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Las escuelas normales: rostro del fin de una institución

Por: Oswualdo Antonio González

Escribo estas líneas pensando más que en el lector presente, en un hipotético lector futuro que intente comprender cómo es que una generación permitió que las Escuelas Normales (donde se formaban maestros para la educación pública) desaparecieran, fueran destruidas sin poner “un poco” de resistencia.

2025, padres de familia y estudiantes protestan en calle.

De los cuatro hijos que tenía, sólo el más pequeño estudiaba la educación primaria. Había decidido con su esposa que era el que más tenía posibilidades de “salir adelante”, es el más “vivo” decía ella y los demás integrantes de la familia parecían coincidir en este diagnóstico. Con evidente “miedo” avanzaban junto con otras familias, que desesperadas se habían atrevido a realizar esta “caminata” para “pedir” algún apoyo al gobierno. Ellos sabían que esto era ilegal, que las anteriores manifestaciones habían sido reprimidas violentamente. El desenlace fue el esperado, miles de “militares” ya los esperaban con la instrucción de darles un “escarmiento”, pero como otras veces, en esta ocasión también se les “pasó la mano”. Litros de sangre alimentaron el frío asfalto. En minutos los equipos de limpieza, “limpiaron”, perfumaron y montaron un escenario para que el gobierno de la Coalición hiciera un anuncio en cadena nacional: una nueva bolsa de recursos económicos para dar “crédito” a estudiantes a tasas muy competitivas y a un plazo nunca antes visto, 40 años para pagarlos.

Cuaderno del pasado.

Puso el punto final a su texto. Estaba emocionado. Había logrado armar una historia coherente e interesante. Pensaba que si lograba reconstruir puntos clave del pasado, podía iluminar el presente y así diseñar estrategias para destruir a un gobierno que parecía invencible. Él, como muchos, sabía que cada nueva matanza de “civiles” significaba más miedo y mayor aceptación de esta realidad como inevitable. Por su formación de maestro en una Escuela Normal, sabía cómo narrar temas complejos para que los niños lo comprendieran y decidió seguir la misma lógica.

El documento de apenas tres “hojas” se dividía en pequeños temas y se denominaba Cuaderno del pasado, el cual se usaría en las reuniones clandestinas con las familias.

Tema 1: Las Escuelas Normales: contrapesos de los gobiernos.

Cuando se diseñó la educación pública, decía el “Cuaderno del pasado”, se cuidó que los gobiernos no pudieran utilizarla para perpetuarse en el poder. La educación pública, le fue encargada al Estado, es decir, las decisiones clave debían tener el aval del poder legislativo federal en armonía con las legislaturas locales, en consecuencia era muy difícil que un gobierno encabezado por un Presidente católico, por ejemplo, pudiera echar abajo su carácter laico. Para garantizar la independencia de los maestros de escuelas públicas, se crearon las Escuelas Normales, en cuyas aulas se formaban con un perfil de compromiso comunitario. Pero en el 2012, este diseño fue roto por la creación de un “Pacto” entre los tres principales partidos del país, los cuales representaban la derecha, el centro y la izquierda del espectro político y que tenían en común sus fuertes intereses económicos. Este “Pacto” tuvo como primera tarea desmantelar la educación pública, lo cual lograron y en su lugar nos dejaron este sistema educativo que hoy tiene endeudado a nuestros hijos.

Tema 2. Construir conocimiento propio desde las Normales.

Una cuestión que se cuidó en las Normales fue que no se convirtieran en reproductoras de modelos pedagógicos, para ello, existían escuelas Anexas donde se “practicaba” pero también se “experimentaban” con otras pedagogías, las cuales posibilitaban la actualización constante y la alimentación de las propuestas de Reforma educativa. Esto fue destruido de manera abierta durante los 12 años de los gobiernos panistas en el año 2000, al imponer un Modelo centrado en Competencias y reducir los planes y programas a la “enseñanza de didácticas”. Igualmente los anexos agropecuarios poco a poco fueron olvidados, enviando el mensaje implícito que los egresados ya no serían “maestros del y para el campo”. Siguen existiendo las escuelas anexas, como fantasmas de lo que un día fue un modelo educativo de vanguardia a nivel mundial. Igualmente siguen existiendo los terrenos donde se ubicaban las Normales, solo que ahora cuentan con edificios de última generación, con todos los avances tecnológicos, sostenidos por una asociación público-privada que cotiza en la Bolsa de Valores y que se hizo de estas instituciones en el marco de un Programa llamado “Normales al CIEN”. El nombre de las Normales sufrió un pequeño cambio ahora se denominan Incubadora de Emprendimientos para la Enseñanza Eficaz.

