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“La pandemia tiene un impacto silencioso y devastador en la educación”

Por:  Karina Batthyány

En base a la temática de las desigualdades, hay un instrumento muy valioso que es la publicación anual de la CEPAL sobre el Panorama Social de América Latina y el Caribe, que dio a conocer hace un par de semanas el correspondiente a 2022. Por supuesto, trae un análisis detallado y minucioso de las distintas dimensiones de la desigualdad, pero siempre pone el foco en un aspecto particular: en 2022 es la temática de la educación.

Voy a sintetizar algunos de los mensajes principales de dicho informe:

-Se comienza mostrando la crisis social prolongada que está enfrentando nuestra región latinoamericana y además se encuentra agudizada por un contexto de incertidumbre en el tercer año de pandemia: profundiza las desigualdades sociales y que tiene un impacto silencioso y devastador -palabras del informe- en la educación.

-Esta edición del Panorama Social de América Latina y el Caribe toma como tema central la educación y el lugar de la educación en el debate de las políticas para la recuperación de nuestra región.

-Si miramos desde 20215, se observaba en la región ya un deterioro claro en los niveles de bienestar; un deterioro además a partir de 2014 en lo que venía siendo la disminución de la brecha de la desigualdad y que a partir de 2015 deja de cerrarse y empieza a amplificarse nuevamente.

-Desde 2015, hay un estancamiento en los avances de los logros educativos y un alza de la pobreza también leve, pero año tras año cada vez hay una leve alza de este indicador. La pandemia del COVID-19 generó esa crisis de la que tanto hemos hablado: una crisis social significativa que continuó durante todo el 2022 por tercer año consecutivo.

-Estamos todos y todas esperando el fin de la pandemia, pero la región no ha logrado todavía avanzar hacia la recuperación luego de estos impactos sociales y recuperar por lo menos el nivel de 2019, es decir, el nivel anterior al inicio de la pandemia.

-Además, sumemos el impacto del escenario geopolítico inestable marcado, por ejemplo, por la guerra de Ucrania, pero también en estos procesos de búsqueda de desestabilización políticas de las democracias latinoamericanas. Entonces, sumemos ese impacto entre el escenario geopolítico y el escenario económico mundial que está marcado por la desaceleración del crecimiento económico, por la lenta generación de empleo, sobre todo de empleo calidad, y las presiones inflacionarias que está afectando a todo el mundo y a la región latinoamericana y caribeña también. Han implicado un aumento en el precio de los alimentos, en el precio de la energía y caídas importantes en la inversión en la economía regional.

-La CEPAL nos muestra que tras la expansión del 6.5 por ciento del producto bruto interno regional en 2021, este 2022 se estima que cierre a fin de año con un crecimiento económico del 3.2 por ciento (la mitad que el año anterior). Y se proyecta para el 2023 una nueva mitad, es decir, un crecimiento de apenas 1.5 por ciento para nuestra región. Si a esto le sumamos además la elevada inflación, sobre todo en el componente de los alimentos en las canastas de consumos de los hogares, evidentemente podemos ver el efecto sobre las personas y los hogares de menores ingresos, llamados los quintiles de menores ingresos que afectan a los sectores más vulnerables de la población en nuestra región.

-La CEPAL llama en su informe a consolidar las políticas sociales inclusivas para proteger y para garantizar el bienestar de la población y para permitir el ejercicio con plenitud de sus derechos.

-En particular, en el informe se detalla de manera muy interesante el incremento de la inseguridad alimentaria y nutricional, utilizando datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para mostrar el alza en el precio de los alimentos y cómo eso implica un crecimiento tanto a niveles de pobreza, pero particularmente en la situación de la población con hambre. Desde el último dato disponible de 2021, afecta a casi 57 millones de personas en la región.

-En los informes del panorama social, siempre aparecen las estadísticas detalladas de pobreza. Quiero destacar una en especial que es la pobreza de las personas menores de 18 años en nuestra región. El último dato disponible nos muestra que el 45.4 por ciento de las personas menores de 18 años están en condición de pobreza. A su vez, la pobreza extrema estaría afectando casi al 19 por ciento de las personas menores de 18 años.

