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Henry Giroux, la derecha y la educación

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«La derecha en EU ve a la violencia como una solución para abordar los problemas políticos»

Hace unas semanas encontré un interesante ensayo del profesor Henry Giroux, académico de la Universidad McMaster, en el cual aborda los temas de la violencia de la derecha en Estados Unidos, el autoritarismo implícito y los desafíos educativos de nuestro tiempo. (1)

Por considerarlo de interés y actualidad, pongo a su consideración algunos fragmentos del texto mencionado, intercalo algunas reflexiones en torno a ellos y trato de conectarlos con nuestra realidad política y educativa en México.

Afirma Giroux: “El futuro de la democracia en Estados Unidos no estará determinado por las malas decisiones de un grupo reaccionario de jueces de la Corte Suprema. Tampoco se decidirá por la existencia de leyes de supresión de votantes, la ubicuidad de la gran mentira, la desigualdad estructural masiva o el ascenso del nacionalismo blanco a los centros de poder y una política dominada por la ideología supremacista blanca. Tampoco lo decidirá el acelerador retórico que produce sin cesar el ex presidente Trump con sus frecuentes alusiones a la violencia y la revuelta armada. Lo decidirá el creciente colapso de la conciencia, el socavamiento de la verdad y una conciencia de masas que apoya la violencia como arma central para el cambio social.” (2)

Lamentablemente, las formas que ha asumido la violencia como valor político y social no solamente son desviaciones incivilizadas que han inundado a la nación estadounidense, sino también han llegado a una importante cantidad de naciones de América Latina (como el caso de México) y el mundo.

“La violencia en los Estados Unidos se ha acelerado. Sobre la base de una historia de desechabilidad, genocidio y militarismo, ha ganado cada vez más apoyo, particularmente entre el Partido Republicano, como un camino potencialmente justificable al poder.”… “Los extremistas de derecha han redefinido la noción de libertad separándola de cualquier sentido del bien común y las consideraciones éticas, al tiempo que reducen cualquier vestigio de libertad a un derecho individual y totalmente privatizado. Imitando los valores neoliberales, la libertad ahora huye hacia adentro, reducida a un egocentrismo casi patológico que es cada vez más hostil al bien común, las cuestiones de apoyo mutuo y la responsabilidad social.”

La noción de derechos colectivos se ha erosionado para dar lugar, cada vez con mayor vehemencia, al derecho individual; como si éste fuera producto de una reivindicación por la conservación de la infraestructura productiva y la propiedad privada.

“El lenguaje de la violencia se ha normalizado en un Partido Republicano indiferente a sus elementos marginales que amenazan cada vez más la vida de los políticos con los que no están de acuerdo. Además, se ha instalado en la conciencia colectiva de un gran segmento del público como una forma rutinaria de abordar los problemas sociales, impulsar la retórica política y aniquilar la disidencia y la resistencia. La violencia define ahora la esencia misma de la política y se ha convertido cada vez más en un elemento rutinario de la vida cotidiana.”

La censura del pensamiento crítico, la represión hacia las protestas callejeras por pedir justicia y cuentas a los gobernantes, así como la negación de los espacios públicos para hacer conciencia sobre los problemas ambientales o raciales, han marcado la agenda de la derecha en el país vecino del norte.

“La guerra republicana contra la razón, la educación crítica y el pensamiento en sí está funcionando. Mucha gente en los Estados Unidos acepta cada vez más la violencia como una solución para abordar los problemas políticos. El lenguaje del militarismo y la violencia domina gran parte de las redes sociales de derecha y su alcance pedagógico sigue creciendo. Por ejemplo, la creciente amenaza del extremismo es evidente en la creciente cultura del racismo alimentada por el Partido Republicano y sus acólitos.”

Pero las olas conservadoras y los usos de la violencia de la extrema derecha no sólo caminan por los pasillos de la política electoral, sino que también transitan por los espacios ocupados por los poderosos medios de comunicación de masas.

“La insurrección del 6 de enero fue una etapa en la evolución de una política que ahora consagra la violencia como un camino potencial hacia el poder. El terror racial y una llamada de atención a la violencia dominan la política estadounidense, amplificada por una prensa dominante que se niega a nombrarla como una forma de política fascista, y una prensa de derecha que se deleita con una cultura espectacularizada de amenazas y violencia.”

Cuidado con los excesos en los procesos de militarización

“La guerra, el militarismo y la violencia dominan ahora la imaginación pública en los Estados Unidos. Detrás de los diversos intentos de los republicanos de derecha de destruir la educación pública, anular los resultados electorales, subvertir los derechos al aborto, producir formas malignas de anarquía en diferentes formas de privación de derechos, se encuentra un objetivo a largo plazo de destruir cualquier vestigio de democracia y las instituciones públicas que apoyan eso. Hay más en juego aquí que la degradación de la política.”

“Si la gente no puede escapar de la maquinaria de terror ideológico de la cultura que los convence de que todos sus problemas son una cuestión de responsabilidad individual, eso importa de clase, racismo, misoginia y otras formas de opresión no son sistémicas, y que la privatización de todo no debe ser vista como una forma poderosa de despolitización, Estados Unidos pronto se moverá hacia un orden social fascista completamente renovado. No hay democracia genuina.”

Reflexiones sobre el papel de la educación

Giroux se pregunta: “¿Qué significa abordar la educación en una época de tiranía? ¿Cómo podría la educación convertirse en un elemento central de la política y asumir el objetivo de educar a los estudiantes y al público para que piensen críticamente y aprendan a desafiar a los perpetradores de la supremacía blanca y la violencia social? …La educación en su máxima expresión debe definirse como un bien público, uno que se tome en serio la necesidad de crear ciudadanos críticos, informados y comprometidos. Como tal, no solo debe proporcionar las condiciones pedagógicas para que los estudiantes tengan conocimientos, se apropien críticamente de lo mejor de la Ilustración y otras tradiciones, sino que también debe infundir las artes liberales, si no todos los elementos de la educación, con un sentido social, ético y público, de responsabilidad.”

Recomiendo la lectura del texto completo (ver referencia al final), así como a hacer una revisión exhaustiva de la obra de Giroux, porque es probable que algunas de las claves críticas registradas en sus libros, nos ofrezcan elementos para comprender los códigos y las fibras más finas del poder político, económico y cultural que domina a nuestros países.

Nota y fuente consultada:

(1) Henry Giroux fue profesor de educación en la Universidad de Boston entre 1977 y 1983. Desde 2004 trabaja en la Universidad McMaster, donde actualmente imparte materias sobre Cadenas globales de televisión en la carrera de ciencias de la comunicación. Entre otros libros, es autor de: Ideology, Culture and the Process of Schooling (1981).

(2) Henry Giroux. “Contraataque: El autoritarismo de derecha y la crisis de la educación.” Diario de Badlands. Justicia social, económica y ambiental. 11 de dic., 2021.

https://badlandsjournal.com/node/2792

Juan Carlos Miranda Arroyo en Twitter: @jcma23

Fuente: https://profelandia.com/henry-giroux-la-derecha-y-la-educacion/

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Regreso a las aulas: sin cuarentenas para favorecer la presencialidad y conciliación. España

Europa/España/14-01-2022/Autora: OLGA ESTEBAN/Fuente: www.elcomercio.es

La puerta de los centros educativos de todos los niveles de Asturias se reabren hoy. Lo hacen en plena sexta ola de la pandemia, con las cifras de contagios disparadas, pero con la firma intención de mantener la enseñanza presencial durante todo este segundo trimestre. Vuelven los alumnos, desde Infantil a la Universidad (en esta última para los exámenes) con la incertidumbre de cuántos de ellos faltarán por ser positivos o ser confinados y de cuántos docentes no podrán incorporarse hoy. Y vuelven con algunos cambios en los protocolos. El más importante, el fin de las cuarentenas generales

La consejera de Educación, Lydia Espina, defendió la medida aprobada el viernes por la comisión de Salud, que estableció que solo se confinarán aulas completas cuando se detecten en ellas cinco casos o más o el 20% de sus miembros, en un periodo igual o inferior a 7 días. Hasta ahora, en Infantil y Primaria, el protocolo marcaba que un solo caso positivo obligaba a confinar a toda la clase y hacer dos PCR (una al principio y otra al final de la cuarentena) a todos los alumnos.

