tiempo de adquirirlo; invertir en conocimiento (no en información) produce los mejores intereses decía B. Franklin. Pero… si no te gusta dónde estás, ¡¡muévete, no eres un árbol!!

Hay cuatro mentiras del sistema educativo que muchos profesores creen y practican; los niños las sufren y soportan; los padres las aceptan y lamentan; se trata de: Los contenidos, los exámenes, los deberes y los castigos.

Antes de bien avanzada la Primaria, los contenidos informativos son solamente objeto de lectura, escritura y cálculo a través de los diferentes lenguajes con los que establecer firmes bases de aprendizaje. Los deberes perjudican siempre que pasan de los breves minutos que generan hábito. Los exámenes son una aberración didáctica antes de los 12 – 14 años. Y los castigos producen miedo, ansiedad, vergüenza y preocupación, todos ellos sentimientos antagónicos con el aprendizaje, el razonamiento y la creatividad que nacen de la autoconfianza, el logro, el equilibrio y el desarrollo emocional.

La ley te marca impartir contenidos = información, que no es conocimiento y mucho menos educación. La ley sugiere deberes, y tú, maestro-profesor los haces educativos o bien los haces detestables y anti-educativos. Los exámenes son interpretación y muchos los utilizan «al desmadre» y como arma de control porque les falta autoridad y saber hacer, lo cual es un deterioro educativo fruto de asumir el erróneo sistema que padecemos. La ley prohíbe ciertos castigos, igual que impide tantas cosas… y entonces surge el profesional maestro-profesor; o no surge nada y la ley impera sobre «el trabajador de la enseñanza».

Soy profesional de la educación, nada peor que esperar por lo que haga o diga el Gobierno. Hay problemas en y con los niños, pero los niños van muy deprisa, sus necesidades son ¡¡ahora!! Y yo, maestro-profesor doy respuesta aquí y ahora, a este niño y al otro. La escuela puede innovar y transformar sus modos, sus formas de hacer, de educar y de enseñar (sobre métodos nos tiene hartos la administración), sus formas de mejorar.

Lo cierto es que en la escuela hay mucha más autonomía que la que se usa, o se quiere usar, porque resulta más cómodo. No todo es culpa de las leyes y las administraciones. Somos nosotros quienes debemos volar, pero eso necesita coraje, visión, entrega, y destrezas. También energía emocional: «La energía crea energía, por eso gastándome a mi misma/o me enriquezco», decía Sarah Bernhardt.

No se trata de ser utópicos, se trata de ser profesionales del trabajo más apasionante bajo las estrellas: los niños y su educación (lo expresa así mi maestra Dra. M. de Jager). Ser realista es el camino que más transitan los mediocres.

Nosotros no podemos estar al albur de las administraciones. Hay administraciones que lanzan campaña In-For-Me (innovación – formación – metodológica) y se centran en métodos, y todo sigue como siempre: el niño olvidado, porque la persona no cuenta, cuenta la técnica. Además se centran en el moderno «mantra»: Las tecnologías y las competencias; ¿ignoran que las competencias en la escuela son solo un criterio de evaluación? Y las tecnologías uno de los mayores riesgos del siglo para los niños.

Es lamentable que se coloque en el centro de la formación algo tan parcial mientras se olvida, ¿o se desprecia?, lo sustancial, lo esencial, lo central y final: el niño, la persona. ¿Cuánta formación dedican las administraciones educativas al conocimiento real del niño, de sus necesidades, su desarrollo, su singularidad, los riesgos de hoy, su diferencia, sus modos de aprender, sus dificultades o sus potencialidades?

Este olvido de la persona está dando abundantes resultados de fracaso escolar, ¡pero eso no importa…! a las administraciones, a los políticos, a los del «pacto».

Nosotros, los MAESTROS-profesores pasamos (tenemos necesariamente que pasar) de la ley y sus administradores, de sus papeleos y su ignorancia sustancial. Otros no pasan y mantienen la cólera, la ira contra ellas; pero el sabio Buddha nos advierte: «Mantener y cultivar la ira es como beber veneno y esperar que muera el otro». Sin ira, hagamos nuestra labor.

