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PISA: evaluación neoliberal en educación

Por:Enrique Díez

El impacto que ha adquirido el informe PISA, una prueba de evaluación estandarizada realizada por la OCDE, tiene que ver con el giro económico neoliberal que se está produciendo en la concepción de la educación a nivel mundial.

Como denuncian intelectuales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), PISA es un inmenso dispositivo de control que aspira a imponer una perspectiva educativa neoliberal, que nos aleja del reconocimiento de la educación como un derecho y nos aproxima a su interpretación como una inversión pensada de acuerdo con las exigencias del mercado: “competir con éxito en el ámbito del panorama internacional y abrir las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico” (LOMCE, preámbulo).

Proporcionar mano de obra adaptada a las exigencias de la producción moderna, se ha convertido, con mucho, en la tarea primordial y la más importante de las funciones atribuidas a la enseñanza, en este “giro neoliberal”. El papel público de la educación como lugar de aprendizaje para la democracia y para la ciudadanía democrática se ha pasado a considerar como un despilfarro de la inversión pública y una pérdida de tiempo. Como si los seres humanos se pensaran y definieran únicamente como trabajadores y trabajadoras de la maquinaria laboral.

De esta forma se está produciendo una auténtica mutación en la naturaleza y fines de la educación. La problemática de la inserción laboral prevalece sobre la aspiración a la integración social y política de los futuros ciudadanos y ciudadanas y se ha convertido en la principal línea directriz de las reformas y las políticas educativas y evaluadoras inspiradas por la OCDE.

La OCDE es un organismo internacional creado para “maximizar el crecimiento económico” de los países que lo integran. Es a esta institución, con una clara orientación economicista, a la que nuestros representantes políticos han decidido encomendar ser el árbitro global de las políticas públicas de educación y determinar lo que los estudiantes deben saber y las escuelas enseñar.

El informe PISA, emanado de la OCDE, está exclusivamente centrado en cambiar las escuelas para “mejorar la competitividad económica”, olvidando que hay muchos otros aspectos de la educación: el desarrollo artístico, la reflexión crítica, la educación emocional, la participación cívica, la convivencia, etc. Estos aspectos, menos susceptibles o imposibles de ser medidos, no se tienen en cuenta, reduciendo de esta forma la visión colectiva en torno a lo que es o debería ser la educación.

En este sentido, expertas latinoamericanas se preguntan si lo que mide PISA es la creatividad o la adaptación al modelo neoliberal de nuestros jóvenes: «se pretende presentar la estandarización bajo los ropajes de la objetividad cuando lo cierto es que en el fondo encubre la pretensión de hegemonizar, a través de su medición, los valores de una determinada sociedad”.

“El protagonismo de las pruebas PISA en los últimos años ha tenido un tremendo efecto reduccionista y simplificador sobre el debate educativo. Primero, en lo que casi todo el mundo coincide, al reducir la complejidad del aprendizaje y la educación a unos pocos indicadores cuantitativos; segundo, al concentrar todo el foco sobre el desempeño en las tres disciplinas clásicas que mide (vía competencias, sí, pero disciplinas al fin y al cabo) en detrimento de otras materias; tercero, al reducir la escolarización a la enseñanza y el aprendizaje académicos, ignorando la función de cuidado que igualmente compete a la institución escolar” (Fernández Enguita, 2018, p. 150).

Lo cierto es que cada vez más expertos, como el catedrático de sociología de la educación Julio Carabaña, demuestran sólidamente que este programa de evaluación estandarizada carece de valor para ayudar a mejorar la enseñanza en las aulas y el funcionamiento de las escuelas. Pues las pruebas de este examen miden capacidades muy generales que dependen de la experiencia acumulada en toda la vida del alumnado, desde su nacimiento. Por lo que, como incluso reconoce PISA en sus propios textos “si un país puntúa más que otro no se puede inferir que sus escuelas sean más efectivas, pues el aprendizaje comienza antes de la escuela y tiene lugar en una diversidad de contextos institucionales y extraescolares”.

De ahí, que cuestione la inadmisible pretensión de este organismo económico para “llevar las políticas educativas en una dirección determinada”. No sólo porque las capacidades que mide PISA dependen poco o nada de las escuelas, sino porque ni siquiera dependen de los cambios pedagógicos y políticos que PISA propone. Por eso cada vez más expertos consideran que PISA no solo es un fracaso, sino un fraude, pues no sirve para cumplir su objetivo principal, que es ayudar a la mejora de las escuelas y los sistemas educativos.

Uno de los análisis más pormenorizados de la metodología de evaluación de PISA, recogido en el libro PISA according to PISA, confirma que los rankings “están basados en tantos puntos débiles que deben ser abandonados de inmediato”, y advierte que los análisis sobre cómo deben ser las buenas escuelas o las diferencias entre los distintos sistemas educativos, “van mucho más allá de lo que permite una aproximación cauta a estos datos. Son en su mayoría pura especulación”.