Eso ha finalizado después de que, como explicó ayer la consejera en declaraciones a la Ser, muchos miembros de la comunidad educativa hubieran preguntado por la cuestión. La nueva media «va a ayudar a un mejor funcionamiento» de los centros, dijo Lydia Espina, básicamente porque favorecerá la presencialidad, objetivo principal de la consejería. Baste recordar que en la última semana de clase antes de las vacaciones de Navidad había más de 2.800 alumnos confinados, con la dificultad que eso supone para el seguimiento de las clases. No olvida Espina que el nuevo protocolo ayudará también a las familias, ya que los confinamientos generales complicaban la conciliación, un aspecto que «también tenemos en cuenta».

El último cambio ha llegado después de que la consejera se reuniera con los sindicatos, con los directores de los centros y con los representantes de las familias. Por eso, Espina ha convocado un encuentro telemático hoy mismo con los directores en el que expertos de la Consejería de Salud responderán a las dudas que surjan. «Los cambios al principio siempre suponen incertidumbre, pero vamos a ir de la mano de Salud», dijo Lydia Espina.

El resto de cambios aprobados el pasado día 4 no suponen grandes novedades para la rutina que los centros educativos asturianos ya venían aplicando. Sí se modifica la obligatoriedad de la mascarilla tanto en el interior como en exterior para adaptarse a la normativa nacional; se limita algo más la entrada en colegios e institutos sin cita previa y se aconseja no organizar este trimestre actividades extraescolares o complementarias que impliquen dormir fuera de casa. Directores, docentes, alumnos y familias «saben perfectamente lo que tienen que hacer», recordó ayer Lydia Espina, que volvió a agradecer la «ejemplaridad» de todos ellos durante todo este tiempo que ha dificultado sin ninguna duda la actividad de los centros de enseñanza.

Unos centros que siguen siendo «lugares seguros», insistió la consejera, quien lanzó un mensaje de «tranquilidad» para este regreso a las clases. Prudencia sí, pero con tranquilidad y con varias obligaciones que volvió a recordar, como el medidor de CO2 en cada aula.

En cuanto a la preocupación por los docentes que se encuentren de baja estos días por covid, Espina aseguró que «se cubrirán con la máxima celeridad». El martes habrá una convocatoria de interinos para cubrir los puestos que se hayan notificado, y los sustitutos se incorporarán el próximo lunes.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/regreso-aulas-covid-sin-cuarentenas-asturias-20220110000534-ntvo.html

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Khaly Thioune, artista senegalés: “Mi tierra es más que malas noticias”

«Mi tierra es más que malas noticias», defiende Khaly Thioune (Senegal, 1976), un artista que reside en Gran Canaria desde hace 20 años y que no pierde la esperanza de que algún día Senegal y el África «sea vista por los africanos, americanos y europeos como lo que es: un continente lleno de cultura, historias y saberes». Salió de Bambey, su pueblo natal, cuando terminó el colegio y se trasladó a Dakar para estudiar con mucho esfuerzo y sacrificios económicos en la Escuela Nacional de Arte, una aventura en la que también le acompañó su hermano Aly. Ambos siempre tuvieron claro que querían vivir del arte, que entiende como vehículo de transmisión de cultura y de educación. «La música sirve para trabajar la interculturalidad, enseñar mejor África a los europeos y enseñar mejor Europa a los africanos para que podamos vivir en un ambiente de solidaridad, paz y enriquecimiento», explica. En la actualidad existen aún muchos prejuicios que combatir y por ello insiste en que su continente tiene mucho que enseñar.

Khaly Thioune llegó a Canarias pasando primero por París, pero su experiencia no fue fácil. Cuando él y su hermano Aly estaban finalizando sus estudios en la Escuela Nacional de Arte les surgió la oportunidad de seguir estudiando en la capital de Francia. Tenían la preinscripción aceptada pero obtener el visado no es sencillo porque a los ciudadanos senegaleses para salir de su país se les exige demostrar que cuentan con una determinada cantidad de dinero (unos 3.000 euros), algo que no le ocurre a las personas de Europa, que pueden viajar por donde quieran con su pasaporte. «Es una inmigración seleccionada, porque solo pueden viajar las personas con dinero», asegura. Esta odisea para poder llegar a Francia por avión es detallada por el artista en su reciente libro Yakar, una palabra escrita en wolof y que en español significa esperanza, esa esperanza que no pierde pero por la que recuerda que hay que seguir luchando cada día. Gracias a esa hospitalidad que aún se respira en los países africanos logró recaudar el dinero que necesitaba para demostrar a la embajada que tenía solvencia para viajar. Un dinero que más tarde fue devolviendo poco a poco.

La llegada a París no era tan de color de rosa como le pintaban en su país, donde Khaly lamenta que se difunden muchas mentiras y se idealiza Europa. «Te llegan a decir que podrás tener hasta cinco trabajos», explica. En la capital francesa los días transcurrían en la escuela de arte y en el barrio donde se hospedaba. En su libro explica que le llamaba la atención la segregación que existía y el hecho de que hubiera tantas personas negras en ese país, lo cual es fruto de la colonización, de la que lamenta que en África aún no se han liberado del todo. Khaly cree que para conseguir que los países de su continente lleguen a tener el respeto y el lugar que merecen debe cambiar el modelo educativo. En Senegal la educación se imparte en la lengua de la potencia que lo colonizó, Francia, y aunque su país logró la independencia en 1960 sigue habiendo huellas de esa época que se mantienen en la actualidad. «Llegó la colonización y no nos dio tiempo a valorar nuestra cultura. Cambiaron todo y nos impusieron su cultura, su idioma y su moneda», expresa en su libro, donde añade que «nos enseñaron a creer que la única civilización era Europa y nos empujaron  a avergonzarnos de nuestra cultura». Por ello, en la entrevista con este periódico destaca que «el modelo tiene que cambiarse en África, tenemos que estar muy pendiente de lo que queremos enseñar a nuestros hijos». Una realidad que aunque admite que es dolorosa de reconocer tiene que cambiar.

El artista es muy crítico con Occidente pero también con los propios africanos, ya que consideran que tienen que luchar y despertar ya que el yugo al que aún Europa somete a estos países cuenta con la complicidad de presidentes africanos y periodistas que guardan silencio. «África necesita más información, conocer nuestros derechos para poder defendernos y vivir la igualdad», apunta. De hecho, unas de las frases llamativas del libro es en la que afirma: «Conocí más África estando en Europa» y explica que esto ocurre porque no «nos han enseñado la realidad de África» y porque desde fuera se aprecia con otra perspectiva y ha podido valorarlo más.

