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Las construcciones escolares en sala de espera

Por: Dinorah García Romero

La construcción deficiente de un edificio escolar se convierte en un acto de violencia contra los estudiantes y contra todas las personas que trabajan en estas instalaciones. También, es un acto de insensibilidad humana y ciudadana.

Las construcciones escolares se asumen en la República Dominicana como tarea exclusiva de los administradores de la educación y de los ingenieros contratados. La información sobre los criterios y procesos que se desarrollan en torno a la construcción de un edificio escolar son desconocidos por las comunidades en las que se insertan. Más desinformación tiene, todavía, la sociedad. Generalmente, se informa la cantidad de edificios escolares que se van a construir y los lugares afortunados. Cuando los resultados de las construcciones son deficientes y hasta peligrosos para los habitantes de estos edificios, entonces suenan las alarmas.  Las informaciones sobre los vicios de construcción y la distancia existente entre el centro educativo construido y las necesidades de la comunidad las aportan fenómenos naturales. Gracias a los huracanes, los sismos y las tormentas, la sociedad se entera del riesgo que constituye el mayor porcentaje de las construcciones escolares del país. Por ello consideramos que estas edificaciones están en sala de espera. Este espacio casi hay que cambiarlo para una sala de urgencia. Las condiciones por las que esperan son críticas. Los informantes clave, que son -hasta la fecha- los fenómenos naturales señalados, testifican que muchos centros educativos se edifican con materiales de baja calidad y en terrenos inconsistentes. De igual manera, tienen déficit de luminosidad, de ventilación y de adecuación al medio.  Esto provoca inseguridad sistémica en las familias, en las comunidades y en los actores escolares.

La realidad que planteamos genera interrogantes que debieran tener respuestas concretas de las instancias implicadas en las construcciones escolares: ¿Qué seguimiento les da el Ministerio de Educación a las construcciones de los centros educativos? ¿Qué hace el CODIA para que sus miembros actúen con la ética y la responsabilidad requeridas? ¿Los gestores de los centros educativos contemplan o actúan ante los riesgos que afrontan?  ¿Las comunidades están conscientes del peligro que suponen estas edificaciones?  Estos interrogantes tienen cientos de años abiertos en este país. Quizás llegó el momento de actuar para que las respuestas no continúen en el vacío y, sobre todo, para anticiparse a problemas que comprometan la vida de los estudiantes y de todos los demás actores de los centros educativos.

Diversos medios de comunicación, redes sociales y personas denuncian la gravedad de la situación de los edificios escolares ante fenómenos de la naturaleza. Éstos son cada vez más frecuentes y agresivos en la región. Por tal motivo, lo recomendable es que el gobierno actual coloque este problema en las prioridades de su agenda. Le proponemos que revise las políticas que rigen para la ubicación y edificación de los centros educativos. Se debe revisar y poner atención a la arquitectura de estos centros para que no establezcan ruptura con la naturaleza y con la cultura de las comunidades; asimismo, para que la edificación garantice la vida y la seguridad de los que las habitan. Las edificaciones escolares han de destacarse por la interrelación armónica entre factores medioambientales, de salud, estéticos y de seguridad. Han de ser edificios que motiven el deseo de aprender y de enseñar. La COVID-19, que se mantiene en acción y no sabemos hasta cuándo, tiene que ser tomada en cuenta. Las edificaciones escolares han de responder a necesidades sentidas y no al capricho económico de administradores y contratistas. La permanencia de las construcciones escolares en la sala de espera es cada vez más duradera. Prácticas vinculadas a la corrupción y a la ignorancia de las necesidades y demandas de una educación de calidad generan esta situación.

La construcción deficiente de un edificio escolar se convierte en un acto de violencia contra los estudiantes y contra todas las personas que trabajan en estas instalaciones. También, es un acto de insensibilidad humana y ciudadana. Los estudiantes tienen derecho a estar informados de este problema. Ellos tienen que aprender a cumplir con sus deberes y a defender sus derechos. No más sala de espera. Sí, a la atención gubernamental, ministerial y social, a las construcciones escolares para que preserven la vida humana; y para que contribuyan al fortalecimiento de la calidad de la educación y de los aprendizajes personales, sociales e institucionales.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/las-construcciones-escolares-en-salda-de-espera-9010586.html

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Colombia: El impacto negativo de la pandemia sobre los programas de formación técnica

América del Sur/Colombia/03-12-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Entre el 2019 y el 2020 las matrículas en este sector se redujeron casi en un 50%. A la espera de los datos de este año, observadores señalan que la tendencia negativa podría continuar.

En el 2019 el país contaba con cerca de 673.000 estudiantes matriculados a programas de formación técnica. Un año después, en medio de la pandemia por coronavirus, esa cifra se redujo a 355.000, lo que supone una disminución de casi la mitad (47,25% para ser exactos) de estudiantes para los programas de este tipo.

