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Argentina, Debate en las aulas: ¿qué hace la Iglesia en la educación?

Argentina/29 mayo 2017/Fuente: La Izquierda Diario

Las pasadas por cursos pueden romper con el rutinarismo, y volverse un debate. La educación pública en las que nos quieren hacer «caer», la Iglesia que se quiere meter.

El pasado día lunes, en el IES Nº 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”, en una pasada por curso, surgieron algunos temas interesantes que no podemos dejar de mencionar. Intervinimos con algunas preguntas en un curso de la carrera de psicopedagogía, preguntandole a las y los estudiantes, cuánto tiempo dedicaban a trabajar, cuántos son madres y padres, y cómo organizan sus horarios para estudiar y por supuesto, vivir.

Entre las cuestiones que que desarrollaban los estudiantes, estaba el tema del cuidado de los hijos y lo difícil que resulta dedicarles tiempo. Todas las compañeras que hablaron, dijeron trabajar entre ocho, nueve, ¡hasta doce horas! Algunas de ellas, inclusive, mencionaron la jornada laboral que les implica también el hogar, y los malabares que deben hacer para estudiar. Desde la Agrupación 9 de Abril (Juventud del PTS junto con estudiantes y docentes independientes), planteamos la necesidad de que las madres y padres que estudian en los terciarios, tengan la posibilidad de tener jardines donde sus hijos puedan estar para que no tengan que abandonar sus estudios. Si los $4.200 millones de pesos que destina el Estado para la educación privada y católica se destinase a la construcción de jardines maternales e infantiles en todos los terciarios, esta realidad de miles de madres y padres que estudian, sería otra. A propósito de la falta de presupuesto destinado por el Estado a la concreción de este reclamo, denunciamos la gran cantidad de dinero que desde la dictadura se le otorga a la Iglesia Católica.

Con el apoyo de los partidos mayoritarios en el Congreso Nacional, todos los gobiernos protegieron la inmunidad del clero: mantuvieron las disposiciones de la dictadura (como las jubilaciones especiales, los subsidios por cada alumno/seminarista, el pago de los “sueldos” de obispos y sacerdotes, las leyes que reglamentan el sostenimiento del culto, etcétera) e incluso le garantizaron a la Iglesia nuevos aportes que podríamos llamar “indirectos”, como lo son las exenciones de pagar impuestos por diversos tributos (ingresos brutos, ganancias, etc.), el financiamiento para la remodelación de sus propiedades en concepto de “obras públicas”, los subsidios a las escuelas y colegios confesionales o la cesión por parte del Estado de numerosos terrenos, edificios públicos y otros inmuebles que engrosan el inmenso patrimonio inmobiliario con el que cuenta la Iglesia, sin pagar -incluso- ningún impuesto.

La Educación que debería ser absolutamente laica, gratuita y obligatoria (que “en teoría” exponía la Ley 1420 – que existe desde 1884), no se cumple en la realidad. Sistemáticamente los gobiernos se han encargado de seguir subvencionando a la educación privada católica. Problema que va de la mano con la falta de inversión en educación pública: en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, se votó el presupuesto en educación más bajo de la historia, de tan solo el 18.5%.

Ante la denuncia que realizamos en la cursada, sobre la cantidad de dinero destinado a la educación católica, y como las jerarquías eclesiásticas se enriquecen con nuestros bolsillos, surgió el debate: ¿los curas son trabajadores?. Somos los trabajadores los que hacemos posible el funcionamiento y desarrollo de la economía en el mundo. No sólo nos referimos a los trabajadores y las trabajadoras que elaboran los productos, alimentos que consumimos todos los días, y demás necesidades, sino también todas las actividades que hacen posible que estos productos se desarrollen. Los trabajadores de los servicios, el transporte, la salud y también la educación. Esta última es la que se ocupa de preparar a los niños, niñas y adolescentes para ser ellos quienes ocupen estos lugares en el futuro. Por lo tanto, los miembros de la iglesia católica, no forman parte de la masa de trabajadores que desarrollan sus tareas todos los días, ellos son los que dedican su vida “voluntariamente a la religión”. Desde la lógica, entonces, no habría razón para que el Estado lo financie.

En nuestro país, el Estado sigue manteniendo a los miembros de la Iglesia. Una institución cuya cúpula se ha nombra en guerra con la “teoría de género”, diciendo que los niños no deben elegir su género. Bergoglio, ha comparado a las personas trans con bomba nucleares. Ni hablar que es uno de los principales detractores del aborto legal, seguro, y gratuito. Ahora la Iglesia sigue manteniendo la impunidad sobre los milicos-genocidas, que han torturado a miles de mujeres y expropiado a cientos de sus bebés.

