América Central/Panamá/Prensa Latina
«Las personas creen que porque son niños siempre deben estar felices y realmente no es así. Ellos son quienes más absorben los problemas que hay en su entorno y muchas veces por temor no hablan y es allí cuando comienza el deterioro en la salud mental de los menores», afirmó el sociólogo Carlos Martínez.
Recordó que la depresión llega a ser peligrosa cuando los primeros síntomas como el aislamiento, alejamiento, desgano, irritabilidad y llanto son ignorados y confundidos por los adultos con berrinches, pero en realidad tratan de «buscar una opción para aliviar un poco la tristeza que sienten».
No obstante, Martínez aclaró que no siempre los padres son los culpables, pues también existen detonantes externos escolares, presiones de grupo, falta de identidad y confianza que inciden en ese estado de ánimo, que en el caso de los jóvenes tiene sus primeras señales con el distanciamiento entre los hijos, mamá y papá.
Ante esta realidad en ascenso, es imperante que los niños en edad escolar sean guiados, aseguró el sociólogo, el cual demanda al igual que otros colegas que la psicología sea integrada al currículo escolar, pues solo así podrían tratarse problemas familiares, sociales y de bullying (acoso), entre otros, de forma más natural.
La depresión es uno de los elementos desencadenantes del suicidio, la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, razón por la cual el Ministerio de Educación prevé activar una línea de ayuda en su página web para evitar que el cúmulo de sentimientos negativos llegue a ser incontrolable y termine con la muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente unas 350 millones de individuos en el mundo padecen de depresión, estado de salud que incide en el 14 por ciento de los problemas de conducta y trastornos emocionales de una persona.