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Síndrome de la cara vacía o el miedo a quitarse la mascarilla en público

Por: Laura Román

Poder quitarse la mascarilla en interiores puede significar para la mayoría un alivio, pero también es un motivo de ansiedad para los jóvenes ya que mostrar de nuevo su rostro puede afectar a su autoestima. La psicóloga Rocío Rivero nos ofrece las claves para ayudarles a superar este síndrome.

“Yo no me pienso quitar la mascarilla en el instituto”, afirma María, estudiante de 1º de ESO, a sus padres cuando hablan durante la cena de que las mascarillas ya no serán obligatorias en interiores a partir del 20 de abril. “Tengo la cara llena de granos y estoy horrorosa. No quiero que mis amigos me vean así”.

El caso de María no es el único. Aunque para muchos quitarse la mascarilla y destapar el rostro supone una liberación, para otros, como es el caso de muchos jóvenes, no lo es tanto. Se han acostumbrado a ir con el rostro cubierto durante más de dos años y esa dependencia de la mascarilla se denomina síndrome de la cara vacía, o lo que es lo mismo, una sensación de desprotección que surge cuando nos la quitamos en público, que puede afectar a la salud mental de los adolescentes.

Mascarillas adolescentes

El síndrome de la cara vacía: qué es y a quién afecta

La psicóloga Rocío Rivero define este fenómeno, que afecta de forma especial a niños y adolescentes, como “un tipo de sintomatología ansiosa generada ante el hecho de enfrentarse al entorno sin mascarilla exponiéndose al contagio por coronavirus”.

Pero el miedo al contagio no es la única razón por la que muchos jóvenes quieren seguir llevándola. Tal y como comenta la experta, la mascarilla es un complemento que tapa una gran parte del rostro, además de gestos y facciones: “Para las personas que tenían cierto descontento con algún detalle de su cara, ha sido su ‘tabla de salvación’, en el sentido de que llevar la mascarilla puesta les hace estar totalmente seguros de que el resto de personas no se está fijando en esa parte de su rostro con la que no se sienten bien”.

Síndrome de la cara vacía

En la adolescencia, esa sensación puede aparecer de forma amplificada ya que es la etapa vital en la que existe una mayor necesidad de aceptación y pertenencia a un grupo. “Es el momento en el que se puede dar con más facilidad una brusca bajada de autoestima”, subraya Rivero. Esa es la principal razón por la que los jóvenes deciden no quitarse la mascarilla, sobre todo en el colegio, ya que les resulta muy extraño exponerse a las miradas de los compañeros o ver a los docentes a cara descubierta: en algunos casos, los estudiantes no les conocen ni han interactuado con ellos sin mascarillas.

Cómo actuar con adolescentes ante el síndrome de la cara vacía

Ante esta situación, ¿qué pueden hacer las familias o docentes si sus hijos o estudiantes no quieren quitarse la mascarilla en situaciones en las que no existe un peligro real de contagio? Para Rivero es muy importante, en primer lugar, conocer y analizar los pensamientos que tiene el niño o adolescente sobre quitarse la mascarilla, “ya que con ello podremos saber qué es lo que le acompleja exactamente y cuáles son los miedos que tiene”.

Sindrome de la cara vacía mascarillas

Si se trata de un complejo por alguna parte del rostro, la experta señala que “cuando se oculta esa parte con la que no nos sentimos cómodos lo que estamos haciendo es agrandar el disgusto porque nos acostumbramos a no verla y cuando la vemos nos gusta menos”. Para ello, ofrece los siguientes consejos para que los jóvenes se acostumbren a enseñar su cara, de nuevo, ante los demás:

  • Observar con detenimiento lo que no nos gusta. El objetivo es normalizar que esa zona del rostro forma parte del cuerpo y que realiza una función muy importante, por ejemplo, la nariz. Un ejercicio interesante es observar durante unos minutos la nariz (o la parte del cuerpo que no agrada al adolescente) en un espejo, pero no solo hay que centrarse en ella, sino en todo el conjunto de la cara, en su armonía, es decir, analizar pausadamente cómo es su rostro.
  • Valorar lo que nos agrada. Tras ese primer ejercicio, el adolescente seguirá fijando la atención en su rostro, pero ahora pondrá su atención en lo que sí le gusta. Una vez que lo reflexione, tiene que decirse, en voz alta, una serie de mensajes positivos con los que se sienta bien consigo mismo: “Me gusta mi pelo” u “Hoy estoy guapo”, por ejemplo.
  • Exposición progresiva a la situación. Es recomendable exponer poco a poco al adolescente ante esta nueva situación. El objetivo es que sea capaz de controlar la ansiedad que le pueda surgir. Es esencial que ‘visualice’ que los pensamientos que le puedan asaltar mientras no lleva la mascarilla puesta no son reales. Para ello, se le pueden recordar las siguientes afirmaciones: “No nos mira todo el mundo por la calle, y si lo hacen, no es porque no le guste esa parte del cuerpo ya que puede haber muchas más razones: porque les ha gustado la ropa que llevo puesta o, sencillamente, crees que te están mirando, pero no es así”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/sindrome-cara-vacia/

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Argentina: Todo un curso de escuela secundaria todavía no puede comenzar las clases

América del Sur/Argentina/22-04-2022/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Es en Divisadero y ahora buscan adaptar un salón de eventos como aula.

