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¿De verdad es la evaluación un problema?

España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Manuel Jesús Fernández Naranjo / Fuente: EvaluAcción

La evaluación es el proceso más complejo de cualquier organización. Decidir qué, quién, cómo, cuándo, a quién y para qué evaluar resulta, en la mayoría de los casos, una de las decisiones más difíciles de tomar. Y lo estamos viendo con el globo sonda, repetitivo en la mayoría de las administraciones, de la evaluación docente. Pero, no quiero entrar en este tema, no por su complejidad, sino porque es sólo un ejemplo de lo anterior y no el tema de esta entrada.

Porque me quiero centrar en un hecho que vengo experimentando durante estos últimos años y es que la evaluación se convierte en una ayuda para los actores del proceso de aprendizaje y no es ningún problema. En definitiva, mi tesis es que la evaluación no es un problema sino que es el principal elemento de cohesión de la comunidad educativa.

Pero, vayamos a las causas, según mi punto de vista, de por qué la evaluación educativa se ve como un problema que pone de los nervios a toda la comunidad educativa.

  • La evaluación confundida con calificación
  • La evaluación como una meta y no como un proceso
  • La evaluación con instrumentos limitados
  • La evaluación como castigo
  • La evaluación como una decisión individual

Y, ahora, veamos los argumentos para afirmar que la evaluación no es ningún problema, que evaluar es algo que facilita y fundamenta el aprendizaje auténtico. Para ello, me gustaría recordar varios ejemplos de cosas que pasan en las aulas donde comparto aprendizajes con el alumnado.

En primer lugar, lo que una alumna me comentó hace poco cuando le entregué una rúbrica para que se autoevaluara:¡cómo me voy a poner yo la nota si el maestro eres tu!. Y en segundo lugar, lo que otra alumna dijo cuando después de reflexionar sobre lo que había hecho durante lo que llevábamos de trimestre: yo ya no merezco el 10, maestro. Creo que estas dos anécdotas de aula reflejan todo lo que evaluación es ahora mismo y, también, lo que no debería ser, ya que se piensa  y se tiene más que asumido mayoritariamente que la evaluación es una responsabilidad exclusiva del docente y que el alumnado no tiene ninguna responsabilidad en la valoración de SU aprendizaje. Porque no lo olvidemos, si queremos que el alumnado aprenda de verdad debe ser responsable de su aprendizaje, para empoderarse, para ser autónomo y competente. Y no lo es en absoluto, por su relativa inmadurez, por la falta de hábito y, sobre todo, por un sistema de evaluación radicalmente vertical y nada participativo.

ben-mullins-785450-unsplashSin embargo, como pasa en esas aulas donde comparto aprendizajes con el alumnado, la evaluación cuenta, en primer lugar, con instrumentos muy variados como rúbricas, pruebas cooperativas, juegos, actividades individuales, en pareja y en grupo, explicaciones, creación de productos, trabajo en el aula, etc., lo que provoca que se vaya asimilando algo que yo les digo continuamente: no hacemos exámenes, pero nos examinamos continuamente. Además, también usamos estrategias variadas como flipped, trabajo cooperativo y colaborativo, cumplimiento de plazos o autoevaluación y coevaluación. De esta forma, la evaluación se empieza a entender, porque cuesta trabajo cambiar hábitos adquiridos que se entienden como inmutables, como un proceso y no como un resultado, como un camino y no como una meta y, por ello, la evaluación no se confunde con calificación, aunque administrativamente haya que ponerla, sino que se empieza a entender como el resultado de lo realizado y aprendido durante un tiempo determinado y de lo que ellos son responsables y, esto es muy importante, participan. Por eso, también, la evaluación se convierte en una ayuda eficaz para mejorar el aprendizaje y no se ve como la posibilidad de un castigo por no hacer algo bien, sino un manera de aprender para hacerlo mejor.

Y termino con el comentario de estas experiencias de aula con una anécdota de ayer mismo. En mi centro se hacen desde el curso pasado exámenes comunes para todos los niveles, (algo que me parece completamente contrario a los principios de la educación del siglo XXI como diversidad, inclusión, personalización, evaluación formativa, por ejemplo, pero que asumo como docente del centro) y un alumno de 1º de ESO me comentó que cómo iban a hacer ellos un examen común “si no habíamos dado nada”. Entonces, yo le pregunté qué era el Ecuador y me dijo: “la línea que divide a la tierra en dos mitades” y le insistí preguntándole cuáles eran los movimientos de la tierra, y me dijo: “rotación y darle la vuelta al sol”, e insistí más preguntándole cuál era la cordillera que divide Europa y Asia y, sí, me dijo, “los Urales”. Entonces entendió, entendieron, que no quería decir “dar” sino “estudiar de memoria”. Creo que hace falta comentar poco más.

En definitiva, podemos concluir que la evaluación deja de ser un problema si podemos hacer que ocurra lo siguiente:

  • Hacer de la evaluación un proceso que reduzca, hasta hacerla irrelevante, la importancia del final, de la meta.
  • Hacer al alumnado responsable de su aprendizaje y, lógicamente por eso, de su evaluación y, por tanto, también enseñarles a participar de manera objetiva en su propia valoración y en la valoración de sus compañeros.
  • Utilizar estrategias e instrumentos muy variados de forma que el alumnado tenga la certeza de que su evaluación es formativa, de que aprende evaluando y evalúa aprendiendo.

