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Así muere un colegio público en España

POR: J. A. AUNIÓN

El cierre por falta de alumnos de una escuela en un barrio humilde de Mérida evidencia el incipiente problema que la caída de natalidad extiende por toda España. Padres y docentes rechazan los argumentos de la Junta, que asegura que el centro no garantiza la inclusión

El colegio público Juan XXIII ocupa un edificio enorme en mitad del barrio de San Juan, uno de los más humildes de Mérida. El jueves, en el recreo, solo un puñado de alumnos ocupa el patio, que incluye una pista de baloncesto y otra de fútbol. Construido en 1985 con capacidad para más de 400 estudiantes, hoy solo están matriculados allí 39, repartidos entre todos los cursos de infantil y primaria. Esa es la parte que nadie discute; a partir de ahí, sin embargo, parece que la Consejería de Educación de Extremadura y los padres del centro estuvieran hablando de colegios distintos. La Administración describe una especie de gueto que hay que cerrar (ha decidido hacerlo al final de curso) porque, con altas tasas de absentismo y repetidores, no garantiza la “igualdad de oportunidades ni la inclusión” de los pocos chicos, todos “especialmente vulnerables”, que se concentran allí. Ana León, empleada pública, madre de una niña con altas capacidades, y Mari Carmen Muñoz, auxiliar de enfermería, madre de un chico con discapacidad intelectual, defienden que, muy al contrario, se trata del único colegio que ha sabido garantizarles una buena educación. Explican que el compromiso de los profesores y, precisamente, lo exiguo del alumnado lo convierten en un “laboratorio de buenas prácticas” que merece la pena conservar, igual que se mantienen abiertos centros rurales con muy pocos estudiantes para no matar a los pueblos.

Pero las cuentas no salen —el centro “está funcionando al 8,7% de su capacidad”, dice una portavoz de la consejería— y la decisión —”necesaria y responsable”, aunque también “dolorosa y de último recurso”, continúa— ya está tomada. La directora del colegio, Cecilia Chamorro, admite con dolor que “quizás es ya tarde”, aunque probablemente “se podrían haber intentado muchas cosas antes”. El Juan XXIII lleva más de 20 años desangrándose, poco a poco, con esa imagen de puertas adentro y la otra, infinitamente peor y más poderosa, hacia fuera, perdiendo alumnos por el descenso de la natalidad y la competencia de dos colegios concertados que hay, a 350 y 800 metros, en los dos extremos del barrio.

Patio del colegio Juan XXIII, en la barriada de San Juan de Mérida. Patio del colegio Juan XXIII, en la barriada de San Juan de Mérida.ROBERTO PALOMO

Una reflexión que puede servir para Mérida, para toda Extremadura y en casi cualquier punto de España. En las próximas dos décadas, la curva descendente de natalidad hará que el alumnado de enseñanza obligatoria (hasta 16 años) disminuya un 23,4%, según los cálculos del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. El ambicioso informe del Gobierno España 2050, que trata de fijar una estrategia de país a medio y largo plazo, va más allá: prevé que a mitad de siglo el país “tendrá unos 800.000 estudiantes menos de entre 3 y 15 años”, lo que “equivale a tener unas 33.000 aulas de 24 alumnos menos que en 2019″. El texto propone aprovechar ese descenso para mejorar la calidad de la enseñanza. Pero, en el camino, puede significar el cierre de muchos colegios.

Ya está ocurriendo. En Badajoz todo el mundo tiene en la cabeza la clausura en 2020 del colegio público El Cristo de Villanueva de la Serena, un centro de características similares al Juan XXIII. En la Comunidad de Madrid, cerraron el curso pasado dos colegios públicos y un instituto de secundaria en Alcalá de Henares. En Huelva, hará lo mismo el año que viene el colegio Tres Carabelas, en La Orden, el barrio más poblado de la ciudad. Y en toda Andalucía se suceden desde el año pasado las protestas por el cierre de aulas públicas.

En el País Vasco, el debate ha sido tan intenso que uno de los puntos del pacto educativo que acaban de firmar los partidos que representan el 88% del Parlamento autónomo habla de “la racionalización de la planificación que, en este contexto de bajada de natalidad, haga una oferta ajustada a las necesidades de la demanda, evitando las sobreofertas, y las infraofertas, que puedan dar ocasión a un aumento de la segregación”.

El recrudecimiento de las clásicas tensiones entre la pública y la concertada parece inevitable, pues en muchos lugares la supervivencia de unos u otros dependerá de las decisiones que se tomen a partir de ahora. De hecho, uno de los grandes conflictos durante la tramitación de la ley educativa aprobada en diciembre de 2020 fue la eliminación de una frase que había introducido la anterior norma, del PP, que decía que la programación de la oferta escolar tendría en cuenta “la demanda social”. Esto, en la práctica, significaba reconocer el derecho a obtener o mantener un concierto siempre que haya demanda.

Menos alumnos por clase

La frase se eliminó, pero lo cierto es que la pública sigue en desventaja a la hora de decidir dónde aplicar la tijera, opina el profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona Xavier Bonal. “La pública se rige por decisiones políticas y la concertada, por contrato y, si le quieres cerrar una o dos líneas, se van al juez y en 10 minutos las tienen otra vez puestas. Los conciertos, o los retocas cuando tienen que renovar, cada seis años, o durante ese periodo, aunque haya alteraciones demográficas, tienes muy poco que hacer”. Bonal aboga por una buena planificación que ajuste la oferta de plazas a la demografía. “Lo que es negativo para la desigualdad y la segregación es hacer un mero seguimiento de la demanda, hay que tener capacidad de planificar y para ello hay que jugar con las ratios”, dice en referencia a las bajadas del número máximo de alumnos que por ley puede haber en un aula, que además pueden servir para intentar mejorar la educación. El problema, de nuevo, es que los concertados tienen que aceptar voluntariamente esa reducción si se produce antes de la revisión de sus contratos, añade.

La concertada, en todo caso, parece que está por la labor. “La caída de la natalidad afecta a todos. Todo el mundo está muy preocupado”, dice Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, entidad mayoritaria en la red concertada, antes de abogar por esas bajadas de ratio como una de las posibles soluciones. Esa medida no solo permitiría mantener las mejoras producidas durante la crisis de la covid —“Se atiende mucho mejor, los profesores están más a gusto y los alumnos reciben una atención mucho más personalizada”—, sino que también serviría “para evitar que esto se acabe convirtiendo en una guerra, a ver quién se lleva más alumnos, a ver quién convence a más padres…”, asegura. “Dejar las cosas como están y que sean las familias las que al final resuelvan solas el tema no hace ningún favor ni a la educación ni a las mismas familias”, añade. Eso sí, si se bajan ratios, opina que debería ser de forma flexible —“La caída de natalidad no afecta a todas las zonas igual”— y que los centros que las apliquen deberían recibir más subvención. En todo caso, cree imprescindible que se llegue a un acuerdo entre el ministerio y todas las comunidades para que las medidas sean consensuadas. “Ahora mismo, cada Administración autonómica está tomando decisiones con criterios diferentes”, protesta.

De momento, si uno se fija en cómo ha caído el alumnado de tres a cinco años desde que empezó a notarse en la estadística de 2012-2013 la curva de natalidad, la bajada de alumnos en la pública hasta 2020 fue del 14% y del 7,9% en la concertada. En primaria, donde los estudiantes empezaron a descender en el curso 2017-2018, la caída ha sido del 1,3% y del 0,5%, respectivamente.

