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Francesco Tonucci: «Que un niño se aburra en la escuela es algo que no se debería tolerar»

Italia / Autor: Rafel Montaner / Fuente: Levante EMV

«El colegio debería compensar lo que le falta al niño al nacer y no lo hace», denuncia el pedagogo italiano

Pedagogo. El pedagogo italiano Francesco Tonucci, «Frato», el ideólogo de los consejos de niños, visitó ayer la muestra que el Museu de les Ciències de València dedica a su obra. Allí dio una charla a más de 200 maestros sobre cómo debería ser una escuela que le guste al alumnado.

Una foto de 1944 con su grupo escolar de infantil, en aquella Italia que Mussolini metió en el abismo de la II Guerra Mundial. Está llena de niños de entre tres y cuatro años pero ninguno de ellos sonríe. Contra esta imagen lleva luchando más de medio siglo el pedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, Frato (Fano, 1940). Desde que en 1968 dibujó la primera de sus famosas viñetas, en las que los niños siempre cuestionan la forma de pensar de los adultos, cada una de ellas ha sido y es un misil contra la línea de flotación de la educación tradicional. «Todo lo que hago, incluso las viñetas, es para denunciar la escuela triste», dice.

P Tras 73 años aún queda mucha tristeza en las aulas, ¿no cree?
R El problema es que existe la sensación de que una escuela que le guste a los niños no es un buen colegio. Los padres mismo, a veces, se preocupan si el niño va contento a la escuela porque piensan que esta no es seria. Esto se debe a que una escuela seria, tal como la recordamos los adultos, es la que hace sufrir a sus alumnos. Yo estoy totalmente en contra de esto. La escuela, para mí, debe ser un lugar ameno, simpático y agradable pues los niños pasan en ella mucho tiempo. Si en el trabajo la gente se encuentra bien, a gusto, trabaja mejor y produce más. La escuela es igual. Que se aburran los alumnos en ella es algo que no se debería tolerar y, sin embargo, se considera normal.

P ¿Cómo evitar que los niños se aburran en la escuela?
R Simplemente que puedan hacer lo que a cada uno le guste. Esto parece casi una propuesta anárquica, pero no lo es. Que cada niño haga lo que le gusta es permitirle que desarrolle aquello para lo que ha nacido, su vocación. García Márquez cuenta que «uno nace escritor, poeta o músico y a veces no lo sabe. Para él sería muy importante que, cuando entre por primera vez en una escuela, encuentre a alguien que le ayude a descubrir su juguete preferido». Lo más importante de la educación no es impartir el currículo, sino ayudar al niño a dar con su juguete preferido, con el que desarrollarse y ser feliz toda la vida.

P Entonces, ¿ese es el principal secreto del oficio de enseñar?
R El secreto del maestro no es enseñar, eso es lo que cuenta menos, sino educar. En la Constitución Española hay una frase muy bonita, que es la misma que está en la Declaración de los Derechos del Hombre de 1948, que es: «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana». No dice que el objetivo de la escuela sea la instrucción, no que aprendan el programa, sino que puedan desarrollar su naturaleza. Mi deber como maestro es desarrollar las capacidades de los niños, no enseñarles mis competencias. Yo en mi clase era siempre el mejor en dibujo, pero no le interesaba a nadie. Sufría mucho porque tenía problemas en matemáticas. Pero el maestro no me decía «como tú has nacido artista, no te preocupes, ya llegará la matemática». No estoy diciendo que hay que desarrollar solo lo que el niño quiere, pero si éste se dedica con toda su alma a ello, también desarrollará lo que le falta.

P Todos los miembros del Consejo de niños del Museo de las Ciencias de València dicen que lo que menos les gusta de la escuela son los deberes. ¿Qué opina de las tareas escolares para casa?
R Los deberes no consiguen los resultados que la escuela propone. En teoría los plantea como un refuerzo para los alumnos más débiles… Entrenar, entrenar y entrenar hasta aprender. Los que ya saben mucho no se entiende por qué tienen que hacerlos, pues para ellos es un castigo y nada más. El problema está en que los alumnos más débiles tienen también familias débiles, pues lamentablemente el éxito escolar es correlativo al nivel sociocultural de los padres. Esto es una enorme injusticia. Otra denuncia a la escuela, que debería compensar lo que le falta al niño al nacer y no lo hace. Estos niños que saben poco muchas veces no tienen una familia ni preocupada por su experiencia escolar ni capaz de ayudarles con los deberes, pues casi siempre sus padres saben menos que ellos. Si un niño necesita recuperar, eso es una competencia que la escuela no puede dejar en manos de los padres. Ese es un papel que corresponde al colegio dentro del horario escolar, con la presencia y la garantía del maestro, que es el único que sabe cómo moverse para que el niño pueda recuperar las lagunas que tiene. Además, los deberes son un abuso porque ocupan un tiempo de los niños que no es del colegio. Los escolares ya pasan cinco o seis horas al día en el colegio y eso es más que suficiente. La escuela no tiene derecho a ocupar más tiempo de la infancia. Al contrario, debería estar sumamente interesada en que los niños aprovechen el tiempo fuera del horario escolar para jugar, descubrir y vivir experiencias que poder contar en el aula. La escuela necesita de la vida de los niños, si no recibe este aporte tiene que volver al currículo y al libro de texto, y por tanto es una mala escuela.

P Dice que el objetivo de los consejos de niños es el de poner en crisis a los adultos. ¿Por qué?
R Poner en crisis nuestra forma de pensar es vital. El artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño de 1989 dice que los niños tienen derecho a expresar su opinión cada vez que se toman decisiones que les afectan, y que hay que tener en cuenta sus propuestas. Esto, que es ley del Estado español desde los años 90, significa que un colegio que no tenga un consejo de niños con el cual se enfrenta el director para conocer lo que piensan los alumnos es una escuela ilegal que habría que cerrar. Sin un consejo de niños el colegio es de los maestros, de los padres, de los adultos, pero no de los alumnos, que si pudieran elegir, no irían a clase. Esto es algo que no se puede soportar.

Fuente de la Entrevista:

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2018/02/17/francesco-tonucci-nino-aburra-escuela/1680595.html

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Marc Prensky: «Centrarse en obtener buenas notas en PISA no hará a un país líder en educación»

Estados Unidos / 25 de febrero de 2018 / Autor: Noelia García / Fuente: El Economista

El fundador y director ejecutivo de Games2train -compañía de aprendizaje basado en el juego- y fundador de The Digital Multiplier -organización dedicada a eliminar la brecha digital en la enseñanza-, Marc Prensky es inventor de los términos nativo e inmigrante digital. Reconocido mundialmente por su labor en el área de la educación y enseñanza, indica que «la gente que piensa que la tecnología moderna aisla, no la entiende. Sin embargo, todavía estamos en las primeras etapas de aprendizaje de cómo utilizar nuestra nueva conectividad de manera positiva para la humanidad».

Marc Prensky, Fundador y director ejecutivo de Games2train

¿Cómo debe ser el currículo para adaptar la educación a las necesidades de hoy?

Cada niño es diferente, y necesita una educación y un plan de estudios separados, individuales; no debe haber un plan de estudios para todos. Por otra parte, los programas de estudio que enseñamos no deben centrarse en el contenido predeterminado, sino en torno a los proyectos, no los de clase, sino programas de equipo que responden a las preocupaciones, fortalezas y pasiones de cada estudiante.

¿Qué le diría a un profesor interesado y dispuesto a eliminar las clases teóricas?

Sugeriría que cada profesor conecte a cada estudiante con proyectos en equipo que respondan a las preocupaciones, a los intereses y a las pasiones de los estudiantes. La teoría puede ser útil, pero es mejor aprender durante y después de que alguien ha adquirido experiencia en la realización del mundo real, no antes.

Usted acuñó los términos ‘nativo digital’ e ‘inmigrante digital’, ¿qué significan hoy?

El mundo se ha movido, en muy poco tiempo, de una cultura pre-digital, con un conjunto de creencias y actitudes, a una cultura digital muy diferente. Los nativos digitales son personas que crecieron en la nueva cultura y los inmigrantes digitales son personas que crecieron en la pre-digital. La diferencia crucial entre los dos grupos no es lo que saben sobre tecnología, sino en sus diferentes actitudes hacia la tecnología, la privacidad, la colaboración y muchas otras cosas.

¿Cómo cree que los maestros deben estar preparados?

Los maestros deben prepararse como lo hacen los entrenadores deportivos. Un entrenador deportivo necesita conocer el juego, pero no tiene que ser mejor que sus jugadores. Lo que el entrenador necesita saber es cómo ayudar a cada uno de sus jugadores a mejorar tanto como sea posible. El objetivo no es enseñar a los niños un plan de estudios predeterminado, sino más bien ayudar a cada niño a ir tan lejos como pueda para realizar sus sueños.

