Educación
La educación, otra víctima más de la violencia en Haití
Por Milo Milfort/Puerto Príncipe (EFE).-
La educación es otra de las muchas víctimas de la violencia en Haití: las escuelas son objetivos de las bandas armadas, refugio de desplazados y los alumnos pierden decenas de días al año de horas lectivas.
Y, si hay algo en lo que creen los haitianos, es en la educación. Los padres prefieren pasar hambre para gastar el dinero en la educación de sus hijos, apuestan por ella para salir de la pobreza y contribuir al progreso de Haití, como queda patente con el dicho ‘Si la escuela vale algo, la nación lo vale todo’, pues se considera que, cuando la escuela no funciona, el país se paraliza.
En el pasado las escuelas se conservaban y respetaban, pero ahora se están convirtiendo en objetivo de bandas armadas. Profesores, alumnos y directores han sido secuestrados y asesinados y muchos centros educativos han sido blanco de tiroteos, saqueos e incendios.
En 2023, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estimó que la violencia armada contra las escuelas deHaití se había multiplicado por nueve en un año.
Ejemplo de ello es una escuela cuyas paredes están plagadas de agujeros de bala de todos los calibres en el barrio de Cité-Soleil, en la zona de Brooklyn, centro de un conflicto entre dos coaliciones armadas que luchan por controlar el territorio.
“Se puede ver lo nueva que es nuestra escuela, pero tenemos que abandonarla y dar clase a los niños en un espacio estrecho”, dice la responsable de una institución humanitaria que trabaja en Cité-Soleil, donde miles de personas viven en la miseria extrema, lejos de servicios básicos como el agua, la electricidad y la sanidad.
Las escuelas se vacían
La educación en Haití ya no es la misma, se deteriora, por lo que las escuelas tienen que revisar su funcionamiento, reinventarse o desaparecer, lo que repercute en el rendimiento escolar.
Michelle, que se dedica a la enseñanza desde hace al menos diez años, puede dar fe de ello: “Hacemos muy pocos ejercicios. Solo nos centramos en lo esencial. Es como si preparáramos a los niños para los exámenes, mientras que antes la escuela preparaba a los niños para la vida”.
“Organizábamos días de recreo y días llenos de color. Dada la situación del país, ya no podemos hacerlo. Antes podíamos hacer visitas, llevar a los niños a sitios históricos, pero ya no podemos hacerlo. Ya no es posible por la inseguridad”, afirma Michelle, quien se queja de que hace dos semanas que no puede dar clase ni llevar a su hija a la escuela.
Educación en Haití, bloqueada por la brecha de desigualdad
Para suplir las carencias y seguir funcionado, algunas escuelas recurren a la tecnología, como los grupos de WhatsApp o las plataformas de aprendizaje virtual, pero en un país donde solo alrededor del 25 % de la población tiene acceso a la electricidad y donde la alimentación prima sobre otras necesidades lo que esto hace es crear desigualdades.
“Los deberes que se dan en la escuela exigen que los niños investiguen en internet. Se dan muy pocas clases. Ya no se trabaja los sábados”, explica a EFE Sandrine, una joven educadora.

Además, las escuelas y también las universidades se enfrentan a una importante pérdida de alumnos en los últimos años, o bien disminuye la cifra de matriculados o bien el número de estudiantes que van a diario a clase se reduce jornada tras jornada. La culpa de ello la tienen los ataques de bandas que obligan a las familias a abandonar sus casas y los programas humanitarios que facilitan a los haitianos la salida del país
También escuelas y universidades se están vaciando de profesores que optan por abandonar el país. Además, unas familias cada vez más empobrecidas no pueden mandar a sus hijos al colegio.
El fracaso escolar
La vida ha cambiado para los alumnos, que pierden decenas de días al año de clase con el consiguiente impacto en el nivel escolar. Cuando no son las bandas las que ocupan los colegios, lo hacen los desplazados que huyen del terror de las bandas armadas (hay más de 300.000 desplazados, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones).
