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Los y las estudiantes no somos un simple número (calificación), sino algo más complejo (evaluación)

América del Norte/México/12-01-2020/Autor(a): Luis Miguel Alvarado Dorry/Fuente: El autor escribe para Otras Voces en Educación

Por: Luis Miguel Alvarado Dorry

En el contexto laboral de la jefatura de sector número 17 de educación primaria de la ciudad de Ocosingo, Chiapas, México, hablar de evaluación es muy complejo a partir de las realidades de cada uno de los integrantes que laboramos en ella, asimismo de los adscritos. Este centro de trabajo está ubicado en la cabecera municipal de Ocosingo, Chiapas, México tiene a su cargo 110 escuelas, la gran mayoría ubicadas en lugares muy marginados socioeconómicamente; atiende a cinco supervisiones escolares, cuatro dentro de la misma ciudad y una en el municipio vecino de Altamirano, Chiapas.

Las escuelas primarias que tenemos adscritas a esta jefatura de sector están ubicadas a lo largo y ancho del municipio de Ocosingo y municipios circunvecinos (Altamirano, Chilón, Oxchuc) la gran mayoría son en comunidades de difícil acceso por su accidentada geografía, pues éstas, se encuentran en las montañas del oriente del estado de Chiapas, México.

De lo anterior, estos municipios predominan grupos originarios que hablan en su lengua materna el tzeltal; por su diversidad cultural, geológica, social y económica, a los y las docentes monolingües (hablan en su lengua materna el español) se les dificulta mucho tanto adentrase a estos lugares, comunicarse con ellos y ellas, y aprender de sus costumbres, pues estos, generalmente son de otras partes del estado, a pesar de estas inclemencias que obstaculizan el proceso educativo, los y las docentes realizan un arduo esfuerzo por llevar a cabo su labor.

A partir de la siguiente premisa –los y las estudiantes no somos un simple número (calificación), sino algo más complejo (evaluación)- precisaré la problemática que emana sobre la evaluación en el ámbito educativo en un rinconcito de la selva lacandona. En una de sus definiciones de la Real Academia Española la evaluación es connotada como “examen escolar” (Española, 2018); una definición un tanto reduccionista por la complejidad que conlleva éste término en el ámbito educativo.

Lo cual, ha llevado a hacerme las siguientes interrogantes sobre la evaluación educativa desde mi contexto laboral: ¿Qué es evaluar? ¿Qué se evalúa? ¿Para qué se evalúa? ¿Cómo se evalúa? ¿Cuándo se evalúa? ¿Dónde se evalúa? ¿Para quién se evalúa?, que trataré no de definir por las complejidades de ésta, sino de acercarme un poco a las realidades conceptuales que los y las docentes tienen en esta época contemporánea impregnada de hegemonía y emancipación.

La evolución de la connotación de evaluación ha ido cambiando a lo largo de los años, en principio, en el medioevo se utilizó en el sentido de intereses del mercado, es decir, para examinar el valor de productos comprados-vendidos o trabajos terminados. Asimismo, se empezó a usar en China un instrumento excluyente para la selección de individuos inferiores y superiores, llamado “examen” (Ahumada, 2005).

En el México independiente, a mediados del siglo XIX la compañía Lancasteriana se posicionó como el centro más importante y único sobre acreditación del sector privado de su época, usando como instrumento el examen oral, este se trataba de la exposición oral de una persona (que necesitaba acreditación), sobre temas establecidos por este organismo, a personas confinadas a esta tarea (jurado calificador), enfocada más a recitar la información memorizada que a la comprensión, aprehensión y construcción de ésta (Ruíz, 2007).

En el México contemporáneo, el pasado sexenio se consolidó por decreto presidencial la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en el año 2002 (INEE, 2013) para medir, fiscalizar y dar a conocer resultados de los procesos del sistema educativo nacional diseñando baterías de pruebas estandarizadas dirigidos a docentes y estudiantes.

Lo anterior, con el hito de estimulación social y económica para los y las docentes, si los resultados de los y las estudiantes son favorables o idóneos, mientras que, los y las docentes, nos enfrentaríamos a una prueba estandarizada, punitiva y excluyente que, puso en juego el trabajo colectivo de base, en este sentido, no dista mucho de la conceptualización de la evaluación desde sus inicios, por el contrario, a mi perspectiva, a esto le llamaría calificar y no evaluar.

En pleno siglo XXI en el discurso del plan de estudios 2011 de educación básica aunque mencionan que la evaluación debe ser formativa y, que los y las docentes, deben indagar, obtener información, discernir y tomar decisiones para lograr los aprendizajes esperados en los y las estudiantes (SEP, 2011), al final debe sumarse todos estos elementos para asignar un número con el fin de acreditación, cosificando así al ser humano.

Por el contrario, la evaluación educativa va más allá de una simple asignación de valor simbolizado en un número que, explícita e implícitamente, tiende a ser excluyente, por lo tanto, es un proceso investigativo por parte de los y las docentes que, continuamente, recaban información pertinente de cada estudiante para luego analizarlos e interpretarlos (Álvarez, 2001), la evaluación entonces, busca la inclusión y la atención a lo diverso.

Ante ésta ambigüedad discursiva de la evaluación formativa, legitimada en las políticas públicas en educación, los y las docentes y, los y las estudiantes, se ven forzados a alcanzar estándares rigurosos a nivel internacional recomendados (o bien impuestos) por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2010), a la que nuestro país rinde cuentas.

Este organismo impone a su vez evaluaciones (exámenes) como instrumentos de control, particularmente el Programe for International Student Assessment (PISA), traducido por el INNE como “el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes” (Gobierno de México, 2015), a partir del año 2000 dirigidos a estudiantes con 15 años de edad, midiendo el rendimiento de las asignaturas de matemáticas, lectura y ciencias.

