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Expectativas en Francia por alcance de huelga de profesores

Europa/Francia/Noviembre 2020/prensa-latina.cu

Francia espera con atención el alcance en sus escuelas y liceos de una huelga de profesores convocada por varios sindicatos del sector en reclamo de mejor protección frente a la Covid-19, medida cuestionada por algunos padres.

Agrupados en una Intersindical, gremios como FSU, CGT, FNEC-FP-FO, Snalc y SUD llamaron a detener las actividades a sus afiliados, insatisfechos con el reforzamiento del protocolo sanitario anunciado el jueves por el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer, quien promovió entre las acciones la enseñanza a distancia.

La organización de padres de alumnos Peep admitió que los maestros estén inquietos ante el avance de la pandemia, pero abogó por el diálogo en lugar del paro.

Para la Intersindical, las medidas gubernamentales informadas por Blanquer resultan insuficientes, lo que a su juicio justifica la convocatoria a la huelga.

Nos parece inaceptable que las personas tengan que pagar el precio de enfermarse, subrayaron en un contexto marcado por el auge de los casos, las muertes y las hospitalizaciones por la Covid-19.

La víspera, el director general de Salud, Jérome Salomon, declaró que la segunda ola de contagios por el coronavirus SARS-CoV-2 aún no ha llegado al pico y llamó a mayores esfuerzos para frenar la pandemia.

Salomon insistió en que la contaminación con el patógeno con frecuencia llega cuando las reglas barrera no son respetadas, sobre todo en la vida privada de las personas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=410159&SEO=expectativas-en-francia-por-alcance-de-huelga-de-profesores
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La mercantilización de la educación a manos de Amazon

Es un despropósito que la multinacional Amazon, en vez de tributar los impuestos correspondientes, utilice los recortes educativos que ha contribuido a provocar también con la evasión de impuestos, para incitar a las familias y a los centros educativos a que compren sus productos y así “donarles” una limosna a quienes le sean fieles como consumidores de su marca con la campaña “Un clic para el cole”.

La multinacional Amazon ha lanzado en septiembre de 2020 una campaña de marketing y publicidad denominada «Un clic para el cole», donde promete hacer donaciones de los materiales que le sobran a los colegios que se lo pidan. Con truco. Esta multinacional, que ha provocado el cierre de innumerables comercios y distribuidores de cercanía, y cuya cifra de negocio en 2019 ha sido de más de 79.220 millones de dólares, exige para hacer esa “donación” que se le compre previamente. Y, solo entonces, donará “hasta” el 2,5% del valor de las compras al centro escolar que seleccione quien haya hecho la compra. Lo cual impulsará a que sean las familias de esos centros quienes gasten miles de euros con Amazon, para conseguir las limosnas de la multinacional. Negocio redondo. Marketing y estrategia comercial de manual de primero de carrera.

De hecho, así lo han empezado a demandar los avispados “emprendedores” de algunos centros educativos que, más bien, parecen haberse convertido en comerciales de Amazon. Escriben a las familias para animarlas a comprar en esta multinacional porque así “conseguiremos un buen pellizquito con ayuda de todos”. Por supuesto, les agradecen la colaboración en aumentar la riqueza que ha acumulado Jeff Bezos, el dueño de la multinacional, diciendo: “mil gracias por adelantado y confiando en vuestra colaboración”.

Si ya han comercializado los espacios públicos educativos con las máquinas de productos azucarados, y han colonizado los centros educativos con patrocinadores que imponen sus logotipos y sus materiales “didácticos” comerciales, especialmente ahora con la edutech y las plataformas digitales que acumulan datos de nuestro alumnado, esta última versión para comercializar y convertir en negocio incluso las compras de las familias y los centros educativos introduce un “nuevo valor” en la educación de estos centros: la incitación al consumo (por supuesto, al consumo de su marca) para conseguir donaciones.

En el libro de investigación “En los dominios de Amazon. Relato de un infiltrado”, Jean-Baptiste Malet, su autor, habla de la explotación sin límites de las mujeres y hombres que generan la riqueza de una empresa. Una multinacional rodeada de un incomprensible secreto donde no se puede acceder y quien trabaja en ella no puede hablar de su jornada en la cadena de producción, de sus condiciones de trabajo, cuando la legislación laboral les permite hacerlo.
Amazon no paga casi ningún impuesto a los estados donde opera y la compra en esta multinacional no está sujeta al IVA, explica Malet. Mediante un inteligente montaje financiero, Amazon ejerce una actividad comercial cuyos clientes, almacenes y trabajadores se encuentra físicamente y en su inmensa mayoría en los países en los que opera, pero cuyo cajero está situado en Luxemburgo, un paraíso fiscal.

