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Perú: Benavides ratifica que en el 2021 habrá 15 mil nuevas vacantes para universidades públicas

América del Sur/Perú/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

En este Gobierno hay una apuesta muy importante por la universidad pública, destaca.

El ministro de Educación, Martín Benavides, ratificó que en el año 2021 se crearán 15 mil nuevas vacantes en universidades públicas del país a fin de que más estudiantes accedan a las oportunidades que ofrecen dichas casas superiores de estudio. Vea aquí la galería fotográfica

Benavides dijo que «en este Gobierno hay una apuesta muy importante por la universidad pública» y destacó que el proceso de licenciamiento las ha fortalecido, especialmente a las tradicionales como la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Universidad San Marcos o la Universidad San Agustín (Arequipa).
«Estamos convencidos de que tenemos que fortalecer la universidad pública. Estamos ampliando la matrícula. En el año 2021 se ampliarán a 15 mil las vacantes nuevas en la universidad pública para poder albergar, sobre todo, a estudiantes de zonas donde hubo problemas de licenciamiento», expresó al responder a nuevas interrogantes de los congresistas en el marco del pliego interpelatorio del Parlamento.
Manifestó que otras medidas para mejorar la universidad pública son fortalecer las capacidades pedagógicas de enseñanza virtual gracias a la asistencia técnica de universidades extranjeras y nacionales. Cabe indicar, dijo, que un total de 47 universidades públicas han iniciado sus clases a través de educación virtual.
De igual modo, comentó que se destinarán unos 34 millones de soles para fortalecer la infraestructura tecnológica de las universidades públicas y que pronto saldrá un decreto destinado a mejorar la conectividad en la enseñanza virtual durante la pandemia del coronavirus.
Benavides
En otro momento, Benavides refirió que la reforma universitaria ha avanzado y debe consolidarse. Destacó que el consejo directivo de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) es autónomo y técnico y aseguró que no hubo ninguna irregularidad en sus decisiones de licenciamiento o denegatoria del licenciamiento.
«No hubo beneficio alguno para ninguna universidad privada. Las que tuvieron que dejar de funcionar, porque incumplieron las condiciones básicas de calidad, fueron principalmente privadas. En ese sentido, no hubo (por parte de Sunedu) ningún tipo de beneficio para esas universidades», enfatizó.
Señaló que, con el proceso de licenciamiento, ahora es similar la oferta de universidades licenciadas públicas y privadas. «El 50% son públicas y el 50% son privadas».
Finalmente, Benavides informó que a la fecha 22,947 estudiantes de universidades con licencia denegada se han trasladado a universidades licenciadas. Agregó que para estudiantes con bajos recursos que desean trasladarse se han otorgado 4200 becas a través de Pronabec.

Tablets

Sobre la adquisición de las tablets para la educación básica regular, el ministro Benavides indicó que su portafolio hace todo lo posible para solucionar el problema suscitado en el proceso de contratación debido al lamentable comportamiento de una empresa.
Afirmó que la estrategia de cierre de brecha digital (tablets) beneficiará en una primera etapa al 88,4 % de los servicios educativos rurales de primaria y secundaria.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-benavides-ratifica-que-el-2021-habra-15-mil-nuevas-vacantes-para-universidades-publicas-809866.aspx
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Argentina: Activaron las becas de transporte para 1.600 alumnos que comenzaron las clases

América del Sur/Argentina/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El beneficio otorga 42 pasajes gratuitos mensuales para movilizarse por el interior del departamento de cada estudiante.

En la mañana de este miércoles, justo cuando se celebra el Día Internacional de la Juventud y dos días después del reinicio de clases para alumnos del último año en 14 departamentos en medio de la pandemia por coronavirus, el Ministerio de Desarrollo Humano oficializó y activó las Becas de Transporte Estudiantil.

Las autoridades del área indicaron que el beneficio está destinado a estudiantes de Nivel Secundario que ya fueron inscriptos a través de distintos operativos realizados en los departamentos del interior en los que se comenzó la actividad (todos excepto los 5 del Gran San Juan).

En este contexto, el ministro de Desarrollo Humano, Fabio Aballay, indicó que son 1.600 los jóvenes beneficiarios, que reciben un total de 42 pasajes mensuales gratuitos para movilizarse en el interior de su departamento con el objetivo de asistir a la escuela. Estos están cargados en la Tarjeta Sube de cada uno de ellos.

Por su parte, el director de la Juventud, Emiliano Paradiso, destacó que “hoy se pone en alto el beneficio para brindar las herramientas para que los jóvenes puedan tener garantizada la educación”.