Yo estoy en ello y observo que cuando el alumnado asume el proceso, sabe que su evaluación es para mejorar y entiende que su “nota” depende de él y no de mí, todo es mucho más fácil y mucho menos problemático. Y sí, las familias lo asumen también con naturalidad.

Fuente del Artículo:

http://evaluaccion.es/2018/11/26/de-verdad-es-la-evaluacion-un-problema/

ove/mahv

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Mi orgullo, soy profesor

 Argentina / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Daniela Leiva Seisdedos / Fuente: Revista El Arcón de Clío

La vida del buen docente es un ejercicio permanente de generosidad. Primero como profesores activos, en el día a día en nuestras aulas, en los pasillos del colegio con una mano extendida ante las dudas de nuestros alumnos y luego, al llegar la madurez,  cuando decimos que nos llega la hora de jubilarnos. En el tiempo que estamos en una escuela o fuera de ella se acrecentarán las huellas de nuestro paso por los caminos infinitos de la enseñanza, pero…siempre seguiremos siendo profesores, siempre docentes.

Hoy, más que entregar conocimiento, el profesor debe ser efectivamente un conductor de la búsqueda de las preguntas de los jóvenes, preguntar, preguntar porque si nosotros los profesores no somos formados y formamos vocación con profesionalismo no enseñaremos a preguntar y en la pregunta va haciendo camino hacia la libertad. En la vocación de hacernos preguntas, la educación se convierte en un sano ejercicio contra la ignorancia.  Ningún profesor quiere formar analfabetos funcionales, o sea las personas que saben leer y escribir pero no pensar.

Mi trabajo como profesora va más allá de un simple trabajo de forma mecanizada, de un título que poseo o de un cargo y tampoco se agota en la vocación. Mi pasión por mi profesión se da en la elección de una forma de vida que asumo desde mi labor diaria, con las exigencias, las luchas no solo por un salario digno, o el agotamiento del stress o presiones laborales. Siempre llevo en mi mascaron de proa el manteniendo vivo de la esperanza y la alegría de hacer lo que elegí ser, eso es lo más reconfortante; trabajar de lo que nos gusta y elegimos.

Educar siempre es un acto de amor, de generosidad, por eso no entiendo la miopía educativa que han poseído algunas autoridades educativas en este bendito país, han hecho políticas de gobiernos impuestas y no políticas de estado; gobernando para elecciones y no generaciones. Los docentes  debemos  imaginar nuestro futuro para cambiar nuestro presente. En definitiva los profesores son servidores sociales de sus estudiantes y de la sociedad en general. Esa vocación de servicio y de entrega es imprescindible para construir una carrera exitosa dentro del campo de la enseñanza pensando siempre en nuestro porvenir.

Cuando hacemos nuestra tarea no solo damos conocimiento. Los conocimientos no serán suficientes si no están acompañados de valores como la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad, el respeto a las personas, el trabajo en equipo. Creemos firmemente que, más que la cantidad de conocimiento o datos entregados, es mucho más valioso, la capacidad de saber cómo adquirir nuevos conocimientos y poder aplicarlos cuando sea necesario. El docente si es honesto y responsable con su tarea debe procurar que sus alumnos sean mejores que él. No debe ser egoísta.

Digo estas palabras cargadas de sinceridad en honor a la justicia.

La Educación la veo como una plataforma apoyada en cuatro pilares: El Estudiante, docente; Las políticas educativas y los Padres de Familia. Aquí son importantes los compromisos políticos y un compromiso político es fundamental para este país: la educación para los niños de Argentina.

Todos los niños y jóvenes de mi país, sobre todo los niños y jóvenes pobres, merecen una educación de calidad con inclusión y, por lo tanto, se requiere un compromiso distinto con los profesores, con la formación del sistema a todos los niveles, incluyendo naturalmente a las universidades que siempre están alejadas de los estratos de educación anteriores a ella. Están muchas veces en una sintonía distinta o trabajando en compartimento estanco.

Actualmente muchas escuelas viven una crisis institucional que afecta a sus funciones, a su relación con el entorno y a su estructura interna y externa.

La educación y su instrumentación es un fusible ante lo que no se consigue. Se vive una crisis porque no se valoriza el diseño de las políticas educativas, el problema de estas crisis es que no se toman a las crisis como oportunidades de cambio y sí como oportunidad de ver a quien le echamos las culpas de nuestras desgracias.

La libertad de pensamiento no es un estado de gracia, sino un proceso y en ese proceso madurativo lleva el gen fundacional de una educación plena. La ignorancia que trae la falta de educación es la raíz de todos los males, de toda vida servil.

La educación tal como lo dicen las leyes en nuestro país y el mundo no debe ser una utopía a causa de los descensos en la valoración social del docente que se registran actualmente.

Las propuestas educativas tienen que tener valor en la palabra, éxitos en la implementación de los programas educativos, compromiso desde las autoridades en querer que todos tengamos una educación con calidad y profesionalización en los docentes y alumnos así se logra un compromiso de toda la sociedad.