Estamos entregando así nuestro apoyo a este tipo de empresa que crea “zonas de libre procesamiento” o maquilas del sur, pero trasladadas al norte. Zonas “libres” de sindicatos, de derechos laborales, de tributación fiscal y de protección del medio ambiente. Es uno de los extremos de la explotación capitalista, que con Amazon se está generalizando por todo el mundo, implantando de nuevo las condiciones de semiesclavitud del siglo XIX.

¿Es este el tipo de educación que queremos para nuestros hijos e hijas? La educación es un derecho que la comunidad social está obligada constitucionalmente a garantizar, según el Título I, destinando los impuestos públicos a ello, en vez de a rescatar bancos o las autopistas quebradas. Pero han sido los responsables políticos de las anteriores legislaturas los que decidieron recortar en educación pública más de 9.000 millones de euros y echar a más de 20.000 docentes de la educación. Por eso, algunos centros se ven aguijoneados a entrar en estos miserables chantajes que se inventan los equipos de comerciales de los hiperricos para seguir enriqueciéndose.

Los servicios públicos deben sufragarse con impuestos. No con donaciones. Las donaciones son una decisión voluble del rico de turno que busca o bien publicidad o bien desgravación fiscal y publicidad o bien expandir su marca, desgravarse fiscalmente y publicidad. Pero la educación es un derecho que debe garantizarse todos los días. Que no puede depender de la caridad, del humor o la bondad con la que se levanten los multimillonarios, que han acumulado su riqueza explotando a otros seres humanos. Qué educación estaríamos dando entonces a las futuras generaciones.

Un principio fundamental de la Escuela pública es la equidad. Lo cual significa que todos los centros tienen que tener una asignación de recursos equitativa en función de las necesidades del alumnado y los centros. No buscar enfrentar a los centros y competir entre ellos por conseguir donaciones y contar con mejores materiales que otros, porque se les ha recortado la financiación que deberían tener.

En caso de producirse donaciones, éstas deben ser claramente desinteresadas, tener un carácter centralizado y que los responsables educativos establezcan un reparto en función de los criterios de necesidad y equidad que deben regir la política educativa.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/11/06/la-mercantilizacion-de-la-educacion-a-manos-de-amazon-2/

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Pedir para la calaverita

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

“Pedir para la calaverita”, consistía –al menos en la Ciudad de México- en solicitar dinero a las personas adultas o jóvenes en la calle (no necesariamente en las casas); lo hacíamos así los niños y niñas durante los años 60´s y 70´s, con una cajita de cartón, a la cual le poníamos una cara a base de tijeretazos (con dientes picudos), y una vela encendida adentro. Era muy divertido pedir para la calaverita y obtener unas cuantas monedas. No había calabazas ni disfraces.

Quizá el origen de esta tradición tenía que ver con la petición que hacían las personas, antiguamente, con sus muertos, para poder enterrarlos con dignidad y los honores correspondientes. Había entonces actitudes de solidaridad hacia los deudos del difunto, tal como sucede ahora. En términos coloquiales, podría decir que “pedir ´para la calaverita” era una tradición popular en la cual se solicitaba una cooperación para los gastos que representaba el funeral. La otra versión sobre el origen de esta práctica de “pedir…”, era el hecho de conseguir algún recurso económico para montar el altar de muertos. Al final de cuentas, la calaverita era la figura central, simbólica y representativa de esta práctica social, que se hacía los días 1 y 2 de noviembre.

En realidad, la entrega de dulces a los niños y niñas, de casa en casa, es una tradición anglosajona, que se ha introducido en nuestras naciones iberoamericanas en un tiempo relativamente reciente. Lo digo así porque esto sucede no sólo en América Latina, sino que también en España, donde existe esta combinación de lo extranjero con lo local. Quizá en nuestro país tendrán unos 35 a 40 años estas jóvenes prácticas combinadas. En esta novedosa costumbre (aquí, porque en otras naciones es añeja), los niños visitan a las casas de los vecinos con disfraces y con calabacitas. También pronuncian la frase “travesura o dulce”. Bendita globalización, dirían los vendedores de caramelos, disfraces de brujas y calabazas. Dicha práctica del “Halloween” y la noche de las brujas, se ha adoptado en nuestra cultura, incluso, con una fecha diferente: desde la noche del 31 de octubre.

