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El curso escolar, en el curso de la recuperación

Cuba / 8 de octubre de 2017 / Autor: Margarita Barrios / Fuente: Juventud Rebelde

El sistema nacional de enseñanza sufrió una fuerte afectación con el paso del huracán Irma, pero con el decisivo aporte de los maestros y sorteándose no pocas dificultades, el actual período lectivo ha continuado

Irascible y sin compasión alguna, con su frenético vendaval y su fuerza destructora, el huracán Irma causó no pocos estragos en una buena parte del territorio nacional. Muchas instituciones educativas no escaparon a la furia del poderoso evento meteorológico y resultaron dañadas, justamente a menos de una semana de haberse iniciado el presente curso escolar.

«La situación se tornó bien compleja», comenta ahora, en entrevista exclusiva con Juventud Rebelde, la viceministra primera del Ministerio de Educación (Mined), Cira Piñeiro Alonso.

«Un total de 2 264 escuelas se vieron afectadas, o sea, el 21,2 por ciento del total de las instituciones educacionales del país. De ellas, seis fueron derrumbes totales: dos en Holguín, igual número en Ciego de Ávila, una en Villa Clara, así como la escuela especial de Santa Cruz del Norte, en Mayabeque, y la Dirección Municipal de Educación de Yaguajay».

Sin embargo, a la semana siguiente del paso de Irma el empeño fue reiniciar las clases, para que no se atrasaran los programas de estudio y darle la tranquilidad a la familia de que sus hijos estaban de nuevo en las escuelas, expresó.

«Eso conllevó un esfuerzo grande, porque muchos de nuestros maestros, directivos y trabajadores de los centros escolares habían perdido sus viviendas o tenían serias dificultades. Aunque hay una disposición especial para los trabajadores que están en esa situación, les pedimos un esfuerzo y hubo una respuesta positiva.

«De la labor de los maestros dependía que la familia pudiera dedicarse a la recuperación. Con los muchachos en la escuela       tenían más tiempo para resolver los problemas de la vivienda, ayudar en el acondicionamiento de sus centros laborales o incorporarse a la producción y los servicios, lo cual era fundamental», precisó.

El reinicio de las actividades educacionales no fue una decisión a nivel de país, sino que partió de la evaluación de cada Consejo de Defensa, puntualizó la directiva.

«La enseñanza más afectada fue la primaria, porque es la que tiene mayor número de centros escolares, incluso en lugares intrincados de la geografía cubana. Pero se buscaron varias alternativas», subrayó.

Una de las principales fue reubicar a los estudiantes en los centros que no tenían daños de consideración y alternar los grupos en las aulas. Se organizó una sesión de clases, y en la otra, actividades deportivas, culturales, políticas. Llegaron a realizarse trabajos de recuperación en la propia escuela o en la comunidad.

Otra iniciativa, precisó Cira Piñeiro, fue el acondicionamiento de locales de organismos e instituciones del territorio. También 133 familias prestaron espacios de sus casas para impartir la docencia. «En estos momentos solo tenemos dos instituciones que no han podido reiniciar sus actividades. Son círculos infantiles de la provincia de Camagüey, que por las características de las edades de los niños es más difícil reubicarlos cuando no es posible hacerlo en un centro de ese mismo nivel educativo», destacó.

—En los centros dañados, ¿cómo han enfrentado el proceso de recuperación? ¿En qué estadío se encuentran esas labores?

—Tenemos 1 017 instituciones educacionales que ya han sido recuperadas. Hay que reconocer el esfuerzo realizado por brigadas constituidas fundamentalmente por trabajadores de los propios centros, en las cuales han participado también estudiantes de los politécnicos de las especialidades de    Construcción y Electricidad.

«Se trató de reutilizar todo lo  posible, para así no gastar tantos recursos: los techos de zinc, los ventanales… Los consejos de defensa municipales y provinciales han apoyado con mucha prioridad el proceso de recuperación de las instituciones escolares».

La Viceministra primera destacó que los recursos que tenían las escuelas fueron puestos a buen recaudo, por lo cual no se perdieron computadoras, televisores, videos, entre otros medios que son costosos. Hay una parte del material escolar que la tienen los niños en sus casas.

Explicó que los alumnos se llevaron esos materiales a los centros de evacuación, otros los preservaron en casas de vecinos que estaban seguras, o los dejaron en los centros escolares. «Siempre hubo pérdidas, argumentó, pero disponemos de una cobertura en los municipios de educación para su redistribución», resaltó.

—Algunas instituciones escolares sirvieron como centros de evacuación y todavía hay personas albergadas…

—Sí, tuvimos un grupo importante de instalaciones que se utilizaron como centros de evacuación. Tenemos todavía 15 escuelas de los territorios de Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey con personas albergadas. Los alumnos de esos centros se han reubicado, y algunas de las escuelas que sirven de alojamiento son muy grandes, por lo que se mantienen en ellas ambas funciones.

