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Docentes rechazan normalidad en inicio año escolar en Puerto Rico

Centroamérica/Puerto Rico/15 Agosto 2019/Prensa Latina

La organización magisterial Educamos rechazó hoy la actitud del secretario de Educación de Puerto Rico, Eligio Hernández, cuando describió un cuadro de normalidad en el primer día de clases en el sistema público.
La presidenta de Educamos, Migdalia Santiago, dijo que no es posible que recibamos como si nada el recorte de 240 millones de dólares al Programa de Educación Especial por parte de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). Tampoco nos parece normal y aceptable, señaló, que se sigan manteniendo docenas de contratos con entidades que desvían los fondos que necesitamos en las escuelas hacia manos privadas.

La dirigente gremial agregó que mucho menos puede ser normal que mientras se hacen recortes en el Departamento de Educación ante la crisis, se le entreguen miles de dólares a empresas privadas a través de los llamados vales educativos, para que los alumnos se vayan a colegios particulares, y se haya intentado hacer lo mismo a través de las escuelas charter.

Santiago anotó que tampoco puede ser normal que aún no se le haya otorgado permanencia a los maestros vocacionales.

Consideró que ni el secretario Hernández ni la gobernadora Wanda Vázquez, ni ningún otro funcionario han dicho que acudirán ante la Junta de Supervisión Fiscal para reclamarle que no haya recortes al presupuesto de la educación pública y que se declare como un derecho y servicio esencial para el pueblo.

En todo eso parecen conformarse con lo decidido por la Junta fiscal, que constituye un ataque frontal contra nuestra educación y contra la Universidad de Puerto Rico (UPR), recalcó.

A Educamos le preocupa que mientras permiten eso con los fondos ya existentes, no estén dispuestos a utilizar parte para garantizar un aumento sustancial de salario al magisterio.

Precisamente, solamente para eso han dicho que es necesario acudir a la JSF, mientras para todo lo demás no actúan y lo ven como normal.

​La presidenta de Educamos insistió en que el Gobierno y Educación tienen que garantizar un salario básico de tres mil dólares al magisterio.

Demandan además el establecimiento, sin ambages, de la carta circular para la educación con perspectiva de género, rechazar los abusivos recortes a la UPR, a las escuelas públicas y al Programa de Educación Especial, dirigido a alumnos con ciertas deficiencias motoras o déficit de atención.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=298231&SEO=docentes-rechazan-normalidad-en-inicio-ano-escolar-en-puerto-rico
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Lección de lectura

Por: Pluma Invitada

Solemos alarmarnos ante los índices lectores en México. El INEGI reveló este abril que un mexicano lee en promedio 3.3 libros al año, y que hubo un decremento de lectores en los últimos cinco años. Pero ante esto, ¿Por qué es importante mejorar las cifras? ¿Qué beneficios trae fomentar una sociedad lectora?

Primero, los prácticos. La comprensión lectora es una destreza necesaria para el éxito diario: para entender las noticias, los contratos que firmamos, las bases laborales, y las tareas escolares. Sin comprensión lectora, además, no se puede acceder a los conocimientos superiores, pues para llegar a la verdad de los fenómenos requerimos documentación y minuciosos análisis, que se logran mediante la lectura atenta y eficaz.

Por otra parte, nutridos provechos se pueden obtener de la lectura que no es técnica ni académica, sino estética: la Literatura. El título “Lección de lectura”, lo tomé prestado de un libro de Mario Vargas Llosa (SNTE, 2014), compuesto por ensayos sobre la importancia de la lectura literaria.

En dicho libro, el Nobel de Literatura peruano nos recuerda que la literatura pule y ensancha la sensibilidad. Las historias de poemas, cuentos y novelas despiertan el amor, la misericordia, el temor, el enojo. Nos ayudan a descubrir maneras de emocionarnos, con lo que la vida adquiere más sentido.