La mezcla de culturas y el sincretismo en las costumbres sociales han dado lugar a las prácticas actuales donde la calabaza anglosajona convive con la calaverita de azúcar; donde las brujas se aparecen junto con las catrinas. Sin embargo, hoy, y desde hace algunos años, en México se ha expresado una vigorosa resistencia cultural: El rescate de nuestra cultura (resultado de la mezcla de tradiciones de los pueblos originarios con los hábitos o prácticas religiosas impuestos durante la colonia), ha reivindicado a las calaveras pintadas en el rostro, a la colocación de altares en casas, escuelas y plazas públicas, y se ha retomado la práctica de vestirse como las catrinas de Posada. Regresamos al consumo del pan de muerto, el dulce de calabaza, o la calaverita de azúcar, y a la hechura y lectura de calaveritas literarias.

Lo que dice la tía Google:

Esto encontré en internet: “Exportar (e importar) tradiciones extranjeras es algo positivo, puesto que nos permite conocer tradiciones diferentes y disfrutar de festejos que por otro lado quizás no conoceríamos. Y en este contexto, Halloween se lleva las palmas. Cualquier excusa es buena para disfrazarse y hacer acopio de dulces y chucherías, y si no que se lo digan a los más pequeños. Aunque la tendencia apunta a que cada vez usamos más anglicismos en nuestro día a día, tenemos por costumbre castellanizar algunas palabras, y eso es justo lo que hemos hecho con una de las expresiones más reconocidas de Halloween: “trick-or-treat”. ¿Pero cuál es el significado real de esta expresión? En España se ha traducido como ‘truco o trato’, pero no se acaba de ajustar al sentido literal”.

Trato de conectar esta cuestión tangible de nuestra realidad socio cultural (con énfasis en la resistencia y la reivindicación de nuestras tradiciones) con la situación educativa actual en medio de la pandemia. Como dice la canción de Maná: “¿Dónde jugarán los niños?”. Me pregunto, entre otros temas: ¿Cómo se “pedirá para la calaverita” en tiempos de crisis sanitaria? ¿Por Zoom; a través de Meet; por Google Classroom?

Las niñas y los niños colocados detrás de una pantalla para mostrar, en sesión virtual, cómo diseñaron e instalaron sus máscaras para la noche del “Halloween” o del día de Muertos. Tendremos registro de las y los jóvenes que organizan fiestas a distancia e intercambian algunas producciones literarias en forma de calaveritas rimadas.

No cabe duda que la reconstrucción o la reinvención cultural es un movimiento que no tiene freno y que transcurre en forma compleja, paralela, no lineal. “Pedir para la calaverita” también era una práctica de socialización, necesaria, que no se enseñaba en las escuelas, sino que se desarrollaba en las calles. Lamentablemente, en la coyuntura actual, en que imperará el confinamiento voluntario junto con el obligatorio, por motivos de salud pública, surgen más preguntas: ¿Cómo se podrá rescatar y reconocer el valor pedagógico de las prácticas callejeras? ¿En qué momento inició la pérdida de nuestras tradiciones locales y cómo serán reivindicadas éstas en medio de las limitaciones (impuestas por la pandemia) a la socialización y a la convivencia directa, presencial, entre nuestras niñas, niños y jóvenes? ¿Cuánto durará este encierro que silencia nuestras necesidades de contacto social no mediatizado?

Espero que, al menos, el momento en que las niñas, los niños y l@s jóvenes “pidan para su calaverita” o “soliciten su Halloween” por internet, a través de tarjetas de crédito o débito, no llegue pronto.


Publicado en SDPnoticias

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De Los Ríos: «San Juan planea comenzar las clases en marzo y en todos los niveles». Argentina

América del Sur/Argentina/08-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

De todas maneras, indicó que «todo va a depender de cómo evolucionen los contagios de Covid19 y el estado sanitario que tenga la provincia en ese momento».

Luego de que ayer el Consejo Federal de Educación determinara que cada provincia decidirá la fecha de inicio del nuevo ciclo lectivo, De Los Ríos afirmó a Télam (a diferencia de los medios locales a los que no atiende) que «en San Juan consideramos que para marzo podemos comenzar en todos los niveles y modalidades de enseñanza».

No obstante, indico que «todo va a depender de cómo evolucionen los contagios de Covid19 y el estado sanitario que tenga San Juan en ese momento».

La provincia fue «la primera en volver a clases presenciales en agosto, cuando San Juan estaba en Fase 3 y las condiciones sanitarias lo permitían», recordó el ministro.

«Tenemos protocolos actualizados para hacerlo» sostuvo sobre el regreso a clases presenciales y agregó que «en algunos casos podrá ser con el sistema bimodal que ya aplicamos», haciendo que la mitad del curso tenga clases presenciales una semana, mientras que la otra mitad lo haga online y a la semana siguiente invertir los roles.