En este contexto, es necesaria más que nunca la atención de las necesidades inmediatas de la población y el fortalecimiento de las capacidades humanas en el mediano plazo. Es allí que ingresa en el análisis de este informe del Panorama Social la dimensión educativa. El impacto también de la pandemia en el sector educativo que la CEPAL denomina “una crisis silenciosa” como consecuencia de la prolongada interrupción de la educación presencial en la región y las repercusiones que esto tiene en materia de pérdida de aprendizajes, que no fue parte de la respuesta inmediata de nuestros estados y nuestros países frente a la crisis y que esto no hace más que profundizar las desigualdades educativas preexistentes.

Justamente nuestra región es una de las que interrumpió las clases presenciales por períodos más prolongados a partir del 2020 en el inicio de la pandemia. Y eso implicó la discontinuidad de los estudios o un acceso de manera remota para algunos/as estudiantes, porque no todos/as pudieron conectarse o seguir los cursos de manera virtual. Es decir, ha generado brechas en el desarrollo de habilidades, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo del aumento en el abandono escolar. Esta situación también ha contribuido a debilitar la protección de otros derechos esenciales que se dan en el marco de la estructura educativa, más concretamente en el espacio del sistema educativo como es la protección frente a la violencia, la alimentación, la sociabilidad, entre otras.

Esta crisis junto con las privaciones críticas que enfrentan la infancia y la adolescencia y los riesgos de incremento de la inseguridad alimentaria pone en riesgo el desarrollo y el bienestar de toda una generación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, y produce un efecto que sin duda atenta también las oportunidades de desarrollo en la región. Este efecto se refiere a las consecuencias en las trayectorias educativas y laborales de las generaciones afectadas por el cierre prolongado de escuelas y de centros de estudios, que también están afectadas por los efectos económicos de la pandemia con disminución de los ingresos en los hogares, de protección social, con condiciones de bienestar socioemocional de las personas también afectada. Todo pone en cuestión las oportunidades de aprendizaje en el corto y mediano plazo. Sin dudas, exige acciones urgentes, es decir, no se trata de empezar a pensar qué podemos hacer, sino acciones hoy mismo por esta crisis “silenciosa” -como la llama la CEPAL- donde ha dejado en evidencia que los sistemas educativos de América Latina y el Caribe no estaban preparados para enfrentar estos cambios y esto no hizo más que agudizar las desigualdades educativas existentes antes de la pandemia.

Por supuesto que también se reconoce en el informe algunos de los esfuerzos que se hicieron en los países, para intentar dar cierta continuidad educativa desde los hogares de manera remota, pero con debilidades y desigualdades en las condiciones de infraestructura y de equipamiento y también de habilidades por parte del personal docente para transformar los métodos de enseñanza y mantener el vínculo educativo con toda la población estudiantil de la región.

Entonces, es imperativo que apostemos por la recuperación de esos procesos educativos y también por la transformación del sector educativo en sintonía con los procesos de cambios que estamos observando en otras dimensiones en el ámbito social, dimensión laboral y ambiental.

Se necesita mayor inversión en el sector educativo desde la primera infancia en adelante. Esta crisis silenciosa en la educación afecta a las nuevas generaciones y no hace más que profundizar las desigualdades. Sino colocamos el énfasis en la búsqueda de soluciones de alternativa de construcción de políticas para responder a esta urgencia, es un camino que ya sabemos a qué conduce y cómo afecta a mediano plazo a nuestra región.

Entonces, la educación es el tema central al que la CEPAL le dedica su estudio en este 2022. Tenemos que tomar de allí la información que se proporciona y también discutir algunas de las propuestas en materia de política educativa concretamente. Tema que está en la agenda de trabajo en todos los países de América Latina y también en la agenda de trabajo de CLACSO, porque estamos trabajando en el marco de nuestro programa Plataforma para el Diálogo Social, donde justamente la educación es uno de los temas en el marco de estas plataformas.

-Cuantas veces posterior a la pandemia escuchamos el decir por parte de sectores políticos “La vuelta a la normalidad”. En principio decir qué lejos de la situación de normalidad estamos si tenemos que usar esa palabra “normalidad”. Y, por otro lado, qué lejos también estamos de sociedades más igualitarias, de la posibilidad de plantear situaciones de acceso más común para un parte importante de las sociedades. Es brutal lo que cuentas en el panorama de las desigualdades… Claramente se ha profundizado las desigualdades en todos los ámbitos y lejos tendríamos que volver a esa supuesta normalidad antes de la pandemia…