Tampoco se ven ya imágenes antes habituales, como cuando caía la noche a finales de año y los estudiantes se preparaban para los exámenes finales u oficiales bajo las torres eléctricas y en las plazas públicas. Ahora, cuando cae la noche, las calles se vacían.

A ello se une unos alumnos cada vez menos motivados e interesados, lo que provoca un aumento del fracaso escolar.
La infancia ya no es la misma. Vive al ritmo de los disparos, los desplazamientos forzosos y la pérdida de sus padres. En la escuela, las calles y los barrios, los tiroteos forman parte de su vida cotidiana. Ahora los niños no necesitan estar enfermos o que lleguen los fines de semana para no ir al colegio, simplemente muchas veces no pueden acudir.
*Foto de portada:
https://efe.com/mundo/2024-03-20/la-educacion-otra-victima-mas-de-la-violencia-en-haiti/
Libro: Internacionalización universitaria y movilización política (PDF)
Introducción
La internacionalización solidaria, el derecho a la universidad y la sociedad pospandemia
Apenas estamos saliendo de una pandemia que trastocó todos los órdenes de la vida, con consecuencias aún imprevisibles. En el terreno de la educación superior, entre otros cambios, obligó a la rápida virtualización de la enseñanza y el aprendizaje, lo que forzó su desenvolvimiento en contextos no siempre adecuados para llevar adelante ese proceso, sometió a les docentes y otres trabajadores de la universidad a cambios acelerados en sus lugares y modos de trabajo y, probablemente, naturalmente realizó vectores de desarrollo que hasta el momento prepandémico habían sido los espacios privilegiados de la expansión mercantil de los estudios superiores.
La ampliación de los modos de acceso a distancia a distintas actividades académicas (clases, reuniones, cursos, seminarios, congresos, etc.) y la potenciación que con ella obtuvieron algunas de las corporaciones tecnológicas que dominan la economía digital permiten imaginar que algunas tendencias, en particular la de la internacionalización mercantilizada y privatizada de la educación superior, se pueden ver fortalecidas, mucho más si se advierte el crecimiento de las fuerzas conservadoras y elitistas y el deterioro de las condiciones de vida de los sectores populares a nivel mundial.
A su vez, la pandemia puso en evidencia el rol estratégico que juegan y jugarán los conocimientos (tanto en su faceta científico-tecnológica como en los saberes humanísticos y artísticos) en el mundo que se está configurando. Hablamos de conocimientos que ya no son producidos en el gabinete o en el estudio, sino colectivamente, en red, en interacciones internacionales que se dan a través de múltiples plataformas colaborativas (independientemente de que esos resultados, incluso los financiados con fondos estatales, sean muchas veces apropiados por el capital privado).
En el encuentro, quedó en claro que el organismo dedicado a la educación y la cultura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está abocado a dejar atrás una idea que había plasmado de manera inequívoca en la primera conferencia (París 1998): que la educación superior es un bien público y un derecho no sujeto a regulación comercial. El modo en que fue convocada y organizada la conferencia (incluso se intentó realizar en 2021, cuando muchos países estaban aún con medidas de distanciamiento social, lo que hubiera implicado una representación más acotada menos democrática que la que tuvo), el modo en que se desarrolló, la incidencia que tuvieron en ella los factores mercantiles y concentrados y los alcances apenas testimoniales de los documen- tos resultantes advierten respecto a que UNESCO se encuentra más condicionada y alineada con el sector corporativo y mercantil, y con menos capacidad de acción para las coaliciones garantistas. Lo cual puede verificarse con solo mirar los auspicios y las actividades, mayoritariamente cooptadas por patrocinadores privados vinculados a la mercantilización.
se supo mantener en un contexto de oleada neoliberal en los gobiernos de la región el principio de que la universidad es un derecho humano universal y un bien público social, el Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe (IESALC) no solo decidió no llevar ese posicionamiento al seno de la Conferencia Mundial sino que incluso la participación de referentes de América Latina y el Caribe a través de IESALC fue muy reducida.
