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Latinoamérica despegará si pone «en el corazón» la gestión de la educación

América Latina / 9 de diciembre de 2018 / Autor: EFE / Fuente: Telemetro

La educación «tiene que estar en el corazón, no como algo sectorial más» de la gestión gubernamental en Latinoamérica si se quiere recortar la ventaja que le lleva el mundo desarrollado por la digitalización, considera la exministra chilena de Educación Adriana Delpiano (2015-2018).

La doctora en Pedagogía dijo a Efe, respecto a la revolución industrial 4.0, «que siempre tenemos la sensación que vamos un poquito por detrás, que los cambios del mundo son de una celeridad que el sistema educativo no alcanza a llegar».

«En Latinoamérica hay una inquietud en todos, compartimos los problemas, nos falta la decisión en cada país que este sea un tema prioritario, eso ya es una decisión política de cada país, como hace cada presidente de la educación no una tarea sectorial mas, sino la pone en el corazón de su quehacer», señaló la experta.

Ministra durante el segundo mandato de Michelle Bachelet (2014-2018), Delpiano reconoció que «es difícil tomar esa decisión porque las necesidades son muchas», pero «la presidenta se compró este tema y lo puso en el eje, un cuarto del presupuesto de la nación en Chile es para educación».

Como región «nosotros estamos mas atrás que Europa y Asia, nos pesa mucho las generaciones anteriores, los padres de estos niños no tienen la preparación muy adecuada para ayudar al niño en casa», al referirse al cambio provocado por la tecnología.

«Por otro lado, -sostuvo- tenemos también una mayor vinculación de las mujeres al mundo laboral y muchas veces los niños quedan medio sin soporte, esa realidad la tiene que asumir el colegio, es una realidad nueva».

Delpiano está en Panamá para servir de jurado hoy en el XIV Concurso Nacional de Oratoria, experiencia que valoró como «algo único, con el sello de Panamá».

«A ver si podemos hacer algo similar en Chile», agregó.

«Es como este concurso, es creer en el cuento, creer en el niño en sus talentos que sus talentos se reparten por igual, en las comarcas, en la ciudad, en cualquier lado y que la gran tarea del país es darle oportunidad a todos sus talentos, eso es un gran trabajo», consideró.

La velocidad de los cambios «no requiere solo manejo de la tecnología, requiere entender lo que la tecnología nos va a significar a todos, la eliminación del trabajo, la prescindencia, cosas que se nos viene por la robótica, que por un lado pueden aumentar y mejorar calidad de vida, pero por otro también van a dejar a mucha gente sin trabajo», planteó como desafío.

En Chile, detalló, las escuelas tiene internet, y en el séptimo grado básico cada alumno recibe una portátil con un año de internet gratis para «garantizar que se entusiasma la familia» y lo siga pagando mas adelante.

Recordó que Chile vivió desde 2006 a 2011 «grandes movilizaciones» en demanda de mejoras a la calidad de la instrucción pública y cuando Bachelet inició su segundo mandato en 2015 «asume gran parte de las demandas estudiantiles».

Durante la implementación de la reforma también se generaron protestas porque «no era todo lo que los jóvenes querían, pero creo que en definitiva, lo que se requiere es una mirada sistémica de la educación», desde los parvularios hasta la universidad.

En la escuela pública se suministra ahora material escolar, además de la computadora a cada estudiante en séptimo grado, se aumentó la exigencia y preparación de los profesores, todas las universidades por obligación tienen que acreditar la carrera de pedagogía, indicó.

Acotó que «no es sólo la reivindicación salarial, hay que ir de la mano de la formación de los maestros, destacarlos socialmente y que la profesión sea tan valorada en el país como lo puede ser el dentista, el agrónomo, en fin».

Detalló que, para que dejen de ser «el pariente pobre del sistema», se aplicó, «en promedio, un aumento de 400 a 500 dólares en el salario de los profesores, que ahora arrancan con un ingreso mensual de unos 1.200 dólares».

«Es muy importante porque mientras sea el pariente pobre del sistema de alguna manera es difícil contar con los mejores profesores bien pagados que trabajen en los sectores mas vulnerables para que saquemos todo el talento», sentenció.