Y aseguró que, “la idea es ir extendiéndolo en cuanto las clases se habiliten en los otros departamentos”.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Activaron-las-becas-de-transporte-para-1.600-alumnos-que-comenzaron-las-clases-20200812-0025.html

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En Tailandia, protestas con sabor a cultura pop para reclamar democracia

Un nuevo movimiento prodemocracia está tomando fuerza en Tailandia. Desde hace varias semanas, miles de estudiantes han salido a las calles a manifestar pacíficamente contra el gobierno y contra la monarquía, exigiendo una reforma constitucional. Pero en un país con duras leyes de censura, estos jóvenes se las han ingeniado para expresarse de manera indirecta.

A primera vista parecen protestas como cualquier otra en el mundo, pero al escuchar resuena en algunas de ellas la letra del musical Les Misérables. Este y otros símbolos de la cultura ‘millenial’ se han tomado las manifestaciones.

«Hay dos símbolos principales», explica Ángel Marrades, politólogo y autor en el blog de geopolítica Descifrando la Guerra. «Está Voldemort, de Harry Potter, aquel que no puede ser nombrado. Ya que el rey de Tailandia es intocable y hay que buscar maneras de criticar esa imagen», dice.

En Tailandia rige en el código penal el artículo 112 que castiga el delito de lesa majestad. «Si criticas al perro del rey, puedes tener 15 años de prisión», dice Marrades y agrega que también se está usando en las protestas el gesto de la mano con tres dedos, en referencia a la película Los Juegos del Hambre. «Ese símbolo fue prohibido cuando se estrenó, en el año 2014, cuando se dio el golpe de Estado», cuenta el politólogo.

«Tiene mucho que ver con protestas de redes e imaginarios que se crean en línea», dice. Un movimiento que se conecta con varios otros en Asia en una especie de internacional prodemocracia cibernética llamada «Milk Tea Alliance» (La Alianza del Té con leche, en referencia en parte al Bubble Tea, muy popular en países asiáticos), conformada por movimientos en China, Tailandia, Taiwán y Hong Kong en rechazo a la represión de internet por ejemplo.

Censura y represión

En las protestas pacíficas, los jóvenes critican a la monarquía pero sobre todo al gobierno del actual primer ministro Prayut Chan-O-Cha, ex comandante del ejército que en 2014 instauró una junta militar durante 5 años. «Ese general reformó en 2016 la Constitución para convocar elecciones en 2019», cuenta Fernando Pedrosa, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires, especialista de políticas en Asia. «Desde entonces el Senado lo nombra enteramente el ejército. Otro problema es que las elecciones no fueron totalmente transparentes y limpias. Los partidos que representaban a los jóvenes, como Future Forward (FFP), fueron prohibidos hace años», dice.

El investigador apunta que se critica también al rey Rama X, que actualmente reside en Alemania. «Su vida siempre ha sido muy ligada a los viajes, a las fiestas y al derroche. Ahora ha decidido involucrarse en cuestiones políticas, apoyando al ejército y al gobierno de Prayut Chan-O-Cha», explica.

A todo esto se suma lo que Pedrosa nombra «una represión informal»: activistas secuestrados o desaparecidos, que han generado mucha indignación en la juventud.

Ahora se teme que las protestas acaben de forma sangrienta como en 1976, cuando decenas de estudiantes de la universidad de Thammasat murieron en la represión policíaca y paramilitar.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/asia-pacifico/20200814-en-tailandia-protestas-con-sabor-a-cultura-pop-para-reclamar-democracia

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“Desertores”, no; “Abandonadores”, tampoco

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

 

En un texto escrito por la Dra. Irma Fuenlabrada, del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE-CINVESTAV), sobre pensamiento matemático infantil, dirigido a educadoras y educadores del nivel Preescolar (1) se leía el siguiente título: “¿Hasta el 100?… ¡No! ¿Y las cuentas?… ¡Tampoco! Entonces… ¿Qué?”. Precisamente en homenaje a ese creativo título, aparte de su magnífico contenido, en esta ocasión elegí el presente título para hacer una analogía y llamar por un momento la atención sobre un término que se utiliza indiscriminadamente en los medios educativos (y fuera de ellos: en medios de comunicación o en diversos espacios públicos). Me refiero al término “deserción” escolar, el cual está en desuso en los círculos de la investigación educativa, porque el término viene de la jerga militar o de los medios castrenses, y expresa un significado confuso en el campo educativo, pues hace referencia a la renuncia que realiza una persona, con deshonor, como un acto que generalmente se produce en las filas de un ejército.