¿Cuáles son las principales habilidades que los maestros del siglo XXI deben cumplir?

Las verdaderas habilidades que los maestros necesitan para tener éxito en sus entrenamientos han sido resumidas por Esther Wojcicki en el acrónimo TRICK, que quiere decir que los maestros deben mostrar: Confianza, Respeto, Independencia, Colaboración y Bondad.

¿Qué hace que un país sea una referencia en ámbitos como educación y tecnología?

Los objetivos que un país tiene para sus jóvenes y consigue alcanzarlos. En la medida en que esos objetivos son académicos, por ejemplo, lograr una puntuación alta en la prueba PISA, no hará a ese país ser líder. El tipo de habilidades académicas que PISA representa es algo que un país debe buscar. Sería genial si la gente pudiera decir, por ejemplo, «siempre quieren contratar a jóvenes españoles, porque su educación les muestra cómo lograr objetivos importantes para ellos, cómo hacer las cosas y cómo mejorar su mundo».

Formación: MBA por la Universidad de Harvard y Máster en Pedagogía por la Universidad de Yale.

Trayectoria: Creador de los sitios www.SocialImpactGames.com, www.DoDGameCommnunity.com, y www.GamesParentsTeachers.com. Orador y conferenciante, escritor, consultor y diseñador de juegos de aprendizaje que se utilizan en aulas.

Fuente de la Entrevista:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8956989/02/18/Marc-Prensky-Centrarse-en-obtener-buenas-notas-en-PISA-no-hara-a-un-pais-lider-en-educacion-.html

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Experto estonio sobre pruebas Pisa: ‘Tenemos profesores motivados a enseñar y estudiantes motivados a aprender’

Estonia / 25 de febrero de 2018 / Autor: Daniela Cerdas E. / Fuente: La Nación

Priit Reiska, vicerrector, investigador y docente de la Universidad de Tallin en Estonia, estuvo en el país para explicar por qué los estudiantes de su país logran excelentes resultados en las pruebas PISA.

– ¿Qué hay detrás del éxito de Estonia en las pruebas PISA?

– En Estonia se ha invertido en el estudiante desde una edad muy temprana. Hay una gran inversión y un gran crecimiento en la educación preescolar. Segundo, es una educación que le llega a todos los niños del país.

«Otra de las razones es que la formación inicial de los profesores es muy buena, todos tienen una maestría. Se educan en las universidades muy bien y le damos la libertad de tomar decisiones sobre lo que enseñan y cómo lo enseñan.

Además, la educación es altamente valorada en nuestro país, los padres saben que darles una buena educación a sus hijos es muy importante. Otro elemento es la creación de un currículum nacional renovado después de la independencia del país, que les ha permitido a los docentes tener más autonomía y libertad en las escuelas.

-¿En qué se innovó en Estonia a la hora de educar con respecto a la educación tradicional?

-Me gustaría decir que todo lo que se hace en Estonia es muy diferente y mucho mejor, pero no es así, no es tan sencillo. Todavía hay muchos profesores que enseñan de forma tradicional y relativamente adultos o viejos, no necesariamente esa es la razón.

«Lo importante es que se cuenta con profesores motivados a enseñar y estudiantes motivados a aprender y lo que hacen es combinar esto y apoyar la labor de estudiantes y profesores. Ellos hacen muchas labores de que las clases sean centradas en los estudiantes y también están integrando tecnologías, eso también lo hacen muchos países. Muchos de los factores mencionados son los que explican por qué el país ha mejorado en los resultados.

-¿Cómo se motiva al estudiante y al docente?

-En términos de cómo creamos estudiantes motivados, lo más importante es que la educación tiene gran valor en el país, los alumnos saben de que si obtienen una buena educación esto les va ayudar en sus carreras profesionales en el futuro.

«En términos de la motivación para los profesores, ellos no lo hacen a través de pagarles altos salarios, la mayoría de los estudios que han hecho demuestran que no hay relación entre altos salarios y motivación de los profesores, la motivación que le dan a los profesores en Estonia es prepararlos bien y darles mucha libertad.

«Se les permite encontrar la mejor forma de hacer las cosas, no se les dice: ‘use esta metodología o enseñe sobre este tema’. Ellos, junto con los líderes de sus escuelas, tienen mucha libertad para tomar decisiones sobre qué usan, qué currículum deciden, qué lecciones van a dar y además, reciben mucha capacitación cuando ya están contratados.

-¿En qué se diferencian los docentes en su método de enseñanza?

-No es tanto lo que los profesores están haciendo diferente, si no el hecho de que en las escuelas en Estonia, las razones vienen de otras cosas.

«En estos momentos, estamos mostrando resultados muy altos en los resultados de PISA pero sabemos que esos resultados no se van a mantener, siempre estamos innovando en nuevas formas de aprender. Buscamos que los profesores entiendan que los estudiantes tienen que ser el centro del proceso de aprendizaje, no ellos.

«Introducir tecnología no es fácil. Al final lo importante de lo que está ocurriendo con los alumnos en Estonia, sea la metodología que se use, también ocurre en otros países.

«Lo importante es que en Estonia se ha hecho una inversión en que todos estén incluidos en el sistema desde una edad muy temprana y que el aprendizaje ocurra en las escuelas, sabemos de muchos estudios que indican que se está dando un aumento en los años de escuela, pero no necesariamente eso se reproduce en mejoras en el aprendizaje. El aprendizaje debe darse en las escuelas.

-La equidad es una característica del sistema educativo en Estonia ¿Cómo logran nivelar los conocimientos y habilidades de alumnos de altos y bajos recursos?

-La respuesta es que en Estonia se ha invertido en la educación preescolar, primera infancia. Por ejemplo, en lo que se llama aquí kindergarden, los niños ya desde la edad de dos o tres años ingresan a este sistema y son educados, en promedio, cuatro años antes de que ingresen al primer grado de la escuela. Esto no es una guardería, esto es una educación con profesores que tienen un bachillerato, que son profesionales. Además el sistema les brinda apoyo profesional para todos estos años de educación temprana.

«El éxito que ha tenido Estonia en PISA es que han podido incluirlos a todos, tenemos pocos estudiantes que registran bajas notas en PISA. Nosotros no tenemos muchos estudiantes con altas notas, en eso tenemos que trabajar, pero tenemos muy pocos con bajas notas.

-¿Qué se enseña a los niños en preescolar?

-El sistema de educación preescolar incluye lectura, temas como ambiente y naturaleza. Es muy similar que el currículum en escuelas pero a un nivel más bajo y tiene actividades que son muy prácticas . Se enseña música, deportes, robótica.

-¿Qué privilegia Estonia al invertir los recursos en educación?

-Estonia destina el 5% del PIB (producto interno bruto) a la Educación. En Estonia hemos invertido de forma importante en educación y en la formación de los profesores, no solo en la de las universidades, si no en educación cuando ya están trabajando y en la integración de tecnologías en el sistema educativo.

-¿En cuánto tiempo lograron los buenos resultados en PISA?

-Puede decirse que los resultados han venido a partir de la independencia del país, a partir del 1990. A partir de ese momento, tuvimos nuestro propio sistema educativo. Además, tradicionalmente, la educación tiene alto valor en Estonia, ya para el final del siglo XIX, al final de los 1800, un 100% de las personas eran alfabetas, recibían educación, pero los nuevos desarrollos surgidos después de la independencia del país, explican los buenos resultados.

-¿Cuántas horas al día pasan los escolares y colegiales en clase?

-En promedio, son seis horas lo que están, pero que esto es en realidad uno de los números más bajos en Europa, el promedio es mucho mayor y esto se debe, básicamente, a que en Estonia, generalmente, las vacaciones de verano son más extensas que en otros países de Europa. Existe un debate sobre si debemos reducir el tiempo de vacaciones.

¿Cómo se evalúan los conocimientos de los estudiantes?

-La tendencia actual es que en los primeros años de educación se hagan menos evaluaciones, solo lo necesario. Por ejemplo, estamos tratando de hacer mayor evaluación formativa, pero no solo para los profesores, sino también para los estudiantes.

«En Estonia, generalmente, hay un examen al final del noveno año, que cada escuela lo establece. Después del año 12 hay pruebas que son nacionales.

«Hay dos exámenes obligatorios, uno de lenguaje y otro de lenguaje estonio y además, hay un examen obligatorio de Matemáticas. Los exámenes obligatorios son el de estonio, pero también tienen que hacer un examen de un lenguaje extranjero, inglés es el principal idioma.