Por eso, creemos fundamental en este momento no solo retomar los problemas que el proceso de la internacionalización de la educación superior torna centrales sino hacerlo desde una historia y una perspectiva que las fuerzas democráticas de la región latinoamericana y caribeña han venido construyendo desde hace más de un siglo. Una perspectiva que les permitió, sobre todo durante los años de consolidación de los proyectos progresistas y nacional populares pero también al tener que enfrentar sucesivas reacciones conservadoras en sus países, solidificar una red de integración que sostenga y promueva una idea de universidad como derecho humano universal, bien público social y obligación de los Estados, un proceso de internacionalización basado en esos principios y una puesta en escena en el escenario global de un modo de pensar la educación superior que no pase por la mera competencia lucrativa.
En este marco, consideramos imperiosa la necesidad de seguir impulsando un modo solidario de internacionalización universitaria, que no acate acríticamente la demanda del hemisferio norte de que el resto del mundo se encadene a sus ritmos, sus temas, sus necesidades, sus modos de enseñanza y producción de conocimientos y sus mismas instituciones. Consideramos también que eso no solo se logrará con las políticas públicas sino, muy en especial, como se ha logrado hasta ahora: con la movilización social y con el constante trabajo académico de les actores de la educación superior. Este es el sentido político que nos interesa darle a este libro.
Comenzamos este libro con la exposición de lo que entendemos son las líneas principales que demarcan un “modelo” de universidad latinoamericana, que no necesariamente corresponde a una institución o un tipo de instituciones en particular sino, más bien, a un concepto que ha servido para modelar un horizonte de democratización. Entendemos que esta “idea de universidad” está en el trasfondo de lo que, como hito, nuestra región concretó en la Conferencia Regional de Cartagena de Indias en 2008 (CRES 2008): la definición de la universidad como derecho humano.
Descarga el libro completo aqui: Internacionalizacion-universitaria (5)
Argentina: Educación Pública. Acción estudiantil en la UNCuyo contra el ajuste en la Universidad.
Los y las estudiantes del Gran Mendoza que se vienen organizando en Interfacultades desde diciembre de 2023, realizaron dicha concentración dando difusión a la situación crítica de la Universidad e invitando a organizarse por mayor presupuesto educativo, contra el encarecimiento de la bandeja del comedor y por el boleto educativo gratuito. La misma contó con la participación de distintos sectores de la comunidad universitaria como docentes de FADIUNC y también delegaciones de la Asamblea de Trabajadores del CONICET y la Asamblea Cultural de Mendoza.
Es el primer inicio de clases durante la gestión del derechista Javier Milei. La novedad aquí no es el comienzo de la cursada, sino el duro ataque que sufre la Universidad Pública en apenas 100 días de haber asumido el gobierno “libertario”. Frente a decenas de estudiantes que concurren al comedor, referentes estudiantiles de diferentes facultades expresaron la preocupación por los recortes en curso y la incertidumbre que genera el hecho de no saber si el dictado de clases seguirá después de mayo. Plantearon la necesidad de seguir invitando compañeros y compañeras a ser parte de las Asambleas, para decidir entre todos y todas, de forma amplia y democráticamente cómo defender la educación pública y derrotar todo el plan de ajuste de Milei. También expresaron su solidaridad con los trabajadores municipales de Godoy Cruz que horas antes habían sido brutalmente reprimidos por la Policía de Mendoza mientras llevaban adelante un reclamo porque perciben salarios de indigencia.
Por su parte, desde la Asamblea del CONICET remarcaron la necesidad de unir las luchas de todos los sectores afectados y seguir apostando a la organización que le haga frente al brutal desfinanciamiento de Milei. Las y los estudiantes agradecieron el respaldo y quedaron comprometidos en seguir forjando lazos de unidad, manifestando la necesidad de que los centros de estudiantes se pongan a la cabeza de organizar al movimiento estudiantil, ya que “no podemos esperar, como nos proponen, mientras arrasan con nuestra educación y nuestras vidas”.