A nuestros estudiantes, dado que no son soldados (aunque el líder sindical en turno dice que las y los maestros constituyen un “ejército intelectual” a favor del nuevo régimen), no les corresponde ese adjetivo: “desertores”. Lo cierto es que las y los estudiantes (me gusta decirles “estudiantes”, en vez de “alumn@s), se van de la escuela, pero no necesariamente porque así lo quieran, sino porque sucede un fenómeno social complejo que no podría ser simplificado como simple acto de “deserción”.

Cabe señalar que algunos autores –Manuel Gil cita a varios de ellos (2)-, han optado por -sustituir el término “deserción” escolar por “abandono” escolar, esto con la idea de salvar el exceso (de lenguaje militar) que se supuestamente se atribuiría a las “bajas” en una estadística del sector público; sin embargo, el problema de este último término (“abandono”) es que hace alusión a una responsabilidad asimétrica, es decir, a una de las partes se le adjudica moralmente la carga del “abandono” (“abandonan la escuela porque son flojos”, diría una versión extraviada). Implícitamente en el discurso de ciertas políticas públicas, supuestamente con base académica, las o los estudiantes son los responsables de “abandonar” a la institución llamada “escuela”. Al respecto, cabe preguntar ¿Quién abandona a quién? Los estudiantes a su querida institución, la escuela, o esta última es la que sistemáticamente “expulsa” a los y las niñas, niños y jóvenes, que son, junto con las y los docentes, los actores sustantivos de los procesos educativos.

Esto lo comento a propósito de varios datos que se revelaron recientemente y que, al mismo tiempo, generan nuevas preguntas. En una de las conferencias vespertinas, relacionadas con las medidas sanitarias y educativas en el contexto de la crisis causada por el Coronavirus, el subsecretario Concheiro, de Educación Superior, afirmó que aproximadamente el 10 por ciento de la matrícula de Educación Básica “abandona o abandonará a la escuela” luego de la actual crisis.

¿Cómo pueden las autoridades educativas saber o manejar esas cifras, si aún no inicia el ciclo escolar 2020-2021? Quizá cuenten con la estadística o los datos acerca del cierre del ciclo escolar 2019-2020, donde se calculaba que alrededor del 80 por ciento de los estudiantes de Educación Básica (Preescolar, Primaria y Secundaria, dato general), había participado en las actividades del plan emergente “Aprende en casa” (de marzo a julio de 2020). Es la única información vaga que se tiene, misma que de por sí es imprecisa.

Por consiguiente el 20 por ciento de los estudiantes de la educación básica en México no participó de las actividades realizadas en forma “irregular” debido al confinamiento y el distanciamiento social.

Cuando se toca el tema del “abandono” escolar como proceso social en un rango del 10 por ciento ¿De qué hablamos? Según el documento oficial de la SEP que consulté (3), y donde se abordan los datos o cifras principales del ciclo escolar 2018-2019, la matrícula de la Educación Básica sumaba un total de 22 millones 596 mil 818 estudiantes en el subsistema público, mientras que otros 2 millones 896 mil 884 estaban inscritos en el subsistema privado. Más de 25 millones de estudiantes de este nivel educativo en el país. Si el 10 por ciento no regresará a la escuela durante este ciclo escolar, estamos frente a una catástrofe social de dramáticas dimensiones. Más de 2 millones 500 mil estudiantes que no continuarán la Educación Básica. El equivalente a dos veces la cantidad de habitantes actuales de la ciudad de Querétaro y municipios vecinos.

En resumen: Antes se les llamaba «desertores» (deserción escolar), pero no son militares; hoy se les llama «abandonadores» (abandono escolar), pero no es un asunto personal. Con la aguda observación que hace Catalina Inclán @inclan66 se podría hablar de «excluidos» (o de “exclusión escolar”).

Propongo: «expulsados o excluidos del sistema educativo, por motivos académicos, económicos, religiosos o socio culturales». Ciertamente, éste es un asunto estructural y que ha sido abordado desde una visión y una concepción de las políticas públicas educativas. Mirada a todas luces ausente de una percepción incluyente de la educación.

Así pues, bienvenida la discusión sobre estos términos para afinar los nombres o conceptos que utilizamos, esto con la finalidad de referirnos de manera consensuada, crítica y analítica a los fenómenos educativos.

