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Argentina: Volvió a la escuela de grande y a dos materias de terminarla ve truncado su sueño

América del Sur/Argentina/08-09-2023/Autoría y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Emiliano Quinteros asegura que no es el único con miedo a que levanten definitivamente el programa que le dio la posibilidad de culminar con sus estudios básicos.

Incertidumbre y temor gira en torno a los alumnos del Plan FinEs, quienes fueron comunicados hace algunos días que ya no podrían ni cursar ni rendir bajo dicho programa educativo. Emiliano Quinteros habló con Diario de Cuyo y dio un panorama de la complicada situación que atraviesan los estudiantes, quienes algunos les restan dos materias para culminar con el secundario. «Nos dijeron que no nos pueden dar ni un certificado con las materias que hemos rendido», comenzó preocupado.

El sanjuanino de 32 años, quien asistía todos los sábados a la escuela Timoteo Maradona para poder finalizar con los estudios que dejó cuando tenía 18 años con el objetivo de trabajar y hacer «algunas monedas», contó que el 26 de agosto fue el último día de cursado y el 31 de agosto rindió la antepenúltima materia que le quedaba del año. Pero ahora todo se vio truncado por la suspensión del programa que generó dudas entre los estudiantes.

Emiliano relató que cuando su hija comenzó el secundario, fue la chispa que encendió la mecha dentro de él para culminar con el secundario y poder darle un cierre a esa etapa de su vida. «Me anoté en el 2020 y con pandemia cursamos de manera online y los años posteriores fuimos presencial», contó.

También dijo que al no haber porteros ese único día que iban, les prestaban el salón de actos del establecimiento ubicado en Rastreador Calivar y Coll, en Rivadavia. «Juntamos plata entre los compañeros para poder comprar un pizarrón, ya que ahí no había y como soy metalúrgico, yo lo hice. Lo donamos a la escuela porque seguramente a más estudiantes les servía», manifestó.

Con ese entusiasmo, el grupo fue cursando, rindiendo materias y este año se notificaron que el programa quedó suspendido por falta de fondos nacionales y provocó una ola de incertidumbre, ya que muchos estaban a un paso de recibir su título secundario. «Tengo compañeros que están a dos materias como yo y no les quieren dan un certificado de cursado o las materias que han rendido y pueden perder el trabajo, ya que desde algunas empresas, les exigen el nivel secundario y les dieron un tiempo para completarlo», resaltó.

Dos materias lo separan a Emiliano de su objetivo y si bien asegura que no lo toma como tiempo perdido lo que aprendió desde que retomó los estudios, asegura que volver a hacer los mismos años en otro plan educativo complicaría a muchos compañeros como él que trabajan para mantener una familia.

La decisión que tomaron los estudiantes fue empezar a contactarse entre los diferentes establecimientos en donde se dictaba el plan FinEs y crear un grupo para juntar firmas o avanzar en una solución para que quienes estén a pocas materias de recibirse, puedan terminar o que les validen los años cursados en otro programa.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Volvio-a-la-escuela-de-grande-y-a-dos-materias-de-terminar-la-secundaria-vio-truncado-su-sueno-20230904-0036.html

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Embarazos y escuelas

Por: Tahira Vargas García 

Las adolescentes y niñas que están embarazadas y se encuentran asistiendo a las escuelas sufren el estigma y la discriminación porque se considera que ellas son “un problema”.

Recientemente en las redes sociales se desató una polémica alrededor de la obra de Jorge Pineda destacado artista dominicano fallecido en febrero de este año. La obra elaborada en el año 2014 se expuso en la Bienal de este año y presenta a una maniquí de una niña embarazada con el uniforme de las escuelas públicas con la intención de visibilizar la normalización de una realidad que afecta a la niñez y adolescencia en nuestro país.

La existencia de un escándalo en las redes alrededor de la obra muestra a una parte de la sociedad que busca esconder una realidad que esta presente en los centros educativos que no se previene, pero tampoco se integra y que su visibilización se entiende como promoción. Mucha gente reacciono de forma distorsionada al objetivo de la obra entendiendo que estos maniquís existían en las tiendas y que con ello se buscaba promover el embarazo en la adolescencia y en la niñez.

Lamentablemente en nuestro sistema educativo existe una población de niñas y adolescentes embarazadas fruto de abusos sexuales, incesto y en algunos casos embarazos deseados en la adolescencia.

Las adolescentes y niñas que están embarazadas y se encuentran asistiendo a las escuelas sufren el estigma y la discriminación porque se considera que ellas son “un problema”. Se les mira con desprecio y se busca la manera de esconderlas muchas veces negando que existen o tratando de que cuando terminen el año escolar o el embarazo no regresen a la misma escuela, sino que pasen al programa de educación para adultos lo que viola sus derechos como niñas y adolescentes.

El embarazo en la adolescencia no debería existir, pero existe.

Estas prácticas de exclusión están sostenidas en la negación de la realidad y en las barreras a la creación de alternativas para integrar a niñas y adolescentes que de manera forzada se han convertido en madres a sus aulas con facilidades de espacios de cuidado en las comunidades para que continúen sus estudios en los mismos centros donde estaban estudiando desde un trato igualitario como niña y adolescente.

El sistema educativo debe incluir en el perfil de la población que tiene en sus aulas a una población masculina y femenina que son padres y madres adolescentes lo que implica integrar en el currículo el cuidado en todas sus dimensiones para una población que no cuenta con herramientas para ello pero que vive esta realidad.

El embarazo en la adolescencia no debería existir, pero existe. El sistema educativo no ofrece herramientas ni una educación sexual integral sólida y consistente desde el ciclo primario para una población infantil y adolescente que está continuamente expuesta a riesgos de abuso sexual, incesto, explotación sexual y el ejercicio de prácticas sexuales diversas.