Ha sido para mí la enseñanza un altísimo ministerio social, a cuyo desempeño he sacrificado el brillo de la vida y las solicitudes de la fortuna: el tiempo, el reposo, la salud, y en momentos amargos, mi paz y la alegría de mi familia”

José Estrada, educador argentino

Fuente del Artículo:

Mi orgullo, soy profesor

ove/mahv

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La estudiante madrileña que rompe el silencio sobre la prostitución: «Sí, hay esclavitud en tu ciudad»

Por: Sara Polo/Rebelión

Alejandra Acosta es la fundadora de Break the Silence, un proyecto de formación y lobby que busca concienciar sobre la trata de personas.

 

Es pequeña. Para hablar de sí misma no usa «joven», usa «pequeña». 22 años, a la sazón. A falta de entregar el TFG para poder decir, con todas las de la ley, que es trabajadora social. Pero con cuatro años a sus espaldas de trabajo social del de verdad, del de hacer algo. La historia de Alejandra Acosta es la de una chica normal que decidió embarrarse por pura convicción personal y se metió en el peor de los charcos: el de la trata de personas.»He conocido cosas del ser humano que me dan ganas de vomitar negro», reconoce, y su gesto es el de alguien que, efectivamente, ha visto lo que nadie quiere ver. Ha conocido a chicas como ella que han sido esclavas sexuales durante su adolescencia, a adultas que han salido del más sucio de los agujeros y ni siquiera son conscientes, pero todo empieza mucho antes de eso. Todo empieza con una conferencia, con muchas lágrimas y con una ruptura.
Tenía 18 años y estaba en primero de carrera cuando se acercó, casi por casualidad, a un congreso de lo suyo. Le llamó la atención el nombre de una de las charlas: Esclavitud en tu ciudad, y entró con una mezcla de escepticismo y curiosidad. «Suena a ignorante, pero es que hace cinco años el tema de la trata era cero sonado», reconoce, «¿cómo iba a haber esclavitud en Madrid?».

El caso es que allí conoció la historia de una chica nigeriana de 17 años a la que una organización había rescatado de una red de explotación sexual y se abrieron las compuertas. «No soy una persona demasiado emocional, pero no podía parar de llorar y de darle vueltas», recuerda. Noches sin dormir y mucha reflexión más tarde, llegó una ruptura de pareja que terminó de hundirla en sí misma.

«Me centré en mi carrera, me encerré en la biblioteca a buscar libros sobre trata de personas«, cuenta. Y leyó y leyó durante horas, seis meses de perspectiva política, económica, social. En su cabeza se iba fraguando una idea que se hizo realidad el día que conoció a Priscila, hoy su mejor amiga, que sin saberlo también había acusado los efectos de aquella charla. Había nacido Break the Silence, el germen de un proyecto que se convertiría en la motivación de su vida.

De tú a tú con los más jóvenes

Y sigue siendo pequeña. Pero eso, para ella, es más una ventaja que un inconveniente, porque frente al «qué me va a venir a contar esta niña» de los adultos está su target, los adolescentes, que la reciben con la mente mucho más abierta que frente a un profesor. Break the Silence ha desarrollado, de momento, una de las patas de su trípode fundacional: la prevención.

Más de 5.000 estudiantes de entre 14 y 21 años han escuchado a Alejandra Acosta hablarles de prostitución, esa palabra que genera horror y morbo a partes iguales, de consentimiento… en definitiva, de sexo. «Muchos directores de colegio se sorprenden de que vaya a plantear conceptos así a chicos tan jóvenes, pero oiga, su hijo consume porno desde los 12 y no es virgen desde los 14, estamos educando en el siglo XIX a chavales del siglo XXI», alega ella.

Todo arranca con 45 minutos de charla, pero el resultado a veces es mejor del esperado: «A lo mejor a la mitad les ha entrado por un oído y les ha salido por el otro, pero yo tengo caras de chicas que se me han acercado y me han dicho: ‘Oye, yo me he sentido abusada, estoy pasando esta situación’. Con algunas tengo relación, he visto cómo han caído de nuevo en manos de su agresor, he llorado con ellas. Para mí ese es el impacto que queda». Porque la clave es que esa chica morena que viste de mayor les habla en su idioma, es como ellos, y le cuentan lo que le contarían a una amiga. «Es una tirita, claro, pero que al menos tengan la vacuna del conocimiento», dice, «por estadística, la mitad acabará consumiendo prostitución, pero al menos que sepan lo que compran».

De Rumanía a México para poner rostro a las cifras

Su filosofía no es cambiar el mundo, sino su entorno, y para ello ha conocido la realidad de dos países con cifras de explotación sexual que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Aprovechó su Erasmus en Rumanía para entrar en un centro de la organización Reaching Out Romania, que rescata a chicas de entre 13 y 22 años de las redes de tráfico de personas. «Allí fue realmente donde entendí el delito de verdad», reconoce, «a las victimas y a los victimarios, me ayudó a ver el dibujo mucho más grande. No es ‘ella, pobrecita y él, qué malo’, es muchísimo, muchísimo más amplio que eso».