Tema 3. Existieron Normales rurales: escuelas del campo para el campo.

Panistas, Priistas y Perredistas en su “Pacto” del año 2012, tuvieron claro que si querían que su Reforma neoliberal avanzara deberían acabar con las Normales y así lo hicieron. Primero fueron las rurales, las ahorcaron financieramente, redujeron su matrícula y cuando salieron a protestar fueron violentamente reprimidos, con saldo de estudiantes desaparecidos, asesinados, encarcelados y hospitalizados. Ante estos hechos sangrientos, las Normales urbanas, no apoyaron a sus pares rurales en su lucha, lo que a la larga implicó la desaparición de todas las Normales, urbanas y rurales. En el ciclo escolar 2025-2026 ninguna Normal rural abrió sus puertas a nuevos solicitantes, ya desde el ciclo escolar 2018-2019 ninguno de sus egresados se tituló debido a los nuevos estándares y requisitos. Las Normales rurales, no solo se definían por el lugar en el que se ubicaban sino por el tipo de formación que se les proporcionaba a los maestros que a ella acudían, al grado de ser llamados “revoltosos” por los medios de comunicación afines al gobierno.

Tema 4. Los directivos de las Normales al servicio del gobierno.

No se explicaría la caída de las Escuelas Normales sin la complicidad que en este proceso tuvieron los cuadros directivos sobre todo de las denominadas “urbanas”. Esa complicidad tomó diversas formas dependiendo de los niveles de organización de los estudiantes y los docentes por fuera de la institucionalidad: amenazar, controlar e infiltrar a los estudiantes para evitar que protestaran; encabezar cualquier intento de protesta pública y con ello encauzarlo por la vía del “diálogo” con la autoridad; a cambio obtuvieron puestos públicos de “mayor importancia” en la estructura de los diversos gobiernos; impulso de modelos de gestión centrados en la “calidad”, con lo cual obtuvieron más recursos financieros y fueron usados como ejemplos para las Normales rurales a las cuales se les quitaban sus presupuestos por defender “el normalismo histórico”; subordinación total a los gobiernos federal y estatal, aunque en varios casos manteniendo un discurso “revolucionario”, pero con acciones totalmente contradictorios a esa postura.

Tema 5. La institucionalización de los estudiantes de las Normales urbanas.

Ser estudiante es sinónimo de rebeldía, de abrazar causas y enamorarse de teorías y autores, pero esto no fue así en las Normales urbanas, algo pasó. Los estudiantes fueron incapaces de defender logros que habían acumulado otras generaciones, tal vez por miedo, no se solidarizaron con sus hermanos rurales, sólo observaron y en algunas ocasiones marcharon de manera muy “civilizada”.  Los estudiantes normalistas fueron incapaces de defender derechos laborales del gremio docente al cual pertenecerían.

La despolitización de los normalistas implica reconocer que la estrategia contra la educación pública se tejió varias décadas atrás, en la década de los setenta, afirman algunos.

Tema 6. La trampa de ser universitarios, para los maestros de las Normales.  

Estudiantes normalistas pasivos, despolitizados, son consecuencia del actuar de una mayoría de maestros de las Escuelas Normales que concibieron a la educación sólo como “enseñanza” y lo revolucionario moderno, como sinónimo de “maestro excelente”, “maestro innovador”, “maestro competente” y “maestro individualista”.

Institucionalmente estas dinámicas fueron reforzadas por la incorporación de prácticas y mecanismos neoliberales de productividad a las Escuelas Normales, el ideal que se impuso fue el del “docente universitario”. El compromiso con el pueblo, característico del normalismo, fue sustituido por la “acumulación de puntos” para “ganar más”, la medición de la calidad mediante estándares y parámetros y la certificación de competencias.

Martes 5 de agosto del 2025.

