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¿Por qué es necesaria una educación afectivo-sexual en las escuelas?

Por: Soraya Gahete Muñoz

Si preguntas a una clase llena de adolescentes podrás comprobar que la inmensa mayoría de los chicos ven porno. También te sorprendería qué entienden ellos por sexualidad y qué tipo de relaciones sexuales son las que han normalizado.

Cuando un alumno en una clase de tutoría te dice “¡profe, esa peli es la hostia!”, te debates entre verla y ver qué es lo que le parece a ese alumno “la hostia” o dejarlo pasar. En mi caso, decidí ver qué era eso que tanto entusiasmaba a este alumno pero que muchos otros compañeros (utilizo el masculino como debe usarse, solo para referirme a los alumnos chicos) coreaban igualmente emocionados.

La peli que es la “hostia” y que en seguida ya no me lo pareció, tiene por título 365 días. El título es inocente, la imagen que acompaña a la película no lo es tanto. Una mujer con cara de goce (o eso se supone) es abrazada por detrás por un hombre en clara actitud de posesión o por lo menos así lo interpreto. El breve resumen que acompaña a la película es más explícito. “Una mujer cae en las garras de un jefe de la mafia que la encierra y le da un año para enamorarse de él”.

No hizo falta más para que pensara que esa película no me iba a gustar, va en contra de muchas cosas que defiendo. Mi primera reacción fue quitarla; la segunda escribir este artículo para lo cual me ha tocado verla.

Ellas han de ser complacientes, discretas y sexys. Han de aceptar lo que les venga, lo que se les pida porque, como dicen en la película, resistirse es inútil

Empecemos por el breve resumen que ya es demasiado significativo. ¿De verdad alguien puede pensar que una mujer que es encerrada (por un jefe de la mafia o por el hombre más guapo del mundo, eso es lo de menos) se va a enamorar de su captor? ¡Ah, sí! Lo vi de pequeña en La bella y la bestia. También este fenómeno tiene un nombre, el síndrome de Estocolmo. La diferencia es que no es un hecho romántico o sexy como parece querer plasmar la película, sino que es una respuesta emocional al trauma sufrido por algunas personas víctimas de secuestros, abusos sexuales, esclavitud, violencia de pareja, etcétera.

Refugiadas, niñas, dinero… primeras palabras de la película; la cosa no mejora. Aparece una mujer que parece fuerte, ¿empoderada? ¡Vaya!, manda fotos subidas de tono y en las siguientes escenas ya se ha convertido en un objeto de deseo. Sale otra mujer, una azafata de vuelo, hasta aquí bien, pero ¡no! El mafioso la acosa, muy sutilmente, eso sí. Ella no opone resistencia, es más nos da a entender que le gusta. Hasta el momento solo se han reproducido unos cuantos tópicos machistas que suelen acompañar el discurso que legitima el abuso sexual, “lo estaba buscando”, “mira cómo iba vestida”, “pero si ella quería”.

¡Mira que lo había pensado! La mujer que parecía fuerte, ¿empoderada? La que enseguida se convierte en objeto sexual resulta que es la mujer que secuestra el mafioso y de la que ahora nos contarán su historia.

Resumiendo, el mafioso vio hace cinco años a esta mujer y se quedó enamorado (el famoso amor a primera vista, de nuevo metiendo mitos del amor romántico). Desde ese día no pudo quitársela de la cabeza y, claro, la buscó por medio mundo porque, como dicen, “el que la sigue la consigue”, quiera ella o no, ya que eso es lo de menos.

¿Estos modelos en qué sociedad nos convierte? En una donde el deseo individual (masculino, claro está), prima por encima del respeto hacia la otra persona

Sigue la película. ¡Venga, que la chica dice algo interesante! “No soy un objeto, no soy de tu propiedad”. El mafioso hasta ahí lo entiende porque tampoco es un cavernícola. Le ofrece un pacto, le da la posibilidad de enamorarse de él. ¡Qué gentil y considerado! Desde luego es que dan ganas de seguir viéndola. Continuamos… La empuja, le toca un pecho, pero ¡ojo! que dice que no la forzará, que no hará nada que ella no quiera. Eso sí, añade que mejor no enojarle, por lo que pueda pasar, entiendo.El mafioso tiene algo de moral, mata a otro mafioso porque trafica con niñas y eso, como dice él, no está bien. Totalmente de acuerdo con el mafioso, pero secuestrar a mujeres, me parece a mí que tampoco. ¡Bien! la chica tiene carácter, le contesta e incluso le pega. “Tienes mucho temperamento”, le dice el mafioso. Me da a mí que esto va a acabar como la obra de William Shakespeare, La fierecilla domada.

El patriarcado no solo oprime a las mujeres, aunque estas, sin duda, son las principales perjudicadas

Avancemos un poco. ¡Qué considerado! La lleva de compras y le compra todo lo que quiere. Si es que esa es la clave para conquistar a una chica, comprarle cosas. ¡Mira si es listo el mafioso! Este sigue con sus frases machistas, “a veces resistirse es inútil, lo mejor es aceptar la realidad”. ¿En serio? ¿Debemos aceptar la humillación, la violencia, el que nos traten como seres inferiores?