Fuente de la Noticia:

http://www.telemetro.com/nacionales/Latinoamerica-despegara-corazon-gestion-educacion_0_1194181111.html

ove/mahv

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Un ‘ayatollah’ dirigirá la educación en el Brasil de Bolsonaro

Brasil / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: La República

El ultraconservador y evangélico colombiano Ricardo Vélez Rodríguez se define como promonárquico en su blog y propone que se celebre el golpe militar de 1964. Su nominación causó revuelo en la comunidad académica brasileña.

Un profesor universitario colombiano, Ricardo Vélez Rodríguez, será ministro de Educación brasileño. Así lo anunció el presidente electo Jair Bolsonaro. Radicado en Sao Paulo, a los 36 años, Vélez llegó con una licenciatura en Filosofía por la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá. En Brasil se doctoró por la Universidad Gama Filho.

Aun cuando no le falten credenciales, su nominación causó fuerte revuelo en la comunidad educativa y académica brasileña. Allí recuerdan la tradición en el área, sobre todo a partir de Paulo Freire.

Otro tema espinoso es que el nuevo ministro propone que se celebre el golpe militar de 1964. En esa línea el ala evangélica del Congreso se declaró “feliz” con el nombramiento y el presidente de ese bloque le puso “nota 10”.

La prensa brasileña lo califica de ‘ayatollah’.

Su nombramiento lo debe a Olavo de Carvalho, el filósofo autodidacta que también apadrinó al futuro canciller Ernesto Araújo. Por su ideología, el profesor colombiano coincide con las tesis impartidas por Olavo, entre las que destacan las consignas antiglobalizadoras y las nociones de ultraderecha.

La nominación de Vélez se produjo luego del desplazamiento de Mozart Neves Ramos. Considerado un “moderado”, cuyo nombramiento inicial había cosechado el apoyo de la comunidad educativa brasileña, no tuvo éxito por el rechazo que provocó en la llamada “bancada evangelista”.

La elección del profesor colombiano, naturalizado brasileño, ocurre en una de las áreas socialmente más significativas en Brasil, que aún mantiene como asignatura pendiente la resolución de desigualdades. En una “carta”, Vélez afirma que a su juicio la sociedad brasileña es “conservadora”.

Promonárquico, según sugiere en su blog, declaró: “Pretendo colocar la gestión de la educación y la elaboración de normas en el contexto de la preservación de los valores de la sociedad brasileña”. Añadió que esta es “reacia a las experiencias que pretenden pasar por encima de valores tradicionales ligados a la preservación de la familia y de la moral humanista”.

Vélez fue profesor en la Escuela de Comando del Ejército. Cree que “la instrumentalización ideológica de la educación, en aras de un socialismo vacío, terminó polarizando el debate en los últimos años”. En septiembre escribió: “Todas las escuelas deberían tener Consejo de Ética que velen por la rectitud moral de los alumnos”.

Llamó a refundar el ministerio que “padece” una estructura destinada a “desmontar los valores tradicionales de nuestra sociedad”. Y añade que esos valores son los de “la familia, la religión, la ciudadanía, en suma: el patriotismo”.

En una columna titulada “Un Ayatollah asume la educación en Brasil”, el editorialista de Folha de Sao Paulo, Clovis Rossi, subrayó que esta designación “tiene todo el olor de la policía moral adoptada en Irán, entre otros países musulmanes como Arabia Saudita”.

Clovis se interroga: “¿Quién va a definir lo que es una educación moral recta? ¿Un ministro que cree que debe conmemorarse el golpe de Estado de 1964? ¿Aquel golpe que detuvo, secuestró, mató, torturó y provocó el exilio de miles de personas? ¿Aquel que cerró el Congreso, censuró a la prensa y practicó innúmeras barbaridades?”.