Estas cifras las dio a conocer el Observatorio de la Universidad Colombiana, una iniciativa privada del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, que también señaló que el mayor impacto de esta reducción lo percibieron los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano ya que pasaron de 592.000 estudiantes en el 2019 a 298.000 en el 2020, una disminución del 49,66%. Por su parte, en los programas técnicos profesionales, ofertados por Instituciones de Educación Superior (IES), la reducción en el mismo periodo de tiempo fue de casi el 30%.

Entre las razones que pueden explicar la caída en el número de estudiantes en los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano, destaca el hecho de que, por naturaleza, son asuntos que requieren interacción física con equipos y prácticas y el tránsito a la virtualidad no fue fácil de hacer. Además, resalta el Observatorio, los jóvenes de estratos medios y bajos, que son quienes en mayor medida acceden a este tipo de programas, debieron priorizar el trabajo antes que el estudio con la llegada de la pandemia.

Miguel Ángel Sandoval, Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Entidades de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, señaló que otra de las posibles causas está en que “los subsidios y ayudas siempre llegan a la educación superior, nunca a la educación para el trabajo y el desarrollo humano”. Esto, sumado a que el Observatorio apunta que es un sector que no cuenta con el reconocimiento político y mediático, confluyó para que no se recibieran los apoyos necesarios para enfrentar los impactos de la pandemia.

Mientras esperan que las cifras del 2021 estén disponibles para analizar la tendencia del sector durante este último año, el Observatorio señala como otra de las posibles causas “los programas de gratuidad del Estado y los municipios que están impulsando un movimiento de la demanda hacia las instituciones públicas y programas universitarios, con lo que se ayuda al estudio de los jóvenes, pero se está dando un golpe de gracia a la formación técnica”.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/el-impacto-negativo-de-la-pandemia-sobre-los-programas-de-formacion-tecnica/

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Pensamiento crítico para una segunda emancipación

Por: Abdiel Rodríguez Reyes

Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá

En esta coyuntura de reflexión sobre el Bicentenario de algunos de nuestros países, el pensamiento crítico y segunda emancipación (también podríamos llamarla “otra emancipación”), cobran especial relevancia. Por lo primero entendemos también “discurso crítico” como lo plantea Bolívar Echeverría, lo cual se traduce en “transformación” a la buena usanza de la tradición marxista. Asumimos este discurso crítico y de transformación siguiendo también el planteamiento de Enrique Dussel en el capítulo sexto de su Ética de la liberación, donde nos habló del “Principio-Liberación”. Este pensamiento crítico en permanente movimiento es una crítica al orden vigente capitalista, misógino, racista, extractivista y eurocéntrico al menos. Ese orden no es natural, es histórico y por tanto puede ser transformado.

En cuanto a la “segunda emancipación”, la entendemos como algunas tareas irresueltas cuando nuestros países se independizaron de España, desde la perspectiva de la filosofía de la liberación, de Arturo Andrés Roig y Enrique Dussel. Tales tareas pendientes son de corto, mediano y largo plazo. No se trata de partir de cero, como dice Horacio Cerruti: hay doscientos años de pensamiento filosófico nuestroamericano, como consta en uno de sus libros.

La crítica de filosofía de la liberación está arraigada en quinientos años de exclusión y resistencia. Es en ese medio milenio donde adquiere pleno sentido reflexionar sobre el Bicentenario. Es decir, ya contamos con un pensamiento, con experiencias políticas concretas y de resistencias, entonces, no se trata de empezar de cero. Como dice Cerutti en el libro citado, siguiendo a Roig, se trata de “re- comienzos”. Esto es importante porque cierto pensamiento a veces cae en la ingenuidad de lo nuevo, como si aquí no se hubiese pensado. Es una posición ética reconocer la trayectoria y las prácticas revolucionarias, alimento del pensamiento crítico hoy.

Gran parte de nuestros países conmemoran este año la Independencia de España y si hacemos un examen nos percatamos de nuestras falencias y ataduras del viejo modelo monárquico. En un conversatorio organizado por la Asociación Afrodescendientes Panameños Unidos, Leonardo “Rey” Sidnez, espetó la crítica de que, como negro cimarrón no podría conmemorar la fecha cuando aún existan promesas incumplidas ante este sector importante de la sociedad. En Haití, por ejemplo, cuando triunfó la Revolución Francesa no se les dio ni libertad, ni igualdad, ni fraternidad a los negros. Por eso hicieron su propia Revolución, como lo evidencia CLR James en Los jacobinos negros, libro fundamental. En fin, como dice Sidnez, en Panamá hay racismo porque se ha invisibilizado a los negros, cuya rica experiencia y resistencia son muy importantes para otra emancipación.