 La literatura, con ello, también es una útil lección de Inteligencia Emocional. Explorando las emociones de las historias, aprendemos, poco a poco, a evaluarlas y  emplearlas de manera más provechosa, protegiéndonos de arranques pasionales que puedan perjudicarnos.

Vargas Llosa apunta que la lectura, con su filosa imaginación, nos ayuda incluso a impulsar vanguardias científicas, como lo logró Julio Verne. Y nos dota de lenguaje para describir mejor al mundo. Gracias a la literatura conocemos lo “Quijotesco”, lo “Sádico”, o lo “Maquiavélico”. El lenguaje es pobre y las posibilidades humanas limitadas, cuando se carece de obras literarias.

Por último, la literatura es un poderoso artefacto para ambicionar mundos mejores. Al leer, dejamos de aceptar la realidad tal como es, y la imaginamos como se pinta en las grandes hazañas librescas. Con Don Quijote, por ejemplo, vislumbramos un mundo donde es posible luchar por causas desinteresadas, dejando atrás fatigas y vicios, para ir tras un compromiso noble. Al imaginar y anhelar una vida así mientras leemos, nos convertimos en combatientes reales para su alcance.

Un país con poca lectura, se priva de estos y muchos más beneficios prácticos y espirituales. El hábito lector no se logra sólo con la donación material de libros (de hecho, la mayoría son gratuitos en Internet), sino con su fomento, partiendo desde las escuelas, donde debe ser obligatorio, pero también placentero y divertido. Hay sobradas maneras de lograrlo, sencillas y económicas. Para este arranque de ciclo escolar, obremos unidos en la causa.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/leccion-de-lectura/

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Papás, maestros, escuelas y normales: Lo que falta en las reformas educativas

Por: Eduardo Andere

El Congreso va a la escuela. Los legisladores revisarán pronto las iniciativas de leyes y definirán el futuro educativo para los siguientes cinco años, porque ya vimos que las cosas cambian cada seis. No está por demás recordarles lo que sirve y no sirve.

Mucho del rezago educativo no proviene de la escuela sino de la cultura. Por tanto, lo que sucede en casa es más importante que lo que sucede en la escuela. Los hábitos que los niños traen a la escuela, que tienen arraigo cerebral, son los que permitirán, o no, que la pedagogía funcione. Si los niños llegan a la escuela desnutridos, golpeados, con tensión tóxica y desinteresados, la pedagogía no puede hacer mucho. Por tanto, la nueva escuela mexicana no será exitosa por decreto, antes necesita una cultura de aprendizaje en el hogar. Por el lado de los maestros, el tema no es menos complejo.

El docente es el factor escolar que más puede impactar el desempeño de niños y jóvenes. Al igual que con los hogares, donde no necesitamos padres de familia con doctorado para que los niños aprendan, en la escuela no necesitamos a maestros finlandeses. En el primer caso se necesitan padres interesados y preocupados porque sus hijos vayan a la escuela y hagan sus tareas. En el segundo caso, se necesitan maestros que amen su carrera, reciban una buena formación y quieran actualizarse. Las normales son instituciones con arraigo histórico, político y cultural.

Cuando en 1983-84 Reyes Heroles les concedió el grado universitario lo hizo como reacción a la ola de cambios que se formó a raíz de la Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial en Educación, en Williamsburg, Virginia, en 1967, donde se urgieron recomendaciones tanto en la formación docente como en los currículos escolares.

En la década de los setenta la educación mundial empezó a cambiar. Las normales dejaron de ser escuelas vocacionales y se transformaron en instituciones de educación superior con tres tendencias: se transformaron en universidades como en el caso de Finlandia, se fusionaron a universidades como departamentos de educación y pedagogía como sucedió en Nueva Zelanda, o desaparecieron y, en su lugar, se crearon institutos de educación superior dentro de las universidades en las 32 academias en Francia, país al que se le atribuye el origen lejano de las normales.