Hace más de 10 años que la ESI se promulgó para que se lleve a cabo nivel nacional.Sin embargo, ni el gobierno kirchnerista ni el gobierno macrista se han ocupado de que sea efectiva la ley en todos los lugares de estudio. Se incrementa la bronca si pensamos en la cantidad de curas abusadores protegidos por la Iglesia alrededor del mundo (un 5% de los curas cometieron abusos). Es inadmisible que aún hoy la Iglesia siga teniendo injerencia en nuestros cuerpos y nuestras decisiones. En un contexto en el cual estamos a días de que se cumplan tres años de la primera movilización con la consigna #NiUnaMenos, luego de haber hecho temblar el mundo el 8M, que creció a partir de la bronca e indignación que genera ver como muere una mujer cada 18 horas, como fueron los últimos casos de Araceli Fulles y Micaela Garcia. En la educación, el 80% de sus trabajadoras son mujeres: debemos organizarnos con una perspectiva que vaya más allá de este Estado capitalista-patriarcal que no tiene más nada para ofrecernos.

Los intereses de los gobiernos son claros si de educación hablamos. Los docentes trabajan muy duro todos los días, el tiempo no alcanza y el sueldo tampoco. Desde la Agrupación 9 de Abril (Juventud del PTS junto con estudiantes y docentes independientes), venimos planteando la necesidad de que los y las docentes tomen la demanda de estar 4 horas frente a curso y dos horas de capacitación, planificación y correcciones. Porque nuestras vidas, valen más que sus ganancias. Por esto mismo, tenemos que seguir exigiendo la separación de la Iglesia del Estado, y así de la educación de las y los hijos del pueblo trabajador y pobre, que debe ser un sistema único, estatal y laico. Sólo si nos organizamos desde la base docente junto con los estudiantes, podemos dar una salida de conjunto.

Fuente: http://laizquierdadiario.com/Debate-en-las-aulas-que-hace-la-Iglesia-en-la-educacion

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Entrevista a Coral Elizondo: “Para hacer inclusión, en la programación de aula, ten en cuenta a todo el alumnado para no hacer adaptaciones después”

29 mayo 2017/Fuente: El Diario de la Educación

Los primero, conseguir un cambio de mirada en quien ha de aplicar la inclusión, para que piense en su clase, en todo el centro, de una forma diferente. La ayuda han de dársela a niños y niñas, no a los docentes.

Coral Elizondo (Zaragoza, 1965) dirige el Centro Aragonés de Recursos para la Educación Inclusiva (CAREI). Maestra de Música, Pedagoga Terapeuta (PT), futura orientadora, formadora de docentes y ahora también profesora universitaria, se ha convertido en una referencia en la inclusividad, que lamenta que no se implementó bien cuando se hizo. Tiene las ideas muy claras: menos PTs tal y como se entienden ahora, más apoyos para todos y una visión social (que es redundante con inclusiva) de la educación. También pide a los profesores un paso adelante en los factores sobre los que pueden decidir, como las metodologías en clase.

¿Se practica la inclusividad en España? ¿Se cumple la ley?

Se están empezando a hacer cosas, pero hay mucho camino por hacer. En el curso 85-86 empieza de forma experimental el programa de integración. En 2006, entra la LOE y ya pone como principio en el artículo 1 la equidad e inclusión. Pero en este paso de la integración a la inclusión nos ha faltado información y formación a los docentes. Así, en 2017 nos encontramos con que la inclusión se asocia a la integración, lo que es erróneo. Las políticas, las culturas, la normativa y las prácticas que tendrían que ser inclusivas son segregadoras.

¿Puede ser más específica con las normativas segregadoras?

Cuando hablábamos de integración hablábamos de un modelo basado en el déficit, en lo que el niño no sabe hacer. Entonces aparece el PT (pedagogo terapeuta), la palabra “terapia” ya se asocia con el déficit, con un modelo clínico. “No sabes hacer esto en el aula, te saco”. Ese era el modelo de integración de finales de los 80.

El modelo de inclusión es social, no tenemos que fijarnos en lo que el niño no puede hacer. Se habla no de personas discapacitadas sino de contextos discapacitantes. Cambia. Yo abogo no por la figura del PT que saca al alumno fuera para enseñarle lo que no sabe hacer, sino por una figura que yo llamo de apoyo a la inclusión que entra conmigo en el aula, de modo que hay dos profesores apoyando a todo el alumnado de la clase, no solo al que no lo sabe hacer. No me apoya a mí como profesora, apoyamos entre los dos a todos los alumnos. Pero esto ni se ha informado ni se ha formado. No hay mucha formación en educación inclusiva.

Pero no todo el profesorado comparte esta visión inclusiva.

Sí que me dicen en redes sociales que lo que yo hago no se puede hacer o que no comparten mis ideas. Esta es la pena. Yo doy charlas de estos temas y cuando hablo de educación inclusiva hay mucha gente muy crítica. Todos los centros tienen el proyecto educativo de centro, donde se marcan las señas de identidad. Yo escribí este documento para hacerlo inclusivo, para hacer reflexionar a los equipos directivos de qué forma organizar tu centro para que sea inclusivo, equitativo y de calidad. Si eres equipo directivo te explico cómo puedes organizar tu centro; si eres un docente, te explico qué prácticas, qué cambio de metodología tienes que hacer en tu aula para que pueda atender a toda la diversidad. Y siempre acabo siempre diciendo: “Está en tus manos”. Y ahí me dicen que no. Que les ponen trabas, que la ley dice no sé qué… Me encuentro con muros, pero yo sigo.