Fuente de la Noticia:

https://larepublica.pe/mundo/1363757-ayatollah-dirigira-educacion-brasil-bolsonaro

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Libro: Familia y Escuela: oportunidad de formación, posibilidad de interacción (PDF)

Colombia/ 9 de diciembre de 2018 / Autor: Dora Manjarrés Carrizalez, Elvia Yaneth León González y Andrés Gaitán Luque / Fuente: UPN

Este libro es realizado desde el Centro de Estudios y Servicios en Pedagogía y Familia de la Universidad Pedagógica Nacional, coordinado por el grupo de investigación Familia y Escuela. Se plantea como material de apoyo a los procesos de formación de docentes y otros profesionales del campo educativo, que requieren profundizar en la comprensión del área temática de familia y tienen como objetivo fortalecer la interacción familia-escuela. Es una herramienta especialmente útil para los profesores en la preparación y desarrollo de sus clases, para los asesores de práctica y de proyecto de grado, para los estudiantes autodidactas y para los facilitadores de procesos de capacitación y cualificación profesional. El libro aborda elementos investigativos, teóricos y prácticos que permiten identificar líneas de trabajo en este campo de estudio promoviendo, a través de diversas actividades y talleres, la apropiación, articulación y generalización de la información a los contextos específicos de desempeño del lector.

Link para la descarga:

http://editorial.pedagogica.edu.co/docs/files/EscuelaYFamilia_Caratula-web.pdf

Fuente de la Reseña:

http://editorial.pedagogica.edu.co/verpub.php?pubid=470

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Economía en la universidad, una pieza más de la superestructura hegemónica

Ecuador – España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Christian Orozco / Fuente: Nueva Revolución

Una sociedad que sustituye bienestar por beneficio es el exponente de una sociedad en grave decadencia.

José Luis Sampedro

¿Alguien está a favor de dejar de enseñar a Copérnico o Newton en las facultades de física? ¿Alguien pensaría que es lógico dejar de explicar la Teoría de la Evolución de Darwin en una carrera de biología? ¿Alguna persona osada creería que en las aulas de las facultades de filosofía no se debería transmitir a los estudiantes los planteamientos de Platón o Aristóteles con el argumento de que éstos son anticuados?

Pues muy bien, como cabría esperar, cualquier persona con un mínimo de sentido común respondería que no, respondería que es un disparate descomunal descartar de los programas académicos a verdaderas eminencias en sus respectivos campos. Lo que a todas luces es un despropósito en ámbitos como la física, la química, la biología o la filosofía; no ocurre lo mismo con la carrera de economía. A todos aquellos que la hemos cursado (y padecido) bien sabemos que hay autores, corrientes, doctrinas económicas que en el mejor de los casos se ocultan, y en el peor se vierten anatemas contra ellos desde el desconocimiento absoluto de los mismos. Casualmente, dichos autores, corrientes y doctrinas generalmente plantean formulaciones alejadas del dogma neoliberal y keynesiano. La Universidad, y especialmente las facultades de economía se han ido convirtiendo con el paso de los años en importantes centros de adoctrinamiento ideológico capitalista, incluso las instituciones públicas no se han escapado de este proceso. Nada nuevo bajo el sol, parafraseando a Marx, las teorías económicas dominantes no son más que las teorías económicas de una clase dominante.

¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada

Tener un pensamiento crítico con el sistema económico vigente es “peligroso” en estos lugares. Plantear que la economía es una ciencia que debe buscar el máximo bienestar de las personas, especialmente de las más empobrecidas no está bien visto. Palabras como marxismo, feminismo o ecologismo son ajenas, salvo contadas ocasiones, entre las paredes de estas facultades. ¿Quién se va a estar fijando en el deterioro de las condiciones de vida de las clases populares cuando con unas sencillas formulas podemos maximizar los beneficios y minimizar los costes de una empresa? ¿Para qué?

¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada. Así pues, unas inteligibles fórmulas a los ojos de un lego en la materia, nos dicen, dan como resultado las siguientes conclusiones, todas ellas científicas, sin mácula de contaminación ideológica alguna: tanto el salario mínimo como los sindicatos destruyen empleo puesto que crean rigideces al mercado de trabajo. Hay que privatizar la sanidad porque todos los centros públicos son ineficientes. Hay que avanzar hacia un sistema privado de pensiones porque el sistema público es insostenible. Los mercados de competencia perfecta existen, y en ellos todos los empresarios son precio-aceptantes… Suma y sigue.