La cosa ya está casi conseguida. Parece que es ella la que tiene ahora el control de la relación, se deja hacer. Le ha dicho que tiene 365 días para enamorarse y ha caído en su juego ¿al tercer día? El argumento, si es que a eso se le puede llamar argumento, continúa con escenas en las que se alternan momentos en los que parece que ella tiene el control y, de hecho, lo provoca, quizá esto permita luego justificar lo del encierro, no sé; con escenas en las que él es el que controla “el juego” que están haciendo. “Haré lo que quiera contigo”, resume muy bien quién realmente tiene el control y el poder.

Las escenas de sexo explícito son constantes. Quizá una de las más interesantes es en la que él la ata a una cama, por supuesto, a la fuerza y después de decirle que hará con ella lo que quiera, añade que le va a enseñar lo que se pierde. Acto seguido entra otra mujer con la que mantiene sexo oral, pero ¡sorpresa! no es ella la que disfruta, es él. Es decir, lo que se pierde la chica es poder hacerle una felación a él, ¿en serio?

El análisis de la película daría para más, pero creo que con esto es más que suficiente para ver la necesidad de que las nuevas generaciones reciban una educación afectivo-sexual

Sigamos con la trama. Él continúa representando un modelo de masculinidad demasiado conocido y demasiado valorado, me temo, todavía en la sociedad. La salva de un hombre que la intentaba violar, aunque después la acusa de comportarse como una ramera, que es lo mismo que decir que se estaba buscando que la violaran. También se lanza de un barco para salvarla del mar, escena típica de película romántica. Por supuesto, de esto también la culpa a ella, “¿por qué me desobedeces?”. ¿Las mujeres tenemos que obedecer a los hombres? ¿En qué siglo estamos?

Y con esto ella ya se ha enamorado. Lo siguiente son escenas continuas de sexo, donde la violencia está muy presente. “Te voy a follar tan fuerte que te van a oír gritar hasta en Varsovia”, seguido de un “hazlo, por favor”. “Vas a ser mía te lo garantizo y voy a hacer contigo lo que quiera y cuando quiera”. “Imagínate a un hombre fuerte que siempre sabe lo que quiere, que te cuida y te defiende de todo el mundo. Cuando estás con él te sientes como una niña y hace realidad todas tus fantasías sexuales”. Estas son algunas de las frases que acompañan a la película. Esta, por cierto, acaba con la muerte de ella a manos de los enemigos del mafioso o eso da a entender porque recientemente han sacado la segunda parte, que, por supuesto, ya no voy a ver.

Necesitamos educar a las nuevas generaciones en una educación sexual que tenga en cuenta los valores éticos y morales

El análisis de la película daría para más, pero creo que con esto es más que suficiente para ver la necesidad de que las nuevas generaciones reciban una educación afectivo-sexual, ya que lo que están aprendiendo son estos modelos y otros peores que encuentran en la pornografía. Si preguntas a una clase llena de adolescentes, podrás comprobar que la inmensa mayoría de los chicos —seguro que en alguna sería el 100%— ven porno. También te sorprendería qué entienden ellos por sexualidad y qué tipo de relaciones sexuales son las que han normalizado. Hablo de ellos en masculino porque son los que, generalmente, antes se inician en este tipo de actividad y también los que más sufren la presión por mantener relaciones sexuales, por demostrar que son más “machos”, signifique esto lo que signifique. El patriarcado no solo oprime a las mujeres, aunque estas, sin duda, son las principales perjudicadas.

Ellas, por su parte, se ven presionadas por cumplir con esos modelos de feminidad que pasan por ser sumisas a la vez que activas en lo que a relaciones sexuales se refiere. Han de ser complacientes, discretas y sexys. Han de aceptar lo que les venga, lo que se les pida porque, como dicen en la película, resistirse es inútil, al final vas a caer.

¿Estos modelos en qué sociedad nos convierten? En una donde el deseo individual (masculino, claro está), prima por encima del respeto hacia la otra persona. Donde el afecto no tiene cabida en una relación. Donde las cosas se consiguen o con dinero o a través de la fuerza, no por el trabajo y el mérito personal. En una sociedad que olvida precisamente que vive en sociedad, que cada acto individual repercute en el conjunto social. Necesitamos educar a las nuevas generaciones en una educación sexual que tenga en cuenta los valores éticos y morales.

https://www.elsaltodiario.com/educacion/necesaria-afectivo-sexual-escuelas

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15 mujeres premio Nobel para estudiar en el aula

A lo largo de la historia, desde la primera edición en 1901 de los Premios Nobel tan sólo 54 mujeres han sido galardonadas en alguna de las cinco categorías frente a los 869 hombres, es decir, únicamente un 5,8% de ellas han sido reconocidas en esta ceremonia.

