Ministerio resalta que el retiro de niños de las escuelas es menor a años anteriores.
El coronavirus impactó en el sistema educativo obligando a la comunidad educativa a usar la tecnología, aunque limitada para muchos, para no perder el año escolar.
El Ministerio de Educación cuenta con una cifra sobre el abandono de niños del sistema. De acuerdo con la ministra Claudia Ruiz, son 64 mil 536 estudiantes en lo que va del año. El dato representa el 1.56% de escolares.
Esa cifra, dijo la funcionaria luego de una citación en el Congreso, es menor a la de 2019, que ascendió a 205 mil 105, así como con años anteriores.
Con base en esas cifras y tomando en cuenta la pandemia, Ruiz expuso que programas como la refacción escolar, que continuó aun cuando los niños no acudían a la escuela, y el seguro médico podrían ser factores que mantuvieron a los niños dentro del sistema.
No obstante, la cifra de 2020 puede variar con lo que resta del año escolar. El sector privado termina en octubre, el público en noviembre y el área administrativa de la cartera a mediados de diciembre.
El Ministerio de Educación de China dio a conocer unas directrices para fomentar la conciencia de los estudiantes sobre la protección de la seguridad nacional.
Las directrices requieren que las escuelas y universidades lancen cursos para enseñar a los estudiantes sobre los intereses nacionales en diversas áreas, las amenazas a la seguridad nacional y las formas de salvaguardar los intereses nacionales.
En las directrices, la entidad recomienda conferencias y el aprendizaje experiencial en la educación sobre seguridad nacional como complementos al estudio en clase. También alienta el uso de los recursos sociales, incluidos los espacios educativos, las instituciones profesionales y las empresas en sectores relacionados con la seguridad nacional.
La medida tiene como objetivo alentar a los estudiantes a involucrarse más con los asuntos de seguridad nacional, de acuerdo con las pautas.
El Gobierno dominicano estudia la posibilidad de impartir docencia presencial en las escuelas, en lugares específicos, con ciertas condiciones y la autorización de los padres, se divulgó hoy aquí.
La revelación la dio a conocer el presidente, Luis Abinader, en una entrevista para el programa El Informe del canal Colorvisión, quien aclaró se trata aún de algo que no es definitivo, pues el Ministerio de Educación espera la autorización de Salud Pública, y se sopesa mucho la decisión por sus implicaciones en caso se produzcan casos de Covid-19 en esos centros.
Asimismo, dijo el jefe de Estado, que en las encuestas, aunque ha bajado un poco, casi el 80 por ciento de los dominicanos no quieren sus hijos vayan a las escuelas.
Explicó la propuesta se aplicaría en lugares con dificultades para la conectividad o tengan pocos casos de la enfermedad pero reiteró, el tema es delicado.
Hasta el momento, las autoridades educativas del país prevén comenzar el año escolar a partir del próximo 2 de noviembre de forma virtual y a distancia usando la radio y la televisión para evitar el contagio con el Sars-Cov-2.
Aunque esta semana se aprobó en segundo debate la ley que busca que los alimentos que impactan de manera negativa la salud de las personas tengan un sello que indique sus componentes, el artículo que buscaba prohibir la publicidad de comida chatarra para los niños se cayó. Este es el panorama.
Con frecuencia se utiliza el término comida chatarra para referirse a alimentos no saludables. Pero la línea que determina qué es saludable y qué no, muchas veces es difusa. Por eso es importante saber exactamente cuáles alimentos se consideran chatarra y qué se puede hacer cuando ese tipo de comida predomina en nuestra dieta.
Pero, ¿qué es exactamente la comida chatarra? Es la que incluye todos aquellos alimentos que no aportan valor nutricional, pero que sí suman calorías, azúcar, sal y grasa saturada, además de conservantes como las sales de nitro y nitritos.
Sin embargo, esto no es un tema fácil de entender. Por esta razón, el proyecto de Ley 167, también conocida como la Ley de Comida Chatarra, de autoría de la bancada parlamentaria por la salud pública, busca que los productos que impactan de manera negativa la salud de las colombianas y colombianos porten un sello que indique los componentes que pueden causar enfermedades a largo plazo, para que los consumidores, y especialmente los padres, puedan tomar una decisión informada.
Esta iniciativa no es nueva. Desde hace varios años asociaciones de padres como RedPapaz han luchado por sacar adelante esta iniciativa en el Congreso, pero no han tenido éxito. En junio de 2019, tras años de lucha por poner en la agenda legislativa esta ley de etiquetado, el proyecto se hundió sin haber pasado el primer debate.