Reflexiones recientes y en breve (vía Twitter)

Esto comentó hace unas semanas Catalina Inclán: “Muchas posibilidades caben, la escuela estableció formas de “estar en ella”, los que ya no están, ¿dónde están? y ¿qué pasó con ell@s? Ej. La maestra de Milpillas, ahí hay un caso, no una razón…”. Por su parte Elodinn @elodinn dice lo siguiente: “¿Víctimas de negligencia? Cultural, social, familiar, académica.”

Javier Rosales @PearlJavs opina así: “Da para debate, sin embargo, estás dejando fuera a los docentes, podría ser hasta una situación de discriminación por falta de capacitación docente.” JBello @pumas_jbello: “Yo le llamo “expulsados”, porque es un fenómeno de carácter estructural y de “cultura escolar” autoritaria.”

L. Rivera @LRiveraF: “Los conceptos son construcciones históricas, responden a determinadas racionalidades (discursos de saber y poder), que emergen en determinadas condiciones. La SEP está definiendo el problema de los alumnos que nadie sabe dónde están, como abandono, o sea, son ellos, no el sistema. Entonces, la cuestión no es cambiar unos términos por otros, sino desmontar el modo en que la SEP está construyendo el problema. Quedando eso claro, es posible tomar posición para pensar una situación tan grave de otro modo, desde otro lugar.”

Alejandro Carrera: @L_carrera “Pues no todos caben en un solo concepto. Hay quienes abandonan por cuestiones económicas, otros que lo hacen por la falta de interés, otros tantos por no cumplir expectativas académicas. En todo caso me iría por «segregación», una inducida estructuralmente y otra «voluntaria».” Rubén Edel: @redeln “Necesitaría cambiarse una larga lista de constructos en la educación heredados de la milicia y las empresas: misión, estrategia, insumos, rediseño, calidad, rendimiento, desempeño, competencias, solo por citar algunos.”

Liliana Hernández @LilianaHC9 “Leí hace poco del fenómeno; @MejoreduMX le llama: desafiliación escolar…”. Carlos Yáñez @soyyanez: “También son «abandonados», otra discusión vigente: ¿quién abandona a quién?”

Fuentes consultadas:

(1) Irma Fuenlabrada. “¿Hasta el 100?… ¡No! ¿Y las cuentas?… ¡Tampoco! Entonces… ¿Qué?”. SEP, 2009. México.

(2) Manuel Gil Antón. “Este tema se enriquece con los trabajos de Vincent Tinto. Al desertor se le puede matar por la espalda, por cobarde. Yo he usado abandonar o ser abandonado por la escuela. Excluido está bien. E. Blanco propone desvincular o desafiliar. En fin: desertar, nunca más.” Twitt del 20 de junio, 2020.

(3) Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2018 – 2019. (2019) SEP. México.

En su glosario de términos, la SEP indica lo siguiente: “Abandono escolar: Número de alumnos que dejan la escuela en el ciclo escolar, por cada cien alumnos que se matricularon al inicio de cursos de ese mismo nivel educativo.”

Fuente:  Profelandia

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Panamá: Casi 30 por ciento de alumnos sin acceso a clases virtuales

Centroamérica/Panamá/13 Agosto 2020/prensa-latina.cu

Tres de cada 10 alumnos en Panamá, lo que representa el 29,5 por ciento de la población estudiantil total, están hoy sin conexión para recibir las clases a distancia, informó el Ministerio de Educación (Meduca).
Según la titular del ramo, Maruja Gorday, esta modalidad se imparte a través de un currículo priorizado mediante clases por radio y televisión, herramientas tecnológicas y materiales educativos impresos.

Precisó que se diseñaron sistemas de información para recopilar datos de lo que acontece cada semana, establecer ajustes, alertas y continuar con el desarrollo del período lectivo, el cual se retomó en julio tras el cierre de las escuelas en marzo último a causa de la pandemia de Covid-19.

A esto se suma la versión digital de las más de 160 guías de aprendizaje en casa, disponibles en http://guias.meduca.gob.pa y elaboradas por 12 mil docentes panameños, a las cuales también accedieron estudiantes de otros países como Estados Unidos, Canadá, Colombia, Costa Rica y Argentina, acotó.

Subrayó que las guías de preescolar también cuentan con una adaptación en lengua ngäbere y dulegaya, de acuerdo a la pertenencia cultural de cada comunidad indígena.

Pese a los esfuerzos del Meduca, la Coalición por la Defensa de la Educación Pública convocó para el 20 de agosto a todos los docentes, padres de familia y estudiantes del país a un ‘apagón pedagógico virtual’ ante el incumplimiento de la institución de dotar de internet de banda ancha y equipos a profesores y alumnos.