De lo anterior, se legitimaron otras evaluaciones en los niveles de educación básica y bachilleratos a nivel nacional como lo fueron los “Exámenes de la Calidad y el Logro Educativo (EXCALE), estos se rotaban cada “año grados (de 3º a 6º de primaria y de 1º a 3º de secundaria)”, midiendo la utilidad de las asignaturas de español, matemáticas y ciencias, hasta el año 2013, y la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) a partir del 2006 (SEP, 2014) y, el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA)  a partir del 2015 (SEP, 2019), dirigidos a estudiantes de tercero a sexto grados de primaria y de primero a tercer grados de secundaria, midiendo asignaturas de español y matemáticas en específico y, el último grado de media superior en lectura y matemáticas.

Se puede apreciar en los tres distintos exámenes que, en específico, solo miden el rendimiento en las asignaturas de español, matemáticas y ciencias, omiten las asignaturas humanas como artísticas y educación física, pero ¿por qué sucede esto?, sucede por las imposiciones que hacen los organismos financieros internacionales que jerarquizan las asignaturas donde predominan las ya mencionadas, las cuales, instrumentalizan las subjetividades ad hoc al consumismo de las innovaciones tecnológicas.

En esta disyuntiva, la concepción sobre evaluación que tienen la mayoría de los y las docentes de educación primaria de las escuelas adscritas a la jefatura de sector número 17 del estado de Chiapas, es menester con fines de acreditación, es decir, por lo general, evaluar para ellos(as) es saber qué tanto saben (memorización) los y las estudiantes usando los instrumentos tradicionales (exámenes o baterías de prueba estandarizadas) otras(os) incluyen las listas de cotejo y de asistencias para sumarlo con el porcentaje del examen estandarizado, pues así lo dicta el plan de estudios y las autoridades educativas inmediatas (directores de escuelas). Estas costumbres han llevado a una catástrofe educativa teniendo niños y niñas estresados(as), frustrados(as) y excluidos(as), la falta de compromiso investigativo de la mayoría de los y las docentes, los han llevado a ser cómplices de un sistema educativo que forma empleados, desempleados y consumistas infelices para la clase hegemónica contemporánea.

La mayoría de los y las docentes, ve a la evaluación como un rendimiento de cuentas que deben dar a las autoridades educativas de manera ascendente (dirección, supervisión, jefatura de sector, subsecretaría de educación, etc.), asimismo, por la exigencia de las familias de los y las estudiantes, alienándose y alienando así el proceso de evaluación formativa e integral al de examinación y fiscalización por la misma presión que presentan los y las docentes, esto es debido por no tener propuestas de evaluación formativa, o bien, por no salir del estado de confort. Asimismo, como método de control pues, la mayoría de los y las docentes, tienden a sentirse inseguras(os) cuando los y las estudiantes van compartiendo el poder dentro del salón de clases y las(os) desafían.

Por esta conceptualización que tienen la mayoría de los y las docentes, evalúan los conocimientos que los y las estudiantes van adquiriendo a lo largo del ciclo escolar según el programa de estudios vigente, es decir, aparentemente éstos evalúan el aprendizaje, omitiendo su enseñanza, como si estos fueran procesos separados. Como un ordenador donde se copia y pega la información, dejando a un lado lo que caracteriza al ser humano en esencia.

Al evaluar los conocimientos que tienen y adquieren los y las estudiantes a lo largo del ciclo escolar, la mayoría de los y las docentes, lo hacen con el fin de acreditación ahora de manera trimestral (antes era de manera bimestral) para promoción de grado, excluyendo así a estudiantes que por múltiples razones (mal alimentados, problemas emocionales, psicológicos y económicos, ritmos y estilos de aprendizajes, problemas cognitivos, metodologías de enseñanzas, entre otros) van quedando rezagados(as) y son estigmatizados(as) como no idóneos por el o la propia docente y por sus propios(as) compañeros(os), por lo tanto, no acreditan o acreditan con condiciones según las boletas de calificación que otorga el mismo sistema educativo. Evalúan para sancionar y fiscalizar el aprendizaje de los y las estudiantes, dando mayor énfasis a los errores cometidos y por ello son penalizados.

En este sentido, los y las docentes llevan a cabo una simulación de la evaluación formativa sea por ignorancia, o bien,  por mantener el estado de confort; para los y las docentes que se esfuerzan un poco más, llevan a cabo un registro de puntualidad, disciplina, asistencia, trabajo en equipo, trabajo individual, tareas escolares y extraescolares, puntuaciones de los exámenes (mayor porcentaje asignado), entre otros aspectos de manera continua, pero al finalizar el bimestre y el año lectivo, suman todos estos aspectos dando por resultado un número asignado a cada estudiante, los que no hacen ningún esfuerzo únicamente se basan en las baterías de pruebas estandarizadas que diseñan o compran en empresas encargadas de su elaboración, por lo que descontextualizan todo el proceso.

Los y las docentes les dan las fechas a sus estudiantes para la aplicación de los exámenes aproximadamente una semana antes para que estos(as) se preparen, pero, mientras más se acerca el o los días de exámenes, a los y las estudiantes les provoca una serie de emociones que, en lugar de motivarlos, los desaniman sintiendo ansiedad, inseguridad, estrés, frustraciones y desconfianza; en este contexto, los y las estudiantes tienen que prepararse cognitiva, psicológica y emocionalmente para hacerle frente a estas experiencias desde que entran en el nivel primaria, por lo tanto, éstos(as) se alienan a estas imposiciones que emanan del propio sistema educativo operacionalizado(a), por ignorancia o confort, por la mayoría de los y las propios(as) docentes.