Hoy la industria de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas usan la tabla nutricional para mostrarle al consumidor la cantidad de grasas, azúcar, sodio y calorías que contienen sus productos. Sin embargo, para Red PaPaz este etiquetado no es suficiente, ya que el promedio de los colombianos no sabe qué porcentaje es dañino ni cómo funcionan estos nutrientes.
La columna vertebral del proyecto propone exigir a las industrias revelar el contenido real de los productos que consumen, en su mayoría los niños, mediante sellos frontales en los empaques. Es decir, que las industrias informen si el producto ultraprocesado es “alto en azúcares”, “alto en sodio” o “alto en grasas saturadas”.
Más de un año después del naufragio del primer proyecto, la iniciativa por el etiquetado frontal recibió la aprobación de la mayoría de los representantes, con lo que la Ley de Comida Chatarra pasa a tercer debate y queda a dos de volverse ley. Nunca antes el proyecto había llegado tan lejos.
“Siempre es bueno avanzar en la discusión y más cuando es en favor de la salud pública. Debemos ahora en el Senado lograr las mejoras que protejan la salud de las niñas, niños y adolescentes»,fueron las palabras con las que el senador Juan Luis Castro, uno de los ponentes, destacó la aprobación del proyecto.
Sin embargo, tanto Castro como algunos congresista del Partido Verde, como Juanita Goebertus, señalaron que en este debate se modificaron y suprimieron algunos artículos de la versión original del proyecto, como lo es el artículo 9, el cual prohibía la publicidad de comida chatarra para niñas, niños y adolescentes.
La buena noticia es que aprobamos en 2do debate el proyecto de etiquetado frontal para los productos ultra procesados y bebidas azucaradas #LeyComidaChatarra.
La mala es que no regulamos la publicidad dirigida a niños y niñas. Dejé constancia.
En 2010, la Organización Mundial de la Salud emitió un conjunto de recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas dirigida a los niños, estableciendo que “la publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas dirigidas a los niños tienen un gran alcance y se centran principalmente en productos ricos en grasas, azúcar o sal. Muchos datos muestran que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimenticias y las pautas de consumo de la población infantil. Además, para promocionar esos productos se recurre a una amplia gama de técnicas que consiguen llegar a los niños en las escuelas, las guarderías y los supermercados, a través de la televisión y de Internet, y en muchos otros entornos”.Por esta razón, en el Congreso avanza el paquete de ‘proyectos saludables’, una serie de medidas con las que la bancada parlamentaria por la salud busca generar políticas de promoción de hábitos saludables y prevención de enfermedades. Carolina Piñeros, directora de Red Papaz, explicó que dentro de estas medidas se encuentra la Ley de Escuelas Saludables, la cual busca prohibir la venta de estos productos en las instituciones educativas.
Resulta de gran importancia la aprobación de una ley de igualdad y antidiscriminación como la sometida a la cámara de diputados por el congresista Juan Dionicio Rodríguez Restituyo y un conjunto de organizaciones de la sociedad civil.
La existencia de prácticas discriminatorias en nuestro país ha sido normalizada e invisibilizada hasta tal punto que existe la oposición a que se reglamente y se sancione la misma.
En distintos estudios con poblaciones vulnerables (ODH/PNUD/MEPyD 2011) (Vargas/ONUSIDA 2012) (Vargas/ONE 2016) se identifican múltiples prácticas discriminatorias sufridas por muchas personas en silencio y que han provocado su exclusión del ámbito laboral, educativo, social y en varios casos intentos de suicidio.
En la mirada a la deserción escolar (ONE/Vargas 2016) se plasman como una de las causas principales la discriminación vivida por niños, niñas y adolescentes en centros educativos por distintas razones como son: su color de la piel, orientación sexual (LGBTI), pobreza, discapacidad, hijos e hijas de trabajadoras sexuales, migrantes, madres adolescentes o adolescentes activas sexualmente.
“Yo dejé la escuela cuando estaba en 6to curso. No volví más. El profesor todos los días me daba cocotazos y me decía maricon. Todos los días mis compañeros se burlaban de mí , me empujaban, se agrupaban para darme golpes. Un día se combinaron y me empujaron desde la escalera y me di un golpe en la cabeza. Nadie hizo nada. Me lo merecía dijo la directora. Me fui y tuve mucho miedo de volver a estudiar. No quería volver a sufrir lo mismo”. (Vargas/ONUSIDA 2012)
Las personas e instituciones ejercen continuamente discriminación y exclusión hacia personas con perfiles diversos sin responsabilizarse del daño y las graves consecuencias en sus vidas.