La original protesta contempla la suspensión de clases por televisión abierta, WhatsApp, Zoom y Microsoft Teams o cualquier otra plataforma en uso con ese fin, además de exigir la entrega de los cuadernillos de estudio.

La agrupación, apoyada por diversas asociaciones en el territorio nacional, no descarta movilizaciones en todo el país ante la falta de respuestas del Gobierno luego del apagón pedagógico virtual, porque ‘es el Meduca la entidad encargada de garantizar la condiciones para impartir y recibir una buena educación’, trascendió ayer en conferencia de prensa.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=388616&SEO=panama-casi-30-por-ciento-de-alumnos-sin-acceso-a-clases-virtuales
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¿Es la televisión mala maestra?

Por: Pluma Invitada

Hace unos días la SEP (Secretaría de Educación Pública) dio a conocer que (debido a la pandemia del covid-19) el ciclo escolar 2020-2021 se iniciará a distancia. Para trabajar a distancia hizo un acuerdo con cuatro televisoras (Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen y Grupo Multimedios) para que den el servicio educativo a los aproximadamente 30 millones de estudiantes del país. Además, resaltó ayudarse de internet y la radio. Para los estudiantes que no tengan acceso a ninguno de los anteriores medios, la SEP comentó que a través del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) se les hará llegar cuadernillos de trabajo. Lo anterior forma parte de una estrategia para no agravar el rezago educativo que se encuentra produciendo el tener las escuelas cerradas.

Al respecto, Manuel Gil Antón -académico del Colegio de México (COLMEX)- inició una crítica de la decisión tomada por la SEP.2 Primero, indica que la estrategia de la SEP no contempla la experiencia de los profesores. Pero su crítica sobresale cuando menciona que el plan desnuda la pobreza pedagógica del gobierno; se refiere al uso de la televisión como medio pedagógico a implementarse.

Gil Antón toma como referente a Freire para cuestionar el plan de la SEP. Expresa que la estrategia es la evidencia clara que la SEP concibe a los estudiantes como sujetos a los que hay que depositarles conocimientos, dejando de lado el diálogo que se debe entablar en todo proceso formativo. En sus palabras: “nunca había visto yo un elogio tan grande a lo que don Paulo Freire llamaría la educación bancaria, que consiste en un emisor, un transmisor y luego un espectador; que recibe como cubeta el agua que vierte con una manguera la fosa autorizada del ogro filantrópico en su modalidad pedagógica”. Me parece que Gil Antón olvida la capacidad de agencia de las personas; es un error pensar que la gente percibe pasivamente todos los mensajes que recibe.

En general, me encuentro de acuerdo con Gil Antón, pero no coincido con el argumento teórico con el que sostiene su visión. A mi juicio, la estrategia de la SEP es la de reproducir información; dicho plan proviene de la noción social que se tiene de la educación (o tal vez deba decir escolarización); esto no solo incluye el uso de la televisión o internet, sino también incluye el trabajo presencial en el aula.

Bauman (2008) refiere al estudio de D. Myers, quien analizó el significado de la educación en 13 civilizaciones y llegó a la conclusión que actualmente la educación es vista como un producto. Bauman (2008, p. 24) interpreta “cuando es considerada como un producto, la educación pasa a ser una cosa que se consigue, completa y terminada, o relativamente acabada”. En este sentido, si la educación es vista como un producto, entonces puede ser otorgada mediante cualquier forma, sea televisiva, online e incluso presencial, pues de lo que se trata es de reproducir ideas y no de producirlas.

La crítica que realiza Manuel Gil Antón me parece pertinente, ya que el shock que nos ha generado la pandemia no debe hacernos tomar decisiones a la ligera que en un futuro -cercano- podríamos lamentar. La SEP nos ha planteado la forma (la televisión como herramienta pedagógica) pero ha evitado detallar la manera en que se empleará (por ejemplo, el diseño de los programas televisivos).

El uso de la televisión en un tiempo en el que es difícil el regreso presencial a clases me parece una opción adecuada. Pero antes de llevar a cabo el plan debemos anticipar ciertos cuestionamientos que ayuden a enriquecerlo: ¿de qué manera es posible el uso pedagógico de la televisión? ¿es la televisión mala maestra?