Mantener a la población infantil y adolescente que “la embarazan” o “se embarazan” en los centros educativos favorecería a que se le ofrezca empoderamiento y capacitación para que se pueda convertir en facilitadora-multiplicadora de procesos de educación afectivo-sexual de prevención  desde la estrategia de pares sostenidos en el contexto social que han vivido y viven cotidianamente con mirada a las situaciones  de riesgo de:  abuso sexual, explotación sexual, incesto desde sus derechos incluyendo a población femenina, masculina y no-binaria.

Los vacíos en el abordaje transparente y responsable de la realidad afectivo-sexual y de los distintos riesgos que vive la población infantil y adolescente en los centros educativos, en las familias y en las comunidades provoca total desprotección de esta población y grandes brechas generacionales que se convierten en violencia, maltrato y violaciones de derechos.

 Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/embarazos-y-escuelas-9242204.html

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La escuelas de Palestina en huelga contra las políticas de Israel

Por: Tercera Información

  • Varias escuelas palestinas en la zona ocupada de Jerusalén Este mantienen hoy una huelga indefinida para denunciar medidas arbitrarias adoptadas por las autoridades municipales israelíes contra los estudiantes.

El Comité Central de Padres de las Escuelas del barrio árabe de Jabal al-Mukaber afirmaron que la medida continuará hasta que sus demandas legítimas sean atendidas.

Estas incluyen la reubicación de los estudiantes de dos planteles debido al mal estado y la presentación de un plan de acción para construir nuevas instituciones educativas, señaló la agencia oficial de noticias Wafa.

La huelga resalta los desafíos que enfrentan los estudiantes y padres palestinos en la Jerusalén ocupada debido a las políticas racistas israelíes, subrayó la fuente.

El pasado año las escuelas palestinas en esa zona cerraron sus puertas por otra huelga general en rechazo a los intentos de Israel de imponer el plan de estudios de ese país y cambiar los libros de textos.

El Ministerio de Educación israelí revocó en julio de 2022 la licencia a seis centros educativos en Jerusalén Este por un período de un año al considerar que impartían un discurso contra su país.

Argumentó que esos planteles usaban libros que incluían “la glorificación de los prisioneros (palestinos) y su lucha armada contra el Estado de Israel”.

Los textos culpaban a nuestra nación por la crisis de agua en la zona y denunciaban “asesinatos, desplazamientos y masacres militares”, afirmó esa cartera en un comunicado.

En respuesta, el gobierno palestino condenó la decisión al estimar que era otro paso más en la estrategia para judaizar la ciudad.

La cancillería subrayó que esa disposición busca imponer el currículo israelí y la narrativa colonial en los centros de enseñanza a los ciudadanos de Jerusalén.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/03/09/2023/la-escuelas-de-palestina-en-huelga-contra-las-politicas-de-israel/

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Dime cuánto mides y te diré quién eres (extrañas variables en el desempeño escolar)

Por: Andrés García Barrios

La formación por hileras y estaturas es parte de un conjunto de tácticas de control que dio comienzo a finales del siglo XVIII, cuando el filósofo alemán Jeremy Bentham desarrolló el concepto de panóptico, presente hasta la actualidad en prisiones, hospitales, y por supuesto, en escuelas.

Hace algunos meses prometí en este mismo espacio que escribiría sobre la relación de la pedagogía con el giro de las perillas en las puertas de los consultorios médicos. Era un chiste, claro está. Un chiste hecho sólo con la intención de reafirmar que la educación tiene que ver con todo lo que existe en este mundo. Sin embargo, en ese momento no imaginé que un día, entre mis artículos, vendría éste que escribo ahora, y cuyo título original podría ser parte de la misma lista que aquél: La estatura de los estudiantes como determinante de su desarrollo escolar. En este caso, no era un chiste.

El asunto empieza con la siguiente anécdota.

Hace no mucho me hallaba platicando con un par de amigos de la primaria en una reunión de generación escolar. Los tres rebasábamos el uno ochenta de estatura.

.─ ¿Se dan cuenta ─dijo uno de ellos, Gonzalo─ de que nosotros tres seguimos siendo amigos cercanos porque hace cincuenta y tantos años, el día en que entramos a la preprimaria, la maestra formó a nuestro grupo por estaturas, y nosotros tres quedamos hasta atrás de la fila, juntos?

Nunca lo había pensado. Gonzalo y Alan, el tercer amigo, fueron en efecto dos de los compañeros con los que mantuve más comunicación durante aquellos años de primaria y secundaria, y unos de los que más marcaron mi desempeño escolar. Conocí a sus familias, frecuenté sus casas y nuestra amistad tuvo que ver con casi todo lo que me ocurrió en el colegio en aquellos años.

Todo por ser altos.

El hecho de coincidir en las filas puede parecer azaroso, pero tiene su historia. Formar a los niños y niñas en hileras por estaturas no es sólo la útil ocurrencia de alguien. A todos nos parece lógico y hasta natural que la directora desee dominar con la vista a cada uno de los estudiantes; incluso sin problema podemos imaginar a nuestros ancestros primitivos recurriendo a esta tipo de estrategias al dirigir grupos. Pero no. Hasta donde entiendo, la formación por hileras y estaturas es parte de un conjunto de tácticas de control que dio comienzo a finales del siglo XVIII, cuando el filósofo alemán Jeremy Bentham concibió un modelo de prisión en el que los guardias ocupaban un puesto central desde el cual podían vigilar a los presos, ubicados en celdas a su alrededor. El concepto se llamaba panóptico y de ninguna manera fue algo trivial. Como modelo de prisión se llevó a la práctica escasas veces, pero como concepto de vigilancia y control materializó una mentalidad omnipresente en la época, la cual se extiende hasta nuestros días. Según el filósofo francés Michel Foucault el concepto/modelo de Bentham está presente en la sociedad moderna en prisiones, hospitales psiquiátricos, cuarteles y por supuesto, escuelas, pero también de forma oculta en todas nuestras concepciones del mundo (los foucaultianos actuales no vacilan en estudiar el fenómeno de Google y las redes sociales con este mismo enfoque, delatando la hipervigilancia a la que todos somos sometidos por un poder tan objetivo como interiorizado).