Sufrir la discriminación en hospitales y centros de salud es parte del dolor y la desesperación de muchas personas viviendo con VIH, en situación de calle, usuarias de drogas, trabajadoras sexuales, personas LGTBI sobre todo mujeres trans y migrantes. Los relatos de burlas, humillaciones, negación a ofrecerle servicios son continuos. Se han dado casos de muerte por falta de atención de personas usuarias de drogas, mujeres trans y en situación de calle en centros hospitalarios. En algunos casos tienden a ser excluidos de estos centros por su apariencia física, su vestimenta o por su condición. (Vargas/ONUSIDA 2012)
Lo mismo ocurre en el sistema de justicia. Cuando una mujer trabajadora sexual, en situación de calle, usuaria de drogas, migrante o mujer trans o va a poner una denuncia por violencia de género no le dan respuestas, se burlan de ellas o simplemente la despachan con un “iremos por allá” o “regrese cuando le vuelva a pegar”, frases frecuentes en fiscalías y cuarteles policiales.
Las practicas discriminatorias deben tener consecuencias y sanciones legales. Nuestra constitución condena la discriminación y la exclusión hacia las personas por ser diferentes en su identidad étnico-racial, sexual, condición social-económica, religión, entre otras. La ausencia de un régimen de consecuencias contra las múltiples prácticas discriminatorias en empresas, comercios, centros educativos, universidades, centros de salud, sistema de justicia y policía nacional ha generado su normalización y con ello la desigualdad y exclusión social.
Resulta de gran importancia la aprobación de una ley de igualdad y antidiscriminación como la sometida a la cámara de diputados por el congresista Juan Dionicio Rodríguez Restituyo y un conjunto de organizaciones de la sociedad civil. De esta manera podemos garantizar el respeto a los derechos de todas las personas independientemente de su perfil o condición en una sociedad que se define constitucionalmente como democrática.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY
Europa/España/25-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es
Tras un mes de clases, los centros asturianos refuerzan la formación digital al alumnado y las familias para sortear la brecha digital.
Responsabilidad absoluta de los alumnos, colaboración de las familias, trabajo de docentes y equipos directivos y, al fin, seguridad. «Todo ha ido mejor de lo previsto», admite la directora del colegio gijonés Jovellanos. Los miedos, incluso el «caos» del inicio, se han ido disipando a medida que avanzaban los días. Y cuando hoy se cumple un mes de la vuelta a las aulas de 63.929 estudiantes de Infantil y Primaria, todos parecen acostumbrados a las mascarillas, los espacios separados, los itinerarios a seguir dentro de la escuela y hasta las divisiones en el recreo. Incluso a dar uso al ‘espacio covid’ donde se aíslan los alumnos con posibles síntomas. Muchos colegios han experimentado ya las cuarentenas y saben lo que es tener positivos en sus aulas.
Eso no significa que no haya habido «desajustes», como reconocía ayer una vez más la Consejería de Educación, que también pedía «perdón» por «los problemas que puedan haber sufrido las familias y los amigos», como también dice entender las reivindicaciones sindicales.
Admite la consejería que este arranque de curso ha sido un «reto» pero que se ha logrado que los centros sean entornos «lo más seguros posibles». Y todo, pese a los «desajustes» que hay todos los cursos, agravados esta vez por la covid. Y pese a que es consciente el equipo de Carmen Suárez de que quedan cosas por resolver. Dos de ellas, la situación de las cafeterías de los centros de Secundaria y de las aulas internivel, serán objeto de reuniones en los próximos días.
Los colegios hacen inventario de su material y analizan las posibilidades de conexión de cada familia.
Oviedo
El ovetense colegio Santa María del Naranco es el más grande de Asturias. Con 1.910 alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato empezó el curso con «bastantes incertidumbres». Todos los estudiantes, excepto los de tercero y cuarto de la ESO, acuden cada día al centro ubicado en Ciudad Naranco y los profesores «ya no solo nos ocupamos de las cuestiones pedagógicas, sino que también de la higiene y la protección del alumno». Así lo cuenta su director general, Jaime Nicolás Alvarodíaz, quien añade que la ventilación de las aulas es una de sus prioridades.
«Es difícil saber si un espacio está suficientemente oxigenado y esta es la razón por la que medimos el nivel de CO2 de las clases. Cuanto más haya es peor». En la actualidad tienen un aparato para medirlo y el objetivo es que en todas las clases haya sensores.
