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Alejandro Adler: “Definimos la psicología positiva como la ciencia del bienestar”

17 de enero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Alejandro Adler

Usted trabaja con el Dr. Martin Seligman, fundador de la psicología positiva. ¿En qué consiste esta disciplina y qué objetivos persigue?
La psicología durante 100 años estuvo enfocada a estudiar las deficiencias del ser humano y lo que interfiere en su funcionamiento con patologías como la depresión, ansiedad… A finales del siglo XX, la psicología asume que eliminando los elementos desestabilizadores de la condición humana se podía garantizar una vida plena. Pero la ausencia de malestar no garantiza el bienestar y este es el origen de la psicología positiva. En 1998 el Dr. Martin Seligman tomó las riendas de la asociación americana de psicología y se orientó al estudio del lado positivo del ser humano.

¿Cuáles fueron sus conclusiones?
Empezó a ver de forma empírica que el bienestar va más allá de la ausencia de sufrimiento y que era factible trabajar, sobre todo con niños y jóvenes que se encuentran en etapas más moldeables, los elementos positivos de la vida humana y promover hábitos y habilidades para fomentar la psicología positiva, que la definimos como la ciencia del bienestar.

Ustedes han medido empíricamente la felicidad. ¿Cómo se puede hacer y qué aspectos influyen para conseguirla?
Un campo de trabajo es la neurociencia. A través de resonancias magnéticas o encefalogramas podemos observar que en distintas regiones del cerebro se detectan comportamientos relacionados con el bienestar. En este sentido, un buen ejemplo lo podemos encontrar con el estudio del cerebro de monjes budistas, dedicados durante 30 ó 40 años a la meditación y almindfulness, en los que podemos observar neurotransmisores incrementados relacionados con sentimientos positivos.

¿Qué otros métodos existen para medir la felicidad?
Otro aspecto fundamental es promover el autoconocimiento. Cuando se desarrolla esta capacidad los individuos saben bastante más sobre su bienestar. Pueden llegar a sentirse parte de algo más grande que el propio yo. Nuestra vida tiene valor, tenemos metas que alcanzamos. Por último, los métodos más recientes están relacionados con el Big Data. Hemos realizado un estudio en que analizamos 6.000 millones de comentarios en RRSS, para determinar a partir de palabras y el lenguaje utilizado, el grado de bienestar de las personas y, como consecuencia, podemos detectar su salud cardiovascular, el desempeño académico o profesional. Este sistema es relativamente económico y arroja resultados muy significativos en tiempo real, que permiten obtener conclusiones sobre el grado de bienestar de grupos de personas, regiones concretas e incluso países.

En 1999, el Dr. Martin Seligman definió tres vías hacia la felicidad. ¿En qué consisten?
La vida placentera, la comprometida y la significativa. En el primer caso, se refiere a la parte más hedonista del bienestar y está relacionada con los sentimientos que nos produce, por ejemplo, recibir una buena noticia. Son las emociones positivas que sentimos a través de experiencias pasajeras. Resultan sanas y deseables, pero es el elemento más superficial del bienestar.

¿Y las otras dos vías?
La vida comprometida o de involucramiento tiene que ver con cuando encontramos una pasión o vocación y utilizamos nuestras fortalezas para llevarla a cabo. En inglés hay una palabra que lo define a la perfección “flow”. Es el caso de la pasión que puede llegar a sentir un violinista interpretando una obra musical o la de un profesor que encuentra su vocación transmitiendo conocimiento. Por último, se encuentra la vida significativa que es la vía hacia la felicidad más profunda y duradera a la que puede aspirar el ser humano y tiene que ver con un proyecto de vida, que trasciende sobre nuestra persona. Puede estar influenciado por la espiritualidad, la religión, pero también con causas como la defensa de los Derechos Humanos. En definitiva es una vía que trasciende y da sentido a nuestra vida desde la profundidad.

Este modelo ha llevado a la teoría del bienestar o PERMA. ¿En qué se fundamenta?
Consiste fundamentalmente en que el ser humano debe alimentarse de emociones positivas, de compromiso, de tener relaciones positivas, de dotar de significado a su vida y de obtener logros, que no forzosamente están relacionados con el éxito, ya que han de estar alineados con nuestra vocación. Todo ello, tiene como precursor el autoconocimiento, que nos permite alinearlos con lo que nos llama y mueve y nos lleva a utilizar nuestras fortalezas para progresar en la vida.

Por lo que se refiere a la vertiente educativa, ¿cómo podemos cambiar el paradigma educativo actual para promover en la escuela la plenitud humana?
Nuestra propuesta no sustituye al modelo educativo tradicional. La educación está enfocada de una manera, más o menos estandarizada, a promover una serie de conocimientos relacionados con determinadas materias. Pero nosotros consideramos que, sin olvidar la enseñanza convencional, la vida y la obtención del bienestar requiere de otras habilidades y competencias que van más allá que la superación de pruebas académicas. El nuevo paradigma que promovemos requiere de habilidades como la creatividad, la empatía, el pensamiento crítico, la capacidad para la toma de decisiones o resolución de conflictos… El fomento de estas habilidades acaba potenciando e influyendo positivamente en el desempeño académico tradicional.

