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Guatemala: Estos son los regalos que trajo Taiwán en su avión presidencial

Centro América/Guatemala/14 Enero 2017/Fuente: Soy502

El avión en el que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-Wen, arribó a Guatemala no solo traía a su comitiva, sino también regalos para el país.

Luego de la recepción protocolaria del presidente Jimmy Morales en el Palacio, Taiwán presentó los obsequios con los que iba a colaborar.

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En el salón Banderas del Palacio Nacional, una mesa sostenía las mochilas y los insumos médicos que iban a entregar.

Su aporte a la educación fue de 30 mil mochilas para entregar a escolares. Las mochilas cuentan con una calcomanía que dice «Taiwán Amistad» y con un corazón dibujado.

Además se estará aportando computadoras de la empresa Acer para capacitar sobre un nuevo módulo de enseñanza digital con maestros piloto, aunque no se dieron mayores detalles de ese programa.

Estas son algunas muestras de la donación. (Foto: Wilder López/Soy502)

En el campo de salud, se realizó la segunda entrega de donación de insumos médicos, sin detallar cuánto son, ni a qué centros están dirigidos. «Esto sirve para contribuir con la falta de recursos médicos en el país», comentó.

Respecto a la ayuda en infraestructura, la Mandataria de Taiwan explicó que están «muy contentos» con los avances en el tercer tramo de la carretera CA-9 Norte. No obstante, aún no confirmó que apoyarán la última fase de El Rancho a Puerto Barrios. «En el futuro muy probablemente haya una cuarta etapa», añadió.

Fuente: https://www.soy502.com/articulo/estas-son-donaciones-trajo-taiwan-avion-presidencial-31313

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Una ocupación estudiantil en Paraná, Brasil

Por: René Rojas González

Si me preguntaran qué significa ocupar en Brasil, mi respuesta sería la siguiente: ocupar en Brasil es ocupar los latifundios, porque contar con un pedazo de tierra puede ofrecer la oportunidad de aprovechar la naturaleza en algún grado; es ocupar los edificios públicos, porque, por lo menos, es necesario incomodar al Estado para torcerlo y garantizar que respete la producción de la vida; es ocupar las escuelas, porque la educación no conoce de presupuestos gubernamentales y es más que la aceptación de materias planificadas. Ocupar es decirle a los que tienen la vida resuelta –o así creen tenerla- que no se está dispuesto a privarse de las condiciones materiales, mismas que pueden tomar diversas formas sociales decididas en colectivo; es decir, se ocupa contra la privatización de la tierra o de la educación, pero también puede ocuparse contra la privatización de la creatividad social para formar producciones propias: no se disputa un solo tipo de producción en la tierra, ni se disputa un solo tipo de producción de la educación, se disputan formas de organización social de lo que queremos producir; generalmente, entre unas que privan de las condiciones materiales y otras que abren las posibilidades de uso de éstas.

La ocupación estudiantil de la Universidade Federal da Fronteira Sul (UFFS) – Campus Laranjeiras do Sul, en el estado de Paraná, como parte de una desbandada de ocupaciones de escuelas que vuelve a Brasil, y con epicentro en ese estado, ha emergido justamente como forma de organización social, en el más instintivo sentido de paralizar las clases como manifestación de no querer privarse del acceso a una educación que depende de una crisis de presupuesto del Estado. El gobierno Temer aborda esta crisis con la típica re-gestión del capital para que esa educación del Estado se pague con más explotación social. Por un lado, la Medida Provisoria No. 746 (MP 746) propone flexibilizar la formación de los estudiantes y deshacerse de la carga social de su preparación, lo que se antoja entender como la construcción de los próximos robots obedientes para el empresariado. Es así que la MP 746 incluye “el retiro de las materias de artes, filosofía, educación física y sociología como obligatorias en el mapa curricular; 50% del mapa curricular será obligatorio y común nacionalmente, el otro 50% estará a cargo de los sistemas estatales, incluyendo la formación técnica profesionalizante; educación media nocturna sólo para mayores de 18 años; el reconocimiento de ‘notorio saber’ con el permiso de que profesores sin formación específica asuman materias para las cuales no fueron preparados” (Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, 2016).

Por otro lado, la Propuesta de Enmienda Constitucional 241 (PEC 241), que ha avanzado en su aprobación en la Cámara de Diputados –primera votación-, deja demasiado claro que los estudiantes son rehenes del presupuesto del Estado, ya que el gasto público en educación quedaría limitado por 20 años a través de un nuevo régimen fiscal, conduciendo al “aumento de la evasión escolar, la inviabilidad del acceso de casi 2 millones de jóvenes de 15 a 17 años que están fuera de la escuela o que trabajan y estudian”, así como “desprecia una formación que debe ser integral, además de estimular la diferenciación de la formación de los que deben ir a la universidad de los que deben ser ubicados de forma inmediata en el mercado de trabajo al concluir la educación básica” (Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, 2016).

Tampoco es que la gravedad de esta situación sea exclusiva del gobierno Temer. Sólo que hoy estamos viendo la re-gestión de la crisis del capital, cuando ayer, con los gobiernos Lula y Dilma, ya se estaba cocinando la rebanada privilegiada e intocable en el presupuesto. Hoy, se propone el recorte en educación, pero ya en 2014 el gobierno federal había gastado el 45.11% de todo el presupuesto de ese año en intereses y amortizaciones de la deuda pública, dejando a la educación el 3.73% y haciendo “evidente el privilegio a la deuda pública, detentada principalmente por grandes bancos, en detrimento del cumplimiento de los derechos sociales básicos establecidos en la Constitución Federal”. Aún más, la propuesta del Ejecutivo para los gastos con la deuda pública dentro del Presupuesto Federal para 2015 abarcaba el “47% de todo lo que el país va a recaudar con tributos, privatizaciones y emisión de nuevos títulos, entre otros ingresos” (Cornelli, 2016).