Suena exagerado (y seguramente lo es, como toda posición filosófica), pero al menos yo puedo aceptar la agudeza de este pensamiento con sólo imaginar lo siguiente: es el inicio del día en una primaria de gobierno como todas; la directora da un anuncio a niñas y niños, no desde un sitio central y en alto sino desde cualquier lugar del patio, a ras de piso, mientras los chavitos la escuchan, no formados en filas ni por estaturas sino acomodados a su antojo en pequeños o grandes grupos, de pie o sentados, dondequiera. Todos ellos están atentos, escuchando ─o al menos en silencio─, y cuando la maestra acaba de hablar, se encaminan a sus clases.

Fin de la fantasía.

En esta utópica imagen todo es igual a nuestras escuelas de hoy, salvo que en ella la directora no ha tenido a la vista a todos y cada uno de sus estudiantes; ahora bien, ese solo detalle es tan determinante que, para mí, sólo podría ocurrir en una sociedad por completo distinta a la nuestra: calles distintas, casas distintas, transporte distinto, personas relacionándose de maneras distintas, vistiendo incluso ropa diferente, y por supuesto, todo ello en tal contacto con la naturaleza que en sus ciudades proliferarían ventanas como la de ese edificio de la ciudad de México de la que emerge un árbol.

El orden escolar actual tiene sus fortunas, como la mía de haber coincidido con aquellos dos amigos. Pero no podemos negar que, a muchos estudiantes, la rigidez de “detalles” como el de las estaturas les afecta duramente. Hablo de “detalles” y por el momento sólo me estoy refiriendo a la planeación logística y dejando de lado otros órdenes más hondos que influyen en los satisfactores básicos de los niños (si la formación por estaturas determina tantas cosas, no quiero ni pensar las consecuencias de haber nacido en cierto medio social, de asistir a ciertas escuelas, de tener acceso a ciertos alimentos, de vestir de determinadas formas…).

Sin tener que entrar todavía en estas profundidades, puedo extenderme un poco y platicarles otra anécdota que deja ver cómo esto de la mirada panóptica crece hasta invisibles horizontes. Para hacerlo, es momento de comentar un rasgo del modelo original de Bentham, que no mencioné antes: resulta que en éste, las ventanas del puesto del vigilante están hechas de un material que le permite a él ver a los presos sin que ellos lo vean, e incluso sin que sepan si en realidad se encuentra en su puesto, observándolos, o si ha abandonado el lugar para irse a casa. De esa manera, el vigilante se convierte en una especie de mirada omnisciente que los presos interiorizan y que cargan siempre sobre sí (además, como el vigilante puede o no estar ahí físicamente, el panóptico significa un gran ahorro en sueldos de personal para la institución carcelaria).

Pues bien, mi segunda anécdota, que tiene que ver con esto, es la siguiente. Resulta que en mi escuela, como en tantas otras, los niños éramos divididos en grupos que se identificaban con letras, en mi caso AB y C. Todos sabíamos que los alumnos del A eran los más aplicados y mejor portados (puedo decir que en mi recuerdo eran también los más peinaditos); en el otro extremo, los del C éramos los más inquietos, los menos aplicados e incluso los menos dotados académicamente (y claro, los menos preocupados por permanecer peinados); los del B eran un nivel intermedio entre ambos. Está de más decir que cuando se trataba de concursos académicos entre los tres grupos, ganarles a los del A e incluso a los del B, significaba para los del C (o para mí, al menos) sobreponernos a una especie de humillación siempre latente.

Pues bien, no hace mucho tuve la oportunidad de platicar con uno de los directores de aquellos años. Para mi enorme sorpresa, me contó que los grupos siempre habían sido conformados al azar, sin que mediara ninguna característica personal en las decisiones: nada de mayor capacidad intelectual, ni medios sociales distintos, ni diferencias de comportamiento: ¡nada! Todo eso era ─me dijo─ una especie de mito que corría de forma inevitable entre los estudiantes y que los hacía autoclasificarse de esa manera, provocando conductas como las que describo.

¡Quién sabe cuántas cosas habrá determinado aquel “detalle” en nuestras vidas! Debo decir que todavía mantengo un chat de amigos con aquella generación, y en él aún aludimos a esas diferencias. Lo hacemos con humor, pero hay amigas y amigos que recuerdan, por ejemplo, su paso por el grupo A como una experiencia angustiante, de competencia feroz, depresión y estrés constantes. Por otra parte, si doy mi testimonio como alumno del C, debo confesar que no puedo dejar de asociar esta letra con ser flojo y un poco tonto (lo cual, por otra parte, siempre me abrió grandes oportunidades de diversión).  La mirada omnipresente del panóptico foucaultiano sigue de alguna forma dentro de mí.

*

¿Cuántas arbitrariedades como esas unen y separan a los niños? ¿Por cuáles caminos prestablecidos llegan a conocerse unos a otros, o a desconocerse? ¿Cuántos prejuicios operan para que decidan a quién quieren acercarse y a quién no, configurando no sólo el universo social que los acompañará por largo rato sino distorsionando el sentido mismo que tiene y tendrá en sus vidas el tomar decisiones? Una tercera historia personal me permitirá darles la vuelta a estas preguntas e intentar responderlas de forma positiva, buscando una salida a esas rutas inconscientes que determinan nuestras relaciones y comportamientos. Se trata de un ejercicio que un grupo de personas llevamos a cabo hace muchos años en una escuela de la Ciudad de México. Formaba parte de un amplio proyecto llamado Taller de Integración, que habíamos creado con la simple intención de apoyar la convivencia entre estudiantes de cuarto y quinto grados de primaria, y de explorar prácticas de comunicación e inclusión. Mediante charlas, juegos y dinámicas de grupo, aspirábamos a aportar nuevos canales de encuentro entre niños que se mantenían separados entre sí por motivos de los que ellos mismos no eran conscientes.