¿Cómo enseñar estas herramientas en la escuela?
No hay un modelo uniforme, debemos en cada caso adaptarnos y contextualizar en función del ámbito de actuación. Pero defendemos dos posibles fórmulas, una de ellas explícita, que consiste en la implementación en el currículo de una asignatura específica sobre las habilidades de la vida. Esta materia debe estar al mismo nivel que las matemáticas, la ciencia o historia y debe ser impartida por docentes dotados de determinadas habilidades. Asimismo, es importante adaptar este aprendizaje y las disciplinas pedagógicas a las edades de los niños y jóvenes.

¿Y la segunda fórmula?
Otra opción para fomentar el cambio de  paradigma que defendemos es dotar a las asignaturas tradicionales de una óptica pedagógica que promueva estas habilidades. Enfocar las materias para que los estudiantes puedan profundizar y entender el para qué y el por qué nos puede servir aprender ciencias o literatura y no únicamente para pasar una prueba. Se trata de inculcar en las materias las habilidades para la vida.

¿Qué capacidades deben tener los docentes para enseñar estas habilidades?
Los docentes son los líderes en las aulas y el cambio en una escuela o sistema educativo depende de sus habilidades. Un profesor de matemáticas debe ser un experto en cálculo y, por tanto, para impartir formación relacionada con habilidades positivas es necesario formarse y vivir y encarnar dichas habilidades para trasladarlas al aula. Es necesario que el profesor pueda romper con la jerarquía de autoridad y pueda convertirse en la figura de mentor genuino digno de imitación, que facilita la formación integral de los estudiantes. Pero este papel no únicamente lo deben promover los docentes, también es fundamental la figura de los padres y del resto de adultos.

¿Cuáles son los resultados que han obtenido hasta la fecha?
Hemos aplicado nuestra metodología en centros educativos de distintos países de todo el mundo, y nos hemos dado cuenta que, independientemente del tamaño, de la cultura o el nivel socioeconómico de actuación, si se entienden los programas e intervenciones para que tengan la mayor relevancia posible y los docentes y adultos se adueñan del proceso de cambio, se puede incrementar considerablemente el nivel de bienestar de los ecosistemas educativos. Como he comentado anteriormente, todo ello tiene una relación directa con el crecimiento del desempeño académico en general y la salud física, al mismo tiempo que se reduce la deserción escolar. Incrementar el bienestar es factible y deseable en el ser humano y tiene un valor claramente instrumental.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/alejandro-adler-definimos-la-psicologia-positiva-la-ciencia-del-bienestar/

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Enseñanza de la robótica a los niños, una forma de prepararlos para su futuro

17 de enero de 2018 / Fuente: https://webadictos.com/

Conoce los beneficios que tiene la enseñanza de la robótica en los niños.

Al mencionar la palabra “robótica”, muchas personas piensan en máquinas sofisticadas, con forma humana y en tecnología muy avanzada, pero rara vez se asocia este término con niños o con su aprendizaje. Esto se debe a la percepción de que la robótica es un tema demasiado complejo para que un infante pueda comprenderlo, o que las ciencias les pueden resultar aburridas.

Enseñanza de la robótica a los niños

Lo cierto es que hoy en día los niños tienen un contacto cada vez más cercano y a edades más tempranas con tecnología que, hasta hace apenas unos años, ni siquiera era imaginable. Por ello es de gran impacto comenzar a pensar en la robótica como una materia extra clase en la cual deseen involucrarse. RobotiX, movimiento educativo que empodera a los niños a través de la enseñanza de la ciencia y la tecnología, enlista 7 beneficios de instruir a niños y niñas en el mundo de la robótica.

1.    Es una actividad con la que se divierten. Los niños son curiosos por naturaleza, pues están en una etapa de descubrir el mundo, y conocer nuevas cosas les provoca entusiasmo. Una clase de robótica les permite participar en una actividad lúdica, en la que pueden ser creadores y no simplemente limitarse a ser usuarios de la tecnología. Es una oportunidad de que saquen provecho a esa curiosidad mientras se divierten aprendiendo.

2.    Fortalece su creatividad. Más allá de sólo enfocarse en el aprendizaje teórico, al tomar una clase de robótica, los niños deben partir de un problema e idear una solución al mismo, así como desarrollarla hasta el final, lo cual fomenta su creatividad. Cada problema planteado es diferente y pueden existir diferentes soluciones al mismo, por lo que la búsqueda de respuestas los invita a explorar nuevas posibilidades y pensar “fuera de la caja”.