Romper barreras a lo desconocido

En el año 2002, cuando ya estaba asentado junto a su hermano en la escuela artística francesa donde continuaban sus estudios, decidieron viajar a Gran Canaria para visitar a un hermano de ambos que vivía ahí desde hacía años, Mbaye Thioune. En Gran Canaria les llamó la atención que en la televisión solo se hablaba de «pateras», una palabra que no habían escuchado hasta ese momento. Además, percibían cierta desconfianza hacia ellos por parte de las personas de la isla, lo que les llevó a pensar que lo mejor era volver a Francia cuanto antes. En la estancia en la isla se percataron de las condiciones en las que vivían algunos de sus paisanos, en un edificio Astoria, uno de los pocos lugares donde conseguían el alquiler de una habitación, ya que otro de los problemas a los que se enfrentan aún en la actualidad las personas migrantes es al de no encontrar un piso de alquiler por los prejuicios que aún existen. Durante esa visita acompañaron un día a Mbaye a la oficina de empleo. Khaly explica que aún recuerda a la persona que les atendió y cómo se interesó por él y su hermano Aly y los estudios que estaban realizando en París. Ahí fue cómo les surgió la oportunidad de posponer la finalización de esos estudios para impartir clases con un contrato que les brindaba el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; el objetivo era impartir clases en la Universidad Popular sobre cultura y arte africano.

Los primeros días fueron duros por esa barrera que aún percibían por parte del alumnado, pero poco a poco esa barrera se fue rompiendo y fueron tejiendo lazos y conociéndose los unos a los otros. Es la prueba que ofrece Khaly de lo que es capaz de cambiar el arte. La barrera se produce por «el desconocimiento el uno del otro por la información falsa de la tele», subraya. De hecho, lamenta que los medios de comunicación solo cuenten las noticias negativas de África y no muestran su realidad en conjunto. «Eso hace que crezcan los miedos de la gente, porque no lo ven con normalidad, ven la inmigración como una amenaza», apunta. «Es muy importante hacer una buena información, la información tiene que cambiar para que la gente pueda saber la realidad de África», pero añade que al contrario ocurre igual y que en África hay muchas veces una concepción un poco diferente de la realidad de Europa. En este punto recuerda el lema que había en Senegal durante la crisis de los cayucos de 2006: «Barcelona o la muerte», decían, mientras muchos jóvenes perdieron la vida tratando de llegar a España.

Por ello, insiste en que las leyes tienen que cambiar, pero en que también se necesitan oportunidades para los jóvenes africanos en sus países. «Tenemos que darles, oportunidades, información y valorarlos», insiste Khaly, que espera que su libro sea útil para que el viaje de esos jóvenes hacia la «prosperidad, no se convierta en dolor, en un sueño roto o en una pesadilla» y que «los jóvenes africanos tomen el timón del rumbo de África para que se convierta en lugar donde haya prosperidad y se sacuda, de una vez por todas del yugo que Europa le ha puesto». Yakar está escrito para remover conciencias y para hacer reflexionar a las dos partes; a los propios africanos, a los americanos y a los europeos, para que conozcan más África y a los africanos. El autor confía además en seguir en que «la música es una puerta importante» para fomentar la interculturalidad y en ello seguirá trabajando para construir puentes reales entre los continentes.

Fuente: https://www.eldiarioar.com/mundo/yakar-canto-esperanza-cambiar-mirada-africa-tierra-malas-noticias_1_8636132.html

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México: «Regreso seguro» por protocolos sanitarios: SEP

América del Norte/México/07-01-2022/Autor: Eduardo Murillo/Fuente: www.jornada.com.mx 

Ciudad de México. Se realizó un regreso a clases seguro gracias al esfuerzo de la comunidad escolar, afirmó la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez Álvarez, al encabezar el reinicio de actividades en Puebla.

Entrevistada sobre los estados donde los gobiernos locales decidieron no regresar a clases presenciales, la secretaria afirmó que se respetarán las decisiones de estas autoridades, sin embargo, señaló que es importante reactivar las actividades para fortalecer el aprendizaje y las relaciones socioafectivas de los estudiantes.

La funcionaria afirmó que para el presidente Andrés Manuel López Obrador, los maestros son una prioridad, por ello en los próximos días comenzarán a recibir la aplicación de la vacuna de refuerzo contra covid-19.

La ceremonia oficial se realizó en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHC) de la capital poblana, que agrupa a alumnos desde prescolar, primaria y secundaria hasta preparatoria.

Gómez Álvarez sostuvo que la SEP brindará todo el apoyo que sea necesario para que los docentes estén protegidos y, a su vez, garanticen un entorno seguro para sus alumnos.

Durante el tiempo que permaneció en el CENHC, la secretaria constató que se cumplieran todas las normas sanitarias de la “Guía para el regreso responsable y ordenado a las escuelas. Ciclo escolar 2021-2022”, con el fin de evitar el contagio de cualquier enfermedad.

En un mensaje a la comunidad de ese centro escolar, Delfina Gómez agradeció el esfuerzo de docentes, alumnos, padres y madres de familia para lograr el reinicio de clases presenciales de manera segura y cumpliendo con los protocolos sanitarios.

Agradecen alumnos regreso a clases

Gómez Álvarez también visitó la escuela primaria multilingüe “Emiliano Zapata”, cuyos alumnos hablan mazateco, nahua y tutunakú, y quienes le expresaron su agrado por regresar a clases presenciales.

La SEP desplegó a sus subsecretarios y directores en varios puntos del país para supervisar personalmente el reinicio de clases en Guerrero, Chiapas, Yucatán, estado de México, Morelos, Tabasco, Veracruz, Nayarit y la Ciudad de México.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2022/01/04/politica/regreso-seguro-por-protocolos-sanitarios-sep/

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La sociedad psicológica (a propósito de la salud mental)

«Puede creerse en la posibilidad de una nueva regulación de las relaciones humanas, que cegará las fuentes del descontento ante la cultura. (…) Esto sería la edad de oro, pero es muy dudoso que pueda llegarse a ello.» (Sigmund Freud: El porvenir de una ilusión).

De un tiempo a esta parte contamos con un nuevo tema recurrente en la agenda mediática. Ocurrió hace años con la violencia ejercida contra las mujeres en el contexto de las relaciones afectivo-sexuales. De manera semejante a esta espantosa lacra la salud mental era un problema sólo reconocible en el ámbito de lo privado, pero no estaba en el tablón social en el que ya se le otorga un reconocimiento que conlleva el planteamiento de la necesidad de un tratamiento colectivo, mereciendo por ende formar parte de la tarea política.

Creo que no cabe discusión en identificar la maldita pandemia de la COVID-19 como un punto de inflexión en la consideración pública de la salud mental. Fue notable el incremento de las referencias en el sinnúmero y diversidad de informaciones que aludían al aspecto psicológico de lo que, en principio, era un mal puramente somático causado por un microorganismo, el dichoso coronavirus. Pero aquí se hacía evidente lo ilusorio de ese dualismo psicofísico heredado de la filosofía antigua y acentuado por las grandes religiones monoteístas consistente en la creencia de que somos personas porque no somos un ente puramente físico, sino que contamos en nosotros con lo que realmente constituye nuestra esencia humana, a saber, un alma o mente de naturaleza incorpórea. La neurociencia más reciente nos demuestra lo contrario: los males del cuerpo también lo son del alma –de la psique– y viceversa. Hoy sabemos, por ejemplo, que existe una importantísima conexión entre nuestro heroico sistema inmunitario, nuestro prosaico intestino y nuestro aristocrático cerebro, eje orgánico que es determinante en nuestro estado de ánimo diario. Hay quien ya ha bautizado al intestino como nuestro «segundo cerebro» (no se tome al pie de la letra, claro). El célebre neurocientífico premio Príncipe de Asturias Antonio Damasio certificó la obsolescencia científica y filosófica del dualismo psicofísico en su apasionante libro titulado El error de Descartes cuya publicación data de 1994.