La defensa de los derechos humanos también estuvo presente y se manifestó la importancia de marchar el 24 de Marzo para conmemorar a los 30.400 desaparecidos y desaparecidas por el Golpe de Estado genocida del 76. En particular reivindicando a los estudiantes secundarios y universitarios que peleaban por el derecho a la educación y fueron perseguidos, torturados y desaparecidos por la dictadura militar que hoy quieren negar Milei y su vicepresidenta.
48 años después del golpe, retomar las banderas de los 30.400 por otra sociedad y en defensa de la educación pública es urgente.Con salarios docentes por el piso, becas y proyectos de investigación congelados, sumando la falta de mantenimiento y el congelamiento de obras edilicias, sin dejar de lado el aumento en los asuntos de la vida cotidiana como los alquileres, el boleto y la comida, el despiadado ajuste de Milei se encamina hacia una privatización encubierta de la educación superior. Acompañado, de la persistente exclusión de las y los jóvenes más precarios. ¿Cuántos pibes no van a llegar a cursar por estar ocupados buscando el pan?
Frente a esta situación de emergencia, los Centros de Estudiantes, conducidos por la Franja Morada y el peronismo, se mantienen ausentes. Sin embargo los y las estudiantes autoorganizados impulsan acciones y continúan exigiendo que sus “representantes gremiales” tomen una posición activa en esta lucha. El miércoles 20/03 convocan a una nueva Asamblea Interfacultades a las 18 hs en la explanada de la Facultad de Arte y Diseño (UNCuyo).
40% de niños venezolanos no asisten regularmente a clases: su futuro está en riesgo
Por: Valentina Cordova
Más de 2,6 millones de niños no asisten a clases con regularidad en Venezuela. Las aulas se están quedando vacías y así va aumentando la vulnerabilidad y se disminuyen las oportunidades de progreso para las futuras generaciones.
En Venezuela, los niños y jóvenes entre los 8 y 17 años sufren rezago escolar severo (un atraso educativo de dos años o más) y son 88% más probables de ser pobres en el futuro. Este es uno de los datos que la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) presentó el pasado 15 de marzo en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), donde se mostró una radiografía de las vulnerabilidades y desigualdades que vivieron los venezolanos durante el año 2023.
El problema educativo en el país es multidimensional y no solo abarca el rezago escolar, sino también a las infraestructuras que se caen a pedazos, la falla en los servicios públicos, los bajos sueldos de los maestros y hasta el pensum cambiante.

La crisis en el sistema es un reflejo de la ausencia de políticas públicas y la falta de presupuesto del Gobierno de Nicolas Maduro. La prueba es el monto que otorgó este 2024: del 100% del presupuesto nacional solo 10,25 % fue destinado a la educación, de los cuales solo el 2,6% fue para la educación universitaria.
Desde 2023 los economistas hablan de crecimiento económico y deflación y las personas tienen expectativas de progreso y mayor bienestar. Sin embargo, no se puede hablar de progreso ignorando la realidad de los millones de niños y jóvenes que viven desescolarizados, lo cual repercutirá en sus ingresos económicos y oportunidades laborales en el futuro.
Veamos las estadísticas que nos presenta Encovi al respecto: en promedio, las personas que no tienen nivel educativo perciben una remuneración de 1,25 dólares la hora, para los que terminan el bachillerato el monto sube a $2,62 la hora y los que tienen estudios universitarios pueden percibir $3,94 la hora o más.
No solo más pobres, también más vulnerables
El rezago, la deserción y la desescolarización no solo más pobre a la población de niños y jóvenes, sino también más vulnerables. El índice de vulnerabilidad propuesto por Encovi se centra en aquellas áreas que afectan la calidad de vida de los hogares.
El profesor Luis Pedro España, uno de los investigadores a cargo de la presentación, explicó que el 78% de la vulnerabilidad moderada o severa se concentra en el 30% mas pobre del país.