De hecho, PISA no realiza un seguimiento longitudinal de la evolución de los estudiantes (de dónde se partía cuando se inició el proceso educativo o que transformaciones se han logrado), compara lo que no es comparable (no es lo mismo un centro urbano que uno en un área rural o marginal; no es lo mismo educar a jóvenes en situación de riesgo que a estudiantes procedentes de las élites culturales de un país) y solo mide lo que puede ser medido (nada dice acerca de la imaginación o la creatividad de los estudiantes, su capacidad para hacer buenas preguntas, su inventiva, su capacidad crítica y de transformación justa del mundo). Además de su concepción homogeneizadora, sin tener en cuenta el contexto socioeconómico y cultural de cada país y región, o los sesgos socioculturales de los ítems de las pruebas. Como si solo existiera un mundo, una única cultura y una única forma de insertarse en el mundo, según este modelo.

Un problema crucial que conlleva también es que está cambiando las prioridades del profesorado, que se ve obligado a centrarse en buscar la forma de obtener resultados, dedicando el tiempo a preparar lo que le piden en las pruebas. El buen docente comienza a ser el que genera buenos resultados conforme PISA. Esto aumenta aún más el ya alto nivel de estrés en las escuelas, con una presión constante por el rendimiento. Lo cual supone que este “régimen PISA” supone un riesgo real de transformar el deseo de aprender en afán de aprobar y tiene el peligro de transformar al alumnado con dificultades en un estorbo para mantenerse en el ranking y la atención a la diversidad en un problema para centrarse en la obtención de resultados.

Debemos reconsiderar este tipo de pruebas estandarizadas. No es admisible creer que unas puntuaciones de las pruebas de PISA muestran la calidad de los sistemas educativos, la capacidad del profesorado, el desarrollo de los estudiantes, y la mejora de la sociedad. Debemos replantear la evaluación como un proceso integral orientado a producir información, contextualizada social y culturalmente, para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se están llevando a cabo otro tipo de evaluaciones bastante mejor enfocadas como, por poner un solo ejemplo, las pruebas UNESCO.

Como dice Pablo Gentili, deberíamos salir de PISA, porque “PISA simplifica lo que es complejo. PISA jerarquiza lo que no tiene un orden. PISA compara lo incomparable. PISA silencia lo que la realidad amplifica. PISA distrae lo que merece atención. PISA consagra lo que es banal y trivializa lo que debería ser fundamental”. Y esto sólo exige voluntad política para hacerlo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/12/pisa-evaluacion-neoliberal-en-educacion/

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Persisten bajos niveles educativos en comarcas indígenas en Panamá

América Central/Panamá/27-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu

Altos índices de analfabetismo, reprobación y deserción escolar persisten hoy en los pueblos originarios de Panamá, pese a los avances registrados en este sector, la estrella del ‘buen gobierno’ del presidente, Laurentino Cortizo.
Según el Índice de Pobreza Multidimensional de Niños y Adolescentes, realizado por Naciones Unidas, entre el 81 y el 99 por ciento de los menores que residen en las comarcas Ngäbe-Buglé, Guna Yala y Emberá Wounaan viven en esta condición, por ende los niveles educativos distan mucho del resto del país.

En Panamá, ‘los altos índices de deserción y repetición en estos territorios están asociados a la crisis social y económica que impera en los pueblos indígenas y a la falta de propuestas y soluciones más eficaces, que requieren de la participación de las autoridades tradicionales’, precisó la Evaluación Sociocultural para el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas (2018).

A juicio del diario local La Prensa, el sistema educativo panameño marca una diferencia de 95 puntos entre los alumnos con más y menos recursos, lo que no solo perpetúa la segregación social, sino que ahoga las expectativas de un futuro mejor.

El artículo, publicado tras conocerse los resultados de la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), reveló que en una escala promedio de los exámenes de lectura, ciencia y matemática, el Itsmo ocupó el lugar 71 entre los 79 evaluados, lo cual constituye un reflejo de la desigualdad imperante.

La nación centroamericana invierte apenas el 3,3 por ciento de su Producto Interno Bruto en educación, uno de los más bajos del continente, de ahí que en el anterior gobierno (2014-2019) los gremios magisteriales escenificaron masivas protestas para exigir al menos el seis por ciento que establece la Constitución.

Recientemente el Consejo de Gabinete aprobó un crédito adicional de nueve millones 816 mil dólares al Ministerio de Educación para mejorar la infraestructura de los planteles docentes, que en el caso de las comarcas indígenas suelen ser ranchos escuelas.

Entre los anuncios realizados por Cortizo durante su recorrido por la empobrecida comarca Ngäbe Buglé en agosto último sobresalieron la creación de una universidad, la entrega de becas para continuar estudios superiores y de textos escolares de manera gratuita a los estudiantes de sus 378 escuelas, a partir del curso 2020.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=330381&SEO=persisten-bajos-niveles-educativos-en-comarcas-indigenas-en-panama
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Entrevista con Nora Rodríguez: «Muchos programas antibullying no funcionan porque no tienen en cuenta lo que ocurre en el cerebro»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Nora Rodríguez, experta en el estudio de la violencia escolar, mentora de líderes internacionales, y fundadora de Happy Schools Institute.