Para mejorar la calidad de las normales es necesario darles el poder de una universidad, ya sea convirtiéndolas en universidades o fusionándolas. Como en el caso de Francia uno podría pensar que perderían autonomía, así sucedió con la reforma de los noventa, pero poco a poco las universidades reconocieron su importancia. Una escuela normal, per se, difícilmente podría competir con la riqueza del conocimiento universal que provee una universidad de calidad. Finalmente, debemos dejar atrás el concepto de un solo currículo para un país tan multicultural.

No es lo mismo educar a un niño en Las Lomas de la Ciudad de México que en la Perla, Veracruz. En lugar de pensar en currículos estandarizados para un mundo global, debemos transformar de tajo ese criterio por el de currículos locales, contextuales, indígenas o ecológicos, que respondan a la realidad de los niños y a partir de ahí llevarlos al mundo. Un currículo ecológico respondería no solo a las características del ambiente biológico donde viven los niños sino del ambiente cultural, económico y social en el que crecen.

De esta manera el currículo hablaría un “lenguaje” familiar, cercano y amable a los niños y jóvenes. Cuando estandarizamos a los niños y jóvenes los forzamos a perder su riqueza biológica y cultural indispensables para entender el mundo global. Es al revés: no es forzar la globalidad a la escuela, sino partir de la localidad hacia la globalidad.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/papas-maestros-escuelas-y-normales-lo-que-falta-en-las-reformas-educativas/

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El ébola desde los ojos de un niño de la República Democrática del Congo

África/República Democrática del Congo/15 Agosto 2019/El país

Dejar de ir al colegio, perder a sus padres o ser aislado del mundo exterior son algunos de los escenarios a los que se enfrentan los menores infectados por esta enfermedad en el país africano

Dejar de ir al colegio, perder a sus padres o ser aislado del mundo exterior son algunos de los escenarios a los que se enfrentan los menores infectados de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC): atacados por un virus que se cobra mucho más que vidas. «Esta es una enfermedad que da una vuelta de 360 grados a la vida de los niños y que a menudo devasta a familias enteras», explica Edouard Beigbeder, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en este país africano.

«Todo lo que es normal y rutinario cuando un niño enferma: ser cuidado, reconfortado y abrazado por sus padres se convierte en una sentencia de muerte cuando se trata de ébola», continúa Beigbeder, quien recuerda que el contacto directo con fluidos de familiares ya infectados es «una de las principales formas de contagio».

Al menos 527 niños han fallecido a causa de esta enfermedad, casi un tercio de las muertes totales, que alcanzan ya las 1.888, según las últimas cifras del ministerio de Sanidad congoleño, a 10 de agosto.

El ébola no solo trastoca la relación materno-filial de los afectados, sino que su impacto acarrea también secuelas psicológicas y un fuerte estigma social; situaciones ambas más difíciles de afrontar cuando se trata de menores.

«Un brote de sarampión, malaria o enfermedades transmisibles como la tuberculosis tienen una incidencia mucho mayor, pero el ébola es devastador desde un punto físico y psicológico», señala el psiquiatra de Médicos del Mundo Ricardo Angora. Muchos niños son testigos de la muerte de sus hermanos, progenitores y abuelos, esto es, de las personas que normalmente les prestan atención, alimentan y juegan con ellos. «[Otros] ven como se llevan a sus padres para recibir tratamiento y sufren un miedo y una ansiedad extremos al no saber cuál será el desenlace», concuerda Beigbeder en referencia al inevitable daño psicológico.

Hasta la fecha, al menos 1.185 menores se han quedado huérfanos a causa de esta epidemia —la décima y más mortífera en la historia de la RDC— y otros 1.939 han sido forzosamente separados de sus progenitores.

Precario sistema sanitario

Pero más allá del coste humano y psicológico, el ébola propina también un duro golpe al sistema educativo y sanitario del Congo, donde ambas estructuras son ya de por sí precarias y cuya atención pediátrica es casi inexistente.