“Los hogares son vulnerables en mayor medida en aquellas áreas donde las condiciones son más difíciles de cambiar desde el ingreso de las familias”, agregó España. Durante el 2023, la educación ocupó el 5to lugar en el índice de vulnerabilidad de Encovi, afectando al 11% de la población.
Las personas que tienen mayor riesgo de vulnerabilidad son la población entre 6 y 17 años que no asiste a ningún centro educativo, los niños y jóvenes de 8 a 17 años con rezago severo y los adultos de 18 años o más que no completaron o tienen menos de los 11 años de nivel educativo.
Población escolarizada: aumentó, pero no lo suficiente
En 2023, según la Encovi, el porcentaje de la población escolarizada subió a 66%, lo que representa un incremento de tres puntos porcentuales en comparación con el 2022 y ubica al país en una cifra parecida de escolaridad a la que se tenía pre-pandemia.
En números esto representa que 7,61 millones de niños y adolescentes, entre 3 y 24 años, recibieron clases en el 2023 y aunque esto parezca una cifra alentadora realmente no lo es.
Si bien aumentó la escolaridad, esta no creció proporcionalmente con la demanda demográfica de niños y jóvenes que piden estudiar.Hay una brecha de casi 4 millones de personas que siguen sin estar escolarizadas y lo necesitan. Además, los investigadores de Encovi explicaron quede esos 7,61 millones de personas, el 40% (2,6 millones de niños) no asiste a clases con regularidad, una situación que aumenta el rezago escolar y por tanto la vulnerabilidad y la pobreza futura.

“Se trata de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes que faltan algunos días a clases, y casi el 50% de las razones aludidas con mayor frecuencia tienen que ver con la falta del personal docente por huelgas (30%) o por ausentismo (18%). Otras razones menos mencionadas, pero muy relevantes, tienen que ver con fallas en los servicios públicos y falta de comida en el hogar o la escuela”, comentó la profesora Anitza Freitez, también a cargo de la investigación.
Sin acceso a una educación de calidad, también se genera una brecha que minimiza la igualdad de oportunidades laborales y aumenta la pobreza. Durante el 2023, en Venezuela solo 1 de cada 10 niños o el 12% de la población estudió en una institución privada, lo que se traduce en 66% menos de probabilidades de que sean pobres a futuros.
Al contrario de lo que ocurre en los colegios públicos, con los cuales los niños aumentan en un 69% sus probabilidades de ser pobres solo por estudiar en este tipo de institución.
El rezago escolar: un detalle de lo que ocurre
No solo los niños y jóvenes no estudian, sino que cuando lo hacen muchas veces están atrasados al grado que por edad deberían estar cursando. Según lo reportado por Encovi, el rezago escolar aumentó en comparación con las estadísticas del 2019-2020. Entre los niños de 7 a 11 años subió de 32% a un 40% en el 2023, siendo predominante el rezago en las mujeres (37%) que en los hombres (34%).
Los adolescentes de 12 a 17 años sufren aun más rezago escolar, los hombres tienen un 55% de rezago de los cuales 18% es rezago severo (2 o más años de retraso). En el caso de las mujeres, el atraso en su escolaridad es de 46%.
Ante estas cifras la profesora Freitez manifestó que la población escolarizada con rezago severo hoy está en riesgo de quedar excluida del proceso educativo, si no se toman acciones.
En sus propias palabras: ¿por qué los jóvenes no continúan con sus estudios?
Además de las razones obvias como las fallas en el sistema educativo, en la encuesta Encovi los niños y jóvenes tuvieron la oportunidad de manifestar que razones los motivan o no a seguir estudiando. En el caso de los hombres entre 12 y 17 con deserción escolar, el 31% afirmó que dejan de estudiar porque deben salir a trabajar. Otras de las razones de peso entre este grupo de edad es que simplemente no quieren seguir estudiando, así lo aseguraron un 29% de los hombres encuestados y un 27% de las mujeres.

¿Por qué no quieren seguir estudiando? El 30% afirmó que no se sienten motivados por el ambiente escolar a seguir con sus estudios. Otra de las razones es queno les parece de utilidad lo que están aprendiendo en las aulas (25% de mujeres y 13% de hombres entre 12 y 17 años opina esto).