Marie Curie fue la primera, en 1903 y 1911, y tras ella la lista de mujeres no se encuentra aún a los niveles de sus compañeros masculinos. De hecho, en la pasada edición 2019 solo dos mujeres: la francesa Esther Duflot, en Economía y Olga Tokarczuk, en Literatura fueron premiadas. Para que tus alumnas luchen por cambiar estas cifras, aquí te dejamos 15 mujeres Nobel para motivarlas en el aula.

Emily Greene Balch (Premio Nobel de la Paz en 1946)

Emily Greene Balch

Galardonada por sus trabajos pacifistas e integradores como presidenta internacional honoraria de la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad. Socióloga, economista, profesora, liberal, activista y, por encima de todo, incansable defensora de la paz, su lucha por la libertad y la justicia la llevó a reivindicarse desde el pacifismo.

Barbara McClintock (Premio Nobel de Medicina en 1983)

Barbara Mcclintock

Premiada por sus descubrimientos en el campo de la transposición genética. Sus innovadores resultados llegaron de la mano del maíz y de la investigación de su genoma. McClintok observó las ‘letras’ que componían su ADN y vio, por primera vez, que existían una serie de secuencias genéticas que podían cambiar su posición. De esta manera produjo el primer mapa genético del maíz, que más tarde serviría para demostrar los mecanismos del cambio y de la regulación genética.

Rita Levi-Montalcini (Premio Nobel de Medicina en 1986)

Rita Levi-Montalcini

Esta científica italiana especializada en neurología, descubrió el primer factor de crecimientoconocido (factor de crecimiento nervioso) que le valió el Nobel junto a Stanley Cohen. Al terminar la Segunda Guerra Mundial emigró a los Estados Unidos, donde trabajó en el laboratorio Viktor Hamburger del Instituto de Zoología de la Universidad Washington en San Luis.

Alice Munro (Premio Nobel de Literatura en 2013)

Alice Munro

Desde ‘Thanks for the Ride’, un relato sobre un chico de la ciudad que se debate entre la atracción y la repulsión que siente por una chica de pueblo hasta ‘Open Secrets’ o ‘La Voz’. Nacida en Ontario, Canadá, es una de las escritoras de lengua inglesa más reputadas. Inició su carrera escribiendo cuentos y sus obras tienen un enfoque regional con personajes que se enfrentan a costumbres y tradiciones profundamente arraigadas.

Maria Goeppert-Mayer (Premio Nobel de Física en 1963)

Maria Goeppert-Mayer

Física teórica estadounidense de origen alemán, ganó el premio por proponer el modelo de capas nuclear. Fue la segunda mujer galardonada después de Marie Curie y la última hasta la fecha. Nació en un pueblo alemán de la actual Polonia y, aunque se aficionó a las Matemáticasdesde pequeña, tuvo que estudiar en un instituto creado por sufragistas para presentarse al examen de ingreso en la universidad.

Doris Lessing (Premio Nobel de Literatura en 2007)

Doris Lessing

Su premio fue muy comentado por la crítica, ya que, aunque varios autores alabaron sus méritos, otros consideraban que había sido una decisión políticamente correcta por los eternos rumores sobre su galardón. Finalmente recibió el premio en 2007 por su “capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria”.

Ellen Johnson-Sirleaf (Premio Nobel de la Paz en 2011)

Ellen Johnson-Sirleaf

Estudió economía y cuentas y se convirtió en la 24ª presidenta de Liberia tras vencer en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2005, en las que derrotó al otro principal candidato, el ex jugador de fútbol George Weah. Recibió el galardón junto a Leymah Gbowee y Tawakul Karman.

Toni Morrison (Premio Nobel de Literatura en 1993)

Toni Morrison Mujeres Premios Nobel

Se graduó en Howard University y se doctoró en Cornell. Fue profesora de filosofía y letras en las universidades de Yale, Howard, Texas y en la State University de Nueva York. Además del Nobel, ganó el Premio Pulitezer en 1998. En sus obras habla de la vida de la gente de color, especialmente de las mujeres. Es una combatiente a favor de los derechos civiles y comprometida con la lucha contra la discriminación racial.

Françoise Barré-Sinoussi (Premio Nobel de Medicina en 2008)

Françoise Barré-Sinoussi Mujeres Premios Nobel

Esta bioquímica francesa fue líder de la lucha contra el VIH en Francia gracias a sus contribuciones recientes en la investigación de esta enfermedad. Llevó a cabo diversos estudios sobre la respuesta inmune adaptativa a la infección viral y sobre el papel de las defensas inmunitarias innatas del huésped en el control del VIH.​

Elinor Ostrom (Premio Nobel de Economía en 2009)

Elinor Ostrom Mujeres Premios Nobel

Primera mujer en ganar el Nobel en esta categoría, esta politóloga estadounidense compartió el premio con Oliver E. Williamson “por su análisis de la gobernanza económica, especialmente de los recursos compartidos”. Se graduó en Economía en la universidad de UCLA, donde las tasas eran más baratas y al salir al mercado laboral no dejaba de sorprenderse porque siempre le preguntaban si era buena en taquigrafía.

Wangari Muta Maathai (Premio Nobel de la Paz 2004)

Wangari Primara Mujer Africana En Conseguir El Premio Nobel De La Paz.