El ejercicio en cuestión consistía en trazar una raya al centro del aula, con los niños colocados en torno. Los maestros hacían una pregunta: “¿A quién le gusta la música?”, y en vez de decir “A mí”, los niños debían colocarse sobre la raya. Era una forma de crear efímeros grupos con quienes estaban unidos por esa característica. Si bien al principio las preguntas convocaban a un montón de niños a ir a la línea, poco a poco apuntaban hacia inclinaciones menos comunes (¿a quién le gusta pintar?, ¿a quién le gusta tener momentos de soledad?) hasta aludir a condiciones íntimas (¿quién ha perdido a un ser querido?, ¿quién siente enojo con frecuencia?). Los niños sobre la raya formaban ahora grupos más reducidos, y teníamos la esperanza de que algunos pudieran identificar coincidencias que los unían con compañeros que no eran sus amigos, o a los que rechazaban, o incluso con quienes tenían una relación de bullying. Recuerdo bien que una de nuestras principales dudas era hasta dónde podíamos llevar las preguntas sin violentar la intimidad de nadie.

Años después tuve la fortuna de ver repetido este ejercicio ─que, por cierto, no habíamos inventado nosotros─ en un experimento social en el que ocurría lo mismo, sólo que con mayor cantidad de gente, toda adulta. El objetivo era evidenciar las coincidencias que había entre habitantes de distintas zonas de una ciudad conflictiva. En un inicio los participantes formaban seis o siete grupos, unidos por edad o por medio social, no recuerdo. Comenzadas las preguntas, los grupos se iban disolviendo para formar otros con nuevas características (los que eran hijos únicos, los que habían perdido un hermano, etc). Resultaba conmovedor ver a toda aquella gente desplazándose por el gran salón para formar conjuntos con nuevas e inesperadas diversidades. De todo aquello tengo dos recuerdos entrañables: la imagen de un motociclista gigantón, vestido de cuero oscuro y con todo el cuerpo tatuado, agachándose para recibir el abrazo de una anciana de aspecto tímido y conservador, y llorando juntos por haber coincidido en no sé qué pregunta. La otra imagen conmovedora fue la de un chico que recorrió el escenario, él solo, para colocarse tímidamente al centro, único participante que respondía a la pregunta: “¿Quién de ustedes es bisexual?”

Creo que es un ejercicio que todos deberíamos hacer en nuestras comunidades. La educación que yo quiero lo incluye definitivamente. No sé a ciencia cierta si esta interacción puede abrir ventanas oxidadas en nosotros y hacernos pensar y actuar distinto. Quiero creer que la anciana y el motociclista nunca volvieron a ser los mismos después de aquel abrazo; que al verse uno reflejado en otro, ambos derrumbaron grandes prejuicios sobre sus diferencias. Quiero también pensar que alguno de nuestros estudiantes del Taller de Integración se dio la oportunidad de acercarse a algún compañero “desconocido” después del juego aquel. Quiero creer que dinámicas como ésta pueden abrir vías de solución a problemas, por ejemplo, al bullying, el cual presumiblemente opera cuando una persona no se quiere ver reflejada en otra.

Tal vez este ejercicio no sea suficiente para revelar a los participantes que llevan dentro de sí una mirada vigilante que los persigue y los induce a creer ciertas cosas. Para mí, bastaría con que les permitiera vislumbrar que nuestros atributos y experiencias están más repartidos de lo que creemos, y les dejara sospechar que los seres humanos estamos más unidos unos con otros que con ese deber omnisciente que se la pasa vigilándonos.

Quisiera, en última instancia, volver al inicio de este texto y pararme frente a aquellos niños de mi preprimaria para gritar con voz tierna y firme: ¡Rompan filas! Algunos de ellos se quedarían con sus amigos recién conocidos, pero otros seguramente se irían a rondar por ahí, atraídos por una mirada, una sonrisa o una estatura diferentes.

Todos se sentirían súbitamente libres. En nuestro mundo hipervigilado, eso resultaría un respiro insondable.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/el-modelo-panoptico-en-las-escuelas/

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Educación superior: Reanudación del curso escolar y novedades del próximo período lectivo. Cuba

América Central/Cuba/08-09-2023/Autoría: Randy Alonso FalcónOscar Figueredo ReinaldoYunier Javier Sifonte DíazClaudia Fonseca SosaRogelio Carmenate/Fuente: www.cubadebate.cu

Este martes, en la Mesa Redonda, el Dr. Walter Baluja García, ministro de Educación Superior, dialogó sobre varios temas relevantes relacionados con el reinicio del curso escolar en las universidades cubanas.

Durante la conversación, se abordaron las prioridades de nuestra educación superior, los exámenes de ingreso, el fomento de la ciencia y las adaptaciones que se realizarán en los próximos cursos.

Al iniciar el programa radio-televisivo, Baluja García relató que cursó estudios en Telecomunicación y Electrónica en la Universidad Tecnológica de La Habana, más conocida como la Cujae, y años más tarde decidió quedarse trabajando en este centro de altos estudios asociados a proyectos de redes de computadoras y de datos de esa universidad.

En el año 2002 comenzó a dirigir el departamento docente que tenía una maestría de muy alta aceptación en aquellos momentos, comentó el ministro.

“Se relacionaba con la telemática, la cual unía lo que se planificaba en los proyectos con la enseñanza de postgrado. Esto tiene una gran vinculación con la visión del Comandante en Jefe de vincular la formación de la educación superior con las actividades prácticas”.

Más adelante alcanzó el grado de doctor en el área de ciberseguridad, ocupando en el año 2009 el cargo de decano de la Facultad de Energía Eléctrica de la Cujae. “Durante esos años pasamos por varios procesos de acreditación bien rigurosos. Otro aspecto a destacar es que esta facultad cuenta con varios centros de investigación que tributan a la aplicación de la ciencia en la solución de los problemas de estas ramas del saber”.