¿Y las soluciones?
Aunque el panorama es desalentador, los profesores encargados de la presentación de la encuesta Encovi propusieron algunas políticas públicas para dar respuesta y mitigar la crisis de escolaridad en Venezuela.
En primer lugar, plantearon que se diseñen estrategias que prologuen la permanencia de los jóvenes en la escuela y que luego de allí puedan tener acceso a primeros empleos. Además, instaron al gobierno a eliminar el horario escolar mosaico, donde los educadores asisten menos días a clases.
Para leer más sobre los resultados y las propuestas de la encuesta Encovi 2023, pueden hacerlo ingresando al siguiente enlace:https://www.proyectoencovi.com
https://elestimulo.com/educacion/2024-03-18/40-de-ninos-venezolanos-no-asisten-regularmente-a-clases-su-futuro-esta-en-riesgo/
El pánico y la educación
Por: Colectivo Dime
Asistimos, una vez más, a un intento de devaluación de la enseñanza pública por parte de quienes consideran que la nueva ley de educación está entrando en una deriva poco menos que de autodestrucción. Primero fueron las competencias, luego, el DUA, el uso de las tecnologías y, ahora, el trabajo por proyectos. Nada parece convencer a un sector del profesorado, especialmente de secundaria, que vive como una amenaza constante todo aquello que cuestione sus formas de hacer en el aula. Y, desde esta perspectiva, la respuesta es siempre la hipérbole y el pánico.
Un pánico que termina afectando a las familias, que asumen como propio un discurso negacionista que parece poner a sus hijos e hijas frente a las cuerdas, ante la más absoluta ignorancia, como fruto de la bajada de nivel. Se quejan de que la escuela es un laboratorio de experimentos para pedagogos chalados que están poniendo en riesgo el derecho a la educación con cosas tan peregrinas como el trabajo por proyectos o la codocencia. Y, al mismo tiempo, hacen que dimitan juntas directivas en bloque o tumban medidas que aportan recursos a comunidades educativas. ¿Eso no es desestabilizador para el alumnado y no pone en riesgo su formación?
Pero, analicemos levemente el panorama, porque la hipérbole no es un buen aliado de la realidad, y quienes hacen un uso torticero de ella en el ámbito de la educación o no conocen en profundidad las leyes y decretos que enmarcan las prácticas educativas o desconocen la realidad a pie de calle que se vive en las aulas. El contexto educativo en nuestro territorio es lo suficientemente amplio como para ser cautelosos a la hora de realizar aseveraciones monolíticas respecto a un modelo de enseñanza. Por ejemplo, afirmar que lo que sucede en un centro es lo que está sucediendo en el «sistema educativo» es, cuanto menos, atrevido. Cada comunidad autónoma goza de las competencias para manejar con cierto margen los recursos y el currículo. En este sentido, la frase «se está bajando el nivel», utilizada incluso por quienes tienen la capacidad de introducir cuantos elementos curriculares deseen en sus decretos autonómicos es, por decirlo de alguna manera, malintencionada. Y, en último lugar, los propios centros –e incluso cada profesor– pueden ampliar los mínimos a su gusto, que para eso existe la autonomía pedagógica, recogida también en la actual ley. Tenemos un currículo flexible que permite ajustarse a las necesidades de cada territorio y que, en muchos casos, requiere más de un adelgazamiento y profundización que de una prolongación del mismo, aunque en algunos aspectos lo requiera. Por no hablar de que la realidad social va cambiando y las necesidades también. No parece muy sensato querer seguir enseñando costura a las chicas actualmente, ¿no les parece?