Los procesos de independencia de esa primera emancipación de inicios del siglo XIX están en un mundo de transición del feudalismo al capitalismo, cuyo inicio encuentra en el encubrimiento de nuestro continente tres siglos antes. En esos grises se va ponderando el rol de las elites criollas, mientras que las grandes mayorías del arrabal pasan a un segundo plano. Tan pronto se independizaron, las elites se adaptaron a los estados nacionales y estos a su vez estaban en armonía con el afianzamiento del capitalismo. De este modo, si bien había un avance en las independencias no bastaba para amplios sectores de las sociedades republicanas nacientes.

No había contradicción entre los intereses de nuestras elites y el espíritu de este modo social de producción sustentado en la explotación. La teoría de la dependencia lo explicó muy bien: afianzamos nuestra condición de proveedores de metales preciosos y luego de materias primas y alimentos. Así el subdesarrollo no era una etapa sino una condición en sí misma: de allí el carácter subdesarrolante de Europa como diría Walter Rodney. Nuestras relaciones desiguales con los países desarrollados definen nuestra condición de subdesarrollo. Para cambiar esa realidad es necesario cambiar esas relaciones. La segunda emancipación u otra emancipación debe plantearse ese cambio, pues ya no podemos confiar en el desarrollo como elemento transformador de las dinámicas de las relaciones entre países.

Bolívar Echeverría, en El discurso crítico de Marx, plantea un tema de suma relevancia aquí y ahora. En el segundo epígrafe de la primera parte, Definición del discurso crítico nos advierte que, a la hora de pensar, es decir, de estructurar una reflexión supuestamente crítica, se asumen posiciones positivistas sin advertir lo respetuoso de este con respecto al “orden establecido”. Con todo lo revolucionario del positivismo con respecto a la escolástica, ni el positivismo ni la burguesía son revolucionarias con respecto a la transformación del orden vigente. La revolución de la burguesía abre paso a la acumulación infinita del capital y el positivismo es consustancial a esta tarea.

No se puede hacer una imbricación pensando imparcialmente, sin tomar partido por un pensamiento revolucionario. El pensamiento burgués positivista, en los términos de Echeverría, sobreviene como un manto encubridor de las contradicciones supuestas en el modo de producción capitalista. De este modo, Echeverria nos invita a interiorizar en la tradición marxista la realización de la teoría de la revolución. Se trata de la participación de la teoría en la revolución y la “teoría sobre la revolución” cuyo sujeto histórico sea anticapitalista, revolucionario y proletario. Así, Echeverría nos señaló las disyuntivas que operan cuando el discurso crítico se desvía hacía el “reformismo” o hacía el “utopismo”. Lograr “independencia organizativa y de radicalidad programática” se constituye, así, en la segunda emancipación a la cual apuntamos.

En el “principio-liberación”, Dussel propone unos componentes de singular importancia para el contenido del pensamiento crítico. Como sabemos, la Ética de la liberación es una propuesta para la reproducción de la vida, es decir, una ética de la vida. A esto añade Dussel que “son las víctimas, cuando irrumpen en la historia, las que crean lo nuevo”. No fueron las elites criollas que participaron de la independencia y se beneficiaron de ella, sino las victimas excluidas del campo y el arrabal quienes crearan lo nuevo: la otra emancipación. Esas víctimas no riñen con el ideal de los procesos de democratización supuesto en la nueva aventura republicana, sino con sus limitaciones, en las que persisten hasta hoy la discriminación y exclusión de negros y negras e indígenas.

La mujer, en el caso panameño, debió esperar hasta mediados del siglo pasado XX para dar los primeros pasos de su emancipación de las estructuras patriarcales aún persistentes las cuales se deben afianzar más aún en otra emancipación, en la cual pueda tener las mismas oportunidades y decidir sobre sus cuerpos. Así, la liberación de las victimas sigue vigente. Tanto el movimiento afro como el feminista han dado pasos importantes, pero en esta coyuntura histórica también es importante seguir bregando en la dirección correcta, sin conformarse con lo dado ni tampoco con lo menos peor.

Dussel también piensa el principio-liberación como praxis, desde una “razón material”. Este es un Dussel marxista, el cual plantea desde la materialidad “la factibilidad del horizonte de la vida”. Así, en su Ética de la Liberación nos habla de la vida humana, lo cual supone un problema, pues si la abordamos desde cierto antropocentrismo le restaríamos importancia al entorno natural y las demás especies. Si bien en Dussel no hay un antropocentrismo moderno, una lectura ingenua podría sugerirlo. Aquí, las mismas relaciones sociales y el modo de producción que genera la modernidad capitalista implican exclusión y discriminación en lo social, destruye nuestra Madre Tierra en lo ecológico, como lo vienen advirtiendo desde hace décadas organismos y activistas internacionales.

