Tras la llegada al poder del presidente Evo Morales, la educación se convirtió en una de las prioridades del gobierno y en la última década fueron construidas cuatro mil escuelas y se invirtieron más de 20 mil millones de bolivianos (dos mil 878 millones de dólares) anuales en el sector.
Según el titular de esa cartera, Roberto Aguilar, gracias a los esfuerzos del primer presidente indígena de este país y a la colaboración cubana y venezolana, Bolivia fue declarada Territorio Libre de Analfabetismo en 2008 y se convirtió en uno de los referentes más importantes en el enfrentamiento a esa problemática.
Entre los programas impulsados por la dirección del país también destacan la atención a personas discapacitadas en edad escolar y la implementación del bono Juancito Pinto, orientado a incrementar la matrícula, reducir la deserción y disminuir la trasmisión intergeneracional de la pobreza.
A inicios de 2016, Morales precisó en un informe a la nación que de 2005 a la fecha las inversiones en educación crecieron un 207 por ciento, se crearon 70 institutos técnicos, 27 Escuelas Superiores y 20 Unidades Académicas para la formación de maestros.
Asimismo, se otorgaron más de un millón de certificados de bachiller de manera gratuita y un incentivo de mil bolivianos (143 dólares) a los mejores estudiantes de todo el país.
Por otra parte, destacó la entrega de 260 mil computadoras a profesores y estudiantes con el objetivo de promover el uso y aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
De acuerdo con datos oficiales, en 1950 la tasa de analfabetismo en Bolivia ascendía a 69 por ciento, en 2001 a 13 y durante la gestión del Movimiento al Socialismo disminuyó a 2.9.
Antes de 2006, más de un millón 200 mil personas no sabían leer en este país y el 50 por ciento de ellas eran indígenas y mujeres, residentes en zonas apartadas.
En marzo de ese año, Morales dio por inaugurada la Campaña de Alfabetización en la ciudad de Camiri, en el oriental departamento de Santa Cruz, proceso desarrollado también en aimara, quechua y guaraní.
Un año después, el municipio de Tolata, en Cochabamba, fue el primero en acabar con el analfabetismo y el 20 de diciembre de 2008 Bolivia anunció el fin de ese flagelo en su territorio.
‘Misión cumplida ante el pueblo boliviano y ante el mundo entero. Debemos sentirnos orgullosos de ser el tercer país libre de analfabetismo en Latinoamérica’, afirmó el jefe de Estado ese día.
Según reportes del Gobierno, en 33 meses se graduaron más de 820 mil ciudadanos con el método cubano Yo sí puedo, implementado con la ayuda de 128 colaboradores de la nación caribeña, 47 venezolanos y cerca de 60 mil bolivianos.
La etapa inicial de la campaña requirió una inversión de 36 millones de dólares e incluyó la entrega de 212 mil espejuelos a personas con discapacidades visuales. En 2009, comenzó el período de consolidación o post-alfabetización Yo sí puedo seguir, el cual ha beneficiado a más de 150 mil personas y es aplicado por 12 mil facilitadores.
Siempre agradecemos a la misión cubana y venezolana, porque en el arranque de este proceso recibimos su apoyo financiero y pedagógico, señaló Aguilar.
Es un triunfo porque los que vencieron el nivel primario ahora están en la secundaria ejerciendo su derecho para luego acceder a la educación superior, independientemente de la edad que tengan, añadió.
Por otra parte, más de dos millones 200 mil alumnos se beneficiaron en 2016 con el bono Juancito Pinto, creado en 2006 para disminuir las tasas de abandono escolar.
La iniciativa, que dispone el pago de 200 bolivianos (cerca de 30 dólares) anuales a estudiantes de unos 15 mil centros públicos y de convenio, permitió reducir la deserción en primaria de 6,1 por ciento a 1,82 y en secundaria de 10 a 4,8.
Los requisitos para acceder al bono son la presencia física del estudiante, el padre o tutor y el profesor, quien debe presentar su registro pedagógico para demostrar la asistencia a clases del favorecido.
Por otra parte, el gobierno informó que durante 2017, más de 500 niños y jóvenes discapacitados se beneficiarán con el Proyecto sociocomunitario de educación en casa.
Según el vicetitular de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, este año se prevé ampliar dicho programa, el cual incluyó a 90 personas de los nueve departamentos del país en su etapa inicial.
La iniciativa, coordinada además por los ministerios de la Presidencia, Salud y Justicia, está centrada en pacientes parapléjicos y con otros padecimientos graves en edad escolar.
Aguilar precisó que el proyecto está concebido para ciudadanos con escasos recursos sin posibilidad de asistir a alguno de los 136 centros de enseñanza especial existentes en el país.
Recibirán, además, atención personificada e integral en salud y justicia. En una primera etapa trabajamos con 90 niños y jóvenes de toda Bolivia y para 2018 esperamos llegar a los mil 500, señaló.
Hoy contamos con 19 mil 592 personas con discapacidad y mil 507 profesores incorporados al sistema de Educación Especial, el cual se complementa con iniciativas como estas. Nuestro objetivo es garantizar el respeto a los derechos de todos los bolivianos, indicó.
El principio de la inclusión y el fortalecimiento de la identidad nacional son la base de las políticas educativas implementadas por el gobierno de Morales, quien considera la formación académica como una de las principales vías para el desarrollo y la defensa de Bolivia.
Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=54361&SEO=bolivia-la-educacion-como-prioridad-y-via-de-inclusion