«También en estos planteles tuvieron un papel importante los trabajadores de la educación, pues no solo preservaron los centros, sino que atendieron a los evacuados.

«De manera especial, acotó, estamos ocupándonos de los estudiantes que están evacuados, para que asistan al centro escolar que les queda más cerca del lugar donde residen temporalmente ahora. Si es una instalación educacional y hay matrícula suficiente, allí mismo se les imparten las clases», destacó la Viceministra.

—¿Fueron afectadas las instalaciones pioneriles?

—Un total de 43 centros de este tipo sufrieron daños. De ellos se han recuperado diez con recursos propios. Algunos tenían condiciones constructivas muy difíciles y se han incluido en los planes territoriales de inversiones. Ahora se incorporan a los programas de recuperación.

«Es necesario que estén listas lo más rápido posible, porque constituyen un apoyo fundamental para la formación vocacional y la orientación profesional, que es una prioridad de nuestro sistema educativo».

—El sistema nacional de enseñanza había propuesto comenzar el proceso de Perfeccionamiento de manera experimental en 154 escuelas de todos los niveles. ¿Cómo van a enfrentar esa tarea?

—El grueso de las escuelas que se escogieron para ese proceso están en los municipios cabecera y no han tenido grandes afectaciones. Ahora, en los primeros días de octubre funcionarios del Ministerio de Educación realizarán un recorrido por todo el país para revisar cómo va el proceso docente-educativo, y uno de los temas que se revisarán es, justamente, este.

—¿Qué enseñanzas dejó para el Ministerio de Educación  la situación vivida tras el paso del huracán?

—La temporada ciclónica coincide con el inicio del curso escolar, por lo tanto es imprescindible sacar experiencias para perfeccionar el trabajo. Hay medidas que fueron efectivas porque se pudieron proteger los recursos principales; pero, por ejemplo, en lo referido a la base material de estudio que tiene el alumno en su casa, hay que establecer una normativa para su protección.

Explicó la Viceministra que si la escuela no tiene una cubierta fuerte, hay que garantizar al menos un local con un techo que resista, para poder resguardar allí los medios de enseñanza y no tener que trasladarlos, que toma mayor tiempo y recursos.

«Será necesario también pensar en cómo proteger el mobiliario escolar, pues las mesas si se mojan se dañan, y no es lo mismo amontonar libros, objetos más pequeños. Para los muebles se necesita un mayor espacio», destacó.

En su análisis puntualizó la necesidad de tener focalizados los lugares alternativos para reiniciar las actividades docentes en caso de que la escuela esté dañada, así como analizar la posible reubicación de centros escolares situados en zonas de inundación.

«Nos afectó mucho la falta de fluido eléctrico. Siempre se puede comenzar sin utilizar los medios, porque tenemos el maestro con la tiza, pero el bombeo de agua para el saneamiento del centro es fundamental. La poda de árboles es fundamental. Por no prever esta acción se dañaron muchas de nuestras instalaciones. Algunos de estos temas nos trascienden, por lo que será necesario un análisis más amplio e integral para buscar las soluciones», argumentó.

 

Perjuicios en datos

277 círculos infantiles

1 183 escuelas primarias

105 escuelas especiales

313 secundarias básicas

100 preuniversitarios

6 facultades obrero-campesinas

130 politécnicos

8 escuelas pedagógicas

43 instalaciones pioneriles (palacios o campamentos)

3 entidades subordinadas al Mined

96 instalaciones de diferentes tipos (almacenes, dependencias de las direcciones municipales de Educación, bibliotecas)

Fuente: Mined

Fuente de la Entrevista:

http://www.juventudrebelde.cu/cuba/el-curso-escolar-en-el-curso-de-la-recuperacion

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La escuela de educación básica después del sismo: a dónde vamos

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Miguel Ángel Gallegos / Fuente: Educación Futura

En México se nos está cayendo la letra “e”, de escuela y de esperanza. Se ha teñido de rojo sangre. El pasado 19 de septiembre del presente año dejó marcada a la sociedad mexicana, sobre todo a la capitalina. Una vez más sucedió la tragedia, después de treinta y dos años volvió a pasar. ¡No aprendimos la lección!

Pareciera ser que los simulacros que se habían realizado aquella mañana de septiembre, no habían servido de mucho. Justo al momento del terremoto la gente había olvidado las indicaciones repetidas por más de treinta años. Muchos jóvenes y niños sólo llevaban algunos años de repetición ¿Acaso los protocolos de seguridad no han sido los correctos?