Estos hábitos son internalizados en los imaginarios de las y los docentes, estudiantes, autoridades inmediatas (directivos) así como las propias familias, posicionando a la evaluación como un campo problemático donde se emplea mayor tiempo y energías  en obtener y otorgar una calificación que en el proceso de enseñanza-aprender (Álvarez, 2001).

Los y las docentes evalúan habitualmente en tiempos determinados por el mismo sistema fiscalizados por los directores, supervisores, jefes de sectores y familias, la fiscalización que me refiero es, a la entrega administrativa de un formato de promoción y acreditación de manera diagnóstica, trimestral (antes bimestral) y final y, las constantes rendiciones de cuentas que por lo general exigen las familias.

 En este sentido, de manera habitual, se realiza un examen diagnóstico estandarizado a las y los estudiantes que cobertura los aprendizajes esperados del grado anterior cursado, este se realiza al inicio de cada ciclo escolar con baterías de pruebas estandarizadas elaboradas, o bien, obtenidas de manera comercial, esta última se ha venido instaurando en los imaginarios colectivos de la mayoría de los y las docentes que, al parecer, se ha vuelto un hábito no solo la compra de planeaciones, sino también el paquete que incluyen los exámenes de cada período.

Si el examen diagnóstico estandarizado no es acreditado, la mayoría de los y las docentes, lejos de adecuar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje a las necesidades e intereses de sus estudiantes, éste(a) se angustia y da por hecho la información (un tanto memorizada) que traen estos(as), esta práctica excluye aquellas(os) que tuvieron dificultades en aprehender la información del grado anterior, por lo tanto, quedan rezagados(as).

Las y los docentes al momento de aplicar el o los exámenes llevan a cabo un hábito establecido de antaño, sientan a sus estudiantes en sillas formando filas y lo más separadas posibles, con el cometido de evitar que los y las estudiantes se copien unas(os) de otras(os); las mochilas y demás útiles fuera del alcance, únicamente con lápiz y borrador, provocando en los y las estudiantes desconfianzas y rivalidades en contra del o la docente, de sus compañeros(as) y de sí mismos(as), emociones que dificultan el verdadero proceso de evaluación.

En esta perspectiva fiscalizadora, excluyente y selectiva, la mayoría de los y las docentes evalúan para rendir cuentas a las sociedades, a las instituciones educativas (dirección de escuela, supervisiones, jefatura de sectores, subsecretarías y secretaría de educación), estas a su vez a organizaciones internacionales (OCDE, FMI, BM y BID), criminalizando así la propia práctica docente, es decir, se antepone la rendición de cuentas (administrativa) al verdadero proceso de evaluación (proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje) olvidando por completo las necesidades e intereses de los y las estudiantes, por lo tanto, culpan a los y las docentes del fracaso educativo.

A partir de estas cosmovisiones conceptuales y procedimentales del proceso de evaluación educativa de los y las docentes que trabajan en las escuelas primarias de la región Selva-Ocosingo adscritas a la jefatura de sector número 17, es evidente el modelo positivista y de la teoría del reflejo, donde solo transmiten, repiten y reproducen las mismas prácticas metodológicas y de contenidos estipulados en los planes y programas de estudios, con el hito de alienar a los y las docentes en la instrumentalización de su labor, omitiendo al docente investigador que llevan en su interior, por lo tanto, internalizan y normalizan hábitos menester del transmisionismo e “instruccionismo” (Mejía M. R., 2011).

En este contexto, la concepción y las prácticas evaluativas que llevan a cabo la mayoría de las y los docentes, preciso las siguientes reflexiones:

  • Evaluar no es solo poner un número que valore cosificando a las personas, por el contrario, la evaluación integral formativa es en esencia, una ardua y continua investigación de recogida de datos que se interpretan y se analizan para tomar las decisiones pertinentes de manera permanente para mejorar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje del acto educativo.
  • La evaluación formativa pondera la participación de las y los estudiantes, su empoderamiento, el trabajo colaborativo y permite la intervención oportuna de los y las maestras(os), de esta manera, formamos estudiantes con base en la justicia, se propicia la participación de todos los actores sin distinción, significando esto la atención intencionada a la diversidad.
  • Se evalúa no para generar empleados(as) y desempleados(as) infelices al sistema económico, sino para el desarrollo integral de las capacidades que caracteriza al ser humano: “cognitiva, afectiva, valorativa, volitiva, imaginativa, deseo, trascendente” (Mejía, Cendales, & Muñoz, 2016), para una vida plena y feliz.
  • Los conocimientos emanados del proceso dialéctico de enseña-aprende, el o la estudiante debe emplearlos en su vida cotidiana, si esto no sucediese, entonces el o la estudiante no aprendió, solo memorizó, es inherente que el o la estudiante emplee en su cotidianeidad lo aprendido para que este sea significativo.
  • Las herramientas de evaluaciones existentes como la observación, entrevista, diario de campo, diario del maestro, rubricas, portafolios, producciones, mapas conceptuales, autoevaluación, coevaluación, reflexiones, entre otras, son mínimas pero muy significativas a comparación de la riqueza que se puede suscitar en el proceso educativo, los y las docentes tienen el compromiso de construir alternativas para evaluar a los y las estudiantes, según sus intereses y necesidades.
  • El proceso evaluativo debe ser continuo y permanente para detectar deficiencias en el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, el “error” como punto nodal para la toma de decisiones y actuar oportunamente para que ese error se convierta en aprendizaje.
  • La evaluación como proceso de diálogo entre los y las participantes donde se escuchen las voces de las minorías, con el hito de construir y transformar sus realidades.
  • La evaluación como proceso que pondere el aprendizaje en los estudiantes y las enseñanzas del docente, asimismo el aprendizaje de los docentes y las enseñanzas de los estudiantes, ahí la dialéctica.
  • El contexto escolar, la cotidianeidad y lo humano como lugar de enunciación de la evaluación integral formativa.
  • La evaluación que tome en cuenta a los actores del proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje (estudiantes, docentes, familias, directivos, comunidad).
  • La evaluación como lugar de confrontación de saberes donde se dé cabida e importancia a los saberes particulares del contexto y de la historicidad de los y las estudiantes y del propio docente.
  • Una evaluación liberadora que tome en cuenta las negociaciones culturales y sus particularidades, ninguna sobre u oprimiendo a otras, por el contrario, a la par construyendo comunidades de aprendizajes colaborativas, cooperativas y participativas.