En mi lectura subalterna del origen de la telesecundaria, recuerdo haber leído que éstas se originaron para llegar a la población rural; en ellas se adecuaba un espacio en el que se instalaba una televisión y a los estudiantes se les otorgaban dos cuadernillos (conocidos como conceptos básicos y guía de aprendizaje). Alguien de la población se encargaba de ir a prender la televisión y poner la programación. Pronto la estrategia generó problemas, ya que los estudiantes tenían dudas en cuanto a ciertos conceptos y vocabulario que manejaba el programa y que no se solucionaban al leer los cuadernillos. También, se encontraban con dificultades al momento de resolver las actividades planteadas en el cuadernillo. Lo anterior llevó a la exigencia de enviar profesores. En un inicio el profesor de telesecundaria se dedicaba a socavar dudas que surgían del programa televisivo y de interpretar lo que pedía el cuadernillo de actividades.

Tal vez encontremos las mismas dificultades al echar a andar el plan de la SEP. Las familias que no se encuentran cercanas al lenguaje escolar se les dificultará ayudar a sus hijos.

A mi juicio, debemos tener mucho tacto al momento de emplear la televisión como herramienta pedagógica. Propongo dejar de lado una programación grabada en la que se muestre una especie de documental que oriente a los estudiantes a resolver lo que se le pide en el libro. Se debe emplear la mayor inteligencia posible. Pienso en realizar clases en vivo para que los estudiantes puedan plantear sus dudas al momento de la explicación, además seleccionar a un grupo de estudiantes, que desde sus casas funjan la manera en que se está llevando la clase. El programa en vivo permitiría una ida y vuelta sobre el tema escolar; regresiones que frecuentemente acontecen en el aula. Esto se complementaría con que los profesores pudieran llamar a sus alumnos o escribirse vía WhatsApp con la intención de dar un seguimiento puntual a la formación académica y la situación emocional de los alumnos. Además, sería interesante proyectar peliculas dándoles un sentido educativo; incluso construir nuevos objetivos escolares. (De la anterior, habrá que sumar más y mejores propuestas).

Con lo anterior se atisba la gran labor que conlleva una programación televisiva con sentido pedagógicos. En este contexto, me parece adecuada la propuesta de K. Popper (2006) de conceder a las televisoras una patente para producir programas. En nuestro contexto, por la situación que vivimos es necesario conceder la patente a las televisoras y después evaluarlas (desde el vocabulario que emplean hasta las actividades que propician); estó ayudará a ir mejorando la estrategia, ya que mientras la pandemia no cese, será uno de los pocos medios para llevar la educación a las familias mexicanas.

La televisión puede ser buena maestra, así como lo puede ser el teatro, la lectura de un libro; todo depende de la manera en que se emplee.

Por último, para animar el pensamiento, quiero compartir una frase de Popper (2006, p. 38), quien indica que “la televisión, así como es una tremenda fuerza para el mal, podría ser una tremenda fuerza para el bien”.

Referencias:

Bauman, Z. (2008). Los retos de la educación en la modernidad líquida. España: Gedisa.

Popper, K. (2006). Una patente para producir televisión. En Popper, C., Condry, J., Clark, Ch. y Wojtyla, K. (2006). La televisión es mala maestra. México: Fondo de Cultura Económica.

1 El autor agradece la revisión de la doctora María de Ibarrola.

2 Me baso en la entrevista que concedió a un programa de radio. Escuchado el 08-08-2020 en: https://codigomagenta.com.mx/articulo/politica/especialistas-en-pedagogia-cuestionan-plan-regreso-a-clases-a-distancia
*Estudiante de doctorado en Ciencias en la especialidad de Investigaciones Educativas en el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (DIE-Cinvestav). Su línea de investigación actual refiere a la comprensión de las relaciones entre escolaridad y trabajo en jóvenes rurales. Correo electrónico: jairo.auli@cinvestav.mx

Fuente: http://www.educacionfutura.org/es-la-television-mala-maestra/

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La pandemia potencia la brecha en la educación, también en Argentina

América del sur/Argentina/13 Agosto 2020/elpais.com

Estudiar sin clases presenciales es todo un desafío. El 44% de los alumnos que asisten a escuelas estatales no cuentan con dispositivos electrónicos para hacer las tareas. Las organizaciones de la sociedad civil son un respaldo para muchos estudiantes

“Muchas veces me amargué durante la cuarentena porque no podía hacer mis tareas”, expresa María Paz Bassi, una estudiante de 17 años, que vive en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, Argentina. Ella cursa el cuarto año del secundaria en una escuela técnica y la razón por la que no puede cumplir con sus deberes escolares es porque no cuenta con una computadora ni Internet en su casa.