Su contribución al desarrollo sostenible la llevó a ser la primera mujer africana en conseguir este reconocimiento. Esta activista de la ecología lucha por la defensa del medioambiente y la paz que, para ella, están muy unidos. Entre otras cosas, ha sido defensora de los Derechos Humanos, de la emancipación de las mujeres y de la democracia. En 2003 fue nombrada ministra adjunta de medioambiente, recursos naturales y vida salvaje de Kenia, su país natal.

Tu Youyou (Premio Nobel de Fisiología y Medicina 2015)

Descubrimiento De La Artemisina Mujeres Premios Nobel

Esta científica, química farmacéutica y médica china fue premiada por la Academia por el descubrimiento de la Artemisina, un medicamento que trata la malaria. Se convirtió en la primera premio Nobel china de esta disciplina y la primera mujer china galardonada en cualquier categoría Nobel. Gracias a su investigación consiguió dar un gran paso hacia la lucha contra este virus.

Tawakkul Karman (Premio Nobel de la Paz 2011)

Icono De La Primavera Árabe Mujeres Premios Nobel

Se convirtió en un icono de la Primavera Árabe por su rebelión pacífica contra el dictador de Yemen, Ali Abdullah Saleh. Este hecho, ligado a su insistente lucha por los derechos de las mujeres en Oriente (fundó la organización Mujeres sin Cadenas en 2005) y el mundo árabe, la convirtió en la primera mujer árabe en recibir este galardón. Karman es una política, periodista y activista que, por participar en manifestaciones públicas contra el gobierno, fue perseguida, amenazada y encarcelada.

Selma Lagerlöf (Premio Nobel de Literatura 1909)

Primera Doctora Sueca Honoris Causa De Filosofía

Fue la primera doctora sueca honoris causa de filosofía y pionera en recibirlo en la categoría literaria. Se dedicó a escribir novelas como Los milagros del Antictristo (en 1897), Jerusalén (en 1901) o El maravilloso viaje de Nils Holgersson (1906). Durante la Primera Guerra Mundial fue nombrada miembro de la Academia Sueca y en la Segunda ayudó a los intelectuales alemanes a huir del régimen nazi.

Malala Yousafzai (Premio Nobel de la Paz 2014)

Malala Mujeres Premios Nobel

Malala es la mujer más joven en ganar un Premio Nobel (con 17 años). Esta pakistaní tuvo que huir a Gran Bretaña tras ser tiroteada por unos talibanes a los que se enfrentó durante un atentado en su país. Defensora de los derechos y la igualdad para los niños y las mujeres, se enfrentó al régimen de Pakistán después de que prohibiera el acceso de las niñas a las escuelas. Actualmente estudia un triple grado de Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford.

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¿Por qué organizarse y vivir desde las pedagogías feministas?

Por Selene Kareli/CII-OVE

Creo firmemente que las pedagogías feministas son una forma de vida y no sólo algo que se aprende y comparte dentro de las aulas. Sin duda es necesario que las pedagogías feministas estén presentes en los centros escolares; sin embargo, estas no pueden ser reducidas a la escolarización, tienen que salir a las calles e impregnarse en todo espacio público y privado. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de pedagogías feministas? En primera instancia, apunta a las diversas acciones para la reivindicación de los derechos laborales, políticos, sociales, educativos, económicos, reproductivos, de las mujeres. Es sabido que el sistema patriarcal oprime y segrega, por ello, la exigencia de todos estos derechos debe surgir desde lo cotidiano, propiciando el involucramiento activo y participativo de todAs nosotrAs en diversos sectores, tanto en la toma de decisiones dentro de las agendas públicas, así como en lo privado. En lo rural, lo urbano, lo indígena, lo campesino. El valor de la mujer por ser mujer debe ser reconocido como algo significativo y necesario en todos los procesos de socialización y emancipación.

De tal manera, es de destacar que las pedagogías feministas no son algo acabado y definido, todo lo contrario, están en constante construcción, siempre caminando hacia la reapropiación de nosotras mismas y abriendo múltiples posibilidades para crear comunidad, dejando un camino un tanto más arado para las futuras generaciones; sin olvidar la enseñanza de la conciencia social, la conciencia de clase y la conciencia histórica para la continuidad de esta lucha que reivindica a las mujeres. Caminos arados no significa que ya todo esté acabado, hay que cuidar de la tierra, regar lo andado e ir germinando nuevas ideas emancipatorias, pues en las sociedades capitalistas que nos ha tocado habitar el despojo está al acecho.

Por lo antes referido, las mujeres debemos recuperar el poder sobre nuestro cuerpo como primer territorio que habitamos para que los pasos que sigamos dando sean más firmes y fuertes. Los medios de comunicación mucho nos han empujado a alejarnos de nuestra esencia, buscando sueños y cuerpos que no son los nuestros; por tal, se vuelve urgente tomar el poder sobre nosotras y acuerparnos desde la digna rabia y la ternura. Es vital desaprender esas formas patriarcales, sexistas y capitalistas en las que nos han enseñado a sobrevivir, estamos en busca, creación y construcción del Buen Vivir.