El titular de la cartera educativa sanjuanina informó que «vamos a hacer un esfuerzo por alcanzar una nivelación tanto en la primaria como en la secundaria, para igualar a todos los alumnos con la cantidad de contenidos abordados en este año tan irregular».

Para eso dijo que «habrá evaluaciones de aquí al 18 de diciembre» y detalló que «algunos aprobarán y los que no aprueben tendrán una promoción acompañada con docentes designados».

Con respecto a 2021, De Los Ríos dijo que «hemos programado que en dos años se vayan dando intercaladamente los contenidos de ese año y los que quedan pendientes de 2020» y aseguró que «para eso en la primaria los chicos van a tener el mismo docente en todo el ciclo».

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/De-Los-Rios-San-Juan-planea-comenzar-las-clases-en-marzo-y-en-todos-los-niveles-20201105-0050.html
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Educar fuera del aula, una oportunidad para combatir el coronavirus

Por: Educación 3.0

La voluntad del profesorado y la implicación de equipos directivos y familias es clave para que la educación al aire libre se convierta en una opción segura para los estudiantes en plena pandemia. Darío Pérez-Brunicardi, docente de la Facultad de Educación de Segovia (UVa) y coordinador de la Red Estatal de Educación Física en la Naturaleza, explica las ventajas de este tipo de educación para toda la comunidad educativa.

Sin apenas haber podido recargar las pilas tras el confinamiento y la pandemia (que sigue activa), en los centros educativos nos hemos enfrentado durante los últimos meses a una secuencia de ajustes y reajustes para hacer frente al virus. Entre todos (equipos directivos, profesorado, familias y estudiantes) hemos logrado convertir estos centros educativos en espacios seguros. También hemos ido anticipándonos a las exigencias de una educación a distancia, por cuarentenas o por confinamiento, con formación en tecnologías de comunicación en línea. Cada vez estamos mejor preparados.

¿Para qué ventilar las aulas si fuera tenemos el aire libre?

Sin embargo, hemos olvidado las ventanas y balcones y pasamos por alto que los espacios al aire libre son los más seguros. El arranque de este complicado curso nos ha maniatado. En pocas ocasiones se ha tenido la visión y la capacidad para darse cuenta de la oportunidad que nos ofrecen los espacios al aire libre como espacios educativos. ¡No, no! No se trata de sacar los pupitres al patio o a los porches; se trata de aprovechar las posibilidades educativas de los espacios a cielo abierto. Y no sólo los del centro, sino también los parques y otros espacios más allá de los colegios.

Las posibilidades de movimiento y de mirar lejos, la amplitud para mantener las distancias o el aire extraordinariamente ventilado se suman a las ventajas del aprendizaje auténtico, en la realidad, en tres dimensiones, más allá de las pantallas y los pupitres inmóviles.

educar fuera del aula

A pesar de la gran oportunidad que nos ofrecen los espacios al aire libre, también son muchas las incertidumbres sobre cómo hacer viable una educación sin techo ni paredes; sin el cobijo de un edificio que ahora hay que ventilar constantemente. ¿Para qué ventilar las aulas si fuera tenemos el aire libre?

Ejemplos sobre cómo hacer viable una educación sin techo ni paredes

A principio de curso, una docente de Latín de un instituto en Cartagena (Murcia), se planteó dar sus clases fuera del aula. Con decisión, creatividad e ilusión lo está logrando. Porque no es necesario ser docente de Educación Física para dar clase en el patio. Los nombres científicos de los árboles o las posibilidades de educar en un ‘ágora natural’ pueden ser nuestros aliados.

«No se trata de sacar los pupitres al patio o a los porches; se trata de aprovechar las posibilidades educativas de los espacios a cielo abierto»

Por otro lado, una amiga segoviana, maestra de Infantil en un colegio rural, lleva todos los viernes del curso a sus estudiantes de 3 a 6 años al campo más cercano, donde pasan casi toda la mañana con sus pequeñas mochilas, sus rollos de colchoneta, sus botas y abrigos. En ocasiones, buscando lo que todos llamaríamos ‘mal tiempo’, dedican más tiempo a abrigarse y prepararse en el aula que a jugar en la nieve, para luego volver a clase y dedicar otros 20 minutos a ponerse cómodos, secos y calentitos. El tiempo y esfuerzo invertido ha merecido la pena, y las familias se han dado cuenta de ello poco a poco, curso a curso. Ahora van mejor preparados a clase, porque el cole también está en la calle.

educar fuera del aula

Otra maestra de Infantil de un cole urbano ha implicado a toda la comunidad educativa para transformar el patio y reconquistar los terraplenes y esos espacios que antes se consideraban un peligro, cubiertos de ‘malas hierbas’. Ahora es todo el centro el que está inmerso en una transformación del patio que se presenta como una oportunidad para educar fuera del aula. Y ahora, esta decisión está más justificada que nunca.