Parece que en México los simulacros son solo eso, simulacros que sirven para fingir que se hace algo, que permiten justificar mediante avisos y comunicados banales de que se está cumpliendo con las recomendaciones.  Hoy la burocracia administrativa pide informes y evidencias de todo, pero cuando la realidad nos alcanza, esas informaciones escritas difícilmente sirven de algo ¿Acaso estos métodos informativos son adecuados para algo?

Lo que importa a la mayoría de las autoridades educativas son los informes, mientras más fotos y evidencias mejor, es lo que decía un distinguido directivo de una escuela para la que trabajé durante algunos años. Eso le pedían a él, eso le exigían sus superiores. Estimo que a la burocracia no le importan los procesos, las vivencias, los sentimientos, las emociones y la seguridad de la gente.

Vislumbro que a las administraciones de gobierno lo único que les interesa es tener informes de todo –aunque en muchos casos, estos no sean revisados por nadie–. Desafortunadamente cuando nos alcanza la realidad, las cosas cambian, como hemos visto, en ella salen a relucir negligencias, carencias, pendientes, complicidades, abusos de autoridad e incluso fallas administrativas. Los anhelados sellos de recibido, plasmados en los formatos de evidencias, en poco ayudan cuando la realidad pone a prueba a la sociedad y sus instituciones.

En México, una gran cantidad de entidades, municipios, localidades, calles y domicilios sufrieron las consecuencias del sismo del pasado 19 de septiembre, en el que por desgracia se perdieron muchas vidas. Respetuosamente pido un momento de silencio, en particular para una institución educativa que desafortunadamente vio vencer su infraestructura en uno de sus edificios, hecho que lamentablemente arrebató la vida de personas adultas e infantes. Un hecho que, a partir de ello marcará el futuro de la vida en las escuelas, particularmente en la educación básica.

La escuela a lo largo de las últimas décadas ha sido la institución más sólida y segura que el Estado puede brindar a la ciudadanía. La sociedad en general confía plenamente en ella, al grado de dejar a sus hijos –desde sus primeros años de vida– por varias horas durante el día. Hoy las jornadas escolares en este nivel educativo, que contempla el preescolar, la primaria y la secundaria, van desde las tres horas en escuelas con horario normal, hasta las ocho horas en las llamadas de jornada ampliada o tiempo completo.

Desde el día del sismo, y hasta nuevo aviso el regreso a algunas escuelas depende de las indicaciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por lo tanto, los padres de familia están atentos a los reportes institucionales que emitan las autoridades estatales como las federales. La pregunta es, ¿la vida en las escuelas volverá a ser la misma después de la tragedia sucedida en el Colegio Enrique Rébsamen?

Los padres de familia dejarán a sus hijos cada día con la misma confianza de siempre, en este colegio o en cualquier otra institución educativa, o habrá que tomar nuevas medidas para los nuevos escenarios que los fenómenos naturales en cualquier momento nos puedan sorprender.

Me pregunto: ¿qué dará certeza a los padres de familia para llevar a sus hijos a sus respectivas escuelas?, ¿que brindará certeza a los administrativos, docentes y estudiantes para continuar su vida normal en los centros escolares?, un informe o un dictamen con sus respectivos sellos, será lo que brindara la tranquilidad, o serán obras y acciones las que devuelvan la “e” de la esperanza a nuestro México.

Tengo la fortuna de conocer a muchos docentes de educación básica en la Ciudad de México, quienes me hicieron llegar –vía electrónica- un documento en formato PDF, el cual circuló entre una gran cantidad de docentes de este nivel educativo. Este es un reporte de afectaciones por el sismo, el cual presenta un listado de las 209 escuelas de educación básica, las cuales sufrieron algún daño, que va desde fisuras en paredes, grietas en escaleras hasta bardas caídas.

Puedo mencionar de dicho reporte de escuelas públicas de educación básica dañadas en la Ciudad de México, los siguientes números: preescolar 81; primaria 85; secundaria 41; especial 2, lo que da un total de 209 escuelas dañadas en menor o mayor grado, esto nada más en la capital del país. Habrá que ver si a nivel nacional se tiene algún reporte, tanto de escuelas particulares como de públicas. Es necesario.

Del anterior listado pude corroborar lo que el describe en relación a los daños señalados en algunos planteles. Por ello, mencionó esta información con la seguridad de que la SEP la difundirá de manera oficial, no para alarmar a los padres de familia, sino para hacer sinergia con ellos y tomar las medidas necesarias, las cuales atañen a los cuatro actores escolares: alumnos, docentes, padres de familia y autoridades educativas.

Hoy más que nunca se debe hacer equipo para recuperar la “e” de escuela en nuestro querido México. Debemos aprender de esta mala experiencia y pensar si estamos actuando bien en lo individual, en lo general y si nuestras autoridades educativas están respondiendo a las necesidades que los tiempos demandan.