22:00 horas

Terminó la primera sesión con el “Cuaderno del pasado”, asistieron 15 maestros. Todos se veían muy cansados, la mayoría cubría cuatro turnos para poder ganar el mínimo para sobrevivir. No hubo comentarios finales, solo silencio. Acordamos una siguiente reunión clandestina para seguir recordando lo que habíamos perdido. Todos sabían que en el horizonte se dibujaba una única salida.

24:00 horas

Llegaba el último integrante de esa Célula de coordinación, la reunión empezó. Antes, un reporte avisaba que todo estaba en calma y que se procedía de acuerdo a las instrucciones. El tiempo de las marchas había quedado atrás.

02:00 horas

Tomó el lápiz e inició la redacción de un nuevo Cuaderno para usar en las reuniones. Una tarea urgente era recuperar la memoria y decirles a los más jóvenes que las cosas no siempre fueron como ahora son.

Escribió: El hambre de las trasnacionales no se detiene, devoraron nuestros recursos naturales y convirtieron en productos nuestra historia, nuestras instituciones ahora son controladas por ellos, deciden quien gobierna y quien imparte la justicia; ahora se comen nuestros cuerpos y llenan nuestros corazones de rutinas. Su primera tarea cuando nacemos es dominar nuestros cuerpos y matar nuestra posibilidad de imaginar…

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/las-escuelas-normales-rostros-del-fin-de-una-institucion/

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Escuelas normales: lo que les falta

Por: Gilberto Guevara Niebla

Muchas veces he escuchado esta pregunta: ¿Por qué un maestro normalista no dirige la SEP? En efecto, han sido muy pocos maestros normalistas los que han logrado ocupar la silla de José Vasconcelos —quien, por cierto, no era maestro. Los dos maestros de profesión que han tenido el privilegio de ser secretarios fueron José Ángel Ceniceros (1952-1958) y José Ángel Pescador (1994), aunque ambos completaron su formación con estudios universitarios.

Hay molestia cuando el magisterio advierte que algunos puestos de dirección educativa —tanto federales como estatales—son ocupados por personas que provienen de fuera del sistema educativo. Esto sucede porque los gobernantes —presidentes o gobernadores—suelen conceder las posiciones directivas de la educación a sus amigos o a sus compañeros de partido, pero siempre siguiendo criterios políticos y no criterios de experiencia académica o educativa.

Esto ocurre frecuentemente, pero no hay que perder de vista otro motivo que actúa en esas circunstancias: el hecho cierto de que no hay maestros normalistas técnicamente preparados para dirigir la educación nacional. Esta afirmación seguramente indignará a algunos docentes, pero es incuestionable. Los maestros están preparados para enseñar y cumplen muy bien con su trabajo en la escuela, pero casi ninguno ha adquirido las competencias para dirigir la empresa social más grande del país (2 millones de empleados, 25 millones de clientes). Para ser secretario (me refiero, claro, a un buen secretario) se necesita tener, no solo habilidad política, la cual es indispensable, sino también verdadera vocación por la educación, estar empapado en la cultura (o las culturas) de México, conocer en sus pormenores el sistema educativo, dominar en su intimidad la materia educativa, saber la historia de la educación nacional, tener excelentes habilidades para el liderazgo y para la gestión pública, etc., etc.

Tomar el timón de este barco no es cualquier cosa. Cabe, sin embargo, preguntarse: ¿qué institución de México está formando cuadros técnico-políticos con el conjunto de virtudes que se requieren para tomar el mando de la educación nacional? En mi opinión, ninguna. Deberían ser las escuelas normales, pero ellas fueron pensadas por los políticos del siglo XX para entrenar a maestros de banquillo, pero no para capacitar a las personas que habrían de dirigir la empresa educativa: por añadidura, las normales han vivido durante mucho tiempo tanto abandono y descuido, que algunas se encuentran en franca declinación. Ha faltado en nuestro escenario, una visión mayor, más ambiciosa, más grande, de la escuela normal y han faltado autoridades educativas —federales y estatales— con voluntad para impulsar el crecimiento de estas instituciones.