Por un lado, interrumpe la escolarización de muchos niños en las áreas afectadas, con escuelas cerradas de forma intermitente y padres reacios a enviar a sus hijos al colegio por temor a que se contagien o porque deben cuidar en casa de algún familiar ya enfermo. Por el otro, causa también un grave impacto en unos servicios sanitarios escasos, restringiendo la atención médica regular —como el acceso a vacunas, por ejemplo, contra el sarampión— pues la mayoría de recursos son movilizados para combatir el ébola.

«Cuando los niños manifiestan síntomas de ébola a menudo experimentan problemas para acceder a los servicios de salud, ya que el conflicto crónico ha cerrado muchos de estos centros», confirma Xavier Crespin, responsable de salud para Unicef en la RDC.

Este brote de ébola, localizado en las provincias congoleñas nororientales de Kivu del Norte e Ituri, es también el primero que abarca una zona en conflicto, donde operan un centenar de milicias armadas y grupos de delincuentes comunes. «Y cuando las instalaciones sí que están abiertas, vemos que los niños pequeños llegan muy enfermos y a menudo es demasiado tarde para salvarlos», lamenta Crespin, que asegura que la deshidratación a causa de «los vómitos y la diarrea severos» provocados por el ébola es más rápida entre los niños.

El pasado 1 de agosto se cumplió un año desde la declaración de esta epidemia, que, con 1.888 muertos y 2.816 casos, personifica ya la segunda más mortífera en todo el mundo, tras la vivida en África Occidental en 2014-2016, que causó más de 11.300 muertos.

«Va en contra de cualquier instinto paternal no tocar a un hijo enfermo y, en cambio, confiar en extraños para que curen a tus seres queridos», resume Beigbeder sobre el mayor obstáculo al que todavía se enfrentan quienes cada día intentan erradicar este brote.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/08/12/planeta_futuro/1565601729_828601.html

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5 recursos didácticos para luchar contra la explotación infantil

Por: Laura Román

Conocer la vida de activistas referentes en la lucha contra la explotación infantil, visionar cortometrajes sobre esta temática o lecturas de libros pueden ayudar a introducir la problemática social del trabajo infantil en las aulas. A pesar de que ahora se celebra el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil, es una cuestión que puede ser debatida en clase en cualquier momento

El 16 de abril de 1995, y con tan solo 13 años de edad, el pakistaní Iqbal Masih fue asesinado por la mafia que controlaba la fábrica de alfombras en la que trabajaba desde los cuatro años de edad. ¿Cuál fue la razón? Su lucha por denunciar las duras condiciones laborales en las que se encontraban sus compañeros, niños como él.

Por eso, esta fecha fue elegida para conmemorar el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil. La historia de Masih, y la de otros muchos personajes reales o ficticios, puede ayudar a introducir esta problemática social en las aulas, fomentar el pensamiento crítico del alumnado y el debate en grupo.

A continuación, proponemos cinco recursos para que los estudiantes descubran más sobre este día y por qué es importante para los derechos de todos los niños.

1Un libro: ‘La historia de Iqbal’

La protagonista de este relato es Fátima, una chica que trabaja de sol a sol en una fábrica de alfombras, sin descansos ni apenas comida. Es ella la que cuenta la historia de Iqbal Massih, un joven del que se hace amigo y que comienza a trabajar en el mismo sitio. Aunque realiza su trabajo a la perfección, Masih lucha para acabar con la explotación y las condiciones en las que realiza su trabajo.

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2Un referente: Kailash Satyarthi

Este activista trabaja desde la década de los 90 contra el trabajo infantil a través de  una organización, Bachpan Bachao Andolan, que ayuda a los niños a escapar de las formas denigrantes de trabajo infantil que se producen en el mundo. En el año 2014 consiguió  el Premio Nobel de la Paz, que compartió con la también activista Malala Yousafzai.