Asimismo, podemos apreciar que existen ciertos ‘denominadores comunes’ en estas iniciativas:

  • Una voluntad del profesorado por buscar alternativas a la educación confinada, donde el alumnado está aislado e inmóvil en su pupitre.
  • Un esfuerzo por invertir tiempo y trabajo para lograr hacer viable el aula al aire libre.
  • Un compromiso de los compañeros y del equipo directivo para que apoyen o, al menos, permitan esta posibilidad.
  • Un proceso progresivo de convencimiento e implicación de las familias para entender las posibilidades educativas y de seguridad que ofrecen estos espacios.

Consejos para educar fuera del aula en tiempos de pandemia

El protocolo es sencillo y fácil de cumplir cuando estamos fuera:

  • Mascarilla. Salvo los menores de 6 años, empleamos mascarilla en todo momento para que si nos acercamos a menos de un metro y medio de distancia esto no sea un problema.
  • Se puede mantener la distancia de seguridad. Podemos realizar multitud de actividades que no pierden el sentido manteniendo la distancia de seguridad, aunque al aire libre, esta distancia es más laxa si se utiliza mascarilla.
  • Respetar los hábitos de higiene. Manteniendo los nuevos hábitos de higiene de manos, antes y después, podemos realizar múltiples actividades con materiales naturales o con materiales de uso individual.
educar fuera del aula
  • Actividades que no necesitan del contacto físico con los demás estudiantes. El senderismo, la orientación o el ciclismo no requieren de interacción ni contacto entre los estudiantes. No es necesario forzar un distanciamiento físico, sin perder la proximidad social.
  • Extremar las precauciones en algunas situaciones. Existen algunas excepciones al uso de mascarilla, como en el caso de ejercicio intenso o cuando se come o bebe. En estas situaciones, la clave está en asegurar la distancia.
  • Sostenibilidad. Educar al aire libre implica hacerlo de manera sostenible. Se ha de poner especial énfasis en sensibilizar al alumnado acerca del uso de mascarillas reutilizables o de la importancia de tirarlas a la basura, con los cordeles cortados.

A pesar de todo, nos podemos preguntar: ‘sí, ya, pero ¿si no me dejan?’ Una paradoja que no sé si seremos capaces de comprender algún día es la consigna, más o menos generalizada, de desaconsejar o prohibir las salidas, actividades complementarias y otras actividades educativas que se salgan del protocolo de accesos, circulaciones, agrupamientos y uso de aulas.

Existe la idea de que fuera se relajarán las medidas o que salir fuera es sinónimo de recreo y distracción. Sin embargo, los que usamos habitualmente los espacios al aire libre para educar sabemos que no tiene por qué ser así. Necesitamos convencer a los equipos directivos y éstos, a su vez, a las Consejerías de Educación de que tienen que permitir y favorecer estas actividades educativas al aire libre. Una vez nos quiten el ‘palo en la rueda’, podremos dar el paso con más seguridad.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/educar-fuera-del-aula/
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Cuba: Escuelas cubanas reabren sus puertas al disminuir contagios por coronavirus

América Central/Cuba/08-11-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Los centros escolares de La Habana y otras 10 provincias de Cuba retomaron este lunes el curso interrumpido hace poco más de siete meses debido a la pandemia de la COVID-19.

Reportes transmitidos en el noticiero nocturno de la televisión cubana dieron cuenta de la higiene de los salones de clases y garantías del distanciamiento necesario para evitar el contagio.

También es obligatorio el uso de nasobuco o mascarilla y la desinfección de manos, entre otras medidas sanitarias, así como la prohibición de entrada a alumnos y maestros con síntomas respiratorios y de personas ajenas al centro,

Autoridades del sector informaron que el segmento final del curso 2019-2020 durará cinco semanas, con una organización que favorecerá el distanciamiento social y la seguridad epidemiológica por niveles educativos.

En el caso de la capital cubana, más de 1.200 instituciones educacionales retomaron el curso escolar interrumpido a finales de marzo.

Está previsto que el nuevo ciclo lectivo, que habitualmente comienza en septiembre, inicie su programa docente el venidero 7 de diciembre.