Referencias

Ahumada, A. P. (2005). Hacia una evaluación auténtica del aprendizaje. México, D.F.: PAIDÓS.

Álvarez, M. J. (2001). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid: Morata.

Española, R. A. (2018). Real Academia Española. Recuperado el 8 de enero de 2018, de http://dle.rae.es/?id=6o0yxYM

Gobierno de México. (02 de Febrero de 2015). www.gob.mx. Obtenido de Documentos. ¿Qué es PISA?: https://www.gob.mx/sep/documentos/que-es-pisa?state=published

INEE. (2013). Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. México, D. F.: INEE.

Mejía, M. R. (2011). Educaciones y pedagogías críticas desde el sur. Cartografías de la Educación Popular. La Paz: Ministerio de Educación. Viceministerio de Educación Alternativa y Especial.

Mejía, M. R., Cendales, L., & Muñoz, J. (2016). Pedagogías y metodologías de la educación popular. «Se hace camino al andar». Bogotá, Colombia: Ediciones desde abajo.

OCDE. (2010). Mejorar las escuelas: Estrategias para la acción en México. Resumen Ejecutivo. París: OCDE.

Ruíz, O. J. (2007). Retorno de la evaluación reduccionista y excluyente. Innovación educativa, 53-67.

SEP. (2011). Plan de estudios 2011. México, D.F.: Secretaría de Educación Pública.

SEP. (2014). www.enlace.sep.gob.mx. Obtenido de ¿Qué es ENLACE?: http://www.enlace.sep.gob.mx/que_es_enlace/

SEP. (2019). www.planea.sep.gob.mx. Obtenido de Planea: http://www.planea.sep.gob.mx/bienvenida/

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«Tenemos la gran responsabilidad de impulsar un liderazgo femenino»

Por: Observatorio de Innovación Educativa

Con información de Dulce Pontaza / Tec Review

Líderes universitarias de diferentes partes del mundo, compartieron los retos a los que se han enfrentado al ocupar puestos de poder en las universidades.

En el marco de la sexta edición del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) del Tec de Monterrey, Mamokgethi Phakeng, presidenta de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica); Eva Alcón, rectora de la Universitat Jaume I (España); Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad de Veracruz (México) y Silvia Giorguli Saucedo, presidenta del Colegio de México, reflexionaron sobre los retos y problemáticas que enfrentan las mujeres que ocupan puestos directivos en las universidades.

De acuerdo con datos proporcionados por Sara Custer, editora digital en el Times Hidgher Education, quien lideró el panel, de las 200 universidades más importantes del mundo, sólo 34 instituciones, es decir el 17 %, tienen mujeres líderes en puestos altos,  una tendencia que va a la baja.

“Hay un estereotipo de debilidad en las mujeres, de que no tienen el carácter para tomar las decisiones, que si no se muestran firmes como un hombre fuerte, no van a poder con una institución como las que presidimos. Son estigmas que ahí están, que los tienen tanto hombres como mujeres”, dijo Silvia Giorguli Saucedo, presidenta del Colegio de México.

En el caso específico de Sudáfrica, donde hay 26 universidades, sólo cuatro de éstas son lideradas por mujeres. “Cuando hablamos de la representación de mujeres en liderazgo en educación superior también nos tendríamos que cuestionar, nosotras que ocupamos estos puestos, qué hacemos al llegar ahí, porque una vez que se obtiene esta posición para dirigir una universidad es tu trabajo cambiar el statu quo”, apuntó Mamokgethi Phakeng.

“Siempre hemos ocupado puestos importantes, pero no nos asegura llegar a las posiciones de poder”

Por su parte, Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad de Veracruz, dijo que cuando una mujer ocupa un puesto alto en alguna universidad, en muchas ocasiones,  no es bien vista, un aspecto sociocultural que se debe trabajar y mitigar. “En la educación siempre hemos ocupado lugares importantes, pero no nos asegura llegar a las posiciones de poder”, agregó Ladrón de Guevara.

Eva Alcón, rectora de la Universitat Jaume I, señaló que llegar a estos puestos conlleva una gran gran responsabilidad de impulsar un liderazgo femenino. “Creo que sería un error que una vez que llegamos a posiciones de responsabilidad en las universidades copiáramos patrones que han sido tradicionalmente masculinos. El liderazgo femenino es un liderazgo orientado al cambio”. Alcón también señaló que el reto es animar a las mujeres a dar el paso, a no tener miedo y a cuestionarse por qué no pueden tener los mismos derechos y oportunidades que el sexo opuesto.

“Yo creo que ésa es la innovación que nos falta por lograr, la igualdad de oportunidades, la equidad de género es una innovación que tiene formar parte de nuestros sistemas educativos”, compartió la rectora de la Universidad de Veracruz. Agregó que las universidades son los mejores espacios para que las mujeres puedan expresar, discutir, reflexionar y hacer visible esta problemática.