Finalmente, destaco que grandes escritoras y activistas feministas como Angela Davis, bell hoks, Teresita Antazú, Aura Cumes, Berta Cáceres, Diana Maffia, Manuela D’Ávila, Yásnaya Aguilar, Clara Zetkin,  (solo por mencionar algunas); colectivas como lo son Pañuelos en Rebeldía, la Cátedra Libre Virginia Bolten, Mujeres Creando-Bolivia, Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán, Colectivo Minervas (Uruguay), Red de feminismos descoloniales (México), Unión de Nacionalidades Ashaninkas y Yaneshas (Perú), así como muchas mujeres cuyo nombre ha sido silenciado pero que han puesto cuerpo, mente, corazón y vida, han creado formas muy otras de educación ―educación crítica y popular― que apuntan a establecer sociedades más justas, igualitarias y dignas, un espacio donde quepa la diversidad. Un mundo donde quepan muchos mundos. En eso trabajamos cada día desde las pedagogías feministas, reconociendo el compromiso que se adquiere cuando la conciencia nos habita.

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Chile: Feminismo y educación. Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

por Aschly Elgueda – Marcela Vargas – Irma Díaz

En Chile la crisis de la educación es evidente: La deserción de más de 40.000 estudiantes en 2021 y el déficit docente de casi el 19% de profesoras/es que se requerirán para el 2025 son síntoma de la deuda de la democracia con el derecho a la educación, con quienes nos desempeñamos en ella y con las comunidades educativas: estudiantes y sus familias. Para las familias también es evidente: Un 97,7% de los padres, madres y/o apoderados consideran que la violencia escolar en el sistema educativo en Chile es un problema grave o muy grave: No es viable ignorar estos problemas. Nosotras sostenemos que tampoco podemos resolverlos ni comprender las dificultades que tienen estudiantes, trabajadoras y familias, sin una perspectiva feminista y crítica de género. Así como no es posible avanzar en las demandas del movimiento feminista sin transformar la educación.

Según la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, entre los años 2020 y 2021 hubo un aumento de un 40% de las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en los establecimientos educacionales, pasando de 3.760 casos a 5.934. Las profesoras sabemos que la palabra “bullying” esconde temas como violencia de género, racismo o transfobia. Las tareas domésticas y de cuidado son una de las principales razones de la deserción escolar y las niñas y jóvenes más pobres son las que tienen mayor riesgo de abandonar sus estudios. Entre 2005 y 2015, más de 10 mil niñas menores de 15 años fueron madres. Sin embargo, la Educación Sexual en Chile comienza recién a los 14 o 15 años, cuando inicia la educación media y con un foco esencialmente preventivo-biologicista.

La conmemoración del 8 de marzo en las escuelas es una oportunidad para reflexionar sobre la desigualdad y las violencias que impactan a niñas, jóvenes y mujeres y sobre cuál es el compromiso de las escuelas frente a este problema. La escuela como institución tiende a ser un lugar de producción, pero también de reproducción de ciertas prácticas y saberes entendidos como establecidos y naturalizados en el espacio social y público y que, muchas veces, los espacios educativos reproducen. Ejemplo de esto es la violencia hacia las mujeres y disidencias sexuales y de género, reforzando un reflejo de lo social en la escuela, de cómo se relacionan los cuerpos en función de su sexo – género.

Detener la violencia en las escuelas, por lo tanto, no sólo es construir comunidades educativas más seguras, sino también una sociedad más justa. Para esto, es necesario que las familias se involucren en las relaciones de enseñanza y aprendizaje, no como árbitros, jueces o clientes, sino como miembros de la sociedad civil que confían y se comprometen con una educación que transforme el futuro de sus hijos e hijas. Una educación que ofrezca igualdad de oportunidades o que sea inclusiva, como demandan muchas familias, no puede ser sexista: Al contrario, una educación libre de sexismo es el camino hacia una real transformación y una oportunidad para intervenir y detener la violencia de los espacios escolares, arraigada en la diferencia sexual y de género. De esta manera, se pone de manifiesto la desigualdad al habitar el espacio social y público en general, y en particular, el espacio educativo, las aulas.

Tenemos la convicción de que una educación libre de violencias es posible y que una educación feminista no sólo es una herramienta que permite vidas libres de violencia en las salas de clase, sino que además reestructura, desde los cimientos, la sociedad en su totalidad. Para transformar la escuela no bastan hitos aislados o simbólicos. Hay maneras concretas que hemos propuesto hace años desde las luchas feministas: un currículum no sexista que visibilice el rol de las mujeres en las distintas áreas, la formación de docentes y de la comunidad educativa en temáticas de violencia sexual y de género, la elaboración de protocolos de género en todas las instituciones educativas y, por supuesto, una ley de Educación Sexual Integral (ESI), la cual podría integrar todas estas demandas.