Otras provincias, donde la situación epidemiológica permitió abrir las escuelas hace dos meses, pudieron iniciar en este día el nuevo período de enseñanza 2020-2021.

La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, expresó que «en estos momentos la vacuna contra la COVID-19 que tenemos es la disciplina, la autorresponsabilidad, la exigencia».

Solo tres provincias, Pinar del Río (oeste), Sancti Spíritus y Ciego de Avila (centro) mantienen cerrados sus recintos escolares, debido a la compleja situación epidemiológica en esos territorios por un rebrote del nuevo coronavirus.

Durante los meses de confinamiento, el ministerio de Educación impartió los contenidos para los diferentes niveles de enseñanza general a través de la televisión nacional, así como repasos para los exámenes de ingreso a la universidad.

En la última jornada, el ministerio de Salud Pública reportó 35 nuevos enfermos del virus SARS-COV-2, causante del coronavirus, y hasta la fecha el país acumula 6.970 casos confirmados y un total de 129 fallecidos desde el inicio de la epidemia en la isla, el 11 de marzo.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-11/03/c_139487419.htm

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Daños y saldos de la pandemia por Covid-19 en escuelas vulnerables: el caso de los Telebachilleratos Comunitarios en México

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

Carlota Guzmán Gómez

Centro Regional de Investigaciones  Multidisciplinarias, UNAM

Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER)

[1]

 

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

 

A partir de la llegada de la pandemia por Covid-19 a México y el subsecuente cierre de las escuelas por el confinamiento sanitario, el sistema educativo del país se ha visto severamente afectado. Las manifestaciones y efectos han sido diferentes, de acuerdo con características tales como el nivel educativo (preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior); el tipo de sostenimiento (público y privado), y la ubicación territorial (urbana, rural, urbano-rural), entre otros. Sin embargo, en todos los niveles y modalidades se han hecho visibles las grandes desigualdades sociales y económicas entre los alumnos frente al acceso a los aprendizajes y a los recursos para enfrentar esta crisis.

En este contexto de discusión y en aras de pensar en escenarios posibles, considero importante avanzar en el conocimiento de las especificidades de cada nivel y modalidad educativa. Me parece importante también conocer y documentar las maneras específicas como se expresan las desigualdades sociales y educativas. Por ello, en este espacio me voy a referir a los Telebachilleratos Comunitarios (TBC) que atienden a una población muy vulnerable en términos socioeconómicos y educativos. Hay que destacar que el Telebachillerato Comunitario es un subsistema de la Educación Media Superior que atiende a localidades con menos de 2 500 habitantes que no cuentan con un bachillerato a cinco kilómetros a la redonda. Inició como un programa federal en 2013 con la finalidad de ampliar la cobertura educativa y cumplir con el mandato de obligatoriedad decretado en 2012. Opera como un sistema escolarizado presencial, que se rige por el currículo del Bachillerato General y trabaja con libros de texto gratuitos. La planta se compone de tres docentes, uno de los cuales funge también como responsable del plantel. Cada uno cubre una de las tres áreas de conocimiento. En el ciclo escolar 2017-2018 se contaba 3 498 establecimientos y una matrícula de 13 561 estudiantes (SEMS-SEP, 2018).

Me interesa dar cuenta de las estrategias que emplearon los docentes para continuar con el trabajo a distancia, los obstáculos que enfrentaron los estudiantes, así como las posibles repercusiones. Me baso en la información generada por medio de entrevistas en profundidad aplicadas a cuatro responsables de TBC y a cuatro docentes provenientes de dos planteles de Morelos y dos del Estado de México, durante los meses de mayo y junio de 2020.

 El cierre de las escuelas y los intentos por continuar a la distancia

Una vez declarada la crisis sanitaria, la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció el 14 de marzo de 2020 que se adelantarían las vacaciones de Semana Santa (que estaban programadas entre el 6 y el 19 de abril). Más adelante, postergaron las fechas de regreso a clases y quedaron condicionadas a las decisiones de las autoridades sanitarias.

Los TBC vivieron el cierre de las escuelas como un golpe para el cual no estaban preparados. No tuvieron tiempo de planear la manera como se llevarían a cabo las actividades fuera de la escuela, ni de establecer estrategias de comunicación con los estudiantes.