Alejandra puso cara a su discurso y su discurso nunca volvió a ser el mismo: «Estoy aprendiendo a no revictimizarlas deshumanizándolas con palabras grandilocuentes». Allí también comprendió cosas terribles, como que las heridas de la esclavitud sexual no sanan nunca, o como que hay víctimas tan jóvenes que ni siquiera entienden el horror por el que han pasado, que han normalizado la violación hasta tal punto que casi no existe trauma. «No son la víctima perfecta, vienen con esa etiqueta que se ponen ellas mismas de ‘puta empoderada’, de ‘esto lo hago yo porque quiero’ pero me siento explotada por mis condiciones laborales», explica, «y sólo años después comprenden que nunca quisieron hacerlo».

Y de Rumanía a México con Unidos contra la trata, la mayor organización de rescate de personas víctimas de tráfico humano. Allí conoció a Neli Delgado, a quien un hombre prometió el oro y el moro del amor y que se encontró prostituida y encerrada en alguna ciudad perdida. Y a Mixi Cruz, que acabó igual, solo que engañada por un familiar en lugar de por un novio. Ha visto cosas del ser humano que le dan ganas de vomitar negro, sí, pero se queda con esas otras, las que cambian las cosas, que siembran un halo de esperanza.

De sus charlas, breves pero efectivas, a veces nacen ciclos de conferencias en colegios e institutos, a veces estrategias de género, a veces sólo una semilla como la que puso en ella aquella historia de una chica nigeriana esclavizada en una calle española cualquiera, por el vecino de cualquiera. Porque sí, hay esclavitud en tu ciudad, ella misma lo ha vivido de cerca: acabó descubriendo que la «buena familia» de esa conocida con problemas personales vivía del proxenetismo.

‘Lobby’ político y trabajo con víctimas en el horizonte

A lo largo de su carrera, Alejandra ha participado ya en debates incluso en el Vaticano, en los que ha demostrado que su juventud sólo añade futuro a su futuro. Recientemente ha participado en el proyecto Equality, con el que Trivu (anteriormente Pangea), ecosistema internacional de talento con mentalidad joven, y Sodexo, líder mundial en servicios de Calidad de Vida, han buscado 10 mujeres de entre 18 y 26 años destacadas en sus ámbitos profesionales y «líderes del mañana» de todo el mundo, con el objetivo de dar visibilidad al impacto que están generando en la sociedad y empoderarlas para encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las mujeres a través de diversos talleres.

En el horizonte de Break the Silence, dos objetivos: el lobby político, que ya se sustancia con reuniones con las alas más jóvenes de los partidos; y apoyo para la reinserción de las víctimas, porque si algo ha aprendido es que el abolicionismo debe venir acompañado de nuevas perspectivas laborales, si no, está cojo. Todo, siempre, desde la duda de quien es «pequeña» y no para de aprender. Pero también desde la convicción de alguien que quiere cambiar algo para cambiarlo todo. «No sé cómo lo voy a hacer, pero lo voy a hacer», dice, y de su voz se desprende que lo hará, así se embarre hasta la coronilla.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247668&titular=la-estudiante-madrile%F1a-que-rompe-el-silencio-sobre-la-prostituci%F3n:-%22s%ED-hay-esclavitud-en-tu-

 

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Puerto Rico: Mensaje de un estudiante dotado boricua que todos deben leer

Puerto Rico / 31 de enero de 2018 / Por: / Fuente: http://www.elvocero.com/

“Hoy intentaré llevar un mensaje que yace en el corazón de miles de jóvenes de nuestro país; jóvenes, a quienes la vida les ha regalado talentos espectaculares, pero su medio ambiente, en muchísimas ocasiones, les hace sentir que no son parte del mismo, que no son importante para un desarrollo del país”.

Con este contundente mensaje y sin leer su ponencia, el niño Pedro J. Bonilla Morales, en representación del Instituto de Estudiantes Dotados, se dirigió a la Asamblea Legislativa en una vista pública sobre el Proyecto del Senado 743, presentado por el presidente de la Cámara Alta, Thomas Rivera Schatz y el senador Abel Nazario Quiñones, que busca establecer el Programa de Internado para Estudiantes Dotados de Puerto Rico; crear una comisión que tendrá a su cargo la organización y funcionamiento del programa; y para otros fines relacionados.

“Los jóvenes dotados representan una de las herramientas de desarrollo más importante de nuestro país. Nadie discute, que la tecnología del conocimiento podría ser la punta de lanza de nuestro futuro. La creatividad, la pasión y entrega de los jóvenes son importantes para alcanzar esa meta”, agregó Bonilla Morales, de 11 años.

El niño, que cursa el sexto grado en el Colegio Puertorriqueño Marinel en Levittown, destacó varios aspectos del proyecto legislativo que hace énfasis a recibir educación de acuerdo a sus intereses y necesidades; pensar de forma diferente o sugerir ideas diferentes de hacer las cosas; y decidir cuáles áreas de talentos quiere desarrollar.

“Todos reconocemos que somos diferentes, pero, como sociedad, queremos que todos aprendan como si fueran la misma persona. Esa estandarización de los procesos ha creado, sin desearlo, un ambiente solitario, doloroso y decepcionante para aquellos que mientras en el aula se practica la suma de fracciones, podemos manejar la factorización de polinomios”, abundó.