Estructuralmente el cambio ha sido paulatino, pero no se ha detenido, siendo el Plan Bolonia una de los hitos más destacables de este deterioro, los programas académicos cada vez pretenden tener una imagen más científica y apolítica, sin embargo, lo son a un más, pero siempre en defensa de los intereses de las oligarquías. Así, donde antes se hablaba de clases sociales ahora hay robinsoncrusoes autónomos e independientes, donde antes había asignaturas de Economía Planificada ahora hay tres asignaturas de finanzas, donde antes se estudiaba El Capital de Karl Marx ahora se ha sustituido –en el mejor de los casos– por El Capital de Thomas Piketty, donde antes había Sociología e Historia del Pensamiento Económico ahora hay asignaturas de Emprendimiento y Marketing. El utilitarismo y el individualismo metodológico recorren las facultades de economía, y las perspectivas no son halagüeñas. Ni siquiera la terrible crisis que ha experimentado el mundo desde 2008 ha hecho que los programas académicos se modifiquen ni en una sola coma. La Universidad presenta una ceguera avanzada y parece que se agrava.

Afortunadamente, no solo en España sino también a nivel mundial se han conformado distintos proyectos, asociaciones y agrupaciones[1] de estudiantes (principalmente), profesores, investigadores críticos con este modelo de pensamiento único. Un movimiento imparable que solo busca una cosa: máxima pluralidad en la enseñanza de la economía. Simplemente afirma que de la misma forma que un científico que se precie debe conocer la Teoría de la Relatividad de Einstein o el Principio de Incertidumbre de Heisenberg; un científico social, un economista completo en este caso, debe saber que es la tasa de plusvalía, como se han conformado las cadenas globales de cuidados, o que es la huella ecológica.


[1] Uno de los principales colectivos internacionales que persiguen este objetivo es International Student Initiative for Pluralism in Economics (ISIPE), el cual agrupa a más de setenta asociaciones de estudiantes de económicas repartidas por más de treinta países distintos, y según afirman es su página web: “No es sólo la economía mundial la que está en crisis. La enseñanza de la economía también está en crisis, y esta crisis tiene consecuencias que van más allá de la universidad. Lo que se enseña en la universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos y, por tanto, da forma a la sociedad en que vivimos.”

Fuente del Artículo:

Economía | Economía en la universidad, una pieza más de la superestructura hegemónica

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El miedo a la revolución del saber

Argentina / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Eugenio Raúl Zaffaroni / Fuente: Página 12

La ignorancia siempre fue condición del sometimiento: hace doscientos años, en Estados Unidos, se penaba a quien enseñase a leer y escribir a un esclavo; si quien lo hacía era negro, la pena era de azotes.

En la Argentina tuvimos la suerte de que los proyectistas del país oligárquico del siglo XIX montasen un control social homogeneizante del variopinto transporte masivo de población europea, también mediante la enseñanza primaria obligatoria en la escuela pública y laica. Fue una ventaja innegable, por más que estuviese acompañada con una segunda etapa de domesticación de hombres mediante el servicio militar obligatorio y, para los indeseables, la “ley de residencia” del autor de “Juvenilia” y nuestra Siberia de Ushuaia. Con las mujeres no era necesario nada de eso, pues se las controlaba indirectamente mediante el patriarcado.

De toda forma, se repartió instrucción, aunque sin exagerar, porque el nivel universitario seguía estando reservado a una minoría. Con la Reforma de 1918 entró más plenamente la clase media a nuestra vida universitaria. La gratuidad la completó el peronismo en 1949. Sin Yrigoyen y Perón no sabemos cuántos de nosotros no hubiésemos podido llegar a la universidad. Por suerte, la historia no se escribe con potenciales.

Esa apertura a la clase media y a algunos esforzados más humildes, produjo toda clase de profesionales, muchos brillantes, pero no se debe pasar por alto que también salieron de nuestros claustros algunos personajes que Max Weber clasificaría en sus tipos ideales como “especialistas sin corazón”, o sea, quienes saben todo de su especialidad, pero ignoran el resto y tampoco quieren saber al respecto.

Este producto se combinó frecuentemente con el “meritocrático” individualista radicalizado, que alucina que todo lo obtenido se debe a su esfuerzo personal, como si no existiese el Estado, la sociedad, la cultura, el prójimo, o sea, sólo él aislado en un autoclave. De esta ensalada resultó el “medio pelo” que caricaturizaba Jauretche, con las incontables variables de “sonseras argentinas” que siguen hasta el presente. Es decir, que nuestra universidad produjo personas brillantes y lúcidas, pero también contribuyó a sembrar el odio del eterno “gorilismo” argentino, antiyrigoyenista en 1930, antiperonista en 1955 y “anti” todo lo popular y solidario hasta hoy.