Lamentablemente en las escuelas normales se ha instalado el academicismo formal como ideología dominante. ¿Qué es el academicismo formal? Es la visión que propone hacer crecer a las normales a través de la mera creación de posgrados, sin importar muchas veces el contenido y la utilidad práctica que esos posgrados puedan tener. Antes de pensar en posgrados, hay que pensar en funciones. Y las grandes funciones que las escuelas normales no cumplen satisfactoriamente son: 1) Formar cuadros expertos de alto nivel para dirigir la educación; 2) Impulsar la investigación educativa con orientación pragmática y utilitaria (a saber, una investigación que produzca conocimientos que retroalimenten la práctica educativa) y 3) Desarrollar políticas en materia de formación continua para involucrarlas directamente con el quehacer de las escuelas (después del entrenamiento profesional, debe venir la formación continua, tal y como como lo hacen las mejores universidades).

He aquí, resumido, todo un programa de acción que debería ponerse en práctica lo más pronto posible, aunque sabemos muy bien de la negligencia, de la dispersión, y de los pequeños intereses que, frecuentemente, mueven a las personas que toman las decisiones en este país.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/escuelas-normales-lo-que-les-falta/

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México: “Vigilará” SNTE los cambios en las Normales

México / 19 de julio de 2017 / Por: Erick Juárez Pineda / Fuente: http://www.educacionfutura.org

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) participará en la revisión del reglamento de ingreso y promoción de docentes de las Escuelas Normales, para garantizar que se respeten los derechos laborales, se privilegie la profesionalización de los actuales maestros y se preserve el espíritu normalista que le ha dado movilidad social a México, anunció el presidente del Sindicato, Juan Díaz de la Torre.

Durante la presentación de la Estrategia de Fortalecimiento y Transformación de Escuelas Normales, encabezada por el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, el maestro Díaz de la Torre subrayó que así como el SNTE contribuyó activamente, desde la planeación, en la transformación educativa del nivel Básico, ahora lo hará en el fortalecimiento de las Escuelas Normales.

“En el caso de las Normales, como instituciones de Educación Superior, hay que construir. Aquí está la propuesta académica, pero hay que construir el reglamento, cómo se ingresa, cómo se asciende, cómo se obtienen estímulos, lo mismo que en Básica; para eso, afortunadamente, podemos decir a nuestros compañeros que cinco de los nuestros estarán ahí para dar la pelea, por supuesto, para hacer efectivos los objetivos que plantea la estrategia, pero también para garantizar que lo que tenemos, no lo perdamos”.

Díaz de la Torre señaló que se debe incrementar el número de maestros de tiempo completo en las Normales, ya que actualmente sólo el 35 por ciento de la planta docente tiene esa categoría, además de que es necesario destinar recursos suficientes para su profesionalización, acorde con niveles internacionales, así como para mejorar la infraestructura de los planteles.

Ante el secretario Nuño, el dirigente nacional del magisterio celebró que por fin se fortalezca el sistema de Escuelas Normales “porque ese es el tema por el que debió iniciar la transformación educativa, formar y transformar estas Normales es mantener vivo el hilo conductor de la democratización de la escuela pública en México; sin ellas, este proceso que se dio durante el siglo pasado de la masificación de la educación pública, no podría haberse dado”.

La comisión del Sindicato que participará en la revisión del reglamento de ingreso y promoción de docentes de las Escuelas Normales está integrada por los profesores: Imelda Infante Arratia, Josefina González Luna, Soralla Bañuelos de la Torre, Alfonso Cepeda Salas y José García Mora.

Fuente noticia: http://www.educacionfutura.org/vigilara-snte-los-cambios-en-las-normales/

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Fortalecer y transformar escuelas normales, eje del cambio en México

América del norte/México/15 julio 2017/Fuente: Cambio de Michoacán

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, afirmó que fortalecer y transformar a las escuelas normales del país representa el corazón y el eje del cambio de México, para la transformación del país justo, libre, democrático, creativo y que triunfe en el siglo XXI.

Al presentar la Estrategia Nacional para el Fortalecimiento de las Escuelas Normales, indicó que el reto es mayúsculo y que el cambio de México en gran medida depende de la educación, mientras que el cambio de la educación depende de los maestros, y el cambio y transformación de éstos depende de las normales.

Nuño Mayer expresó la confianza que se tiene en las escuelas normales del país para que contribuyan y sean el corazón y el eje del cambio de México, y en ese sentido destacó que la propuesta es el cambio más fuerte que se ha hecho no solo de la educación, sino del país en el futuro, en el mediano y largo plazo.