3.    Los prepara para el futuro. La robótica se enmarca en el modelo de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), las cuales están teniendo un repunte y una demanda mayor durante la última década debido a los avances tecnológicos que exigen más profesionistas en esta área. Sin embargo, no sólo impulsa a los niños a seguir este rumbo profesional, sino que fortalece sus habilidades de raciocinio, que les serán de utilidad en cualquier área de las ciencias o humanidades que les sea de mayor interés mientras crecen y se orientan hacia lo que de verdad les gusta.

4.    Fomenta el pensamiento crítico. Como mencionamos, no sólo las habilidades físico-matemáticas se ven fortalecidas con la enseñanza de la robótica. El ejercicio de la robótica no sólo requiere soluciones técnicas y materiales, sino que conllevan un debate ético y social, que requiere de una propuesta en la que se generen acuerdos entre distintas partes. Discutir por qué una solución es más factible frente a otra es una manera de fomentar en los niños el interés por generar acuerdos y cuestionar sus propias ideas.

5.    Promueve el trabajo en equipo y la cooperación. La construcción de un robot que cumpla una tarea específica requiere de una idea inicial, investigación, un primer diseño del mismo, programación y ensamblaje. No todos los niños destacarán por igual en cada una de estas habilidades: algunos tendrán una mejor comprensión de la programación y pueden sobresalir en esto, mientras otros serán mejores para diseñar un modelo funcional. Formar equipos con diferentes habilidades que colaboren para explotar las capacidades de cada uno, los enseña a organizarse, cooperar y aprender de los demás, mientras superan un reto juntos.

6.    Incentiva su empoderamiento. Cuando los niños realizan un proyecto de robótica, día con día se dan cuenta que pueden lograr un avance a la solución al problema que se les plantea. Esto los motiva para alcanzar su meta, pero además los hace consientes del poder, capacidad y creatividad que tienen, reforzando su autoestima y mejorando su confianza. Además, observar proyectos con ideas distintas a las suyas, y ver plasmado su esfuerzo y conocimientos en un proyecto real, los estimula para seguir adelante y hacer frente a las adversidades.

7.    Desarrolla su capacidad de concentración. Llevar un proyecto de robótica, desde su planteamiento hasta su aplicación final, es un proceso que lleva tiempo, esfuerzo y requiere de la capacidad de aplicar todos los conocimientos adquiridos por los niños. Por lo tanto, para poder obtener un resultado positivo, los niños deben centrar toda su atención en su proyecto, mejorando su capacidad de retención de ideas, atención a sus clases y aplicación práctica de la teoría.

Instruir a los niños en el campo de la robótica les abre muchas puertas para continuar con su educación científica, además de ayudar a fortalecer sus habilidades sociales y emocionales, para formarlos como personas responsables y creativas. Todo esto mientras se desenvuelven en un ambiente lúdico y educativo, que responde a sus inquietudes naturales y los impulsa a seguir aprendiendo e investigando por su cuenta el mundo que los rodea.

Fuente noticia: https://webadictos.com/2018/01/16/ensenanza-de-la-robotica-a-los-ninos/

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El error como herramienta de enseñanza y aprendizaje

10 de enero de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Mario de Jesús González

El error es usualmente considerado como algo malo, algo que denota la ineptitud de parte de los alumnos, haciendo que, el hecho de equivocarse sea visto por éstos como un tabú. El error es fundamental para que los niños puedan aprender, ya que se les puede “enseñar” que existen algunas acciones o situaciones impredecibles, de las cuales nadie está exento de que ocurran. Por ello, hoy se hace perentorio cambiar este paradigma, hacia la necesidad de considerar el error como la puerta del aprendizaje.

Giordan, (1985). En el interés didáctico de los errores de los estudiantes, sostiene que el problema del error, se vincula al problema de la verdad y de la fuente última del conocimiento. Doctrina propuesta por Sócrates, según la cual el hombre puede errar individual y colectivamente; pero debe aspirar a la verdad objetiva examinando sus errores mediante la autocrítica y la crítica racional

En este mismo sentido, Jean Pierre Astolfi, (2000) afirma que “solo dejan de equivocarse los que no hacen nada”. La vida diaria de los seres humanos está llena de errores. Toda persona comete errores, es decir, se equivoca al no hacer lo correcto en las diferentes actividades que realiza. Suele pasar la mayoría de las veces sin darse cuenta de que es un error, por lo que se sigue haciendo hasta que llegan las consecuencias. Sin embargo cada error tiene un aprendizaje.

La visión que se da al error en las instituciones educativas cambia por completo. Cuántas veces se hace del error una fuente de angustia, de estrés y hasta de violencia. En cuántas ocasiones se pregunta, o se pasa a un alumno al tablero, y con el simple tono de voz que se utiliza, causa situaciones en los estudiantes que se podrían traducir en un olvido de la respuesta, causado por el temor que se infunde o el miedo a cometer errores. Además, como existe ésa contienda permanente que pretende que cada grupo sea el número uno, el que mejor se desempeña, el que sería el reflejo de lo que se espera del mundo ideal; perfecto para el maestro, entonces, no se consiente la idea de caer en el error.