Supongo que para muchos maestros con 30 alumnos en clase y sin ese profesor de apoyo les resultara difícil.

Eso es lo que me encuentro. Yo siempre digo: “Primero, te voy a enseñar qué es la educación inclusiva”. Detrás de esto están los valores humanos y lo primero es cambiar la mirada y empezar a verlo. Hay personas que dudan, que creen que no pueden. Les pido que empecemos con lo poco que tengamos. Ese apoyo de ese PT, que viene a tu clase y te saca a tu niño de tu aula, dile que se quede. En la medida que podamos, con los pocas ayudas que tengamos, que entren siempre al aula. Pero no para sentarse al lado del niño con dificultades sino, para entre los dos, dar una respuesta a todo el alumnado. Esto implica un cambio en la forma de dar las clases. Ese es el cambio fundamental. No puedo estar con clases magistrales, con 20-30 niños sentados, sin interacción, donde solo hablo yo y solo les dejo hacer ejercicios y, para tal día, el examen. Con ese modelo de escuela tradicional tenemos que romper. A veces los impedimentos son porque no quieren salir de su zona de confort, aunque cada vez hay más centros educativos que apuestan por la escuela inclusiva y más docentes que cambian sus metodologías en el aula. Igual que para explicar la diferencia entre integración e inclusión hay poca formación, en prácticas inclusivas hay mucha formación. Se trabaja mucho el ABP, el trabajo cooperativo, aprendizaje colaborativo.

Ha mencionado los recortes. ¿Se han notado especialmente en la atención a la diversidad?

Creo que se ha notado en todo. Si antes en un colegio teníamos, por ejemplo, dos-tres profesores con los que jugar por encima del cupo, ahora han ajustado tanto las plantillas que no hay margen para hacer apoyos. Los profesores van más saturados, no tienen horas para prepararse. Es un ciclo. No es que hayan recortado en PT, porque para tener un PT tienes que tener en tu centro un número concreto de alumnos con necesidades educativas especiales (NEE).

Volvemos a lo de antes, asociamos el PT con un alumnado NEE, pero hay otro alumnado que necesita apoyo y que no se contempla. El PT solo lo mandan para el NEE, no para el alumnado con necesidad de apoyo como los de alta capacidad, los que desconocen el idioma, alumnado de escolarización tardía, los TDH, etc. Ahí veo el problema. Y, ¿quién hacía estos apoyos? Los profesores ordinarios, a los que han subido las horas. Este es el quid de la cuestión, los recortes que ha habido en general; y a ese alumnado lo teníamos que apoyar todos los profesores. ¿Por qué condicionan los PT al alumnado NEE? Tendría que haber en los colegios un profesor de más por cada tantas unidades, y ese profesor sería el apoyo a la inclusión, pero para todo el alumnado.

¿Cree en los centros preferentes?

En Aragón tenemos centros preferentes TEA o motóricos. Y pueden ser inclusivos o segregadores, según tu concepción de la educación. Imagina un centro preferente TEA. Ese centro tiene un aula dentro del centro. Puedes pensar que son inclusivos porque los niños no irán a un colegio de educación especial sino a uno donde pueden ir sus hermanos o vecinos. Pero, ¿y si en ese colegio no se cree en la inclusividad y no lo sacan del aula? Eso sería segregador. Se puede legislar con la mejor voluntad del mundo, pero que los docentes le den la vuelta. O legislar mal y que los docentes le den el giro y lo hagan inclusivo. Lo normal sería que los niños que están en el aula TEA pasasen la mayoría del tiempo en el aula de referencia con su tutor, sus amigos.

¿Y los centros de educación especial?

Ahí hay un debate enorme. En los 80, cuando había centros con el programa experimental de integración, se integraba y normalizaba a determinado alumnado que estaba en centros de educación especial a centros de EGB. En ese mismo momento se regula que los de educación especial sean centros de recursos, única y exclusivamente, con la idea de que en un futuro todo el alumnado fuera a los colegios de infantil y primaria. Eso no se ha conseguido nunca. Esta es la apuesta, pero debe serlo de la Administración. Igual que en aula los profesores podemos cambiar metodologías, aquí va a ser muy difícil.

Da un poco la sensación de que al final todo depende de la voluntad de las personas.

Yo creo que es posible, y como yo lo pensamos un montón de gente en España. Creo en la proactividad interna, voy a intentar cambiarlo yo. Está en mis manos y que pese a las normativas puedo hacer algo, puedo cambiar las metodologías, y hay metodologías que me permiten dar una respuesta a toda la diversidad. También incluyo a los orientadores. Vamos a hablar de evaluación auténtica, que el alumno participe en el proceso de aprendizaje. Yo, como equipo directivo, puedo decir que esta escuela abre las puertas a la comunidad y las familias pueden entrar y vamos a aprender todos juntos.