De todas maneras, la gratuidad universitaria no era suficiente para abrir las puertas de la vida académica a toda nuestra juventud. Los jóvenes humildes de los conurbanos profundos y los que vivían en las provincias alejados de las sedes universitarias, no podían ingresar a los estudios terciarios, salvo casos excepcionales de casi heroísmo o, al menos, de fuerte empecinamiento por el saber. Los pibes trabajadores debían viajar horas o tratar de sobrevivir lejos de sus familias, además de los inevitables gastos en textos, material, etc.

Fue en las últimas décadas que las nuevas universidades nacionales convocaron a los jóvenes de las clases trabajadoras, no sólo en el conurbano bonaerense sino también de los rincones lejanos de nuestras provincias. El impulso que recibieron esas universidades dio lugar a un espectáculo maravilloso. Hay pibes y pibas universitarios que viven en barrios precarios, en “villas”.  A veces nos emociona hallar al padre –jubilado que compensa su frustración juvenil– junto al hijo en la misma aula. No es cierto que los pobres no van a la universidad, se equivoca la gobernadora, quizá debió sincerar su pensamiento y decir que “los pobres no deberían ir a la universidad”.

Por cierto, no faltan los críticos que observan que “hay mucha deserción”. Es posible, pero al menos esos pibes y pibas llegaron a la universidad, y quienes desertan quizá sean mañana dirigentes sindicales, legisladores, intendentes, gobernadores, algo habrán aprendido, en modo alguno se trata de un esfuerzo o dispendio inútil para el Estado, salvo para quienes piensan que repartir conocimientos –aunque no terminen en un diploma– es algo socialmente negativo.

Lo que molesta al elenco gobernante y al “gorilismo” ancestral es que esta entrada de nuevos estudiantes provoca un cambio cualitativo al que temen los pocos lúcidos del pobre elenco gobernante y que los más, menos lúcidos, se limitan a intuir. Ese piberío de chicos y chicas que entró a la vida universitaria trae consigo sus vivencias infantiles y adolescentes, preguntan y van tomando consciencia de la larga discriminación clasista y hasta racista de que son víctimas los suyos y ellos mismos y, por ende, no se conforman con “especializarse”, sino que quieren saber más y más sobre el resto, sobre la Nación, la historia, la sociedad, el mundo en que les toca vivir.

El elenco gobernante sabe o intuye que estamos enseñando al piberío pobre el “knowhow” que ellos querían monopolizar y que lo aprende rápido, al tiempo que van sabiendo que son víctimas del programa de endeudamiento (o de administración fraudulenta) del actual gobierno y de los que lo precedieron en las anteriores etapas de entreguismo colonialista que sufrió nuestra Nación.

Esto horroriza al elenco gobernante y al eterno “gorilismo”, que con gritos chillones reclaman “la política fuera de la universidad”, como si no fuese función de ella también la de generar buenos ciudadanos y no los “especialistas meritocráticos sin corazón”. La universidad (la “univesitas”, el “universo todo uno”), es por excelencia el lugar donde “todo” debe enseñarse, tratarse y discutirse. Reducir la universidad a una fábrica reproductora de ese producto híbrido de alta peligrosidad social es, sencillamente, pretender que pierda su esencia y su razón de ser que, justamente es lo que se proponen los pedigüeños que, con la escudilla en mano, se sientan en las escaleras del Fondo Monetario Internacional.

Los agentes de este totalitarismo corporativo financiero (sólo enmascarado con la ideología del “neoliberalismo”), saben muy bien que cuando los excluidos dispongan del “knowhow” disputarán con ellos y lo harán con ventaja, porque como son pobres tienen más tiempo que los títeres locales de transnacionales. Saben también que eso es incompatible con su proyecto de sociedad 30 y 70 (70% de excluidos), pero por sobre todas las cosas, algunos de los más lúcidos –pocos por cierto– saben algo que es mucho peor para ellos: el sistema no está hecho para resistir esa inclusión que, de producirse, lo hace estallar y pone en movimiento una nueva dialéctica.