Es oportuno considerar, el hecho que el alumno se equivoque y que tenga consciencia de ello, porque esto sirve como punto de partida para enfocar el rumbo del proceso escolar. Es más importante enseñar a conciencia, para saber qué aprenden los estudiantes. Además, es tiempo de acabar con el síndrome del marcador rojo, utilizado para resaltar lo malo, por la rotulación que produce en los estudiantes, mucho menos que reciten lo que aprenden, sabiendo que se puede aprender del error, de la misma manera en que la práctica hace al maestro. Pues nadie es perfecto. Así que es tiempo de dejar de lado la idea de que los errores en el proceso de enseñanza y aprendizaje son uno de los mayores problemas que afronta la educación, ya que se puede hacer del error una nueva manera de acceder al conocimiento.

Neus Sanmartí, (2000) en El error en el proceso de enseñanza, sugiere estimular la expresión del error mediante un clima de aula no amenazador, donde no exista ese sumergimiento al fallo, que toda cultura castiga por haberlo cometido. A cambio, exhorta a brindar la oportunidad a quien aprende, para que pueda participar con libertad, donde sienta que sus ideas son escuchadas, donde pueda desarrollar capacidades, que propendan por la superación de estos obstáculos.

Así queda un gran desafío para la academia escolar en cuanto a metodología y didáctica se refiere, para utilizar el error que cometen los estudiantes como materia prima del desarrollo del aprendizaje. Pero esto requiere una postura profesional del docente, que reflexione respecto a las prácticas y métodos que se utiliza en el aula, pues, de alguna manera inciden en el tipo de errores que cometen los estudiantes, por ello, se debe dar sentido al aprendizaje, marcando la diferencia entre lo que se aprende de manera significativa y entre una decepción escolar.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/error-herramienta-ensenanza-aprendizaje/

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España: Otros 500 profesores interinos pueden ir al paro por no tener el título de valenciano

España/08 de Enero de 2017/ABC

UGT reclama al conseller de Educación negociar la readmisión de 1.200 docentes interinos ya despedidos por la orden lingüística.

UGT-PV ha pedido a la Conselleria de Educación una reunión para negociar la readmisión de 1.241 docentes interinos despedidos como consecuencia de la aplicación de la Orden de catalogación lingüística de determinados puestos de trabajo en los centros educativos dependientes de la Generalitat. Es más, otros 500 profesores pueden perder su empleo por esta misma exigencia del título de capacitación y conocimientos del valenciano.

Según asegura el sindicato en un comunicado, si continua aplicándose esta normativa en los términos que está redactada, «el número de profesorado interino que será despedido puede llegar a cerca de 1.700 docentes, del total de más de más de 10.000 docentes interinos que trabajan en los centros públicos ocupando una vacante de curso completo.

El sindicato de los trabajadores de la Enseñanza Pública de UGT, integrado en la Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP-UGT PV), ha presentado un escrito dirigido al conseller de Educación, Vicent Marzà, y al secretario autonómico de Educación e Investigación, Miguel Soler, para solicitarles la reunión.

UGT PV pide negociar la reincorporación del profesorado despedido como consecuencia de la aplicación de la Orden 90/2013, de 6 de noviembre, de catalogación lingüística de los puestos de trabajo correspondientes a los maestros, profesorado de Enseñanza Secundaria y profesorado técnico de FP) en los centros educativos públicos dependientes de la Generalitat.

También quieren proponer medidas que a su juicio «se deben adoptar para evitar que la ampliación de esta normativa también provoque, en su momento, el despido del profesorado de los cuerpos docentes de las enseñanzas de régimen especial (EeOI, catedráticos y profesorado de Música y Artes Escénicas, y profesorado y maestros de taller de Artes Plásticas y Diseño).

Veteranos

UGT denuncia que los cerca de 1.200 docentes interinos con vacante hasta el 1 de agosto de 2017 que fueron despedidos a partir del 1 de septiembre «se han visto en la calle con 45, 50 o 60 años de edad, sin poder terminar dignamente su carrera y actividad profesional y acceder en las mejores condiciones posibles a la jubilación».

Esta situación, asegura, se verá «agravada» por la nueva orden de catalogación lingüística que prepara el conseller y que elevará a 1.700 los docentes despedidos. «Una agresión en toda regla al profesorado valenciano, que desde UGT no podemos aceptar».

Por ello, UGT ha rechazado estas ordenes y ha pedido su retirada y la modificación de la Orden 90/2013, así como que se readmita al profesorado despedido.