Ha sido en ese marco donde emergió el discurso de la sostenibilidad y donde se sigue instrumentando a la naturaleza como un valor de cambio. No se trata de que seamos consumistas “por naturaleza”. Esto modo de consumo es histórico y por tanto está abierto a otras alternativas ya existentes o por crear, no es eterno.

Aprender de aquellas experiencias en que se respete a la naturaleza y plantearnos un proceso de transición hacia otra racionalidad ya no es una opción sino un imperativo. Al margen de esa nueva racionalidad, todos los caminos nos conducen al lugar común de los daños irreversibles, a buscar incluso alternativas en otros planetas como lo hace Jeff Bezos, quien tras un viaje al espacio en el cohete New Shepard avizoró al planeta Tierra como un parque en el cual no se podrá vivir.

Dussel, siguiendo a Marx, señaló la importancia de la “claridad táctica” en los pasos a dar a corta y mediana duración, en esta segunda emancipación. Así lo hace también en cuanto a la “precisión teórica” del pensamiento crítico en su compromiso político. Ambos elementos se requieren para no caer en lo que Dussel llama “marañas de posiciones ambiguas”. Para ello, partir de lo concreto sigue siendo el camino correcto. El Principio-Liberación propuesto por Dussel se define como la “acción posible que transforma la realidad subjetiva y social” desde la “comunidad de las victimas que toman conciencia de las vejaciones del orden vigente.”

Nuestras elites criollas, compuestas en su mayor parte de blancos, no se preocuparon por las mujeres, los negros ni por la naturaleza, pues sus intereses eran más crematísticos. Por lo mismo, no debemos confundir esos intereses con el de todos y todas. Es más, en el caso de los istmeños, es decir, de lo que conocemos hoy como Panamá, tener riqueza fue identificado como una condición para hacer la “revolución”, pero en los términos criollos de esa elite letrada.

La intervención de los negros y los indígenas se fundamenta en su reclamo por el reconocimiento intercultural. La segunda emancipación implica un proceso de democratización real de los procesos políticos formales, para la constitución de algo nuevo, forjado al calor de las contradicciones presentes en el seno de nuestra sociedad. Este proceso solo puede ser llevado a cabo con la participación de la comunidad de víctimas de estos doscientes años. En el marco de la modernidad capitalista, esto implica una revolución en el pensar como en el hacer, para profundizar en forma y contenido los procesos de transformación en curso.

De la misma clase criolla elitista solo cabe esperar, en el mejor de los casos, cierto gatopardismo, de cambiar para quedar en lo mismo. La segunda emancipación no se puede permitirse estas licencias. La clave de su éxito está en la organización de los sectores de la población dispersos, cuyos intereses emancipatorios los constituyen en comunidad de víctimas, que en sus luchas han logrado avances significativos.

No conozco sectores organizados de la comunidad afro o de feministas e indígenas conformes con el orden vigente. El compañero de los pueblos aurorales, Artinelio Hernández, por ejemplo, en una reciente intervención en un Seminario sobre el Bicentenario en la Universidad de Panamá nos habló de la discriminación de estos pueblos y de la construcción del indio con “otro” negado.

En suma, la segunda emancipación demanda romper con las cadenas de la colonialidad, del patriarcado y del extractivismo. Asumir el discurso crítico, el principio liberación y plantearnos su factibilidad más allá de la oleada de la primera emancipación con sus claroscuros y sus límites. Lo cual se reafirma en comunidad con mayor participación real de nuestra diversidad y nunca más bajo la égida de un solo sector. 

 

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#LaCentena: Ser maestra en medio de la guerra

A partir de la declaración de la “Guerra contra las Drogas” y de la continuidad de políticas de militarización en los gobiernos federales, las comunidades educativascomunidades educativas han tenido que adaptarse a condiciones extremas de violencia. Los docentes, en su mayoría mujeres, han tenido que desarrollar estrategias para cuidar y proteger la vida de sus estudiantes. ¿Cómo se sumerge la violencia estructural en el espacio escolar? ¿Cómo se relaciona la violencia de la “Guerra contra las Drogas” con otras violencias que afectan a las docentes y a sus estudiantes?

Por Atenea Rosado* Tw: @atenea_rv / MUxED

A partir de la declaración de la “Guerra contra las Drogas” en el sexenio de Felipe Calderón, y de la continuidad de políticas de militarización en los últimos gobiernos federales, hemos sido testigos de cómo la violencia afecta a las escuelas y a quienes las habitan en México. Hemos visto videos de maestras tratando de calmar a estudiantes de preescolar, docentes dando clases en regiones afectadas por el narcotráfico y adolescentes siendo reclutados por los cárteles. La guerra ha dejado más de 350,000 personas asesinadas y más de 72,000 continúan desaparecidas —según cifras oficiales de enero de 2006 a mayo de 2021.