Lo que parece claro es que si no se reorganiza la oferta con una mirada de conjunto y a medio plazo, cuando lleguen las situaciones al límite, el centro más débil tendrá todas las de perder. Sin más. Tal y como ha ocurrido con el Juan XXIII de Mérida. Un jueves, cuando suena allí a las 14.00 el timbre, no sale ningún niño; todos se quedan al comedor. A quien se ve pasar es a media decena de chicos y chicas con el uniforme de uno de los centros concertados del barrio camino de sus casas. Una de ellas, justo enfrente del colegio público.

Calle de San Pedro de Mérida, que conduce al Juan XXIII en la barriada de San Juan.
Calle de San Pedro de Mérida, que conduce al Juan XXIII en la barriada de San Juan.ROBERTO PALOMO

Cuando hace algo más de dos años Ana León y Raúl Fernández decidieron llevar allí a su hija, M., multitud de amigos y conocidos les llamaron para tratar de convencerles de que no lo hicieran. “Nos decían que si estábamos locos”. La mala fama del centro, de conflictivo, casi marginal, se extendía desde mucho tiempo antes por toda la ciudad. Pero no siempre fue así.

Aislada entre una carretera nacional (la avenida de Felipe VI) y el río Albarregas, en el límite noreste de Mérida, el visitante despistado puede pensar que está entrando en un polígono al llegar a la barriada de San Juan, por la cantidad de talleres que encontrará a la entrada. Una vez dentro, sin embargo, aunque siguen menudeando las naves y edificios que albergan alguna tapicería, distribuidora de bebidas o artículos de hostelería; se abren paso las casas de dos plantas, modestas pero en su mayoría bien cuidadas. Todo habla de sus orígenes, los de un barrio levantado de forma irregular, como en tantas ciudades de España, por emigrantes llegados de los pueblos en los años sesenta en busca de los trabajos que prometía la industria. Con el paso del tiempo, los hechos consumados obligaron a las administraciones a ir legalizando las construcciones y dotando al barrio de los servicios básicos de agua, luz, alcantarillado…

El colegio llegó a finales de los sesenta, con la ayuda de la parroquia local y el esfuerzo de los vecinos, que lo construyeron en un solar donado por uno de ellos. Con la fórmula público-privada de aquellos tiempos —la gestionaba un patronato y el Estado pagaba a los maestros—, el centro fue ganando fama y creciendo, atrayendo a alumnos de barrios vecinos. Hasta que en los ochenta, convertido ya en colegio público, se trasladaron a un flamante nuevo edificio, sin duda uno de los más grandes del vecindario, que es el que ocupa ahora. En esta página de Facebook, se puede recorrer la historia sentimental del centro a través de las fotografías que cuelgan antiguos profesores y antiguos alumnos.

Algunas de las imágenes del grupo de Facebook Escuela de la Campana, cedidas por su administradora.
Algunas de las imágenes del grupo de Facebook Escuela de la Campana, cedidas por su administradora.

Sería difícil saber exactamente en qué momento empezaron las dificultades a hacerse evidentes. Y sería injusto echarle la culpa a una sola cosa, o a dos, pues seguramente son muchas y entremezcladas las razones. El envejecimiento del barrio y la falta de niños porque las segundas generaciones crecen y se van a vivir a otra parte, los realojos que se produjeron en los noventa en el vecindario de al lado, la nueva legislación que resta dos cursos (7º y 8º de EGB se van al instituto como 1º y 2º de ESO), la presión creciente de los concertados del barrio, que van ganando la fama que poco a poco pierde el Juan XXIII…

Un plan de mejora del centro redactado por el propio colegio en 2008 lo explica así: “Alumnado: con bastantes problemas de aprendizaje […] Poca capacidad para el estudio y con expectativas muy limitadas. Porcentaje significativo de alumnos de etnia gitana. Las dificultades del alumnado se han ido acrecentando en los últimos años, disminuyendo progresivamente los alumnos procedentes de las familias de la barriada y llegando otros de las limítrofes, más marginales y, consiguientemente, con más problemas educativos. Se observa también un creciente absentismo escolar.

“En mi colegio aprendo. Me gustan mis maestras”

El caso es que para cuando Ana León y Raúl Fernández decidieron llevar allí a su niña en noviembre de 2019, tuvieron que vencer muchas resistencias de gente cercana. Pero estaban decididos, después de una larga y mala experiencia en un colegio público del centro de Mérida, donde los resultados y el comportamiento escolar de M. nunca fueron buenos, aseguran sus padres, porque nunca tuvo la atención que requería por sus altas capacidades, ni siquiera cuando por fin le fueron diagnosticadas. “Un conocido, que había formado parte del equipo de orientación del Juan XXIII, nos comentó que allí trabajaban muy bien. Llamé a Cecilia, la directora, un día a las 11.00 y a las 14.00 estábamos en el centro hablando con ella. No nos lo podíamos creer. Al director del otro colegio nunca llegamos a conocerle”, cuenta Fernández. “Nos dijo: ‘Yo no tengo ninguna experiencia con altas capacidades, pero si la traéis me formo y formo a mi equipo”. No hizo falta más, de un día para otro, con el 4º de primaria ya empezado, M. se cambió al Juan XXIII.

Hoy está en sexto y sus padres aseguran que la niña está muchísimo mejor en todos los sentidos, académica y personalmente. Por todo esto, mandaron un escrito a la consejería pidiendo que no se cierre el colegio. El texto contiene la siguiente reflexión de la propia chiquilla: “En mi colegio aprendo. Me gustan mis maestras, su cariño. Siempre te ayudan y no te gritan. Me quieren. Hablo mucho con ellas y me escuchan. Las actividades que hacemos son divertidas. Me gusta hacer los trabajos que nos mandan. Saco buenas notas. Mi mejor amiga es una niña refugiada, de Georgia, leo mucho y rápido. El último libro ha sido Harry Potter y las reliquias de la muerte. De mayor quiero ser diseñadora de moda y psicóloga porque me gusta solucionar los problemas de mis amigos y se me da bien”.

Desde hace algunos años, las clases no están divididas por cursos, sino por etapas: una de todo infantil, otra de 1º y 2º de primaria, otra de 3º y 4º y otra más de 5º y 6º. La segunda planta hace tiempo que no se utiliza, y han reaprovechado muchas de las aulas que aun así sobran para hacer una biblioteca, sala de informática, taller… Tenían un huerto, pero no se les daba muy bien, admite Chamorro, que destaca algunos proyectos que han puesto en marcha, como las cotutorías, las tertulias dialógicas (todos los niños van leyendo y comentando un libro al mismo tiempo) o su iniciativa de aprendizaje de servicio, que trata de integrar proyectos escolares en la vida de un barrio donde el único servicio público es el colegio. “Los niños seleccionaron y prepararon, por ejemplo, una exposición de fotografía en el local de la asociación de vecinos sobre el empoderamiento de la mujer rural. Ellos mismos contactaron con la autora”, cuenta Chamorro.