En el caso de Morelos, no existieron lineamientos generales de las autoridades federales ni estatales. Cada uno de los docentes, con sus respectivos responsables de plantel, idearon la manera de continuar con las actividades a distancia. La Secretaría de Educación del Estado de México estableció una estrategia general para toda la entidad que siguieron los TBC. Lo primero que hicieron los responsables del plantel y los docentes de ambas entidades federativas fue intentar establecer comunicación con los estudiantes y padres de familia a través de los contactos que tenían previamente. En un principio, esta tarea fue relativamente fácil, ya que los grupos del TBC son reducidos y siempre ha existido una estrecha comunicación entre ellos. Sin embargo, los docentes no lograron contactar a todos los estudiantes, ya sea por falta de teléfono o porque algunos no quisieron dar respuesta.

En Morelos, las estrategias narradas por los docentes fueron múltiples. Algunos utilizaron el correo electrónico para enviar guías, tareas y materiales de apoyo. Otros, a través de WhatsApp, enviaban las tareas que los estudiantes realizaban en sus cuadernos y regresaban la foto con las evidencias por el mismo medio. También hubo docentes que utilizaron los libros de texto gratuito y solicitaron a los estudiantes que enviaran por WhatsApp los ejercicios resueltos. Los docentes buscaron retroalimentar y regresar, por el mismo medio, los trabajos entregados. En el Estado de México utilizaron básicamente la plataforma Classroom de Google, videos complementarios y los libros de texto.

A finales de abril, el gobierno federal puso en marcha el programa Aprende en Casa para dar continuidad a las actividades por medio de plataformas por Internet, radio y televisión. Pocos docentes utilizaron este programa y sólo de manera complementaria. De acuerdo con la SEP (2020), “El programa Aprende en Casa buscaba mantener las actividades educativas durante la emergencia sanitaria por Covid-19. Se planteó como una herramienta complementaria a los libros de texto gratuito, reforzando los Aprendizajes Fundamentales”.[2]

Los problemas que se presentaron al intentar continuar con el trabajo a distancia se encuentran estrechamente ligados a los altos niveles de precariedad en que viven las familias del medio rural. El primer problema que enfrentaron tanto docentes como estudiantes fue el deficiente servicio de luz en gran parte de las localidades y la falta de conectividad a Internet y de señal de telefonía. Los canales de televisión que trasmitían el programa Aprende en Casa eran de paga y, por tanto, gran parte de los estudiantes no tenía acceso a éstos.

Otro obstáculo importante para continuar la educación a distancia fue que los estudiantes no contaban con computadora personal. Como máximo, existía una en casa, que tenía que compartirse entre distintos miembros de la familia. Lo mismo sucedió con los teléfonos celulares, ya que no todos los estudiantes contaban con un dispositivo o, cuando sí, no tenía la capacidad para acceder al software y a las herramientas que se requerían. Las familias no podían sufragar los gastos para pagar “el saldo” del teléfono, sobre todo en el caso de las familias con varios hijos en edad escolar. En estas circunstancias, los estudiantes buscaron los medios para conectarse; por ejemplo, captaban la señal de wifi en lugares públicos, enviaban trabajos en la noche o desde la azotea de su casa para tener mejor señal o pedían prestados celulares para enviar tareas. Por su parte, las características de las viviendas de los estudiantes no resultaban propicias para el estudio, no encontraban espacios donde concentrarse y realizaban las tareas en el comedor de la casa, en el patio o sobre la cama.

Los aspectos emocionales también afectaron a los estudiantes, ya que perdieron un espacio de convivencia y de encuentro con sus pares, además de un canal de autonomía frente a sus familias que los hacía sentir “enojados”, “tristes”, “deprimidos” y “estresados”. El confinamiento no se realizó como estaba previsto por las autoridades sanitarias. Un rasgo común en estas localidades fue “no creer en la existencia del Covid-19” y considerar que se trataba de un “invento” y, por lo tanto, se comportaban como si todo siguiera igual.

En el contexto rural, para las mujeres “quedarse en casa” significó participar en los quehaceres domésticos y en el cuidado directo de hermanos y familiares, o bien, salir a trabajar en labores de limpieza en otras casas o como empleadas en comercios. Los hombres tuvieron que dedicarse a las labores agrícolas, ya sea en apoyo a sus familiares o de manera remunerada. También laboraban como albañiles, empleados en comercios, o desempeñaban algún oficio. Algunos estudiantes que antes de la pandemia trabajaban medio tiempo, ampliaron su horario cuando cerraron las escuelas. La decisión de trabajar o aumentar la jornada laboral fue para apoyar económicamente a sus familias, que siempre han tenido muchas carencias o que se vieron afectadas por la pandemia. Por tanto, los quehaceres domésticos y las actividades laborales absorbían gran parte del día y los estudiantes dejaban en segundo lugar las tareas escolares.