En cualquier caso –y esto ya fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud hace años– no se reduce la noción de salud a la salud estrictamente fisiológica; para ser cabal no puede faltarle su ingrediente psíquico. Es lo que vino a expresar públicamente en sede parlamentaria el diputado Íñigo Errejón, no sin arrancar alguna que otra chufla de alguna de sus señorías miembro de la bancada menos progresista. Hay quien diría que la voz que entonces elevó el diputado Errejón era la de aquel que clama en el desierto. Pero el caso es que meses después la atleta norteamericana Simone Biles, una figura señera del deporte mundial, renunció a su participación en ciertas competiciones de la Olimpiada de Tokio por mor de su bienestar anímico (de «ánima», que como «psique» también quiere decir alma). Y nada como las noticias del mundo del deporte para otorgar un potente escaparate publicitario a los temas que se vean insertos en ellas.

Luego hubo referencias con cierto eco en diversos medios sobre el asunto de la salud mental conectado con los más jóvenes y el preocupante número de suicidios que se registra entre los de su colectivo. Y lo más reciente: el triste desenlace de una depresión arrastrada a lo largo de años por una persona muy popular, la actriz Verónica Forqué. En el caso de este último episodio de repercusión social aparece mezclada la variable de las redes sociales y su efecto sobre el estado emocional de quienes se hallan expuestos a sus tóxicos efluvios. También sobre esto trascendió algo en los medios con ocasión de las revelaciones de una antigua ingeniera de Facebook que denunció cómo esta empresa desprecia los informes internos que le alertan del efecto pernicioso que el uso de las redes tiene sobre la psique de sus usuarios de menor edad.

En el contexto de los institutos hoy ya es norma la preocupación del profesorado por la salud mental de los adolescentes que en ellos estudian. Es obligatorio saber de sus problemas familiares y personales; los profesores no siguen a su alumnado sólo en el plano académico, también lo hacen en lo que importa a su salud. Por eso no puedo evitar que me provoque cierta perplejidad observar que curso tras curso el número de estudiantes con problemas de salud mental a los que imparto clases vaya en aumento. Porque ocurre justo cuando más los cuidamos, hasta el punto de que incluso se denuncia un excesivo proteccionismo de los hijos por parte de sus padres. A esto ya hay quien lo llama hiperpaternidad.

¿Es todo lo expuesto prueba de que nos hallamos ya plenamente inmersos en lo que Thomas H. Leahey llama en su manual clásico de Historia de la Psicología «la sociedad psicológica»? En ella el punto de vista psicológico se ha convertido en una forma normal de mirar los comportamientos, y es tenido en cuenta a la hora de juzgarlos, debido en parte seguramente a la evolución de la moralidad –hacia una menor rigidez y el reconocimiento de una variedad de opciones todas válidas– acompañada de la secularización progresiva de las sociedades así llamadas avanzadas. Todo consecuencia de la revolución humanista que arranca de finales del siglo XVII, cuando da sus frutos el librepensamiento de quienes se atreven a cuestionar el origen trascendental de lo que dota de sentido a la existencia humana. Desde entonces se ha impuesto la certeza de que somos nosotros los únicos que otorgamos valor a lo que hacemos, que es el individuo el único capaz de dotar de significado a su vida. Una liberación ética sin duda, pero también una carga anímica. Creo que esa senda histórica inaugurada por la modernidad desemboca actualmente en el encumbramiento de la emotividad como criterio de validación del juicio sobre la realidad en la que cada cual se encuentra. En su libro Homo Deus el autor israelí Yuval Noah Harari lo resume atinadamente diciendo que «mientras que los sacerdotes medievales tenían línea directa con Dios y podían distinguir entre el bien y el mal, los psicólogos modernos solo nos ayudan a ponernos en contacto con nuestros sentimientos íntimos».

Como muestra representativa de ese cambio relativamente reciente –pues Leahey lo sitúa después de la Segunda Guerra Mundial cuando la psicología norteamericana se ve de alguna manera forzada a responder a la demanda de atención clínica– tenemos lo que supuso en su día el cambio en la forma de considerar la homosexualidad. En efecto, a partir del 16 de septiembre de 1973, día en que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría reconoció oficialmente que la homosexualidad no es una enfermedad mental, la historia de la lucha del colectivo gay por sus derechos logró un importante aval. Los prejuicios morales y religiosos quedaron a partir de ese momento progresivamente expuestos frente a las críticas desde las posiciones que reivindicaban el bienestar emocional de esas minorías culturalmente malditas.

La revolucionaria decisión médica quedó plasmada en la siguiente edición del DSM. El DSM es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (MDE, en el original en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders o DSM), editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. A lo largo del tiempo desde su existencia ha tenido sucesivas versiones resultado de las revisiones a las que se ha sometido el catálogo de las psicopatologías por parte de quienes trabajan en el ámbito clínico. Es el documento de referencia de psiquiatras y psicólogos clínicos mediante el que se juzga en gran medida qué es y qué no es enfermedad mental. La versión actualmente vigente es la quinta, conocida como DSM-5. La primera edición data de 1952.

Allen Frances fue el presidente del grupo de trabajo del DSM-IV (año de publicación: 1994) y parte del equipo directivo del DSM-III (1980). Tal como expone en su libro elocuentemente titulado en castellano ¿Somos todos enfermos mentales? existe lo que él denomina una «inflación diagnóstica» en psiquiatría. Su libro de hecho tiene la intención explícita de ser un manual contra los abusos de esta especialidad médica. Su título original en inglés es Saving normal. Se trata, pues, de no perder de vista la noción de normalidad como componente esencial de lo que entendemos por salud; es decir, de no elevar la salud a un estado ideal que casi nadie y rara vez podrá disfrutar plenamente, menos aún en su dimensión psíquica. Viene a defender Allen que lo normal es que todos presentemos desde el punto de vista psicológico algún que otro desajuste.

¿Puede ser que ese canon de salud mental difícilmente alcanzable en su plenitud sea uno de los factores culturales que hoy nos hagan sentir mal, precisamente por ser conscientes de que no lo cumplimos? ¿Y al sentirnos mal creemos que estamos mal? ¿Puede ser este un pernicioso efecto imprevisto de la vida en la sociedad psicológica? Porque en el caso de la salud mental, dada la inconmensurable complejidad de la psique humana, puede ser difícil discernir las causas puramente psicológicas de las sociales o antropológicas que la dañan, esto es, las causas relacionadas con la civilización y sus sinsabores.

No hay que despreciar el contexto histórico y cultural en el que la enfermedad mental se reconoce. Pensemos sin ir más lejos en la categoría de histeria, un verdadero cajón de sastre en el que se incluían el más dispar repertorio de síntomas tan común en la época en la que el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, inicia su carrera médica y alumbra sus primeras propuestas teóricas para la comprensión y terapia de los trastornos psíquicos. Su primer libro, escrito en colaboración con el médico vienés Joseph Breuer en 1895, lleva por título precisamente Estudios sobre la histeria. En él se viene a reconocer la especificidad de la terapia psicológica y se halla el germen de la más específica del psicoanálisis. Esto demuestra que el ámbito de la salud mental no ha mucho que ha ingresado en el dominio de la clínica científica.