Algunos de los profesores del Juan XXIII. Desde la izquierda, Mercedes Galán, Izaskun Gil, Juani Ramírez, María José Delgado, Cecilia Chamorro, Ina Fuerte (conserje) y David Casco.
Algunos de los profesores del Juan XXIII. Desde la izquierda, Mercedes Galán, Izaskun Gil, Juani Ramírez, María José Delgado, Cecilia Chamorro, Ina Fuerte (conserje) y David Casco.ROBERTO PALOMO

La clave de su trabajo, insiste, es dar a cada niño lo que necesita. “A veces se enfadan porque permito a uno algo que no permito a los demás, o regaño a otro por una cosa que le dejo hacer a su compañero… Yo siempre les digo: ‘No sois todos iguales. Sois todos distintos. Pero eso es lo bonito”. Ella es cotutora de la clase de 5º y 6º, donde están tanto M. como A., un chico diagnosticado con trastorno generalizado del desarrollo (TGA) y discapacidad intelectual.

Su madre, Mari Carmen Muñoz, también relata una mala experiencia previa, en su caso, en un concertado donde se resistieron, asegura, a diagnosticarle la discapacidad. Además, describe algunos espeluznantes episodios de acoso. Explica que, por sus apreturas económicas —en su casa solo cuentan con su sueldo de auxiliar de enfermería—, hubo momentos en que no pudo comprar material escolar para sus cinco hijos. “O comíamos o comprábamos libros. Y en el otro colegio me tuvieron a dos niños un curso entero sin ellos. En el Juan XXIII no hemos tenido ningún problema y, si alguna vez no he tenido para un lápiz o un cuaderno, pues se lo han dado”. Desde este curso, los cinco van al colegio de San Juan. El padre, Marco Antonio Caballero, que admite que él era el que tenía más dudas sobre si llevarlos allí —”Es que se oían tantas cosas…”—, es hoy uno de los más movilizados para intentar que la consejería no cierre el centro.

Tanto su familia como la de León y Fernández apoyan la propuesta del sindicato del profesorado PIDE, que además de revisar y eliminar todos las plazas concertadas innecesarias de la ciudad, reclama mantener el colegio abierto, reflotándolo por medio de un plan que incluya cambiar desde el nombre hasta convertirlo en una comunidad de aprendizaje (un modelo que aplica experiencias de éxito en la mejora del aprendizaje y la convivencia). Además, reclaman, para atraer a más familias, integrar en el colegio el primer ciclo de educación infantil (menos de dos años) y 1º y 2º de ESO. Dos medidas que el propio centro ha pedido en distintos momentos, pero la Administración ha rechazado.

La Consejería de Educación no ha permitido a este diario entrar en el Juan XXIII. Tampoco ha respondido a la pregunta de si han valorado la propuesta para mantener abierto el centro ni ha aportado los datos solicitados de oferta y demanda de plazas en los colegios concertados cercanos del barrio.

Fuente de la información e imágenes: https://elpais.com

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3.000 menores ucranianos ya están escolarizados en España mientras las administraciones intentan organizarse

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  • Poquísimo más de 3.000 chicas y chicos de Ucrania han sido escolarizados en España entre Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid, las tres autonomías que más población de este país tenían antes del conflicto que cumple estos días un mes. Las administraciones intentan responder de manera rápida a las necesidades de escolarización y atención emocional de estos menores a la espera de conoceer la inversión desde Europa para hacer frente a esta situación.

Nos han llamado para preguntar si tenemos espacio para acoger alumnado ucraniano». Esta frase ha sido pronunciada en los últimos días por muchos equipos directivos de territorios que van desde Castellón hasta Leganés, pasando por media Cataluña. Las administraciones educativas andan en busca de centros para poder escolarizar alumnado provinientde Ucrania. No es tarea fácil. Recortes sobre recortes, aumento de ratios y restricciones pandémicas se lo han puesto muy complicado.

Desde la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid confirman que han pasado días haciendo «batidas» para conocer la capacidad de los centros de la región para escolarizar a estos menores. Hasta la fecha, según sus datos, hay 763 chicas y chicos. Buena parte, según parece, en el distrito obrero de Villaverde, en la capital.

En localidades como Torrevieja (Alicante), en la que hay varios miles de ucranianos residentes, llevan días preparando la llegada de decenas de chicas y chicos. La labor conjunta de la Conselleria de Educacación, el Ayundamiento, la Asociación local de ucranianos, los centros educativos y hasta las y los comerciantes ha hecho posible que esta llegada tenga cierto sentido. En la Comunitat Valenciana, según datos oficiales, se ha matriculado a 1.067 menores ucranianos hasta la fecha.

Horacio Antonio Moralejo es director del IES Las Lagunas. Explica a este periodista que el pasado viernes organizaron una suerte de jornada de puertas abiertas, de momento de presentación para las seis personas que han matriculado en su centro y para sus familias. Además de un acto por la paz en el que participaron, les enseñaron el centro, les explicaron qué harán durante las próximas semanas y les facilitaron material escolar para poder comenzar su escolarización en el centro.

El objetivo primero y primordial es que esas chicas y chicos aprendan lo antes posible el castellano. Lo harán, según explica, en grupo en los que estarán estos alumnos con docentes que se contratarán de manera específica del ámbito sociolingüístico y cientifico y que tengan, además, certificación en inglés para tener las mayores posibilidades de comunicación.

Mascarillas FFP2, mochilas, manuales de español o material de papelería es lo que entregaron en el IES La Laguna de Torrevieja a los chicos y chicas venidas de Ucrania. Imagen cedida

Les han preparado también, una especie de pack de bienvenida con todo el material de papelería que les pueda hacer falta, desde mochilas, cuadernos, bolígrafos o lápices (una papelería de la localidad ha donado la mitad del coste para hacerlo posible), y material para el aprendizaje del español.

Además de preparar el terreno en lo educativo, cuenta Moralejo, uno de los puntos clave será el acompañamiento socioecmocional. No dejan de ser chavales y chavalas venidos de un territorio en guerra. De momento no saben en qué condiciones les van a llegar estas chicas y chicos. Es algo que tendrán que ir gestionando con el paso de los días y de las semanas.

Álvaro Ferrer es especialista en Equidad Educativa de Educación en Save the Children. La organización no hace incidencia en relación a las personas que piden ayuda internacional, pero sí están haciendo trabajo en las fronteras de Ucrania con Rumanía y Polonia, además de tener proyectos en España que puedan ser utilizados para atender a quienes vienen desde el país eslavo.

Ferrer explica que lo idóneo sería agrupar a este alumnado dentro del grupo de referencia y no por separado porque el efecto protector del grupo puede llegar a ser muy importante. También lo sería el hecho de que, además de centrarse en la enseñanza del español, no se dejase a un lado el resto de las materias. Eso sí, haría falta personal suficiente para que las ratios previas no fueran un problema. A pesar de que el sistema elegido de esa especie de grupos de acogida que ya anunciara también Pilar Alegría hace unos días no es por el que apuestan desde Save the Children, ven que si la opción es esta por la altura del curso en la que están los centros y no se alargarse más allá del mes de septiembre, sería factible.

Desde Cataluña, según fuentes de la Conselleria de Educación, se está haciendo el esfuerzo de matricular a todo el alumnado independientemente de que no tenga toda la documentación que habitualmente es necesaria para hacerlo. Hasta ahora, según datos oficiales, hay 1.187 menores. La premisa es escolarizar a todo el mundo lo antes posible, no separar a las y los hermanos y favorecer en la medida de lo posible el reagrupamiento familiar.