A su juicio, la catalogación de los puestos de trabajo con el requisito lingüístico del valenciano «no puede servir para despedir a los trabajadores de la enseñanza o sustituirlos por otros. Eso es inadmisible».

UGT señala que comparte el fin que se persigue con esta normativa (la catalogación lingüística de los puestos de trabajo docente), pero no los medios que se han utilizado para conseguirlo (el despido del profesorado que los ocupaba por no tener el requisito lingüístico que se pide y su sustitución por otro profesorado que si los reúne)».

Traslados y exenciones

Propone la readmisión del profesorado despedido mediante la ampliación de la moratoria, y cuando esta venza permitir al profesorado interino que todavía no tenga la capacitación lingüística que pueda continuar trabajando en las localidades y comarcas que la Llei d’Us i Ensenyament del Valencià establece como de predominio lingüístico castellano.

También reclama concretar en el nuevo sistema transitorio que se establezca el plan y programa de formación que la Administración educativa se obliga a realizar específicamente con este profesorado sin capacitación lingüística.

Asimismo, pide eximir del requisito lingüístico y la capacitación a todo el profesorado mayor de 45 años y con una experiencia docente mínima de 10 años.

«Nuestro apoyo a la amplia Oferta de Empleo Público Docente (OEPD) para el cuatrienio 2018-2021, exige ciertos compromisos del Consell deXimo Puig y la negociación de un pacto de estabilidad que garantice el empleo del profesorado interino mayores de 45 años y 10 años de servicios durante los próximos cursos, especialmente a partir de 2021, cuando finalice esta amplia OEPD, para que puedan finalizar dignamente su carrera profesional», afirma.

Fuente: http://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-otros-500-profesores-interinos-pueden-paro-no-tener-titulo-valenciano-201801061909_noticia.html

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La sombra de los libros de texto

Por: Alberto Sebastián Barragán

Los libros de texto son prioritarios para el aprendizaje. Según su época, contenido o finalidad han tenido muchos nombres, desde: Manual educativo, Libros elementales, Florilegio, Silabario, Compilación, Colección, Miscelánea, Epítome, Compendio, etcétera; sin embargo, hay que rastrear sus orígenes para comprender su situación actual, en específico, en estos momentos del sistema educativo mexicano.

Desde el siglo XVII Juan Amos Comenio esbozaba la trascendencia de los libros escolares, para mejorar las actividades de enseñanza y optimizar el aprendizaje de los educandos. Proponía que los libros estuvieran en forma de diálogo para favorecer el entendimiento de los niños, y que desarrollaran procesos cognitivos desde el lenguaje escrito.

Más de un siglo después, y una vez terminada la revolución francesa, se erigían proyectos educativos para inculcar los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad. En 1791, Charles-Maurice de Talleyrand presentó un informe sobre la instrucción pública, donde se declaraba la importancia y necesidad de los libros elementales, para construir verdades universales y ahorrar los esfuerzos para aprenderlas.

Durante todo el siglo XIX, los libros escolares se convirtieron en insumo del nacionalismo, al nivel de las monedas o los símbolos patrios, los libros de texto constituyeron elementos de identidad nacional. En muchos países, y en el nuestro, nacieron los sistemas educativos y establecieron los principales ejes de la tarea educativa de cada nación.

Desde 1821, nuestro país tuvo un largo proceso de luchas entre proyectos de nación, hasta que a finales del siglo XIX se estableció el porfiriato, un régimen dictatorial que generó desatinos, pero también desarrolló la ruta de proyectos positivista que mantenían la formación normalista de docentes, la universidad pública, y la educación primaria con textos escolares para los alumnos.

Después de la revolución mexicana, y con la modificación del artículo tercero, José Vasconcelos impulsó la creación de una Secretaría de Educación Pública (SEP), la cual contaba con tres departamentos: el Escolar, el de Bibliotecas y Archivos, y el de Bellas Artes. Desde hace casi cien años se consideraba relevante el acceso a la educación y a los libros, para ir cultivando la alfabetización y el conocimiento de los mexicanos.

El secretario particular de José Vasconcelos, fue un joven escritor, quien a su temprana edad ya contaba con obras literarias publicadas: Jaime Torres Bodet, quien vivió el nacimiento de la SEP, y posteriormente, entre 1922 y 1924, fue director de bibliotecas de la SEP. En los gobiernos de Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, se realizaron proyectos educativos para dotar a los alumnos de cartillas de alfabetización y libros escolares.

La prioridad de esas primeras décadas de la SEP, había sido la cobertura de educación primaria. En esa construcción de escuelas y prestación del servicio educativo público, se impulsaba también la distribución inicial de libros escolares. La creciente población escolar fue agudizando la demanda de espacios y de materiales educativos. Desde 1920 el mercado de libros de texto estaba competido por empresas de Estados Unidos, Francia, Alemania y España. Para la década de los 50, se habían consolidado las firmas españolas, tanto por la cercanía del lenguaje, como por la residencia en México de españoles y nuevos exiliados del régimen franquista, apoderándose del mercado de manuales escolares.