Cuando a principios de marzo las clases habían comenzado en toda la provincia y los estudiantes se acomodaban a la rutina tras las vacaciones, en un rincón de Sarmiento había un grupo que sólo podía esperar. Y que de hecho sigue esperando, incluso en el tramo final de abril. En la escuela de Nivel Medio de Divisadero hay todo un curso, el 5to 2da de la orientación Artística, que todavía no ha podido comenzar con el ciclo lectivo 2022 puesto que por un lado no tienen docentes y por el otro tampoco cuentan con un aula. Los padres, cansados, hicieron un reclamo y ayer en el Ministerio de Educación les prometieron que el lunes finalmente tendrán clases y que para ello harán nombramientos exprés de profesoras, mientras que en paralelo adaptarán un salón de eventos como aula provisoria para 25 alumnos.

Fue una mañana agitada en la comunidad educativa de esa escuela de Divisadero. Los padres inicialmente habían anunciado que cortarían la ruta como protesta, ya que la falta de infraestructura y de docentes ha generado que a esta altura del año el 5to 2da de orientación Artística aún no pueda empezar las clases; a la vez dijeron que faltan bancos en otros cursos.

«Han aceptado a demasiados alumnos y la escuela quedó chica. Faltan bancos y aulas». PAOLA GÓMEZ – Mamá

El piquete no se concretó, puesto que las autoridades del Ministerio de Educación se trasladaron al establecimiento y mantuvieron una reunión con los padres.

«Los chicos de 5to año ya perdieron un mes y medio. Además, hay muchos alumnos para tan poco espacio, faltan bancos y por eso hay niños que llegan muy temprano para asegurarse estar sentados», indicó Paola Gómez, una mamá.

La directora de la escuela, María Cristina Bravo, y la responsable de Secundaria del Ministerio de Educación, María Buttazzoni, hicieron una propuesta que, según los padres, aceptaron aunque no están del todo conformes.

«Hubo un desfase administrativo, pero hay 250 alumnos y la matrícula es la normal». CRISTINA BRAVO – Directora

Sucede que ante la falta de espacio (quieren construir aulas pero no saben cuándo será eso) adaptarán un salón de fiestas y eventos que está ubicado frente a la escuela, cruzando la ruta. Allí llevarán el mobiliario que, según informó Bravo, ayer mismo habían comenzado a descargar. Como hay un solo baño, será para las chicas y los varones deberán utilizar el del establecimiento escolar; a la vez que un docente supervisará y ayudará a los estudiantes a cruzar la ruta.

En tanto, de acuerdo a las autoridades, entre hoy y mañana esperan que salga el nombramiento de docentes, por lo tanto aseguran que el lunes podrá comenzar el dictado. ¿Por qué llegaron a esta situación? Según dijeron fue porque en 2021 hubo un desdoblamiento y creación de orientación y que a la vez hubo un retraso administrativo tanto por el cambio de ministro (Cecilia Trincado reemplazó a Felipe De los Ríos) como por movimientos en áreas internas, que hizo que a fines de abril aún haya alumnos en San Juan que siguen sin clases.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Todo-un-curso-de-escuela-secundaria-todavia-no-puede-comenzar-las-clases–20220419-0094.html

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El maestro que investiga transforma su práctica docente

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

La disposición a cuestionarnos y buscar respuesta hay que desarrollarla de manera continua. Un verdadero profesional de la enseñanza no tiene por qué esperar instrucciones de los organismos supervisores para mejorar su práctica docente.

El pasado jueves 24 de marzo, por invitación de mi muy estimada amiga Sandra González, tuve un conversatorio con un “excelente grupo de jóvenes” que están estudiando para su licenciatura en educación en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Pensando en ellos escribo este breve ensayo, con el propósito de fortalecer una idea que deje “colgada” en las mentes y el corazón de ellos: la formación inicial docente debe ser capaz de prefigurar al maestro que tanto aspiramos y requerimos en nuestro país.

Motivado por esa idea, me anima a reflexionar y escribir acerca de la importancia de la investigación en la formación, como en el quehacer profesional, de todo aquel que quiere desarrollarse como un innovador y generador de aprendizajes significativos en el aula.

A ellos de manera especial, pero también a todos aquellos que actualmente están en su proceso de formación y, por supuesto, a los miles de maestros que están en las aulas haciendo de “tripa corazón”, para alcanzar ese sueño de muchos: que todos los niños, niñas y jóvenes adolescentes, como también, los jóvenes adultos, aprendan, desarrollen todas las competencias y habilidades que les demanda el mundo y la sociedad de hoy.

Parto del siguiente principio: un maestro que investiga tiene grandes oportunidades de transformar su práctica docente y, por tanto, para alcanzar los más altos niveles de logros de aprendizajes de sus estudiantes.

La investigación científica procura que encontremos respuestas distintas a las que la experiencia nos llega a creer. No se trata de restarle importancia a la experiencia, sino más bien, de encontrar evidencias que hagan posible ponderar nuevas posibilidades, tanto en el orden de las preguntas que debemos hacemos frente a la realidad, como de sus posibles respuestas alternativas.

La ciencia no es un saber dogmático, más bien probable, plausible, que siempre nos guía por el camino de construir nuevos conocimientos o fortalecer aquellos que son pertinentes. La investigación, desde esa perspectiva, abre puertas hacia la innovación pedagógica y, sobre todo, al convencimiento de que, así como cada estudiante es único, son únicos y característicos, cada grupo de estudiantes con que un maestro se vincula en el sagrado acto de educar. De ahí el binomio inseparable de investigar para innovar o innovar desde la investigación.