También se quiere hacer el esfuerzo de que las y los niños sean escolarizados de la manera más equilibrada posible evitando que los posibles guetos urbanos se ceben en unos centros frente a otros. Desde Torrevieja, Horacio comenta que allí se ha hecho lo mismo, de manera que los centros de secundaria (cinco en la localidad) tengan un cierto equilibrio en la recepción de las y los chicos, para «evitar que uno tenga a 30 o otro a dos», comenta.

La dificultad de esas decisiones empieza ya a llegar al terreno. Ya hay varios miles de menores escolarizados, la mayor parte en centros públicos a pesar de las condiciones en las que muchos se encuentran. Entre los recortes de hace una década y las restricciones impuestas por la pandemia. Desde la patronal Escuelas Católicas aseguran que algunos territorios han publicado normativa para que estsa escolarización se haga en centros sostenidos con fondos públicos, aunque no pueden confirmar que se haya realizado ya alguna matriculación en centros concertados.

Se esperan semanas complicadas y un final de curso en el que presumiblemente, esta infancia, además de recibir formación en español, no tendrá un acceso especialmente normalizado al currículo escolar. Ferrer explica que Save the Children pone en marcha en zonas de conflicto, así como en campos de refugiados, modelos «acelerados» de enseñanza en los que se recorta el currículo con el objetivo de que chicas y chicos puedan alcanzar unos mínimos que les permitan estar con su grupo de iguales. Llevaron a cabo este tipo de experiencias en Ceuta con la entrada de decenas de menores hace unos meses y creen que sería interesante pensar en medidas similares ahora.

El próximo día 30, está prevista la celebración de una Conferencia Sectorial entre Ministerio y comunidades autónomas en la que se hablará de esta situación. Todo el mundo espera conocer entonces cuál es la cifra de inversión venida desde Europa, que ha destinado parte de los fondos no utilizados para la crisis causada por la pandemia. Hasta la fecha, solo la Comunitat Valenciana ha realizado contrataciones adicionales para dar apoyo a los centros educativos que escolarizan menres ucranianos. Desde Cataluña se estudiará en los casos en los que sea necesario, según fuentes de Educación. En Madrid no se sabe.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/28/3-000-menores-ucranianos-ya-estan-escolarizados-en-espana-mientras-las-administraciones-intentan-organizarse/

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España: Calendario escolar en Asturias | Primaria y Secundaria comienzan y finalizan el curso el mismo día por primera vez

Europa/España/01-04-2022/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

El curso en Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato comenzará el 12 de septiembre y concluirá el 23 de junio.

La Consejería de Educación ha aprobado hoy el calendario escolar para el próximo curso (2022-2023), que unifica por primera vez el inicio y el final del curso de Infantil y Primaria con el de Secundaria y Bachillerato. La supresión de los exámenes de recuperación de septiembre en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), tras la entrada en vigor de la LOMLOE, ha permitido ajustar las fechas, ya que los centros tendrán más margen organizativo.

Por otra parte, la estructura del calendario escolar mantiene los periodos de respiro en mitad de los dos primeros trimestres, que son los más extensos. Las vacaciones de Navidad suman 16 días y las de Semana Santa se alargan a 11 para favorecer el descanso del alumnado. Estas últimas se reparten por delante y por detrás del puente festivo.

La directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, María Elena Arango, ha presentado una propuesta que trata de conciliar las peticiones presentadas por adelantado por representantes de las familias, los sindicatos de la enseñanza pública y de la privada-concertada y las direcciones de los centros, a través de los comités.

«La organización que hemos sacado adelante intenta acercar las posturas de toda la comunidad educativa, con un equilibrio entre los trimestres y ofreciendo una respuesta a las necesidades metodológicas y pedagógicas que requiere el alumnado», ha explicado Arango.

El calendario mantiene 177 días lectivos, a los que hay que descontar los dos festivos de cada concejo.

El curso en Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato comenzará el 12 de septiembre y concluirá el 23 de junio. Se conservan los dos principales periodos vacacionales: el primero, del sábado 24 de diciembre al domingo 8 de enero, y el segundo, del sábado 1 de abril al martes 11 de abril.

Además, se introducen dos periodos de respiro de cinco días cada uno y uno de cuatro en mitad de los dos primeros trimestres. El primero de estos puentes está previsto al mes y medio del inicio de las clases. Así, se fijan como no lectivos el 31 de octubre y el 2 de noviembre, que se unen al 1 noviembre, festivo nacional, y al fin de semana.

El de cuatro días coincide con el puente de la Constitución. Se considera no lectivo el lunes, día 5 de diciembre, que se encadena al puente y al día de la Constitución. No obstante, sí habrá clase el miércoles 7 y el viernes 9.

El segundo descanso de cinco días llegará en febrero. Así, se establecen como no lectivos los días 17, 20 y 21, que se unen nuevamente a un fin de semana, coincidiendo con Carnaval.

Con este calendario, el alumnado tendrá 68 días de clase en el primer trimestre, 57 en el segundo y 52 en el tercero.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/calendario-escolar-asturias-2022-2023-20220331150447-nt.html

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Alejandro Tiana (Educación): «En el sistema educativo español el problema no es con cuántas materias se aprueba»

Este miércoles se ha celebrado en Vocento el foro ‘Educación, nuestro futuro’, un espacio de análisis e identificación de oportunidades del sistema educativo español para el que se ha contado con expertos de primer nivel sobre la materia.

Ignacio Ybarra, presidente de Vocento, ha dado inicio al foro, junto a Luisa Alli, presidenta ejecutiva de Kreab España. «Creemos que la educación es la mejor garantía para hacer frente al futuro. Por ese motivo, estamos hoy aquí celebrando este foro, cuyo único objetivo es convertirse en un espacio de análisis y reflexión que seguro nos ayudará a identificar los desafíos y oportunidades de la educación en nuestro país», apuntó Ybarra.

Por su parte, Luisa Alli, destacó la importancia «de la educación y la igualdad, la educación y la generación de confianza y la educación y la gestión de los públicos de interés».

Respecto al primer tema destacó más que la igualdad su antónimo, la desigualdad, «que es uno de los principales factores de erosión de las democracias». En cuanto al segundo aspecto citó dos cifras, a su juicio, «alarmantes»: «El 62 por ciento de los que estamos aquí nos cuesta distinguir qué es verdad y qué es mentira y el 90 por ciento de los alumnos no disintiguen una opinión de un hecho. Esto da lugar a la erosión, también de la democracia y de la confianza».

En cuanto al tercer punto, la educación y la gestión de los públicos de interés, Alli señaló que es el «mantra de la reputación: cómo somos como instituciones y como inversores, cómo hacemos las cosas y cómo las contamos».

La presidenta de Kreab también puso énfasis en la importancia de que la educación forme para el futuro, para el mercado laboral pero sin olvidar lo fundamental que también es el conocimiento por el conocimiento, es decir, «aprender solo por el puro placer de aprender».

El cierre del foro ha corrido a cargo del secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, ha asegurado que «es necesario dar un cambio en materia de educación; no cabe duda que nuestro sistema ha sido una historia de éxito y eso se ha reconocido por muchos organismos internacionales. Sin embargo, reconoció que aun hay problemas sin resolver: «El abandono escolar temprano en 2000 estaba en el 30 por ciento y el año pasado estaba en el 13,3 por ciento, pero no dejamos de ser el país europeo que peires indicadores tiene. Lo que mide el estudio PISA no son una catástrofe pero tampoco son satisfactorios».