Por último, las panelistas reflexionaron sobre la importancia de que las universidades promuevan el equilibrio entre la vida laboral y la familiar, no solo para las mujeres sino también para lo hombres, porque es importante tener más mujeres en el mundo laboral, pero también más hombres en el mundo doméstico.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/lideres-universitarias

Imagen: AI Leino en Pixabay

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“La lectura es una forma lenta, pero muy potente para cambiar el mundo”: Javier Cercas

“Estoy absolutamente seguro que los libros cambian nuestra percepción de la realidad”, añadió el escritor español, quien presenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara su reciente novela “Terra Alta”.

“La lectura es una forma de cambiar el mundo. Es una forma muy lenta, pero muy potente”, comenta en entrevista con Crónica Javier Cercas (España, 1962), escritor español que promociona en la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara su reciente novela Terra Alta, en donde narra cómo a Melchor, un joven de 18 años, lee desde la prisión Los Miserables, de Víctor Hugo y su vida cambia: decide estudiar para policía e impartir justicia, como Javert.

“Estoy absolutamente seguro que los libros cambian nuestra percepción de la realidad. Es cierto que en el caso de Melchor la revolución es total y absoluta, cambia su vida de arriba abajo, descubre su vocación, en fin. La lectura es un placer, pero el placer es conocimiento. Pongo el ejemplo del placer sexual, que es placer pero también conocimiento de ti mismo y del otro. La literatura es igual es conocimiento de ti mismo y de los demás”, indica.

En opinión de Cercas, es una forma lenta de cambiar el mundo. “Ésa es la magia de la literatura: que es capaz de revolucionarnos por dentro. A eso se refería Kafka cuando decía que los buenos libros son los que nos hacen daño, son aquellos –los únicos que merecen la pena leer–  que rompen el mar de hielo que llevamos dentro”.

La novela editada por Planeta, (y ganadora del Premio Plantea 2019) narra varios momentos de la vida de Melchor: su infancia cuando se preguntaba a diario quién de los clientes de su mamá podría ser padre, su ingreso a la cárcel, sus estudios como policía, su obsesión por saber quién mató a su madre y la investigación que hace del asesinato de dos empresarios en el pueblo Terra Alta.

-¿En qué momento un anhelo de justicia se vuelve un peligro?

-Esa es una de las preguntas esenciales del libro, ¿qué diferencia la justicia de la venganza? Ten en cuenta que los novelistas lo que hacemos es formular preguntas complejas de la manera más compleja posible y no las contestan de manera clara porque para eso están los ensayos. En el fondo la respuesta es la propia búsqueda de una respuesta.

“En el corazón de este libro hay una pregunta de justicia. Todo viene del hecho de que Melchor es un joven furiosamente sediento de justicia por motivos personales porque han matado a su madre. Eso lo define a este personaje y por eso se vuelve loco con Javert que es el teórico malo de Los miserables”, responde.

Para Javier Cercas la novela es una partitura y la interpreta cada lector a su manera. “En es consiste la magia de la literatura y Melchor es un ejemplo de ello porque donde todo mundo ve al malo, él ve al bueno porque tiene la visión del mundo en que los aparentes buenos son los verdaderos malos. Visión del mundo que recomiendo tener muy presente, él no soporta la hipocresía, entonces hay en él una feroz justicia que es tan salvaje que a veces se confunde con la venganza”, señala.

Uno de los personajes de la novela dice que la justicia absoluta puede llegar a ser la más absoluta de las injusticias, afirmación que sostiene el autor.

“Lo bueno llevado al extremo suele convertirse en malo. Melchor es un personaje que podría entender que vivir consiste en encontrar un equilibrio de valores. Esto los jóvenes lo entienden poco porque es complicado ver que lo bueno llevado al extremo es malo, que mi libertad llevada al extremo puede convertirse en tu esclavitud, que los mejores valores tienen que convivir con otros valores, que la verdad en algún momento es mejor no decirla”, indica.

-¿Los favores políticos que se hacen por patriotismo terminan arruinando vidas?

-Cuando una sociedad se divide todo va mal, tenemos problemas. Esto lo vemos por todas partes ahora y lo hemos visto en el pasado. Es está sucediendo en lugares civilizados del mundo como Reino Unido o Cataluña.

“En cuanto a la patria, el único sentido noble de la palabra que conozco es el de Miguel de Cervantes. Por ejemplo, Melchor encuentra una patria en Terra Alta pero no es una patria en el sentido político moderno y tóxico que hemos inventado y que provoca tantas catástrofes. Me refiero a una patria en el sentido de Cervantes porque es un lugar pequeño donde tienes tus afectos”, responde.

Por ejemplo, al final en El Quijote, Sancho y el Quijote llegan a su pueblo del que marcharon y cuando lo miran a lo lejos, Sancho cae de rodillas y se echa a llorar, añade.

“Dice: patria mía donde tengo a mi mujer y a mis niños. Eso es la patria, ese sitio pequeño que busca Melchor y que encuentra en la Terra Alta.  La patria es un lugar donde me siento libre eso dijo Voltaire y es un sentido noble e inofensivo que habría que reivindicar frente al sentido tóxico”.

Fuente de la entrevista: https://www.cronica.com.mx/notas-la_lectura_es_una_forma_lenta_pero_muy_potente_para_cambiar_el_mundo_javier_cercas-1139005-2019#.XeQJwhlFNxs.facebook
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España: Así es Inspira, el programa basado en pedagogía verde y educación emocional

Inspira es el nuevo programa para Infantil de tekman education, compuesto por proyectos que apuestan por acercar la naturaleza a los alumnos, el uso pedagógico del huerto y los espacios alternativos al aula, siempre dejando lugar a la creatividad, el juego y el instinto de los más pequeños.