Alude constantemente al cambio de metodología. Alguna pincelada ha dado, pero, ¿de qué hablamos en concreto? ¿Puede poner ejemplos concretos?

Lo explico con una metáfora: un árbol. En las raíces pongo un diseño universal del aprendizaje. ¿Qué es esto? Nace en el mundo de la arquitectura y viene a decir que en el propio diseño de la casa, hay que hacerla accesible. Pues lo mismo en la educación. En el diseño de la programación de aula ten en cuenta a todo el alumnado con el fin de no hacer después adaptaciones. Me fijo, por ejemplo, en que pongo un vídeo y hay un niño que no me va a entender porque acaba de venir a España y yo hablo muy rápido. Le pongo subtítulos sencillos. Si les doy un texto y hay niños que tienen dificultades de comprensión, les pongo un texto con lectura fácil.

Luego, el tronco. ¿Qué voy a hacer en el día a día? Trabajar con metodologías activas. Cambiamos el rol, no vamos a hacer esa clase tradicional. El profesor va a tener un rol más pasivo, de guiar. Yo voy a ir pasando por los grupos. El alumno tiene un rol activo, ya no va a estar en el pupitre escuchando y asimilado. Se usa la palabra “prosumidor”. Produce y no solo consume. Si estás sentado en la silla solo consumes información. Si estás creando, estás produciendo información y, además, se la estás explicando a los demás. Vamos a hacer que trabajen de forma colaborativa, a fomentar las interacciones dialógicas y a cambiar la cultura de la evaluación. Permitamos que reflexionen. ¿Qué has aprendido hoy? ¿Cómo podrías mejorar?

Por último, en las ramas, estaría el enriquecimiento. Cuando hablamos de enriquecimiento solo lo asociamos al alumnado de altas capacidades, pero yo lo asocio a todo el alumnado. El enriquecimiento es la cultura del pensamiento, es el uso de las TIC, es la flipped classroom, la realidad aumentada, el pensamiento computacional… Todo eso enriquece mi prácticas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/25/para-hacer-inclusion-en-la-programacion-de-aula-ten-en-cuenta-a-todo-el-alumnado-para-no-hacer-adaptaciones-despues/

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Venezuela: Creación de Escuela Feminista del Sur Argelia Laya aprobó Presidente Maduro

Venezuela/29 mayo 2017/Fuente: VTV

“Me están proponiendo que apruebe las bases organizativas, estructurales y financieras para la creación de la Escuela Feminista del Sur, Argelia Laya, adscrita al ministerio del Poder Popular para la Mujer. Escuela para formación de valores y el liderazgo de la mujer. ¡Aprobado!”, manifestó este jueves el Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros.

mujermadurocDesde el Teatro Teresa Carreño, donde presidió la jornada inaugural de la Expo Venezuela Mujer Productiva que se desarrollará hasta el sábado 27 de mayo, el Jefe de Estado destacó el valor de la mujer venezolana y el apoyo que recibe desde el Gobierno Revolucionario gracias al legado del Comandante Chávez.

Informó el Primer Mandatario Nacional que en la semana del 10 de julio se realizará la jornada de arranque de esta nueva e inédita escuela feminista a través de actividades formativas, por lo cual exteriorizó su deseo de participar personalmente.

Afirmó, asimismo, que la nueva Escuela Argelia Laya es importante pieza para el proceso Popular Constituyente que está en marcha para la elección de la nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC), por lo cual exhortó a las mujeres a aprovechar esta instancia para debatir y proponer iniciativas que refuercen en la Carta Magna sus derechos.

Fuente: http://vtv.gob.ve/creacion-de-escuela-feminista-del-sur-argelia-laya-aprobo-presidente-maduro/

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Libro: Heidegger y los judíos

Reseña:

Ficha Técnica

“Espero que se juzgue este libro sólo después de haberlo leído de verdad hasta el final.” Así comienza el Prefacio de esta obra Heidegger y los judíos. Los Cuadernos negro, escrita por la filósofa Donatella di Cesare, previendo los debates que la misma va a generar. “En estos tiempos la complejidad no se lleva bien. Se prefiere recurrir, expeditivamente, al esquematismo del pro y del contra, a las partes enfrentadas, al blanco o negro. Pero quien filósofa sobrelleva la complejidad y vive en el claroscuro de la reflexión. Y más aún tratándose de una cuestión  delicada como la que aborda el libro.”

La publicación de los Cuadernos negros de Martin Heidegger, entre los años 2013 y 2015 en Alemania, causaron un profundo revuelo en el panorama filosófico. Se reabrió a partir de entonces un debate muchas veces reduccionista; la grandeza del filósofo y la mezquindad del nazi constituían una paradoja inaceptable: ”si ha sido un gran filósofo, entonces no fue un nazi; si fue un nazi, entonces no ha sido un gran filósofo”. Pero ambas posiciones son retóricas profundamente antifilosóficas, como nos viene a demostrar Donatella Di Cesare en este estimulante ensayo.