Sin embargo, el conocimiento público sobre los efectos de la violencia asociada a la “Guerra contra las Drogas” en la educación es insuficiente. Pese a que hay varios estudios sobre cómo la violencia ha impactado los resultados académicos se sabe poco acerca de cómo las estrategias de seguridad del Estado han afectado las prácticas cotidianas de la escuela. Con más de 500 ataques físicos y amenazas a maestros, estudiantes e infraestructura escolar desde 2009, México es uno de los 55 países donde la Coalición Global para Proteger la Educación bajo Ataque ha identificado amenazas al campo educativo.

La situación es tal que recientemente se ha comenzado a hablar de educación en situaciones de emergencias y conflicto en México. Sobre este panorama de violencia por la militarización y las políticas de seguridad en relación con la escuela, la categoría de género es central para entender la articulación de las violencias. Al final, el campo de la educación en México es altamente feminizado, donde el 71% de las docentes de educación básica son mujeres. La violencia específica contra niñas y mujeres es sistémica: la negligencia, la burocracia inaccesible, la falta de interés político y acciones concretas, son cómplices del sistema patriarcal, influyendo en la educación.

La violencia contra las mujeres (especialmente las mujeres transexuales) y niñas, lejos de ser una interrupción de lo ordinario, se incorpora a lo ordinario. La categoría de género es fundamental para entender cómo la violencia estructural se entrelaza y conecta con la violencia de lo doméstico y de los espacios cotidianos. La centralidad del género en la comprensión de la violencia ayuda a entender las profundas conexiones entre lo que a veces en los periódicos se lee como “espectacular” y lo cotidiano; entre los espacios macro, como los de la política, y los “micro”, como el aula.

Uno de los primeros acercamientos públicos a la violencia de la “Guerra contra las Drogas” y su impacto en las escuelas fue el video de Martha Rivera, docente de preescolar, tranquilizando a sus estudiantes en medio de una balacera. La docente, cantando una canción de juego, trata de que las balas no les lleguen a sus alumnos. A ella y a sus alumnos, no sólo les impacta la violencia de la militarización y la lucha entre cárteles, sino la violencia patriarcal que la coloca como la principal cuidadora de este grupo de niños: el estado, mediante su inacción, la desprotege a ella y a los suyos. ¿Quién debería cuidar a los niños en medio de una guerra?

Hay autores que han compilado los testimonios de docentes en el contexto afectado por la violencia del narcotráfico en Guerrero. Una de ellas, Bertha (pseudónimo), profesora de primer grado de secundaria, dice sobre la comunidad en la que trabaja: “Como que siguen teniendo un poquito mentalidad machista, solamente como que los hombres tienen un poquito más de oportunidad de seguir estudiando, a las niñas se les relega o se les encierra todavía en sus casas”.

La profesora, con un sentimiento de insatisfacción, explica su contexto de enseñanza: un lugar precarizado, sin acceso a oportunidades más allá de la economía ilícita. Relegar a niñas y mujeres al espacio doméstico puede entenderse en relación con la violencia generalizada. Pese a que sobran retratos del hogar como un lugar de bienestar, el hogar no es necesariamente un ambiente homogéneo. El hogar puede ser un espacio de dominio masculino en el que se espera el trabajo doméstico por parte de mujeres, de niñas y de niños.

La alta incidencia de violencia doméstica y abusos en todas las clases sociales y en todas las geografías en México, prueba que el hogar puede ser un espacio de terror para las mujeres, niñas y adultas mayores. Bertha no sólo vive la violencia de intentar dar clases en medio de la militarización, sino la violencia económica que reproduce las desigualdades en México, la violencia machista que impide que las niñas vayan a la escuela, la violencia de saberse mujer en un espacio hostil. ¿Qué puede hacer Bertha en tal espacio? ¿De quién es la responsabilidad de compartirle herramientas de actualización docente para identificar e irrumpir ciclos de violencia?

 Maclovio (pseudónimo), docente egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, narra su experiencia como docente indígena de telesecundaria en Guerrero, donde la violencia armada ha interrumpido su práctica escolar, llevándole a solicitar el traslado de su plaza a otra ubicación geográfica. “Recuerdo que en la comunidad era importante manejarse con respeto y evitar inmiscuirse en temas de seguridad […] Los maestros coincidíamos que nuestra seguridad estaba expuesta ante los posibles enfrentamientos armados que en cualquier momento podían ocurrir. Todos vivíamos en la casa del maestro, donde vertíamos las diferentes versiones de los que lográbamos enterarnos.”