De esta forma, parece que la primera reacción de resistencia de los estudiantes fue lanzarse a la ocupación de la UFFS el día 11 de octubre en contra de la distribución desigual del presupuesto, acorde con algunos mensajes en los carteles que colocaron dentro del edificio principal, lugar donde se encuentran los salones de clase: de manera más o menos general, podía leerse que demandaban menos presupuesto para banqueros y más presupuesto para educación. A mi llegada, el día 13 de octubre, se percibía una ocupación bastante organizada, la cual impedía el acceso a los salones –concentrados en el segundo, tercer y cuarto piso- a través del cierre de los elevadores y escaleras, poniendo los estudiantes ocupantes sus propios cuerpos sentados –por lo menos, en el caso de los elevadores. Los salones del segundo piso y un salón del tercero eran ocupados para cambiar su uso a dormitorios y se usaban también decenas de colchonetas de la universidad. El resto de los salones del tercer y cuarto piso se mantenían bloqueados.

Justo aquel día de mi llegada, se llevaba a cabo una votación extensiva a todos los estudiantes de la universidad para decidir si se declaraba la huelga estudiantil, lo que, en otras palabras, significaba que, de conseguirse la mayoría, se obtendría la legitimidad de la ocupación. Ya entrada la noche acababa el conteo con el resultado favorable para los ocupantes, provocando en ellos una verdadera explosión de felicidad y alegría por la conquista, expresada en el múltiple contagio de abrazos, brincos, cantos de consignas, batucadas y bailes. Aún dentro de la euforia del momento, la Coordinación de la ocupación daba el mensaje de que se liberaban las trancas de los accesos a los pisos, pues “la universidad es nuestra”.

Efectivamente, la universidad era suya, y lo más probable era que la declaración, “al final”, representaba la reivindicación del carácter público de la universidad frente a la privatización de la educación, pues, si se acepta que la primera reacción de resistencia habría sido contra la distribución desigual del presupuesto, que es público y para la educación pública, la exigencia va por un espacio público de un todos incluyente para que nadie quede excluido de educación justamente. Dicho de otra forma, es muy posible que se declarase que la universidad era suya como parte del sentido de la demanda principal: más presupuesto público para la educación pública. Sin embargo, advertiría que ese “la universidad es nuestra” obedecía primordialmente a la disponibilidad de uso que había generado la ocupación de los estudiantes para ellos mismos: por ello, se abrían los accesos a los pisos de los salones de clase, para que ellos continuaran haciendo uso del espacio –por ejemplo, continuando el re-uso de los salones como dormitorios-, contando con ese respaldo de la votación que implicaba que ningún otro estudiante de la universidad podía interrumpir la ocupación-huelga usando los salones para dar clases. El uso estaba decidido por los ocupantes.

En esa línea, puede entenderse que lo que primaba era el uso sobre la propiedad pública de la universidad por parte de ellos y no el uso predeterminado de la universidad como propiedad pública; es decir, en la disputa de las condiciones materiales por la educación, hasta ese todos incluyente que pretende lo público, se detenía. La ocupación terminaba por fragmentar justamente lo público como cuerpo social monolítico y homogéneo, para abrir paso a una organización social de los estudiantes que se responsabilizaba por la universidad y que, por lo tanto, tenía que ir decidiendo qué hacer con ella. Los estudiantes ocupantes tenían que hacerse cargo del espacio de su propia educación. Podría leerse que su ocupación estaba encuadrada en la típica disputa entre lo público que “protege” y lo privado que despoja, pero su uso de la universidad ya agrietaba la propiedad pública de ésta al disputarle el uso al resto de los estudiantes, sin perder de vista que la preocupación principal era enfrentar la privatización de la educación. Pareciera, entonces, que la responsabilidad de los ocupantes por el uso de la universidad, replanteado a través de la ocupación, se tornaba el verdadero recurso social de protección de la educación, más allá de lo público. En este tenor, en efecto, la universidad era suya, pero más allá de un sentido de propiedad.

Así, esa apertura que producía la ocupación de los estudiantes reclamaba más el uso de las condiciones materiales –tierra, instalaciones, mobiliario, etc.- para decidir la educación, que la propiedad pública de las condiciones materiales para el mismo fin, aunque, contradictoria pero potentemente, todavía estuvieran enmarcados y disputados los usos dentro de lo público: pocos días después de mi llegada, entre los estudiantes ocupantes se escuchaba de la intención de algún profesor de dar clase forzosamente y corría un rumor de desalojo por parte de la Policía Federal. En la segunda semana de ocupación, se reculaba en negociaciones con la directora del campus al entregar los pisos tercero y cuarto para la impartición de clases.

Sin embargo, el movimiento interno de la ocupación puede decirnos otra cosa: la ocupación no sólo abre socialmente para contrarrestar privatizaciones, sino que también abre para desprivatizar lo público. Las decisiones sobre lo público se diversificaban. Se tenía la decisión gubernamental del congelamiento del presupuesto en la educación pública y se tenía la decisión de los ocupantes por encargarse del uso de la universidad pública frente a la decisión presupuestal sobre la educación pública. Pero, además, se tenían decenas de estudiantes que decidieron votar a favor de la ocupación-huelga estudiantil y que no se lanzaron a ocupar, si bien su apoyo fue determinante para conseguir legitimidad. Estos últimos también abrían lo público –aun sin colocar sus cuerpos en la ocupación- a la hora de ceder el uso público al uso relanzado de los ocupantes, es decir, respaldaban la generación de un uso disponible.

Parece que en ese uso disponible se jugaba la lucha de los ocupantes, pues, así como habían conseguido en votación la cesión del uso por parte de la mayoría de los estudiantes, también se preguntaban cómo era posible que los que habían votado a favor de la ocupación no estuvieran ocupando. Asimismo, ya desde el primer fin de semana de la ocupación, varios de los ocupantes salían por compromisos personales, si bien la organización de la ocupación emprendía un registro de los días que cada uno de ellos podía quedarse y, en su caso, de la fecha en que podía regresar. Varios ocupantes terminaban sus compromisos y regresaban. En otras palabras, la ocupación también iba enfrentando cierres: como podía presentarse falta de disciplina por batuquear a cualquier hora del día e incomodar a otros –exhortando varias veces a respetar-, como podía encontrarse a la ocupante que se había perdido el cumpleaños de su hijo por mantenerse en la ocupación.