«En Estonia también ha habido debate en cancelar los exámenes al final del colegio porque tradicionalmente esto determina algunas de las medidas que hacen los profesores y que en estos tipos de exámenes es relativamente fácil medir los conocimientos. Ha habido debate pero se mantienen».

Fuente de la Entrevista:

https://www.nacion.com/el-pais/educacion/experto-estonio-sobre-pruebas-pisa-tenemos/4LOK7HPLKZAMHFJOVGJ3XUFMGY/story/

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“Los niños tienen que aprender a superarse a sí mismos, no a los demás”: Francisco Castaño

España / 18 de febrero de 2018 / Autor: Daniel Sánchez Caballero / Fuente: El Diario de la Educación

El deporte en edad escolar a veces se convierte, solo, en una competición, en pretender tener un Messi en casa. Para Francisco Castaño lo importante son los valores asociados: compromiso, esfuerzo, compañerismo, respeto a las normas.

Francisco Castaño (Ejea de los Caballeros, Aragón, 1966) ha conseguido el sueño de muchos. “He aunado mis dos pasiones, educación y deporte”, cuenta. Este profesor de secundaria (31 años ejerciendo le contemplan), asesor y orientador familiar se ha especializado en trabajar con alumnos —y familias— con problemas de conducta. También da charlas y conferencias sobre temas educativos y deporte, una disciplina que, dice, tiene mucho que enseñar para la vida diaria. De todo esto habla en La mejor medalla: su educación (Grijalbo), su último libro, en el que defiende los valores del deporte y una aproximación más relajada y como elemento de diversión para los chicos y chicas.

¿Qué quería contar con el libro?

El libro es de educación, no de deporte. Quiero contar qué aprenden los niños en el deporte, cómo enseñarles a extrapolarlo al resto de su vida. Hablo de todos los valores del deporte: respetar las normas, el esfuerzo, la superación, el compañerismo, la responsabilidad, encargarse de las cosas. También del comportamiento de los padres: cómo actuamos y qué misión tenemos. Nos creemos a veces que nuestro hijo es Messi o Induráin y nos olvidamos del resto. El deporte tiene tres partes: la educativa, la física y, por supuesto, la diversión. Es un poco esto, cómo saco la parte educativa como padre para llevarla a la vida.

Ha dado algunas pinceladas, pero, ¿qué le aporta el deporte a los alumnos?

Tiene muchos valores. Pero una de las cosas más importantes es el compromiso. Si te apuntas a un equipo, te has comprometido a cumplir unos horarios, etc. Un compromiso que tienen ellos. Otro valor es la humildad. Muchas veces se endiosa a los hijos y eso les quita humildad. Si ganan, que le den la mano a los compañeros; si pierden, que los feliciten y que no se enfaden. Los niños tienen que aprender a superarse a sí mismos, no a los demás. Esto es lo tenemos que enseñar: el respeto al contrincante y a los compañeros de equipo. A los entrenadores y a los árbitros. El deporte enseña a seguir las reglas del juego, a que si no lo haces tiene consecuencias. El espíritu de superación también. Yo no quiero superar al otro, me quiero superar a mí mismo. Si con la bicicleta no puedo superar unos conos, me tengo que superar a mí mismo. Esfuerzo y perseverancia. No hemos de valorar el resultado, sino el esfuerzo. Esfuérzate y sacarás un resultado. Si se valora el resultado solo, si no lo alcanza se rendirá y no querrá seguir. El trabajo en equipo es otro valor. Que sepan colaborar con otros, que tengan la humildad de saber que hoy les toca sacrificarse en el equipo o en la bicicleta tirar para otros. Estos son los valores importantes, además de la responsabilidad, aprender a cuidarse o la paciencia. El deporte enseña que las cosas no llegan ya. Vivimos en una sociedad de la inmediatez y todo tiene que ser ahora. Si quieo algo, lo compro ya. Si es en Amazon Prime, mejor. Enseña que si hoy no pasas los conos tampoco va a ser mañana por arte de magia. Hará falta práctica, otro día, y otro día más. También se gestiona la frustración. Los niños no entienden un “no” o que no les salgan las cosas como saben. El deporte te enseña que no todo sale bien siempre, hay días que pierdes.

¿Estamos en una sociedad demasiado competitiva, desde el deporte hasta la escuela misma?

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Todo tiene que ser resultado. Quizá la vida sea así. Pero se nos olvida que yo no puedo exigirle a un niño un resultado o presionarlo para que lo tenga. Yo a mi hijo no le digo: “¡Qué bien, has sacado un 8 en matemáticas!”. Le digo que estudie y le animo. Y cuando saca una nota regular él mismo me lo dice, que no se ha esforzado. Un adolescente, hoy, si le preguntas nunca es culpa de él, el profesor le ha cogido manía o el árbitro… No. ¿Cuál es tu responsabilidad? Hay que enseñarles a esforzarse, a hacer los deberes. Y entonces vendrán los resultados y se sentirán bien.

¿Está infravalorada la formación deportiva?

Creo que más bien se lleva a los niños a hacer deporte —más del 70% lo hacen fuera del colegio— pero no se le saca el jugo necesario. Creo que estamos equivocados. La gente llega al deporte en muchos casos porque quiere que sus hijos que sean Messi o Ronaldo. No hay más que ver las noticias los lunes: “Un niño de 9 años ha agredido a un árbitro”. En otros casos queremos que hagan ejercicio. Lo que intento explicar es que el deporte es más que todo eso. Hay que extrapolar lo que hacen en el deporte; ahí tenemos que estar los padres y las madres para que vean que todos los valores que están aprendiendo en el deporte sirven.

¿Qué recomendaría a los padres que se toman el deporte de sus hijos un poco a la tremenda?

Los padres tenemos que entender que para llegar a ser un profesional hay que tener unas cualidades innatas y, además, otras. Aprendizaje es todo lo que conlleva ser profesional. Por ejemplo, estar dispuesto a sacrificarse, a compaginar con los estudios. El que decide si quiere hacer deporte o no será su hijo. Lo más importante es que decidan el deporte que hacen y se diviertan. No por presionarle va a llegar a ser profesional. En una entrevista que hago en el libro, a Rubén Bonastre, que fue director de La Masía, la escuela de formación de chavales del FC Barcelona (yo no sé si llevaría a mi hijo ahí porque es muy competitivo), explica que hay niños que cuando les dices que se tienen que ir del equipo porque no dan el nivel, descansan. De la presión que tienen de sus padres. Los niños van a hacer deporte, el resto llegará si tiene que llegar. Recomendaría a los padres que se relajen, si no pueden hacer que su hijo odie el deporte.

¿Cómo estimular a un niño para que haga ejercicio si no quiere?

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La mejor manera de estimular es elegir el deporte y quién lo elige. Es fundamental que el crío elija el que le gusta, no que se le apunte a algo que le guste al padre. Hay que tener en cuenta que hay que estimular al hijo que tenemos, no al que nos gustaría tener. Que haga ejercicio es necesario. Que se divierta y que haga el deporte que le guste. En todas las disciplinas hay todo tipo de clubes, desde los competitivos para ganar hasta los que son para divertirse. Que los niños se apunten donde les guste y que prime la diversión.

¿Qué ventajas aporta competir frente a simplemente practicar deporte por afición?

En los niños la competición no ha de ser el fin. Es un medio para aprender a superarse, y que para competir han de prepararse. Aprenden a cumplir normas, a respetar a un árbitro. Aprenden que las cosas no llegan cuando quieren ellos, que hay días que las cosas salen mal. Lo que no se les puede exigir nunca es un resultado. Siempre como medio, no como el fin.

¿El esfuerzo está infravalorado en la sociedad?

Creo que estamos en una sociedad muy sobreprotectora con los hijos. Como se prima tanto el resultado, que no sufran, que tengan de todo, se les facilitan demasiado las cosas. Y cuando se le facilitan demasiado las cosas a una persona, no se esfuerza por ellas. Si a mí me pagaran por nada, no trabajaría. Si tu hijo llega a casa y saca buenas notas, estás contento. Pero no se trata de eso, yo se lo intento explicar a mi hijo en casa: trabaja y estudia. Y el resultado llegará. Si das todo hecho no es que no se valore el esfuerzo, es que no les enseñamos a esforzarse. El mayor porcentaje de fracaso escolar se produce porque son chavales que en primaria con ver la pizarra y hacer los deberes en el último momento van aprobando. Luego llega un momento, en secundaria o lo que sea, que eso no sirve, pero como no tienen el hábito no son capaces de estudiar y suspenden y entran en la rueda de culpar a todos.

¿Cómo influye en todo esto, en la percepción que tienen los padres sobre sus hijos deportistas y cómo lo afrontan, el hecho de que a veces parezca que un logro deportivo, como ganar el Mundial de fútbol, es lo máximo que puede conseguir un país?