Crédito: fizkes @Adobe Stock

A Maclovio no sólo le ha impactado la violencia de la guerra contra el narcotráfico, sino la violencia de la burocracia estatal que es prácticamente inaccesible y que retrasó su proceso de traslado, la violencia de la desigualdad entre los recursos y atención a las escuelas rurales en comparación con las urbanas, la violencia de vivir en uno de los estados más pobres del país, la violencia racista y clasista que abandona a quienes son indígenas, practican labores de cuidado en los municipios indígenas y más pobres del país, la violencia que no reconoce el contexto en el que los docentes enseñan y tampoco les garantiza la mínima seguridad.

La declaración de la “̈Guerra contra las Drogas” y la subsecuente militarización de México introdujo nuevas formas de violencia a las vidas escolares. Las comunidades educativas no estaban ni están preparadas para lidiar con las consecuencias que tal violencia directa ha traído a su cotidianidad. No obstante, escuelas y docentes, sobre todo mujeres, en todo el país han protegido la vida de alumnos y comunidades enteras: hay vida en las aulas y en los patios escolares. La docencia, una profesión feminizada, suele ser trabajo de cuidado, de atención a los sentimientos y saberes de los estudiantes, de construcción de comunidad: quizás sea tiempo de voltear a ver más a las maestras y a las escuelas y menos a los cuarteles.

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Atenea Rosado es Integrante de MUxED. Es candidata al doctorado en Educación y Antropología en la Universidad de Pensilvania, donde actualmente estudia temas relacionados con las infancias migrantes y educación en situaciones de emergencia. Miembro del Colectivo de Educación, Decolonialidad y Emergencias, cuyo objetivo es repensar las violencias, el sistema de ayuda humanitario global y la educación. Es maestra en Desarrollo Internacional de la Educación por la Universidad de Columbia y licenciada en Pedagogía de la UNAM. Ha trabajado en escuelas, sociedad civil y gobierno. Correo: atenearv@upenn.edu

Referencias:

Das, V. (2008). Violence, Gender and Subjectivity. Annual Review of Anthropology.

Das, V. (2018). On Singularity and the Event: Further Reflections on the Ordinary. In J. Laidlaw, B. Bodenhorn, & M. Holbraad (Eds.), Recovering the Human Subject: Freedom, Creativity and Decision (pp. 53-73). Cambridge: Cambridge University Press. doi:10.1017/9781108605007.003

GCPEA (2020). Education Under Attack Global Report. 

Jarillo, B., Magaloni, B., Franco, E. & Robles, G. (2016). How the Mexican drug war affects kids and schools? Evidence on effects and mechanisms. International Journal of Educational Development, Volume 51, 135-146.

Márquez-Padilla, F. ​​et al. ​(2015).​ ​​The​ ​(Non-)​ ​Effect​ ​of​ ​violence​ ​on​ ​education:​ ​Evidence​ ​from the​ ​War​ ​on​ ​Drugs​ ​in​ ​Mexico​.​ ​World​ ​Bank,​ ​Policy​ ​Research​ ​Working​ ​Paper​ ​7230.

Pardo Veiras, J. L. & Arredondo, I. (2021). “Una Guerra Inventada y 350,000 muertos”. The Washington Post. 

Rosado-Viurques, A. (2016). Teaching surrounded by soldiers. The transformation of secondaryschool classroom disciplinary practices in militarized Mexico. A qualitative case study. M.A. Thesis, Teachers College at Columbia University.

Solano López, A., & Trujillo Reyes, B. F. (2021). “Hacer escuela entre silencios. Docentes de telesecundaria en contextos de narcotráfico”. Revista Latinoamericana De Estudios Educativos, 51(2), 151-176.

Solano López, A. (2021). “Profesores de Telesecundaria: Entre el Silencio y la Educación”. Presentación en la conferencia “Transformando el poder en la ayuda humanitaria en educación: conocimientos, violencia y justicia”.

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Preocupación ante el panorama de la educación Argentina

(CNN Radio Argentina)

Juan José Llach, exministro de Educación, economista, sociólogo, docente universitario y miembro de las academias nacionales de Educación y de Ciencias Económicas, habló este miércoles en CNN Radio sobre el sombrío panorama de la educación argentina, a raíz del bajo promedio que obtuvo el país en las pruebas de la UNESCO.

El estudio en cuestión midió el desempeño de 160.000 estudiantes en Lengua y Matemáticas de 3º y 6º grado y en Ciencias de 6º grado de 16 países de América Latina y el Caribe. Argentina obtuvo el peor puntaje de la región.

“Argentina en los años ’90 era segunda, luego se ubicó en el primer lugar, posteriormente bajó al quinto puesto y luego al octavo”, detalló en diálogo con Café con Pepe, el programa conducido por Pepe Gil Vidal, “esta tendencia lamentable viene desde hace más de 20 años”.