Mal haríamos si no ubicásemos llamadas de atención sobre aquellas cosas que podrían proyectarnos con mayor fuerza social o que nos dejan sin fuerza social momentáneamente, y mal haríamos también si no diésemos reconocimiento a los esfuerzos personales de responsabilidad y compromiso. Pero esta suerte de faltantes y agradecimientos tampoco es tanto para cobrar la factura sobre algún fin último de la ocupación, pues si bien ésta era resultado de la decisión común de abrir un tiempo en cada vida afectada por la privatización de la educación, tampoco se trataba de que este tiempo terminase por restringir los otros tiempos necesarios de reproducción de vida que cada ocupante llevaba por fuera de la ocupación, es decir, cuando no era formalmente ocupante. La ocupación abría un tiempo no contemplado, que se sentía necesario, pero que no necesariamente tenía que pasar por encima de los propios ocupantes, como si fuera un objetivo mayor que, por “ser mayor que ellos”, los aplastaba y les impedía otras producciones.

Mal se haría también en pensar la ocupación como el momento en el que uno se convertía en ocupante: la ocupación no era algo separado y arriba de uno, la ocupación ya era la vida misma en relance. Creo que esto era lo que hacía que, por ejemplo, uno de los coordinadores, a propósito de reivindicar la prioridad de y el ánimo en la ocupación, expresase una ocasión en una asamblea que él qué más quería que en ese momento estar sentado en su casa tomándose una cerveza. La ocupación no tenía por qué opacar que se destinaban o se deseaban tiempos para otras producciones –como la del placer de beber alcohol donde era permitido-, y claro que ciertas circunstancias políticas podían determinar la prioridad productiva hacia la ocupación por parte de los estudiantes, pero nadie era obligado a quedarse.

Eso era interesante en la ocupación: cómo se relanzaban las vidas de los estudiantes ocupantes al disputar un uso disponible en la universidad frente al uso público, abriendo otro espacio y otro tiempo de reproducción de vida social, mientras ajustaban temporalmente las otras producciones necesarias en sus vidas. Esa apertura de tiempo y espacio generada por el uso disponible no estaba disociada del resto de producciones necesarias; al contrario, creo que el interés de los ocupantes en producir el uso relanzado a través de la ocupación estaba conectado con la sensación de imposibilidad de una educación como ámbito que reproduce otras producciones en la vida. Dicho de otra forma, los estudiantes ocupantes se preocupaban por esa educación que permite la continuidad de otras producciones, al percibir que el golpe presupuestal representaría para la UFFS la probable desaparición de cursos, la también probable desaparición de las cuotas para el acceso de los indígenas a la educación y el comprometimiento de la educación para las siguientes generaciones –esto último no sólo por tratarse de la universidad, sino de manera generalizada.

Tal vez, donde más era notoria esa conexión entre el uso disponible para una reproducción social otra y la preocupación por el peligro que corrían las otras producciones por falta de educación, era en aquellas y aquellos estudiantes ocupantes que ya cargaban trasfondos organizativos: varias de ellas y ellos ya venían de procesos de movimentación social con organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) y el Levante Popular de la Juventud. Por lo tanto, esa reproducción social otra en la ocupación, para la reproducción de la educación, ya traía sus perspectivas organizativas, mismas que, por experiencia personal-colectiva, pueden asociarse con el MST.

Tenemos así una manera de entender aquel re-uso de los salones como dormitorios y el uso de las colchonetas. La ocupación disponibilizaba el uso para generar otros usos, permitiendo una vida en relance, no sólo formalmente dentro de la ocupación, sino para garantizar la educación en el resto de producciones “por fuera” de los estudiantes ocupantes. Así, los espacios se adaptaban a la nueva organización del uso de las condiciones materiales de la universidad, por ejemplo: en el edificio de los cubículos de los profesores se usaba la única regadera con la que se contaba y se organizaban los tiempos de baño para la tarde-noche. Ahora bien, al destinarse el edificio principal para las necesidades más básicas como dormir, comer e ir a los baños, el re-uso social de este inmueble se volvía destellante.

En el edificio principal, no sólo se reusaban los salones como dormitorios, se maximizaba el uso de una pequeña cocina con la que ya contaba la universidad, para preparar las comidas y los refrigerios acorde a los tiempos acostumbrados de alimentación; a manera de comedores, se disponía, sobre todo, de las mesas de la cafetería y del gran patio interno que contaba con bancas largas; se garantizaba el uso de, por lo menos, cuatro baños para las diversas necesidades de higiene y se organizaba la limpieza de los mismos. El espacio de dicho edificio, en general, estaba relanzado para reuniones de organización en pasillos, en el patio, en los salones mismos o incluso en los alrededores, y para asambleas de organización que convocaban a todas y todos los ocupantes, generalmente, en el gran patio. El auditorio corría la misma suerte, abriéndolo para otros fines: ahí se realizó el conteo de la votación de la huelga, ahí hubo asambleas, ahí se realizó videollamada con otros campus y rectoría de la UFFS para discutir y posicionarse sobre el problema presupuestal en la educación, y ahí llegaron conferencistas para exponer temas, justamente, como el del presupuesto en la educación y la afectación en ésta por la deuda pública.