Es una constante de la historia de la psicología y la psiquiatría la contaminación de los prejuicios culturales, particularmente los de orden moral e incluso religioso, en la percepción de la salud mental como demuestra el caso anteriormente referido de la homosexualidad. Esto es manifiesto en las críticas que siempre han rodeado a la confección de las diversas versiones del referido DSM ya apuntadas anteriormente. En su vocación por universalizar las entidades nosológicas (es decir, las distinciones entre enfermedades) el mundo clínico de la salud mental ha progresado en el discurso biologicista sustitutivo del existencial o fenomenológico, esto es, del construido a partir de lo experimentado por el paciente, de lo que siente. Ahora bien, las diferencias interculturales subsisten. Por otro lado, cabe la posibilidad de que los no expertos perciban que las explicaciones biológicas de las enfermedades mentales les absuelven a ellos, a los familiares próximos y a la sociedad en general de cualquier responsabilidad. Otra vez la sombra de la moral se proyecta sobre la psicopatología.

Es un error aislar la salud mental del contexto sociocultural en el que la vida de las personas se desenvuelve. De igual manera que la institución educativa no puede solucionar lo que son vicios estructurales de unos sistemas de convivencia e ideológicos en los que aquélla se halla inmersa el tratamiento de los problemas mentales por medio de los recursos clínicos no puede resolver lo que hunde sus raíces en unos modos de vida intrínsecamente malsanos. No es descabellado plantearse si el incremento de los problemas de salud mental no será otra cosa que el coste que hemos de pagar por ser consecuentes con la fe que profesamos a la libertad individual y al progreso.

Fuente: https://rebelion.org/la-sociedad-psicologica-a-proposito-de-la-salud-mental/

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Abdulrazak Gurnah y otros nueve personajes africanos de 2021

Del inesperado Nobel de Literatura al poco pacífico presidente de Etiopía o el desaparecido arzobispo sudafricano, pasando por la descubridora de la variante ómicron del coronavirus o la primera mujer jefa de Estado en Tanzania… esta decena de personas ha hecho historia este año.

Al terminar cada año, el blog África no es un país recuerda a algunos de las mujeres y hombres africanos que fueron noticia en los últimos 365 días, una lista inevitablemente corta que recorre los ámbitos de la política, el deporte, la ciencia o la cultura; un repaso a la actualidad del continente en 2021 a través de sus rostros más destacados.

Y Abiy Ahmed se fue a la guerra

La imagen de Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía, vestido con uniforme militar y arengando a sus tropas en el frente de guerra será, sin duda, una de las más icónicas de 2021. No solo porque dicha fotografía resume la paradoja del ardor guerrero de quien fue elegido Premio Nobel de la Paz hace dos años, sino porque este conflicto tiene en vilo a todo el continente. La llegada al poder de Ahmed en 2018 fue el comienzo del fin del complejo sistema de equilibrios étnicos y políticos que había imperado en Etiopía durante dos décadas y los grandes perjudicados fueron aquellos que habían ocupado la cúspide de dicho entramado, los dirigentes del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) que no tardaron en oponerse a las reformas de su laureado primer ministro.

Ahmed declaró la guerra en noviembre de 2020 pero las hostilidades habían comenzado meses antes con los tigrayanos en franca rebeldía en su feudo del norte del país. El primer ministro etíope mostró un excesivo optimismo cuando tres semanas más tarde declaró el final del conflicto tras la entrada en Mekele de las tropas federales. Los rebeldes se echaron al monte, reorganizaron sus fuerzas y lanzaron una contraofensiva que llegó a situarse a unos 200 kilómetros de la capital, Adís Abeba. Fue entonces cuando el premio Nobel decidió ir al frente para coordinar a su Ejército, que logró ir recuperando terreno hasta forzar la retirada de los tigrayanos de las regiones de Afar y Amhara hace apenas unas semanas. La guerra de Etiopía, en todo caso, está lejos de haber terminado.

El primer ministro, Abiy Ahmed, durante una visita a la región de Oromiya (Etiopía).
El primer ministro, Abiy Ahmed, durante una visita a la región de Oromiya (Etiopía).IKSA NEGERI

Ngozi Okonjo-Iweala, primera mujer al frente de la OMC

El 15 de febrero, la Organización Mundial de Comercio (OMC) hacía historia al nombrar a la primera mujer y a la primera persona nacida en el continente africano al frente de este organismo. No fue fácil. La candidatura de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala había sido bloqueada nada menos que por el presidente estadounidense Donald Trump, quien apostaba por la ministra de Comercio de Corea del Sur, Yoo Myung-hee, alegando que la africana no tenía suficiente experiencia pese a que había ocupado puestos de responsabilidad en el Banco Mundial durante más de dos décadas, había sido ministra de Finanzas y Asuntos Exteriores de su país y había integrado una larga lista de consejos de administración y juntas directivas de empresas, ONG y organismos internacionales. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca permitió desbloquear el nombramiento de Okonjo-Iweala.

Economista formada en Estados Unidos, no solo destaca por su impresionante currículum sino por su capacidad de gestión y liderazgo. En los distintos cargos que ha ocupado, uno de los últimos presidenta de la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), ha destacado por su lucha contra la corrupción y por su interés en promocionar a jóvenes y mujeres. Su intención es promover profundas reformas en la OMC para avanzar hacia un comercio más justo y precisamente lo que define como “nacionalismo y proteccionismo” de las vacunas contra la covid-19 es uno de los primeros retos a los que se debe enfrentar.

Idris Déby, muerto en el frente de batalla

El 20 de abril, el portavoz del Ejército de Chad hacía un anuncio sorprendente: el presidente Idris Déby, poderoso aliado de Occidente en África central y uno de los jefes de Estado más influyentes de la región, había muerto a consecuencia de las heridas sufridas mientras combatía a un grupo rebelde que había entrado en el país desde la vecina Libia. En realidad, Déby había fallecido dos días antes y su cuerpo había sido trasladado en un helicóptero hasta Yamena, la capital. Sin embargo, los pilares del régimen necesitaban tiempo no solo para digerir la noticia sino para organizar un golpe de Estado que les permitiera seguir en el poder sin tener en cuenta el relevo establecido en la Constitución.

Déby murió como había vivido, en permanente combate contra sus enemigos. En 1990 entró como líder guerrillero en Yamena y, tras derrocar a Hissène Habré, se convirtió en nuevo presidente de Chad, puesto que ocuparía con puño de hierro durante tres décadas. Frente a las constantes rebeliones que le amenazaban o ante el avance del yihadismo de Boko Haram, Déby no dudaba en acudir al frente a dirigir a sus tropas. De hecho, había logrado convertir a su Ejército en el más temible de la región gracias al dinero del petróleo, mientras en el interior reprimía a la oposición y ganaba una elección tras otra. Tras su muerte es su hijo, el general Mahamat Idris Déby, apodado Kaka, quien ostenta el poder al frente de una junta militar.

Sifan Hassan o el arte de correr

El pasado 7 de agosto la atleta de 28 años Sifan Hassan, nacida en Etiopía y nacionalizada holandesa, se convirtió en la primera deportista de la historia en conseguir tres medallas en carreras de fondo en unos Juegos Olímpicos. Dos oros en 10.000 y 5.000 metros y un bronce en 1.500 han llevado a esta joven que huyó de su país natal con 15 años y se convirtió en refugiada en Europa hasta el Olimpo del deporte mundial. Tras pasar por un centro de acogida de menores se asentó en Eindhoven con el sueño de convertirse en enfermera, pero sus extraordinarias dotes para el deporte la llevaron por otro camino.