Años más tarde, asumió como vicerrector para atender las áreas de informatización y telecomunicaciones de la universidad, cargo que ocupa posteriormente en el Ministerio de Educación Superior. “Fue un momento complejo, pues nos encontrábamos en medio de la interconexión por fibra óptica de los centros. También era el momento de la integración.

«En el año 2018 comienzo a dirigir la Universidad de Ciencias Informáticas y durante esos años tuvimos la oportunidad de crear la carrera de Ciberseguridad, así como consolidar el técnico superior de Seguridad y Administración de Redes. La UCI durante la etapa de la covid se convirtió también en un gran hospital, llegando a tener 2 400 camas”.

Valoró como un gran reto la tarea de ser ministro de Educación Superior del país y destacó el papel de sus antecesores en la conducción de este ramo. “Vamos a hacer todo lo que está a nuestro alcance, con el acompañamiento de toda la comunidad universitaria, por honrar esa labor de servidor público que nos corresponde. Que esta enseñanza tenga cada vez más calidad y sirva a los objetivos de desarrollo que tiene el país”.

Al comentar sobre el desarrollo del curso escolar, comentó que fue un periodo muy importante, pues se desarrolló en condiciones de pospandemia, “retornando a la actividad habitual del sistema educativo cubano. Desde el curso 2018-2019 no teníamos un periodo lectivo de 42 semanas. Este paso era fundamental, pues nos permitió recuperar la presencialidad sin demeritar las buenas prácticas adquirida durante este periodo, en la cual se aplicaron variantes con el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones”.

Este curso será propicio para estabilizar la labor de nuestros procesos. “Retornar al punto en que nos encontrábamos antes de realizar todos los ajustes por la pandemia. Recordar que tuvimos 42 centros de aislamientos con más de 50 000 pacientes”.

Sobre el curso escolar iniciado en 2022, dijo que su contexto es muy retador. “La experiencia del uso de las TIC nos ha ayudado en situaciones de semipresencialidad en varias carreras y diferentes universidades a continuar el proceso docente, sin que esto signifique una pérdida de la calidad”.

Subrayó que en el presente curso, la Educación Superior cubana exhibe 112 carreras y 58 técnicos superiores de ciclo corto. “La educación superior tuvo sus particularidades, pero no se detuvo en su desarrollo”.

Cursos por encuentros

Al responder a una pregunta sobre los cursos por encuentros y las posibilidades de formación durante toda la vida que ofrece en estos momentos el sistema de educación superior en Cuba, el ministro dijo que “los cursos por encuentros son una fortaleza”.

Esta modalidad de estudio “brinda oportunidades de superarse y alcanzar una carrera universitaria a las personas, cuadros y dirigentes a nivel territorial que están desempeñando tareas importantísimas”.

Afirmó Walter Baluja que estamos convocados por la máxima dirección del país a “dominar herramientas para el trabajo científico, para aplicar la innovación a la solución de nuestros problemas”.

“Estamos conscientes de que el curso por encuentro es otra oportunidad más, otra puerta más, de formación continua”.  

El ministro comentó que actualmente de los más de 264 000 estudiantes de la educación superior, la mayor parte están vinculados a los cursos por encuentros. “Unos 120 000 son estudiantes del curso diurno donde el MES y Minsap tienen su mayor peso, más de 10 000 están ubicados en la educación a distancia, y el resto en cursos por encuentros”.

Destacó que en los cursos por encuentros, los centros universitarios municipales desempeñan un papel clave. “Estos centros son fruto de otra idea de Fidel durante la Batalla de Ideas, que ahora toman mayor importancia, no solo por la función que realizan en la formación profesional universitaria, sino también en las ofertas de posgrado, en la aplicación de la ciencia y la innovación, así como en el desarrollo local”.

“Es tener la universidad en el municipio; una oportunidad que tenemos que aprovechar y a la que estamos dándole seguimiento para fortalecerlos”.

En ese sentido, comentó que la situación de los centros universitarios municipales se llevó al más reciente periodo ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde se subrayó el trabajo que realizan en la gestión del gobierno basado en ciencia e innovación en los territorios, en los municipios, en las provincias.

Campamentos y cursos de verano

En otro momento de la Mesa Redonda, el ministro de Educación Superior se refirió a los campamentos y cursos de verano que ofrecen las universidades cubanas.

“La idea de los campamentos de verano se basa en experiencias anteriores. Reúne jóvenes de diferentes edades, de diferentes procedencias en cuanto a organizaciones e instituciones, y los pone a trabajar juntos en tareas productivas, los lleva a las comunidades, a realizar labores sociales extremadamente sensibles. También los lleva a sitios históricos, a practicar deportes y expresiones artísticas. Son experiencias enriquecedoras”.

Consideró, además, que las familias de amigos que se crean en esos campamentos de verano, son la garantía de que esos jóvenes continúen trabajando –y aportando– de conjunto, en sus sectores, por su desarrollo, y por la base de sus organizaciones.

En las universidades del MES y de otras instituciones del país alojamos a más de 3 000 jóvenes para los campamentos de verano. “Ha sido una experiencia magnífica, no obstante, ciertamente hay que hacer algunos esfuerzos adicionales, siempre con el acompañamiento de los gobiernos de los territorios y con las autoridades políticas de las diferentes provincias”.

En cuanto a los cursos de verano, Walter Baluja dijo que son una tradición y una de las actividades más importantes que se realizan en nuestras universidades. “Brindan la posibilidad de que a través del posgrado los profesionales se sigan superando”.

De acuerdo con el ministro, “se incentivan cada vez más los cursos de verano para los estudiantes del pregrado, de manera tal que se puedan complementar contenidos, se pueden preparar para los exámenes que tienen pendientes o para las materias que van a recibir en el próximo periodo o en el próximo curso”.