La organización del uso relanzado se reflejaba en la Coordinación de la ocupación y sus Sectores constitutivos, como el de Disciplina, encargado de vigilar y hacer respetar los tiempos de las actividades; el de Comunicación, que se responsabilizaba por la comunicación de pautas internas y de manifiestos internacionales de apoyo, así como por la producción de contenidos de texto y audiovisuales, haciendo también un re-uso del internet de la universidad para la publicación en redes de dichos contenidos; el de Infraestructura, que garantizaba la llegada de los alimentos a preparar y las colchonetas, primordialmente; el de Cultura, encargado de intervenciones político-culturales como mensajes en carteles pegados en la pared, música contestataria durante la ocupación, y noches culturales de representaciones artísticas críticas y de baile; o el de Alimentación, que llevaba el control de los alimentos y su preparación para las y los ocupantes. Además, según los pisos que se estuvieran ocupando en el edificio principal, se organizaba un mutirão de limpieza en fin de semana, es decir, casi todos los ocupantes se lanzaban a la labor coordinada de lavar los pisos con jabonadura, escobas y jaladores, como parte de una responsabilidad por lo que se estaba usando.

No obstante, ese uso disponible de la ocupación abría con altas y bajas, como ya se esbozó un poco: por otras producciones que los estudiantes ocupantes tenían que atender en sus vidas, tenían que irse, si bien, en diferentes tiempos, varios regresaban y se rearticulaban. En algunos momentos, se tenía entre 30 y 40 ocupantes, y en otros, con la llegada de algún contingente, se contaba probablemente con alrededor de 60 ocupantes. Conforme eran menos o más personas, la adaptación en la organización de ese uso se hacía necesaria, como fue en los casos de los Sectores de Comunicación y de Alimentación, los cuales, considerando que se tenía más gente en la ocupación, sufrieron modificaciones: el primero decidió una división interna entre Comunicación Interna y Agitación y Propaganda, y el segundo, que había fincado su actividad en una o dos personas específicas, desconcentró hacia una rotación por Núcleos, mismos que involucraban a toda la ocupación y donde cada uno de ellos, compuestos generalmente por tres ocupantes, era responsable por la preparación de los alimentos, según la comida o refrigerio en turno.

Esa vida en relance por la nueva organización del uso no se explica sin otras condiciones materiales que garantizaban la reproducción misma de la ocupación: se mantenían las donaciones de comida, si bien, también tenían sus altas y sus bajas, como el quedarse sin carne en alguna ocasión. Esa vida en relance tampoco se entiende sin el mantenimiento del ánimo, que igualmente dependía de las condiciones materiales con las que se contasen: disponibilidad de conexiones eléctricas, internet, bocina y laptops para la música que se colocaba buena parte del día desde el gran patio; las noches culturales realizadas, también en el gran patio; el reuso del internet en los celulares de cada ocupante, que no sólo se destinaba para los fines de la ocupación, sino también para el entretenimiento; el conocimiento, igualmente, a través del internet, del aumento en el número de ocupaciones en Paraná y en otros estados; un churrasco, cuando llegó carne para hacerlo, y que marcaba otro ánimo en el convivio, como si fuese un día relajado; y hasta la simple diversión por jugar cuando se limpiaba o por jugar el popular truco en las cartas. Todo esto, sin embargo, no eximía de una baja en el ánimo, que se reflejaba en momentos de tedio y cansancio –y se tenía que descansar también-, tal vez, por causa de las reuniones y producciones de cada Sector; por causa de las reuniones de Coordinación con cabezas de Sector; por las asambleas, que abarcaban a todas y todos; e incluso, tal vez, por los tiempos “muertos” de la ocupación –que eran más bien tiempos de alerta ante alguna contingencia.

Toda esa potencia de producciones sociales, a mi entender, desprivatizaba lo público en el contexto de resistencia a la privatización de la educación, a partir del uso disponible generado por la ocupación. Sin embargo, el uso público también ejercía presión para el cierre de esa disponibilidad: como se mencionó más arriba, en la segunda semana de ocupación, se reculaba en negociaciones con la directora del campus al entregar los pisos tercero y cuarto del edificio principal para la impartición de clases. En los siguientes días, al incorporarse decenas de estudiantes de la universidad a sus clases habituales en los salones de los pisos desbloqueados, la ocupación-huelga dejaba de frenar esa normalidad privatizadora al permitir el acceso. Si bien las actividades de ocupación continuaban, por lo menos algunas y algunos ocupantes iban sintiendo una “pérdida de sentido” de aquella.

A partir de esa evaluación que sentían y considerando la afluencia de aquellos estudiantes que se incorporaban a las clases, reorganizaron lo ocupado y lo cedido en lo público, con intervenciones político-culturales más enfáticas para el 24 de octubre: de los primeros carteles que demandaban menos presupuesto para banqueros y más para educación, se pasaba a unos segundos carteles que, en general, expresaban como mensaje un también te va a tocar a ti, pegados en varias partes del interior del edificio principal, pero, particularmente, justo afuera de los salones donde se tomaba clases. Durante una parte de la mañana, se repetía un performance, sincronizado con la hora de llegada a la universidad del transporte escolar, en el cual, varias y varios ocupantes se tiraban al piso cerca de la entrada del edificio, representando su muerte –y acompañándose de música alusiva- por causa de “la PEC de la muerte”, la forma como nombraban a la PEC 241. Un par de intervenciones más se hicieron en el gran patio interno: un performance contra la fobia LGBT y una simulación de álgida discusión estudiantil con argumentos a favor y en contra de la PEC 241.