Según señaló, “llegamos a esto porque en nuestro país la escolarización ha aumentado pero la calidad de los aprendizajes ha bajado, en comparación con otro países”.

Además, adelantó que “teniendo en cuenta que el estudio corresponde al año 2019, el cuadro va a empeorar”.

Durante la pandemia, cerca de un millón de chicos no tuvo clases presenciales ni dispositivos para acceder a la educación virtual, es decir, “las clases han sido nulas para ellos. La falta de presencialidad fue exageradamente prolongada”, sostuvo.

Preocupación ante el panorama de la educación argentina

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España: «Ellos son más listos, pero ellas se esfuerzan más»: cómo influyen los sesgos de género en la educación

Por: Cristina Gómez/elespanol.com

Un estudio realizado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya refleja revela cómo persisten los estereotipos de género entre el profesorado de secundaria.

Los estereotipos de género todavía permanecen en las aulas y podrían influir en el rendimiento académico y las opciones de estudio del alumnado. Así lo ha revelado un estudio liderado por Milagros Sáinz Ibáñez, investigadora líder del grupo Género y TIC (GenTIC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Entre sus principales conclusiones, está que «de las alumnas se espera más esfuerzo, mejor rendimiento académico y un comportamiento más positivo», mientras que «con los alumnos se es más permisivo y se espera menos de ellos, lo que desanima a muchos a ser buenos académicamente».

Para llegar a estos resultados, Sáinz ha realizado 36 entrevistas a profesores de secundaria y las ha plasmado en el artículo Secondary School Teachers’ Views of Gender Differences in School Achievement and Study Choices in Spain, publicado en Sage Open. Un trabajo realizado junto a Sergi Fàbregues, también de GenTIC, y Jordi Solé, investigador líder del grupo Laboratorio de Educación Social, ambos profesores de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, así como con Sara García Cuesta, investigadora de la Universidad de La Laguna.

Según explicó Sáinz en la nota de prensa publicada por la UOC, el objetivo del trabajo es «constatar, de forma empírica, en qué medida una parte del profesorado de secundaria sigue teniendo actitudes sexistasrespecto a los logros académicos diferenciales entre hombres y mujeres y la elección de estudios».

Entre los resultados más destacados está cómo perciben los profesores la capacidad de los alumnos y las alumnas. Tal y como expone en el estudio, «cuando se habla de estudiantes excelentes (es decir, éxito académico), algunos profesores lo atribuyen a la mayor predisposición de las niñas al trabajo escolar. En este sentido, los maestros consideraban que las niñas eran muy responsables o ‘abejas ocupadas'». Esto significa, según los autores, que «el rendimiento académico de las niñas se atribuyó más al esfuerzo que a la inteligencia. Por el contrario, varios profesores reconocieron la tendencia habitual a asociar el buen rendimiento académico de los chicos con la inteligencia».

Además, tal y como indica la experta en declaraciones a la UOC, «algunos integrantes del profesorado consultado opinan también que el hecho de que las chicas maduren antes favorece su rendimiento, porque las hace ser más responsables y estar más atentas en clase».

Este estereotipo relacionado con la menor madurez de los chicos, provoca que los profesores tiendan a ser más permisivos con ellos, algo que también puede ser negativo para los alumnos, puesto que se espera menos de ellos. «Casi la mitad de los docentes cree que las niñas se adaptan mejor a la escuela durante los primeros años de la secundaria que sus contrapartes masculinas. Sorprendentemente, varios maestros justificaron la mala adaptación de los niños a las demandas del sistema educativo, diciendo que los niños tienden a ser más distraídos, irresponsables, inmaduros o carentes de disciplina escolar. Por lo tanto, para estos maestros, los niños estaban más predispuestos a las actitudes disruptivas hacia la escuela que las niñas», reza el estudio.

Elección de estudios

Pese a estas claras diferencias, el profesorado consultado en el estudio considera que con su docencia no influye en la brecha de género en la elección de estudios y la achacan a otros factores, como por ejemplo al papel de las familias (sus antecedentes socioeconómicos y culturales) o los medios de comunicación.

Sea como sea, estas diferencias tienen consecuencias en los resultados de los alumnos. Y es que ellos tienen mayor predisposición a abandonar la escuela antes de que sus homólogas femeninas. «En el año 2019, como ejemplo, el 21,4% de los chicos y el 13% de las chicas abandonaron sus estudios», explica Sáinz.