Cabe preguntarnos ¿por qué algunas escuelas están dañadas y otras no? Dónde queda la inversión en Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (CIEN) del Programa del Gobierno de la República para garantizar que los Planteles Educativos sean de calidad “Escuelas al 100”, puesto en marcha en el año 2015, en el cual prometió invertir 50 mil millones de pesos para mejorar las escuelas en todo el país. No vaya a resultar solo un certificado, documento o informe más, que en nada ayuda cuando la realidad nos alcanza.

Finalmente, mencionar que la SEP ha venido evaluando a los docentes en los últimos años; parece que hoy los papeles se invierten, ahora los docentes y la sociedad en general evaluarán el desempeño de esta Secretaría que tiene en sus manos la responsabilidad de las escuelas públicas y particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional, así como de verificar la situación que guarda cada uno de estos planteles para declarar el regreso a clases en condiciones normales o no. Seguiremos atentos.

Fuente del Artículo:

La escuela de educación básica después del sismo: a dónde vamos

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“La educación chilena por México”: Mineduc llama a sumarse a colecta de la Cruz Roja para reconstruir escuelas afectadas tras terremoto

Chile / 1 de octubre de 2017 / Autor: Fuente Externa / Fuente: Elige Educar

Se convocó a alrededor de 20 mil establecimientos escolares, incluyendo jardines infantiles, además de rectores de instituciones de educación superior y organizaciones no gubernamentales, a sumarse a la colecta.

En compañía del ministro (s) de Relaciones Exteriores Edgardo Riveros, el embajador de México en Chile, Raúl Beltrán, el presidente nacional de la Cruz Roja chilena, Patricio Acosta, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, presentó este lunes la campaña “La educación chilena por México”, que busca recaudar fondos para ir en ayuda de ese país, que resultó fuertemente afectado tras el terremoto registrado el pasado martes 19 de septiembre.

El Ministerio de Educación convocó a alrededor de 20 mil establecimientos escolares, incluyendo jardines infantiles, además de rectores de instituciones de educación superior y organizaciones no gubernamentales, a sumarse a la colecta de la Cruz Roja chilena, para enviar recursos a la institución del mismo nombre en México, con el fin de poder apoyar el proceso de reparación y reconstrucción de los establecimientos educacionales afectados.

“México ha sido históricamente muy solidario con Chile, ha ayudado a reconstruir alrededor de 11 escuelas en nuestro país, y viendo esa realidad, es que nos hemos sumado activamente a hacer un llamado a todo chileno y chilena, establecimientos, rectores, federaciones de estudiantes y organizaciones, a sumarse a esta campaña”, declaró la ministra Delpiano.

Asimismo, recalcó que “nosotros estamos con todo un esfuerzo país de formación ciudadana, y creo que una buena manera de formar como ciudadanos tiene que ver con la solidaridad, la solidaridad internacional. Es un momento para explicarle a los niños y niñas el efecto que esto tiene, como el sufrimiento de una familia en México, empatizar con eso, también es un elemento muy importante”.

La autoridad del Mineduc informó que son alrededor de cinco mil los establecimientos afectados, lo que “sin duda, tiene un impacto muy grande para los niños, niñas y sus familias. Sabemos que, para la salud mental de ellos, el poder volver lo antes posible a una situación de normalidad es muy importante y en ese sentido hemos querido hacer este llamado”.

Por su parte, el embajador de México en Chile, Raúl Beltrán, precisó que son 16 los establecimientos que resultaron con daños graves irreparables, principalmente en Ciudad de México, Puebla y Morelos, que no sólo fueron afectados por el último terremoto, sino también por el movimiento telúrico registrado el 7 de septiembre y el paso de huracanes.

“En estos momentos se está en un proceso de evaluación de inmuebles, pero creo que la noticia importante es ese México de pie que ustedes han percibido y que hoy está volviendo a clases, en inmuebles donde estamos seguros que no existen daños y que no pongan en riesgo a los alumnos. Esto da cuenta de un país de pie que sigue avanzando”, remarcó.

En tanto, el presidente nacional de la Cruz Roja chilena, Patricio Acosta, indicó que la entidad habilitó la cuenta corriente 0210005140 en el Banco Itaú, asociada al RUT 705012106-1, mediante la cual se estarán recibiendo los aportes hasta el próximo 15 de octubre. “Tenemos bastantes días como para juntar una buena cantidad de dinero y una vez cerrado el proceso, vamos a dar a conocer de manera pública todo lo que se recaudó. Hasta el último peso se irá a México, sin intermediarios”, señaló.

Fuente de la Noticia:
http://www.eligeeducar.cl/la-educacion-chilena-por-mexico?utm_content=bufferbc908&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
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