Agregó que mientras en España sigamos pensando que « repetir es el modo de superar los problemos no daremos pasos adelante» y que «el sistema educativo español el problema no es con cuántas materias se aprueba»

Retos, formación para el futuro e inversión en educación

El foro giró en torno a tres mesas en la que se debatió sobre cuestiones capitales para la educación: Los retos de la Educación; la formación para el futuro y las nuevas profesiones que vienen y la última mesa abordó la importancia de invertir en educación, invertir en futuro.

En la primera mesa han participado Rafael Puyol, presidente del Consejo de Administración de la Universidad Internacional de La Rioja; Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid; Jorge Sainz, catedrático de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos y exsecretario General de Política Universitaria y Miguel Carmelo, presidente de la Universidad Europea en España y Portugal. La encargada de moderar este debate ha sido la periodista especializada en Educación, Josefina G. Stegmann.

Sobre si la universidad está lo suficientemente preparada para responder a las necesidades del mercado laboral, Goyache, rector de la Universidad Complutense, dijo que «es un mantra que tenemos que las titulaciones no se adecuan al mercado laboral, pero el mercado laboral es muy cambiante y la propia administración nos impide a las universidades adaptarnos tan rápido, sobre todo a las universidades públicas». Agregó que «son los másteres los que quizás se pueden adecuar rápidamente a las necesidades del mercado laboral. Yo creo que los grados no están tan alejados de las demandas laborales, pero tenemos que trabajar un poco más».

Puyol, presidente del Consejo de Administración de la Universidad Internacional de La Rioja citó un estudio de la Fundación Universidad Empresa en el que se da voz a los propios estudiantes sobre esta cuestión. «Ellos son muy críticos con la enseñanza que reciben, un 60% manifiesta que la preparación con la que salen de la universidad no es la adecuada para realizar una actividad en el mundo empresarial».

Sainz, catedrático de la Rey Juan Carlos puso énfasis en que «no todo el mundo conoce cómo funciona el sistema universitario y lo que hay que hacer es dar más información a los alumnos para que tengan éxito. La gente cada vez busca más lo que es necesario para encontrar un puesto de trabajo. Los padres me preguntan de forma permanente qué es lo que tienen que estudair sus hijos».

Desconexión

Por su parte, Carmelo, presidente de la Universidad Europea en España y Portugal manifestó que «hay una desconexión evidente entre sistema educativo y sistema productivo. La solución viene por la forma de enseñar a los estudiantes. Todavía en muchas universidades hay modelos educativos muy centrados en el profesor y desconectados del catálogo productivo. Tenemos que enseñar a los estudiantes a conectarles con su profesión en el futuro».

En la segunda mesa, ‘La formación para el futuro y las nuevas profesiones que vienen’ se contó con Juan José Juárez, senior Project Manager de la Fundación Bertelsmann; Margarita Ortiz, vicepresidenta Fundación Créate; Iker Arce, CEO de The Bridge Digital Talent Accelerator; y Gabriel Masfurroll, presidente del Consejo SOCIAL de la Universidad Autónoma de Barcelona. La mesa fue moderada por Antonio San José, partner de KREAB.

En el marco de las profesiones del futuro San José puso sobre la mesa el papel clave que ocupa en la actualidad la inteligencia artificial. Ortiz, vicepresidenta de la Fundación Créate aseguró que «la inteligencia artificial va a cambiar el mundo de la educación y lo va a transformar en algo que no podemos ni imaginar ahora mismo, con lo bueno y malo que ello implica». Criticó que todavía se siga aprendiendo «de forma individual». «No hace falta que todos sepamos de todo, hay que aprender con otro que sepa lo que tú no sabes; el trabajo en equipo es fundamental y ahí es donde la inteligencia artificial podía aportar muchísimo».

De izq. a dcha.: Juan José Juárez, senior Project Manager de la Fundación Bertelsmann; Margarita Ortiz, vicepresidenta de la Fundación Créate; Iker Arce, CEO de The Bridge Digital Talent Accelerator y Gabriel Masfurroll, presidente del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y Antonio San José, parter de KREAB
De izq. a dcha.: Juan José Juárez, senior Project Manager de la Fundación Bertelsmann; Margarita Ortiz, vicepresidenta de la Fundación Créate; Iker Arce, CEO de The Bridge Digital Talent Accelerator y Gabriel Masfurroll, presidente del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y Antonio San José, parter de KREAB – ERNESTO AGUDO

Competencias para el 2025

Otra opinión diferente manifestó Gabriel Masfurroll, presidente del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante el coloquio compartió una anécdota con un cercano amigo suyo que está padeciencia la guerra de Ucrania: «Me dijo: «Esto no es el metaverso, esto es la guerra real y deberíamos tenerlo en cuenta»».

En cuanto a las competencias que serán necesarias para consgur un empleo, Juárez, senior Project Manager de la Fundación Bertelsmann, dijo que «las oportunidades laborales se generan en la interrelación de varias disciplinas. En cuanto a las perspectivas para 2025, la OCDE dice que las competencias tienen que ver con la resiliencia, con la capacidad de liderazgo, con la de trabajar en equipo….es todo transversal. ¿Eso donde se enseña? Es la clvave, las competencias son transversales y eso tiene que tener peso en la enseñanza-aprendizaje».

Masfurroll, del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona dijo que si bien «está muy bien que se pueda hacer una videoconfernecia con un médico, cuando estás enfermo y vas a ver al médico lo que necesitas es estar cerca de él, que te mire, que te cuide, y esto de momento no lo da la tecnologia, lo siento pero es así», zanjó. Arce, CEO de The Bridge Digital Talent Accelerator dijo que considera que «todo el mundo debe aprender a programar; y por otro no hay que olvidar la oleada de la empatía: entender qué pasa con los que nos rodean, eso es mas importante todavía: estamos mas lejos unos de otros», apuntó.

Por último, se sentaron en la última mesa Mercedes de Esteban Villar, vicepresidenta de la Fundación Europea Sociedad y Educación; Victoria Galán Muros, Jefa de Investigación y Análisis del Instituto de Educación Superior de la UNESCO y Lola Solana, Head of Small Caps & ESG Equity Funds del Banco Santander. La encargada de moderar fue Yolanda Gómez Rojo, subdirectora de ABC.

Respecto a la pregunta de si España invierte en educación y cuánto en comparación con nuestros vecinos, Villar, vicepresidenta de la Fundación Europea Sociedad y Educación dijo que nuestro país «sigue aumentando su gasto total en educación, también ha invertido más tomando como referencia el PIB respecto al año pasado y, comparado con el poder adquisitivo, si la media de la UE es del 24,8 por ciento, España está en el 26,6 por ciento. España invierte en educacion y cada vez más», concluyó.

Galán Muros, jefa de Investigación y Análisis en el Instituto de Educación Superior de la UNESCO dijo que es importante no solo saber cuánto se gasta sino también quién paga y en qué se invierte. «Si pensamos en España solo en educación superior, la comparativa con la OCDE nos dice que está un poco por debajo de la media, no es malo pero tampoco a la cabeza». Por otro lado, advirtió de que «siempre existe un problema que es que cuando se habla de inversion en Primaria y Secundaria nadie se lo cuestiona pero con la educación superior sí que hay dudas, se ve como algo elitista y, al final, la educación superior es tan importante como la inversión en niveles inferiores. Hay que ver la universidad como ese ente multiplicador de capital humano, investigación…que nos va a dar mas de la investigacion que se ponga en ella».