Para la segunda gestión de Torres Bodet como secretario de educación, en 1958 se puso en marcha el Plan de Once Años y se fundó la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG). El gobierno mexicano se convirtió en autor, editor, impresor y distribuidor de libros escolares. Un rasgo notable de esta comisión fue la unificación de contenidos, y el tiraje masivo de ejemplares para todos los alumnos de escuelas públicas. Esta política educativa acentuó el papel social del estado educador, y disminuyó la influencia de las editoriales españolas.

Desde la década de los 60 hasta finales de los 90, la CONALITEG mantenía la producción de Libros para alumnos, Libros en Braille, Materiales para maestros, Antologías de Educación Normal, Libros por entidad, y una diversa producción editorial. En todo momento, la producción de libros de texto acompaña la aplicación de reformas curriculares, y los libros de los alumnos se vuelven un insumo central para la aplicación de las modificaciones a los programas escolares.

Ya para 1997, se impulsó la entrega de libros gratuitos para estudiantes de secundaria, los cuales actualmente son comprados por la SEP a editoriales privadas. Y desde 2014, se anunció que habría entrega de libros de texto gratuito a los alumnos del bachillerato obligatorio.

Sin duda, los libros escolares en México, han sido un ejemplo de reconocimiento internacional. Han sido una empresa titánica que ha favorecido el proceso de alfabetización y desarrollo académico de nuestra sociedad. Sin embargo, hay muchos elementos por revisar. No hay que perder de vista que el nacimiento de la CONALITEG generó límites al enriquecimiento de particulares españoles de la industria editorial a costa de la educación pública; pues, en estos momentos de reforma educativa, se cocinan los textos que pondrán en marcha el nuevo modelo educativo. Y no se han anunciado modificaciones, ya que le seguirán vendiendo libros a la SEP dos casas editoriales: Fernández Editores y Grupo Editorial Santillana, ambas de origen español. La sombra de los libros de texto sigue ahí.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-sombra-de-los-libros-de-texto/

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Cómo lograr que tu mente lea

Por: El Observador

Los malos hábitos de lectura no tienen nada que ver con los nuevos dispositivos electrónicos y la falta de concentración que generan sino con una falta de conocimiento de cómo funciona el cerebro
Hay personas que no son buenas lectoras. Muchas culpan a la ubicuidad de los medios digitales: estamos muy ocupados en Snapchat como para poder leer, o quizá echar rápidos vistazos en internet nos ha vuelto incapaces de leer prosa de verdad. Pero el problema con la lectura data de fechas anteriores a las tecnologías digitales. El problema no son los malos hábitos de lectura generados por los teléfonos inteligentes, sino los malos hábitos educativos generados por el desconocimiento de cómo lee la mente.

Pero ¿cuán grave es nuestro problema de lectura? La más reciente Evaluación Nacional de Alfabetización en Adultos (de 2003 es un poco antigua) de Estados Unidos ofrece un panorama de la capacidad de los estadounidenses para leer en situaciones cotidianas: cómo utilizar un almanaque para encontrar un dato en específico, por ejemplo, o explicar el significado de una metáfora utilizada en una narración. Del segmento de personas que terminaron el bachillerato pero no continuaron con su educación, el 13 por ciento no podía realizar ese tipo de tareas. Cuando las cosas se volvieron más complejas (comparar, por ejemplo, dos editoriales de periódico con interpretaciones diferentes de pruebas científicas o examinar una tabla para evaluar ofertas de tarjetas de crédito), el 95 por ciento se equivocó.

No hay razón para creer que la situación haya mejorado. Las notas de los estudiantes de último año de bachillerato en el examen de lectura de la Evaluación Nacional de Progreso Educativo no han mejorado en treinta años.

Muchos de esos malos lectores pueden emitir sonidos a partir de palabras impresas, así que, en ese sentido, pueden leer. Sin embargo, son analfabetas funcionales: comprenden muy poco de los sonidos que emiten. Entonces, ¿qué requiere la comprensión? Un amplio vocabulario, evidentemente. El conocimiento de los hechos tiene la misma importancia, aunque más sutil.

Toda la prosa tiene huecos fácticos que debe llenar el lector. Considera la frase: «Prometí no jugar con él, pero ni así mi mamá me dejó llevar mi cubo Rubik a la biblioteca». El autor ha omitido tres hechos vitales para la comprensión: en una biblioteca debes guardar silencio, los cubos Rubik hacen ruido y los niños no pueden resistirse a los juguetes. Si no conoces estos hechos, podrías entender el significado literal de la oración, pero no sabrás por qué la mamá prohibió el juguete en la biblioteca.