En los procesos de aprendizaje son múltiples los factores que inciden en su desarrollo, algunos referidos al propio sujeto-estudiante, como su percepción del clima del aula, su interés, motivación, valoración que tiene por la educación, además de la historia previa de aprendizaje, las capacidades desarrolladas y un largo etcétera que les dejo para su imaginación. Otro factor lo aporta el docente y que incluye, además de su motivación, el interés, las competencias y habilidades desarrolladas para enseñar, el dominio de lo que debe enseñar, las relaciones entre colegas por desarrollar buenas y novedosas prácticas docentes y otras muchas razones. El aula que genera dinámicas de relaciones que involucran a los sujetos fundamentales, maestros-alumnos, permite a su vez la aparición de otros factores importantes, como son las expectativas para aprender, la gestión efectiva del tiempo y de las oportunidades de aprendizajes, el sentimiento de valoración y aprecio, un ambiente positivo para aprender y, como esos, otros tantos aspectos que se derivan de las relaciones que le da sentido a la escuela y al sistema educativo.

Por supuesto, todos esos factores se relacionan y generan distintos ambientes de aprendizajes, algunos más favorables que otros, y que serán claves para el acto de aprender y enseñar.

En los estudios internacionales como nacionales que se han desarrollado en el país una evidencia se ha hecho notable. A pesar de que el factor predictor más potente para explicar los logros de aprendizaje de los estudiantes ha sido el quintil socioecómico en que estos y sus familias se ubican, siendo más bajos en los del quintil uno, es decir, los más pobres, sin embargo, aparecen escuelas en que dicha relación se invierte totalmente, es decir, que estudiantes del quintil más pobre muestra logros importantes. Por ejemplo, en el último estudio PISA, sale a relucir que el 12% de los estudiantes del quintil uno, su promedio en dicha evaluación está igual o por encima del promedio de aquellos que están en el quintil cinco, los más ricos. De la misma manera, en las evaluaciones diagnósticas nacionales en tercero y sexto de primaria, aparecen centros educativos del quintil uno cuyos promedios son tan altos como los del quintil cinco. Aún más, y hasta donde pude disponer de esos datos, que hay centros que muestran estos resultados tanto en las evaluaciones de tercero como la de sexto de primaria.

En mi acercamiento vivencial e investigativo que he desarrollado desde finales de los años ochenta, una evidencia es incontrovertible, el maestro es quien pone la diferencia, pues con sus capacidades, motivación, interés y gestión logran que los factores adversos pierdan el “poder” de sus efectos.

Como podrán imaginar, colocarse ante el aula y los sujetos convidados a ella como maestro e investigador, puede constituirse en una herramienta muy poderosa para lograr los propósitos de enseñar con calidad y propiciar aprendizajes, también de calidad.

Al través de la investigación-acción, el maestro como los directivos de los centros y otros docentes, pueden convertir la escuela en un espacio de innovación y desarrollo de buenas prácticas docentes y, por consecuencia, de altos logros de aprendizaje de sus estudiantes.

Los procesos educativos son muy dinámicos, como lo son los sujetos envueltos en ellos y, más aún, los contextos que actualmente vivimos en un mundo que cambia de manera continua en todos los sentidos.

Los niños, niñas y jóvenes adolescentes de hoy son muy distintos a los de ayer, están inmersos y son parte de un mundo y una realidad distinta, donde se están produciendo contantemente grandes cambios, tanto en la disposición como el contenido del conocimiento mismo. El maestro, en esas nuevas circunstancias, debe constituirse en un sujeto activo y propiciador de nuevas maneras de gestión de oportunidades para aprender. Incluso, la propia formación docente debe ser revisada desde esta perspectiva, so pena de seguir una ruta que solo conduce a la reproducción de viejos esquemas mentales de enseñar, y que hoy no muestran su utilidad en el ámbito de la enseñanza y de los aprendizajes.

Una gestión pedagógica que no sea capaz de estudiarse y valorarse profundamente tiene muy pocas posibilidades de transformación y cambio.

La escuela puede ser un buen laboratorio para responder múltiples preguntas de cotidianidad misma: ¿Qué aprenden y no aprenden mis alumnos y alumnas, y por qué? ¿Dónde están sus mayores dificultades? ¿Cuáles factores explican esos resultados? ¿Cuáles características tienen mis estudiantes que obtienen las mejores calificaciones?

Yo mismo, como maestro, ¿he desarrollado todas las competencias de lo que significa enseñar efectivamente? ¿Qué hacen los maestros de mi escuela o de mi distrito de aquellos estudiantes que tienen los mejores logros? ¿Cuáles estrategias docentes son las que producen mejores aprendizajes en las diferentes áreas disciplinares: lengua española, matemática, ciencias, etc.? ¿Cómo afecta el clima del aula y del centro los aprendizajes? Si las relaciones entre maestros, así como entre maestros y alumnos mejoran, ¿afectan de manera positiva los logros de aprendizaje? ¿Tener más o menos tareas para la casa cambia los aprendizajes de los estudiantes en matemática y otras áreas? ¿Fomenta mi escuela hábitos de lectura en la comunidad educativa? ¿Se producen cambios en los aprendizajes de mis estudiantes si los maestros intercambiamos de manera frecuente nuestras experiencias? ¿Qué características personales y profesionales tienen mis mejores maestros? ¿Experimenté yo mismo, como gerente de la escuela, cambios importantes en mi gestión por haber pasado por los talleres y cursos de formación continua?

Hay que estar dispuesto a estudiar y descubrir las brechas de la gestión institucional y pedagógica que producen cambios. Hay que disponerse a estudiar y analizar los problemas. Recoger, organizar y analizar evidencias, extrayendo conclusiones y recomendaciones que puedan ponerse en práctica.

La gestión docente en cualquiera de sus ámbitos: institucional o pedagógica, es una profesión fundada en teorías y principios científicos que deben ser continuamente revisados y analizados y, sobre todo, evaluados en su efectividad. La disposición a cuestionarnos y buscar respuesta hay que desarrollarla de manera continua. Un verdadero profesional de la enseñanza no tiene por qué esperar instrucciones de los organismos supervisores para mejorar su práctica docente. Eso es parte consustancial de su ser profesional.