Apelamos por una ESI que incorpore la afectividad como un elemento central, puesto que educar en relaciones respetuosas y seguras es condición para abordar la violencia. Hablar con y desde el consentimiento es urgente, para no volver a poner en duda la palabra de quien es víctima de la violencia sexual y/o de género. Una educación que comprenda la interacción estudiante-escuela con principios mínimos e internacionalmente aceptados, como son los Derechos Humanos, el derecho a la vida, el derecho a la dignidad.  Quienes se oponen a abordar estos temas son los mismos sectores que han empobrecido las escuelas y que hoy usan los problemas de familias, estudiantes y profesoras para sacar provecho político, diciendo que son problemáticas para abordar en lo privado y no en lo público.

Las escuelas como espacios de socialización secundaria, luego de la familia, se constituyen como núcleo de la reproducción de la violencia hacia mujeres y disidencias sexuales y de género. Pero también vemos las escuelas como espacios de resistencia, de revolución cotidiana, en donde cada día está en nuestras manos la posibilidad de cambiarlo todo. A 50 años del Golpe de Estado que permitió la privatización de la educación en Chile, no olvidamos a las profesoras, asistentes de la educación y estudiantes que lucharon y luchan contra los discursos y políticas que heredamos de la dictadura, y que persisten hasta el día de hoy como una deuda de la democracia con la educación.

Soñamos con desbordar los márgenes que condicionan los caminos de infancias y juventudes con identidades diversas, con orígenes e intereses diversos. En nuestras aulas como trinchera, deseamos nuevas generaciones sin sesgos de género, con foco en los derechos humanos, donde nos eduquemos permanentemente para abolir todo tipo de violencia, como un compromiso que atraviesa a todas las comunidades. Para que nunca más tengamos que lamentar que una estudiante no llegue sana y salva a su hogar o los suicidios de infancias y juventudes a quienes no se les reconoció el derecho a la identidad, el derecho a ser diferentes, a ser disidentes y existir.

Aschly Elgueda, Marcela Vargas, Irma Díaz
Red Docente Feminista (REDOFEM)

Feminismo y educación: Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

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Colombia: Petro se compromete con Fecode a reformar los recursos de la educación

El presidente Gustavo Petro se reunió este lunes 6 de marzo con los directivos de la Federación Colombiana de Trabajadores de Educación (Fecode), quienes le presentaron el pliego de peticiones del magisterio, el cual fue radicado la semana pasada el día de las marchas protagonizadas por los docentes del país.

Tras la reunión, la ministra de Educación designada, Aurora Vergara, y el presidente de Fecode, Carlos Rivas, presentaron las conclusiones de dicho encuentro.“Reflexionamos sobre la importancia de garantizar que mayor número de estudiantes ingresen en condiciones de calidad al sistema de educación, escuchamos sus preocupaciones, el apoyo que manifiestan al trabajo que estamos desarrollando y la importancia de generar espacios de diálogo y trabajo conjunto. Conversamos de la necesidad de proteger la vida de los profesores y profesoras que tanto lo requieren en distintos territorios del país”, dijo la jefe de la cartera educativa.

A propósito, Rivas mencionó las conclusiones de la conversación, destacando la decisión por parte del presidente Petro de radicar en el segundo semestre la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), el cual reúne el 58 por ciento de los recursos destinados a la educación. De ellos dependen, entre otras cosas, el salario y los ascensos del magisterio, la ampliación y creación de nuevas sedes educativas y el Programa de Alimentación Escolar.

“Le planteamos la necesidad de que en el Plan Nacional de Desarrollo apareciera la reforma al SGP, en especial las modificaciones a los artículos 356 y 357. Lo que él dice es que está de acuerdo con la reforma, pero pide que se radique en el segundo semestre del año para incluir los temas de agua potable, saneamiento básico y salud, en el entendido de que avance la reforma a la Salud”, señaló Rivas.

En cuanto a los ascensos y reubicaciones de maestros, se acordó abordar el tema en la mesa de negociación que inicia el 9 de marzo entre el magisterio y el Ministerio de Educación a propósito del pliego de peticiones.

En dichos encuentros también se tratarán otros temas como la nivelación salarial, la protección de los maestros que han sido objeto de amenazas y hostigamientos (de la mano de la Unidad Nacional de Protección – UNP), entre otros.

“Estamos complacidos de que al Ministerio de Educación llegue una mujer de las cualidades de Aurora Vergara. Con ella vamos a hacer una sinergia para ayudar a transformar la educación pública de calidad”, finalizó Rivas.

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Sin humanidades solo queda el sometimiento

La actual y estupidizante exigencia de preparar al estudiante para el mercado laboral supone declarar la bancarrota de la enseñanza: solo servirá para crear sujetos absolutamente serviles.

Carlos Javier González Serrano

Entre 1793 y 1795, el escritor y pensador Friedrich Schiller redactó sus Cartas sobre la educación estética de la humanidad, un texto tan bello como comprometido y sugerente que, redactado hace más de 200 años, lleva a cabo un atinado y profético análisis de nuestra situación actual. Schiller estaba convencido de que no podemos llegar a alcanzar la felicidad si no es a través de la belleza y la libertad, y para alcanzarlas es necesario, antes que nada, aprender a desencadenarnos de los impulsos sensibles, de la impresión y la tiranía del momento, que cataloga como «la más terrible esclavitud».