Las cifras que planteo en términos de pobreza, de hambre y a su vez de bajo crecimiento económico de este año, y a su vez previsto para el próximo año, nos tiene que seguir alertando sobre la profundización de estas desigualdades en América Latina que es la región más desigual del planeta. Y si sigue por esta senda, no va a hacer más que profundizar esa lamentable etiqueta que tenemos. Por eso, es urgente la elaboración de políticas alternativas que coloquen estas preocupaciones en el centro y que construyan de una buena vez sistemas de bienestar y de protección social para todos y para todas, y especialmente para estas generaciones futuras que hoy son niños, niñas y adolescentes, que entre otras cosas también tienen comprometido su desarrollo educativo por los efectos de la pandemia.

https://www.clacso.org/la-pandemia-tiene-un-impacto-silencioso-y-devastador-en-la-educacion/

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Libro (PDF): Juventudes, prácticas y conocimientos situados. Notas en pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Este libro es el resultado del trabajo de los equipos de investigación que conforman el Programa de Estudios Socioculturales de Juventud, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, uno de cuyos objetivos es producir conocimiento situado en torno a la juventud desde la mirada de los derechos y el protagonismo de los sujetos y colectivos en la provincia de Córdoba. Los textos del presente volumen parten de la reflexión y actividades realizadas por los equipos durante la pandemia de covid-19, especialmente durante el periodo de aislamiento social preventivo y obligatorio. El diálogo con diversas agrupaciones de jóvenes permitió identificar las problemáticas presentes en ese momento, así como también conocer qué pensaban, sentían, hacían e imaginaban. Este entramado de voces permite pensar colectivamente el presente de los y las jóvenes.

Autoras(es): Tatiana Rodríguez Castagno. [Autora]

Patricia Acevedo. Eva Da Porta. [Coordinadoras]

Patricia Acevedo. Eva Da Porta. Susana Silvia Mónica Andrada. Consuelo González Clariá. Valeria Plaza. Susana Morales. Magdalena Brocca. Natalia Danieli. Antonella Pestoni. Delia Sánchez. Agustina Zunino. Ma. Laura Piedrabuena. Christian Herrera. Gabriela Rotondi. Gabriela Cristina Artazo. Jésica Ysasy. Ana Beatriz Ammann. Tamara Liponetzky. Paula Morales. Naimí Furlán. Eduardo Pelosio. Mariana Beltrán. Jimena Villarreal. María José Meyer Paz. Carla Falavigna. Marcos Javier Luna. Paula Sarachú Laje. Daniela Marini. Camila Insausti. Lucía Sánchez. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Sociales.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-295-2

Idioma: Español

Descarga: Juventudes, prácticas y conocimientos situados. Notas en pandemia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2653&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1683

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Reseña: ‘Educar es ser un espejo. Una aproximación a la salud mental’

Sinopsis

Ahora que se empieza a hablar de salud mental y que se está viendo la necesidad de que las administraciones ofrezcan más recursos para el cuidado de la mente de la ciudadanía, nos viene muy bien este libro “Educar es ser un espejo”.

Es un libro divulgativo y riguroso que nos va a servir para detectar las claves de una buena salud mental en adolescentes y adultos, nos va a ayudar a conocer los síntomas de cada trastorno para que acudamos al profesional correspondiente.

El objetivo es divulgar sobre salud mental, pero haciéndolo, como no puede ser de otra manera en esta materia tan sensible, con rigor y seriedad. Aprenderemos de forma didáctica y amena lo que son enfermedades tan conocidas como la depresión, la ansiedad, las adicciones, los TCA, las psicosis, las obsesiones…y las pautas concretas de cómo actuar y manejarse en estas situaciones.

Nos deja claro también qué diferencia hay entre un médico, un psicólogo y un psiquiatra y cuál es el campo de acción de cada uno de estos profesionales de la salud.

El psiquiatra José Carlos Fuertes y la periodista Lorena García, del programa Espejo Público, nos ofrecen un manual que nos puede ayudar a mantener un equilibrio y una estabilidad emocional y sobre todo, este libro nos ayudará a reconocer síntomas de un comienzo de una situación problemática en la que debemos intervenir mientras antes mejor.


Lorena García Díez nació en Guadalajara en 1982. Es una periodista y presentadora española que actualmente copresenta Espejo Público en Antena 3.

José Carlos Fuertes Rocañín, médico psiquiatra con una larga vida profesional y un extenso currículum.