El maestro investigador –innovador, es una alternativa para generar procesos de reflexión desde la práctica docente mediante la investigación – acción, que permita el desarrollo y fortalecimiento de una gestión de calidad.

No olviden nunca, si queremos nuevas respuestas, tendremos que hacernos nuevas preguntas

Fuente: https://acento.com.do/opinion/el-maestro-que-investiga-transforma-su-practica-docente-9047226.html

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México: ¿Cuándo termina el ciclo escolar 2021-2022?

América del Norte/México/22-04-2022/Autor(a) y Fuente: profelandia.com

La SEP destacó que será hasta el próximo calendario escolar 2022-2023 cuando se conozca el tiempo que durará el receso escolar del actual ciclo escolar 2021-2022.

Este próximo 25 de abril, los casi 24.6 millones de alumnos y más de 1.2 millones de docentes de Educación Básica, así como la matrícula de Educación Media Superior, de más de 4.9 millones de alumnos y 408 mil docentes en todos los subsistemas, reanudarán las actividades escolares luego del periodo de vacaciones de Semana Santa.

Según el calendario escolar 2021-2022, el 29 de abril se suspenderán la clases debido a las actividades de la sexta sesión ordinaria del Consejo Técnico Escolar (CTE).  Las próximas sesiones ordinarias del CTE son la séptima programada para el 27 de mayo, y la octava, que será el 24 de junio.

Del mismo modo, en lo que resta del ciclo escolar solo queda un día en el que habrá suspensión de labores escolares para celebrar alguna fecha cívica, en este caso, el 5 de mayo​ ‘Día de la Batalla de Puebla’.

Así también el calendario escolar vigente estableció cuatro los días de descarga administrativa, siendo el 17 de junio y 29 de julio de 2022 los días que restan por cumplir.

En ese sentido, el fin del ciclo escolar 2021-2022, está establecido para el próximo 28 de julio, con lo cual se cumplirá el mandato señalado en el acuerdo número 15/06/21 por el que se estableció dicho calendario escolar, el cual señala que debe contener un mínimo de ciento ochenta y cinco días y un máximo de doscientos días efectivos de clase para los educandos.

Cabe señalar que la Secretaría de Educación Pública (SEP) destacó que será hasta el próximo calendario escolar 2022-2023 cuando se dé a conocer el tiempo que durará el receso escolar del actual ciclo escolar 2021-2022.

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/cuando-termina-el-ciclo-escolar-2021-2022/

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Janire Lizárraga: «Los centros gueto están muy mal pero la segregación que hacemos intracentros está super normalizada»

Por:

  • Janire Lizárraga es una joven pedagoga burgalesa y gitana. Es la primera persona gitana con estudios universitarios de la ciudad de Aranda de Duero. «Estamos fatal si hemos tenido que esperar a 2018 para que hubiera una universitaria en Aranda», asegura ella al pensar en ser en referente de nada. Lizárraga defiende la necesidad de que el currículo escolar recoja la historia del pueblo gitano, que el profesorado esté formado en ella y en antirracismo y, además, que los centros lleven a cabo actuaciones educativas de éxito para mejorar las vidas académicas de los y las niñas gitanas.

El pueblo gitano lleva pisando la Península Ibérica 600 años. Su historia y la persecución que el Estado ha perpetrado hasta finales del siglo XX no es contenido curricular. O no lo era hasta ahora. El antigitanismo va entrar en el Código Penal en tiempo breve con las últimas reformas y se va a considerar a este pueblo como una minoría étnica. Todavía no lo es. Estas cuestiones, por ejemplo, en países como Rumanía ya están interiorizadas.

Hablamos de todas ellas con Janire Lizárraga. Ella es una mujer gitana, pedagoga que ha vivido en sus carnes ese antigitanismo tan normalizado en la sociedad española. Para ella hay pocas cosas tan malas para el paso de las niñas y niños gitanos por el sistema educativo que la separación por niveles y las adaptaciones curriculares. «Se les mete en compensatoria desde 1º de primaria muchas veces; no se les da la oportunidad de ver si son capaces o no de llevar ese ritmo de aprendizaje», asegura. Un signo más del antigitanismo del sistema, del paternalismo hacia estos críos. Frente a esto defiende altas expectativas educativas y la puesta en marcha de actuaciones educativas de éxito.

La historia del pueblo gitano se va a introducir en el currículo escolar, con la reforma de la Ley. No sé qué repercusión crees que puede tener esto en el alumnado gitano que está escolarizado.

Es un paso importante que, por supuesto, va a ser positivo para los niños gitanos y para el resto de niños porque, como comento en un artículo, cómo viven los niños gitanos, cómo vivimos en nuestra infancia nuestra identidad en las aulas está entre la invisibilización o estigmatización. Esto viene, en parte, de los compañeros y de los mismos profesores. Que ahora haya este paso, que haya materiales que se le envíen a los profesores y que se hable por primera vez con respeto de la cultura gitana y de la historia de nuestro pueblo es un paso importante. Estos materiales curriculares están muy bien, pero tienen que ir acompañados de más cosas.

También hay que tener en cuenta que muchos docentes, no todos, tienen prejuicios. Es nomal, vivimos en una sociedad racista. Sería necesario que estos mismos profesores recibieran formación antirracista y sobre historia del pueblo gitano. Por eso se habla de que igual, en las universidades, tienen que empezar a hablar de estos temas.

Está pendiente un cambio de los estudios de Magisterio y del máster de secundaria, aunque no sé si alguien está pensando en formación antirracista o sobre el pueblo gitano.