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A mí esto no me preocupa demasiado, lo que sí me preocupa son los modelos que se dan y las referencias que damos a los chavales. Y el papel que tienen estos referentes. Estas personas tan mediáticas deberían tener en cuenta que les escucha gente, muchos niños les admiran, y tienen que tener cuidado con las declaraciones. Jesús Vallejo, jugador del Real Madrid, me dice que mide mucho lo que van a decir porque son referentes. El otro día comentaba un chico en un club que había dejado de hacer un deporte minoritario y se cambiaba a fútbol porque así ganaría más dinero. Un chico de 12 años. Ahí no está funcionando algo bien. Ahí es donde los padres tenemos que acompañar a nuestros hijos y educarlos.

Fuente de la Entrevista:

http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/02/16/los-ninos-tienen-que-aprender-a-superarse-a-si-mismos-no-a-los-demas/

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«Es muy difícil sostener siquiera que España tenga un sistema educativo»: Gregorio Luri

España / 18 de febrero de 2018 / Autor: N. Elia / Fuente: Navarra El Diario Norte

  • El filósofo y pedagogo Gregorio Luri, asesor de los gobiernos de México y Uruguay en cuestiones de educación pública, apunta que «los padres no tienen acceso a la información sobre la calidad objetiva de los centros»
  • «Esta moda de defender que los conocimientos ya no son necesarios está perjudicando especialmente a los niños más desfavorecidos», sostiene
  • «El primer derecho de los hijos es tener unos padres tranquilos», apunta Luri

Gregorio Luri, (Azagra, 1955) es filósofo, educador, pedagogo e historiador. Ha asesorado a los gobiernos de México y Uruguay en cuestiones de educación pública. Cuenta en su haber con los premios Juan Gil Albert de ensayo y ‘Mejora tu Escuela Pública’en la edición de 2017. Es el autor de dos docenas de libros, entre ellos ‘La escuela contra el mundo’, ‘Por una educación republicana’, o ‘El cielo prometido. Una mujer al servicio de Stalin’. Invitado por la asociación CoCiudadana, acaba de explicar en Pamplona su visión sobre los principales retos que debe afrontar la educación en España. Sus afirmaciones y reflexiones no dejan indiferente a nadie.

¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta la educación?

Ojalá hubiera sólo un reto, las cosas serían realmente sencillas. Pero es que el reto más importante que tiene la educación es, precisamente, definirse a sí misma de forma integral. ¿Cuál es el papel de la escuela en una sociedad que
nos está envolviendo continuamente con información?

¿La definición de la escuela actual ya no vale?

Estamos continuamente bombardeados por información, pero no es conocimiento. Para elaborar toda esa información y transformarla en conocimiento es necesario un proceso personal. Además, el reto específico y concreto es lo que los anglosajones llaman el STEM, acrónimo inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. El reto básico de la escuela hoy es definir un humanismo STEM

¿Puede explicarlo?

Para empezar, yo diría que la alfabetización hoy no es sólo aprender a leer y a escribir en tu lengua materna. La alfabetización hoy supone el reto de alfabetizarte en las tres lenguas fundamentales, y no estoy pensando en francés, inglés o alemán, sino que estoy pensando en el lenguaje natural, el lenguaje de las matemáticas y el lenguaje musical.

¿El lenguaje de las matemáticas?

Efectivamente. Las matemáticas son un lenguaje, y si no lo hablas, no ves una parte de la realidad que constituye tu mundo. Muchos aspectos de la realidad necesitan ser vistos con ojos matemáticos para poder comprenderlos.

¿Los retos no pasan entonces por alcanzar un consenso político que permita estabilidad al sistema educativo?

Eso… La política siempre va por detrás de la realidad educativa. Con los datos en la mano, es muy difícil sostener siquiera que España tenga un sistema educativo.

¿Por qué?

Porque si analizas solamente los datos educativos de La Rioja, Castilla León y Navarra, por ejemplo, podríamos decir que hemos tenido un sistema educativo fabuloso, a la altura de Finlandia. En Soria tienen unos resultados escolares superiores a Finlandia. Por tanto, si cogiéramos estos resultados de estas tres regiones, podríamos concluir que hemos tenido unas leyes educativas fabulosas. Ahora bien, si cogiésemos Canarias, Andalucía y Extremadura, por ejemplo, la conclusión sería que hemos tenido unas leyes educativas horrorosas. ¿Cuál es la conclusión? Los que lo han hecho bien, han seguido haciéndolo bien a pesar de las leyes. Y los que lo han hecho mal, han seguido haciéndolo mal incluso con la intervención de las leyes. El papel real de la legislación educativa en lo que un profesor hace cuando entra en su clase es más bien reducido. Otra cosa es que los políticos crean que es necesario llegar a consensos y hacer leyes y todo eso. También es necesario que los políticos crean en sus propios juegos.

Su visión sobre la educación resulta preocupante… ¿Qué pueden esperar los padres actuales del sistema educativo en el que crecen sus hijos?

Pueden esperar un complemento de la educación familiar. Yo he pasado mucho tiempo analizando el número de palabras que escucha por hora un niño de diferentes medios culturales. En un nivel de familias, por llamarlo así, culturalmente sofisticadas, un niño escucha una media de 2.600 palabras por hora. Los niños de familias culturalmente pobres, escuchan alrededor de 600 palabras por hora. Es decir, 2.000 palabras por hora de diferencia. Si ahora multiplicas esas 2.000 palabras por las horas del día, por las horas de la semana y por las horas del año, descubres la barbaridad de palabras distintas que ha oído un niño de un ámbito y de otro cuando llega a los tres años de edad. Con esa diferencia llegan a tercero de primaria, que para mí es el curso esencial y crítico de la escolarización.

¿Por qué?

Porque en ese curso los niños pasan una auténtica revolución intelectual: pasan de aprender a leer a aprender leyendo.

Y llegan a esa revolución con un bagaje determinado de palabras aprendidas.

Eso es. La competencia lingüística con la que llegan al aprendizaje a través de la lectura marca trayectorias muy distintas. Eso no quiere decir que no haya escuelas que no sean capaces de compensar esas diferencias.

¿Y cómo pueden elegir unos padres ese tipo de escuelas?

Tienen un problema muy grave. Los padres no tienen acceso a la información sobre la calidad objetiva de los centros escolares. Eso es así. Es más fácil para una familia obtener información objetiva sobre un restaurante, un taller mecánico o una tintorería, que sobre la escuela de sus hijos. En los últimos años, las familias culturalmente sofisticadas están dedicando cada vez más tiempo a la educación de sus hijos. Con lo cual, esa brecha se está ampliando de forma exponencial. Y a eso podemos añadir aún otro elemento que la hace mayor.

¿Y es?

Los deberes escolares. En España hay un discurso generalizado en contra de los deberes escolares, aunque, en la práctica, nueve de cada diez niños hace actividades extraescolares.

Pero no es lo mismo los deberes que las actividades fuera de la escuela.

Me da lo mismo. Llámalo como quieras. En cualquier caso es formación complementaria más allá de la escuela. Y en esa formación complementaria, tres de cada cuatro niños hacen más de dos actividades extra. Y añadiré que las matemáticas y la robótica cada vez son más demandadas. Eso quiere decir que, en la trayectoria educativa del niño, el papel de la escuela se está, objetivamente, reduciendo. Por eso es preciso redefinirlo.

¿Qué opina de las corrientes de educación alternativa tan de moda?

Vamos a ver, por dejarlo claro, yo soy un gran defensor de la escuela tradicional. Porque creo que, precisamente para enfrentarse a lo nuevo, es básica la adquisición firme de una base. Lo que los americanos llaman ‘back to the basic’, la vuelta a lo básico. Podríamos decir que ahora hay dos tendencias. Una que dice: para enfrentarte a un mundo cambiante los conocimientos ya no tienen importancia. Lo que hace falta es desarrollar procesos, metodologías y no sé cuántas cosas. La otra tendencia, que yo suscribo, dice que para enfrentarte a un mundo cambiante hace falta una buenísima base lingüística, matemática y artística. Y esa base requiere de conocimientos. Porque no se puede ser creativo sin conocimientos. Ser creativo significa que te enfrentas a un problema antiguo y obtienes una solución nueva. Para poder tener un pensamiento crítico con fundamento en gastronomía, por ejemplo, tengo que tener previamente conocimientos gastronómicos. Esta moda de defender que los conocimientos ya no son necesarios está perjudicando especialmente a los niños más desfavorecidos. De la misma manera, creo que la disciplina escolar es un elemento esencial de la calidad de la enseñanza.

El papel real de la legislación educativa en lo que un profesor hace cuando entra en su clase es más bien reducido.