Lola Solana, del Banco Santander, dijo que en España «tenemos un sistema que nos dice lo que hay que hacer mientras que en otros países como Estados Unidos te preguntan qué harás, por eso, en nuestro país hay poca previsión y el mercado español es tan pequeño, eso se nota en la empresa privada y yo, que quiero invertir en empresas no solo con impacto social sino también con impacto en la educacion no encuentro….»

https://www.abc.es/sociedad/abci-alejandro-tiana-sistema-educativo-espanol-problema-no-cuantas-materias-aprueba-202203301409_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fsociedad%2Fabci-alejandro-tiana-sistema-educativo-espanol-problema-no-cuantas-materias-aprueba-202203301409_noticia.html

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La apertura de centros desde 2020 frena la pérdida de aprendizajes

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  • Un estudio elaborado por Cotec y EsadePol con datos del Instituto Vasco de Evaluación llega a la conclusión de que a pesar de la pérdida de aprendizajes durante los meses de confibnamiento y el verano de 2020, estos se vieron muy equilibrados a partir de septiembre.

España es uno de los países de la OCDE que menos tiempo cerró los centros educativos. Tan solo desde marzo hasta junio (y hasta septiembre si se cuentan los meses de vacaciones de verano). Desde septiembre de 2020 por supuesto, ha habido cierres de centros y aulas, así como miles y miles de cuarentenas, pero no cierres de todo el sistema educativo. En otros países sí.

Tanto la anterior ministrar de Educación, Isabel Celaá, como la actual, Pilar Alegría, han asegurado todo este tiempo que esto suponía un hito importantísimo para el sistema educativo español. Tal vez la investigación realizada por la Fundación Cotec junto a EsadeEcPol (el Centro de Políticas Económicas de Esade) pueda dar la razón, al menos en parte, a estas afirmaciones.

Ambas instituciones han contado con los datos de las evaluaciones que realiza el Instituto Vasco de Evaluación Educativa, una entidad del Gobierno vasco que realiza importantes informes sobre el estado de salud de su sistema educativo. Elaboran pruebas censales en 4º de primaria y 2º de ESO, con seguimiento del alumnado, con preguntas iguales para poder comparar a lo largo del tiempo y siempre hechas por personal externo a los centros educativos.

Con estas cifras han llegado a la conclusión de que el alumnado español ha sufrido una cierta pérdida de aprendizajes equilavelante, en algunos casos, al 20% de un curso lectivo. De media, a un 13% de dicho curso. A pesar de que no es poco, al comparar con los otros tres estudios hechos en diferentes países más allá del confinamiento (Dinamarca, Alemania y Brasil), la perdida de aprendizaje es menor en España. La clave, así lo entienden los investigadores como Lucas Gortázar, de EsadeEcPol, uno de los cuatro que firman el estudio, se encuentra en el hecho de que no se hayan cerrado las escuelas. Pero no solo.

Además de esta continuidad en la presencialidad a partir de septiembre, que podría relazionarse con otro proceso que se da todos los veranos y es el de la perdida de aprendizajes que rápidamente se recuperan en el momento en el que se retoman las clases, habría un elemento más, el de la «compresión de los aprendizajes». El hecho de que durante el confinamiento y en la reapertura del curso pasado hubiese una apuesta importante por ir a los contenidos mínimos y básicos ha tenido sus efectos positivos, aunque también contradictorios.

Por una parte, el alumnado que tenía peores resultados antes de la pandemia ha podido sostener su aprendizaje sin sufrir una pérdida este tiempo. Gortázar cree, como el resto de los compañeros de investigación, que esto se debe a esa compresión de los aprendizajes. Pero al mismo tiempo que se producía este efecto, había otro, que el alumnado que antes del confinamiento tenía mejores rendimientos perdía más aprendizajes al comparar sus resultados en las evaluaciones con el alumnado de su mismo año de la evaluación anterior.

Para realizar la investigación se han tenido en cuenta dos puntos diferentes: la evaluación que el Gobierno vasco realizó en marzo de 2021 a alumnado de 2º de ESO y 4º de primaria y la comparó con la evaluación que se realizó dos años antes, en 2019. La comparación entre ambas es la que refleja esa pérdida de aprendizajes.

Peor la pública

Los datos del alumnado de la escuela pública, aseguran los investigadores, son sustancialmente peores que los de la concertada. Eso sí, dice el informe que este resultado no tiene relación con el nivel socioeconómico ni del alumnado ni de la escuela en sí misma. A mismo nivel pública-concertada, la primera obtuvo peores resultados.

Preguntado Gortázar por este particular, asegura que no tienen información suficiente como para señalar una o varias razones unívocas. Pero sí plantean la hipótesis, apoyada en un informe previo realizado en Cataluña por el equipo de Xavier Bonal, sociólogo de la Universidad de Barcelona. Ambos creen que esta diferencia se debe a que la concertada ha estado más presionada este tiempo atrás, entre confinamiento y vuelta a la presencialidad, para mantener la relación estrecha con las familias y el alumnado. La posibilidad de perder estudiantes ante unas situaciones económicas muy inciertas para todas las partes, podría haber sid un acicate importante para la concertada a la hora de recuperar aprendizajes.

También señalan una mayor autonomía de los centros educativos para dar respuestas a los problemas y necesidades de su alumnado así como una mayor costumbre o posibilidad de llevar a cabo educación online.

Eso sí, señala el informe que también hay importantes diferencias dentro de la propia concertada, de manera que aquella con peores resultados previos a la pandemia tenía, ha perido aprendizajes, frente a la que tenía buenos resultados que no lo ha hecho.

Euskera y Matemáticas, peor

Las evaluaciones del ISEI-IVEI, así como los resultado de la investigación ahora publicada, toman en cuenta tres materias: Euskera, Matemáticas y Castellano. Las tres primeras son las que han salido peor paradas en esta pérdida de aprendizajes después de un año de pandemia. El castellano, sin embargo, se ha mantenido en el valor cero.

En este punto, así como en el de las razones para que la concertada salga mejor parada que la pública, no hay explicaciones claras. Comenta Gortázar que no han encontrado grandes diferencias de resultados entre los alumnos que hablan euskera o castellano en casa en estas pérdidas de aprendizaje. Es decir, que sus resultados han sido igual de buenos o malos independientemente del idioma que se habla principalmente en su casa.

En cualquier caso, Matemáticas y Euskera son las dos materias que se perciben como más complicadas y que, además, se aprenden fundamentalmente en la escuela. Además de que en el País Vasco, las matemáticas en secundaria se imparten en euskera.

Para Gortázar, más allá de que haya datos que podrían ser mejores, el hecho de que no haya habido una sangría en los aprendizajes, que las y los estudiantes con peores resultados hayan aguantado mejor el tirón estos meses o el uso de flexibilización y compresión curricular, son buenas noticias. Buenas noticias producto del no haber cerrado los centros educativos más allá del confinamiento de 2020.

Eso sí, lo malo de estos datos es que no son extrapolables a todos los territorios. Es presumible que hayan sucedido cosas parecidas en el resto de las comunidades autónomas, pero muy pocas administraciones se han tomado la molestia de realizar evaluaciones parecidas (Gortázar enumera Canarias y Cataluña, aunque insiste que el ISEI-IVEI «va 15 años por delante» del resto). Tampoco lo hizo en su momento el Ministerio de Educación y FP a pesar, recuerda el investigador, que personas y entidades se lo solicitaran.