3Un corto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

En este vídeo se muestra cómo afecta a los niños los conflictos bélicos o las catástrofes naturales y de qué forma tienen que sobrevivir. Muestra las situaciones reales de menores refugiados procedentes de Siria que se encuentran en el Líbano y cómo reciben distintas ayudas para mejorar su vida. Para ello, explica los distintos centros educativos que se han creado para ellos, cómo han participado las organizaciones internacionales y distintas ONG y cómo se consigue proporcionar un trabajo digno para sus familias.

4Una web: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo

Dispone de numerosas herramientas para tratar el tema de la explotación y pobreza infantil en el mundo. Entre ellas destaca el apartado Historias de Cooperación, donde se cuenta de qué forma ayuda la Agencia Española para sacar de la exclusión social a niños y jóvenes en el mundo, dándoles un futuro en los que la educación es la pieza clave. También sobresalen las alianzas españolas con otras zonas, como en América Latina, para acabar con el trabajo infantil antes de 2025.

5Una película: Slumdog Millionaire

Consiguió ocho premios Oscar en el año 2008 y cuenta la historia de Jamal Malik, un adolescente que vive en los suburbios de Bombay y que consigue participar en el programa de televisión ‘¿Quién quiere ser millonario?’. Cuando está a punto de alcanzar el premio final, la policía lo detiene acusado de hacer trampas. En esta película se trata, a través del protagonista, la pobreza en India además de las condiciones laborales de muchos niños que viven en esta parte del mundo.

Fuente de la reseña:  https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/luchar-contra-esclavitud-infantil/103838.html

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Arturo Montori, ilustre pedagogo cubano

Por: radioreloj.cu.

 

Hace 141 años nació en La Habana esa digna personalidad del magisterio cubano, doctor en Pedagogía, crítico literario y director e investigador en el campo de la educación, Arturo Montori y Céspedes.

Impulsar la enseñanza laica fue siempre un objetivo de ese habanero, quien fungió como profesor por oposición de la cátedra de Gramática, Composición, Literatura Española y Cubana de la Escuela Normal para Maestros de La Habana, donde llegó incluso a ocupar su dirección.

Montori viajó a España y al regresar obtuvo una plaza de maestro en un aula rural de Batabanó y llegó a ser inspector del distrito de Bejucal. Impartió conferencias en las escuelas de verano en diferentes asignaturas y sedes del país.

También formó generaciones de profesores, ejerció la enseñanza primaria y secundaria, y combatió las escuelas privadas y de segregación racial.

Introdujo el dibujo como enseñanza

Como investigador científico, a comienzos del siglo 20, Arturo Montori escribe artículos sobre la enseñanza del dibujo, el cual define como la combinación del adiestramiento de la mano y la educación de la imaginación y el buen gusto.

De su artículo publicado en la Revista Cuba Pedagógica, en diciembre de 1911, data el planteamiento: “Su gran alcance educador e innumerables aplicaciones prácticas son cada vez mejor apreciadas, y no hay exageración en decir que se encuentra colocada entre las que deben merecer una preferente atención por parte del maestro”.

Es cuando la enseñanza primaria presta especial importancia al dibujo, por el nivel de profundidad. Arturo Montori escribió otros textos en colaboración con Ramiro Guerra, con quien codirigió la revista Cuba Pedagógica, y redactó diversas publicaciones.

Fuente de la reseña: http://www.radioreloj.cu/es/noticias-radio-reloj/educacion/arturo-montori-ilustre-pedagogo-cubano/

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Cuando los niños se marchan, ¿qué queda después de un éxodo masivo de jóvenes de Puerto Rico?

Por: Clarissa Donnelly-DeRoven.

Este artículo sobre las escuelas de Puerto Rico lo produjo The Hechinger Reportuna organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la y la innovación en la educación. Inscríbase al boletín informativo de Hechinger.