El conocimiento también proporciona contexto. Por ejemplo, el significado literal del famoso titular falso del año pasado: «El papa Francisco sorprende al mundo al respaldar a Donald Trump en su candidatura presidencial», no es ambiguo, no se necesita llenar ningún hueco. Pero la oración tiene una implicación diferente si sabes algo acerca de las posturas públicas (o privadas) de los hombres involucrados, o si sabes que ningún papa ha apoyado jamás a ningún candidato presidencial.

Entonces podrías pensar que los autores deberían incluir toda la información necesaria para comprender lo que escriben. Escribir que en las bibliotecas debe haber silencio. Pero esos detalles harían que la prosa fuera larga y tediosa para los lectores que ya conocen esa información. «Escribe para tu público» significa, en parte, apostar a lo que ya saben.

Estos ejemplos nos ayudan a comprender por qué los lectores pueden decodificar bien, pero obtienen resultados mediocres en una prueba; carecen del conocimiento que el escritor asumió que tenía su público lector. Pero si un texto aborda un tema conocido, los malos lectores deberían poder leerlo.
En un experimento, se les pidió a estudiantes cuyas edades oscilaban entre los 8 y los 9 años, algunos identificados a través de una prueba como buenos lectores y otros como malos lectores, que leyeran un pasaje sobre el fútbol. Los malos lectores que sabían mucho acerca del fútbol tuvieron tres veces más posibilidades de hacer inferencias precisas acerca del pasaje, a diferencia de los buenos lectores que no sabían mucho acerca del deporte.

Ello implica que los estudiantes que obtuvieron buenas notas en las pruebas de lectura son aquellos con amplios conocimientos; por lo general, saben al menos un poco de los temas de los pasajes del texto. Otro experimento puso a prueba la cultura general de unos estudiantes cuyas edades oscilaban entre los 16 y los 17 años con preguntas de ciencias («¿A qué parte del cuerpo afecta la neumonía?»), historia («¿Qué presidente estadounidense renunció a causa del escándalo Watergate?»), además de arte, civismo, geografía, deportes y literatura. Las notas en esta prueba de conocimientos generales se asociaron en gran medida con las obtenidas en la prueba de lectura.

Las prácticas educativas actuales demuestran que la lectura de comprensión está mal entendida. Se le trata como una habilidad general que puede aplicarse con el mismo grado de éxito en todos los textos. Sin embargo, la comprensión está íntimamente entrelazada con el conocimiento

Esto sugiere tres cambios importantes en la educación.

En primer lugar, apunta hacia una reducción del tiempo que se pasa alfabetizando a los estudiantes de los primeros grados. Los estudiantes cuyas edades oscilan entre los 8 y los 9 años pasan el 56 por ciento del tiempo en actividades de alfabetización y solo 6 por ciento en ciencias y 6 por ciento en estudios sociales. Este énfasis desproporcionado en la alfabetización resulta contraproducente en los grados posteriores, cuando la falta de conocimiento de los temas impide la comprensión. Otro paso positivo consistiría en utilizar textos cargados de información en los primeros grados de la educación primaria. Históricamente, han tenido poco contenido.

En segundo lugar, comprender la importancia del conocimiento para la lectura debe lograr que pensemos distinto acerca de las pruebas estándares de fin de año. Si una niña ha estudiado a Nueva Zelanda, debe ser buena leyendo un pasaje acerca de Nueva Zelanda. ¿Por qué ponerla a prueba con un pasaje acerca de las arañas o del Titanic? Si los temas se eligen al azar, la prueba evalúa el conocimiento aprendido fuera del salón de clase, un conocimiento que los niños de familias acaudaladas tienen mayores probabilidades de adquirir.

En tercer lugar, la construcción sistemática del conocimiento debe ser una prioridad en el diseño de los planes de estudios.

No culpes al internet, a los teléfonos inteligentes o a las noticias falsas de los malos hábitos de lectura. Culpa a la ignorancia.

Modificar esta situación requiere de cambios profundos en la enseñanza de la lectura, en las pruebas estandarizadas y en los planes de estudios escolares. Como sustento de estos cambios debe haber una mayor comprensión de la forma en que la mente comprende lo que lee.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/como-lograr-que-tu-mente-lea-n1150058
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Es hora de personalizar la educación

Por Martín Mathus Gómez Sandoval*

Si entras a un salón de clases en cualquier parte del país —o del mundo— te encontrarás una configuración muy similar: un maestro con plumón en mano y pizarrón a su espalda frente a un grupo de estudiantes de prácticamente la misma edad sentados en pupitres alineados. Será obvio intuir que esta configuración está basada en que todos los estudiantes aprendan el mismo contenido, al mismo tiempo, al mismo ritmo y de la misma manera.