También destacó que no se pierde nunca la vinculación con las tareas de impacto. “Más de 7 000 estudiantes nuestros estuvieron vinculados a las tareas de impacto durante este periodo vacacional, y realmente eso siempre tiene muy buena acogida en las comunidades y tributa muy bien a la formación integral de esos estudiantes”.

Comentó que como parte de las actividades realizadas por la educación superior en la etapa de verano, en la segunda quincena de agosto una delegación de la Universidad de Cultura Física y Ciencias del Deporte participó en un festival deportivo en Ekaterimburgo, Rusia. “Competimos en cinco deportes, con resultados destacados”.

Asimismo, “estuvimos preparando el próximo curso 2023-2024, el cual fue un trabajo intenso por parte de la comunidad universitaria”. “Desde ayer se continúa en el segundo periodo del actual curso, lo cual nos coloca en un punto diferente para seguir avanzando en los retos que tiene la educación superior”.

Logística para el actual curso

Sobre los temas de infraestructura de las universidades y el transporte para la movilidad de los estudiantes, Walter Baluja argumentó que están garantizadas todas las condiciones logísticas esenciales para el curso.

Señaló que la pandemia de covid-19 y su enfrentamiento impactaron en la infraestructura de las universidades, en algunos casos porque los locales estuvieron cerrados y en otros porque se sobrexplotaron para poder atender la emergencia sanitaria.

“En varias instituciones esa infraestructura se ha ido recuperando poco a poco, primero con el apoyo presupuestario que eso requiere, a partir de la asignación de los organismos competentes y aprobado por la dirección del país y por la ANPP.

“Ejecutar esos presupuestos es complejo también en la situación actual, y allí los gobiernos territoriales han jugado un papel muy importante. No son pocas las autoridades de las provincias y del Partido que se acercan a las autoridades del MES para gestionar la solución a determinado problema que tiene la universidad de su territorio”.

Por otra parte, el ministro comentó las prioridades para el segundo semestre del actual curso escolar en la preparación, en la formación, en la vinculación con la sociedad de las universidades cubanas.

Explicó que los principales cuadros del MES realizan en estos momentos un recorrido por las instituciones de la educación superior para evaluar el aseguramiento para el desarrollo con calidad de las actividades del segundo periodo del curso.

Asimismo, al decir de Walter Baluja, se le dedica un tiempo a atender otras situaciones que tributan al cumplimiento de nuestra misión, incluyendo un chequeo de la base del cumplimiento de los objetivos estratégicos de cada institución.

Retos para el actual curso

De acuerdo con el ministro, existe un grupo de retos importantes para el actual curso.

“Tenemos las pruebas de ingreso que dan acceso a la educación superior que, como está planificado, se van a desarrollar en el mes de octubre, en su primera ronda de exámenes. Eso lleva un esfuerzo organizativo, académico y logístico muy grande, que hemos discutido en los espacios correspondientes, para garantizar que una vez más los exámenes le den la tranquilidad que necesita nuestra población, que los estudiantes puedan realizarlos con la preparación adecuada”.

El ministro agregó que “tenemos la convocatoria también, por mandato de la Asamblea Nacional, a trabajar de conjunto con el resto de los organismos formadores –coordinados en este caso por el MES– en la Ley de Educación de país, que está en el cronograma legislativo para 2025”.

Otro reto está vinculado con los estudios de posgrado, con una propuesta que estamos preparando sobre la gestión de becas de doctorado en el país, con los recursos que aportan las instituciones y el sistema empresarial”.

Sobre este tema señaló que “siempre la formación de posgrado en el exterior ha tenido un espacio en las relaciones internacionales de todas las instituciones de la educación superior del país”.

El ministro calificó de reto importante el análisis de las experiencias vividas en estos cursos y cómo vamos a adoptar el calendario docente para la educación superior en el retorno al calendario tradicional. “Se buscan variantes para el retorno a ese calendario a la mayor brevedad posible y con la mayor calidad posible”, dijo.

Añadió Walter Baluja que las universidades colaborarán en los ejercicios que habitualmente realiza la Contraloría General de la República, que comienzan en septiembre.

En cuanto al ejercicio de práctica docente, dijo que como parte de las actividades de retorno a la normalidad se ha priorizado. “Siempre tratando que todo el componente práctico que está dentro de los planes de estudio se vincule a una situación, a una entidad de la sociedad y la economía cubana, para que realmente el estudiante pueda formarse sobre la problemática real de un futuro centro de trabajo”.

Ingreso a la educación superior: Priorizar la calidad

En otro momento de la Mesa Redonda, Walter Baluja explicó las proyecciones para afrontar los procesos de ingreso a la educación superior y la organización del proceso docente. En este sentido, resaltó la importancia de trabajar con mucha seriedad, mantener el rigor, la transparencia y el derecho al acceso a la universidad de todos los estudiantes.

“Las pruebas de ingreso deben tributar a la calidad del ingreso, pero nuestro objetivo es que la mayor parte de los jóvenes en edad universitaria estén en ella. Para eso hemos trabajado y poco a poco vamos avanzando en ese propósito, siempre en una estrecha relación con las instituciones de la educación general”, agregó.

Respecto al proceso de ingreso del próximo mes de octubre, el primero de los dos que afrontarán las universidades en el actual curso, el ministro anunció que se ofertarán más de 115 000 plazas, como parte de los incrementos sostenidos que se evidencian desde el año 2020, siempre con la premisa de la eficiencia en el empleo de los recursos materiales y humanos.

“En el actual curso tendremos los tres exámenes tradicionales en las asignaturas de Español, Matemática e Historia y mantenemos las ocho carreras con requisitos adicionales para el acceso. Estas son las de Relaciones Internacionales, Periodismo y las vinculadas a la Universidad de Arte”, agregó.