Esa sería la verdadera revolución, la “revolución del saber”, la “revolución pacífica” que no pueden tolerar. Los descendientes de quienes –para escándalo de nuestras oligarquías– en 1916 desataron las caballos del coche que llevaba a Yrigoyen a la Casa de Gobierno, de los que en 1945 refrescaron sus pies en la fuente de la Plaza de Mayo, de los que en 1955 fueron ametrallados en el mismo lugar, van siendo nuevamente incorporados, pero la incorporación en el siglo XXI debe ser por medio del “saber”, del “knowhow”, ahora no basta con adiestrar los brazos, es necesario preparar las neuronas, romper el monopolio del “saber” y empoderarse del conocimiento.

Hoy no se hace una revolución tomando por la fuerza, violentamente, el palacio de invierno y derrocando zares, porque, además de que la violencia provoca violencia y a la larga casi nada más, no hay más zares ni existe un poder concentrado en ningún palacio. El cambio social profundo, inclusivo, la revolución del siglo XXI se hace apoderándose del conocimiento, que la elite se empeña en monopolizar. La persona que carece de conocimiento está destinada a ser subalternizada en la sociedad actual, al igual que la nación que carece de desarrollo científico lo está en el concierto mundial. Las elites saben que financiar universidades nacionales es serruchar la rama en que están sentados. Por eso, tienen miedo.

El miedo impulsa al colonialista elenco gobernante a sostener que hay “demasiadas universidades”, en una versión actualizada de la táctica esclavista bicentenaria norteamericana. Por eso no sólo reducen los presupuestos universitarios, desfinancian el desarrollo tecnológico, desmantelan proyectos, persiguen penalmente a los rectores (con el abuso de poder de algún fiscal de los que “ponen el cuerpo”), sino que incluso quieren acabar con lo rescatable del programa de control social del siglo XIX, insultan y difaman a los maestros y profesores, les retacean aumentos, precarizan escuelas, mandan matones a secuestrar maestras.

Los docentes de todos los niveles nos hemos convertido en un “peligro” para este gobierno que, cada día, parece más cercano a un “régimen” (si es que ya no lo es). Ahora no distinguen entre “esclavos y no esclavos” al penalizar a quienes cometen el tremendo delito de enseñar y a todos nos quieren tratar a los azotes.

En este contexto persecutorio y difamador, el oficialismo incurrió en la hipocresía de querer participar en un homenaje a Alfredo Bravo. Por suerte lo pararon, advirtiendo que Alfredo estaría hoy de “paro”. Quienes tuvimos la suerte de conocerlo sabemos que no sólo estaría de “paro”, sino que diría cosas irreproducibles, con las que también enseña un buen maestro cuando es menester decirlas. Nos falta Alfredo, Mary Sánchez y otros, pero tenemos maestros, universidades y nuestro piberío haciendo la revolución silenciosa del saber. No podemos detenernos.

Fuente del Artículo:

https://www.pagina12.com.ar/144052-el-miedo-a-la-revolucion-del-saber

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Libro: Aprendiendo a enseñar. Manual práctico de didáctica (PDF)

España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Jesús Domingo Segovia y Miguel Pérez Ferra (coords.) / Fuente: ResearchGate

La obra Aprendiendo a enseñar pretende poner a los estudiantes de Magisterio y de másteres profesionalizadores en educación ante la realidad que les ocupa profesionalmente como futuros educadores, y ayudar a los docentes en ejercicio a revisar sus fundamentos didácticos y sus prácticas de aula.
El texto reivindica el valor de la didáctica renovada para promover la escuela del mañana y el buen aprendizaje para todos y entre todos. Aunque no renuncia a proponer líneas de diseño, sistematización y metodologías de enseñanza, pone en valor como «núcleo» el aprendizaje profundo, competencial, atento a las inteligencias múltiples, que garantiza los contenidos imprescindibles.
El contenido se ha dividido en tres bloques más un cuaderno de prácticas de clase. Un primer bloque, propio de fundamentación epistemológica, incluye una aproximación teórica a la Didáctica y al currículum, una descripción de los elementos sustantivos de éste y a la atención a la diversidad desde las demandas actuales de la sociedad, así como un tema tan controvertido como la relación entre didácticas específicas y didáctica general clarificando identidades y similitudes.
Un segundo bloque, emergente de la práctica profesional contrastada con el conocimiento académico, se dedica a organizar, fundamentar y describir herramientas didácticas para el desempeño docente y el desarrollo de secuencias didácticas promotoras de aprendizaje en sus tres fases: actividades de inicio, desarrollo y cierre. Muestra instrumentos, procesos y sentidos para diseñar, desarrollar y valorar tanto los resultados como los procesos de enseñanza-aprendizaje.
La obra concluye en el tercer bloque con un conjunto de experiencias de aula de infantil y primaria, escritas por sus maestros y maestras, a modo de ejemplos y propuestas prácticas. En ellas se muestran casos reales que trabajan metodologías indagativas, cooperativas y dialógicas, entre otras.