Los dispositivos se fabrican en la región, gracias a la empresa Ingenium y, cuando estén en funcionamiento, emitirán una alarma para alertar de que el número de partículas es superior a lo establecido: «Será de unas 700 por millón». Otro de los retos de este curso es «el equilibrio entre la calefacción y la ventilación». Quieren evitar los derroches de energía, pero la temperatura en las aulas bajará al abrir las ventanas.
Las medidas sanitarias se extienden a lo largo de la jornada escolar. A primera hora de la mañana se toma la temperatura a todos los alumnos, a pesar de que las familias lo han hecho previamente en sus casas, y si el estudiante tiene décimas se le envía a casa. «En estos tiempos toca ser prudente. Con cualquier síntoma de temperatura elevada, tos, diarrea o vómitos lo tratamos como si fuese un posible covid».
Hasta el momento solo han tenido cuatro positivos en alumnos sin relación entre ellos y ayer los estudiantes de Bachillerato que llevaban una semana confinados volvieron a clase. «Los contagios han sido muy bajos, Salud lo está haciendo maravillosamente y en los colegios estamos haciendo un esfuerzo enorme», concluye.
Grupos internivel
Familias de los colegios Baudilio Arce, el Parque Infantil, La Gesta, Fozaneldi, Loyola, Lorenzo Novo Mier y Las Campas, junto a las de Siero y Gijón, piden a la Consejería de Educación resolver los problemas de «desigualdades» que generan los grupos internitel. Son aquellos donde alumnos de dos cursos diferentes deben estar juntos este año para poder mantener las distancias de seguridad. La ratio ha bajado de veinticinco a veinte escolares, por lo que se han hecho clases con los alumnos ‘sobrantes’ de diferentes años.
En algunos casos, como en el Lorenzo Novo Mier, hay horas en las que los profesores deben impartir dos asignaturas distintas y esta es una de las razones por las que piden su eliminación. El lunes tendrán una reunión con representantes de la consejería a la que acudirán cinco asistentes. El resto podrán seguir el encuentro de forma telemática, según informaron ayer las familias afectadas.
Gijón
«Ha ido mejor de lo que esperábamos. Estamos muy contentos». Yolanda Fueyo es la directora del colegio Jovellanos y admite que, tras el muchísimo trabajo, nervios e incluso «horas de sueño», este mes ha demostrado que los centros habían organizdo bien el curso. Tan solo han tenido que ajustar, asegura, algunos horarios de recreos, un auténtico puzle de horas para que todos los cursos puedan salir al patio, pero sin que los grupos burbuja se mezclen con otros. Por lo demás, explica, los niños se han adaptado a la nueva situación, las familias están colaborando y los docentes poniendo todo de su parte.
También habla de balance positivo Simón Cortina, director del Corazón de María. « El gran trabajo realizado durante el verano y las medidas adoptadas mediante el plan de contingencia y los distintos protocolos están posibilitando que el curso avance con la normalidad prevista y deseable para el contexto en el que nos encontramos». También él destaca el esfuerzo de profesorado, personal no docente, alumnado y familia. «Sin estas claras y decididas actitudes no estaría resultando posible recuperar la naturalidad diaria. Se está demostrando por parte de todos capacidad de adaptación y el ejercicio de flexibilidad necesario para abordar las nuevas situaciones que se plantean con espíritu positivo y constructivo». En este colegio concertado, la dirección ha optado por publicar un día a la semana, a través de la plataforma interna del centro, « las incidencias que han acontecido a lo largo de la semana. Las familias lo agradecen y esto hace que el ambiente al interior del centro sea de confianza y tranquilidad».
Como en otros sitios de Asturias, también en Gijón los centros se están esforzando en tenerlo todo preparado por si en algún momento del curso volviera a decretarse el cierre de las aulas. En el colegio Miguel de Cervantes, por ejemplo, ya antes del 22 de septiembre habían comenzado la formación digital para las familias. Después, han logrado que las becas de libros se puedan destinar a la compra de tablets, teniendo en cuenta que el centro ha eliminado los libros de texto en su enseñanza. Ahora están dispuestos a ampliar su plan de digitalización para que ningún otro niño se quedara descolgado en otro confinamiento.
Avilés
Ha transcurrido un mes desde el comienzo del nuevo curso lectivo en los colegios avilesinos, marcado por los condicionantes de la pandemia, y para las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS) es el momento de hacer balance. El resultado de esa reflexión es generalmente positivo: los progenitores aplauden las medidas de seguridad establecidas en los centros, aunque demandan una mejora de los flujos de información y, sobre todo, reconocen la persistencia del miedo.