La razón del escándalo que ha sacudido al mundo de los “heideggeriano” y a la filosofía continental es que los Cuadernos negros muestran a un filósofo consciente de sus decisiones  políticas, atento a las vicisitudes históricas. Su compromiso político durante los años del nazismo no fue ni un accidente ni un error. Fue, antes bien, el resultado de una elección política coherente con el propio pensamiento. Si resultan turbadores es porque dinamitan los esquemas con que se había venido interpretando a Heidegger hasta el momento.

Pero el fino análisis de Donatella Di Cesare también nos muestra cómo el antisemitismo metafísico de Heidegger se inserta en una larga tradición occidental que abordó, no sin hostilidad y sin la complicidad por parte de los filósofos, la Judenfrage o cuestión judía, bien como un interrogante, porque el judaísmo parecía escapar a una definición, bien como un problema que había que “resolver”.

Link de descarga: http://vixra.org/pdf/1409.0228v2.pdf

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Las enseñanzas de Marx: Educación popular y formación política

Por: Zur Pueblo de Voces

El pasado 5 de mayo se cumplieron 199 años de nacimiento de uno de los críticos más potentes de la formación capitalista. Aquí Hernán Ouviña comparte una faceta poco difundida, su preocupación por la formación política y la educación.

Si bien puede parecer redundante o conocido, es importante recuperar cómo la larga tradición del marxismo revolucionario supo tener a lo formativo y a la educación popular como algo central en su derrotero militante. En especial porque aunque suene paradójico, en coyunturas adversas como la que vivimos en América Latina, o en momentos donde la movilización popular nos encuentra de manera constante en las calles, los procesos de formación, de análisis y estudio, de lectura e investigación de la propia realidad que se pretende transformar, se resienten o bien ostentan -salvo contadas excepciones- un lugar residual al interior de las organizaciones de izquierda. A contrapelo, y en sintonía con los planteamientos de buena parte del marxismo crítico, es precisamente en contextos como el actual donde más urgentes resultan este tipo de apuestas pedagógico-políticas.

Consideramos un ejercicio imprescindible revisitar desde este ángulo las propias biografías e itinerarios de quienes constituyeron una referencia fundamental en la conformación del marxismo revolucionario, comenzando por el propio Karl Marx (1818-1883). En general predomina -a nuestro modo de ver, no casualmente- una visión de Marx como un genio solitario, dedicado casi exclusivamente a escribir libros y artículos detrás de un escritorio, sumergido cual ratón de biblioteca en la sala de lectura del Museo Británico durante años para elaborar El Capital. Sin embargo, se omite que desde su juventud hasta los últimos momentos de su vida, siempre produjo, intervino y reflexionó en diálogo constante con la realidad y las luchas que lo estimulaban a pensar y actuar como militante revolucionario, por lo que podemos definirlo como un verdadero intelectual orgánico de las clases populares.

Desde sus primeros artículos periodísticos de denuncia de las condiciones de miseria y explotación que padecían los campesinos de Mosela, pasando por el enorme aprendizaje político que resulta de sus diversos encuentros e intercambios en buena parte del continente con organizaciones clandestinas, sindicatos y asociaciones de exiliados, hasta la elaboración de sus incendiarios documentos y comunicados políticos al calor de la revolución de 1848 (entre los que se destaca elManifiesto Comunista, escrito a pedido de la Liga en la que participaba junto con Engels, y cuyo antecedente había sido el Comité de Correspondencia Comunista), puede decirse que su formación estuvo signada por el vínculo estrecho con -y el aprendizaje a partir de la experiencia vital de- las organizaciones y movimientos en lucha en toda Europa.

Sería infructuoso reseñar en detalle su abultada producción teórico-política, pero vale la pena recordar algunos de sus principales materiales y momentos de intervención, para dar cuenta de la importancia que siempre tuvo el estudio y la formación para Marx. No podemos dejar de mencionar las Tesis sobre Feuerbach, temprano borrador de 1845 cuya extensión es inversamente proporcional a su densidad filosófica y política, en la medida en que condensa en unos pocos párrafos una caracterización profundamente revolucionaria respecto del conocimiento de la realidad, y postula como criterio de verdad a la praxis, la cual presupone una unidad indisoluble entre reflexión y acción, así como el papel activo y dinámico que tienen los sujetos tanto en la comprensión como -sobre todo- en la transformación del mundo. A su vez, textos pedagógicos y de amplia difusión popular bajo el formato de folletos, como Trabajo asalariado y capital o Salario, precio y ganancia, son en realidad conferencias que fueron pensadas para el esclarecimiento teórico y la batalla política, en el seno de las organizaciones de base de trabajadores y activistas que el propio Marx frecuentaba. Su obsesión por lograr que la clase obrera pudiese acceder a los sucesivos tomos de El Capital a través de su desdoblamiento en fascículos sueltos divulgados a precios populares -tal como deja traslucir en más de una carta intercambiada con Engels y con su editor- tiene la misma vocación formativa.