Puntualizó que como nunca se había hecho en la historia del país, la transformación de los planes y programas de estudio para los niños y el enfoque pedagógico al interior de las escuelas normales se hace al mismo tiempo, dentro de un nuevo Modelo Educativo, lo que representa una coordinación y una alineación no solo en el tiempo sino en los contenidos.

El funcionario federal añadió que los nuevos planes y programas, así como las modificaciones que serán de distinto tipo a las diversas licenciaturas que se imparten en las escuelas normales, estarán alineadas con el Nuevo Modelo Educativo y sobre todo con los nuevos planes y programas de estudio.

“Serán un espejo en donde se estará dando una concentración en los aprendizajes claves, en la educación socioemocional, y por supuesto en la educación intercultural, en la educación inclusiva. Todos los elementos del nuevo modelo que están reflejados en los nuevos planes y programas de estudio”, refirió.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n26195

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La desprofesionalización del magisterio

Por: Educación Futura. 

La Real Academia Español (RAE) establece las siguientes acepciones para el término profesional: que ejerce una profesión; que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive; y, dicho de una persona que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes. Así pues, al unir las tres acepciones establecidas por la RAE, es posible definir a un profesional como alguien que practica de manera competente una profesión, la cual le da las posibilidades de solventar sus necesidades para vivir dignamente. Para Jurjo Torres (1998), la profesionalización de los docentes pasa ineludiblemente por tres acciones: “a) Incrementar el status social y económico del profesorado. b) Establecer una formación inicial del profesorado de calidad. c) Crear y potenciar la formación continuada del profesorado ya en ejercicio” (p. 177). Al considera estas condiciones, la profesionalización del magisterio queda entredicho.

En relación al status social y económico, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su publicación Panorama de la Educación 2016. Indicadores de la OCDE (OCDE, 2016), los docentes mexicanos son de los que más trabajan a cambio de tener de los sueldos más bajos dentro de la organización que agrupa a 35 países. Mientras el promedio de ingresos anuales de profesores de los Estados de la OCDE, en 2014, fue de 42,675 dólares, los docentes mexicanos apenas superaron la mitad de estos ingresos: 28,262 dólares. El salario de los maestros mexicanos se abarata aún más al considerar que ocupan las primeras posiciones en cuanto a horas de trabajo anuales, 800en promedio por 788 horas como media de los países miembros de la organización. El ingreso de los maestros mexicanos pierde aún más su valor al tener en cuenta que, en promedio, a cada docente le toca atender a 28 alumnos, es decir, casi el doble de los que atienden el resto de los profesores de la OCDE (15). Así pues, los maestros mexicanos, en relación con los otros países de la organización, son los que pasan más tiempo en las aulas, con los grupos de alumnos más grandes, a cambio de los salarios más bajos.

El declive económico de los docentes mexicanos se ve reflejado en los raquíticos incrementos salariales conseguidos en los últimos años por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).  Año con año el incremento salarial va perdiendo fuerza, al grado que, para 2017, el aumento logrado (3.08%) ni siquiera alcanza para hacer frente a la inflación de los precios de los productos y servicios en México. La evolución del aumento salarial a los profesores no deja duda de que sus condiciones económicas van en un descenso sostenido: de haber tenido un aumento del 4.9% en 2009 y 3.5% en 2014, se llegó a un miserable 3.08% en el presente año. Tales cifras, junto con las proporcionadas por la OCDE, demuestran que uno de los aspectos indispensables para la profesionalización del magisterio (el económico), ha experimentado un deterioro realmente considerable. Las tendencias observadas en la evolución del incremento salarial de los maestros hacen suponer que cada vez será menor el provecho económico de esta profesión.

Jurjo Torres señala, como segunda condición para la profesionalización del docente, una formación inicial de calidad. Las Escuelas Normales, instituciones centenarias en la formación magisterial, han sufrido golpes sin precedentes durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, vislumbrando una posible reducción o incluso desaparición de este tipo de centros escolares: según el Sistema de Información Básica de la Educación Normal (SIBEN), en tan solo cuatro años de su administración (2012-2016) ha aniquilado a más de una cuarta parte de la matrícula normalista (37,259 estudiantes, es decir, 28.5%). La condición laboral de los profesores normalistas es uno de los componentes esenciales para que en este tipo de escuelas se ofrezca una formación de calidad. Al analizar la forma de contratación de los maestros, se advierte que durante el ciclo escolar 2016-2017, sólo el 58.9% se encontraba basificado. La basificación no sólo repercute en la estabilidad laboral sino que es requisito para participar en los procesos de homologación, los cuales permiten al docente ver incrementadas sus percepciones a partir de su desempeño y formación. Así pues, cuatro de cada diez profesores normalistas no tienen opciones de superación laboral y económica, aunado a la carencia de prestaciones. Sin soslayar las áreas de oportunidad de las plantillas docentes normalistas,  es de suponer que este tipo de situaciones tienen un impacto negativo en la calidad del servicio que se ofrece en estas instituciones. Considerando el panorama de maestros y alumnos, es posible advertir un panorama complicado en cuanto a la formación docente inicial.