En lo que concierne a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, un obstáculo muy importante es el alto rezago académico de los estudiantes de TBC frente a otros subsistemas de Educación Media Superior. Estos estudiantes llegan al TBC con deficiencias básicas en la lectura, escritura y matemáticas que les impiden acceder a los conocimientos estipulados por el Bachillerato General (Guzmán, 2018). Los docentes tienen que realizar una labor importante para nivelarlos y poder avanzar. Por ello, el cambio en las formas de trabajo impidió que los estudiantes recibieran la atención personalizada y el seguimiento al que estaban acostumbrados. Sólo algunos estudiantes pudieron realizar de manera autónoma las tareas exigidas. Aunado a las deficiencias en el aprendizaje, los estudiantes no contaban con las habilidades tecnológicas necesarias para el manejo de las plataformas por celular ni en computadora. Tampoco contaban con el apoyo de los padres de familia, puesto que ellos tienen niveles de escolaridad que no superan la secundaria (Guzmán, 2018).

Los saldos de la pandemia y del trabajo a distancia

La situación vivida durante estos meses en los que se ha intentado continuar con la educación a la distancia tendrá efectos a corto y mediano plazos. Desde el punto de vista de los docentes, un primer problema que tendrán que enfrentar es el rezago académico que se acumula al que se presentaba con anterioridad a la pandemia. Los docentes dudan de que, a pesar de su esfuerzo, los estudiantes realmente hayan aprendido y comprendido lo que estaba previsto. Tienen la impresión de que cumplieron con las tareas, pero que tendrán que abordar nuevamente los contenidos para poder avanzar a otro nivel. Hay partes del programa que no pudieron abordarse desde la distancia y quedaron pendientes, principalmente de matemáticas y ciencias experimentales. Será también una tarea importante regularizar a los estudiantes que no pudieron continuar con los trabajos escolares durante el confinamiento. Sin embargo, estos estudiantes no tendrán la oportunidad de cerrar el ciclo con los que egresan y se quedarán con huecos y dudas.

Los docentes también vislumbran un aumento en el abandono escolar. No están seguros de que todos regresen a las aulas el próximo ciclo. Algunos porque tendrán que seguir trabajando para apoyar a sus familias; otros porque preferirán trabajar y ganar dinero que continuar estudiando. Los docentes también dudan que los estudiantes que no pudieron realizar los trabajos escolares por trabajar o por falta de condiciones, quieran regresar a las aulas. También están en duda de volver quienes no pudieron salvar los obstáculos de las nuevas tecnologías o no se sintieron motivados para estudiar.

Según los docentes, el deterioro económico de las familias, la necesidad de trabajar y las dificultades experimentadas en el aprendizaje durante el cierre de las escuelas podrán traducirse en obstáculos para que los egresados de los TBC logren ingresar a la educación superior. Si antes eran muy pocos los que continuaban estudiando después del bachillerato, ahora calculan los docentes que serán menos.

A partir de las condiciones descritas, el regreso a clases representa un desafío para subsanar o mitigar los efectos causados por el cierre de las escuelas. Sin embargo, lo más importante consiste en establecer una política de mayor alcance que pueda proveer de mejores condiciones y oportunidades educativas a los estudiantes más vulnerables.

 

Referencias

Guzmán, C. (2018). Avances y dificultades en la implementación del Marco Curricular ComúnTelebachillerato estatal, Educación Media Superior a Distancia y Telebachillerato comunitario. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

SEMS-SEP (Subsecretaría de Educación Media Superior, Secretaría de Educación Pública) (2018). Adopción del modelo educativo para la educación obligatoria del Telebachillerato Comunitario. México: SEMS-SEP. https://www.dgb.sep.gob.mx/servicios-educativos/telebachillerato/normatividad/Documento-base-2018.pdf

SEP (Secretaría de Educación Pública) (2020). Se sustenta el programa Aprende en Casa en los Libros de Texto Gratuitos: SEP. Boletín, (98). https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-no-98-se-sustenta-el-programa-aprende-en-casa-en-los-libros-de-texto-gratuitos-sep?state=published

[1] Este texto apareció en Notas de Coyuntura del CRIM, No. 40, julio 2020 en web.crim.unam.mx

[2] Véase https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-no-98-se-sustenta-el-programa-aprende-en-casa-en-los-libros-de-texto-gratuitos-sep?state=published

Fuente: http://www.educacionfutura.org/danos-y-saldos-de-la-pandemia-por-covid-19-en-escuelas-vulnerables-el-caso-de-los-telebachilleratos-comunitarios-en-mexico/

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