Ostenta los récords de Europa de 10.000, 5.000, 1.500 y medio maratón y los récords mundiales de la milla, cinco kilómetros en ruta, 10.000 y la hora. La proeza de Hassan en los Juegos Olímpicos 2020 de Tokio, aplazados a 2021 por la pandemia, tiene mucho que ver con un carácter formado en la adversidad. En la última vuelta de la semifinal de 1.500 sufrió una caída y tuvo que acelerar para lograr la clasificación. La refugiada que huyó de su país en 2008 se ha convertido en una auténtica estrella en su país de adopción.

Sifan Hassan celebrando la victoria del 1.500 en Doha 2019.
Sifan Hassan celebrando la victoria del 1.500 en Doha 2019.ANTONIN THUILLIER

Alpha Condé, más dura fue la caída

Sentado en un sofá con cara de pocos amigos, vestido con pantalones vaqueros, descalzo y una camisa mal abrochada y rodeado de militares. A su pesar, esta será la imagen que pasará a la historia de un Alpha Condé, de 83 años, que fue durante más de una década presidente de Guinea-Conakry y que acabó saliendo por la puerta de atrás. El 5 de septiembre, un golpe de Estado acabó de cuajo con el hombre que estaba llamado a consolidar la democracia en su país y cuyo empeño por mantenerse en el poder terminó por hacer retroceder a Guinea hasta la casilla de salida de los tiempos oscuros de la dictadura militar.

Cuando el histórico opositor Alpha Condé ganó las elecciones de 2010 se convirtió en el primer presidente democrático de la sufrida Guinea-Conakry. Sin embargo, su carácter arisco, sus maneras de tratar a la oposición y su fracaso a la hora de desarrollar a su país fueron abonando el terreno para un final abrupto. Tras reformar la Constitución y ganar las elecciones en 2020, procesos ambos que estuvieron salpicados de decenas de muertos y cientos de presos, Condé tenía los días contados. Los hombres del teniente coronel Doumbouya no encontraron mucha oposición en su camino hacia el Palacio de Sekhoutoureya y la mayoría de los guineanos celebró la caída en desgracia de su presidente.

Samia Suluhu está a los mandos en Tanzania

El 19 de marzo, Samia Suluhu Hassan aparecía en la televisión pública tanzana con rostro serio. Le tocaba anunciar el fallecimiento del presidente del país, John Magufuli, oficialmente por problemas cardíacos. Como vicepresidenta, esta economista nacida en Zanzíbar en 1960 y con una larga carrera política se convertía en la primera mujer jefe de Estado en Tanzania, la segunda en ejercicio en toda África junto a la etíope Sahle-Work Zewde. Sin embargo, como ella misma ha asegurado en varias entrevistas, no debe favores a nadie y ha llegado hasta el cargo por su trabajo y sus competencias.

Tras cursar estudios de Administraciones Públicas y Finanzas entre su país, India y Reino Unido, Mama Samia (como se la conoce en Tanzania) comenzó su servicio público en su Zanzíbar natal como diputada y ministra regional para dar luego el salto como parlamentaria a la Asamblea Nacional. Su reconocido trabajo en la reforma de la Constitución y su talante conciliador hicieron que el presidente Magufuli la nombrara vicepresidenta del país en 2015. Sin embargo, era ella quien solía acudir a las cumbres internacionales y quien fue ganando peso como figura política emergente. Frente al negacionismo ante la covid-19 y las bravuconadas de su antecesor, Samia Suluhu propone otra forma de gobernar.

El que fuera presidente de Tanzania (de 2005 a 2015), Jakaya Kikwete, junto a Samia Suluhu Hassan, en junio de 2020, por entonces vicepresidenta.
El que fuera presidente de Tanzania (de 2005 a 2015), Jakaya Kikwete, junto a Samia Suluhu Hassan, en junio de 2020, por entonces vicepresidenta.EVRARD NGENDAKUMANA (REUTERS)

El esperado regreso de Laurent Gbagbo

Diez años después de su humillante salida de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo regresaba a su país aclamado por miles de seguidores. El 17 de junio las calles de Abiyán se convirtieron en una fiesta para recibir a quien fuera presidente del país entre 2000 y 2011, derrocado tras unas polémicas elecciones y un conflicto que costó la vida a unas 3.000 personas y conducido ante la Justicia Internacional para, una década más tarde, resultar absuelto de los crímenes que se le imputaban. Pero Gbagbo no tiene intención de mirar hacia atrás y lo dejó claro cuando, un mes después de su vuelta, se reunía con su rival, el presidente marfileño Alassane Ouattara, en un clima distendido y de reconciliación. Aún hay presos políticos y heridas abiertas, pero Costa de Marfil ya mira hacia adelante.

El veterano profesor de Historia de 76 años ha decidido romper su vínculo con el Frente Popular Marfileño, que él mismo fundó, y crear el Partido de los Pueblos Africanos, una formación panafricanista y de izquierdas que pretende llegar en pleno estado de forma a las elecciones presidenciales de 2025. Sin embargo, Gbagbo esconde de momento sus cartas y mantiene el suspense acerca de sus intenciones. ¿Se presentará a dichos comicios o dará un paso a un lado? “Yo decidiré de qué manera voy a continuar en la batalla”, dijo en un mitin reciente.

Angelique Coetzee, la descubridora de ómicron

A mediados de noviembre, la doctora sudafricana Angelique Coetzee recibió en su consulta a un varón de unos 30 años con dolores de cabeza y corporales. Aunque en ese momento la incidencia de la covid-19 era muy baja, decidió hacerle un test. Al dar positivo, alertó a sus colegas: “Algo va mal, estos síntomas no coinciden con la variante delta”. Varias pruebas después, los científicos sudafricanos alertaban al mundo de la existencia de la ómicron, que hoy se extiende por todo el mundo. Para Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, la reacción de cierre de fronteras a Sudáfrica fue precipitada y no estaba justificada, pues la nueva variante ya estaba circulando por esos mismos países que prohibían vuelos. En su opinión se trata de una mutación menos grave que la delta, según la evolución que ha vivido en Sudáfrica.

Abdulrazak Gurnah, el Nobel sorpresa

Fue la gran sorpresa literaria del año. El ganador del Premio Nobel de Literatura, el tanzano Abdulrazak Gurnah, no estaba en las quinielas del galardón ni su nombre sonaba como aspirante en los círculos editoriales. “Cuando me llamaron, pensé que era una broma”, aseguró el propio Gurnah a los periodistas. Autor de diez novelas y varios relatos cortos, cuando era joven decidió emigrar a Reino Unido para finalizar sus estudios. En la Universidad de Kent se doctoró y allí ejerció como director del departamento de inglés durante muchos años hasta su jubilación. La Academia Sueca le concedió el Nobel “por su penetración inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo y los destinos de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”.

El escritor tanzano Abdulrazak Gurnah recibió el Premio Nobel de Literatura 2021.
El escritor tanzano Abdulrazak Gurnah recibió el Premio Nobel de Literatura 2021.LARISSA SCHWEDES (DPA VÍA EUROPA PRESS)

La lucha climática de Vanessa Nakate

A sus 25 años, la ugandesa Vanessa Nakate se ha convertido en una de las activistas climáticas más conocidas de África. Carismática y reivindicativa, inspirada por Greta Thunberg, en enero de 2019 comenzó a manifestarse delante del Parlamento de Uganda para protestar por su inacción ante el cambio climático y para defender las amenazadas selvas del Congo. Tras participar en la COP25 celebrada en España acudió al Foro Económico Mundial en Davos donde coincidió con otros activistas climáticos. Allí, la agencia Associated Press publicó una foto de grupo y recortó a Nakate. “No me han borrado a mí, sino a todo un continente”, dijo entonces. La agencia se acabó disculpando. La revista Time la incluyó en 2021 como una de las 100 líderes del futuro.