Reseña

Por el sumario podemos ver que este libro es interesante para las familias, los educadores y quizás para los propios adolescentes, es una forma de aprender a ver síntomas que pueden ser negativos para nuestra salud mental. Es una forma de acercarnos con claridad y sin rodeos a la mente humana y sus posibles trastornos.

Nuestra forma de ser y de actuar en la familia y como educadores en los centros educativos, va a servir de espejo para el comportamiento de nuestros hijos e hijas y también de nuestro alumnado. Repetimos, una vez más, que los adultos servimos como modelos en los que se van a fijar nuestros niños y niñas desde edades muy tempranas.

Para eso, los adultos debemos estar bien informados y formados en las circunstancias que pueden alterar cualquier equilibrio personal en nuestros hijos e hijas y a la vez debemos tener coherencia en nuestra forma de actuar de cada día. “Haz lo que yo te digo porque es lo que yo hago”.

Este libro nos va a ayudar a discernir entre los problemas mentales para que no los etiquetemos y metamos todos en un mismo saco que al fin y al cabo solo va a traer problemas a las personas que lo sufren y a los que están a su alrededor.

Hay también otros problemas que se tratan en el libro que aunque no son estrictamente médico-psiquiátricos, hacen sufrir a las familias y desestabilizan la convivencia. Hablamos de: los malos tratos que ejercen los hijos con los padres; la autoestima; los problemas legales que pueden aparecer ante trastornos de conducta y enfermedades psíquicas; el acoso escolar; conflictos emocionales ante un divorcio; la influencia de las redes sociales…

La idea de este libro, según los autores, surge durante los peores momentos de la pandemia provocada por la COVID-19, en los meses más duros del confinamiento. El tiempo nos ha demostrado lo complicado que ha sido todo lo vivido para la salud mental y la estabilidad emocional.

Los autores consideran que su objetivo está conseguido si, tras la lectura del libro, comprendemos que la educación es la mejor medicina preventiva para una buena salud mental y la manera más eficaz de evitar enfermedades psiquiátricas de los menores.

Muy interesante la aportación de la periodista como madre y como profesional de los medios de comunicación. Ya sabemos que todos los medios no tratan estos temas con rigor y van más por el efecto mediático y morboso de la noticia, se ve mucho en los suicidios de jóvenes,en los casos de violencia machista…

A lo largo de la lectura nos encontraremos con cuestionarios que nos pueden ayudar en el análisis de nuestro comportamiento, un instrumento útil que nos puede ayudar si el tema lo tratamos en las tutorías docentes o en las aulas con las familias.

Libro de lectura amena y muy recomendable para familias, educadores y docentes. Todo sea por el bien de la salud mental de nuestra sociedad y por romper los tabúes que acompañan a estas enfermedades y trastornos.

“Como dijo don Santiago Ramón y Cajal, “el hombre es el escultor de su propio cerebro”. Con planificación y constancia podemos modificar muchas de las conductas y formas de entender la realidad que nos hacen sufrir. Nadie está predestinado a nada, y todas o al menos muchas de nuestras actitudes y conductas pueden ser modificadas”.

No perdamos la esperanza en esas etapas de la vida en la que todo se hace más complicado. El acompañamiento y el cariño siempre fueron buenos consejeros.

En el siguiente vídeo el doctor José Carlos Fuertes nos presenta su libro.Es un libro de psiquiatría escrito por una periodista (Lorena Garcia Diez) y un psiquiatra (José Carlos Fuertes Rocañin). Se pasa revista a los trastornos y enfermedades psiquiátricas más frecuentes. También se abordan otros temas de gran impacto social como son la sexualidad, los malos tratos de hijos a padres o la repercusión del divorcio en la salud mental de los hijos.

El Equipo de madresfera nos presenta una interesante entrevista con los dos autores:

 

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Marta Vinardell-Maristany: «No soy oralista ni signante, soy Marta»

Por:

Hablamos con Marta Vinardell-Maristany, maestra, logopeda y psicopedagoga; trabajadora de uno de los diez CREDA (Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos) de Cataluña y una de las poquísimas personas sordas en plantilla del Departamento de Educación. Su visión sobre la sordera y el alumnado con sordera no comulga con los patrones habituales, ya que rechaza la división entre oralistas y signantes. “Categorizar duele, todos somos personas sordas”, afirma.