Según datos ofrecidos por la Sociedad Española de Estudios de Ansiedad y Estrés, más del 10% de la población infantil sufre estrés; una realidad que muchas iniciativas y programas educativos ya están contemplando en sus materiales. Es el caso de Inspira, el nuevo programa para la etapa infantil de tekman education. Se trata de un programa que nace como una apuesta transformadora para conseguir una educación infantil de calidad, en línea con los objetivos planteados por nuevos enfoques educativos.

Basado en la pedagogía verde

Los últimos hallazgos de la neuroeducación confirman que en la etapa de Infantil las emociones como la frustración, la rabia o el estrés reducen la atención de los niños y, con ello, dificultan el proceso natural de aprendizaje. A su vez, se ha demostrado que el trabajo de la interioridad y los ejercicios para fomentar la relajación física y mental mejoran la atención y la predisposición de los alumnos.

Inspira: tekman education

En este contexto, la pedagogía verde y la educación emocional son posiciones pedagógicas innovadoras que apuesta por la autoconciencia del alumno y su bienestar como trampolín para un aprendizaje significativo. Inspira recoge estos beneficios y ofrece un programa globalizado basado en la metodología por proyectos, con unos objetivos de aprendizaje claros, motivadores y desde la perspectiva de las inteligencias múltiples; teoría pedagógica común en todos los programas de tekman education. Del mismo modo, integra de forma transversal contenidos de matemáticas, lectoescritura, inglés, música, conciencia emocional y corporal, expresión plástica y conocimiento del entorno.

El docente, guía

Las sesiones de Inspira ofrecen las herramientas necesarias para que el docente se convierta en un guía para sus alumnos. En todos los proyectos hay una apuesta clara por acercar la naturaleza a los niños, el uso pedagógico del huerto y los espacios alternativos al aula, siempre dejando lugar a la creatividad, el juego y el instinto de los más pequeños. El programa integra, además, el arte como medio de creación de realidades y expresión de uno mismo.

Inspira: tekman education

Propone actividades en las que el cuerpo adquiere protagonismo, haciendo que los alumnos despierten sus sentidos con ejercicios y dinámicas para trabajar el autoconocimiento y la relajación. tekman education ha diseñado bajo la premisa del rigor científico cada uno de los contenidos de Inspira. Para ello, ha contado con la colaboración de la Cátedra de Neurociencia de la Universidad de Barcelona y con el equipo del Método Eline Snel de meditación y educación.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/inspira-programa-basado-pedagogia-verde-educacion-emocional-tekman-education/121132.html

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Chile: Declaración en apoyo al conjunto de las y los estudiantes secundarios del territorio y de todas/os las/os perseguidos por el gobierno de Piñera tras la suspensión de la Prueba de Selección Universitaria en todo el país.

Como Foro por el Derecho a la Educación Pública FODEP, y en conjunto con distintas organizaciones de actores educativos, manifestamos nuestro más profundo apoyo y solidaridad a los y las estudiantes secundarias/os quienes se han movilizado representando valientemente el sentir de amplios sectores de pobladoras, estudiantes y trabajadores para impugnar la realización de la Prueba de Selección Universitaria. Y que por estas acciones han sido objeto de acusaciones y posibles querellas por parte del gobierno, así como de hostigamientos, amenazas virtuales y ataques en contra de su integridad física y psicológica, particularmente hacia los y las compañeras de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios ACES, miembros de nuestra coalición, quienes durante años protagonizan, entre otras organizaciones, las movilizaciones por el derecho a la educación en Chile.

La PSU se ha convertido en un instrumento evaluativo clave de la mantención del modelo educativo chileno neoliberal, por su rol en la segregación social y económica de la población chilena. Por ello, no vacilamos en rechazar la intensa represión sufrida por los y las estudiantes que se opusieron valientemente a una nueva aplicación de la prueba en todo el país. Jóvenes que representan las frustraciones y luchas de sus padres y familiares por no haber podido sortear con equidad este formidable escollo de desigualdad educativa y de involución social, tal como el sistema de universidades chileno, de implacable sentido mercantil, a pesar de los intentos de cambios cosméticos y de falsa gratuidad hechos entre los años 2015 y 2017.

Por estas razones, decimos fuerte y claro: No a la criminalización de los y las dirigentes secundarias de ACES y de todos las y los jóvenes, apoderadas/os y profesoras/es que se han movilizado en rechazo a la prueba segregadora. Exigimos al Estado y los organismos correspondientes la protección para sus vidas y de su integridad, no queremos más hostigamientos y amenazas, arriba los y las que luchan por una educación pública comunitaria, inclusiva, gratuita y plurinacional para todas y todos en todos sus niveles, incluida la Educación Superior.
¡No más segregación en la Educación!
¡No más PSU!

*Fuente: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfua20Pu8lzQbJqd3obI7GSel5L21dET54dxe1WZgiTs5KagQ/viewform

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¿Basta con lo que se aprende en la escuela para proteger el medioambiente?

Noticia/09 Enero 2020/DW

Muchos alumnos se manifiestan a favor de la protección del clima y la sostenibilidad desde el año pasado. Una norma de la ONU recomienda a diferentes países establecer los temas que se deben enseñar en las escuelas.

En noviembre de 2019, el ex ministro de Educación italiano, Lorenzo Fioramonti, anunció que él hará obligatoria la protección del clima en todas las escuelas públicas del país. Según el anuncio, los aspectos del cambio climático se enseñarán durante aproximadamente una lección por semana a partir del otoño de 2020. El objetivo es hacer de la sostenibilidad y el clima el centro del modelo educativo.