En sus primeras páginas, Schiller se mostraba contundente y certero, en palabras que bien podrían haberse escrito hoy mismo: «En la actualidad impera la necesidad y su yugo tiránico somete a la humanidad postrada. La utilidad es el gran ídolo de nuestra época, y a él deben complacer todos los poderes y rendir homenaje todos los talentos». Schiller, en cambio, estaba convencido de que es a través de la belleza y de las potencias espirituales del ser humano (geistige Kräfte) como nos encaminamos hacia la libertad.

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Esta libertad, a su juicio, no se había conquistado aún en términos reales, fácticos. A pesar del revuelo causado por la Revolución francesa, acontecida en 1789, el autor alemán consideraba que no puede existir una libertad externa si antes no se ha conquistado interiormente, si no nos hemos hecho conscientes de nuestro propia libertad. Si no logramos dominarnos a nosotros mismos, si dependemos del influjo de nuestros ruidosos deseos (que nos espolean en todo momento), no podremos llegar a ser libres más que de palabra, y no realmente. En la época de la Ilustración, en la que en apariencia se había alcanzado el punto más álgido de la ciencia y el pensamiento, gran parte del pueblo seguía sumida en un rudo y violento «estado de naturaleza», atado a la arbitrariedad de los estímulos sensibles.

Schiller aseguraba que la libertad no solo estriba en el poder de elegir entre varias posibilidades de acción, sino en la posibilidad y convencimiento de crear nuestra propia libertad. Como explica el ensayista Rüdiger Safranski en Schiller o la invención del idealismo alemán, «la libertad creadora trae al mundo algo que sin ella no se daría; la libertad también es siempre una creatio ex nihilo», lo que acerca mucho al maestro alemán a la Hannah Arendt de La condición humana y Los orígenes del totalitarismo y sus tesis sobre la libertad: «Sólo cuando es destruida la más elemental forma de creatividad humana, que es la capacidad de añadir algo propio al mundo, el aislamiento se torna inmediatamente insoportable». Frente a autores anteriores, la originalidad y actualidad de Schiller reside en su convencimiento de que podemos llegar a dominar las cosas en vez de ser dominados por ellas; un punto que, sin duda, lo hermana con el existencialista Jean-Paul Sartre, quien defendía: «El cobarde se hace cobarde, el héroe se hace héroe; hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser más cobarde y para el héroe la de dejar de ser héroe. Lo que tiene importancia es el compromiso total». Y es que, tal como apunta Safranski en la obra citada, Schiller quiso demostrar «que no solo hay un destino que sufrimos, sino también un destino que somos nosotros mismos».

Vivimos tiempos en los que es fácil escuchar justificaciones por el modo de vivir que aceptamos y transitamos, atados a aparatos electrónicos que pautan nuestro devenir existencial: notificaciones molestas y persistentes, publicidad invasiva y omnipresente, redes sociales a las que alimentar a cada instante, mensajes a los que debemos dar respuesta inmediata. Schiller lo habría visto, sin duda, como un callejón sin salida para nuestra libertad, anclada así a un sinfín de estímulos que, decimos, no nos permiten ser más que lo que podemos ser. Pero ¿y si quisiéramos ser más?

Es indudable que se han producido avances en la técnica y la tecnología, la medicina o la ciencia, pero según apuntaba Schiller, «a medida que la sociedad en su conjunto se hace más rica y compleja, el individuo se empobrece en lo que se refiere al desarrollo de sus disposiciones y fuerzas». También trazaría el mismo análisis años más tarde otro poeta, en este caso romántico, Friedrich Hölderlin, en su Hiperión: «Ves artesanos, pero no hombres». Diagnóstico del que, por supuesto, Karl Marx y toda la tradición marxista darían buena cuenta muchas décadas después. El sujeto se ha hecho fragmento intercambiable e indiscernible de un todo, se ha atomizado y desterritorializado: no encuentra su lugar porque su lugar es cualquiera; todo funciona de la misma manera y todos los espacios y todas las circunstancias se parecen. Somos fragmentos de una totalidad que simula ir mejor pero que, paradójicamente y a fuerza de progresar, provoca el malestar del individuo. Así lo exponía Schiller en la sexta de sus Cartas: «Eternamente encadenado a un pequeño fragmento aislado del todo, el hombre mismo se convierte en un fragmento: ya solo oye el monótono ruido del engranaje que hace girar, jamás desarrollará la armonía de su ser […]. Se convierte en un mero reflejo de su oficio y de sus conocimientos». ¿Cómo no escuchar aquí, de fondo, La colonia penitenciaria de Kafka, las Memorias del subsuelo de Dostoyevski o El dolor de Marguerite Duras?