Yo creo que solo la gente que está implicada en estos temas, pero el resto de las personas no. Yo vengo de Pedagogía y los mismos profesores universitarios, cada vez que tocaban el pueblo gitano no era para bien, ni para concienciar ni para crear un poco de empatía. Era, de alguna manera, para poner sobre aviso a los educadores en relación a la población gitana. Eran mensajes horribles, llenos de prefjuicios: “Cuidado con las familias gitanas que son muy conflictivas” o “No exijáis lo mismo a un niño gitano que a un niño payo, porque no es capaz”.

Debería comenzar todo por reconocernos como minoría étnica y por reconocer el antigitanismo en el Código Penal

En general, desconocemos el nivel de antigitanimso que practicamos. Entiendo que lo tenemos tan interiorizados que no lo vemos. Me gustaría saber en qué situación estamos en este sentido.

Como tú dices, es algo tan normalizado y tan interiorizado que las personas que lo ejercen no son conscientes de que lo hacen y las personas que lo sufrimos, muchas veces tampoco somos conscientes. Estamos súper acostumbrados. Es un tema difícil.

Ahora, por ejemplo, está en marcha la subcomisión del Pacto de Estado contra el antigitanismo del Congreso. Entre otras cosas prevé introducir en el Código Penal el antigitanismo, como el antisemitismo, como agravante. Los gitanos llevamos en España 600 años, con una persecución histórica increíble y sigue habiendo una forma de discriminación específica contra nosotras y nosotros. Se debería empezar por ponerle nombre en el Código Penal, es algo que está penado y no se debe aceptar. Creo que crearía conciencia en la sociedad. Ahora hay una cierta ambigüedad porque no estamos siquiera reconocidos como minoría étnica nacional, ¿cómo va existir el antigitanismo? Debería comenzar todo por reconocernos como minoría étnica y por reconocer el antigitanismo en el Código Penal.

No sabía que no estábais reconocidos como minoría étnica, siendo históricamente la minoría étnica por definición en España…

Son cosas que están reconocidas por países a los que se les mira como súper racistas como Rumanía u otros países del Este. Ya lo tienen reconocido en el Código Penal el antigitanismo.

¿Qué significaría desde tu punto de vista?

Yo creo que supondría empezar a reparar la deuda histórica de todos esos siglos de persecución. Y empezar a ponerle nombre a lo que se vive en el presente. No solo es reconocimiento, sino muchas otras cosas que no quieren hacer.

¿En qué cosas estás pensando?

Reconocer a una minoría étnica ya se le considera que tiene capacidad de autonomía. Y aquí no creo que tengan ganas de reconocerle una autonomía.

Perdona porque no acabo de entenderlo, ¿qué supondría esa autonomía?

Intentar no caer en el asistencialismo. Al pueblo gitano se le mira desde los servicios sociales, sobre todo. Reconocernos la autonomía implicaría algo más que esa visión asistencialista; reconocernos derechos políticos, no un “tenemos que hacer algo con esta población pero como no tienen derecho a decidir qué hacer con ellos, decidamos nosotros qué hay que hacer”. Es una cuestión más de independencia. Deberíamos ser personas gitanas las que decidieran qué caminos seguir para lograr esa igualdad deseada. Hoy en días se limita a planes de servicios sociales y ya está.

No entiendo, la verdad, a quién se le ocurrió hacer educación compensatoria; si quieres que la gente esté al mismo nivel académico, no puedes exigirles menos

Yendo al terreno de lo educativo, has hablado de las expectativas de las que tiene el sistema educativo en relación al alumnado gitano. Expectativas de logro académico, de comportamiento… ¿Cómo interactúan esas expectativas, cómo afectan al alumnado gitano?

A mí lo que más me preocupa es la sobrerrepresentación en la educación compensatoria. Da igual el nivel académico o la capacidad que tenga el niño, se les mete en compensatoria desde 1º de primaria muchas veces; no se les da la oportunidad de ver si son capaces o no de llevar ese ritmo de aprendizaje. Cuando se les mete en compensatoria se pasan muchas horas fuera de su aula de referencia. No entiendo, la verdad, a quién se le ocurrió hacer educación compensatoria; si quieres que la gente esté al mismo nivel académico, no puedes exigirles menos. No se puede pretender que exigiendo menos a alguien dé más. Es el efecto Pigmalión, pero cuando se trata de alumnado gitano se hace por inercia, como que no pudieran hacer otra cosa. Como con las adaptaciones curriculares, es lo mismo, es lo más dañino. Por mucho que vayan muy bien con su currículo adaptado, no van a llegar a tener el mismo nivel que el resto de sus compañeros.

A parte del daño que les haga sentirse desplazados. Determinadas horas tienen que salir de sus aulas por esto… Es que las aulas de compensatoria son prácticamente las aulas del alumnado gitano.

Esto se relaciona con los diferentes niveles de segregación escolar: por una parte la creación de centros gueto y por otra, la separación por niveles dentro de los centros.

Los centros gueto están muy mal, ya lo sabemos. Pero la segregación que hacemos intracentros está super normalizada y no se ve mal.

Mezclar alumnado con diferentes capacidades, con diferente nivel, tiene mejor resultado académico para todos

Hablando con docentes a lo largo del tiempo, tal vez por falta de recursos o de formación, se defiende esta separación como forma válida de que el alumnado gitano y no solo, coja ritmo académico. Que juntar a los que tienen peor nivel facilita su mejoría en los estudios, a pesar de que, al menos hasta donde sé, no tiene ningún fundamento…

Ninguno, va en contra de las evidencias científicas. Es lo que nos dicen las actuaciones educativas de éxito y las comunidades de aprendizaje. Ya se ha visto que mezclar alumnado con diferentes capacidades, con diferente nivel, tiene mejor resultado académico para todos. Y no sé porqué está tan extendida esa creencia de que se debe separar al alumnado por niveles. Al final, el alumnado con menos nivel siempre lo conforman personas con pocos recursos, gitanos o inmigrantes, suele coincidir.