Marta Vinardell-Maristany nació sorda en una familia de padres oyentes hace 49 años. “Habíamos tenido algún antepasado con sordera en la familia, pero en casa yo era la única, y mi suerte fue que mis padres siempre han tenido una mentalidad muy abierta y han fomentado mucho el input visual además de ser personas muy activas; he tenido una familia hiperestimuladora”. La favoreció el entorno. Y a lo largo de la entrevista lo repetirá una y mil veces. El entorno es clave en el aprendizaje de los alumnos con sordera, y en especial el entorno lingüístico, porque lo necesario para ellos es adquirir una buena competencia lingüística. Y para eliminar las barreras que impidan o dificulten estos aprendizajes es necesario en primer lugar analizar bien el entorno.

De pequeña, Marta fue a la Escuela Ítaca, uno de los centros impulsores del CEPEPC, donde no existían los recursos para atender como habría hecho falta a una alumna sorda, pero sí la sensibilidad de tener en cuenta el máximo de soportes visuales y escritos para que pudiera seguir las explicaciones e intervenciones. Era la época de la integración y de la dispersión en escuelas normales, que según dice supuso “un fracaso para muchísimas personas sordas de los años 70 y 80”. “Yo era consciente de que perdía mucha información en el aula, pero aún lo fui más cuando pasé al Instituto de la Maternidad, con 40 alumnos en clase y sin ningún apoyo”, recuerda. Ni siquiera llevaba audífonos al aula, por su pobre calidad, ya que “eran unos amplificadores que no discriminaban el sonido, y de la potencia que tenían molestaban más de lo que ayudaban”. Fue entonces “cuando empecé a tomar conciencia del bajo nivel de alfabetización funcional y de competencia lingüística de la mayoría de personas sordas y sentí la motivación de dedicarme a la educación”.

En el instituto empecé a tomar conciencia del bajo nivel de alfabetización funcional y de competencia lingüística de la mayoría de personas sordas

A principios de los 90 estudió educación especial en Blanquerna, y entre 1996 y 2000 fue maestra del centro de educación específica para sordos CRAS de Sabadell. Esta escuela hoy ya no existe, porque la mayor parte de alumnos con sordera están escolarizados en centros ordinarios que cuentan con el recurso MALL o SIAL (apoyo intensivo a la audición y lenguaje) y/o la logopeda del CREDA, aunque sólo dos centros educativos en toda Cataluña (la Escola Tres Pins y la Escola Josep Pla) ofrecen educación bilingüe en lengua de signos catalana (LSC) y catalán. Quedan todavía dos centros específicos para el alumnado sordo (Josep Pla, en Barcelona, ​​y La Maçana, en Girona) que, para Vinardell-Maristany, “hacen muy buen trabajo y siguen siendo muy necesarios, ya que atienden a alumnos que tienen unas necesidades de acceso al lenguaje, comunicación y aprendizajes específicos; algunos con necesidades graves añadidas”.

“La lengua de signos es importantísima”

“Yo no hablo de modalidades, ni oral ni signante o bilingüe, como psicopedagoga y como persona con sordera considero que la categorización duele y puede comportar una visión reduccionista o fragmentada, porque cada individuo tiene unas capacidades, habilidades y necesidades determinadas”, explica Vinardell, que una vez se sacó las oposiciones de maestra decidió seguir formándose: hizo logopedia en la UB y aún más adelante obtendría el grado de Psicopedagogía en la UOC. Actualmente se está formando en inclusión educativa, en el marco y pautas DUA y en oportunidades de aprendizaje para todos. Y forma parte de uno de los grupos de trabajo de la Mesa de Participación para un Sistema Educativo Inclusivo (TaPSEI).

“Yo me considero una persona plurilingüe, no soy ni oralista ni signante, soy Marta, y hablo en catalán, castellano, lengua de signos catalana e inglés; hago uso de una lengua u otra en función del contexto”, añade. Pero defiende y quiere proteger la lengua de signos catalana, una de las lenguas “más amenazadas por determinados sectores o visiones audiofonocentristas”, y colabora en GELA haciendo escritos por Vilaweb. Vinardell-Maristany afirma que para los niños con sordera, sobre todo las más severas y profundas, lo más beneficioso es su adquisición desde pequeños, además del catalán o de la lengua del entorno habitual y de un buen uso de las prótesis auditivas. Apostar únicamente por la vía oral (con el uso de audífonos o implantes cocleares), asegura, comporta el riesgo de lo que se conoce como privación lingüística, que tiene repercusiones perjudiciales en el desarrollo lingüístico, cognitivo y psicosocial de la persona. “Se deben dar todos los recursos y lenguas, por un desarrollo óptimo y armónico; con la mirada centrada en la accesibilidad total a todo”, sostiene.