A modo de analogía, Bonilla Morales recordó que el 20 de septiembre de 2017, su familia tomó la decisión de pasar el huracán María en casa de su abuela. A las 10:00 p.m., según dijo, después del paso del huracán, su papá lo levantó apresuradamente, y le dijo “nos vamos”.

“Yo no entendía, ¡lo peor había pasado! Pensaba yo. Me tomó de la mano y me llevó afuera. Al ver el carro cubierto por el agua, la basura y los escombros flotando y los postes del tendido eléctrico derribados, mi corazón se llenó de temor. Levittown, Toa Baja, era otro lugar. Comenzamos la travesía a un refugio bajo agua, el agua mal oliente me llegaba al pecho, mi hermano de 8 años en varias ocasiones sucumbió dentro del agua; no veía luces blancas, todas eran rojas, amarillas o azules, aún ahora me acuerdo y no puedo evitar el sentir dolor de la compañía de impotencia”, afirmó.

Fuente noticia: http://www.elvocero.com/educacion/mensaje-de-un-estudiante-dotado-boricua-que-todos-deben-leer/article_b3271bd8-05c9-11e8-9cbd-438af68e1a2e.html

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Un estudiante alemán recorre 5.800 km en China para comprender el sueño chino

03 Diciembre 2017/Fuente:spanish /Autor: El Pueblo en Línea

Para su tesis de posgrado, un estudiante alemán recorrió 5.800 kilómetros en China para aprender sobre el sueño chino entre la gente común, informó Qianjiang Evening News el 27 de noviembre.

«¿Cuál es tu sueño chino?» Esta es la pregunta que planteó por cada extraño con quien se cruzaba en su viaje de 100 días.

El estudiante de 28 años, de apellido Jorg, vino a China por primera vez en 2011. Después de un año en China sabía usar los palitos chinos y hablar chino. Debido a su interés en la cultura china, fue a la Universidad de Zhejiang en 2015 para cursar una maestría en sinología.

Según Lu Yuan, profesor de sinología en el Instituto de Estudios de China en la Universidad de Zhejiang, la sinología no se limita al aula y se alienta a los estudiantes a explorar la sociedad china para encontrar problemas sociales a través de entrevistas e investigaciones.

Jorg aprendió el término «sueño chino» en 2013, y ahora se ha convertido en una palabra de moda en la sociedad china. Debido a su afán por comprender la verdadera connotación del término entre la gente común, decidió comenzar su viaje de investigación en mayo de 2016.

Jorg cree que andar es natural, respetuoso con el medio ambiente y flexible. Antes de comenzar su viaje, específicamente llevó a cabo un entrenamiento con bicicleta.

Su viaje abarcó 12 provincias, regiones autónomas y municipios, desde la ciudad más al norte de Mohe hasta la ciudad más meridional de Sanya. Jorg ha establecido una cuenta pública en las redes sociales para registrar y compartir sus experiencias durante el viaje.

La disparidad urbano-rural fue uno de los focos de su investigación. Descubrió que las personas en el campo luchan por una vida pacífica, mientras que los residentes urbanos siguen sus corazones.

Además, las generaciones anteriores de chinos están más preocupadas por la estabilidad social y la igualdad que los deseos sobre la economía, dijo Jorg, añadiendo que la educación y el desarrollo individual son la principal consideración de la generación joven.

Jorg concluyó que los sueños de los individuos son más realistas y están más relacionados con la riqueza, la felicidad y la autorrealización. Desde una perspectiva oficial, el sueño pinta una imagen más amplia del rejuvenecimiento nacional, señaló.

Aunque las personas buscan su propio camino para hacer realidad sus sueños, todos creen que un país fuerte es el requisito previo, dijo Jorg.

Fuente de la noticia: http://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2017/1129/c31614-9298374.html

Fuente de la imagen:

 http://spanish.peopledaily.com.cn/NMediaFile/2017/1129/FOREIGN201711291103000586947

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Rumbo a 2020: ¿es posible evaluar una educación para el desarrollo sostenible?

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Lizbeth Torres Alvarado / Fuente: INEE

Las naciones firman acuerdos por anhelos comunes, pero ¿qué tan sencillo es alcanzarlos? En entrevista, Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadística de la UNESCO, propone estrategias para las naciones que han asumido los Objetivos de Desarrollo Sostenible y señala: “Estamos corriendo un riesgo. Hay queja con respecto al uso de los datos de la evaluación. No hemos sido capaces de demostrar cuál es su utilidad”.

 

Educación de calidad, el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible Desde el punto de vista de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), tenemos un enfoque de capacidad y de aprendizaje durante el ciclo de vida, con un fuerte componente de equidad. Esto implica tomar en cuenta la ubicación geográfica y el nivel socioeconómico de los grupos poblacionales, como lo señala el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

El enfoque de Educación para Todos incluye la multiplicidad de habilidades y de contenidos que contribuyen a la formación de un ciudadano íntegro. Esto implica el manejo de dimensiones cognitivas y socioemocionales que le otorguen al estudiante la posibilidad de participar como integrante completo, con conocimientos, en la construcción de proyectos sociales regionales, nacionales o globales. Ésta es nuestra visión compuesta de lo que implica la educación.