Igual el problema está en que en las facultades no se habla de estas actuaciones educativas de éxito. Yo intento hablar con profesores sobre ellas y me dicen que no tienen ni idea. Y son gente que está muy formada, que va a muchos cursos. Pero ¿cómo no conocen estas evidencias? Así estas creencias son muy difíciles de eliminar.

En relación a esto, te escuchaba hablar de la necesidad de que en los centros se utilizasen metodologías inclusivas para atender al alumnado gitano en particular, para todo el alumnado en general. ¿De cuáles hablas?

Las que están demostrando funcionar son las actuaciones educativas de éxito. A veces se hacen cosas por probar y puede que a corto plazo tengan algún beneficio pero no suelen ser positivas, la verdad. Intentando crear medidas inclusivas, a veces, produce el efecto contrario.

¿En qué estás pensando?

Hay medidas que intentan demostrar algo hacia el alumnado gitano, por ejemplo, en algunos centros se da clase de guitarra a los niños. ¿Para qué van a hacer eso? Los niños van a clase a aprender, si quieren tocar la guitarra ya les enseñarán en casa. No tiene sentido. Intentan hacer medidas inclusivas pero acaban siendo racistas.

El esterotipo del gitano flamenco es la idea que me viene…

Claro, pero eso ya lo tenemos en casa. No hace falta quitarnos horas lectivas para tocar la guitarra. Me acuerdo de un colegio de Valladolid que para no caer en el esterotipo de gitano flamenco, les enseñaban a los niños a tocar instrumentos más clásicos. También es un poco racista, un poco asimilacionista: “Ves, un gitano tocando un trombón, increíble”. No soy partidaria de ciertas medidas inclusivas. En cambio, las actuaciones educativas de éxito está super demostrado que funcionan, y para todo el mundo, no específicamente para el alumnado gitano. Para todo el mundo.

Se piensa que las familias no están interesadas o no tienen nada que aportar. Se prejuzga. Si se les tratara como al resto, ya sería un cambio

Pensaba en estas actuaciones educativas y en las familias gitanas. Otra de esas ideas comunes, como decías antes, que son conflictivas. ¿De qué manera se puede trabajar con las familias desde los centros educativos para que se sintieran parte?

Volvermos a lo mismo. Ya se ha desmostrado que el aprendizaje dialógico, o tratar a las familias con la misma validez que a cualquier otra, valorando sus aportaciones como las de cualquier otra persona, tienen buena acogida.
Las familias gitanas, cuando van a los centros educativos, suele ser para que les riñan por el comportamiento de sus hijos. Pues no esperemos a que se porten mal. He estado dos años trabajando en una asociación y muchas veces las profesoras evitaban hablar con las familias; me decían a mí lo que les querían hacerles llegar y me pedían que contactase yo con las familias. Querían evitar el contacto con las familias a toda costa.

Y si acordábamos una reunión, yo comentaba que había que contactar con las familias para ver cuándo podían venir. Que fuera yo estaba bien, pero teníamos que ir todos. Me decían que con que fuera yo era suficiente.

¿Esto es por miedo o por qué?

Creo que son prejuicios. Se piensa que las familias no están interesadas o no tienen nada que aportar. Se prejuzga. Si se les tratara como al resto, ya sería un cambio. Que se ponga el mismo interés en que vayan y que cuando lo hagan no solo sea para echarles la bronca sobre lo malos padres que son. Que su opinión cuente.

Otro de los temas recurrentes suele ser el de la falta de referentes para el alumnado gitano de personas que han conseguido determinados logros educativos. No sé qué opinas tú sobre la importancia de los referentes…

Yo creo que lo de los referentes es importante pero a veces se utiliza a las personas “referentes” como una especie de salvadores: “Mírales, aquí están y vosotros también podéis”. Bueno, no todo es voluntad en la vida. Y también es un peso para quien es referente: “Ponte ahí y motívale”. No es un problema de motivación, es un problema de qué tipo de educación reciben, de si van a un colegio segergado, de si son segregados dentro de sus centros. Que el referente está bien, por supuesto, pero tampoco hay que verlos como salvadores porque no lo son.

Referentes tenemos muchísimos. Y hoy con las redes sociales e Internet es muy fácil conocer personas del pueblo gitano que han hecho cosas increíbles. Yo creo que no tenemos falta de referentes; que son poco conocidos, desde luego, porque son invisibilizados por ser gitanos, pero los tenemos. ¿Quizá dentro de las escuelas hiciera falta más presencia de personas gitanas? Pues también.

Aquí pienso, por ejemplo, en Rumanía. Con la fama que tiene, desde hace muchos años se enseña romanó en las aulas, como quien enseña inglés. Son personas gitanas las que lo dan o son payas enseñadas por estas gitanas. Que en el centro educativo haya personas gitanas con cierto respeto del resto de la comunidad educativa estaría muy bien.

No todo es voluntad en la vida. No es un problema de motivación, es un problema de qué tipo de educación reciben, de si van a un colegio segergado, de si son segregados dentro de sus centros

Hablando de referentes… Tú eres la primera persona gitana de Aranda (tu población de nacimiento) con estudios universitarios. ¿Te has sentido tú alguna vez referente en este sentido para otras mujeres u hombres gitanos?

Esto siempre lo he sentido como que me daba pena. Me da pena, la verdad. Ser la primera gitana que accede a la universidad de Aranda, me da mucha pena. Estamos fatal (risas) si hemos tenido que esperar a 2018 para que hubiera una universitaria en Aranda. Y en Burgos ciudad también somos pocos. Me da mucha lástima porque representa en qué situación estamos.