Links para la descarga:

Aprendiendo a enseñar – Jesús Domingo Segovia

ó

https://drive.google.com/file/d/19kanUlEr-FhSrNYEHl9eaJInjIPV5fGb/view?fbclid=IwAR1GLFLW2eg15KQV6JdZa5kjCFRQt6noOCVXRU5GIF-fSnTt2VriSjPjEZ0

Fuente de la Reseña:

https://www.researchgate.net/publication/286611008_Aprendiendo_a_ensenar_Manual_practico_de_didactica

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Así se puede gestionar el estrés laboral que sufren los docentes

España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

Los docentes están expuestos a sufrir un estrés laboral elevado que, de no prevenirse y tratarse correctamente, puede llevarles a sufrir el Síndrome de Bornout. Katarina Vandekar, psicóloga educativa, explica cómo evitarlo.

Algunos estudios, como el llevado a cabo por FETE-UGT, demuestran que los docentes son propensos a sufrir agotamiento emocional durante el curso escolar. Además, este mismo estudio afirma que el colectivo más vulnerable son los que se dedican a la Enseñanza Secundaria. Dicho agotamiento puede traducirse en estrés o, en un estado más avanzado, en el Síndrome de Burnout.

Este síndrome se desencadena tras sufrir una continua exposición a altos niveles de estrés que las personas no son capaces de gestionar adecuadamente. Es bastante frecuente en profesiones como la docencia, que trata a diario con personas que están en continua evolución y que habitualmente tienen dificultad para regular su mundo emocional.

Lamentablemente, no se habla mucho del Síndrome de Burnout en nuestra sociedad. Y es que a menudo se nos olvida que los docentes, además de saber transmitir conocimientos, son las personas con las que nuestros hijos crean el vínculo de apego más profundo después del de la familia.

Se trata de un concepto bastante amplio y que puede manifestarse de diferentes maneras, por lo que muchas veces se confunde con otros diagnósticos. Normalmente, se exterioriza como insatisfacción profesional, absentismo, ansiedad o apatía, poca involucración profesional y deseo de cambiar de profesión, hasta el profundo agotamiento emocional, la despersonalización, la baja autoestima y autoeficiencia. Esto crea un clima dentro del aula bastante pesimista, provocando el distanciamiento entre el alumnado y el docente y, consecuentemente, un bajo rendimiento académico de los estudiantes.

Cómo gestionar el estrés docente

Las investigaciones demuestran que el profesorado que dedica tiempo a crear un clima positivo en el aula, atendiendo a las emociones de sus alumnos y escuchándolos, sonriendo o, incluso, haciendo bromas, sufren menos estrés laboral que los que se ciñen a la enseñanza tradicional y a la mera transmisión de conocimientos.

Estrés docente

Además, el autocuidado, que significa aprender a gestionar el estrés y buscar momentos de relajación, ayuda a evitar el estrés. Si no nos cuidamos a nosotros mismos, no podemos cuidar de los demás. Es necesaria una combinación de relajación y reflexión sobre las propias reacciones en las situaciones de estrés. De este modo, y combinado con el aprendizaje de técnicas de comunicación asertiva y de comprensión de las fases de desarrollo evolutivo de los estudiantes, hará posible que el docente interprete adecuadamente los comportamientos de sus alumnos y no los tome como ataques personales.

Por último, la forma en que se organiza el entorno laboral también puede ayudar a disminuir el agotamiento mental. Lo primordial sería disponer de un clima laboral adecuado, en el que se tenga la sensación de pertenencia a la comunidad y en el que se promueva la colaboración y el espíritu de equipo.

Fuente de la Noticia:

https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/gestionar-estres-docentes/95502.html

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