SAN JUAN, Puerto Rico — En un día abrasador de febrero, Johanna Domínguez estaba sentada afuera de la clausurada escuela Pedro G. Goyco en Santurce, un vecindario de San Juan, Puerto Rico. Vestía una camiseta con una versión en blanco y negro de la bandera puertorriqueña como símbolo de luto y resistencia.

Domínguez había venido a hacer resistencia.

Había sido alumna de Goyco cuando niña y vivía a pocas cuadras de distancia cuando, en 2013, el Departamento de Educación cerró la escuela. “Escuché el último timbre de esta escuela”, dijo. “Me daba mucha tristeza ver la escuela cerrada”.

Johanna Domínguez rastrilla el césped en el patio trasero de la escuela Pedro G. Goyco.

Johanna Domínguez rastrilla el césped en el patio trasero de la escuela Pedro G. Goyco. Foto: Ankur Singh for The Hechinger Report.

 

Domínguez es parte de un grupo activista del vecindario que lucha por retomar la escuela abandonada y convertirla en un centro cultural y de arte comunitario. El edificio, que lleva el nombre de un médico del siglo 19 que era también periodista, abolicionista y político, es inmenso, con puertas de arco, ventanas de hierro forjado que se están oxidando y columnas griegas.

Domínguez hablaba por encima del ruido de un generador mientras los residentes entraban y salían llevando una manguera de agua a presión y tijeras para podar plantas. Vienen la mayoría de los sábados para limpiar el edificio poco a poco.

“Es una estructura preciosa, hermosísima y es una estructura histórica, tiene más de 100 años”, dijo ella. “Pero la verdad es que ha sido tan descuidadamente abandonada como nuestro sistema de educación”.

Goyco es una de más de 600 escuelas públicas en Puerto Rico que han sido cerradas en la última década. Aquí los activistas forman parte de un creciente grupo de residentes que se han movilizado para convertir las en toda la isla en centros comunitarios.

Muchas escuelas cerraron debido a la disminución de poblaciones estudiantiles. Pero, a pesar de la reducción de alumnos, las escuelas todavía servían un propósito secundario como núcleos comunitarios, los cuales los residentes están resueltos a recuperar.

Un éxodo masivo de residentes de la isla, sumado a una deuda enorme, ha impulsado los cierres de escuelas. Medio millón de personas se marcharon de Puerto Rico en la última década. Primero cuando el gobierno recortó servicios en un esfuerzo por tratar de pagar la deuda de 123.000 millones de dólares, y luego como consecuencia de la catástrofe del Huracán María.

En comparación con el año 2010, hoy hay casi 250.000 niños menos en las escuelas públicas de kindergarten al grado 12 en Puerto Rico, una reducción del 45%.

Taína Moscoso Arabía, una residente y activista en Santurce, dijo que el departamento de educación le indicó a los residentes en 2013 que Goyco tenía un bajo rendimiento.

Con la esperanza de elevar el rendimiento académico de los estudiantes, su organización, la Asociación de Residentes Machuchal Revive, o ARMaR, comenzó un programa para los niños de Goyco después del horario de clases.

Los activistas de ARMaR consideraron que si ellos podían ayudar a los alumnos a elevar sus grados, tal vez el departamento de educación mantedría la escuela abierta.

“¿En vez de hacerla [la escuela] efectiva, la solución era cerrarla? Para nosotros, esto no tenía sentido”, dijo ella. “Pero tratábamos entonces de contrarrestarlo con un programa, si esta era la razón”.

Sin embargo, en 2013, solamente 100 alumnos se habían matriculado en Goyco, y casi 2.000 niños menos que tres años antes vivían en el vecindario de 8,5 millas cuadradas.

Nilsa Otero Cordero, superintendente de las escuelas de San Juan, dijo en una declaración enviada por correo electrónico que la baja matrícula de Goyco fue la razón para cerrarla. Los niños de Goyco fueron enviados a cuatro escuela diferentes, pero debido a la continuada disminución de la población estudiantil, una de esas escuelas cerró también el año pasado, añadió.