Si tuvieras la capacidad de cambiar cosas para mejorar la situación de antigitanismo, ¿por dónde empezaría?

Empezaría en la formación en las universidades, en las de educación particularmente. Empezaría dando formación antirracista y de historia del pueblo gitano tanto a los profesores de universidad y al alumnado de estas facultades.
Y no sé por qué las actuaciones educativas de éxito son algo tan excepcional. Por qué no se han generalizado cuando se ha demostrado que tienen tan buenos resultados. No sé por qué se acepta que el sistema educativo no esté hecho o que fracase con determinados grupos de población. No sé. Es algo normalizado y se culpabiliza a la víctima de que el sistema educativo fracase con ellos.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/04/08/janire-lizarraga-los-centros-gueto-estan-muy-mal-pero-la-segregacion-que-hacemos-intracentros-esta-super-normalizada/

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Protocolos para la prevención del suicidio en los adolescentes: qué son y cómo funcionan

Por: Laura Román

El suicidio es un problema real que, en ocasiones, también afecta a los estudiantes. Conocer los protocolos de prevención destinados al ámbito educativo es clave para saber cómo actuar ante un caso de intento de suicidio.

Según el informe de UNICEF ‘En mi mente. Promover, proteger, y cuidar la salud mental en la infancia’, el suicidio es la quinta causa de muerte en el mundo entre los adolescentes de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años de edad. En España, y según el Observatorio del Suicidio en España, el suicidio es, después de los tumores, la principal causa de muerte entre la juventud española de 15 a 29 años.

Con estos datos sobre la mesa, y teniendo en cuenta el impacto que la pandemia ha tenido sobre la salud mental de la sociedad en su conjunto y de los estudiantes en particular, los centros educativos pueden ser una pieza clave para tratar de prevenir y evitar este problema entre el alumnado. Para ello, es necesario conocer y activar los protocolos para la prevención del suicidio.

La función de los protocolos para la prevención del suicidio en educación

En los centros educativos, este tipo de protocolos funcionan como una herramienta de información para todo el personal docente en torno a un grave problema que puede darse tanto en la infancia como en la adolescencia.

Son directrices que ya funcionan en algunas comunidades autónomas como AragónBalearesComunidad Valenciana o Galicia, y ejercen de guía para que los docentes conozcan las diferentes pautas de actuación si un estudiante se encuentra en esta situación. También promueven mecanismos de protección frente al alumnado y facilitan diferentes actuaciones de carácter preventivo dentro de la comunidad educativa. Es decir, tratan de aportar toda la información necesaria para actuar de forma rápida y eficaz ante un posible caso de intento de suicidio de un estudiante.

Protocolo para la prevención del suicidio en adolescentes

Así, y para entender fácilmente qué tipo de información ofrecen, nos fijamos, por ejemplo, en el caso de Aragón, uno de los más recientes. El documento se divide en diferentes apartados en los que tanto los docentes como el personal educativo pueden profundizar en esta problemática conociendo algunos de los conceptos asociados al suicidio, como ‘riesgo de suicidio’ (posibilidad real de llegar a hacerlo), ‘ideación suicida’ (pensamientos relacionados), ‘tentativa autolítica (acto fallido)’, ‘suicidio consumado’ o ‘autolesiones no suicidas’ (lesiones autoinflingidas sin intención suicida). Estos términos van acompañados de una serie de mitos en torno al suicidio como que no se puede prevenir, que las personas menores de edad no se suicidan o que hablar sobre este tema puede incrementar el riesgo, entre otras. Todos ellos desmontados con argumentos contrapuestos.

De esta manera, y en cuanto a la utilidad en las aulas, Miguel Guerrero, psicólogo y responsable de la Unidad de Prevención e Intervención Intensiva en Conducta Suicida (UPII) Cicerón del Servicio Andaluz de Salud, considera que estos protocolos contribuyen a reconocer explícitamente la magnitud y la importancia del suicidio en las aulas. “Además, es una herramienta de mucha utilidad ya que permite saber en todo momento cómo debemos actuar, qué tenemos que hacer y sobre todo qué no deberíamos hacer ante una situación de este tipo”, señala.

Cómo detectar, prevenir y actuar

La parte principal de estos protocolos se centra en la detección, prevención y actuación. En el caso del protocolo de Aragón, y en el apartado de la detección, se establecen una serie de factores de riesgo (personales, familiares, del entorno escolar y social) y señales de alerta verbales, como sentimientos de desesperación, comentarios relacionados con la muerte o expresiones directas sobre el deseo de quitarse la vida, entre otras, y no verbales como cambios en el comportamiento, descuido en la apariencia personal o dificultades en la concentración, la atención… que pueden ayudar al docente a identificar si algún estudiante está pasando por una situación de riesgo.

Guerrero coincide con las señales expuestas y afirma que la más evidente es “cuando el estudiante explicita sus pensamientos, ideas o intencionalidad suicida”. Aunque también destaca otras: se muestra retraído, triste o excesivamente ansioso, aislado, rechaza ir al centro escolar, abandona sus responsabilidades y baja su rendimiento académico de forma súbita o se percibe una conducta de agresividad, impulsividad u hostilidad desmedida por su parte. Para ello, añade que es importante “estar preparados y educados para poder sostener una conversación con un estudiante que está sufriendo de forma desesperada”.