Asimismo, dentro de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), una de las propuestas que supo impulsar fue la de una investigación “de la situación de la clase obrera en todos los países, llevada a cabo por la clase obrera misma”, donde uno de los puntos más relevantes era la educación del proletariado en términos mentales, físicos y tecnológicos, es decir, desde una perspectiva integral.Sumamente entusiasmado por concretar esta propuesta redactada en 1866 (no casualmente, escasos meses antes de que salga a la calle la primera parte de El Capital), Marx expresará que “al iniciar tan gran obra, los obreros mostrarán que son capaces de tomar sus destinos en sus propias manos”. En efecto, poco tiempo atrás, en ocasión del nacimiento de la Asociación Internacional de los Trabajadores, ya había escrito en su Manifiesto Inaugural que “la clase obrera posee un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber”.

No está de más recordar que otro texto imperecedero de Marx, publicado luego bajo el título de La guerra civil en Francia, fue en rigor un documento político redactado por él a pedido del Consejo General de la AIT (de hecho, sus integrantes fueron quienes firmaron como “autores” colectivos la primera edición de este material), con el propósito de brindar una lectura desde el punto de vista de la clase trabajadora, acerca de los sucesos ocurridos en París durante la instauración de la Comuna entre marzo y mayo de 1871, a tal punto que las diversas ediciones en inglés y en otras lenguas -por lo general como folleto- fueron vendidas entre los obreros a precios reducidos y se agotaron rápidamente. Es interesante destacar que el interrogante teórico-práctico que obsesionó a Marx durante casi dos décadas (¿con qué sustituir al Estado burgués tras la conquista y destrucción del poder político a través de una revolución?), no pudo ser respondido por él en términos intelectuales o eruditos, sino que fueron las y los desposeídos parisinos que osaron “tomar el cielo por asalto”, quienes resolvieron este enigma y le enseñaron a Marx -a partir de su experiencia colectiva y sin receta alguna- la forma política “al fin descubierta” que debía asumir el autogobierno popular luego de la desarticulación del poder estatal y capitalista.

Ya en su última década de vida, además de insistir en la necesidad de entender y analizar a las sociedades a partir del principio epistemológico de la totalidad (que implica concebir al capitalismo como un sistema, no disociando por tanto, salvo en términos estrictamente analíticos, las diferentes y complementarias relaciones de opresión, dominio y resistencia que lo constituyen como tal), Marx confrontará con aquellas corrientes que, como la liderada por Lasalle en Alemania, pregonaban la posibilidad de construir el socialismo de manera gradualista y desde el Estado. Conocido como “Crítica al Programa de Gotha”, este manuscrito póstumo redactado en 1875 cuestiona de manera radical los núcleos principales de un programa político que, elaborado en el marco de la unificación de las dos principales organizaciones obreras alemanas, se encontraba en las antípodas de su concepción revolucionaria. Frente a la sugerencia de los lasalleanos de subsumir toda propuesta de trabajo cooperativo y de educación popular a la lógica estatal, Marx responderá indignado: “Eso de ‘educación popular a cargo del Estado’ es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado (…) y otra cosa, completamente distinta, es nombrar al Estado educador del pueblo! (…) es, por el contrario, el Estado el que debe recibir del pueblo una educación muy severa”.

Unos años más tarde, retomará con mayor fuerza aquella vocación por la formación, el estudio y la investigación militante, a través del diseño y la difusión de una “encuesta obrera”, que tenía por propósito el indagar en la situación de explotación que padecía la clase trabajadora europea, pero también conocer sus condiciones de vida y reproducción más allá de la fábrica, así como sus formas organizativas y sus repertorios de lucha. Elaborada en 1880 para que sean los propios trabajadores quienes la implementen en sus ámbitos laborales, llegó a contemplar más de 100 preguntas, la mayoría de las cuales eran interrogantes “generadores”, que buscaban fomentar, a partir de su lectura y el debate colectivo que disparaban, un proceso de desnaturalización y cuestionamiento de la situación padecida, en paralelo a la autoconsciencia por parte de los obreros mismos, de su potencialidad como clase revolucionaria y con intereses antagónicos a los de la burguesía.

Este viejo Marx se encargará incluso de fustigar, junto con Engels, a la dirigencia socialdemócrata alemana que por aquel entonces ya dejaba traslucir su tendencia a la burocratización y comenzaba a denostar la capacidad de las y los trabajadores de liberarse del yugo capitalista sin tutela alguna. En una extensa y premonitoria carta, denunciarán a quienes consideran que “la clase obrera es incapaz de conquistar por sí misma su propia emancipación” y consideran que “para lograrla debe ponerse bajo la dirección del burgueses ‘cultos y pudientes’, los únicos que poseen el ‘tiempo y las oportunidades’ para informarse de lo que es bueno para los obreros”. A contrapelo de esta concepción paternalista y vertical, dirán: “Cuando se constituyó la Internacional, formulamos expresamente el grito de combate: el emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma. Por ello no podemos colaborar con personas que dicen que los obreros son demasiado incultos para emanciparse por su cuenta y que deben ser libertados de arriba por los burgueses y pequeños burgueses filántropos”

El 14 de marzo de 1883 su vida se apagará definitivamente. A partir de ese momento, las querellas e interpretaciones en torno a su legado y herencia serán una constante en el seno de las izquierdas (e incluso por fuera de ellas). Quizás previéndolo, el viejo Marx supo responder de manera irónica: “lo único que sé es que no soy marxista”. Sabias palabras éstas frente a quienes pretendían hacer de su pensamiento y su praxis revolucionaria un nuevo dogma al margen de todo tiempo y espacio.