 

Logros de México

 

México es uno de los países latinoamericanos más avanzados en cuanto a la calidad educativa. El país está haciendo y ha hecho un gran esfuerzo para incorporar estas distintas dimensiones. De hecho, es líder regional por tener una visión integral de los procesos educativos que ponen en el centro temas de equidad, inclusión de poblaciones indígenas y aspectos culturales.

 

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En cuanto al tema de la inversión educativa, los ODS marcan claramente que ésta es una agenda universal, no particular, de los países en desarrollo. Ocuparse de poblaciones de distintos orígenes étnicos o socioeconómicos implica desarrollar respuestas. En ese sentido, un país con las características de México —o con las de los países desarrollados que tienen contingentes de refugiados o migrantes— tiene la necesidad de atender las diferencias culturales de los grupos poblacionales e integrarlos en esquemas de aprendizaje efectivo y flexible.

 

El diseño de políticas educativas necesita estar atento a esas diferencias para ser inclusivo. Esto tiene relevancia en la oralidad, la escritura y el ciclo de vida de los niños y de los jóvenes.

 

Entonces, el diseño de políticas educativas debe atender la diversidad y tratar de tener especificidad. Es cierto, las necesidades son muchas: entre la cobertura de aspectos socioeconómicos, la necesidad de atender estas diversidades y, por supuesto, la insuficiencia de recursos, evidentemente estamos desbordados. Pero la agenda tiene que estar preparada para darle a la educación el componente de diversidad.

 

Se debe de reconocer que México ha hecho un esfuerzo importante a nivel federal y en varios estados para tratar de dar respuestas de política educativa y buscar canales de mejor comunicación de la información relacionada con estos temas.

 

En ese sentido, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) ha sido central para incrementar la demanda por el uso de la información, mantener informados a los distintos grupos y proveer información para el diseño de mejores políticas educativas. Ésa es la dirección correcta. Por supuesto, muchos sentimos frustración al no ver avances inmediatos o impactos sobre el colectivo social de la manera o con la velocidad que uno quisiera. La realidad es que la demanda es demasiada.

 

Los indicadores educativos indispensables

 

Para tener un esquema de seguimiento, de entendimiento y de identificación de brechas que ayuden a decidir dónde poner los recursos y las energías, existen tres tipos de indicadores, aunque hay una discusión acerca de utilizar uno que combine los distintos componentes.

 

El primero, evidentemente, es el indicador relacionado con el ingreso de los niños a la escuela o a algún sistema de aprendizaje. Si bien hay críticas con respecto a los sistemas de educación formal y a las nuevas configuraciones de la oferta educativa frente a la tecnología que exige la modernización de algunos factores, la realidad es que el sistema educativo sigue siendo el lugar donde los niños encuentran el aprendizaje y aprenden a convivir en sociedad. Entonces, el segundo indicador sería el de la finalización de la educación básica.

 

También debe existir un indicador de aprendizaje para dar seguimiento a los logros que los sistemas educativos se proponen en la planificación de las escuelas, los docentes, los directores y la sociedad con respecto al progreso educativo.

 

Si tuviera la posibilidad de tener más de tres indicadores, incluiría los relacionados con aspectos como el acceso a enseñanza preescolar —especialmente importante en los grupos de menos recursos— o con las dimensiones socioemocionales.

 

Por otro lado, como lo proponen los ODS, los indicadores de equidad hacen falta con desagregaciones, porque está claro que si no vemos dónde están las prioridades y cuáles son los grupos poblacionales con mayor necesidad, es imposible mejorar el aprendizaje de todos.

 

Pero, si uno tuviera que limitarse ―entendiendo que los países no tienen muchas posibilidades de recolectar todos los indicadores por el costo y la necesidad de capital humano con formación específica que esto implica―, al menos debería tener alguna dimensión de aproximación que permita saber cómo está funcionando el sistema educativo por el uso de esos tres indicadores básicos: de acceso, de finalización de la educación básica y del nivel de aprendizaje cognitivo.

 

Monitoreo en los países comprometidos con los ODS

 

Un tema interesante de la agenda de los ODS es que responde a una exigencia de los países a los organismos multilaterales y globales como la unesco, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos o el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia: las naciones han decidido qué indicadores son necesarios y qué metas son relevantes. Esos once indicadores globales en educación están en los ODS. Cada nación deberá, de acuerdo con sus prioridades de política educativa, decidir cuáles considera más relevantes o urgentes. Por ejemplo, si México cree que la educación temprana es su prioridad y en ese tema debe concentrar la energía y los recursos en los próximos cuatro o cinco años, deberá sustentarlo con el fruto de la discusión de política educativa a nivel de gobierno y con actores sociales e investigadores.

 

Nosotros, la unesco, tenemos que ser una instancia de soporte y acompañamiento para los países: proveer la forma de cálculo de los indicadores, las fuentes de datos, el soporte en términos de abogacía y el desarrollo de capacidades.

 

Por su parte, los países deben tener un diálogo social y el compromiso de todos los actores con las mismas prioridades educativas para, posteriormente, ver qué hace falta en términos de fondos, capital humano y acompañamiento de las agencias multilaterales. Sólo así se podrá mover la agenda hacia una mayor sustentabilidad de estadística educativa y de logros de sus metas.