Moscoso Arabía dijo que las familias tuvieron dificultades para encontrar transporte que fuera confiable y costeable para ir a sus nuevas escuelas. Muchos se mudaron a diferentes vecindarios, y algunos finalmente se marcharon hacia el territorio continental de Estados Unidos.

Entre recortes presupuestales y cierres, muchos maestros también se marcharon de la isla.

En 2009 Rossana Rodríguez-Sánchez era maestra de teatro de secundaria en Puerto Rico. Ganaba 1.500 dólares al mes y compraba sus propios materiales escolares. La escuela siempre sufría escasez de recursos, pero ella dijo que las condiciones de trabajo para los maestros empeoraron cuando el gobierno puertorriqueño aprobó la Ley 7, la cual permitía dejar fuera de sus empleos a casi 25.000 empleados públicos en un intento por reducir la creciente deuda de la isla.

Rodríguez-Sánchez permaneció empleada, pero le dejaron el mismo salario a pesar de que el número de los alumnos en su clase aumentó enormemente.

“Tenía unos 40 y tanto alumnos. No había sillas para todos. Tenía alumnos de séptimo, octavo y noveno grados todos juntos en una misma aula. Era una locura”, dijo.

Rodríguez-Sánchez trató de encontrar un empleo diferente, pero no pudo conseguirlo en la isla. En octubre de 2009 encontró trabajo en Chicago como directora residente de una organización de teatro juvenil.

“Cuando me fui tuve un gran sentido de culpa porque me había marchado de una escuela con un grupo increíble de maestros”, dijo. “Pensé que yo tenía la oportunidad de irme y ellos no. Tenían que quedarse. Y tienen que continuar trabajando en esas condiciones”. Diciendo esto, comenzó a llorar.

Cuando llegó a su nuevo empleo, el contraste fue fuerte. “Cuando llegué allí, me dieron una tarjeta de crédito y yo me quedé de una pieza. ‘Espere, ¿qué es esto?’ Y ellos respondieron, ‘usted puede comprar todo lo que necesite para trabajar con los jóvenes’”.

Sillas frente a un pizarrón en una de las aulas vacías de la escuela Goyco en San Juan.

Sillas frente a un pizarrón en una de las aulas vacías de la escuela Goyco en San Juan. Foto: Ankur Singh para The Hechinger Report.

 

Hizo una pausa. “Yo acababa de llegar de Puerto Rico, donde no tenía sillas para mis alumnos. Y de repente todo era completamente diferente. Era una inversión. Podía tener cualquier cosa que necesitara para que mis estudiantes tuvieran éxito”.

La escuela secundaria en la que ella trabajaba en Puerto Rico, Alcides Figueroa, cerró hace tres años. “Cuando vi que la escuela había cerrado, me sentí como que no tenía salida”, continuó, “porque no iban a traer más recursos. Eso no iba a ocurrir de ninguna manera. Así que era triste verla cerrada, pero era de esperar”.

La investigación sobre el impacto que tiene el cierre de escuelas en los niños y las comunidades no es definitivo, pero el efecto parece ser crecientemente negativo para niños y comunidades de bajos ingresos.

Estudios hechos a nivel nacional y en ciertos lugares específicos han demostrado que algunas veces el rendimiento académico de los niños mejora en sus nuevas escuelas. Otras veces, se reduce.

El libro de la socióloga Eve Ewing, Fantasmas en el patio de la escuela (Ghosts in the Schoolyard),cuenta la historia de un devastador cierre masivo en 2013 de 50 escuelas en Chicago, escuelas a la que asistían en gran medida alumnos afroamericanos de bajos ingresos. La autora llama “duelo institucional” a lo que le ocurre a las comunidades cuando las escuelas cierran.

En el pueblo afro-puertorriqueño de Loíza, los residentes convirtieron ese duelo en acción. Cuando la escuela del barrio, Parcelas Suárez, cerró hace siete años, el grupo Junta Comunitaria intervino.