Las leyes, las administraciones, los sindicatos, enfatizan (para la escuela, claro) que el niño se adapte al grupo, que se ajuste, se masifique, espíritu borreguil, eliminar el pensar individual y la propia personalidad. Tenemos toda la autonomía que necesitamos, toda la iniciativa, toda la libertad para educar, formar y acompañar a los alumnos hasta donde queramos y podamos. No nos escudemos, no nos amilanemos, no nos disculpemos.

Fuente: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/maestros-profesores-hoy-va-ellos_1135170.html

Imagen: http://www.ahoraleon.com/wp-content/uploads/isidroGarcia.jpg

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Se acabaron las ideas.

De una u otra forma, la inexperiencia, las circunstancias externas, la falta de estrategia, llevan a cualquier organización hacia caminos accidentados.

Por: Rodrigo Mesa.

Crisis, momentos difíciles y decisiones equivocadas, existen en todos los gobiernos. De una u otra forma, la inexperiencia, las circunstancias externas, la falta de estrategia, llevan a cualquier organización hacia caminos accidentados en donde en mayor o menor medida siempre hay consecuencias que pagar. Esto no debe de asustarnos ni de llamar la atención, si no fuera porque en el caso del gobierno de México, estos yerros han sido el signo constante desde hace meses.

Se inició un proceso de reformas constitucionales como no se veían en los últimos 20 años para luego retroceder en sus esfuerzos: En la educativa se dijo que la evaluación docente  era irreversible, para luego claudicar ante la presión de grupos clientelares. En la energética –esa que ahora parece huérfana- se hablaba de dotar de competitividad al sector y de reducir los escandalosos gastos de Pemex, para que ahora nos demos cuenta que ni lo uno ni lo otro sucedió. En materia de transparencia, la reforma se quedó a medio camino, con un Sistema Nacional que no se termina de implementar y con órganos garantes en los estados sin los medios adecuados para hacer valer las reformas.

En el escenario internacional, tampoco se ha notado consistencia y ante los embates del presidente de Estados Unidos, las acciones del gobierno mexicano han sido dispersas y poco esperanzadoras. Persiste el discurso de que México no pagará el muro fronterizo, pero no se perciben decisiones que hagan pensar que exista un plan de respuesta claro y articulado, si acaso me viene a la mente el caso de algún miembro del gabinete muy creativo, que se puso a preparar guacamole. Hoy estamos a merced de lo que resuelva Trump, de lo que se especule en las redes sociales o de lo que concluyan los inversionistas extranjeros. ¿En verdad no hay nada más que hacer?

Y en lo que más irrita y frustra a todos los mexicanos, la corrupción y el grotesco dispendio del gasto público, la cosa está peor que nunca. Basta mencionar los 23 millones de pesos en cajas de huevo –sí en cajas de huevo- que aparentemente se le olvidaron a Javier Duarte mientras huye de la justicia. Irrita y frustra porque a la gente no se le puede pedir comprensión ni apretarse todavía más el cinturón cuando esto pasa todos los días, desde alcaldes  que desgobiernan municipios quebrados como si fueran señores feudales, pasando por gobernadores autócratas y legisladores que cobran hasta por ir a pasar lista el día de la sesión.

Con una crisis política, económica y social, al gobierno se le ocurrió reciclar un acuerdo o pacto –de esos que estaban de moda en los ochentas cuando la inflación llegaba a triple dígito- buscando que con el apoyo de la iniciativa privada, permeara el mensaje de que se estaba haciendo algo por salir del problema. Pero buena parte del sector empresarial no se sumó, aduciendo que el acuerdo era improvisado y porque no existe un genuino compromiso del gobierno en reducir el gasto y hacerse responsable de los errores cometidos.

Para los casi dos años que quedan de administración, urge un replanteamiento de objetivos y cambios en el equipo de gobierno que no sean meros reciclajes ni segundas partes de malas películas. Más que haberse acabado la gallina de los huevos de oro, pareciera que se acabaron las ideas, la creatividad, la congruencia y las ganas de sacar a este país adelante. De no ser así, quizá no estarían preguntando, ¿qué hubieran hecho ustedes?

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2017/01/28/1142742

Imagen: http://necesitodetodos.com/wp-content/uploads/2013/03/trabajo-en-grupo-ideas.jpg

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