En relación a la última de las condiciones propuestas por Jurjo Torres para la profesionalización docente, la formación continua, hay una perspectiva desalentadora. En el estudio Los docentes en México. Informe 2015 (INEE, 2015) es posible advertir una crisis severa en la formación continua que se ofrece a los profesores. En el año 2013, el presupuesto otorgado al Sistema Nacional de Formación Continua se tradujo en un raquítico promedio de 363.91 pesos para las actividades formativas de cada docente de Educación Básica. Tal falta de voluntad de las autoridades para asignar recursos a este Sistema es un reflejo del poco interés por contar con cuerpos de docentes mejor preparados. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en suma, reconoce las “desfavorables condiciones materiales y de infraestructura, servicios y recursos humanos para los dispositivos de formación” (2015, p.119) de los docentes.

Un caso muy ilustrativo de la trágica formación continua es el de los Centros de Maestros, instituciones especializadas en la actualización y la capacitación de los docentes. El estudio referido en el párrafo anterior hace alusión a que, producto del escaso presupuesto del Sistema Nacional de Formación Continua, se detectó que “en promedio, cada centro atendía a 267 escuelas (…), y para hacerlo, 83% del conjunto total contaban con un equipo conformado por no más de diez personas” (INEE, p.117).  Con esta carga inhumana a la que son sometidos los Centros de Maestros, no es difícil imaginar la calidad de formación que se ofrece a los centros escolares y docentes a su cargo.

Las deficiencias en la formación continua se manifiestan también en el programa de tutoría destinado a dar acompañamiento a los docentes de nuevo ingreso. En el documento La Educación Obligatoria en México. Informe 2017 (INEE, 2017), se dejan entrever fallas serias en los procesos de tutoría a los maestros de nuevo ingreso, tales como una tasa baja de respuesta para desempeñar la tutoría (¿motivada por aspectos económicos?); dificultades para establecer comunicación entre tutores y tutorados; o necesidades formativas y de acompañamiento no cubiertas por los propios tutores. Asimismo, se advierte una posible simulación de los procesos de tutoría, pues casi la mitad de los tutorados (44.6%) del ciclo escolar 2015-2016 no tuvo al menos una sesión de tutoría, mientras que ni siquiera un tercio de los tutores del ciclo escolar 2014-2015 recibieron incentivos económicos por haber desempeñado su función. El documento referido se deja entrever una posible improvisación para la realización de las tutorías: carencia de condiciones institucionales mínimas y la falta de definición de procesos fundamentales y facultades de los actores.

Así pues, considerando lo expuesto en líneas anteriores, es evidente que la Reforma Educativa concretada en 2013 fue la cereza del pastel de un proceso largo que derivó en hacer de la docencia un empleo prácticamente desechable, en desvalorar la figura del profesor, situaciones que sin duda sufrirán en mayor medida las futuras generaciones de maestros.  Aún sin contar con una retribución económica adecuada para su función y careciendo de opciones de formación inicial y continua adecuadas, los maestros pueden ser despedidos, al menos cada cuatro años, “sin responsabilidad alguna para la autoridad educativa”, tal como se establece repetidamente en la Ley General del Servicio Profesional Docente. Considerando los factores económico y formativo (inicial y continuo) propuestos por Jurjo Torres, es evidente que el magisterio enfrenta un retroceso en su profesionalización, perpetuado por el gobierno en complicidad con otros actores, incluso algunos que se supone deberían impedir esta situación.    

Twitter: @proferoger85

*Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

REFERENCIAS

INEE. La Educación Obligatoria en México. Informe 2017. México: INEE, 2017.