Bassi hizo algunos trabajos prácticos con el celular, pero no le resultó sencillo. “A veces, mi mamá me comparte datos móviles de su teléfono para conectarme con mis compañeros y consultarles mis dudas a través de las redes sociales. En algunas oportunidades fui hasta la casa de mi tía, que ella si tiene WiFi”, relata la adolescente.

En Argentina, el 16 de marzo se suspendieron las clases presenciales para evitar la expansión de la covid-19. Desde ese día, más de 10 millones de estudiantes y casi 900.000 docentes de nivel inicial, primaria y secundaria dejaron de encontrarse en las aulas de las escuelas. El sistema educativo no estaba preparado para enseñar y aprender en forma remota. La escuela, sin embargo, no dejó de funcionar: se recurrió a la modalidad virtual. El problema es que de esta manera no se pudo garantizar que todos tuvieran los recursos digitales necesarios y la posibilidad de contar con espacios adecuados para el aprendizaje en el hogar.

El 18% de los adolescentes entre 13 y 17 años no cuenta con Internet en el hogar y el 37% no dispone de dispositivos electrónicos para realizar las tareas escolares. Este valor aumenta al 44% entre quienes asisten a escuelas estatales. La encuesta desarrollada por Unicef permite advertir que aquellos que no cuentan con estos recursos enfrentan dificultades mayores para la realización de determinadas tareas escolares, para mantener el contacto con los docentes, así como también para poder recibir de estas correcciones sobre sus trabajos.

Los más aventajados de la sociedad tienen clases casi regularmente a través de plataformas donde se encuentran con sus docentes y compañeros de clase. Otros tratan de seguir el curso con el apoyo de organizaciones sociales que los acompañan. Un tercer grupo de niños pasó esta cuarentena sin la posibilidad de recibir su educación en casa.

“La pandemia nos complica la forma de estudiar. Extraño estar con los profesores y que me expliquen. En estos meses, nunca me preguntaron cómo iba con las tareas. Trato de googlear y entender los temas. También le pido ayuda a mi tutora de Cimientos”, cuenta Bassi.

Cimientos es una organización de la sociedad civil que desde hace más de 20 años implementa programas educativos diseñados para mejorar las condiciones en la que los jóvenes transitan la escuela secundaria. El director ejecutivo de la organización Marcelo Miniati resalta la importancia de que los estudiantes cuenten con un referente al cual acudir en este contexto. Dice: “Muchos padres no pueden acompañarlos y el tutor de Cimientos termina siendo un soporte para mantener el vínculo con la escuela. Una de las cosas que más extrañan los chicos es el contacto con el docente”.

A Miniati le preocupa que un grupo grande de jóvenes perdió el contacto con la escuela porque tienen mayores necesidades en las casas, tienen que hacer changas o hacerse cargo de tareas del hogar. “Cuando se retomen las clases presenciales, se van a tener que tomar medidas para que estos chicos vuelvan”, enfatiza el referente de Cimientos.

Petronila Yanayaco vive en el asentamiento informal conocido como el Playón de Chacarita, en la Ciudad de Buenos Aires. Ella se sienta junto a su hijo Daniel, de 15 años, cuando estudia, pero ella dice que no puede ayudarlo mucho. Más que nada lo acompaña. “Con los profesores, él no tiene contacto visual. Le mandan trabajos por mail o por WhatsApp. En casa no somos maestros. Cuando quedan dudas, lo ayudan mis hijos más grandes por videollamada. Con francés, lo ayuda una amiga mía. Si no fuera por ese seguimiento familiar estaría en la nada. Hay otros chicos, que los padres no pueden estar atrás y tienen que rebuscárselas. Hay jóvenes que no tienen seguimiento escolar ni apoyo psicopedagógico”.

Yanayaco cuenta que muchas veces en su barrio no funciona Internet. “Yo pago el servicio, pero acá la conectividad es precaria”, dice.

Desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) señalan que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no diseñó un plan para mejorar la conectividad de los niños y niñas. “Realizamos una demanda judicial porque observamos que en villas y asentamientos populares no se provee acceso a internet. Las compañías no quieren invertir en proveer ese servicio y el Gobierno de la Ciudad no genera una política pública de convenio con esas compañías. Hay cooperativas que proveen acceso a Internet, pero hay problemas porque no llegan a todo el barrio y es un servicio caro”, dice Francisco Rodríguez Abinal, integrante del área de Derechos Económicos Sociales y Culturales en ACIJ.