Las leyes no cambian la realidad educativa de un país en unos meses. Se requieren años
De la misma manera que afirmar que el aprendizaje por proyectos pone en riesgo los pilares de la educación parece una afirmación poco ajustada a la realidad. En primer lugar, porque este método no es usado en nuestras aulas de manera mayoritaria, salvo quizás en etapas muy concretas, como pueda ser el caso de la infantil. Una utilización que, afirman los indignados, no es útil porque para el aprendizaje por proyectos se requiere disponer de un conocimiento profundo de los contenidos. ¿En qué se basan para decir esto cuando esta metodología ha sido apoyada y practicada por una larga tradición de educadores y educadoras, como Justa Freire y Rosa Sensat, entre otras, que han luchado en este país por la mejora de la educación, especialmente de los más vulnerables? ¿Se acuerdan de la conmovedora historia de Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar? ¿Dirían que el uso de los recursos tecnológicos y el trabajo cooperativo en sus aulas no fomentaba el aprendizaje entre sus discentes? ¿Era su modelo, basado en las técnicas de Freinet, un laboratorio de pedagogos o pretendía ser un espacio experiencial para que su alumnado pudiera construir y apropiarse de su propio proceso de aprendizaje? ¿Recuerdan a Antonio Machado y su maravillosa obra? ¿Una obra que sin la Institución Libre de Enseñanza, sin la forma de entender la educación de su maestro, Giner de los Ríos hoy, probablemente no podríamos disfrutar? Un canto al «docente comprometido», a las ganas de cambiar lo que no funciona, al profe sensible al entorno y las circunstancias del alumno, comprensivo, que está convencido de que la educación es y será siempre algo colectivo (la instrucción es justo lo contrario: individualista, personalista) y que, por lo tanto, es imprescindible llevarla a cabo en el contexto de lo común. Que hay muchos de estos y no hacen apología del apocalipsis en las redes sociales. Se parecen mucho al maestro que prometió el mar. Un modelo de educación que, dicho sea de paso, el régimen franquista vio cargado de ideología y se encargó de eliminar «porque los niños y niñas de este país necesitaban otra cosa para prosperar».
Otra de las afirmaciones en las que sustentan la decadencia de nuestro sistema educativo son los resultados PISA, una prueba que, curiosamente, está formulada desde una perspectiva competencial. Pero más allá de realizar un análisis sobre la necesidad de seguir avanzando en este sentido, la respuesta es que la Lomloe ha fracasado, cuando ni siquiera se había puesto en marcha aún en todos los cursos de primaria cuando se realizó la evaluación. Las leyes no cambian la realidad educativa de un país en unos meses. Se requieren años. Lo que sí nos dice PISA es precisamente que, en España, se trabaja poco de manera competencial y que el constructivismo brilla por su ausencia. Ni siquiera la evaluación ha dado los pasos para considerarse verdaderamente formativa, como plantea la actual ley. La norma parece ser más bien al sentido contrario: explicación, ejercicios (en clase o en casa) y examen.
Hemos llegado a leer que tienen hasta dos cursos de desfase respecto a épocas anteriores, una barbaridad que no se sostiene, entre otras cosas, porque las generaciones de estudiantes son incomparables. ¿De verdad alguien puede afirmar que los alumnos de los 80 tenían mejor competencia lingüística o digital que los actuales, por poner un ejemplo? Es ridículo.
El 80 % del profesorado ha recibido alguna agresión verbal o física por parte del alumnado o familias, decían recientemente ciertos sindicatos. ¿Qué tipo de agresión? ¿En qué contexto? ¿Hace cuánto tiempo? ¿Por qué los mismos que afirman que «educar» se hace en casa, contraviniendo con ello todos los requerimientos legales que se derivan de nuestra práctica profesional, sostienen que no tenemos herramientas para encauzar la violencia cuando tenemos valiosos planes de convivencia y, al mismo tiempo, reniegan de los equipos de orientación y prácticas como la cotutoría? ¿Qué interés hay en pintar una escuela donde, vista desde afuera, es poco menos que un caos violento e incontrolable?
Pintar una escuela pública donde sus alumnos fracasan a diario, donde el profesorado se encuentra acorralado entre la inspección y un alumnado agresivo solo provoca el pánico entre las familias y hace que, preocupadas por el bienestar de sus hijos e hijas, busquen otra alternativa en la privada. Las que puedan permitírselo, por supuesto, rompiendo con ello toda esperanza de una escuela en la que la diversidad se contemple como una oportunidad y no como un problema.