Otra de las cuestiones que queda en el aire es que los datos que recoge el ISEI-IVEI con los que se ha elaborado el informe se refieren a primaria y, justamente, 2º de secundaria obligatoria, es decir, etapas y cursos en los que la presencialidad estuvo garantizada en todo el país. A partir de 3º y 4º de la ESO, cada territorio, cada centro, tuvo que hacer de su capa un sayo por la falta de recursos (materiales y humano), así como de espacios, para organizar las cosas: semanas, días u horas en casa porque no cabían todos los estudiantes al mismo tiempo fueron bastante comunes en buena parte del país. Ninguna adminsitración educativa ha recogido datos en este tiempo sobre los aprendizajes que se han perdido o no este tiempo en los últimos años de la ESO o en el bachillerato y la FP.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/16/la-apertura-de-centros-desde-2020-frena-la-perdida-de-aprendizajes/

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José Antonio Luengo: «La escuela no es un sitio donde hacer tratamiento psicológico pero sí prevención»

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Publicado en: El diario de la Educación

  • A dos años de que se decretara el estado de alarma a raíz de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, la que llevó a la población española a un confinamiento que debía durar 15 días pero se alargó varios meses. Conversamos con el experto en Psicología Educativa y Sanitaria y Decano de la Junta de Gobierno del Colegio de Psicólogos de Madrid, José Antonio Luengo, quien considera que la pandemia ha destapado un problema de salud mental que ha empezado a brotar como la boca de un volcán.

La llegada de la pandemia puso en jaque al mundo entero y con ello al sistema educativo que se enfrentó a un escenario de incertidumbre. El cierre del ciclo escolar en 2020 reveló que la población infantoadolescente lo había pasado peor o tan mal como los adultos, y se encontraban también expuestos a estrés y miedo. Por ello al momento de la evaluación final, según explica Luengo, “se planteó a los centros educativos cuidar cómo cerraban el curso, las calificaciones escolares, (…) valorar aspectos como el esfuerzo de las personas, la disciplina y todo lo que uno ha puesto para salvar la situación tan compleja”.

La experiencia escolar de 2020 fue casi una proceso de prueba y error, en el que se testearon medidas y procedimientos puestos en marcha para garantizar la seguridad sanitaria del alumnado y profesorado. Mascarillas, distancia social, extremas medidas de higienización y asistencia parcial caracterizaron el final del 2020 y sirvió de referente para ir mejorando el plan de acción iniciado para el retorno a un nuevo ciclo lectivo en septiembre de ese mismo año.

La incorporación de los estudiantes para el ciclo lectivo 2020-2021 vino acompañada de ansiedad, miedos, incertidumbres y mucho estrés. “Sin querer hablar de patologías o sintomatología clínica, pero es evidente que el malestar psicológico es frecuente en los niños, niñas y adolescentes”, explica Jose Antonio Luengo, y añade que se vio claramente un aumento de alertas relacionadas a desajustes emocionales y psicológicos, que a su vez se reflejaron en el incremento de solicitudes de asesoramiento de manera significativa.

¿Estamos hablando de que en 2021 los docentes y centros educativos contaban con mayor preparación para enfrentarse al escenario que destapó la pandemia?

Claro, se plantearon sobre todo medidas en el ámbito de los procedimientos, protocolos de intervención o herramientas que permiten a los centros elaborar planes para el cuidado, atención, protección y el acompañamiento del alumnado que estaba pasando por situaciones delicadas. La palabra protocolo es muy interesante desde el punto de vista del concepto, en la medida en que se pautan actuaciones a desarrollar, pero hay que insistir fundamentalmente en que los centros deben elaboraban eran planes individualizados de atención, ajustados a la necesidad del alumnado.

Esto forma parte de un sistema de planificación de acciones de evaluación de necesidades y de toma de consideración de medidas para atender esas necesidades desde el punto de vista de lo emocional. Entonces sí, se establecieron esas vías, pautas de intervención para que los centros tuvieran más claro qué pasos dar.

Lo que pudimos ver es que hubo un incremento de notificación de desajustes emocionales, crisis de ansiedad, trastornos relacionados a los miedos

Se fortalecieron los procesos de asesoramiento. Se incrementaron los recursos de orientación educativa, en general, en casi todos los sistemas y también en algunos se pusieron en marcha, como en Madrid, el fortalecimiento de sistemas para asesorar a los centros directamente cuando se encontraba con una situación de estas características.

Lo que se pudo ver es que hubo un incremento de notificación de desajustes emocionales, crisis de ansiedad, trastornos relacionados a los miedos, pero también se han incrementado las demandas de atención de asesoramiento por autolesiones y por ideación o pensamientos relacionados con la conducta suicida.

¿El incremento de estos desajustes emocionales e ideaciones de conductas suicidas es consecuencia de la pandemia? 

Hay que decir que la pandemia es muy responsable de esto, pero la salud de la salud mental infantoadolescente, valga el juego de palabras, ya venía resquebrajada desde hacía tiempo. Antes de la pandemia ya sabíamos que los desórdenes emocionales y psicológicos del alumnado, chicos, chicas, adolescentes, iban a más. Lo que pasa es que la pandemia ha recrudecido toda esta sintomatología, sobre todo en las poblaciones más vulnerables y la ha hecho mucho más palpable.

Desde las escuelas, ante esta situación ¿cómo se viene actuando?

Es muy importante decir que este es un tema de salud pública, no es un problema exclusivo de las escuelas. Es decir, que los problemas de salud mental que tienen muchos niños y niñas y adolescentes es un problema que obedece a muchas causas. La escuela se encuentra con él porque los chicos están escolarizados durante casi 180 días al año, 7 horas al día. La escuela hace lo que puede y habitualmente incluso mucho más, pero el sistema educativo tiene su cartera de servicios.

La escuela no es un espacio para tratar, para hacer psicoterapia. La escuela es un espacio donde se desarrollan procesos de enseñanza y aprendizaje, donde se desarrollan proyectos basados en la convivencia pacífica, democrática. Indudablemente va intentar incrementar los factores de protección del alumnado y reducir los factores de riesgo, pero este es un problema que tiene que ser acometido por toda la sociedad, requiere una mejora de los servicios de salud mental, centros especializados, mejora de los servicios de atención primaria. Requiere también una implicación de los ayuntamientos en materia de programas y proyectos de actividades de ocio y tiempo libre de los chicos y las chicas de la localidad donde viven. Requiere de una reflexión sobre el modelo educativo imperante en las familias. Este es un asunto muy importante.

La salud mental requiere de una reflexión sobre el modelo educativo imperante en las familias, es un asunto muy importante

Se tiene que tomar decisiones claras respecto a los sistemas educativos porque el incremento de desórdenes emocionales y su detección se va seguir evidenciando. Es necesario un giro en la escuela, respecto a la cultura, incorporar la psicología pero de una manera estable. Hoy en día contamos con sistemas de orientación que no dan abasto ni están especializados para atender este tipo de cuestiones. El incorporar psicólogos educativos a los centros educativos es imprescindible y esto es algo que tendrán que hacer las administraciones educativas.