Desmond Tutu, el arzobispo que se enfrentó al ‘apartheid’

La vida del arzobispo emérito Desmond Tutu se apagó el pasado 26 de diciembre apenas dos meses y medio después de cumplir los 90 años. Premio Nobel de la Paz en 1984 y después presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, pocos sudafricanos contribuyeron de una manera tan destacada a la caída del apartheid y a la construcción de la nueva Sudáfrica. Activista comprometido con la no violencia, destacó por su verbo libre y su constante defensa de los oprimidos. Además del combate contra la segregación racial y pese a ser la cabeza visible de la Iglesia Anglicana en África austral, no dudó en defender el uso del preservativo, la homosexualidad y la eutanasia, además de múltiples causas internacionales como la creación de un Estado palestino o la lucha del Dalai Lama en el Tíbet. Su talante risueño e irónico y su ánimo conciliador quedarán para la historia.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/africa-no-es-un-pais/2021-12-28/abdulrazak-gurnah-y-otros-9-personajes-africanos-de-2021.html

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“Parte de la deserción escolar en Colombia se da en séptimo grado”, Mónica Ospina

Por: www.elespectador.com

El año pasado el sector educativo fue uno de los más afectados por la pandemia. Para saber qué tanto se perjudicó el proceso de aprendizaje es vital medirnos y esa es una tarea del ICFES. En sus más recientes resultados muestran una disminución en el puntaje de los estudiantes de calendario A. Entrevista con su directora.

La educación es uno de los sectores que más se ha visto afectado por la pandemia. En Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Educación autorizó que en 2022 todos los planteles educativos regresaran a la presencialidad; es decir, durante dos años los colegios estuvieron cerrados, generando algunos déficits en el proceso de aprendizaje. Para identificar algunas de esas falencias, el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) ha adelantado una serie de estrategias. Una de ellas es retomar las pruebas Saber en el grado séptimo, pues según Mónica Ospina, directora del instituto, “había un espacio muy grande entre quinto y noveno y olvidamos que del paso del grado séptimo a octavo hay muchas condiciones que cambian en el ciclo escolar”. (Le puede interesar: En educación hay una obligación urgente)

En entrevista, Ospina cuenta otros de los cambios que surgieron en el ICFES a raíz de la pandemia, como los cuestionarios auxiliares, que son de habilidades socioemocionales y se centran en el contexto de aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia. “Incluyen una lectura del contexto de los estudiantes. Se hacen entrevistas a los docentes, rectores y padres de familia”. En cuanto a los resultados de las pruebas Saber 11 de 2021, señaló que se observó una disminución en el puntaje global de dos puntos para el calendario A, “es una reducción leve, no es muy significativa. Y las áreas en las que estamos encontrando esta disminución son matemáticas y ciencias sociales”, señaló.

¿En qué se han enfocado como institución en este tiempo de emergencia sanitaria?

Las pruebas de Estado tienen un rol muy importante en este momento por la urgencia que se tiene de poder cerrar esas brechas de aprendizaje en torno a la presencialidad. Tenemos la prioridad de poder identificar cuáles son esos aprendizajes o cuáles son los estudiantes que se han podido ver afectados en todo su ciclo educativo ligado a la pandemia. En eso el ICFES, en conjunto con el Ministerio, ha venido creando programas y actuando de manera conjunta para poder responder a eso.

¿Cuáles son esas medidas que se han implementado para cerrar las brechas?

Este año se retoman las pruebas Saber en séptimo grado que no se realizaban desde 2017. Se retoman además de manera electrónica, así como se había contemplado en el piloto que se hizo en 2019. (Puede leer: El regreso a los colegios es un hecho: no habrá más restricciones de aforo)

Desde hace diez años no se hacía esta prueba, ¿por qué es importante retomarla?

Esta prueba busca identificar cada uno de los niveles de educación y cuáles son esos déficits. Había un espacio muy grande entre quinto y noveno y olvidamos que del paso del grado séptimo a octavo hay muchas condiciones que cambian en el ciclo escolar. De hecho, parte de la deserción escolar se da mucho en séptimo grado, entonces es fundamental entender qué es lo que pasa en ese paso para los estudiantes.

¿En qué consisten los otros cambios que ha tenido el instituto por la pandemia?

Nos hemos centrado en medir las capacidades de la población con discapacidad. Esto implicó que fuéramos a muchas regiones del país. A pesar de que no se mide a todos los estudiantes, sí se mide toda la representatividad en términos de colegios por tamaño que tenemos a lo largo del país. Esta es una información muy importante que entregaremos al país el próximo año. También continuamos con el programa “Evaluar para avanzar”, que se caracteriza por ser una evaluación diagnóstica en la que todo el control lo tiene el docente. Nosotros desde el ICFES le abrimos al docente toda la información que requiere para construir y diseñar esa prueba y le damos toda la información para que pueda hacer un análisis en términos de competencias y aprendizajes. El objetivo es dar una valoración de aprendizajes que le dice a un docente cuáles son las competencias que puedan encontrarse más rezagadas con respecto a lo que espera para cada uno de los grados. Va desde tercero hasta 11. (Puede leer: Motete: cinco años cambiando la forma de leer en el Chocó)

Uno de ellos es en las pruebas Saber 11…

Sí. Primero hay que entender que los contextos de los estudiantes son muy diferentes en nuestro país y los puntajes deben ser leídos bajo este. Entonces en Saber 11, que es nuestra prueba insignia y la que es más conocida para toda la población, hemos empleado una caja de herramientas que les damos gratuitamente a todos los estudiantes para familiarizarse con la prueba. Esa innovación surge de escuchar en las mesas a los ciudadanos y en poder ofrecer lo que los estudiantes necesitan. Es importante que entiendan que el examen no es un requisito por capricho del Gobierno o de las universidades, sino que realmente es una herramienta muy poderosa para el estudiante, las instituciones de educación superior y el sector con el objetivo de poder focalizar recursos.

La pandemia mostró la importancia de la salud mental. ¿Qué estrategias adelanta al ICFES para protegerla?

Hubo unos cuestionarios auxiliares que son de habilidades socioemocionales y de su contexto de aprendizaje durante la pandemia. Las pruebas incluyen además una lectura del contexto de los estudiantes, porque se hacen entrevistas a los docentes, rectores y padres de familia. Es una evaluación controlada y estandarizada que sí va a dar unos puntajes, pero que tiene un propósito de entender todo el contexto de aprendizaje. Eso se planeó desde 2019 y logramos hacerla este año. Hay una continuidad de ese estudio para el otro año, porque les hacemos un seguimiento a los niños evaluados este año y van a tener un seguimiento durante los próximos ocho años. Esta es una apuesta muy importante de poder entender cuáles son esas condiciones de aprendizaje que están teniendo nuestros niños hoy.

Uno de los retos que tuvieron a la hora de presentar el examen era la conexión a la plataforma. ¿Cómo ajustaron esas fallas?