Necesitamos aumentar el gasto en educación, garantizar la estabilidad de las plantillas, disminuir la interinidad, mejorar las ratios, elevar la autonomía de los centros y la participación efectiva
Estamos convencidos de que la escuela es otra cosa. Mejorable, por supuesto, pero un reflejo de lo que vivimos en el día a día en nuestra sociedad. Y los retos a los que se enfrenta la comunidad educativa distan mucho de ser lo que se quieren dibujar con estas respuestas contundentes que buscan alarmar y que siempre ponen el foco en todo aquello que rompa mínimamente con el modelo educativo tradicional, aunque las propuestas siquiera sean tímidos esbozos. Estos retos pasan precisamente por hacerla más inclusiva, más cómoda para miles de niños y niñas que han sufrido durante años un modelo que les dejaba fuera. Y para ello, necesitamos aumentar el gasto en educación, garantizar la estabilidad de las plantillas, disminuir la interinidad, mejorar las ratios profesor-alumno, elevar la autonomía de los centros y la participación efectiva de toda la comunidad educativa, estrechar lazos de convivencia entre sus miembros, aumentar los espacios de coordinación entre el profesorado, incentivar la formación continua, garantizar el acceso a todo el alumnado eliminando las barreras a las que se enfrentan diariamente…
Estos y otros muchos son los verdaderos retos. Quizás sea necesario politizarlos, o lo que es lo mismo, canalizarlos políticamente para que realmente tengan un efecto real y positivo en la comunidad educativa y así evitemos que otros traten de aprovecharse del malestar que provocan con ideas reaccionarias y que poco tienen que ver con la mejora de la calidad de la educación.
Por último, a cualquier ciudadano que un día eligió la escuela pública para trabajar y/o para educar a su descendencia, que ha presenciado y compartido la lucha de muchas familias por hacer de esta un lugar abierto a todo el mundo, es inevitable que le duela profundamente ver estas afirmaciones infundadas o exageradas, avaladas por un sector conservador que solo busca el expolio de lo público en favor de lo privado. El vaciado de lo público para desviar recursos en sus espacios homogéneos, alejados del mundanal ruido, de las interrupciones constantes de la vida y de quienes habitan en ella y aprenden día a día a cohabitar estos espacios complejos, pero ricos en diversidad, convencidos de que son la esperanza de un futuro más humano y menos patológicamente competitivo.
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Argentina: Las universidades públicas del país van al paro
Este jueves pararán las federaciones de trabajadores de los claustros docentes y no docentes de las universidades públicas nacionales. La medida es respuesta a los fuertes recortes presupuestarios por parte del gobierno de Javier Milei. En Paraná se realizará una radio abierta para visibilizar el conflicto, confirmó a AIM la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Docencia Universitaria (Sitradu), Sofía Cáceres Sforza.
El paro “será muy importante, porque hace mucho tiempo que no había uno de todos los gremios y sindicatos de la docencia universitaria al que se plegaron, también, los no docentes”, indicó a esta Agencia Cáceres Sforza.
En ese sentido, la politóloga señaló que la medida “responde a la situación de emergencia y de crisis que está atravesando la universidad pública, donde aún seguimos sin respuestas en relación no sólo a lo salarial, sino, también, a lo presupuestario”.
En ese marco, confirmó que, en la capital entrerriana, como en otros puntos del país, habrá actividades, por lo que se realizará una radio abierta.
Plan de lucha
El viernes en el Congreso de la Federación Nacional de Docentes Universitarios Histórica (Conaduh) en Buenos Aires “se discutirá cómo viene la situación y la necesidad de construir un plan de lucha que efectivamente dé respuesta a la crisis y emergencia que tiene la universidad pública”.
https://www.aimdigital.com.ar/politica/las-universidades-pblicas-del-pas-van-al-paro.htm





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