Es muy importante revisar otros aspectos como son la posible incorporación de otros profesionales al campo de desarrollo. Por ejemplo, los profesores técnicos de servicios a  la comunidad son especialmente necesarios por el trabajo que hacen de acompañamiento social, intervención social con las familias. Deben ampliarse esos recursos. Tenemos que trazar una línea especial en formación de profesorado durante el grado como durante el ejercicio. Tomar decisiones en este sentido es algo que si no se desarrolla adecuadamente nos va pasar factura.

Respecto a destinar recursos ¿cree que se está en camino a ello o es algo que aún se debe hacer con urgencia?

Estamos empezando a rascar esta realidad que ha brotado como la boca de un volcán que se ha resquebrajado, estamos viendo cómo las lenguas de lava siguen cayendo por la ladera. Va costar quitar todo esto. Para quitar este dolor y sufrimiento hacen falta recursos  y mas formación. Durante un tiempo va parecer que todo lo que se haga es poco en esta materia, pero es importante hacerlo. Creo que estamos en un momento en el que todos nos tenemos que sensibilizar, estamos en el siglo XXI, en el año 2022 y la salud mental ha cobrado una presencia en la agenda pública que es necesaria aprovechar.

Un centro educativo, ahora más que antes, no debe ser contemplado como un sitio donde los niños van a  aprender asignaturas, sino un sitio donde los niños y niñas y adolescentes aprenden a vivir, convivir, a generar conocimiento compartido, a aprender junto con otros, a interpretar la vida y sobre todo aprender a cómo estar en la vida.  Esto es muy importante, el desarrollo de proyectos y programas que tienen que ver con la gestión emocional y, por lo tanto, con la promoción del bienestar psicológico.

El malestar psicológico va estar siempre en nuestras vidas, siempre aparecerá, por eso es importante generar buenos programas basados en evidencia, que permitan que los centros educativos trabajen estos contenidos y tengan tiempo para hacerlo. No quiero hablar de asignatura, esto es el tejido del que está hecha el alma humana, la emoción, la capacidad para interpretar la vida, para saber quiénes somos, dónde estamos, cuál es nuestro papel, cómo respondemos a los retos. Estas son cosas que la escuela tiene que incorporar en su cultura.

La escuela no es un sitio donde hacer tratamiento psicológico, pero es un sitio donde sí hay que hacer prevención. La prevención de los trastornos, desórdenes y desajustes emocionales se puede hacer con trabajo en equipo junto a  los docentes y otros profesionales. La presencia de educadores sociales, profesores técnicos de servicios a la comunidad, orientadores pero también psicólogos, es especialmente importante. Si bien en los centros educativos hay psicólogos, no están realizando labor de psicólogos, ejercen labores de orientación educativa que si bien es imprescindible, no es solo eso lo que exige el momento actual.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/14/la-salud-mental-del-alumnado-es-un-problema-que-tiene-que-ser-acometido-por-toda-la-sociedad/

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Cuatro de cada diez niños españoles tienen riesgo de sufrir discalculia

Por: ABC

La identificación temprana de la llamada «dislexia de los números» es crucial para poner en marcha programas de intervención que disminuyan el riesgo de bajo rendimiento en matemáticas.

La discalculia es la gran desconocida de las denominadas Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA), pero es más común de lo esperado. De hecho, se calcula que hay unos 3 millones de personas con discalculia en nuestro país, y que afecta a 1 de cada 25 niños. Coincidiendo con el Día Internacional de la Discalculia, que se celebra el 3 de marzo, Smartick, el método español de aprendizaje online de matemáticas y lectura líder a nivel mundial, presenta los datos obtenidos en su test para detectar si los niños están en riesgo de sufrir este trastorno.

La llamada ‘ dislexia de los números‘ conlleva consecuencias a nivel académico y psicológico en los niños, pero el problema se extiende también a las acciones del día a día, como, por ejemplo, leer un reloj de agujas, memorizar teléfonos, controlar las dosis de las medicinas o calcular la vuelta de la compra.

Con el objetivo de dar visibilidad a este trastorno y ayudar a su detección temprana, Smartick, en colaboración con expertos de las universidades de Málaga y Valladolid, ha diseñado un test estandarizado online gratuito que permite identificar en tan solo 15 minutos a aquellos niños en riesgo de tener discalculia. Esta prueba, que aboga por la inclusividad de las personas con dificultades de aprendizaje, está disponible en español, inglés y portugués. El test está dirigido a niños de entre 6 y 10 años, ya que, según los expertos, estas son las edades idóneas para identificar el problema y empezar a ofrecerles los recursos necesarios que les ayuden a adaptarse al proceso de aprendizaje sin llegar a frustrarse.

Desde su lanzamiento en 2020, cerca de 6.300 niños han realizado el test y, de acuerdo con los datos recogidos, un 42% de ellos está en riesgo de padecer discalculia: el 24% debido al número de aciertos y el 18% restante por tiempo de respuesta. La mayoría de los evaluados hasta la fecha han sido estudiantes de 4º de EP (44%), seguidos de los de 5º (19%) y, finalmente, 3º y 2º de EP (más del 14% en cada curso).

Por género, los resultados del test reflejan que apenas hay diferencias significativas entre niños y niñas (42% y 39% respectivamente.)

Para determinar el riesgo de los menores a tener la llamada dislexia de los números, Smartick propone distintas actividades divididas en tres áreas a analizar:

· Comparación y reconocimiento de cantidad: tareas diseñadas para examinar la habilidad de reconocer y manipular cantidades numéricas sin contar. En específico, se evalúa el reconocimiento automático de pequeños conjuntos (subitización) y la capacidad de percibir grandes numerosidades (sistema numérico aproximado).

· Números arábigos y numeración: ejercicios de reconocimiento numérico y comparación de números para evaluar el procesamiento del código simbólico verbal.

· Aritmética: ejercicios de operaciones simples de suma, resta y multiplicación.

¿Cómo enseñar matemáticas?

La identificación temprana de la discalculia es crucial, pues permite poner en marcha programas de intervención que resultan efectivos para minimizar las consecuencias del problema. Se recomienda una enseñanza de las matemáticas muy pautada, con secuencias de aprendizaje bien estructuradas y con uso de objetos manipulativos, que favorezcan la comprensión profunda de los conceptos matemáticos. Esto es esencial antes de progresar hacia conceptos más abstractos.

En este sentido, el método español de aprendizaje online de matemáticas y lectura es de gran ayuda en el refuerzo de los niños con discalculia, ya que su inteligencia artificial permite conocer el perfil y velocidad de aprendizaje de cada niño. De esta forma, se adapta el contenido en tiempo real a su comportamiento para que pueda desarrollar confianza en sí mismo y una actitud positiva hacia las matemáticas, libre de frustraciones.

«Desde Smartick, hemos querido aportar a la comunidad educativa y a los padres un instrumento con el que poder detectar de forma temprana este trastorno de aprendizaje matemático poco conocido. Es muy importante que estos niños avancen al ritmo que les marca su propia capacidad de aprendizaje, sin dejar lagunas en conceptos básicos que son fundamentales a la hora de construir conceptos más abstractos. Para ello, el plan de estudios que propone Smartick se adapta por completo a las capacidades individuales y permite al niño avanzar según su necesidad», afirman los fundadores del método español online, Javier Arroyo y Daniel González de Vega.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cuatro-cada-diez-ninos-espanoles-tienen-riesgo-sufrir-discalculia-202203052335_noticia.html

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