No obstante, los momentos específicos dentro de la coyuntura creada por el gobierno continuaban marcando la pauta. Al día siguiente, 25 de octubre, se realizaba la segunda votación de la PEC 241 en la Cámara de diputados, con una mayoría de parlamentarios que ya había dejado claro, en la primera votación, que estaba decidiendo la privatización de la educación pública. Al tenerse noción de que la tendencia sería hacia la aprobación, en la ocupación se asomaba la opción de bloquear el acceso a los salones nuevamente. Una vez que se conoció que el resultado de la votación fue justamente hacia la aprobación –turnando a la Cámara de senadores-, se convocó a asamblea para decidir el uso de la UFFS de nueva cuenta. La Coordinación planteó ocupar todo, la propuesta fue sometida a consulta y votación en asamblea, y prácticamente el 100% de las y los asistentes se decidieron por dicha medida. El 26 de octubre, el edificio principal de la UFFS amanecía bloqueado en sus accesos al segundo, tercer y cuarto piso, y, por lo tanto, con los salones inhabilitados para dar clases. Ese mismo día, terminaba mi tiempo en la ocupación.Las últimas reflexiones, que me sugería esta última parte que me tocó vivir con las y los estudiantes ocupantes, son, que una vez más se apreciaba que, ante el uso público en proceso de privatización, volvía a torcerse lo público, volvía a cobrarse una responsabilidad por usar los medios que producen la educación, es decir, por usar la universidad. De hecho, frente a esa segunda votación parlamentaria, no había condiciones para respetar la negociación con la directora del campus sobre los pisos que habían sido desbloqueados. La ocupación se lanzaba nuevamente y, con ello, la vida social de las y los estudiantes ocupantes. Decidir volver a ocupar todo significaba, anímicamente, reconocer la preocupación por el riesgo de volver a poner el cuerpo para bloquear, desafiando el “resguardo” que podía hacer la fuerza pública, pero también era abrazarse en forma de rueda entre todas y todos y lanzar un mensaje de fortalecimiento anímico después de haber decidido la acción de ocupación ampliada para el día siguiente. Decidir volver a ocupar todo priorizaba la producción en la ocupación y no en las otras producciones “por fuera” que tuviesen las y los ocupantes: el Sector de Cultura preparaba nueva intervención; el Sector de Disciplina organizaba a las y los ocupantes que pondrían sus cuerpos justo en los accesos; el Sector de Infraestructura se encargaba de proteger las pertenencias en los dormitorios; la Coordinación daba la instrucción de que, durante el día, éstos se mantuviesen cerrados, concentrándose todas y todos los ocupantes en el patio interno con lo básico material. Esto, sólo por recordar algunos de los movimientos que eran efectuados, acorde con la nueva reorganización del uso del edificio principal de la UFFS.Hago hincapié en que considero que la vida social de las y los estudiantes ocupantes se relanzaba con la ocupación. ¿Por qué? Primero, porque, así hubiese momentos de prioridad en la producción de la ocupación, en detrimento del tiempo asignado a otras producciones “por fuera”, la ocupación finalmente correspondía a la preocupación por una privatización de la educación que afectaría a esas otras producciones, al estar faltando una educación que impactase en éstas. Por esta razón que pueda entenderse que eran más que ocupantes formales: eran personas que se valían de la reproducción de la ocupación sin soltar las otras producciones necesarias en sus vidas. Segundo, porque la ocupación ya asomaba un potencial desprivatizador a través de sus propias producciones: vivir en la universidad sólo era posible disputando lo público, amenazado por lo privado; pero, lo público ya privaba con su pretendido uso para un todos incluyente, al “consensuar” socialmente una sola forma de disponer de las condiciones materiales para la educación, además, dependiente del presupuesto. La ocupación representaba una forma disidente de la organización social que, si bien ya tenía muy claro que la responsabilidad de la educación no cayese en lo privado –sólo quien pueda pagar tiene acceso-, también iba más allá de lo público. Lo público se convertía en uso disponible para reproducir la vida social en la propia universidad con producciones propias, lo cual permitía a las y los ocupantes estudiantes no delegar la producción de la educación ni a lo privado ni a lo público. Por eso la potencia de que ellas y ellos dispusieran de la UFFS para reusarla, organizándose en Sectores, preparando sus alimentos y comiendo ahí, adaptando los salones a dormitorios, ocupando los baños y regadera para sus necesidades de higiene, reusando el internet para los fines políticos de la ocupación y para entretenimiento, tomando posesión de los diferentes espacios del edificio principal para reuniones y asambleas, etc.

Dicho todo lo anterior, mi balance es, que esa crisis de capital que el gobierno regestionaba privatizando la educación pública, es decir, haciéndole pagar al pueblo con la flexibilización de su formación y con la prioridad presupuestaria para el pago de la deuda pública, ya estaba siendo rebasada, en buena medida, por el mismo pueblo a través de sus producciones relanzadas en la ocupación. Tal vez ésta enarbolaba lo público para la educación como defensa frente a la privatización, y tal vez podía “desactivarse” para anclarse en lo público como puerto seguro, pero las y los estudiantes ocupantes estaban mostrando también la potencia de responsabilizarse por las condiciones materiales de su educación, o sea, de tomar la universidad pública: abrirse en tiempo y espacio para una organización social del uso que disputase los medios de producción de la educación, destinada al resto de producciones.

Hacia mi salida de la ocupación, más aperturas aparecían: ocupantes y profesores donaban clases sobre producciones que sabían hacer; se realizaba una segunda votación estudiantil, de la cual las y los ocupantes salían nuevamente victoriosos; lograban la cancelación del calendario escolar; trabajaban voluntariamente en la producción de un área de tierra en forma de mandala; establecían un servicio de guardería; etc. La ocupación abría posibilidades y desprivatizaba la vida social.[1]

Fuentes

Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, Manifesto de apoio aos povos indígenas otomí, tepehua e nahua da Sierra Norte do estado de Puebla no México, 2016.