Así llegamos al humanismo STEM

Estoy convencido de que es el reto del siglo XXI.

Pero no puede negar que es un concepto que suena conservador.

Es que una persona conservadora no es quien conserva bajo llave el pasado, sino el que sabe de dónde viene. Lo importante es la transmisión, no la conservación. Conociendo bien la jota navarra, puedes plantearte qué innovaciones introduces en la jota navarra. El concepto del humanismo STEM no es tan raro teniendo en cuenta que los grandes humanistas eran todos grandes científicos y matemáticos. Lo que ocurre es que ahora estamos acostumbrados a la división forzosa entre letras y ciencias, que es un verdadero lastre para la educación. Lo necesario es adquirir una formación humanista, no exclusiva de nadie.

¿Por qué alguien de letras tiene que ser un ignorante de las matemáticas?

Eso es un minusválido cultural. De la misma manera que a los niños, siempre, estamos reforzándoles el lenguaje cultural, tenemos que reforzarles también el lenguaje matemático. No tenemos que tener miedo a hablar a los niños de números y de lógica matemática.

Es difícil romper ese miedo.

Todo lo grande es difícil, pero es noble.

En su último libro hace un elogio de las familias sensatamente imperfectas. Dice que no hay que tener miedo a hablar a los hijos en lenguaje matemático. ¿Cómo superan los padres el miedo a fracasar en ese intento?

El fracaso forma parte de la vida humana y, gracias a Dios, no podemos pretender tener éxito al 100%. Nuestros hijos tienen su ámbito de independencia y, además de nosotros, sobre nuestros hijos van a influir otra larga serie de factores, como sus relaciones, sus amigos, etc. Lo que, humanamente, los padres pueden hacer es, en mi opinión, entender que lo importante de ese intento en influir en sus hijos no reside en lo que digan, sino en lo que hagan.

Predicar con el ejemplo.

Exacto. El órgano educativo de los niños no es el oído, sino el ojo. No depende de lo que les digamos, sino de lo que nos vean hacer. A la hora de la verdad, a lo que deberíamos aspirar es a que, el día que nuestros hijos se vayan de casa, podamos decir: “hombre, pues no parece que les haya dado un mal ejemplo de qué es ser una buena persona”. Por eso digo que el principal deber de los padres es quererse.

¿Entre ellos?

¡Claro! ¿Cómo vamos a enseñar, si no, a nuestros hijos a querer? De todo lo que se pueda hablar de la educación de un hijo, ¿hay algo más importante que aprender que hay alguien por ahí, fuera de tu familia, que te puede querer Incondicionalmente, quererte con todos tus defectos, para compartir tu vida. Yo creo firmemente, y cada vez más, que el deber fundamental de los padres es quererse, manifestando claramente que el otro no es perfecto, pero le quieres a pesar de sus imperfecciones. Esto es lo verdaderamente relevante.

Creo que ahora la preocupación de los padres, más que quererse entre ellos, es la de prestar la suficiente atención a sus hijos para compensar el tiempo que pasan sin ellos por razones laborales, por ejemplo.

Pero debería ser exactamente al revés. Mis padres estaban mucho menos por mí de lo que yo he estado por mis hijos. Y cuando observo a mis hijos, están mucho más por los suyos que lo que yo he estado por ellos. Creo que existe cierta neurosis en los padres que está anulando la autonomía personal de los hijos. ¿Qué ámbito de libertad le queda hoy a los niños? ¡Pero si no pasan ningún momento sin que haya un adulto supervisándolos! Y, precisamente porque han desaparecido los ámbitos de libertad de los niños, están creciendo las ludotecas. Juegos dirigidos y orientados, reglados y supervisados. Esa necesidad de asumir personalmente la educación de los hijos está creando cierta neurosis en la paternidad moderna.

¿Los padres se responsabilizan en exceso?

Las cosas no ocurren porque sí. Junto a ese elemento de desaparición de los ámbitos de libertad del niño, hay otros elementos como la incertidumbre sobre el futuro que contribuyen a esa neurosis. En ‘El Camino’ de Delibes hay un pasaje que me sirve para explicar esto. Son tres amigos y uno se marcha a estudiar. Los otros dos le preguntan qué es estudiar y él responde que su padre dice que estudiar es progresar. ¿Y qué es progresar?, le pregunta. Progresar es trabajar menos que mi padre y ganar más que él, responde el niño. Eso era lo que creíamos a pies juntillas hace cuarenta años. Pero ahora, nadie lo cree. Nadie puede mirar directamente a los ojos a su hijo y decirle que, con toda seguridad, va a vivir mejor que sus padres. Ese elemento de incertidumbre social explica un poco esa tensión neurótica de la educación de los padres hacia los hijos.

En este contexto, ¿un consejo para los padres?

Sí, que se relajen. El primer derecho de los hijos es tener unos padres tranquilos.

Fuente de la Entrevista:

http://www.eldiario.es/norte/navarra/educacion-desigualdad-sistema_educativo-STEM_0_739126433.html

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Sin Cultura y Ciencias Sociales no se puede llegar a una Agenda de Desarrollo: Entrevista a Nuria Sanz, Directora de la Oficina de la UNESCO en México

UNESCO – México / Autor: Servicio de Prensa / Fuente: UNESCO

En ocasión de su visita a Cuba para hacer entrega del Premio “UNESCO-UNAM Jaime Torres Bodet de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes” a la Casa de las Américas, la Directora de la Oficina de la UNESCO en México, Sra. Nuria Sanz, ofreció una entrevista en exclusiva al Portal de la Cultura de América Latina y el Caribe, que nos complace compartir con nuestros lectores.

Casa de las Américas es la primera institución en recibir el Premio “UNESCO-UNAM Jaime Torres Bodet en las ciencias sociales, humanidades y artes”. ¿Qué la convierte en merecedora de este galardón?

Yo creo que hoy hay muchas cosas que celebrar, pero me parece que lo más importante es la celebración de un reencuentro, y cuando yo pensaba en Cuba y en Torres Bodet, hice un ejercicio de volver al libro de los 70 años que habíamos publicado hace poco más de año y medio y empecé a interesarme en cuál había sido la inspiración que junta en un momento muy delicado durante la Segunda Guerra Mundial a México y a Cuba, y la relación que se establece entre los dos países es una relación fraternal e intelectual.

En París, la ocupación nazi había hecho que la agencia, la plataforma de cooperación intelectual en el mundo estuviera pasando el peor de sus momentos. Es precisamente Alfonso Reyes, junto a algunos intelectuales cubanos, quien trae la discusión de cómo América se puede posicionar frente a la ocupación nazi y a la imposibilidad de la cooperación intelectual en Europa. Quieren traer a América una sede de esa institución, y la sede se pensó que fuese Cuba. Y la persona que más apoyó esa idea fue Alfonso Reyes, de la mano de Torres Bodet. Esto ocurre en el año 1941.

Estoy segura que, si Alfonso Reyes y si Torres Bodet nos están viendo -que estoy segura que nos están viendo y escuchando desde alguna parte-, estarían absolutamente encantados de pensar hasta dónde y hasta cuánto de lejos llegó ese primer instinto de cooperación.

En el año 1945, antes de la formación de la UNESCO, cuando Torres Bodet y los intelectuales cubanos se reúnen en el Reino Unido, en la primera reunión que sería el germen de la UNESCO, es Torres Bodet quien recuerda la voluntad cubana de que la cooperación intelectual en el mundo no cayera, no muriera, y es quien agradece a Cuba en un momento fundamental y fundacional de nuestra institución por haber mantenido, pues, muchas cosas, por haber mantenido los entretien, que eran esas importantes conversaciones de intelectuales que juntan al mundo del exilio español, que traen a Bosch Gimpera, que traen a María Zambrano y que vienen a trabajar por los mejores intelectuales cubanos y mexicanos. Y yo creo que eso es lo que hoy celebramos.

Así que a mí me llena de emoción pensar que la historia no se queda en los archivos, sino que se sigue convirtiendo en realidad y, sin dudas, creo que vamos a encontrar muchas posibilidades de establecer una relación bilateral tan bonita como la que se remonta a aquellas más de siete décadas.

Por otro lado, pienso que el Premio lo trabajamos mucho desde la Oficina de la UNESCO en México con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Y todo tuvo que ver también con una muy buena interlocución entre el Rector, el profesor José Narro, estoy hablando del año 2013, 2014, y nuestra Directora General, en aquel entonces Irina Bokova, en su visita a México.