«Ha sido una vuelta al cole un poco caótica y desconcertante, pero es verdad que nuestro colegio tiene mucha seguridad», reconoce Mónica García Fuertes, presidenta de la ampa del colegio público Marcos del Torniello. Y es que, a su juicio, «aquí están mucho más seguros que en el parque, o en un bar, aunque hay padres que siguen teniendo algo de preocupación».
Aun así, en dicho centro, en el que se detectó un positivo por covid en uno de los alumnos apenas una semana después de comenzar las lecciones, «a una minoría de padres le molestó que no se informase mejor, pero es que no es nuestra competencia, sino de Salud o de Educación». No obstante, desde la ampa ven factible continuar con el curso, siempre «se mantengan las condiciones actuales».
Una situación parecida se vive en el colegio Poeta Juan Ochoa. La directiva de su ampa, en pleno proceso de renovación, no oculta que hay «miedo, obviamente, y es algo muy libre y comprensible» que la sensación mayoritaria es la de seguridad. «Tenemos todas las pautas y protocolos bien definidos, y sabemos que los pequeños están en buenas manos. No creo que haya demasiados problemas».
Siero
En Siero, donde hay diecisiete centros de Infantil y Primaria, la concejala delegada del área de Educación, Mercedes Pérez indicó que este primer mes «transcurrió sin incidencias». Si bien la edil quiso puntualizar la limitación de sus competencias al respecto, valoró muy positivamente «el esfuerzo y trabajo llevado a cabo por las direcciones de los centros y la responsabilidad de las familias que atendieron a las normas», clave, según Pérez, en las primeras semanas de tan atípico retorno a las aulas.
Sobre la organización previa, la concejala explicó que desde el Ayuntamiento, a través de las concejalías de Movilidad Ciudadana y Educación, se mantuvieron reuniones con los centros para barajar las posibles incidencias en los accesos a los centros y se llevaron a cabo distintas actuaciones para evitar aglomeraciones en las entradas y salidas y facilitar la fluidez del tráfico.
También se dio solución a la necesaria conciliación de las familias organizando los comedores «en tiempo récord». «Siempre atendiendo a los protocolos y los planes de contingencia de los centros, incrementando para ello el número de monitoras por servicio», puntualizó la delegada del área. Por último, contabilizó, se reforzó durante el turno de mañana la limpieza en todos los centros.
Esto, sin embargo, no ha evitado que en la última semana el Principado registrase siete incidencias relacionadas con la covid-19 en el concejo sierense.
Oriente
En el Oriente, tras las «dificultades» de reorganizar los espacios en un primer momento, este primer mes de clase ha transcurrido sin incidentes en el grueso de centros. En aquellos que se han librado hasta la fecha del virus, como el colegio Río Sella de Arriondas, viven «el día a día con preocupación por si sale algún positivo», reconoce la directora, Ana González. Los que ya han tenido que aislar aulas, como el Reconquista de Cangas de Onís, agradecen la respuesta del Sespa: «Está encima a tope», indica la directora, Covadonga Vega. También en el colegio Peña Tú de Llanes cuentan con clases afectadas, por lo que desde la dirección señalan que siguen «todas las instrucciones que nos van dado».
Una de las preocupaciones compartidas reside en las carencias en medios tecnológicos y conexiones de la zona rural en el caso de producirse un nuevo confinamiento. Los centros coinciden en la necesidad de tener identificados a los alumnos «vulnerables» para no repetir los errores del pasado curso. «Hay niños de pueblos apartados con mala cobertura», evidencia la directora del colegio Río Sella. En el colegio Reconquista, de Cangas de Onís, se encuentran «realizando un inventario» de recursos y tienen previsto además impartir formación a las familias. También en el cangués IES Rey Pelayo han detectado quienes requerirían de medios «si la cosa empeora y hay que hacer teledocencia», explica el director, Benjamín Argüelles.
Desde las direcciones coinciden además en que la respuesta de la comunidad educativa ante los protocolos de seguridad está siendo positiva. «Los niños están muy concienciados con las mascarillas y las distancia», explican desde el Río Sella. «Los estudiantes se están comportando y no hay que insistir en que se sometan a las medidas», respaldan desde el IES Rey Pelayo.