En segundo lugar y en el apartado de prevención, se pone sobre la mesa la importancia del factor familiar, personal y del entorno social y escolar a través de una serie de estrategias que prevengan el problema. De este modo, adquirir competencias socioemocionales, disponer de relaciones de apego y de referencia dentro del entorno familiar o construir relaciones positivas con el profesorado son algunos de los ejemplos que ofrecen en el protocolo puesto en marcha en Aragón. Asimismo, en el ámbito educativo se considera relevante darle importancia a la educación emocional, la inclusiva o los programas educativos que refuercen la relación entre el estudiante y el docente.

Protocolo para la prevención del suicidio

En tercer lugar, los protocolos de prevención ante el suicidio establecen unas pautas y estrategias de actuación que, en el caso del documento aragonés, se dividen en dos grandes cuestiones: ‘¿qué no hacer?’ y ‘¿qué hacer?’ ante un posible caso de suicidio. En el primer apartado se muestran algunas acciones que no hay que llevar a cabo, como no tomar en serio las amenazas o la información del estudiante, ocultar información a la familia o no tratar de discutir ni criticar al alumnado. En el segundo apartado se establecen las actuaciones inmediatas (dependiendo de si hay un riesgo inminente o no), además de proponer una serie de actuaciones en el propio centro como proteger al menor evitando que se encuentre solo o la posibilidad de encontrar en clase recursos y teléfonos de ayuda, entre otras cuestiones.

Con toda esta información, ¿cuáles son las primeras acciones, y más inmediatas, que debe llevar a cabo un docente que identifica un posible caso de intento de suicidio en el aula? Para el psicólogo Guerrero resultan esenciales tres pasos: “Primero hay que acercarse a la persona y ofrecerle un espacio de seguridad y respeto en el que pueda expresar su dolor y las emociones que le están haciendo sufrir. Después hay que explorar la red familiar de apoyo del estudiante, animándole a que pida ayuda y exprese su situación a sus padres, hermanos, amigos…Y, en tercer lugar, es fundamental conectar al estudiante con la red de salud mental escolar y sanitaria para habilitar un apoyo, seguimiento o intervención especializada, si lo precisa, a la mayor brevedad posible”.

Ayudar a entender lo que ocurre

En definitiva, estos protocolos ayudan al personal educativo a conocer y entender todos los matices de la situación por la que está pasando el estudiante. Algo que puede ayudar, y mucho, a los jóvenes que lo necesiten.

Protocolo para la prevención del suicidio en adolescentes

Asimismo, y además de hacer uso de esta herramienta cuando se precise, también es esencial hablar con todos los estudiantes sobre el suicidio.“No debemos negar esta realidad en las aulas. Hay que hablar normalizando la salud mental, la importancia de la educación socio-emocional y las habilidades para resolver conflictos. Hablar abiertamente no aumenta el riesgo de suicidio sino todo lo contario, permite crear un clima sano en las aulas donde se pueda expresar el malestar emocional sin miedos ni rechazos”, afirma Guerrero.

Sobre la necesidad de hablar sobre ello también coincide Silvia Melero, periodista y creadora del proyecto Luto en Colores, facilitadora de talleres sobre el duelo y la muerte y del espacio ‘¡Conéctate a la Vida!’: “Las aulas son el reflejo de lo que pasa fuera, en las familias, en la sociedad, en el mundo que construimos. El simple hecho de abrir espacios en el aula para nombrar, hablar, visibilizar, tender puentes, caminos, escucha, herramientas de apoyo… ya es mucho. Los tabúes los tenemos los adultos, y se los pasamos a las siguientes generaciones. A los adolescentes les estamos pidiendo que hablen, que no se callen sus emociones y sus problemas, que pidan ayuda… Si al otro lado encuentran adultos que hayan hecho ese trabajo interno, tender esos puentes es más fluido porque hay menos barreras”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/protocolos-suicidio-adolescentes/

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El sadismo en la educación

Por: lahora.com.ec

Algunos sectores de la sociedad ecuatoriana siguen confundiendo educación con maltrato. Una polémica se desató luego de que, días atrás, trascendiera el caso del profesor de un colegio de Latacunga que cortaba arbitrariamente el cabello de sus estudiantes. Como ya sucedió en otras ocasiones ante incidentes similares, unos destacan los límites legales y éticos que deben respetar los docentes, mientras muchos defienden públicamente prácticas draconianas de ese tipo.

Es necesario erradicar esa enfermiza convicción de que la humillación y la represión guardan virtudes pedagógicas. Dictar comportamientos a los jóvenes por medio del tormento y la humillación solo siembra en ellos las peligrosas nociones de que la verdad se define por la fuerza y de que el poder tiene el derecho a imponerse con violencia. Los ciudadanos formados bajo esa filosofía recrean esos comportamientos y asocian jerarquía con represión; mientras más arriba en la escala, más derecho a agredir se arrogan.

Esta perversa cultura de dominantes y dominados, rebosante de sadismo encubierto, no le ha aportado en nada al país. Hay quienes hablan con nostalgia de ese pasado no tan lejano en el que la mal llamada educación contemplaba brutales tormentos, y olvidan que la inmensa mayoría de compatriotas, cuyos comportamientos critican, fueron justamente formados bajo esa cruel filosofía.

Debemos extirpar la violencia de la educación. No hay lección, lectura ni clase que valga si es que, al mismo tiempo, se enseña -con el ejemplo- a los estudiantes que poco valen los argumentos y la razón, sino que son el poder y la fuerza los que tienen la última palabra.

FRASES DEL DÍA

«Cuando crecemos nos sentimos un poco desleales. Sin culpa no hay crecimiento. Elsa Punset (1964), escritora inglesa 

«El poder cree que las convulsiones de sus víctimas son de ingratitud. Rabindranath Tagore (1861-1941), pensador indio

Fuente: https://www.lahora.com.ec/editorial/el-sadismo-en-la-educacion/

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