De hecho, Italia, Alemania y otros países se han comprometido a promover la «Educación para el Desarrollo Sostenible» (EDS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La EDS es uno de los «17 objetivos» que los estados deben aplicar de aquí a 2030 en el marco del Programa. Según la UNESCO, esto requiere, entre otras cosas, «la integración de la EDS» en los planes de estudio.

No hay un estándar para la educación climática

Gerhard de Haan, director del Instituto del Futuro de la Universidad Libre de Berlín y asesor de la «Plataforma Nacional para la EDS», asegura que «el cambio climático es un tema muy relevante porque nos afecta de manera central y cambia el mundo, por lo que es enormemente importante que se incluya en la agenda escolar».

Según de Haan, en algunas materias, como la geografía, el cambio climático está parcialmente incorporado en los planes de educación más recientes. Sin embargo, dice que no hay estándares sobre la intensidad con la que este y otros temas de sostenibilidad se enseñan en el aula.

Por su parte, Hilde Scheper-Golombek, una profesora de Biología en una escuela de Witten, en Renania del Norte-Westfalia, los temas ambientales son muy importantes. Sin embargo, asegura que normalmente no hay suficiente tiempo para profundizar en ellos: «La mayoría de las veces, sólo consigues lo que necesitas para el próximo examen. Y en la escuela superior, basamos nuestras lecciones en lo que sucede en el Abitur (examen de fin de estudios alemán)».

El cambio climático fue uno de los principales motivos de las manifestaciones sociales durante el año pasado. (imago images/J. Tack)El cambio climático fue uno de los principales motivos de las manifestaciones sociales durante el año pasado.

Información de los medios en lugar de la escuela

De Haan asegura que varios jóvenes y profesores se informan del tema a través de los medios de comunicación: «Cuando se le pregunta a los jóvenes si se habla de la sostenibilidad en el contexto escolar, pocos dicen que sí, pero más de un tercio dice que debería ser un tema central. Además, la mayoría de los estudiantes afirman haber obtenido su información de los medios de comunicación».

El tema aún no se ha incorporado firmemente en la formación de los profesores de manera continua. En el mejor de los casos, un profesor asiste a un curso de formación sobre sostenibilidad una vez.cada 5 años. No está claro si esto también incluirá el cambio climático.

16 estados federados, 16 enfoques

En Alemania, la soberanía sobre la política educativa recae en los 16 estados Federados de manera independiente. Cada uno decide por sí mismo qué prioridades se establecen en los planes de educación, con respecto a los objetivos para el desarrollo sostenible exigidos por las Naciones Unidas.

«Hay grandes diferencias en la forma en que los estados alemanes individuales abordan estos temas», explica Erika Takano-Forck, miembro de la «Plataforma Nacional para la EDS», donde participa en el foro de expertos sobre las escuelas. Takano-Forck habla de Baden-Württemberg como un ejemplo positivo. Ahí, la educación para la sostenibilidad ha sido nombrada uno de los cuatro pilares del sistema escolar. Renania del Norte-Westfalia ha adoptado su propia estrategia estatal de EDS.

No basta solo con hablar sobre el cambio climático, sino también actuar en su contra, es lo que algunos manifestantes demandan. (picture-alliance/NurPhoto/A. Widak)No basta solo con hablar sobre el cambio climático, sino también actuar en su contra, es lo que algunos manifestantes demandan.

Del conocimiento a la acción

Bruce Phillips, profesor de una escuela privada de Berlín, tiene una preocupación más. Según él, las escuelas no sólo deben impartir conocimientos sobre el cambio climático, sino también dar instrucciones para la acción en la protección del clima. Que eso falta en la mayoría de los libros de escuela.

«Hay consejos para la protección general del medio ambiente, por ejemplo, sobre el reciclaje. Pero no se puede combatir el cambio climático con el reciclaje». Phillips presentó su preocupación al Senado de Berlín, pero no se actuó para cambiar los libros. Ahora Bruce Phillips quiere acercarse a los editores de libros de texto directamente.

Según de Haan, algunos países como Corea del Sur, Escocia o Finlandia, están significativamente mejor situados que Alemania en términos de educación climática en las escuelas. Los planes de estudio de estos países se han revisado centrándose en las cuestiones de sostenibilidad. Para el año 2020, todas las escuelas de la región deben ofrecer una asignatura por año en la que se examinen acontecimientos como el cambio climático desde diferentes perspectivas, por ejemplo, histórica, geográfica y matemática.

Fuente: https://www.dw.com/es/basta-con-lo-que-se-aprende-en-la-escuela-para-proteger-el-medioambiente/a-51921543

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Entrevista a Nieves Tapia: “Hay municipios que reciclan porque los alumnos concienciaron a sus padres”

Entrevista/09 enero 2020/Autora: Elisa Silió/El país

La argentina Nieves Tapia recorre el mundo para fomentar la enseñanza a través de una tarea comunitaria

Hace 25 años Nieves Tapia empezó a buscar por toda Argentina, desde el Ministerio de Educación, escuelas que hiciesen aprendizaje-servicio —formarse a través de una tarea comunitaria— sin saber que la pedagogía lo llamaba así. Halló muchas y a partir de sus experiencias de educación solidaria cuenta que hizo la política. Hoy es una gurú de esta práctica que se cruza medio mundo para asesorar. Con este diario se entrevistó en el aeropuerto de Madrid, cuando viajaba a Pamplona para la entrega de los premios que entrega la Red Española de Aprendizaje y Servicio, la Fundación Educo y Edebé. “Un colega americano dice que este aprendizaje es la reforma educativa que siempre queda porque va de abajo hacia arriba. Los primeros en saber cómo funciona son los docentes y sus estudiantes. Y tiene razón”, argumenta la fundadora y directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS).

Pregunta. ¿Es buena idea que la asignatura sea optativa como se plantea en España?