En la casa de Yanayaco hay una computadora que le prestó su sobrina. “Mi hijo y mi hija, que está en el primer año de la universidad, la comparten. El preceptor de Daniel, lo inscribió en la lista de espera para recibir una computadora, pero hasta ahora no tuvimos respuesta”, dice la mujer de 54 años.

Para Magdalena Fernández Lemos, directora ejecutiva Enseñá x Argentina, la escuela siempre trató de equiparar las condiciones de los estudiantes, pero en las casas eso no sucede. “Hay chicos que tienen que cuidar a los hermanitos, no tienen un lugar para sentarse a escribir o no tienen alguien que los acompañe. La escolaridad se transformó en un lujo, en lugar de un derecho”, opina.

Educación, pero también alimentos

En paralelo al acompañamiento de las medidas de continuidad educativa, es importante fortalecer las estrategias que garanticen la seguridad alimentaria para los chicos y las chicas más desfavorecidos que reciben sus viandas en las escuelas. Según el informe de Naciones Unidas, Covid-19 en Argentina: Impacto Socioeconómico y Ambiental, en el país, el 80% de las escuelas de gestión estatal ofrecen desayuno, almuerzo o refrigerio. En ese sentido, en el marco de la pandemia, el Ministerio de Educación Nacional y provinciales tuvieron que adecuar los protocolos para contener a aquellos sectores vulnerables que no pueden prescindir de su asistencia alimentaria.

En este sentido, Constanza Oxenford directora de la Fundación Germinare dice que el primer desafío complicado que dimensionó con la pandemia fue ver cómo acercar alimentos a las familias. “Nosotros trabajamos con familias de bajos recursos, que llegan a generar los ingresos para sostenerse. Con esta crisis comenzaron a pedir ayuda para alimentarse. En Argentina, hay una red de asistencialismo enorme, pero ellos no participaban y ahora muchos tuvieron que participar”, cuenta Oxenford.

Desde Germinare se tomaron diferentes medidas para poder seguir acompañando y sosteniendo a cada uno de los adolescentes y jóvenes que forman parte de la organización. Algunos de los beneficiarios no contaban con un dispositivo para poder participar de las clases, ni tampoco tenían wifi. Por eso, el primer paso fue gestionar computadoras para algunas casas y acercarse a organizaciones de asistencia social en cada zona. El objetivo fue ayudar a las familias que se encuentran en una situación más vulnerable a recibir lo que necesitan para transitar este momento.

En el nivel universitario, la pandemia también trajo dificultades. Ricardo Maidana tiene 20 años y vive en Pilar, provincia de Buenos Aires, con sus padres y dos hermanos. Él está cursando el tercer año de la carrera de Administración de empresas. “Cuando nos dijeron que no íbamos a tener clases presenciales fue rara la sensación. Lo tomé bien al principio, pero después se volvió cansador y abrumador. En casa, no tengo un lugar específico para estudiar, pero me arreglo bien. Tuvimos que mejorar el WiFi porque se cortaba y era un problema para rendir finales”, cuenta Maidana.

La familia Maidana tiene una computadora que comparten los tres hijos y el padre. Germinare le prestó una más para que puedan estudiar mejor. “Desde los 11 años la fundación me acompaña”, dice Maidana.

En relación con el desempeño de los estudiantes, Oxenford comenta: “Hay un par de casos más complicados porque empezaron su primer año en el secundario con mucha expectativa, tuvieron dos semanas de clases y se terminó el colegio. No llegaron a conocer a nadie. En esos casos les está costando más. No tienen grupo y les resulta más difícil sociabilizar”.

Mara Ferreyra empezó la universidad este año. A ella, Germinare también la acompañó durante la secundaria. La joven de 18 años vive con su mamá y dos hermanos. Ella está estudiando psicología. “La cuarentena me tiró abajo al principio. Tenía mucha expectativa de empezar. No pude conocer a los profesores y tuve que conocer a algunos de mis compañeros por WhatsApp. Armamos un grupo para darnos tips para estudiar. Con el tiempo, algunas personas empezaron a bajarse del grupo. Al despedirse nos decían que iban a arrancar el año que viene”, relata Ferreyra.

Antes de la cuarentena, Ferreyra no tenía WiFi en su casa. Dice: “Usaba los datos del celular para estudiar. Este año, Germinare me puso en contacto con otra fundación que me dio una beca y así pude contratar el servicio de Internet. También me prestaron una computadora. Eso me facilitó todo”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/08/05/planeta_futuro/1596639463_535924.html

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