El alumnado con sordera, incluso lo que tiene una buena competencia lingüística en catalán, pierde información y muchos matices en el aula, y por tanto los procesos de aprendizaje no son tan fluidos

“Hay quien cree que la lengua de signos no es necesaria o que interfiere, y llevamos años argumentando que es importantísima para una persona con sordera, lleve o no lleve implante, hable o no hable, ya que es una lengua que facilita muchísimo el desarrollo cognitivo y psicolingüístico, y además es muy accesible”, considera Vinardell-Maristany, según la cual “el alumnado con sordera, incluso el que tiene una buena competencia lingüística en catalán, pierde información y muchos matices en el aula y, por tanto, los procesos de aprendizaje no son tan sólidos o fluidos”.

La lengua de signos o el soporte signado no sólo ayuda a no perder tantos matices sino que facilita la capacidad del alumno de mantener una atención sostenida y una conexión realmente significativa con los contenidos de aprendizaje”, añade. Poca gente es consciente del sobreesfuerzo que deben realizar estos alumnos y las personas sordas en general para seguir las explicaciones o intervenciones. “Esto puede generar fatiga mental y puede derivar en trastornos de ansiedad u otras patologías”, dice la psicopedagoga.

“Faltan más profesionales con sordera”

Por eso, resume Vinardell-Maristany, “los alumnos con sordera necesitan todo aquello que les beneficia”. Ninguno de los recursos que habitualmente se atribuyen a los miembros de uno u otro sector los considera innecesarios. Prótesis auditivas (audífonos/implante coclear), ayudas técnicas para la accesibilidad auditiva (bucle magnético, emisoras de frecuencia modulada), subtitulación, soportes visuales, lengua de signos, lenguas orales-escritas… “yo pondría la bandeja con todos estos recursos, soportes y lenguas”. A cada niño hay que tratarlo según sus necesidades y debería dejar de categorizarse, insiste, ya que “es una manera de hacer distinciones y no conviene, son individuos que pueden ser plurilingües y debemos sumar siempre, pensando en el futuro de la persona como ser social”.

La maestra y psicopedagoga destaca también la contradicción entre lo que dice el decreto de inclusión (150/2017) y la categorización o distinción habitual en el ámbito educativo, asociativo o sanitario. “El decreto de inclusión pretende fomentar la mirada centrada en el entorno y en las capacidades, habilidades, necesidades y accesibilidad; no en modalidades y, por tanto, no tiene sentido que todavía se hagan distinciones por modalidades oral o signante/bilingüe –sostiene–, ni que la orientación todavía esté condicionada por estas creencias, falsos mitos y/o prejuicios. Es necesario ampliar la mirada en las necesidades y accesibilidad del entorno”.

No tiene sentido que todavía se hagan distinciones por modalidades oral o signante/bilingüe, ni que la orientación todavía esté condicionada por estas creencias, falsos mitos y/o prejuicios

Marta Vinardell-Maristany ha trabajado como logopeda en el CREDA de Barcelona y del Vallès Occidental durante los últimos 22 años, con una única interrupción de dos cursos en los que fue orientadora educativa en el Institut Consell de Cent; y reconoce que en ese centro ella misma hizo una transformación interna de mirada no centrada en el déficit o las dificultades del alumno sino en el entorno, y empezó a formarse en temas de inclusión. Considera que en el mundo educativo faltan más profesionales con sordera, “y lamentablemente la mayoría trabajan en las escuelas de educación especial, aunque también son necesarios”.

Este hecho le atribuye a que “hay muchos prejuicios sobre las capacidades y habilidades de las personas sordas, al no poder trabajar con la misma calidad profesional; en vez de tener una mirada inclusiva nos ponen límites, pero tenemos las mismas capacidades, sólo necesitamos recursos para la inclusión y que se entienda que la sordera es inherente a nuestra forma de ser o de actuar”. Los CREDA y centros educativos con alto número de alumnos con sordera, opina, deberían tener siempre profesionales y docentes también sordos, pudiendo asumir cualquier función y/o cargo; pero “cuesta mucho con esta mirada predominantemente capacitista”. En los países avanzados, continúa, “los buscan debajo de las piedras y se promueve un coliderazgo compartido, que es del todo necesario para una mirada y política-práctica inclusiva y equitativa”.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/12/05/no-soy-oralista-ni-signante-soy-marta/

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México: Marcha Ceteg para exigir nivelación de salarios

América del Norte/México/09-12-2022/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Acapulco, Gro. Profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), de la región Acapulco, tomaron las instalaciones del ex Instituto Educación Básica y Normal (Ex Ineban), así como una parte de la calle prolongación avenida Universidad, para exigir el cumplimiento de diversas demandas laborales, entre ellas la regularización de plazas y nivelación de salarios.