OCDE. Panorama de la Educación 2016. Indicadores de la OCDE. Madrid: Santillana, 2016.

SEP. Sistema de Información Básica de la Educación Normal. (Disponible en: www.siben.sep.gob.mx).

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-desprofesionalizacion-del-magisterio/

Fotografía: otrasvoceseneducacion

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México: Las normales enfrentan carencias y menos solicitudes de ingreso, según el INEE

América del Norte/México, 01 de julio de 2017.  Fuente: jornada.unam.mx. Autora: Laura Poy Solano

En 20 años la docencia dejó de ser una profesión atractiva

Desde mediados de los años 90 del siglo pasado, el gobierno federal consideró prioridad la transformación y fortalecimiento académico de las escuelas normales. Sin embargo, las más de 270 instituciones públicas formadoras de maestros enfrentan graves carencias, no sólo de infraestructura y equipamiento.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la matrícula de estudiantes normalistas ha ido disminuyendo desde hace dos décadas. En su informe Los docentes en México, señala que del inicio del sexenio foxista (2001-2002) al primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (2013-2014), el número de alumnos inscritos en una normal, pública o privada, pasó de 184 mil 100 a 132 mil 205, y los planteles se redujeron de 655 a 484.

En el ciclo escolar 2013-2014, el INEE destaca que existían 210 normales privadas, donde se atendía a 23.1 por ciento de la matrícula total de normalistas, mientras las públicas sumaban 274, donde cursaban sus estudios casi ocho de cada 10 jóvenes que se formaban de maestros.

Sin embargo, destaca que en ese periodo las solicitudes de ingreso a normales públicas disminuyeron, pues sólo 72.6 por ciento de los lugares disponibles en el ciclo escolar 2013-2014 fueron ocupados, mientras en las escuelas privadas cayó a 52.4 por ciento.

Los estados con menor demanda para la formación inicial de maestros fueron Baja California, Chiapas y Nuevo León, donde no se asignó casi la mitad de espacios disponibles en normales públicas. En contraste, la demanda de ingreso superó la oferta en Chihuahua, Michoacán, Morelos, San Luis Potosí y Yucatán, donde el número de aspirantes inscritos rebasó el total de lugares disponibles.

El INEE destacó que, en 2013, al menos 59 por ciento de las familias de estudiantes normalistas percibían ingresos mensuales per cápita de poco más de mil pesos, es decir, que estaban por debajo de la línea de bienestar mínimo establecida para las zonas urbanas. Esta situación se agudizaba para las familias con normalistas de primaria intercultural bilingüe, pues en 2013, 87.1 por ciento de estos jóvenes vivía en hogares que se encontraban por debajo de la línea de bienestar mínimo.

Ante este panorama, el instituto concluyó que cada vez menos jóvenes se interesan en las licenciaturas de formación docente para educación básica. La disminución de la demanda podría encontrar respuesta en las condiciones y características del mercado laboral, el sistema de ingreso al servicio docente, los salarios y las expectativas de mejora a largo plazo, que no hacen de ésta una profesión atractiva.

Agregó que el decremento de la demanda ha provocado ya el cierre de programas de formación inicial en algunas instituciones. No sería extraño que las normales privadas comenzaran a desaparecer o a buscar otras áreas para su desarrollo dentro del mercado educativo.

Fuente noticia: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/24/politica/007n2pol
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La defensa pedagógica del normalismo

Lev M. Velázquez Barriga*

El internado de Tiripetío es una de las 15 normales rurales mexicanas con esta modalidad que han sobrevivido al cierre violento o velado de más de una veintena de ellas, desde los años sesentas. Es el pilar que ha sostenido y articulado la defensa del normalismo en Michoacán; la solidaridad y el compromiso político de sus estudiantes es tan alto, que son incontables las veces en que han cobijado otros movimientos estudiantiles que luchan por el derecho a la educación pública, justamente como sucedió recientemente en Cañada Honda o meses antes, cuando apoyaron a cientos de jóvenes rechazados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que estaban siendo hostigados por el gobierno de Silvano Aureoles, al exigir un lugar en la universidad pública.