 

Capacidades institucionales para alcanzar los objetivos

 

Una vez reconocidas las prioridades, debe confirmarse que se cuenta con las capacidades institucionales necesarias para alcanzar los objetivos de las políticas educativas. Partamos de una primera capacidad institucional: las prioridades de la política deben ser una visión consensuada con todos los actores sociales. Es decir, al buscar la respuesta a “si tuvieras que priorizar en la inversión educativa, ¿en qué aspecto particular lo harías?”, la conversación debe incluir voces externas al gobierno. El proceso de apropiación de la agenda educativa debe producirse a nivel social, es lo que llamamos el commitment o compromiso. La segunda capacidad institucional tiene que ver con la existencia de leyes e infraestructura coherentes. Por ejemplo, si la prioridad es la educación temprana, debe haber un marco legal y los recursos suficientes para resolverla.

 

El tercer punto es que la política institucional que acompañe el proceso tiene que estar claramente asentada junto con la capacidad de las organizaciones para implementar agenda. Se trata de temas que deben ser sopesados por cada país para definir si cuenta con la capacidad para implementar las políticas educativas y sus prioridades; sostener un diálogo y fomentar esquemas que permitan compartir información y transferir en forma clara la visión de política educativa, y tener recolección de datos y estructura de evaluación y de sistema estadístico coherente con los objetivos de política. Todo esto significa un gran esfuerzo. Si después hace falta determinar cuáles son las necesidades de inversión en las capacidades institucionales y las personas que integran esas instituciones, habrá que ejecutar los requerimientos técnicos que exige la agenda.

 

Hay países que no tienen la capacidad de adaptar pruebas internacionales, porque no tienen la capacidad técnica y necesitan apoyos extra. Esas cuestiones deben detectarse mediante diagnósticos para construir un plan de capacidad estadística que tenga un horizonte operativo.

 

El uso efectivo de la información: ¿cómo y de qué forma?

 

Identifico un punto de crítica para todos los que trabajamos en los distintos ámbitos de evaluación y publicación de datos educativos y, sobre todo, que promovemos el aprendizaje y la asesoría a partir de la información. Tendemos a generar los outputs de información teniendo en la cabeza a un tipo de usuario que no es el adecuado. Publicamos los datos pensando en el maestro, el director, el que toma las decisiones políticas, el académico o la comunidad educativa, y luego añadimos una buena parte de nuestras reflexiones.

 

El reto es identificar cuántos usuarios de la información tenemos. No podemos utilizar el mismo lenguaje para todos. Si bien la información debe resolver las necesidades de los distintos actores, no podemos usar el mismo lenguaje con el académico que quiere usar una base de datos; con el padre que quiere saber qué puede hacer para ayudar a su hijo; con el maestro que tiene que accionar en el aula; con el director que tiene que tomar otras decisiones; con el policy maker que tiene que tomar decisiones, y con la sociedad civil que tiene un montón de buenas intenciones y quiere ayudar e invertir. Dado que no somos capaces de proveer esa información de manera que todos la puedan utilizar de manera efectiva, hay que pensar en interfaces de comunicación, en maneras de hacer digeribles los datos. Ése es el reto en todos los niveles. Sabemos de las resistencias de los usuarios frente al Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), la prueba de Tendencias en el Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias (TIMMS, por sus siglas en inglés) o cualquier otra prueba internacional o regional. Eso es responsabilidad de los que distribuimos la información, porque no hemos sido capaces de explicarle al maestro cómo puede combinar las fuentes de información para utilizarlas en el aula. Casi nadie está dando respuestas a este desafío.

 

Es importante tener presente que el dato tiene un ciclo de producción y uno de uso. La frustración por el dinero que se gasta en pruebas internacionales o nacionales cuyos datos no son usados refleja que no estamos cubriendo en forma eficiente la segunda parte del ciclo.

 

Carencias en el uso y la difusión de la información

 

Siempre generamos la información con la idea de que nos ayudará a saber dónde estamos y cómo podemos mejorar. Hay información riquísima del sistema de evaluación de aprendizaje que, combinada con un buen uso de la información de datos estadísticos educativos, puede transformarse en una notable mejora. Es innegable que la estadística es criticada y hay quejas sobre el uso de los datos de evaluación. Esto es consecuencias de que no hemos sido capaces de demostrar su utilidad.

 

Supongamos que nos hacemos un examen médico para ver si estamos anémicos. Al revisar el conteo de glóbulos rojos podremos saber si estamos anémicos. Aunque no somos doctores ni bioquímicos, sabemos que estamos mal cuando el nivel de glóbulos rojos rebasa un límite. Tenemos que comer hierro. Lo tenemos claro. En el caso de la educación, no hemos logrado convertir esos datos en acciones de política concretas para cada uno de los tomadores de decisiones, ni traducir la información con un marco de soluciones específicas.

 

Ahora, muchos países se están apresurando a medir los indicadores, pero olvidan que primero debe existir la discusión de políticas educativas y la consolidación de una visión nacional. Sólo después de eso es recomendable iniciar la recolección de datos, los indicadores, los planes de mejora y el monitoreo.

 

Dos consejos para los titulares educativos

 

La primera recomendación es, por supuesto, que acuerden las políticas educativas y reconozcan las prioridades consensuadas a nivel social. La segunda es que mantengan sustentable su sistema de evaluación y estadística, bien financiado e independiente del poder político. Eso es indispensable para cualquier monitoreo de política educativa.