La razón por la cual se instaló tal configuración en las escuelas es lógica y simple: cuando se sistematizó la educación pública en Prusia en el Siglo XVIII, al mismo tiempo cuando se acercaba la Revolución Industrial en Europa, se requería de un modelo eficiente que pudiera enseñarle por primera vez a toda la población los conocimientos básicos para la industria de esa época. El sistema más eficiente que se pensó fue agrupar a los estudiantes por año de nacimiento y tratar de maximizar el tamaño del grupo que un maestro podía enseñar. En un mundo donde todavía no existían los sistemas educativos públicos, dar este salto por primera vez debió haber sido aterrador para la hacienda pública.

En los últimos 200 años, los modelos educativos han evolucionado, pero no han dejado atrás este modelo base de ‘fábrica’. En este modelo algunos estudiantes en cada clase logran sobresalir, pero la mayoría simplemente aprueba los cursos sin dominar los conceptos y aprehender los conocimientos. Pongamos un ejemplo: supongamos que un estudiante obtiene una calificación de 8 en un examen final de matemáticas. Basado en la típica curva de distribución de calificaciones, este estudiante quizá estará por encima del promedio del grupo y por lo tanto su rendimiento escolar se determinará como ‘alto’. Sin embargo, el obtener un 8 de 10 implica que hay un 20% del contenido de ese examen que el estudiante no conoce. Esto quiere decir que un estudiante catalogado como ‘exitoso’ bajo este esquema desconoce por completo el 20% de los conocimientos impartidos en dicha etapa, los cuales podrían ser los cimientos de temas más avanzados y por lo tanto el estudiante está destinado a lidiar con la materia en el futuro. Esta realidad simplemente ha sido aceptada durante siglos.

Aprobar vs. Dominar

Por otro lado, la alternativa es basar la enseñanza en el dominio de los temas y en la aprehensión de éstos. Esto implica los siguientes ajustes: 1) basar la aprobación de un curso a otro en la competencia en vez de un simple cumplimiento de horas; 2) adaptar los métodos de enseñanza a cada estudiante; 3) destinar el tiempo que sea necesario en cada tema para que cada estudiante lo domine; 4) el estudiante no se puede rendir (esto último supone una educación emocional personalizada y adaptable).

Como se puede leer, todos los ajustes pertinentes están relacionados con la personalización y adaptabilidad de la enseñanza. Es fácil intuir que la mejor forma de implementar esta alternativa sería por medio de tutorías uno a uno, con cada tutor entendiendo las fortalezas, debilidades y entorno del estudiante. No es coincidencia, por lo tanto, que el nivel educativo de los padres, o el tiempo que éstos invierten asistiendo a sus hijos con labores escolares sean dos de los principales determinantes del rendimiento escolar de los estudiantes. Tampoco es coincidencia que familias pudientes contraten tutores privados para proveer una instrucción a la medida para sus hijos, se viene haciendo desde antes que Filipo II contratara al mismo Aristóteles para educar a su hijo Alejandro Magno. Los tutores personales, por lo tanto, son naturalmente considerados la opción ideal. Sin embargo, la inversión en educación tiene restricciones presupuestarias naturales que limitan que cada estudiante tenga un tutor personal. He aquí una gran disparidad en el acceso a la educación.

 

Entra la tecnología

Lo emocionante de nuestro tiempo es que a través de la tecnología estas experiencias de aprendizaje a la medida están al alcance de ser escalables y sistematizables. Existen ya múltiples plataformas para el aprendizaje adaptativo que pueden ofrecer los beneficios de una tutoría uno a uno, proveyendo a cada estudiante con su propia ruta personalizada, que se ajusta en tiempo real y reacciona a la actividad y el interés del estudiante.

El uso intensivo de estas tecnologías va en ascenso y sería una pesadumbre atestiguar una vez más cómo el uso de la tecnología abre y profundiza brechas en nuestra sociedad en vez de cerrarlas. Es por eso que el diseño e implementación de un modelo con aprendizaje adaptativo al centro es imperativo en el sistema educativo público mexicano.

Es importante mencionar que hablar sobre tecnología en educación de ninguna manera implica subestimar la labor de los maestros. La tecnología no está volviendo a los maestros obsoletos, los está volviendo más importantes. Diversos estudios demuestran que los mejores resultados de uso de estas tecnologías provienen de una implementación ‘blended’, en los cuales las plataformas digitales fungen como poderosas herramientas para los maestros. Por lo tanto, el éxito del diseño e implementación de un modelo para México se logrará únicamente si los maestros se involucran completamente en éste.

Éste no es un artículo de cómo está la educación en México; eso ya lo sabemos. Tampoco es un artículo argumentando que la educación en México debe mejorar; en eso estamos todos de acuerdo. Vamos a poner en el debate público la sistematización de tecnologías e innovaciones educativas para cerrar brechas y vencer desigualdades estructurales en nuestro país.

*Cofundador de Nextia y de Inviértete.

 

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Fuente del Artículo:

Es hora de personalizar la educación

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