Tiripetío es la voz más crítica entre las normales michoacanas. Desde ahí se ha convocado a diversos investigadores que destacan entre las instituciones de mayor prestigio del país, a los representantes e intelectuales de la izquierda pedagógica latinoamericana, a la comunidad académica nacional de sus escuelas hermanas, urbanas y beneméritas, para debatir a conciencia la situación actual, así como los horizontes del normalismo mexicano que con la reforma educativa se quiere llevar hasta la tumba, provocando la muerte pedagógica de la profesión docente.

Contra el currículo oficial, los alumnos y los maestros mantienen vivo el espíritu original del normalismo rural, el currículo real del internado sigue contemplando los ejes: académico, deportivo, cultural, político y productivo, estos últimos sin ningún apoyo económico o institucional y bajo la autorganización del estudiantado que observa en la dimensión económica agropecuaria un vínculo con las comunidades rurales y en la formación política la continuidad del compromiso ético en favor de los sectores sociales populares.

Ciertamente, la defensa del normalismo desarrollado por los jóvenes de Tiripetío los ha orillado a escenarios de confrontación en los que exponen su integridad física, ante la constante amenaza del Estado que mantiene de manera permanente un dispositivo policiaco que ha intentado en varias ocasiones invadir el espacio físico de la normal para desalojarlos; que vigila y persigue la movilidad de los estudiantes a cualquiera de sus actividades, que realiza acciones de vandalismo para después culpar a los jóvenes y justificar su represión ante la opinión de la ciudadanía.

A falta de un proyecto oficial que fortalezca la formación inicial de los profesores, hasta hoy desconocido por la propia comunidad educativa de las escuelas normales, el Estado mexicano optó por exterminarlas. Esta guerra abierta contra ellas tiene una faceta de violencia simbólica, que alienta el desprestigio académico, el odio racial, clasista y patriarcal contra la condición humilde e indígena de sus estudiantes y aviva las posiciones ultraderechistas que claman por su cierre inmediato.

Otra de sus dimensiones es la provocación sistemática de ambientes de violencia física que aterrorizan a la sociedad, que buscan inhibir el deseo de los jóvenes por ingresar a estas escuelas o los orillan a desertar si ya forman parte de ellas. Antes de la reforma de 2013, Tiripetío tenía una demanda anual de más de mil aspirantes, en 2015 disminuyó a 400, en 2016 a 200 y en 2017, en medio del clima represivo que se vivió, prácticamente a la par de su convocatoria de nuevo ingreso, sólo llegaron 159 solicitudes. La eficiencia terminal era de 99 por ciento, pero ahora vemos deserciones desde los primeros años de la carrera, que antes eran atípicas.

El aumento al presupuesto 2017 de 2 mil 829 millones de pesos para seguridad pública en Michoacán, contrasta con las constantes retenciones de los subsidios estatales a las normales, pero dan cuenta de que el objetivo subyacente es la criminalización estudiantil y la muerte del normalismo por inanición. Precisamente el detonante del conflicto en Tiripetío fue la exigencia del pago atrasado de becas para garantizar la alimentación de los moradores del internado, cuyas condiciones sociales son precarias; el mismo Gael Solorio, joven que recibió un disparo con arma de fuego en la cara, es originario de una comunidad rural que pertenece al municipio de Turicato, región de la Tierra Caliente cuya actividad económica está asolada por el narcotráfico y no tuvo más opción que buscar superar las pocas expectativas que había en su contexto, ingresando a la normal.

Esta política de exterminio, más aguda contra la normal rural, se evidenció de nueva cuenta en la represión del 21 de junio en Michoacán. Tiene que ver con la desruralización de la escuela, de su identidad campesina e indígena, con desabastecerla de maestros y acelerar el cierre de las escuelas comunitarias (ya iniciaron en Conafe) y el desplazamiento de la población explotable a zonas de concentración que vulneran aún más las condiciones sociales de las personas y las vuelven presa fácil de la esclavitud moderna.

En este contexto, me parece necesario, que junto a la creciente defensa política de las normales, en la movilización, la denuncia pública y la observancia ciudadana, habrá que fortalecer su defensa pedagógica, hacer más visibles y más ricas las resistencias educativas que se desarrollan en escuelas como Tiripetío, porque ahí radica en gran medida la relevancia de que sigan existiendo, además reivindica la capacidad propositiva de los alumnos, de los profesores y contrarresta la propaganda de odio que impulsa el Estado.

*Doctor en pedagogía

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/28/politica/017a2pol

Imagen tomada de archivo OVE

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