 

De hecho, el propio Instituto de Estadística de la UNESCO tiene cierta independencia para no verse influido políticamente por las discusiones a nivel del organismo. Los países obviamente tienen sus espíritus, sus prioridades, su pasión, pero al final del día, las estadísticas, el monitoreo, los sistemas de evaluación de aprendizaje, están todos hechos para ponerse al servicio de una mejora en los resultados educativos y eso requiere independencia, transparencia y fondeo.

 

Recomendaciones a los equipos estatales

 

Primero, garantizar que el apoyo político existe, que están todos detrás de un mismo proyecto. Después, no duplicar esfuerzos: la recolección de información a nivel local, federal, provincia y global debe estar bien relacionada. ¿Por qué tratar de tener una prueba local que sea casi igual a la nacional?

 

Finalmente, tener un buen diagnóstico acerca de las capacidades institucionales. Si realmente es necesaria una recolección de datos a nivel local porque no hay respuesta a ciertos desafíos en los instrumentos federales o internacionales, debe diagnosticarse la capacidad legal, institucional e individual para ejecutar una agenda en las distintas áreas.

 

Por supuesto, hay un mea culpa con respecto a nuestra incapacidad para poner a disposición de los países y de las administraciones subnacionales y locales un mapeo claro de los instrumentos que existen a nivel internacional para ayudar a evitar que dupliquen labores.

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.inee.edu.mx/index.php/publicaciones-micrositio/blog-de-la-gaceta-agosto-2017/627-articulos-gaceta-agosto-2017/2901-rumbo-a-2020

Fuente de la Imagen:

@INEEmx (Cuenta de Twitter del INEE)

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Educación para transformar vidas

Colombia / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Laura Sánchez / Fuente: La Patria

Diego Ángelo Restrepo explica los tres pilares de la educación humanista. Su propósito es cambiar el chip pedagógico y que los estudiantes sean el centro de las aulas.

«Profe, no le entiendo». Esta es la frase que pone una barrera entre el estudiante, el docente y el aprendizaje. Pasar por alto es un error que desemboca en frustración y deserción, según Diego Ángelo Restrepo, trabajador social y magíster en ciencias e investigación.

Restrepo está convencido de que cambiando las formas de aprendizaje se pueden transformar vidas. Todo empezó con una investigación para identificar los niveles de deserción.

«Un 25% de los estudiantes que desertan en el Centro de Automatización Industrial lo hacen porque no le entienden al profesor. Hay que pensar en cómo es la capacidad del estudiante para entender y cómo es que el profesor brinda las clases», explica el profesional.

Para dar ese paso al cambio en el aula sugiere tener en cuenta estos tres pilares: constructivismo, metacognición y pensamiento complejo. «Este modelo sirve como un llamado a los docentes para que entiendan el poder que tienen para cambiar vidas con información pertinente».

Construyendo juntos

El constructivismo consiste en, según Restrepo, entender al estudiante en un proceso cultural y con saberes, no solo pensando que es una tabla rasa para llenar.

Este pilar del modelo busca motivar a la reflexión. «Las instituciones deben dar los modelos de formación para que aprendan a manejar el tiempo, herramientas, mapas, entre otros. Que se reconozcan ellos mismos para que fortalezcan sus habilidades», indica Restrepo.

Se les dan variables para que construyan en el aula, por ejemplo: cómo se ajustan las matemáticas a la agricultura.

Sobre el pensamiento complejo aclara que muchos de los conocimientos que se enseñan no sirven para la vida. «Se propone una educación más humana para reconocer a los estudiantes y pensarlos en sus contextos, niveles culturales y económicos».

Este momento es muy importante, en su investigación identificó que los alumnos están sufriendo de depresión, baja tolerancia a la frustración y catastrofismo, que pueden identificarse en el aula.

El último pilar es la metacognición. «Es mirar qué habilidades se necesitan para ir más allá del conocimiento. Es aprender de una forma más adecuada. Siempre somos y seremos aprendices para darle a los educandos información que sea transformadora».

DESTACADO

Con el modelo constructivista el estudiante es el centro y el profesor aprende de sus entornos.

Ser felices

¿Cómo hacer que los estudiantes sean felices? La respuesta la tiene Diego Ángelo: «Cuando tengo estrés el cerebro busca bloquearlo como mecanismo de defensa. Me dice: abandona lo que me hace daño. Pero cuando a mi cerebro le gusta lo que estoy haciendo, está complacido y genera endorfinas. También produce plasticidad, es decir, que hace conexiones neuronales de un nuevo conocimiento y si esto está unido a la realidad, no se le va a olvidar tan fácilmente».

Los saberes del conocimiento

Restrepo recomienda tener en cuenta estos siete saberes del conocimiento, del sociólogo francés Edgar Morin:

1. Ética del género humano.

2. Enseñar la comprensión.

3. Enfrentar las incertidumbres.

4. Enseñar la identidad terrenal.

5. Enseñar la condición humana.

6. Educación que garantice el conocimiento pertinente.

7. Educación que cure la ceguera del conocimiento.

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.lapatria.com/educacion/educacion-para-transformar-vidas-385468

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