Cornelli, Marcela, A lógica perversa da dívida e o orçamento de 2015, en http://www.auditoriacidada.org.br/blog/2015/03/13/a-logica-perversa-da-divida-e-o-orcamento-de-2015/, consultado el 09 de noviembre de 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221276&titular=una-ocupaci%F3n-estudiantil-en-paran%E1-brasil-

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España: La policía investiga si el suicidio de una adolescente en Murcia está relacionado con acoso escolar

Europa/España/14 Enero 2017/Autora: Pilar Álvarez/Fuente: El país

La menor, de 13 años, fue trasladada de centro en mayo. Educación había abierto un protocolo de seguimiento

La Policía Nacional investiga si el suicidio de una menor de 13 años en Murcia puede estar relacionado con un posible caso de acoso escolar. La adolescente se quitó la vida el pasado martes en su casa, situada en una pedanía de Murcia. A finales del curso pasado se había cambiado de instituto por petición de su familia.

la encontró ahorcada en su habitación de la casa familiar situada en la pedanía de Aljucer, según cuenta este jueves el diario La Opinión de Murcia. El Grupo de Menores de la Policía se ha hecho cargo del caso. Tomará declaraciones a los familiares de la menor y a sus compañeros y profesores del instituto de educación secundaria (IES) Licenciado Francisco Cascales, de Murcia. A este centro llegó en mayo procedente del IES Ingeniero de la Cierva, situado en la pedanía de Patiño.

L. comenzó el curso pasado 1º de la ESO en el Ingeniero de la Cierva. Era una alumna de buen expediente («de notables», según fuentes cercanas al caso). Es el centro adscrito al colegio de Aljucer, por lo que la mayoría de los alumnos ya se conocían de años anteriores. En el instituto, vivió un episodio que supuso la apertura de una investigación. Dos compañeros del centro la insultaron llamándola «gorda». Uno de ellos fue expulsado un día y el otro, un alumno de integración, le envió una carta pidiéndole disculpas.

El Ingeniero de la Cierva abrió un expediente e inició una investigación que descartó que se tratara de un caso de acoso. Ese informe fue trasladado a la inspección educativa, según las citadas fuentes, que señalan que la menor tenía «problemas de integración». Los responsables del centro y la orientadora del instituto hablaron con los padres y le recomendaron que la menor se sometiera a una terapia psicológica. No detectaron más episodios relacionados con este caso, aunque la familia pidió el cambio de centro a final de curso y le fue concedido.

Fuentes de la Consejería de Educación confirman que se activó un protocolo de actuación en el primer instituto de la chica. «El protocolo se activó, se investigó y se tomaron decisiones en colaboración con la familia, que solicitó el cambio de centro educativo y se realizó. Además, profesores y alumnos estaban implicados en apoyar y hacer un seguimiento de la joven, siempre contando con la colaboración y consideraciones de la familia», explican desde la Consejería.

Entre las diligencias policiales figura una carta de despedida que, al parecer, escribió la menor hace unas semanas y que a finales de diciembre encontró una limpiadora del instituto Licenciado Francisco Cascales. La carta fue entregada al director del instituto y este, a su vez, se la trasladó a la familia. La niña será incinerada este jueves en el tanatorio Arco Iris de la capital murciana.

La Región de Murcia se encuentra a la cabeza en porcentaje de niños que sufren acoso escolar, según una encuesta de la ONG Save de Children, realizada entre 21.487 estudiantes de todos el país entre 12 y 16 años. Un 11% sufre acoso escolar ocasional y un 2,8% lo sufre con carácter frecuente. Las cifras de Murcia son muy superiores a las de la media de todo el país, que establece en un 8,1% los niños que sufren bullying ocasional y un 1,2% los que lo sufren de forma frecuente.

La policía investiga si el suicidio de una adolescente en Murcia está relacionado con acoso escolar

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2017/01/12/actualidad/1484216067_690780.html

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La escuela en la ciudad educadora hoy

Por: Julio Rogero

Muchos creemos que ya es hora de que la escuela y el municipio se reconozcan mutuamente y se propongan construir juntos la educación y la vida en común que queremos.

Los municipios tienen muy pocas competencias asignadas por las administraciones autonómica y estatal en las cuestiones que afectan al sistema educativo y a las escuelas ubicadas en su territorio. En Infantil y Primaria se limitan al cuidado físico de los centros escolares: limpieza, mantenimiento y conserjes. En Secundaria ni eso. Sin embargo, son muchos los temas educativos directamente relacionados con las políticas locales de proximidad: actividades de ocio, cultura, deportes fuera del tiempo escolar; los espacios urbanos de encuentro y relación ciudadana; la relación escuela-entorno; la proyección de los aprendizajes escolares en actuaciones de servicio a la comunidad; los espacios comunes de aprendizaje y convivencia; el acceso y relación con las instituciones y servicios de la ciudad…

Muchos municipios actúan en esos aspectos más allá de lo que la normativa regula. Tienen conciencia de las potencialidades negadas a la acción municipal por el distanciamiento entre las administraciones y el cierre de la relación escuela-entorno-ciudad por un sistema educativo excesivamente academicista y burocratizado.

Las actuales políticas educativas municipales abren nuevas posibilidades de hacer la educación de otra manera. Se vuelve a hablar de Ciudad Educadora, de Proyecto Educativo de Ciudad, Infancia y ciudad, escuela y servicio a la comunidad, educación a tiempo completo. En el año 1990 se celebró en Barcelona el Primer Congreso de Ciudades Educadoras. En él se redactó “La Carta de las Ciudades Educadoras”, recogiendo el consenso de los participantes que representaban a diferentes ciudades, sobre las perspectivas que se abrían para las políticas educativas municipales. Las ciudades que la firmaron asumieron el compromiso público de comenzar a dar pasos de transformación de sus comunidades. Sin embargo, más tarde se demostraría que la mayoría fueron incapaces de avanzar lo más mínimo en esa dirección. Otros intereses diferentes y la posición de la educación en los últimos lugares del orden de prioridades en la política municipal relegaron lo firmado al olvido. La posibilidad de hacerlo realidad requería dos aspectos elementales que no se dieron en casi ningún lugar: la superación de los reinos de taifas en la gestión de las áreas de trabajo y entre las diferentes concejalías; y en segundo lugar, la consolidación de la participación ciudadana, muy baja en esos momentos, porque sus asociaciones vivían encerradas en sus problemáticas específicas.