Ahí se firmó un acuerdo, la UNAM inaugura varias Cátedras UNESCO, pero se identifica la oportunidad de que se sigan reforzando los lazos internacionales en la UNESCO a través de un reconocimiento, un premio internacional, pero no otro premio internacional: no por la paz, no por la creación en sí misma, no por la voluntad literaria, sino para algo que ha mantenido siempre unidos los intereses de Cuba y de México en el seno de la Organización y que tiene que ver con las Humanidades y las Ciencias Sociales. Yo creo que no hay países que hayan defendido más las Ciencias Sociales en la UNESCO que Cuba y que México. Y creo que en esta ocasión también el Premio de nuevo las vuelve a convocar.

Desde esa primera decisión nos ponemos a trabajar, y en el año 2014 llevamos adelante los requisitos imprescindibles: el estudio de factibilidad, hablar con los expertos latinoamericanos, juntar a la Academia, juntar a los doctorandos y establecer todo nuestro diálogo con París para identificar cuál sería la singularidad de este Premio, singularidad que queda avalada por el reconocimiento del Consejo Ejecutivo, a finales del 2014, de que debe haber un premio internacional Jaime Torres Bodet, como único Director General latino en el seno de la institución, pero inspirado, sobre todo, en el reconocimiento a una labor individual, a una labor colectiva, institucional, a favor de las Ciencias Sociales, de las Humanidades y de las Artes.

Y la verdad es que nos pusimos muy contentos: hacerlo desde México, casi cuando se cumplían los 70 años, y poder llevar a buen término una iniciativa mexicana-latinoamericana-mundial, es algo muy positivo.

Y que en esta ocasión se quede en Casa, en la región, nos llena de satisfacción.

El Premio, y esto es algo que hemos trabajado mucho en la oficina en México, tiene que ver con una confirmación: no se puede llegar a una Agenda de Desarrollo de las Naciones Unidas sin ponderar el valor y el significado que tienen las Ciencias Sociales, que nos tienen que hacer saber qué preguntas tiene que formular la Ciencia, cómo tienen que asumirse en términos de participación social, cuál es el papel de la Antropología y de la Sociología, como en el programa MOST, pero mucho más allá de cifras y de estadísticas, y que devuelva el papel de la Antropología a la forma medular de hacer relación multilateral en la UNESCO.

Eso es absolutamente fundamental, y está en la esencia del Premio Jaime Torres Bodet, en la esencia de la Casa como el lugar donde las culturas dialogan, donde han dialogado durante décadas, cualquiera que fuera la condición política de relación entre los Estados, y que han sabido dar todo el peso específico a la Cultura como lenguaje de la relación internacional en una especie de pensar mejor todos juntos en español. Creo que hay muy pocos espacios donde se piensa ahora mismo en nuestra lengua.

De hecho, ojalá que el Premio valore también esfuerzos por comunidades que piensan en castellano la Filosofía, que piensan en castellano la Ciencia y que no se someten solo a los monopolios científicos que generalmente se producen y se escriben en otro idioma que no es el español.

¿Qué importancia concede Ud. a instituciones como Casa de las Américas y la UNAM en el fortalecimiento del papel de la cultura como vehículo para el desarrollo sostenible?

En la UNESCO siempre trabajamos con la convicción de que la Cultura es el capital que equipara a todas las comunidades culturales en el mundo y la que es más proclive y capaz de crear un diálogo transversal.

Nuestra institución ha sido una institución que tiene que volver también a sus archivos, que tiene que volver a los años en los que se engendraron las ideas, como el origen de casa y como esa perspectiva en lo universal y esa confianza en lo universal que tenía Torres Bodet.

Yo creo que alguien como Torres Bodet pensó, mucho antes de que lo dijéramos en ningún documento de Naciones Unidas, que la Cultura era la única forma de generar desarrollo, y un desarrollo conforme a la dignidad de los pueblos.

Si ahora mismo hiciésemos una lectura -yo confieso que alguna ya la he hecho- de sus prólogos, de sus artículos, de sus interlocuciones en las Conferencias Generales de la UNESCO entre 1948 y 1952, nos daríamos cuenta de que no hay mucho más que escribir, de que allí está todo dicho. El problema es llevarlo a la práctica. Y llevamos 70 años intentándolo.

Creo que volver a esos archivos y a esas palabras no es hacer arqueología, creo que es encontrar las razones para seguir luchando, después de 70 años, por una convicción, que es esa convicción originaria y genérica de nuestra Organización. Y hay que lucharlo mucho más.

El hecho de que la Agenda de Desarrollo de las Naciones Unidas no tenga un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), ¡ni uno solo!, cuyo sujeto sea la Cultura, eso es preocupante. Es preocupante porque sabemos que no tenemos todos los socios en casa, ni que son suficientes los amigos de la Cultura en las grandes reuniones de ECOSOC o en los paneles de alto nivel.

Pienso que UNESCO tiene que trabajar, como decimos en muchas ocasiones, por un ODS que sea el número cero. Y ese número cero que nos hemos inventado se llama Cultura.

Y yo creo que el premio Torres Bodet es extraordinariamente importante para hacer valer la importancia de la Ciencia Social, de las Humanidades y del Arte, no como lo anecdótico del desarrollo, sino como aquello que debe de servir de columna vertebral a cualquier acción de cooperación y a cualquier acción que piense el desarrollo de los pueblos no como un crecimiento económico, sino como el desarrollo digno de su forma de identidad; la Cultura entendida como eso que te levanta por las mañanas y que te hace tomar decisiones bien importantes.

Y pienso que sí, que el Premio es verdaderamente importante para informar a la opinión pública de nuestra seguridad y nuestro convencimiento de que la Cultura no es un sector, que la Cultura es el sujeto de la frase cuando estamos hablando en términos de desarrollo humano, íntegro y, sobre todo, un desarrollo basado en la capacidad de interlocución, en el respeto y en formas de tolerancia activa, que se defienden con la práctica.

¿Cuáles deben ser, en su opinión, las relaciones entre las ciencias sociales, las humanidades y las artes con las políticas públicas para gestar transformaciones sociales en línea con los principios que defiende la UNESCO?

Una de las cuestiones que al menos a mí más me interesa del trabajo de las Oficinas Regionales, Nacionales o las Oficinas Clúster, creo que lo más interesante es lo que nos permite a la UNESCO salir del ámbito de competencia de las Convenciones.

Las Convenciones son importantísimas, las Convenciones son necesarias, pero no son suficientes. Los equipos de la Secretaría de la UNESCO que se dedican a las Convenciones hacen un trabajo impecable. Es el trabajo estructurante para la Organización.

Pero lo más importante para nosotros creo que es ese trabajo que anima todo aquello que no es reconocido por una convención, todo aquello que genera un caldo de cultivo a la discusión social, un acercamiento a aquellos que no se sientan en una delegación del país, que no son maestros, o que no son científicos, que es gente de la calle.

¿Qué es lo que nosotros podemos hacer fuera de las Convenciones, y que este Premio también inspira?

Por ejemplo, en México hemos abordado un proyecto que me parece fundamental, que es cómo declinar hoy el ejercicio de los derechos culturales.

Los derechos culturales eran algo así como los derechos de tercera división. Primero los grandes derechos humanos, después los derechos económicos, sociales, y luego los culturales. O sea, somos como en el fútbol, los de la tercera división.

Pero, en el fondo, pienso que nuestra Organización ha dado ya buena cuenta de que tenemos que seguir haciéndolo, también fuera de las Convenciones, en proyectos que pongan en ejercicio los derechos culturales.

Y son derechos culturales para los derechos humanos. Y es volver a la Declaración de Friburgo. Y es decir que no hay un ejercicio pleno de los derechos humanos que no tenga en cuenta, casi como condición de partida, el ejercicio de los derechos culturales. Y que hay ejercicio de derechos culturales en todo el resto de los derechos humanos, en todo el resto del articulado.

Es decir, que hay que leer esa Convención también culturalmente. Y no estoy entrando en el terreno del relativismo cultural, ni del respeto a la diferencia, no, pero sí en que la manera cultural de leer y de acercarse a esos principios es importante.

Y, al menos también desde México, fuera del ambiente de las Convenciones, pero abonando a la voluntad de esas Convenciones, hemos desarrollado, por ejemplo, algún proyecto de derechos culturales que tiene que ver con la migración.

Consideramos que la migración es el gran tema, es el tema transversal por antonomasia. Díganme si una política educativa, una política de derechos humanos, una política científica para Ciencias Sociales no tiene que ver con la migración. No hay un fenómeno cultural, político, mayor que la migración en el mundo.

Y también pensamos que el caso de México, por la geografía, es mucho más crítico, porque la frontera sur es la frontera de toda América y parte de Africa, y la frontera norte es una enorme deuda social mundial.