Novedades para los próximos cursos en el ingreso a la universidad

Asimismo, Walter Baluja explicó que este año iniciaron experimentos para acercar la demanda de plazas y su otorgamiento a las necesidades de cada territorio. La meta radica en suplir las necesidades de los municipios y fortalecer el uso de la ciencia en los Gobiernos locales.

Al respecto, las provincias de Pinar del Río, Villa Clara y Holguín encabezan este nuevo proyecto, el cual al decir del ministro marcha de forma positiva y aspiran a generalizarlo en todo el país en el año 2025.

Por otra parte, igualmente existe el propósito de brindar una mayor atención a los jóvenes en situación de vulnerabilidad y desvinculados del estudio y el trabajo. El objetivo es apoyarlos no solo en la preparación, sino también en el seguimiento y la tutoría. Incluso, dentro del marco regulatorio ya establecido, ofrecerles algún tipo de ayuda económica.

Al referirse al proceso de ingreso pactado para el mes de mayo de 2024, la fecha en la que tradicionalmente se llevan a cabo los exámenes, el máximo responsable de la educación superior en Cuba explicó que será para los estudiantes que iniciaron ahora el duodécimo grado. Ya existe un calendario propuesto para las convocatorias tradicionales.

“Hemos pensado en otras modificaciones, pero consideramos que en este curso no son factibles. Para 2025 traeremos otras propuestas, con la premisa de que todo el que ingrese a una universidad deba vencer los contenidos de los exámenes, lo cual de por sí fortalece el ingreso. Esto obedece también a la vuelta del calendario docente tradicional entre los meses de septiembre y julio, tras un grupo de análisis que reflejaron las ventajas de esta organización”, explicó el ministro.

En tal sentido, el curso de 2024 iniciará en febrero de ese año, mientras el período lectivo de 2024-2025 lo hará en septiembre. Para ello se ha priorizado proteger la calidad y reducir la afectación a los planes de estudios, en cada caso en construcción colectiva entre los organismos formadores y las universidades.

Ciencia e innovación: Pilares de las universidades cubanas

Al decir de Walter Baluja, si algo distingue a las casas de altos estudios en Cuba son los resultados de la ciencia y la innovación. De hecho, el 76% del claustro está compuesto por másteres o doctores, mientras los procesos de acreditación marchan de forma estable en todo el país.

“Asimismo, la adopción del esquema de la gestión de Gobierno basada en la ciencia y la innovación, nos ha obligado a dar asesorías y vincularnos a más proyectos de desarrollo local. Todas nuestras universidades tienen centros de estudio asociados a las localidades y contamos con más de 1 100 proyectos de investigación en las diferentes modalidades”, aseguró.

De igual manera, más de la mitad de los Premios Nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba van a los claustros universitarios, y solo en 2022 más de 90 premios se vincularon a proyectos de desarrollo local. Mientras, 367 doctorantes realizan tesis que tributan a estos proyectos y Cuba cuenta con dos empresas de interfase y mipymes que facilitan el enlace entre la sociedad y las universidades.

Antes de concluir, Walter Baluja destacó la labor del claustro en cada centro universitario, de quienes resaltó su compromiso con la formación continua de los jóvenes para el desarrollo de Cuba.

Fuente e Imagen: http://www.cubadebate.cu/noticias/2023/09/05/educacion-superior-reanudacion-del-curso-escolar-y-novedades-del-proximo-periodo-lectivo/
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Panamá: Pandillerismo, en la mira del Ministerio de Educación

El Ministerio de Educación evalúa las acciones a seguir para reforzar la seguridad en las escuelas, tras los últimos hechos de violencia ocurridos en los que se han visto involucrados estudiantes.

De acuerdo con la alta funcionaria las escuelas deben ser entornos de protección para la comunidad educativa.

Además recordó que ya existen múltiples programas orientados a  reforzar este tema en conjunto con estamentos de seguridad.

En este sentido recalcó que las familias también deben cumplir su rol en la formación de los jóvenes.

«Debemos evaluar cómo disminuir las pandillas para evitar la iniciación temprana de los jóvenes en estos grupos», expuso.

La jefa del Meduca añadió que también se revisarán los reglamentos disciplinarios a nivel nacional.

«Colón fue la alerta, pero sabemos que hay otras áreas de mucha vulnerabilidad en el país», agregó Gorday de Villalobos.

Según la ministra, los propios estudiantes han reportado situaciones irregulares de pandillas con otros compañeros, por lo que no se puede ocultar este tema.

A inicios de mes, un estudiante fue asesinado a balazos cuando regresaba de clases.

https://www.panamaamerica.com.pa/sociedad/pandillerismo-en-la-mira-del-ministerio-de-educacion-1225580

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Prohíben el uso de celulares y pantallas en las escuelas de Suecia, ¡ya era hora!

“Las pantallas afectan a todo lo que nos hace humanos: al lenguaje, a la capacidad de pensar, de razonar, de memorizar…”.
Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia

En diversos lugares del mundo estudios e investigaciones independientes vienen alertando sobre los efectos negativos que tiene la digitalización educativa. Esos estudios indican que el uso obsesivo de las pantallas se ha convertido en un problema de salud pública, dado que genera desordenes cognitivos, mentales, físicos, anímicos, psicológicos…. Alertan que la exposición permanente a las pantallas ha dado origen a los cretinos digitales, que se caracterizan por la pérdida de nexos sociales, el individualismo extremo, el culto al consumo, la incapacidad para comunicarse con los demás, en suma, la desconexión con el mundo real a cambio de una panacea tecnológica que se presenta como la tabla de salvación de todos los asuntos de la vida cotidiana.

Para colonizar digitalmente a los niños primero se ha colonizado a los padres, una gran mayoría de los cuales aceptan sin ninguna perspectiva crítica la propaganda mediática de los emporios informáticos que dice que el acceso a las pantallas, especialmente del celular, es benéfico para los niños y les abriría extraordinarias ventanas al mundo y al conocimiento. Que si los niños tienen su propia pantalla y la usan a cualquier hora del día se volverán sabios de manera automática y sin ningún esfuerzo. Esa campaña ha llegado al extremo de asegurar que es mejor leer en pantalla que en papel y de allí se ha desprendido la no utilización de los libros desde los primeros niveles educativos, el cierre de bibliotecas públicas y escolares, la reducción de la lectura, y el desprecio al saber acumulado y transmitido a través del patrimonio documental escrito.