Respuesta. El debate no está saldado. A los niños no les preguntamos si quieren aprender a leer y escribir, hacemos que lo aprendan porque lo necesitan. Para formar buenos ciudadanos el aprendizaje-servicio es muy adecuado. No habría razón para que no fuese obligatoria, pero no podemos forzar a los docentes a ser solidarios. Se puede convertir en algo que haces porque te mandan, como la mili. Una asignatura garantiza que exista un docente con tiempo para organizar el proyecto, pero en realidad es una forma de aprender todo: Biología, Historia…

P. ¿Cómo se involucra a niños ricos sin problemas en su realidad?

R. Impacta especialmente en los extremos de la pirámide social. Un niño de un colegio exclusivo me dijo: «Nos sirvió para salir del táper». Hay cosas que parecen normales hasta que las confrontan con otras realidades. Como cuando uno tiene contacto con un enfermo y valora más su salud. Es muy importante que los futuros dirigentes salgan del táper pronto. Hay un creciente distanciamiento entre los que tienen más y menos. Uno puede haber estudiado todas las estadísticas, pero es muy distinto cuando genera empatía con una experiencia de extrema vulnerabilidad.

P. ¿Y para los alumnos más desfavorecidos?

R. Les da una oportunidad de no ser el beneficiario, sino alguien que está en condiciones de ofrecer algo. Una de las primeras investigaciones que se hicieron en Estados Unidos hace muchos años concluyó que aprendizaje y servicio mejoraba un 10% el rendimiento escolar de los alumnos y en los más vulnerables entre un 15% y un 20%.

P. De hecho usted asegura que los mejores proyectos los hacen los escolares pobres.

R. Sí, los indígenas, las escuelas en las cárceles, la periferia… Lo único que tienen y pueden dar son sus conocimientos. Por ejemplo, en una escuelita en Puna, cerca de Bolivia, empezaron hace 20 años a estudiar en primaria cómo hacían sus ancestros incas para cultivar con tanta aridez y temperaturas extremas. Recuperaron el invernadero andino y, en un pueblito en el que la verdulería más cercana estaba a 40 kilómetros, produjeron verdura. El maestro y los niños capacitaron a los padres, pastores, y crearon una red de invernaderos familiares. En 2005 ganaron el Premio Presidencial de Escuelas Solidarias y con esos recursos cultivaron árboles para hacer un oasis. Me parecía demasiado ambicioso, pero 15 años después el maestro me mandó una foto desde el cerro y se ve el manchón verde.

P. ¿Cómo se propaga en Argentina?

R. En 1997 se introdujo en la secundaria no obligatoria y desde 2006 la Ley Nacional de Educación incluye el aprendizaje-servicio entre las innovaciones que el Estado garantiza que todas las escuelas puedan desarrollar de acuerdo a su proyecto educativo. Desde el ministerio se generó un fondo de recursos para estimular a los docentes.

P. ¿Qué ocurre ahora que ha bajado un 35% su presupuesto educativo?

R. En los últimos cuatro años no solo se recortó el presupuesto, sino que se subejecutó. Los estímulos sí se mantuvieron, un milagro que siga 25 años después en la Argentina. Pero, con una inflación del 70%, la contribución federal a los proyectos ha perdido impacto.

P. ¿Qué separa el aprendizaje servicio del voluntariado?

R. Una educación solidaria puede darse en cualquier voluntariado, pero el plus es que se programa con la comunidad qué aprender y cómo. Se ha vuelto a poner de moda aprender por proyectos y el aprendizaje servicio es uno de estos formatos, pero involucra a la comunidad.

 P. ¿No hay el riesgo de que el Estado haga una dejación de funciones?

R. Sí y los educadores tienen que ver qué cosas corresponden a los alumnos. Tenemos proyectos desde jardín de infantes. Hay registrados casos en los que, por mucho que el municipio lo intentó, hasta que los escolares no se pusieron a concienciar a los adultos no se logró que separasen la basura. Hay un lugar de colaboración con el Estado, lo que no podemos es usar a los niños como mano de obra barata.

P. Estos chicos son más activos políticamente.

R. Hay varios estudios que dicen que en Estados Unidos votan más y participan más en política y en voluntariado. Recuerdo a una chica argentina que vivió en la calle y se apuntó a educación para adultos a los 15 años en un centro con aprendizaje y servicio. Terminó la secundaria, se convirtió en la directora del banco de alimentación del barrio y ahora asesora a la intendente de su ciudad.

P. ¿Por qué el aprendizaje y servicio ha calado más en Sudamérica que en Europa?

R. En Reino Unido surgió casi al mismo tiempo que en Estados Unidos y en la época de Tony Blair había una asignatura obligatoria. Cuando empecé en el ministerio en 1997 las experiencias británicas eran referencia. Las escuelas alemanas tienen aprendizaje-servicio desde los ochenta, pero ha cobrado un nuevo ímpetu en los últimos años. Hay más conciencia de la necesidad de formar una ciudadanía participativa y solidaria y no una ciudadanía que sea cliente del Estado de bienestar.

P. ¿Va cambiando la temática de los proyectos?

R. Hay muchos de medio ambiente, de problemáticas de género pero también sobre qué está pasando en mi pueblo, mi barrio… Una escuela empezó una campaña de donación de órganos porque una docente muy querida falleció de cáncer y donó sus órganos. ¿Por qué se elige un tema y no otro? Depende de situaciones particulares de cada centro. En la República Dominicana durante la dictadura de Joaquín Balaguer se dispuso que toda la secundaria durante 70 horas tenía que contribuir a reforestar. No es lo mismo que te impongan la obligación que cuando surge del interés de la comunidad.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/12/31/actualidad/1577809325_089825.html

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