Si Schiller, profético en todo, pudiera informarse sobre nuestras últimas reformas educativas, en las que la utilidad, las competencias y las habilidades son los únicos elementos que parecen importar, más allá de los conocimientos y del desarrollo global y personal de niños y adolescentes, se rebelaría con furia frente a ellas, pues ya denunció que, a causa de restar importancia a las humanidades, «así va quedando abolida poco a poco la vida concreta de los individuos para asegurar que la totalidad abstracta persiste en su indigente existencia». La actual –y, si me permiten, estupidizante– exigencia de «preparar para el mercado laboral» al estudiantado supone declarar la bancarrota de la enseñanza como periodo en el que un joven descubre libremente hacia dónde quiere encauzar sus futuros esfuerzos. El colegio o el instituto no pueden ser una fábrica de trabajadores, pero tampoco lo puede ser la universidad, cada vez más rebosante de aquellas competencias y habilidades destinadas en exclusiva a satisfacer un sistema productivo depredador y excluyente. La enseñanza debe ser un potenciador de las propias capacidades, no un elemento limitador de posibilidades.

En el mismo sentido se manifestó otra autoridad literaria ya clásica, en este caso del siglo XX, Hermann Hesse: «Nuestra educación se ha esforzado por arrebatarnos la libertad y la personalidad y por introducirnos desde la más tierna infancia en una situación de forzoso trajín y sin una pausa de respiro. Se ha producido una decadencia y una falta de ejercicio de la ociosidad». Al igual que Schiller, Hesse creía en la libertad como creación, y así lo dejó patente en uno de sus ensayos más conocidos, Obstinación: «El héroe no es el ciudadano obediente, apacible, cumplidor. Heroico sólo puede ser el individuo que ha erigido su propio sentido, su noble y natural obstinación, en su destino».

Resulta curioso comprobar cómo, en las últimas décadas, con la pérdida de peso de las humanidades en colegios e institutos, se ha dado una peligrosa y creciente merma de la atención y la concentración. Una educación sin humanidades nos entrega al vasallaje intelectual, afectivo y emocional. Si la educación se convierte en esclava de la productividad, la rentabilidad y la utilidad, educaremos para crear sujetos serviles. El conocimiento no puede estar al servicio exclusivo del mercado laboral; ha de fomentar la crítica y la autonomía. Una educación que solo enseña lo útil solo sirve para servir. Ya lo vaticinó Concepción Arenal: «¿Qué remedio puede emplearse contra los males que nos afligen o nos amenazan? Ninguna dolencia social puede combatirse con un solo remedio, pero diré uno: la educación».

Es profundamente llamativo que cuanto más se intenta expulsar de la educación a las artes, la filosofía, la música y, en general, a las humanidades, más las necesitamos. Su falta siempre crea su inevitable y urgente necesidad. Y esa es su fuerza, su ineludible vigencia. Una educación sin humanidades solo prepara para servir. Porque son en y por ellas, a través de las humanidades, como sostuvo Schiller, mediante las que pasamos de ser esclavos a legisladores de nuestra propia libertad.

Este artículo fue originalmente publicado en ethic.es.

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Libro(PDF): Enseñanza superior en tiempos de pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

El libro Enseñanza superior en tiempos de pandemia presenta las experiencias de acción y cambio en los procesos de formación en la educación superior y de posgrado durante la pandemia producto del contagio por el coronavirus SARS-CoV-2. La obra registra el testimonio del compromiso de la comunidad académica y estudiantil, que no detuvo su labor de enseñanza e investigación en los tiempos más aciagos de la crisis sanitaria. Los trece capítulos y el seminario académico titulado “Trans­for­ma­ción de los procesos de educación superior y de posgrado Innovación en tiempos de pandemia” dan cuenta de los efectos provocados por la COVID-19 en el modelo de Educación Superior en México, el cual se vio obligado a transformarse desde lo más profundo de las comunidades originarias hasta las masificadas universidades en México. Los autores presentan, analizan y ofrecen su opinión acerca de los retos enfrentados para transformar la estructura y organización educativa y de investigación con el fin de reaccionar ante la contingencia sanitaria y las políticas de confinamiento social en donde se improvisaron, fortalecieron e innovaron procesos de educación y comunicación basados en el uso de Internet para continuar las clases, cursos y seminarios.

Autoras(es): Ramón Abraham Mena Farrera. Sergio Iván Navarro Martínez. Dora Elia Ramos Muñoz. Antonio Saldívar Moreno. [Coordinación]

Amaranta Cornejo Hernández. Anna María Fernández Poncela. Claudia Islas Torres. Denisse Roca-Servat. Evangelina Cervantes Holguín. Fanny Escobar Melo. Felipe Javier Galán López. Guillermo López Varela. Gunther Dietz. José Antonio Agis Rosas. Karla Yasmín Ruiz Santos. Laura Regil Vargas. Laura Selene Mateos Cortés. Lilia Irlanda Villegas Salas. Luis Gabriel Arango Pinto. María Gisela Velázquez Silvestre. Margarita López Ramos. María del Rocío Carranza Alcántar. Marina Martínez Martínez. Mercedes Gómez González. Miguel Figueroa Saavedra. Pavel Roel Gutiérrez Sandoval. Rosa Ynés Alacio-García. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO.  ECOSUR.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-607-8767-68-7

Idioma: Español

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Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2746&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1703

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