Caudal
«Los chavales han iniciado el curso más que contentos; les hacía falta una rutina de trabajo, la que se vio rota con la declaración del estado de alarma en el curso anterior». Es la percepción de la presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) del colegio público Aniceto Sela, Noelia Requejo, uno de los principales centros urbanos de Mieres. «Por lo que sé, los escolares se han adaptado muy bien a las normas de seguridad; desde el Ayuntamiento se han facilitado los accesos escalonados, para evitar aglomeraciones, y se respetan las normas sanitarias». El riesgo, apuntaba, siempre está latente, «pero se hace todo lo posible por reducirlo». Espacios separados, itinerarios a seguir dentro de la escuela y hasta divisiones en el recreo; «se han delimitado seis rectángulos en el patio en los que solo pueden estar los compañeros de cada clase; todo funciona de forma correcta», añade la representante de los padres.
Requejo explica que los docentes se están esforzando para enfrentarse a la posibilidad de llegar al peor escenario posible:lLa cuarentena de todo un aula o, incluso, al cierre de todo el centro. «Los escolares están recibiendo formación añadida para que sepan manejar, desde sus casas, las herramientas digitales en caso de que tengan que seguir las clases desde casa, como es el Teams y los programas de trabajo de Office facilitados por Educación a cada alumno».
Esta es la tarea en la que también se encuentran inmersos en el colegio público Horacio Fernández Inguanzo de La Foz de Morcín, pero lo realizan con un problema añadido. «Parte de nuestros 130 alumnos de Infantil y Primaria se encuentran en zonas rurales, que carecen de una conexión estable a internet; estamos realizando un análisis de la situación de cada familia en este aspecto para buscar soluciones», explicaba el director del centro, Antonio Sierra. La experiencia de la escuela, no obstante, está facilitando esta labor; «llevamos varios cursos en los que no utilizamos libros de texto ordinarios, y eso ayuda». Ahora se enfrentan a un problema desconocido hasta el confinamiento. Se hicieron llegar a familias equipos informáticos y se facilitaron conexiones vía satélite a los lugares donde no había otra posibilidad; «pero nos hemos encontrado con que hace ahora falta la conciliación digital en los hogares, ya que los padres usan sus herramientas informáticas para trabajar y se han visto obligados a compartirlas con sus hijos para sus tareas escolares».
También se van a realizar jornadas de formación para las familias en el uso de las herramientas digitales. Pero el director se queja de que el centro dispone de equipos informáticos escasos y obsoleto para dar respuesta a las familias en caso de un cierre a causa de posibles contagios. «Este problema ya se escapa de nuestras manos, es la propia consejería la que tendría que aportar soluciones».
Por lo demás, explicaba el director del centro morciniego, los chavales se han adaptado «muy bien» a las nuevas costumbres forzadas en la nueva normalidad. «Han sido los propios alumnos quienes han diseñado carteles informativos con las reglas a seguir», añadía. Todo el funcionamiento del centro es fruto del consenso con las familias. «Creemos que es como tienen que funcionar las cosas, con información y participación de los padres y alumnos». Sierra lo admite: «Pensamos en un principio que iba a ser mucho peor, pero lo estamos superando».
Occidente
En el suroccidente continúa latente la intención de dimitir de 20 directores de los centros educativos de la comarca. Así lo asegura la diputada popular, Gloria García, que mantuvo en encuentro en Cangas del Narcea con los equipos directivos, que asegura le trasladaron «estar al límite» pues «asumen responsabilidades que no son de su competencia». Además, los equipos directivos no han recibido formación para manejar los programas de gestión administrativa (GICE) y «no pueden presentar los presupuestos de los centros. Están paralizados». García recordó que los equipos directivos «ni son sanitarios ni gestores administrativos, son docentes». Tras el encuentro, García enumeró las quejas que le habían trasladado. Entre ellas, destacó que en el transporte escolar no se garantiza la seguridad sanitaria del alumnado, «pues se utilizan autobuses que cubren líneas regulares sin limpieza ni esterilización entre uno y otro». Por otro lado, afirmó que no se están atendiendo a los alumnos de necesidades educativas especiales «porque no están enviando el profesorado ni de pedagogía terapéutica ni de audición y lenguaje que necesitan estos niños». A ello sumó la brecha digital que, indicó, «sigue agravándose día a día» tras señalar que en un centro se dispone de 40 ordenadores pero las plataformas para enseñanza telemática solo funciona en un equipo. «Están pidiendo que formen a las alumnos y a las familias, pero no dicen ni cómo ni cuándo ni con qué», apostilló la diputada popular.
En Trevías, el ampa del colegio San Miguel se mostró satisfecho con los protocolos si bien afean a la administración regional la fusión de primero y segundo de Primaria que suma 17 escolares para cumplir con las ratios. La pérdida de la unidad educativa supone la pérdida del jefe de estudios. «El equipo directivo se ve desbordado y creemos que se podría haber hecho de otra forma», indicó el presidente de la ampa, Carlos Fernández.