Los docentes exigieron una mesa de trabajo con la participación del titular de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Marcial Rodríguez Saldaña.

Ana Elena Abarca Ramírez, secretaria de Organización de la CETEG Acapulco, explicó que “pedimos que las autoridades realmente cumplan con su palabra, pues ya nos habían iniciado la mesa de trabajo, pero no estaba la estructura completa, no estaba el secretario de Educación”.

Detalló que hay temas en los que se puede avanzar con subsecretarios o la dirección de personal, pero hay temas en los que se requiere la presencia del secretario de Educación.

La docente recalcó que las clases no serán suspendidas, pues autoridades educativas ofrecieron una nueva mesa de trabajo.

Abarca Ramírez explicó que hay docentes que no cobran su salario desde agosto pasado, por lo que se necesitan reuniones de carácter resolutivo.

Los planteamientos de mayor preocupación para los maestros son los que tienen que ver con presupuesto, como las prórrogas de contrato, reconocimiento y pago de horas adeudo en secundaria, otorgamiento de bases y retabulaciones y nivelación de salarios.

Otras demandas, las cuales fueron enumeradas en el acceso al Ex Ineban en una lona, son la regularización de claves comisionadas, incorporación total de trabajadores al Fondo de Aportaciones a la Nómina Educativa.

Abarca Ramírez indicó que la movilización se efectuó en Chilpancingo y en Iguala.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2022/12/07/estados/marcha-ceteg-para-exigir-nivelacion-de-salarios/

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Afganistán: Adolescentes afganas se presentan a exámenes pese a llevar un año sin ir a clases

Asia/Afganistán/09-12-2022/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Jóvenes afganas podrán tomar sus exámenes de graduación de la escuela secundaria esta semana, a pesar de que se les ha prohibido la entrada a las aulas desde que los talibanes tomaron el control del país el año pasado. En la imagen, estudiantes asisten a un centro educativo religioso, que permaneció abierto desde el cambio de régimen, en Kabul, Afganistán, el 11 de agosto de 2022. Foto Ap

Las autoridades educativas afganas organizaron el miércoles exámenes de fin de estudios secundarios para adolescentes en gran parte del país, a pesar de que a la mayoría de ellas se les prohibió asistir a clase durante más de un año.

El ministerio de Educación no facilitó detalles sobre los exámenes -ni sobre el número de alumnas que se presentaban a ellos- y se negó a permitir que los medios de comunicación se acercaran a las escuelas donde se estaban celebrando.

«Fueron muy difíciles. No estábamos listas», dijo una adolescente a AFP mientras se dirigía a su casa, pidiendo no ser identificada.

Afirmó que les avisaron sobre el examen apenas unos días antes. «Este examen no sirve porque durante tres años no hemos estudiado nada. Primero fue el coronavirus y luego la llegada de los talibanes, así que no pudimos estudiar», detalla.

La mayoría de las escuelas secundarias para niñas cerraron sus puertas en todo el país desde que los talibanes volvieron al poder en agosto del año pasado, y los islamistas de línea dura ofrecen una serie de excusas para justificar este hecho.

Los funcionarios afirman no contar con suficientes profesores o fondos. También aseguran que reabrirán cuando se haya preparado un plan de estudios islámico y cuando se formule una política nacional sobre el atuendo escolar.

El ministerio había anunciado la reapertura de dichas escuelas en marzo del año pasado, pero fueron cerradas horas después por orden del líder supremo Hibatulá Akhundzada que, según fuentes talibanes, se opone a la educación de las niñas.

Los talibanes permitieron hasta ahora que las jóvenes asistan a la universidad, con clases segregadas por sexo.

Sin embargo, se teme que, sin poder aprobar el examen de fin de estudios, haya muy pocas mujeres que puedan solicitar la universidad.

Los estudiantes que aprueban el examen de fin de estudios son elegibles para presentar el «Kankor», una prueba altamente competitiva que decide codiciadas plazas universitarias.