Hoy, en muchos municipios, parece que se abre una nueva posibilidad de cambio en esa doble dirección: por una parte, el reconocimiento de que la educación debe tener una transversalidad reconocida en todas las áreas municipales, y que estas requieren de coordinación para dar coherencia y eficacia a las políticas. Y por otra parte, la valoración real de que, más allá de los componentes escolares -pero teniéndolos en cuenta- es la comunidad local en su diversidad la que desde su horizontalidad, su identidad y su sentido de pertenencia, puede promover acciones colectivas para ir haciendo suyas las posibilidades de cooperación y participación en la construcción de una ciudad educadora.

Intuyo que es necesaria una nueva visión de la política local. Pasaron los tiempos del protagonismo absoluto de la administración. Hoy nos encontramos con nuevos actores que piden un protagonismo mayor en la vida de las ciudades: asociaciones, colectivos y plataformas reivindicativas en el campo de la vivienda, la salud, la educación… que requieren espacios de dinamización de lo común para consolidar la acción colectiva en la respuesta a los problemas colectivos; la reformulación de los tiempos y espacios educativos para aproximarnos a una educación a tiempo completo de calidad; el compromiso educativo de la escuela con la ciudad y de la ciudad con la escuela a través del proyecto educativo de ciudad…

Se hace necesaria una visión diferente del papel de la escuela, que reconozca que no tiene ya el monopolio de la enseñanza y del espacio de aprendizaje. Quizás pasen a un primer plano funciones que en un modelo escolar academicista y transmisivo quedaron ocultas u olvidadas: el cuidado y la custodia de la infancia, el aprendizaje de la convivencia positiva en la diversidad y de la relación positiva con la naturaleza, la apertura al medio, el conocimiento de sí mismos, el encuentro intergeneracional… Sin embargo, muchos reconocen que la escuela tiene un papel relevante en la construcción de la convivencia positiva en la comunidad local.

¿Cómo se inserta la escuela en esta nueva realidad? ¿Cómo conseguir que los escolares conozcan el espacio público como el lugar donde se defienden y desarrollan los intereses colectivos? ¿Cómo hacer realidad la educación de una ciudadanía comprometida con la construcción de una ciudad habitable? ¿Cuál es el lugar de la ciudad en la educación de la infancia y la adolescencia?, ¿Cómo incorpora la escuela la vida de la ciudad con su complejidad, su integralidad y sus problemas en el currículo escolar? ¿Cómo hacemos del aprendizaje en la ciudad un elemento básico para el compromiso y el servicio a los demás? ¿Cómo se asume que el aprendizaje se extienden a lo largo y ancho del vivir y convivir en todos los espacios y tiempos que nos ofrece la ciudad?

Muchos creemos que ya es hora de que la escuela y el municipio se reconozcan mutuamente y se propongan construir juntos la educación y la vida en común que queremos.

 Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/12/16/la-escuela-en-la-ciudad-educadora-hoy/

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Inaugura presidente dominicano dos centros educativos

Centro América/República Dominicana/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina

El presidente dominicano, Danilo Medina, inauguró hoy dos centros educativos: la escuela primaria Profesor José Rafael De la Rosa Hernández, y el Liceo Santo Tomás de Aquino.
La nueva primaria cuenta con 27 aulas y tiene además laboratorio de Informática, rincones tecnológicos, biblioteca, espacios administrativos, salón de profesores, enfermería, cocina-comedor; plaza cívica, huerto escolar y dos canchas deportivas.

El liceo secundario consta de aulas, laboratorio de Ciencias y de Informática, biblioteca, espacios administrativos, salón de profesores y de orientación, enfermería, cocina-comedor; plaza cívica, huerto y dos áreas deportivas.

Inaugurados en el sector de Los Tres Brazos, en el municipio de Santo Domingo Este, los centros incluyen Jornada Escolar Extendida (doble sesión de clases con alimentación incluida) y benefician a mil 750 estudiantes.

Con la entrega de estos dos planteles, el Gobierno ha entregado 129 centros educacionales sólo en la provincia Santo Domingo, con dos mil 886 aulas, que benefician a 92 mil 680 estudiantes, de ellos 34 mil 860 alumnos del municipio Santo Domingo Este.

El discurso central del acto fue pronunciado por el ministro de Educación, Andrés Navarro, quien destacó que estas dos obras complementan otros dos centros de nivel básico y una instancia infantil previamente construidas en esa comunidad, y en conjunto constituyen una ciudad educativa.

Estos centros en su conjunto van a permitir que los niños de Los Tres Brazos, desde su nacimiento, pasen nivel por nivel en el nuevo sistema educativo que desarrolla el país en cada comunidad para que dentro de unos años República Dominicana cuente con mujeres y hombres mejor preparados, más productivos, dedicados al desarrollo de la nación, puntualizó.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=56181&SEO=inaugura-presidente-dominicano-dos-centros-educativos
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Gobierno boliviano organiza abasto de agua en unidades educativas

América del Sur/Bolivia/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina 

El gobierno boliviano coordina hoy acciones para abastecer de agua a centros educativos afectados por el racionamiento del vital líquido en esta ciudad.
Los ministerios de Salud y Educación trabajan de conjunto con vistas garantizar el almacenamiento y la calidad del fluido destinado al consumo humano.

La entidad sanitaria prevé realizar muestreos para verificar el estado del agua distribuida por cañería y la almacenada en tanques o cisternas.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, Daniel Cruz, las muestras serán evaluadas por especialistas para determinar el nivel de cloro y además se les realizará un examen bacteriológico.

Bolivia sufre en la actualidad los efectos de una fuerte sequía, considerada la más intensa en los últimos 25 años y ocasionada por el cambio climático.

Ante la delicada situación en varios departamentos del país, el gobierno dispuso de algunas medidas para garantizar el abasto equitativo del vital líquido.

La ubicación de tanques fijos en zonas vulnerables y el abastecimiento de agua mediante cisternas son algunas de las acciones realizadas para aminorar los efectos de la sequía.