En Belmonte de Miranda este curso están apostando por reforzar las competencias digitales para hacer frente a un escenario de docencia telemática si fuese necesario. «Estamos trabajando más con el blog y las tablets», señaló su directora, Nuria Peláez, que destacó la facilidad de los escolares para respetar las normas. «Superado el atragantón de los primeros días, lo cierto es que los alumnos nos están dando un ejemplo», concluyó.
En esta información han colaborado M. Rivero, A. Fuente, R. Agudín, B. G. Hidalgo, G. Pomarada y B. Pino.
Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/coronavirus-asturias-colegios-preparan-posible-confinamiento-20201022000848-ntvo.html
¿Algo estamos haciendo mal cuando los hombres roban en las escuelas de nuestros hijos? Fue la pregunta que vino a mi mente después de haber visto una noticia en la televisión mientras degustaba mis alimentos. Ello, desde luego, motivó mi curiosidad y me llevó a indagar y a leer algunas de las noticias más recientes sobre este tema que, diversos medios de comunicación, han reportado a través de sus portales de noticias digitales, mismos que circulan por la internet.
“Roban escuelas durante la pandemia”, así lo reportó Monserrat García de El Sol de San Juan del Río, de Querétaro, el pasado 13 de agosto. Y es que, señala la reportera, ante la imposibilidad de dar clases presenciales en las mismas, de manera progresiva, han desmantelado las escuelas llevándose cables, tubería, lavabos y equipamiento educativo que, de alguna manera, han proporcionado los padres de familia a los centros escolares.
Por su parte, la redacción del periódico digital Cambio 22, de Quintana Roo, informó que el pasado 12 de agosto, habían sido robadas y vandalizadas 83 escuelas durante la pandemia en ese estado, afectando a un número importante de alumnos y profesores que ahí acudían a sus clases antes de la contingencia sanitaria porque, en lo que va de estos meses, se han sustraído cables eléctricos, aires acondicionados, cables de cobre, medidores de luz, protectores, ventanas y puertas, tubería de tanque de gas, diverso mobiliario, equipo de cómputo y eléctrico, tinacos, plomería y artículos inventariados.
Otra reportera, Nadia Mendoza, el 15 de agosto, publicó una nota en El Sol de Tlaxcala que llevó por título: “En curso, investigación por robo a 17 escuelas”. Y es que, a decir de la periodista, dichos robos se habían presentado en la entidad tlaxcalteca desde el mes de marzo a la fecha en que cerraba esa nota, por lo que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), había iniciado 17 carpetas de investigación por hurto a los colegios de los que habían sustraído equipos de cómputo, pantallas, proyectores, herramientas de jardinería y hasta borregos.
Sobre este mismo asunto, el 5 de septiembre, Lidiet Mexicano, del periódico digital Vanguardia Mx, reportaba que en Coahuila, habían robado 350 escuelas durante la pandemia; las afectaciones que tuvieron dichos centros educativos fueron de diversa naturaleza pero, lo que más llamó la atención de las autoridades y de los habitantes de esa entidad federativa, según esta informante, fue el robo de 90 paquetes de útiles escolares.
En este mismo tenor, Cecilia Nava, el pasado 4 de octubre, reportó a través de El Sol de México, de la Ciudad de México, que del 3 de abril al 31 de julio de 2020, 61 planteles educativos fueron robados ocasionándoles a éstos daños a sus instalaciones, sustracción de muebles y otros enseres educativos, motivo por el cual, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, expresó que ya se había puesto en marcha la aplicación Mi Policía en mi Escuela, una alarma silenciosa mediante la cual, los ciudadanos, podían reportar cualquier ilícito en flagrancia en las escuelas cuando así lo observaran.
En la misma tesitura, el pasado 15 de octubre, la redacción del periódico digital Noticias Cuautla, de Morelos, reportaba que, en plena pandemia, se habían registrado 25 robos a escuelas y que, algunas de ellas, habían sido saqueadas más de dos veces; esto, según los datos de la autoridad educativa de esa entidad federativa, misma que informó que el material que había sido robado de éstas, consistía en tuberías y aparatos electrónicos.
Sí, fueron seis notas que leí y elegí para exponerlas en estas líneas, aunque debo señalar que encontré muchas más; sin embargo, a partir de su contenido, de los datos que los periodistas aportaron, del estado o ciudad en la que se recabó la información, entre otras cuestiones más, es que consideré relevantes, repito, para que pudieran acompañar estas líneas.