Todos los estudiantes que tuvieron el problema durante el 26 de octubre fue una caída del sistema de veinte minutos. Los estudiantes que perdieron la conectividad fueron reprogramados y lograron presentar la prueba el 7 de noviembre. Fueron poco menos de 10.000 estudiantes. Fue un hecho que se analizó con detalle y se refuerza para que no vuelva a ocurrir en otra presentación de la prueba.

¿Han pensado institucionalizar el examen del ICFES para que sea virtual o solo será por la emergencia sanitaria?

Nosotros tenemos pruebas de manera virtual y otras que se hacen en papel y lápiz. Todas las pruebas son diferentes y se hacen de acuerdo con las necesidades de población que las presenta. Sin embargo, el ICFES sí está en una transición: habrá pruebas electrónicas que está más acelerada de lo que se esperaba. En nuestro plan estratégico estaba realizar el 5 % de sus pruebas electrónicas para 2023. Pero, a partir del año pasado, que logramos hacer las pruebas TyT y Saber Pro de manera electrónica, logramos más del 40 % de las pruebas de manera electrónica. Instituciones como Pisa, por ejemplo, se han demorado entre cuatro y seis años en hacer esa transición a pruebas electrónicas. Hacerlo implica hacer análisis en términos de que se garantice la comparabilidad de la prueba.

¿Todas las pruebas son aptas para presentarse de manera virtual?

No. Hay pruebas, como la Saber 11, que son muy difíciles de hacer de manera electrónica, por la cantidad de estudiantes que se evalúan. Nosotros podemos tener en calendario A aproximadamente 600.000 estudiantes, por ejemplo. El próximo año volvemos a tenerla como siempre la hemos tenido, en un solo día. Este año la hicimos en dos días, el año pasado la tuvimos que extender a tres días, por todo el tema de distanciamiento, porque ni siquiera los sitios nos daban la capacidad para poder hacerla en un solo día. En las pruebas que hemos podido, como la de tercero, séptimo y noveno, empezamos línea base para que se pueda realizar de manera electrónica, un proceso similar al que se adelanta con la prueba Saber Pro TyT. Una muy buena noticia para los estudiantes de Saber Pro es que a partir del próximo año se va a poder presentar dos veces al año. Una se hará finalizando a mayo y otra finalizando octubre.

Lograron sacar las pruebas en tiempo récord en medio de la emergencia sanitaria, ¿qué lecciones le deja?

Muchas, de hecho, en este momento asesoramos al Gobierno de República Dominicana y hemos hablado con Guatemala, México y Ecuador, que quieren entrar en el proceso de transición y nos consultan. Somos uno de los países en los que hemos podido hacer pruebas de Estado a gran escala. Tenemos dos modalidades: la que es en sitio, que es totalmente controlada, pero también están las pruebas que hacemos en casa. El reto es aprovechar la tecnología para tener un mayor número de preguntas. En un computador se pueden hacer preguntas interactivas. Este año montamos un laboratorio de evaluación, encargado de hacer esa transición, que no es hacer una prueba en un computador, sino aprovechar la tecnología para hacer mejores evaluaciones y evaluar otras competencias. Por ejemplo, Pisa evaluará el otro año pensamiento creativo, un modelo innovador que solo se puede realizar de manera electrónica. Nosotros participamos activamente en la construcción de ese módulo y en su implementación. En el ICFES queremos llegar, en el corto plazo, a medir este tipo de competencias, muy importantes para el mercado laboral y el desarrollo de los estudiantes.

Uno de los retos es garantizar que el examen llegue a todos los estudiantes. ¿Cómo lo lograron este año de pandemia si hay aún muchas zonas rurales a donde no llega el internet y los estudiantes deben realizar largos desplazamientos para poder presentar la prueba?

Los retos vienen desde todos los aspectos, desde la misma construcción de preguntas, como lo pones en una plataforma y todo el proceso de operación cambia. El mismo proceso de instrucción requiere que conozcamos si lo va a hacer en casa, en otro sitio, si tiene condiciones técnicas. Hemos encontrado que aproximadamente el 80 % de los estudiantes tienen equipo y conectividad para hacer una prueba en línea que es demandante. A los que no tienen conexión, nosotros tenemos ítems de aplicación, disponemos de internet, llevamos equipos y router para que los estudiantes puedan presentar la prueba. El reto para tercero, quinto, séptimo y noveno fue gigante, porque hay colegios de solo veinte estudiantes que no tienen ni siquiera equipos. En algunos sitios no logramos conectividad, entonces instalamos un software que permitía hacer la prueba. Luego hacemos un proceso de sincronización. Para estas pruebas hicimos el 60 % con conectividad con los colegios y tuvimos que mover algunos equipos para tener mayor cobertura, porque no había equipos en los colegios para todos los estudiantes y más o menos el 10 % lo tuvo que hacer en papel, porque muchos no tenían energía eléctrica o estaban desconectados. Siempre esas pruebas están acompañadas de un equipo logístico que ha enfrentado estos retos.

Otro de los retos fue el plagio, ¿cómo lograron controlarlo?

Tenemos personas que están vigilando y el software de evaluación que tiene el ICFES consiste en que una vez entras a la evaluación no te permite moverte a ninguna otra página ni abrir otro programa dentro del computador. Para los que están en casa se tiene un sistema de inteligencia artificial que crea unas alertas en tiempo real de si está utilizando el celular o algún otro dispositivo, audífonos, si tiene su cara tapada y no se pueden ver los ojos o la boca, si hay otra persona acompañando, si la persona está ausente o si sale de pantalla sin haber solicitado algún permiso. El sistema también identifica problemas que puede tener el estudiante. Podemos saber si se salió de la prueba porque se le cayó la energía, porque perdió conectividad o por alguna acción que tomó el estudiante.

¿Ya hicieron un análisis de los resultados? ¿Conocen las diferencias en el desempeño académico en comparación con años anteriores o cuáles son las regiones que obtuvieron peor puntaje?

Lo que nosotros estamos observando en los resultados, que salieron recientemente, es la clasificación de planteles. Vemos una disminución en el puntaje global de dos puntos para el calendario A, que es una reducción leve, no es muy significativa. Sobre cuáles son las áreas en las que estamos encontrando esta disminución se da en matemáticas y en ciencias sociales. En lectura crítica se ha mantenido constante y en inglés tuvo un leve aumento. Ahí parte del análisis que se hace desde el ICFES es que todavía no estamos observando unos comportamientos diferentes en términos de aprendizaje, dados estos dos años de pandemia y de no presencialidad. En parte esto se explica porque lo que nosotros medimos en la prueba Saber 11 son competencias que se adquieren a lo largo de la vida, no conocimientos específicos. Nosotros esperamos, y por eso es tan importante para poder entender esas pérdidas de aprendizaje, darles muchísimo foco también a los otros niveles de educación con “Evaluar para avanzar” y con Saber tercero, quinto, séptimo y noveno, y es ahí es donde esperamos ver cambios significativos y donde se deben tomar acciones. Seguramente en Saber 11 también se verán, pero no todavía.

Tras casi dos años de pandemia en donde la educación fue uno de los principales sectores afectados, ¿a qué le apuestan?

En conjunto, como instituto, a lo que le estamos apostando es a mirar a todos los sitios y niveles de educación en conjunto y ver dónde es que tenemos que generar esas mayores prioridades, dándole continuidad a esa prueba Saber 11, que es supremamente importante para poder acceder a educación superior y que además les está dando muchísima información a las universidades. Hemos trabajado muy articuladamente con el Icetex y el Ministerio en todo el proceso de matrícula cero.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/parte-de-la-desercion-escolar-en-colombia-se-da-en-septimo-grado-monica-ospina/

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