Por ello lo fundamental es no vislumbrar a Marx ni al sin fin de grandes revolucionarios/as (desde Lenin y Gramsci a Rosa Luxemburgo, de Mariátegui y Amilcar Cabral al Che Guevara) como iluminados/as y sabelotodos/as que esclarecieron y guiaron a organizaciones y pueblos “ignorantes”, carentes de conciencia por sí mismos/as y meros/as ejecutantes de una estrategia que les era incorporada “desde afuera”. Si bien en todos los casos tuvieron un papel destacado en sus respectivos procesos revolucionarios, vale la pena recordar una de las tesis sobre Feuerbach escrita precisamente por el joven Marx, que criticaba aquellas lecturas unidireccionales que olvidan que “el educador a su vez debe ser educado”. De ahí que quizás sea más equilibrado afirmar que fue la praxis colectiva y el devenir histórico-político dentro del cual se situaron con creatividad y audacia en tanto aprendices-sistematizadores/as (o educadores-educandos), lo que les permitió destacarse como dirigentes e intelectuales revolucionarios/as a cada uno/a de ellos/as en los proyectos donde intervinieron.

A pesar de la indudable centralidad que han tenido estos/as referentes del marxismo en impulsar y sostener iniciativas de producción de conocimiento, investigación militante y educación popular liberadora, resulta imprescindible resituar -comenzando por el propio Marx- tanto sus liderazgos como los aportes teórico-prácticos que han generado, en el marco de procesos y sujetos de carácter colectivo, así como en función de una constelación de luchas e iniciativas emancipatorias, que constituyeron las verdaderas escuelas en la que se forjaron como intelectuales orgánicos de los pueblos.

El estancamiento del pensamiento crítico y la dogmatización han sido un peligro constante en los diferentes proyectos revolucionarios encarados por las fuerzas de izquierda, y hoy cobra nuevos bríos como tendencia en la actual coyuntura que vivimos. Acudir nuevamente a autores, corrientes, matrices de análisis e itinerarios de trastocamiento del orden social y político, que en algún contexto u época diferente quizás prosperaron o resultaron viables para caracterizar y transformarotra realidad, se torna una tentación difícil de escamotear y nos ahorra el ejercicio de pensar y actuar con cabeza propia, a partir del estudio riguroso y situado del propio territorio y desde el tiempo histórico que pretendemos revolucionar.

Como es sabido, la historia no se repite salvo como tragedia o como farsa. Por ello, frente al seductor recetario de manuales y esquemas abstractos en estos momentos sombríos donde prima el desconcierto y el desarme teórico, el planteo de Mariátegui de no calcar ni copiarconstituye un faro estratégico, desde ya sin que esta consigna implique partir de cero, pero sí cepillando a contrapelo y asumiendo la necesaria actualización y revitalización crítica de los aportes de Marx.

Ludovico Silva, uno de los intelectuales venezolanos más potentes para formarnos de manera des-manualizada, solía decir que “si los loros fueran marxistas, serían marxistas ortodoxos”. Por cierto, es sobre la base del análisis concreto de nuestra realidad específica -en la que finalmente actuamos e intervenimos a diario- que podemos traducir y (re)elaborar conceptos e ideas, así como construir una estrategia revolucionaria acorde a los desafíos que nos depara nuestro presente. No se trata, en suma, de “aplicar” esquemas o categorías prefabricadas, ni de concebir a la obra de Marx como un sistema acabado o un conjunto de verdades irrefutables, sino de recrear sus presupuestos y basamentos, a partir de su confrontación con la cada vez más compleja realidad en la que estamos inmersos. Pero a no dudarlo: Marx tiene todavía mucho que enseñarnos como “maestro de vida”.

Fuente: http://www.zur.org.uy/content/las-ense%C3%B1anzas-de-marx-educaci%C3%B3n-popular-y-formaci%C3%B3n-pol%C3%ADtica

 

 

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Adela Cortina: No es xenofobia, es aporofobia (rechazo al pobre)

28 Mayo 2017/Fuente: solidaridad/Autor:Solinet

La catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, Adela Cortina, defiende en su nuevo libro ‘Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia’ que no todos los extranjeros son tratados por igual ya que se recibe “con alegría” la llegada de turistas pero “parece que molestan los refugiados e inmigrantes”

“Observé que la xenofobia, el rechazo a los extranjeros, ocupaba el centro del discurso político, pero era evidente que no todos los extranjeros molestaban por igual. A los que llegaban cargados de petrodólares, por muy diferentes que fueran, se les ponía alfombra roja, igual que a los turistas”. Los extranjeros comenzaron a molestar cuando llegaron los inmigrantes económicos, a los que más tarde se sumaron los refugiados. “Luego vino Trump prometiendo levantar un muro y qué casualidad, era para impedir la llegada de los mexicanos, no de los canadienses”, explica.

