Europa/España/23 Mayo 2019/Fuente: El país
64.000 profesionales con una FP Superior ganan el salario mínimo, 12.600 euros brutos al año
La mayoría de los expertos educativos —amparados por la OCDE o la Unesco— insisten en la importancia de la escolarización temprana. No solo por lo que en el aula se aprende, sino porque se socializa y potencia el éxito académico y el ascenso social, al frenar las desigualdades. Aun así, el 62% de los menores de tres años no están escolarizados. Por eso, los partidos llevan en sus programas para las elecciones de este domingo la universalización de las escuelas de 0 a 3 años —gratuidad en centros públicos o cheques escolares en la concertada—. Pero ninguno entra al debate de las condiciones laborales de quienes trabajan en escuelas privadas de barrio (antes guarderías) o centros públicos de gestión indirecta, que son propiedad de Ayuntamientos, Diputaciones o comunidades autónomas pero que están administrados por empresas. Cuando se firme este miércoles el convenio del sector, los educadores infantiles van a pasar de ganar 790 euros netos al mes a 830 euros si trabajan en un centro privado, y de 810 euros netos a 900 euros cuando se vuelva a licitar el contrato si el empleo es en un centro público externalizado.
Desde que se aprobó el salario mínimo interprofesional en diciembre, a estos educadores infantiles de la privada les ingresan un pequeño complemento para cumplir con los 12.600 euros anuales a los que obliga ahora la ley. Las Administraciones públicas pagan mejor a sus plantillas dedicadas a la educación infantil.
“El 90% de las trabajadoras [el 95% son mujeres] pueden ser consideradas como pobres, según la Carta Social Europea. Su retribución apenas supera el salario mínimo interprofesional y no alcanza el 60% del salario medio nacional”, denuncia Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario, que ha convocado este martes una huelga en el sector a la que no se han adherido otras asociaciones. Hay 80.000 empleados en la educación de 0 a 3 años en centros de gestión privada, de los que 8.000 son maestros (10%), otros 8.000 trabajan en la cocina, el mantenimiento y la limpieza (10%). El otro 80% (64.000) son educadores infantiles, según los datos ofrecidos por el sindicato.
La Asociación Española de Centros Privados de Enseñanza (Acade), la patronal que agrupa al 40% de las escuelas en manos privadas, sostiene que es una huelga «improcedente, inoportuna y completamente injustificada» y asegura que la han secundado solo un 2% de sus trabajadores, mientras que Comisiones se felicita por la participación, que cifra en más de un 80%, pese a las «amenazas explícitas de despido». Este diario no ha logrado conocer la opinión de la otra patronal mayoritaria, la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), cercana al Opus Dei.
Tamara García es educadora y tutora de un aula en una escuela de conciliación familiar en una multinacional madrileña muy grande, con 18 aulas. Solo se ha quedado personal de servicios mínimos. Gana 975 euros en 12 pagas y trabaja oficialmente de ocho a cinco con 20 alumnos de dos a tres años. Cada dos aulas hay una persona auxiliar a jornada completa, con la misma formación que ella, que ayuda en todo: los cambios de pañal, las comidas, los relevos para comer… “Nosotros dentro de lo que cabe tenemos suerte porque la multinacional es fuerte e impone unos mínimos laborales”, cuenta García, que, como delegada sindical de CC OO, relata las carencias del sector.
“La precarización no solo está en el sueldo. Las ratios son abusivas, creemos que una educadora no puede abarcar todas las necesidades que tiene un niño. Y no solo las básicas, que estén limpios, que estén vigilados, sino la estimulación y el trabajo educativo”, cuenta la sindicalista. “Siempre que vas a trabajar estás con los niños. Toda la organización, informes trimestrales, reuniones con los padres… va fuera de tu horario. Por suerte, las compañeras se han dado cuenta de que hay que dar un poco de guerra, porque si no vamos a peor”, prosigue García.
Una madre, Tamara González, que trabaja en casa, cuenta que su hijo Hugo, de dos años y alumno de la escuela Nemomarlin, en Madrid, se ha quedado con ella. Busca así solidarizarse con las educadoras del centro, algunas de las cuales cobran lo que indica el convenio y otras por encima, según afirma la dirección. «Funciona igual que un colegio, no te guardan el niño. Tenemos una reunión al trimestre en la que nos cuentan lo que van a hacer, tienen sus temarios…», cuenta la madre. La profesora llega a las ocho, una hora antes de que lleguen los pequeños, y prepara las clases o tutorías. «Ayer, por ejemplo, se fue a las ocho porque había claustro», dice González.
“Con todo el respeto para quien limpia o cocina, no tiene sentido que las educadoras que tienen una formación [son técnicos superiores en Educación Infantil] solo ganen 30 euros más cuando tienen la responsabilidad de formar y cuidar a niños muy pequeños”, se queja Pedro Ocaña, secretario de Enseñanza Privada de CC OO. «Eso es por la percepción que ha habido siempre de que se guarda a los niños mientras los padres trabajan», prosigue. Si esta etapa de 0 a 3 años se imparte dentro de un colegio subvencionado, los educadores ganan un 20% más porque se les aplica el convenio de la enseñanza concertada.
«Educamos, no guardamos»
En Barcelona, unas 200 personas se han manifestado este martes a las puertas de la patronal Foment del Treball para reclamar un convenio laboral digno, informa Jessica Mouzo. Las trabajadoras han exigido una subida salarial “digna” tras “años con los sueldos congelados”. El nuevo convenio “contempla una subida salarial de entre siete euros y, como mucho, 50 euros al mes”, ha explicado Manel Pulido, portavoz de la Federación de Educación de CC OO Cataluña. En la comunidad hay, según el sindicato, 700 escuelas municipales externalizadas y otras 800 privadas.
Ingrid Cabada lleva 10 años como educadora. Ahora, cobra 1.300 euros mensuales en una guardería municipal de gestión privada en Cornellà. “No puede ser que estemos dispuestas para las familias y nadie nos valore”, lamenta. El sueldo de Ingrid es, sin embargo, muy superior a la media, pues, según Mireia Domínguez, portavoz de CC OO del sector en Cataluña, una educadora suele cobrar 930 euros mensuales. “Y no se habla de las jornadas directas e indirectas, porque nosotras la formación la hacemos los sábados, y los claustros y las reuniones con los padres, fuera del horario laboral”, agrega Domínguez. Al grito de “educamos, no guardamos” o “queremos un convenio digno”, los manifestantes han cortado durante unos minutos la Via Laietana de Barcelona, una de las principales arterias de la capital catalana.
El sueldo de los educadores de Infantil lleva congelado siete años. En julio de 2018, la CEOE y la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) firmaron con UGT y CC OO un acuerdo para que en 2020 no hubiese salarios por debajo de los 1.000 euros. “Para más del 90% de las personas de este sector no será así”, recuerdan en Comisiones. UGT se muestra en desacuerdo con la protesta. «Quienes convocan la huelga han estado conformes con los contenidos que se han estado negociando del convenio hasta la decimoquinta reunión el 25 de abril, decidiendo en el último momento salirse de la negociación, a pesar de no haber cambios significativos», lamentó UGT en un comunicado.
Una de las irregularidades constantes, según el sindicato convocante de la huelga, es que se contrata a empleados con título de maestro (su salario oficial son 1.100 euros netos) pero con las condiciones laborales de educadores. Además, asegura el sindicato, se despide los meses de verano o los profesionales tienen “retribuciones parciales totalmente insuficientes para cubrir las necesidades básicas, emprender proyectos vitales con autonomía o garantizar una pensión digna”.
Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/05/20/actualidad/1558377993_182370.html