Temían que si el edificio permanecía vacante, la gente iba a comenzar a usarlo como un nido de drogas. La Junta Comunitaria compitió con otras organizaciones para tomar el control de la escuela y, finalmente, la ciudad le concedió el acceso.

Cuando entraron a la escuela se sintieron tranquilos de no encontrar drogas.

Hoy, Parcelas Suárez está ocupadísima con actividades comunitarias: ferias de salud, intercambio de ropa, clases de educación para adultos.

Alexis Allende, un líder comunitario, dijo que los que todavía viven en el pueblo son principalmente personas mayores y otros con problemas crónicos de salud. Los esfuerzos comunitarios en Loíza aseguran que la antigua escuela sirve ahora las necesidades de los residentes que quedan.

Los activistas en Santurce abrigan la esperanza de crear un espacio similar de múltiple uso en Goyco, pero sus preocupaciones acerca del futuro de la escuela son casi opuestas a las de los residentes de Loíza. Dicen que la restauración y el consiguiente aburguesamiento se han acelerado en los últimos años. El ingreso promedio en Santurce se elevó en casi un 20% entre 2010 y 2017. Actualmente, Goyco está situado como un sándwich entre un edificio semi-demolido y un restaurante al aire libre que sirve platos de alto precio y café espresso.

Los turistas y los puertorriqueños más adinerados del cercano vecindario de Condado son clientes potenciales de los nuevos negocios. Los residentes dicen que los lugares tradicionales donde la comunidad solía reunirse han desaparecido, lo cual ha hecho más dolorosa la pérdida de la escuela.

Una voluntaria usa una lavadora eléctrica para limpiar una de las escaleras en la escuela Pedro G. Goyco de San Juan.

Una voluntaria usa una lavadora eléctrica para limpiar una de las escaleras en la escuela Pedro G. Goyco de San Juan. Foto: Ankur Singh para The Hechinger Report.

 

“La Calle Loíza siempre ha sido un área comercial, pero tenía negocios que servían tanto a nuestras necesidades”, dijo Moscoso Arabía. “Todo ha sido sustituido por restaurantes caros que no son para los residentes”.

Lydia Platón, otra activista en la lucha por transformar a Goyco, explicó que mediante la conversión de la escuela en un espacio cultural y de arte comunitario, los residentes están “tratando de revivir algo que nuestra calle ha perdido”. Añadió que un objetivo clave de su lucha es preservar el carácter del vecindario.

“Necesitamos que el edificio no se convierta en un hotel boutique”.

Funcionarios de la ciudad cedieron el control del edificio a activistas locales hace un año. Ellos co-administrarán Goyco junto con la ciudad de San Juan hasta 2020.

Los activistas usan la palabra “rescatar” para describir lo que están tratando de hacer con Goyco. A pesar de la reduccioón en la población infantil en el vecindario, miles de niños todavía viven en Santurce. Goyco ya no educa a los jóvenes en el sentido tradicional, pero los activistas tienen la esperanza de que si pueden llenar la escuela con programas para los que todavía quedan, podrán mantener la cultura de la comunidad de la Calle Loíza, a pesar de la llegada de nuevos residentes de más alto ingreso y de los negocios que los sirven, y convencer a más residentes de quedarse a largo plazo.

Cuando se le preguntó cuáles eran sus esperanzas para Goyco, Domínguez, la ex alumna de Goyco, respondió sonriendo: “¡Ay!”. Ella tiene muchas ideas: servicios de tutoría, una biblioteca, un teatro, una cocina, asesores, trabajadores sociales. Un sitio donde todos se sientan bienvenidos. “Sí”, dijo, “este es mi sueño”

Fuente del artículo: https://www.telemundo.com/noticias/2019/08/07/cuando-los-ninos-se-marchan-que-queda-despues-de-un-exodo-masivo-de-jovenes-de

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