Tras esta primera aproximación, Adela Cortina se planteó si los que molestan son los extranjeros pobres o los pobres en general.

La profesora afirma que le sorprende que el discurso xenófobo haya crecido tanto y tan rápidamente, cuando hace apenas unos años Europa vivía sus mejores años gracias a unas políticas públicas basadas en el principio de solidaridad. “El cerebro es muy plástico y podemos modificarlo —lo cual es muy buena noticia— pero tanto en un sentido como en otro. Se puede ahondar en la tendencia a la aporofobia si hay un discurso público que la favorece, una ideología predominante, la neoliberal, que es una reacción frente al Estado de bienestar y sostiene que el pobre es el único culpable de su pobreza”.

La “educación” de la sociedad

“El problema es que también la sociedad educa, y a veces, hay una contradicción flagrante entre lo que dicen los libros y lo que la sociedad transmite con el ejemplo”. “No quiero ponerme apocalíptica”, prosigue, “porque soy de los que creen que en la sociedad hay de todo y que hemos mejorado mucho, pero si los jóvenes estudian unos valores y luego ven que viven en una sociedad sin compasión por los que vienen de fuera, sin compasión con los pobres, sin solidaridad con los necesitados, no debe sorprendernos que aumente la xenofobia y la aporofobia”.

Fuente de la noticia: http://solidaridad.net/no-es-xenofobia-es-rechazo-al-pobre/

Fuente de la imagen: http://solidaridad.net/wp-content/uploads/2017/05/Pobreza-696×392.jpg

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EEUU: Poder transformador de la educación

Reconozco que tengo como un defecto profesional, pues me parece, y de cierta manera la experiencia me ha permitido comprobarlo, que una buena educación, desde el kindergarten hasta la universidad, es la solución más plausible para una vida plena.

Y sí, he confrontado amistosamente en este camino a muchísimos suspicaces, cuando me ponen ejemplos de personas que han llegado al éxito sin una sólida preparación profesional.

Toda regla tiene su excepción, no queda la menor duda al respecto, pero en estos tiempos de dinámica científica y tecnológica sin parangón, la persona que no se prepara apropiadamente, terminará por pertenecer a los márgenes de las grandes posibilidades.

Me perturba bastante que incluso reconocidas encuestadoras y otros tipos de organizaciones que se precian de analizar, en detalle, el desarrollo social, manipulen la realidad o se equivoquen, en ocasiones, e insistan en afirmar que no hay necesidad de estudios superiores para escapar de la mediocridad y la pobreza.

Es una recomendación malsana, sobre todo considerando que en Estados Unidos la educación universitaria cuenta históricamente con numerosas alternativas para llevarse a efecto que, en ocasiones, son puestas en solfa por estamentos políticos, algo disparatados.

Reflexiono sobre estos hechos que forman parte de mi extensa carrera en el ámbito pedagógico, enciendo el televisor y veo a funcionarios de las escuelas públicas de nuestra laboriosa y luchadora comunidad lamentando las decisiones, ciertamente perjudiciales, de la legislatura estatal con respecto al presupuesto que han asignado para nuestras escuelas.

Por muy habituado que esté a decisiones arbitrarias originadas en la grave escisión que existe entre política y realidad, cada vez más ancha, y considerando que Miami Dade College tampoco ha escapado este año al desafuero de fondos eliminados, me pregunto: ¿Cuándo fue que la educación dejó de primar entre nuestras más perdurables necesidades? ¿Por qué no asumir con responsabilidad, la entereza y vocación de miles de estudiantes?

La legislatura propone hacer el recorte más significativo que haya sufrido MDC, 14 millones de dólares. No pocas de estas disminuciones estarán sujetas al cumplimiento de parámetros de rendimiento adecuados para alumnos que estudian a tiempo completo, pero que no consideran a la gran mayoría de los nuestros, aquí en el sur de la Florida, imposibilitados de terminar sus estudios en calendarios no realistas, ya que desempeñan uno o varios trabajos y el 66% proviene de familias de bajos ingresos, así como que el 45% vive en el nivel de pobreza o por debajo del mismo.

¿Dónde fue que se perdió el sentido común, el vínculo con la realidad a la hora de premiar una labor de éxito, como la que logran nuestros profesores y empleados en los predios del College desde hace poco más de medio siglo, elogiada en la nación por su eficiencia y austeridad?

Sin embargo no hay que cejar en nuestros empeños en pro de una educación universal asequible. Ustedes lectores de este venerable Diario Las Américas disfrutaron la espléndida cobertura que hiciera de nuestras graduaciones, donde quedó más que demostrado, con hechos, el potencial transformador que tiene la enseñanza en el individuo y su contexto social.

Fuente: http://www.diariolasamericas.com/opinion/poder-transformador-la-educacion-n4122898

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