Un discurso seudopedagógico que se ha impuesto, en aras de la novedad, sostiene que es mejor para los niños tener contacto con artefactos microelectrónicos que con seres humanos y eso supone que, en términos de aprendizaje y conocimiento, sobran las bibliotecas, los libros y los profesores. Como resultado hay una pérdida de la capacidad de lectura a nivel mundial, más acentuada en unos países que en otros, siendo la introducción de pantallas en las escuelas la variable fundamental que explica ese retroceso cognitivo: entre más pantallas más disminuye la capacidad lectora, el nivel de comprensión, la actitud crítica, el razonamiento propio e independiente, y se generaliza la incapacidad de concentrarse en alguna actividad especifica.

Los principios elementales de la precaución y la prudencia no operan cuando se habla de la digitalización educativa, porque esos supuestos se oponen a los intereses corporativos de los productores de cachivaches tecnológicos, cuyo interés estriba en venderlos rápido para aumentar su rentabilidad, sin importarles las consecuencias destructivas que eso tiene sobre los seres humanos y el medio ambiente.

De la noche a la mañana se nos anuncia que el aprendizaje puede ser mágico, que no necesita de ningún esfuerzo y que con prender el botón de un computador y tener una pantalla podemos acceder a todo el conocimiento del mundo. Semejante estupidez se dice con toda la impunidad del caso, apoyándose en el culto tecnológico, cuando el aprendizaje mágico y acelerado no existe, no es posible. Contra esa mentira hay que resaltar que el aprendizaje es lento, exige concentración y esfuerzo y sus resultados se ven al cabo de cierto tiempo.

En este mundo digitalizado quienes más oportunidades de aprendizaje tienen son aquellos que más han restringido el acceso a las pantallas y demoran la introducción de tecnologías fuertemente adictivas, empezando por el celular. La prueba está en que los gurúes de Silicon Valley, que tanto promueven sus negocios tecnológicos para obtener extraordinarias ganancias, son los primeros en oponerse a que en sus casas sus hijos tengan smartphone e imparten una educación a través de los libros. En California, por ejemplo, las élites, ligadas a los negocios microelectrónicos, matriculan a sus hijos en aquellos colegios en los cuales está restringido el acceso a esas tecnologías y predomina la utilización de lápiz y papel, no existen conexiones Wi Fi y el espacio educativo está libre de pantallas.

Esto demuestra que la educación es un asunto humano y no tecnológico, como si esta fuera una variable que pudiera entenderse al margen de la sociedad. Y en el mismo sentido, la novedad es una cuestión mercantil y no puede considerarse como un concepto educativo.

Esas novedades digitales en la educación han cobrado más fuerza a raíz de la pandemia de la Covid-19, un momento de pánico mundial que ha sido bien aprovechado por los negociantes del mundo informático. Sus efectos negativos se han visto en poco tiempo, debido, entre otras cosas, a que los Ministerios de Educación Nacional facilitan y propician esos negocios en aras de la novedad tecnológica y por cazarse con las pretendidas innovaciones de la tecnología inteligente y de la “sociedad del conocimiento”.

Ante esos efectos negativos empiezan a darse las primeras respuestas, como ya sucede en algunos países asiáticos (China y Taiwán) y en europeos (Francia, Italia, algunas regiones de Alemania y ahora Suecia), que apuntan a la restricción de las pantallas en el mundo escolar.

El caso de Suecia es llamativo porque fue uno de los primeros en plegarse hace algunos años en forma incondicional a la digitalización de la educación desde los primeros niveles. Pues ahora, analizando los resultados negativos, ha decidido detener esa digitalización y ha proclamado el regreso a la enseñanza a través de cuadernos y libros. Al respecto, la Ministra de Educación de Suecia ha anunciado que por la disminución de la capacidad lectora de sus estudiantes el país corre el peligro de contar con una “generación de alfabetos funcionales”, ante lo cual es necesario que “las escuelas suecas vuelvan a lo básico”, con un enfoque en se deben fomentar las habilidades básicas de “leer, escribir y contar”. Para posibilitar el retorno a los libros se destina un importante presupuesto estatal para dotar a las bibliotecas escolares con suficiente material impreso, de tal manera que esas escuelas estén libres de dispositivos microelectrónicos y se estimule el uso de los textos escolares. La ministra Lotta Edholm en forma rotunda cuestionó la “actitud acrítica que considera la digitalización como algo positivo, cualquiera sea su contenido”, y en aras del solucionismo tecnológico envió a los libros de texto “a las estanterías”, cuando estos tienen “beneficios que ninguna Tablet puede reemplazar”.

Esta decisión no ha sido aislada, porque en Italia un informe especializado del Senado concluye que el uso de artefactos digitales, especialmente el smartphone, está creando una generación de “jóvenes esclavos, drogados y descerebrados”, porque el uso de los cachivaches microelectrónicos «no es nada diferente de la cocaína, con las mismas e idénticas implicaciones químicas, neurológicas, biológicas y psicológicas”.

De lo anterior se desprenden dos preguntas básicas y actuales para nuestro país: ¿cuándo se va a reflexionar crítica y seriamente sobre los efectos destructivos que la pandemia digital genera entre los niños y jóvenes colombianos? y ¿cuándo se van a implementar medidas que le intenten poner freno a la epidemia de cretinos digitales que afecta a gran parte del territorio urbano de Colombia?

Fuente: https://rebelion.org/prohiben-el-uso-de-celulares-y-pantallas-en-las-escuelas-de-suecia-ya-era-hora/

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