Creado por iniciativa del presidente boliviano, Evo Morales, el Gabinete del Agua dirige la distribución del vital líquido y la colocación de depósitos en las regiones afectadas por el fenómeno natural.

Esta iniciativa reitera el alto nivel de compromiso del Ejecutivo con el pueblo, afectado por una severa sequía desde noviembre pasado.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=56190&SEO=gobierno-boliviano-organiza-abasto-de-agua-en-unidades-educativas
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Bullying: en España la Fiscalía pide proteger a 12 niños

España/12 enero 2017/Autora: Carina Farreras/Fuente: La Vanguardia

El año pasado, la sección de menores de la Fiscalía informó al Departament d’Ensenyament de que doce niños menores de 16 años estaban siendo objeto de acoso escolar por parte de compañeros, de su misma edad o alumnos de cursos superiores. Con este requerimiento, el ministerio informa a la administración de la situación que vive la víctima, según la denuncia recibida, y pide que se tomen medidas urgentes para protegerla.

Tres de los menores tienen menos de 12 años y cursan primaria, mientras que nueve se encuentran en la etapa de educación secundaria obligatoria (ESO). Según Ensenyament, los centros escolares a los que asisten los chavales han aplicado ya el protocolo de intervención en caso de acoso que se basa en la interrupción inmediata del maltrato (mediante vigilancia y tutorías), información a los padres de los chicos afectados (agresor y víctima) y actuaciones para normalizar la convivencia.

La judicialización de un conflicto entre iguales que obliga a la implicación de familias y centros suele ser el último recurso que utilizan los padres de una víctima que sufre el maltrato continuo de alguno de sus compañeros de colegio. Si el alumno agresor tiene más de 14 años, se somete a la ley del menor por la que puede ser ya juzgado, aunque por un magistrado especializado que cuenta con una amplia batería de medidas entre las que se incluye el internamiento, según fuentes de la Fiscalía.

“En caso de acoso escolar, intervenga la Fiscalía o no, debe actuarse de inmediato; es un problema que exige la intervención de todos los agentes de la comunidad educativa, director, profesores, psicólogos y familias”, señala la subdirectora de la dirección general de la Infància, Gene Gordó.

En los últimos años ha aumentado la concienciación social sobre el fenómeno del bullying, lo que ha destapado el nivel de conflictividad en las escuelas de las que las denuncias judiciales son la punta del iceberg. No obstante, las administraciones y las escuelas e institutos también han tomado conciencia del fenómeno, sobre el que en el pasado había más permisividad. Y tratan de detectar y, especialmente, prevenir el maltrato dentro y fuera de la escuela (ciberacoso).

ACTITUD ANTE LA VIOLENCIA ESCOLAR
ACTITUD ANTE LA VIOLENCIA ESCOLAR (Josep Ramos)

Ensenyament dispone de un protocolo en estos casos que sirve de marco de actuación a cada centro que, en función de su proyecto escolar y en virtud del decreto de autonomía, decide cómo actuar en relación con cada conflicto. Como norma general, siempre se informa a los padres, para que se impliquen en el proceso, especialmente los del abusador, y se pone en alerta al psicólogo del centro. En última instancia se expulsa al agresor. Si el caso es grave y media denuncia, la Fiscalía puede adoptar medidas cautelares, algunas tan determinantes como el alejamiento.

“Que un alumno se vaya de la escuela por un conflicto sería considerado un fracaso. No es lo idóneo. Los chavales deben saber que los problemas se resuelven”, indica Gordó, para quien la función de las escuelas es generar espacios amables. Así, “al chico que ha recibido un maltrato hay que darle una plataforma de seguridad para que pueda ir a la escuela tranquilo y se sienta seguro dentro del grupo”. Asimismo, necesita refuerzo psicólogo para restaurar su autoestima, “porque sufre y algo se ha roto en su interior”.

Del mismo modo, necesitan atención los chicos o chicas que han maltratado a un chaval. Los centros deben buscar las causas de su conducta y los motivos que le llevan a comportarse de forma lesiva para los demás. “Son víctimas también y la función de la escuela es educar”, señala la subdirectora.

Finalmente, el grupo en el que se ha producido el maltrato también queda afectado porque ha sido cómplice, testigo mudo de la situación, o bien ha ignorado lo hechos pero los ha conocido con posterioridad. Por tanto, se adoptan medidas para fortalecer la base convivencial y dar recursos para que puedan implicarse en el futuro. Talleres para mejorar la gestión de las emociones, tutorías entre iguales, tutorías individualizadas, medidas restauradoras, mediaciones, orientación psicológica… Las escuelas optan por la forma de resolver los conflictos de puertas adentro, pero deben trabajar también de puertas afuera, con las familias, ya que la coherencia en el mensaje que se transmite a los alumnos es fundamental, según Gordó. Se exige así la implicación de los padres. “Algunas escuelas animan a los padres a firmar una carta adicional después de cada reunión en la que se recoge las propuestas de actuación”.

El acoso afecta por igual a centros públicos que concertados y se encuentra en cualquier tipo de escuela de entornos favorecidos o desfavorecidos. En cuanto a se-xos, los hombres muestran comportamientos de mayor violencia, especialmente física y verbal, aunque se están incrementando las faltas cometidas por chicas a través de las redes sociales. “La tecnología intensifica el sufrimiento de la víctima que ve repetida la agresión en las redes sociales”, indica Gordó.

El acoso escolar es un maltrato físico o verbal que se produce entre compañeros de forma reiterada durante cierto tiempo. La causa, sin ser significativa para la gravedad del comportamiento, suele ser originada por un aspecto diferencial de la víctima (género, sexualidad, etnia…). Adopta diferentes formas como lesiones físicas, agresiones verbales, sociales o digitales. E incluye amenazas, intimidaciones, coacciones, burlas, insultos y robos de objetos. A veces, tras el anonimato.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170110/413221655044/bullying-acoso-escolar-fiscalia-proteger-12-ninos.html

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