Dicho lo anterior, de nueva cuenta saltaron en mi mente otra serie de interrogantes: ¿quién debería proporcionar seguridad a las escuelas?, ¿cuál es el papel de la federación, estados y municipios en este rubro?, ¿por qué debería proporcionarse esa seguridad?, ¿qué papel juega la sociedad en este asunto?, ¿qué es lo que ha propiciado tales robos?
Al respecto, tengo claridad que el Estado, a través de sus instituciones, tiene la obligación de velar por la seguridad pública de sus habitantes y de las propiedades que son parte de éste. Ello no está a discusión, puesto que en el Artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), así lo establece: “La seguridad pública es una función del estado a cargo de la federación, las entidades federativas y los municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas… La seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley…”.
Sobre la persecución de los delitos, ¿qué señala el Código Penal Federal vigente? Bien, en su Título Primero sobre la Responsabilidad Penal, Capítulo I Reglas generales sobre delitos y responsabilidad, Artículo 7º, se define al delito como “el acto u omisión que sancionan las leyes penales”. De esta forma, en su Título Vigésimo Segundo de Delitos en Contra de las Personas en su Patrimonio, Capítulo I Robo, Artículo 367, se señala que “comete delito de robo el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”. En este mismo sentido, por lo que toca a las posibles sanciones, el Artículo 381 Bis, de este Código, señala: “Sin perjuicio de las sanciones que de acuerdo con los artículos 370, 371 y 372 deben imponerse, se aplicarán de tres días a diez años de prisión al que robe en edificios, viviendas, aposento o cuarto que estén habitados o destinados para habitación, comprendiéndose en esta denominación no sólo los que estén fijos en la tierra sino también los móviles sea cual fuere la materia de que están construidos, así como aquellos lugares o establecimientos destinados a actividades comerciales”. Finalmente, en su Capítulo VI Daño en Propiedad Ajena, Artículo 397, se especifica que: “Se impondrá de cinco a diez años de prisión y multa de cien a cinco mil pesos, a los que causen incendio, inundación o explosión con daño de peligro de: III. Bibliotecas, museos, templos, escuelas, edificios y monumentos públicos” (DOF, 2020).
Como hemos visto, jurídicamente, la delincuencia puede definirse como una conducta humana reprimida por la ley penal de nuestro país, sin embargo, ¿cómo puede verse este hecho desde la sociología? A decir de Nureña (2014), se trata de un verdadero fenómeno social, manifestado por la comisión de actos no solo sancionados por la ley, sino que, además, implica trasgresiones a los valores reinantes en la sociedad. En consecuencia, puedo decir, que se trata de conductas antijurídicas, pero también, antisociales que, de alguna manera, han ido en aumento porque, como bien señala (Tonkonoff, 2016), todo nuevo delito es siempre, y fundamentalmente, una invención cultural.
¿Qué es lo que está fallando entonces?, ¿las leyes?, ¿la aplicación irrestricta de esas leyes?, ¿las instancias de procuración de justicia?, ¿la escuela?, ¿la sociedad?, ¿los hombres?
Tengo claro pues, que el tema es amplio; lleno de diversas aristas que, de cierta manera, deben ser desmenuzadas para comprender el fenómeno como tal; sin embargo, a bote pronto, pienso que el delito y la delincuencia tal y como hoy la conocemos, se ha interiorizado y normalizado en nuestra sociedad y, desafortunadamente, la hemos aceptado.
La ley está escrita, ¿habría que pensar en reformarla para que sean más severas las sanciones para quien comete un delito como el que he expuesto?
La escuela, dada la función social que le ha sido encomendada a través de estos años, ¿ha cumplido con su encomienda para que no se normalicen tales hechos?
La sociedad, ¿estará dispuesta a modificar sus conductas para dar paso a una cultura de respeto y aprecio por todo aquello que le produce un bien social como lo es el campo educativo?
¿Qué podemos hacer al respecto?
Con negritas:
Justo en el momento en que cierro estas líneas, por las redes sociales me entero que, en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, varios sujetos ingresaron a robar, por la madrugada, llevándose consigo equipos de cómputo y diversos materiales educativos. Insisto, ¿qué sociedad roba a sus escuelas?
Nureña, C. (2014). La sobrepenalización del delito de robo agravado: su incidencia delictiva en la ciudad de Trujillo durante los años 2008-2009. Texto recuperado de: file:///C:/Users/ABELARDO/Downloads/905-2314-1-PB.pdf
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