Y así estamos operando, en pensar cómo entender cuál es el ejercicio de los derechos culturales para el que entra en México, para el que sale de México, para el que vuelve a México. Es decir, como país de recepción, de tránsito y de retorno, cuál es el ejercicio de esos derechos culturales: los lingüísticos en el colegio, los derechos educativos de las graduaciones, cuando la gente vuelve, cómo se inserta; qué va a pasar con los miles de dreamers, ¿hay algunas condiciones para acoger ese conocimiento?; qué está pasando, por ejemplo, en el lenguaje de denuncia, comprometido y nuestros trabajos con los artistas en la frontera.

En Ciudad Juárez acabamos de hacer una instalación que ha consistido en 5,000 hormas de zapato, que han cruzado con banderas la frontera y es el resultado de una asociación entre los museos de Ciudad Juárez, artistas mexicanos y los conservadores de los museos de El Paso, en Estados Unidos. Es como dejar que la huella no desaparezca, hacer una huella permanente gracias a esta instalación.

Son formas de denuncia no silenciosa, porque en el fondo son mensajes muy claros y formas de constatación de esa dificultad, de ese obstáculo, convertidos en una manera de creación y en una forma de hacernos pensar y de llegar sin palabras a una de las lastras y las lacras sociales más difíciles de combatir en el mundo.

Este Premio, la Ciencia Social y el ejercicio de los derechos culturales es algo que uniría a todas las Convenciones de la UNESCO, pero hay que ejercitarlo con distintas metodologías, con distintos actores; hay que generar conciencia, hay que contar lo que hacemos, hay que escribir mucho sobre el tema.

Migración y Cultura es un gran tema, sobre el que no se ha escrito tanto, y mucho menos Migración, Cultura y Relaciones Multilaterales. Creo que la UNESCO es el lugar desde donde hacerlo y pienso que en América lo podemos hacer con muchísima dedicación y, sobre todo, muchísimo conocimiento de causa.

Yo creo que, si no lo hace la UNESCO, no estoy segura de que haya ninguna otra agencia de Naciones Unidas que lo pueda trabajar, si bien es cierto que estamos colaborando con todas las alianzas posibles en el tema de Migración con ONU, pero creo que ese contenido de cultura, de diversidad, de respeto y de creatividad, para hablar de uno de los problemas más acuciantes en el mundo, es una condición de éxito, porque es una condición de partida fundamental.

Pienso que es así como hay que explorar cada vez más las posibilidades que da el Premio, generar condiciones académicas que permitan el intercambio de información, que permitan pensar proyectos conjuntamente y espero que después de la premiación haya algunas ideas que junten a Casa, como gran institución, con la UNAM, que es una de las grandes universidades en el mundo, que cuenta con más de 300,000 habitantes, estudiantes: díganme cuántos países de universitarios hay en el mundo, ese es un país de universitarios.

La producción de conocimiento, el número de publicaciones, las relaciones internacionales de esta universidad y las ganas que tiene esta universidad de ser UNESCO por encima de todo, creo que pueden propiciar una relación académica y social muy bonita entre ambas instituciones.

Notas:

Jaime Torres Bodet (Ciudad de México, 17 de abril de 1902-13 de mayo de 1974): Poeta, novelista, ensayista y diplomático mexicano, quien fue también uno de los miembros fundadores de la UNESCO y Director General de la Organización de 1948 a 1952.

Alfonso Reyes (Monterrey, 1889 – Ciudad de México, 1959): Gran humanista, poeta, ensayista, narrador, diplomático y pensador mexicano. Presidió en noviembre de 1941 la Plática de La Habana, encuentro que reunió a personalidades de gran relieve de Europa y América, con posterioridad a la Segunda Conferencia Americana de Comisiones Nacionales de Cooperación Intelectual, con el tema central “América ante la Crisis Mundial”.

Entretien: Término del idioma francés con que fueron conocidas las pláticas, conversaciones entre intelectuales con el objetivo de enfrentar la crisis cultural provocada por la Segunda Guerra Mundial.

Pedro Bosch Gimpera (Barcelona, 22 de marzo de 1891 – Ciudad de México, 9 de octubre de 1974): Arqueólogo, antropólogo, historiador, profesor y político, maestro formador de varias generaciones y creador de instituciones, cuya vida constituye un patrimonio valioso para la ciencia, la historia y la cultura que une a los pueblos de Cataluña y México.

María Zambrano (Vélez-Málaga, 22 de abril de 1904 – Madrid, 6 de febrero de 1991): Pensadora, filósofa y ensayista española. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1981 y el Premio Cervantes en 1988.

Dr. José Narro Robles: Académico, médico y político mexicano. Profesor titular con más de 35 años de antigüedad en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que se desempeñó como Secretario General, como Director de la Facultad de Medicina y, entre 2007 y 2015, como Rector. Es el Secretario (Ministro) de Salud de México desde 2016.

Programa Gestión de las Transformaciones Sociales (MOST): Programa científico intergubernamental de la UNESCO para las ciencias sociales. Trabaja con los gobiernos, las comunidades de ciencias sociales y humanas, y las sociedades civiles para mejorar las conexiones entre conocimiento y acción, que son claves para el cambio social positivo. En los marcos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, MOST contribuye a la erradicación de la pobreza y al desarrollo, así como al logro de las Prioridades Globales de la UNESCO.

Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible: Plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Tiene un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cada uno de ellos con metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años.

Convenciones de la UNESCO en el ámbito de la Cultura: Instrumentos de carácter normativo en materia de cultura, aprobados por la Conferencia General. Son 7: Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales (2005), Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003), Convención sobre la protección del patrimonio cultural subacuático (2001), Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972), Convención Universal sobre Derecho de Autor (1971), Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales (1970) y Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado (1954).

Declaración de Friburgo: En mayo de 2007, la UNESCO reunió al denominado Grupo de Friburgo, que definió y enumeró los derechos culturales en la llamada Declaración de Friburgo. Es uno de los instrumentos clave para los derechos culturales, que reúne estos derechos que ya están incorporados de forma dispersa en numerosos instrumentos internacionales. En ella se explicita que estos derechos son esenciales para la dignidad humana y parte fundamental de los derechos humanos.

Dreamers: Palabra de la lengua inglesa que significa soñadores, con la que se conoce a aquellos inmigrantes indocumentados que llegaron a los Estados Unidos (EE. UU.) cuando eran niños, quienes fueron beneficiados por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), creado por el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU, el 15 de junio de 2012, bajo el gobierno de Barack Obama.

Fuente de la Entrevista:

http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/sin_cultura_y_ciencias_sociales_no_se_puede_llegar_a_una_age/#.Wn0SY5k3YHY.twitter

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Pau Mari-Klose: La escuela no es un instrumento meritocrático ni de inclusión.

España / 11 de febrero de 2018 / Autor: El Diario de la Educación / Fuente: EducaTribu

El diario de la educación publicó esta entrevista a Pau Mari-Klose el pasado día 18 de enero. Daniel Sánchez Caballero fue el encargado de realizarla. La traemos a nuestra web porque consideramos muy importante la reflexión sobre una de las funciones que consideramos esencial en el papel que la escuela debería cubrir y no cubre, o dista mucho de cubrir suficientemente.

Pau Mari-Klose es toda una autoridad cuando se habla de pobreza infantil. Es profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza. En los más de diez años que ha dedicado al tema, ha averiguado que la pobreza es mucho más que falta de dinero, que es una situación de la que es difícil salir y que, desde luego, la escuela no acaba de ayudar.

Para fijar el marco, ¿qué es ser pobre?

Son las familias con ingresos equivalentes inferiores al 60% de la mediana de ingresos. Eso se ajusta por la composición del hogar (número de miembros y edades). Esta es la definición convencional de pobreza, que da un número, que en España es el 28%. Hay otros indicadores que dan otros números. La pobreza refleja situaciones de privación material que van asociadas a otros déficit (educativos, de capital social, es decir, la capacidad de tener entornos sociales donde puedes encontrar recursos o información). Estas situaciones en algunos casos son transitorias, pero en muchas son bastante permanentes. Esto no quiere decir que no se pueda escapar de la pobreza, muchas familias pasan vaivenes en su vida, pero buena parte del tiempo se encuentran en situación de desventaja económica, estén por debajo del umbral de la pobreza o justo por encima.

La pobreza no solo es problemática porque afecte a bienestar o rendimiento educativo de un niño o genere un problema sanitario, sino porque cuando ese niño sea adulto arrastrará problemas originados por la pobreza que vivió en la infancia. La probabilidad de que ese niño tenga problemas laborales o sanitarios es mayor. Un ejemplo muy ilustrativo es la obesidad infantil. Parece mentira, pero ahora los pobres son gordos en la infancia. La obesidad infantil puede ser un problema infantil —te llaman “gordo”, no puedes jugar al fútbol—, pero es fundamentalmente un problema porque es el principal indicador de la obesidad en la vida adulta. Y en la vida adulta es la causa de todo tipo de problemas sanitarios e influye mucho en la esperanza de vida. Aunque después de ser niño gordo en la infancia te vaya bien en la vida adulta, muchos no habrán dejado de ser adultos obesos que arrastran problemas ocasionados por la pobreza infantil. Podríamos pensar en otros ejemplos. A nivel educativo es muy descarado el tema: el fracaso educativo te condiciona la vida en los puestos de trabajo a los que vas a optar, los ingresos que vas a tener, etc.