Por otra parte, persiste la brecha de género en la elección de estudios, sobre todo en aquellos relacionados con las profesiones tecnológicas y las humanidades. En 2019, de los primeros solo hubo un 27,41% alumnas, mientras que en los segundos solo 35,05% de los alumnos eran chicos. Por su parte, en las carreras de salud y ciencias sí que ha aumentado considerablemente la presencia de mujeres hasta el 74,29% y el 58,75 %, respectivamente.

https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20211130/listos-esfuerzan-influyen-sesgos-genero-educacion/630937776_0.html
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Un nuevo contrato por la educación

Por Miguel Ángel Casillas

La UNESCO vive de publicar en noviembre un nuevo informe mundial titulado Repensar nuestros futuros conjuntamente, un nuevo contrato social por la educación que resulta de dos años de trabajo de la Comisión Internacional sobre el Futuro de la Educación. El informe es una propuesta para la discusión y esboza una proyección sobre la educación más allá del 2050. Es accesible desde https://es.unesco.org/futuresofeducation/ . No es la primera vez que la UNESCO publica un informe de este tipo lo hizo en 1972 y 1996 con los informes Faure y Delors, que introdujeron principios esenciales como el aprendizaje permanente, la sociedad del conocimiento y la necesidad de aprender a aprender. También lo que hizo Edgar Morin en 1999, cuando definió para la UNESCO los Siete conocimientos necesarios para la educación del futuro.

El informe supone que debemos abordar colectivamente los desafíos que enfrenta el mundo contemporáneo, así como los que se prefiguran en el horizonte: el aumento de la desigualdad, el cambio climático, la pandemia del Covid-19, la sobreexplotación de los recursos del planeta, la fragmentación social, el riesgo de que la tecnología nos divida aún más, todo esto requiere cooperación internacional y solidaridad global a una escala sin precedentes. La educación ambiental será un componente central de la educación del futuro. Primero para atender la emergencia climática mundial en el largo plazo y para fomentar una mayor comprensión que fundamente el compromiso y la acción colectiva.

Para la UNESCO es central seguir desarrollando la enseñanza de las competencias digitales. En este punto, el informe es muy claro: la tecnología digital transformará las escuelas y el trabajo de los profesores, pero no puede ni debe reemplazarlos. Además de la alfabetización tecnológica e informacional, el Informe sostiene también que es necesario seguir desarrollando la educación contra todas las formas de racismo y antisemitismo para aprender a hacer un mundo común. En este contexto la UNESCO insiste en cambiar las mentalidades y considerar los presupuestos de educación como una inversión de las más rentables para el futuro de los países. La economía del conocimiento, como su nombre indica, implica múltiples inversiones en educación.

El aumento de los presupuestos de educación es una cuestión de derechos, valores, pero también de intereses económicos y de competitividad para los países en un contexto globalizado. Para la UNESCO las escuelas seguirán siendo centrales en el proceso educacional; deben ser preservadas y transformadas. Los currículos escolares deben renovarse para que aprendamos mejores formas de vivir con nuestro mundo. La UNESCO nos invita a que pensar en qué habilidades necesitaremos en el mundo digital de hoy y de mañana, y en esa dirección, los docentes deberían utilizar cada vez más enfoques participativos y colaborativos a través del aprendizaje basado en problemas y proyectos.

El informe de la comisión pide la cooperación de todos los actores regionales y mundiales en materia de educación, y este es el objetivo de la Coalición Mundial por la Educación que está trabajando en más de 100 países. Este informe propone forjar un nuevo contrato social para nuestras sociedades: para reconstruir nuestras relaciones con los demás, con el planeta y con la tecnología. Un nuevo contrato social que busca reparar las injusticias del pasado y transformar el futuro. El Informe propone dos principios fundamentales. El primero es garantizar el derecho a una educación de calidad durante toda la vida. Sostiene que el derecho a la educación, tal como se establece en el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, debe seguir siendo el centro del nuevo contrato social para la educación y ampliar su alcance hacia el derecho a un aprendizaje de calidad a lo largo de toda la vida.

También es importante incluir el derecho a la información, la cultura, la ciencia, y el derecho a acceder libremente y contribuir a la comunidad del conocimiento, es decir, a todos los recursos colectivos de conocimiento que la humanidad ha acumulado a lo largo de generaciones y que están en constante evolución. El segundo, es fortalecer el estatus de la educación como un proyecto social y un bien común. Como proyecto social compartido, afirma el Informe, la educación produce objetivos comunes y permite que los individuos y las comunidades florezcan juntos.

El establecimiento de este nuevo contrato social debe conducir no sólo a la garantía de la financiación pública de la educación, sino también al compromiso de toda la sociedad con un debate abierto para todos. Enfatizar la participación refuerza el buen estado común de la educación, una forma de bienestar compartido, que se puede definir y lograr juntos. El Informe de la UNESCO es una invitación al debate y ojalá y los diferentes agentes de la educación tuvieran la atención de revisar las propuestas y documentos para tener un insumo más para ponderar el proyecto educativo nacional.

http://monitoreconomico.org/noticias/2021/nov/29/un-nuevo-contrato-por-la-educacion/

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