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Los jóvenes no son nuestro futuro, son nuestro presente

Por: Roberto Patiño

Tras dos años de pandemia, el lunes 3 de octubre las clases presenciales volvieron a Venezuela, sin lugar a dudas una buena noticia para muchos venezolanos conscientes de la necesidad de recuperar la normalidad en la vida cotidiana y para quienes están conscientes del esfuerzo que tendremos por delante para recuperar el tiempo que se perdió durante este lapso académico, donde la educación a distancia mostró sus debilidades en una sociedad como la venezolana, alejada de las capacidades tecnológicas necesarias para trasplantar el liceo a la casa.

Como es natural el hecho fue celebrado por la red de medios públicos, quienes aprovecharon la fecha para hacer actos de campaña mostrando la recuperación de los liceos, celebrando la buena disposición del gremio docente y anunciando su compromiso de apoyar a las familias venezolanas con la vuelta a clases, un proceso que ha convocado a las aulas a más de 8 millones de niños y jóvenes, según cifras oficiales.

Denimar tiene sus dudas sobre este ánimo de celebración. Con doce años de experiencia como docente en un liceo en Nuevo Horizonte, Caracas, la profesora nos advierte que el regreso a clases es un reto muy grande. En principio las condiciones salariales y laborales que se le han impuesto al gremio docente ha hecho que muchos profesionales estén perdiendo su compromiso para atender un proceso educativo con las peculiaridades como el venezolano, donde falta personal en los colegios, donde muchos alumnos no cuentan con una red de apoyo familiar que lo acompañe durante su educación y donde es necesario, en muchos casos, retomar casi en el mismo punto donde se interrumpió las clases con la llegada del covid 19 en 2020. ¿Cómo puedes exigirle a un maestro atender aulas repletas de muchachos con necesidades pedagógicas específicas, cuando tiene que buscarse la vida al salir del liceo?, se pregunta Denimar quien para sobrevivir, al salir de clases, tiene que llenar su día con tareas dirigidas en su casa y con los pedidos en repostería que tiene que atender, iniciativas que ha emprendido en los últimos años para tratar de cuadrar las cuentas familiares. Y es que solo para cubrir la compra de útiles escolares y uniformes para su hija, con el salario que devenga como maestra, tendría que trabajar un año entero.

No tiene tiempo para nada que no sea trabajar, reconoce.

Quienes se dedican a la docencia, nos recuerda Denimar, lo hacen por vocación, pero el compromiso no es correspondido. La eliminación de los incentivos la llevó a la calle, junto a sus compañeros, en contra del llamado Instructivo Onapre, una causa justa que de momento no ha tenido un final feliz para el gremio docente, que se ha tenido que conformar, al parecer y por ahora, con un bolso y unos zapatos. Sin embargo no tira la toalla, hay mucha lucha que dar y “los buenos somos mayoría” nos dice.

El optimismo de Denimar es genuino. Desde hace meses participa en los talleres de formación para líderes comunitarios en Mi Convive y ha encontrado en estos espacios, muchas coincidencias con su vocación docente: hay que aprender a formar a los niños en el aula, a la gente en la calle, aprender a tener una meta en común, defender pacíficamente lo que es tuyo, trabajar en el espacio comunitario por una mejor calidad de vida, por el país que queremos.

El enorme parecido que existe entre el colegio como espacio de formación y crecimiento personal y la comunidad, lo “público”, como el lugar para formación los ciudadanos en valores, es evidente. En nuestros años de experiencia en Mi Convive hemos aprendido que la escuela es donde se concentra el reservorio de los valores democráticos de nuestro país, es un punto de encuentro para el trabajo compartido, voluntario, para la puesta en marcha de proyectos comunes, es el lugar donde se resume lo mejor de la vida comunitaria. El liceo es el corazón de una comunidad, el punto de partida donde se atan voluntades y se trabaja por el futuro. Todo lo que se haga en torno al aula de clases redunda en beneficio de los niños y jóvenes y es un lugar para la organización popular que lucha por el cambio en el país.

Invertir esfuerzo, tiempo y recursos en la escuela, en los maestros, en los padres que acompañan a sus hijos en su formación, es una forma de trabajar por el bien común de todos en la comunidad. Bien nos lo dijo Denimar: los niños no son nuestro futuro, ¡son nuestro presente!

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Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/columnista/los-jovenes-no-son-nuestro-futuro-son-nuestro-presente/

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