Buena parte de sus estudios son sobre los procesos que llevan a situaciones de desventaja educativa, muchas veces relacionada con la pobreza. ¿Cuáles son estos procesos?

Un primer factor fundamental es la pobreza de las familias, que tiene efectos desde distintas perspectivas. Vivir situaciones de pobreza está asociado a privación económica que a su vez tiene efectos sobre otras dimensiones del bienestar infantil. Pobreza significa, por ejemplo, viviendas inadecuadas, que muchas veces están relacionados con problemas sanitarios (humedades, malos aislamientos y riesgos sanitarios en forma de infecciones, hacinamientos, incremento de los días que pueden estar hospitalizados), que pueden estar en el origen de problemas educativos.

Los efectos de la pobreza también se producen en deterioros de los climas familiares. La pobreza se asocia al deterioro de las capacidades parentales, y eso puede tener efectos educativos, de retrasos cognitivos porque la implicación parental no es la más adecuada. En el tema de la pobreza los efectos son acumulativos. En un hogar con déficit de capital económico muchas veces habrá también déficit de capital educativo o cultural. Son hogares con padres con menos recursos educativos, menos capaces de estimular las capacidades de los niños en edades tempranas, de reconocer los talentos de los niños y cultivarlos. Hay menores expectativas sobre la trayectoria educativa de sus menores, del valor que la educación tiene para ellos, de menor capacidad de negociación con las escuelas (esto es un elemento detectado, las familias con menor nivel de capital cultural son menos capaces de negociar con un tutor por ejemplo que su hijo no repita un curso). Cuando los niños desfavorecidos llegan a la etapa de educación obligatoria, lo hacen con desventajas que les impiden progresar en la misma medida que sus compañeros. Si se añade los efectos de concentración espacial (los niños pobres viven rodeados de otros pobres y van a escuelas pobres), el efecto es acumulativo. Hay mucha evidencia que señala que en estos contextos donde se concentran niños que arrastran problemas sociales que traen al aula, el progreso educativo es mucho más difícil, la educabilidad se pone en juego. Los docentes no solo gestionan retos educativos, sino sociales. Mi aproximación a todas estas cuestiones es longitudinal. Las experiencias en las primeras etapas son fundamentales para entender qué pasa después. El fracaso escolar o abandono prematuro es imposible entenderlo sin experiencias acumulativas que se generan en la más tierna infancia.

¿La escuela está cumpliendo su papel de eliminar estas diferencias de origen y compensar las desventajas?

El sistema educativo en abstracto no lo está consiguiendo. Toda la evidencia señala que las brechas sociales al final del proceso educativo obligatorio son muy similares a las que se observan al principio. Los países que pueden seguir a los niños durante todo su recorrido educativo lo observan muy claramente. Aquí, con menos información, también lo vemos. La escuela ni es el instrumento meritocrático especialmente eficaz que se presupone (la idea de que en el sistema educativo avanzan los mejores) ni es un instrumento de inclusión eficaz. Más bien, reproduce las diferencias de origen. Eso no quiere decir que no haya escuelas o docentes que puedan tener ese efecto corrector. Pero hay estudios anglosajones que dicen que incluso las diferencias se amplían a lo largo del periodo escolar, de modo que los niños de origen desfavorecido que lo hacían bien en las primeras etapas, tras el ciclo educativo lo hacían peor, mientras los niños acomodados que lo hacen mal al principio a los diez años se han recuperado bastante. Es decir, la escuela rescata a los niños acomodados y perjudica a los que provienen de entornos desfavorecidos.

Voy a hacer un pequeño matiz. No necesariamente el efecto es de la escuela. También hay evidencia que muestra que más horas en la escuela ayuda a los niños desfavorecidos. O que estar fuera del periodo escolar los perjudica (los veranos, por ejemplo). El problema no es estrictamente la escuela sino que la escuela no opera sola. Determinadas influencias del entorno empujan a la escuela a ser productiva para los niños acomodados, pero cercena la posibilidad de que niños de entornos desfavorecidos salgan adelante.

Menciona aspectos que pueden corregir estas deficiencias. No vamos a hacer un plan director aquí, pero, ¿puede esbozar alguno?

Un niño en situación de pobreza vive en desventaja. En ese sentido, un elemento clave de inicio es corregir las situaciones de pobreza en la infancia, o atenuarlas al menos. Cuando tienes un país con un 28% de niños en situaciones de pobreza no puedes pretender los mismos resultados educativos que otro como Finlandia, que tiene menos del 10%. Un primer elemento entonces es atender estas situaciones con políticas de lucha contra la pobreza infantil o incluso ayudas directas. Un segundo elemento son escuelas infantiles de calidad y políticas que posibiliten el acceso a estas escuelas de colectivos desfavorecidos. España ha sufrido una gran explosión de la escuela infantil, el 0-3, pero no ha llegado a las familias que más se podrían beneficiar de ellas, las más desfavorecidas. Y más si son escuelas de calidad que producen lo que estos niños no tienen en casa, que es la estimulación cognitiva. Un tercer elemento es contener la segregación escolar. Hay efectos concentración de la pobreza que se producen en el barrio. También en la escuela, sobre todo si los centros no cuentan con suficientes recursos para hacer frente a estos retos. Una política en esa dirección también sería ayudar más generosamente a las escuelas que afrontan situaciones socioeconómicas más dificultosas: asegurar que el personal docente sea experimentado, que se pueda centrar en la atención específica a las situaciones sociales problemáticas que pueda encontrarse, que conozca dinámicas pedagógicas que ayuden a estos estudiantes (competencias no cognitivos: cómo inculcarles motivación, perseverancia, paciencia). Otro elemento obligatorio que mencionar porque las brechas son enormes a nivel socioeconómico es la repetición. Somos un país que hace repetir mucho, esto es conocido, pero no repite todo el mundo, repiten los estudiantes desfavorecidos. A los 15 años ha repetido un 53% de los estudiantes del cuartil más desfavorecido mientras solo lo ha hecho un 8% de los acomodados. Acercar estas cifras es imperativo, somos una anomalía total. Hay todo tipo de intervenciones, a nivel pedagógico también.

¿Nos estamos preocupando poco como sociedad del fenómeno de la pobreza infantil?

El gran salto es entre la preocupación y poner los medios. La preocupación que aparece en los medios de comunicación acaba incluso expresándose en los programas políticos o hasta en los pactos que firman los partidos. En las últimas dos negociaciones entre PSOE-Cs y entre PP-Cs para presentar una alternativa de Gobierno, en los dos casos se reconoció el grave problema de pobreza infantil y se comprometió una gran cantidad de recursos para hacerle frente. El problema es que cuando llega el momento de negociar los Presupuestos Generales del Estado esto no acaba de concretarse. Los 2.000 millones de euros que comprometieron el PP y Ciudadanos al final se quedaron en ciento y pico, que desglosados ni siquiera van a la infancia y acaban en los refugiados, por ejemplo. En el último momento los actores que tienen que negociar los presupuestos se olvidan de la importancia del problema y atienden otras consideraciones, quizá a quién pueden contentar y a quién descontentar y con esto de los niños quizá te puedas permitir el lujo de no ponerlo en primera línea porque en el fondo no vas a descontentar a mucha gente.

Sorprende esta afirmación, porque uno diría que un 28% de las familias con hijos sí es mucha gente.

Suena a mucha gente, pero esa gente no se identifica como familias con niños pobres. Se identificarán como catalanes, trabajadores, como consumidores o como familias con un dependiente en casa, pero no con familias con niños que necesitan una determinada atención hacia los niños. Son grupos que no tienen a nadie que les defienda como colectivo. Los trabajadores tienen a los sindicatos, los independentistas a los partidos políticos nacionalistas… El tema de los niños queda más relegado porque no tienen esas asociaciones bandera que puedan defenderlos. Esta situación está mejorando bastante porque hoy en día sí hay un Save the Children o Unicef que pueden jugar ese papel, pero aún quedan relegados en el último momento, en el proceso de negociación. Todos los partidos se apuntan al “hay que ocuparse de los niños” a nivel programático, pero no parecen traducirlo después.

Fuente de la Entrevista:

http://www.educatribu.net/index.php/noticias/unaNoticia/153

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