¿Es posible acabar con el acoso? ¿Cuál es el papel de los profesores en la lucha contra esta lacra? Hablamos con Nora Rodríguez, experta en el estudio de la violencia escolar, mentora de líderes internacionales, y fundadora de Happy Schools Institute, donde combina la Neuroeciencia con la educación para la Paz, sobe esto, y sobre el programa LAZOS, destinado a prevenir e intervenir frente al bullying, que imparte a docentes y alumnos.

Usted afirma que muchos programas antibullying no funcionan porque no tiene en cuenta lo que ocurre en el cerebro. ¿Puede explicar por qué?

Más exactamente, porque no se educa en sintonía con el cerebro social. Porque hoy sabemos mucho sobre el aspecto social del cerebro y de las aptitudes internas, relacionadas con el cuidado del grupo, y sin embargo no se lleva este saber a las aulas para que los alumnos de todas las edades puedan ejercitar con otros aquello que nos hace humanos, esto es, sacar lo mejor de sí mismos. Los seres humanos somos mucho más buenos que malos. Por el contrario, se pone todo el esfuerzo en prevenir la violencia en las aula mediante enseñanzas en las que el adulto repite «eso no está bien, no lo hagas», y no se le dan a los alumnos oportunidades continuadas para que puedan actuar desde lo que son, desde las capacidades que nacen de su interior y que nos permiten desarrollar la empatía, la generosidad, el altruismo, la ayuda mutua….

Y ello sin contar que se tiende a frenar la violencia cuando se visibiliza con medidas disciplinarias firmes que a menudo incluyen mecanismos de exclusión, sin tener en cuenta que estos mismos mecanismos a menudo generan más acoso a mediano y largo plazo. Sé que es difícil entender, pero no alcanza con decir una y otra vez a los alumnos «no aceptamos que te comportes así», independientemente de que este sistema pareciera que tiempo atrás ha funcionado.

¿A qué alternativas se refiere?

Hoy hay otros paradigmas, otro modo de promover el aprendizaje social. Por ejemplo, sabemos que los alumnos deben reflexionar, prever consecuencias, y si no las han previsto, reparar. Durante las últimas dos décadas, una ola de investigaciones científicas ha documentado repetidamente el impacto dañino y duradero del acoso escolar entre los jóvenes. Investigaciones de todo el mundo han demostrado que el acoso escolar, considerado durante mucho tiempo como un rito de paso benigno, en realidad contribuye a la violencia y los problemas de salud mental. En respuesta, se han desarrollado una gran cantidad de programas contra el acoso escolar pero no sólo no han servido sino que en algunos casos lo han agravado.

… ¿Y el cerebro?

A diferencia de lo que creíamos hace algunos años, en la actualidad saber que nuestro cerebro es tremendamente moldeable por plasticidad neuronal, así que puede reorganizarse de forma estructural y funcional adaptándose continuamente en cada aprendizaje. Esto abre una puerta a la esperanza también frente al bullying, podemos esperar también lo mejor de los alumnos, independientemente de lo que hayan hecho, de la edad que tengan y del momento de desarrollo por el que estén pasando. En este sentido, si excluir y dejar a los alumnos fuera de juego los perjudica como persona, o no creer en ellos, o someterlo a exclusión social, ya sabemos que el resultado no va a ser satisfactorio. De hecho, la exclusión provoca el mismo dolor que una herida física, y el cerebro necesita de relaciones sociales, sentir que somos aceptados, que pertenecemos a un grupo, algo tan básico y fundamental como la alimentación. Los seres humanos necesitamos sentirnos integrados socialmente porque este es un factor de supervivencia. El daño causado por la exclusión social que a veces acompaña a las situaciones de bullying, no es sólo mental.

También se sabe que los niños y adolescentes ven afectado el córtex prefrontal ventral, cuya función consiste en regular la angustia que desencadena el dolor. Esta reacción cerebral es un aviso para que la persona proceda a la integración antes de que sea demasiado tarde para su vida. Todos los niños son conscientes de que están siendo marginados, lo cual llevado al ámbito educativo, hemos de ser conscientes de que sus cerebros se vuelven menos eficientes. Los neurotransmisores y las hormonas se liberan de manera diferente ante estímulos de peligro para la supervivencia que para situaciones agradables y de recompensa. Cuando la percepción es de peligro, la respuesta de nuestros alumnos será de lucha o de huida, secuestrando a la amígdala, bloqueando a la corteza prefrontal y a las funciones ejecutivas, es decir, las buenas decisiones. Lo cual perjudica no sólo el pensamiento analítico, sino también el pensamiento creativo y la resolución de problemas.

Es decir, cuando los alumnos necesitan sus habilidades mentales más sofisticadas, si hay bullying, y las respuestas al peligro provocadas en situaciones sociales tienden a ser más intensas y duraderas que la respuesta de recompensa en el cerebro, las funciones ejecutivas son bloqueadas.

¿Cuál es el papel del profesor en estos casos?

Personalmente, creo que no tienen en cuenta que cualquier alumno de sus clases sí sabe si hay intimidación, y también saben entre quiénes se produce. Esta es un gran ventaja, obviamente no para preguntarles, pero sí para enseñarles a detectar cuáles son las señales de que hay que actuar, y con qué recursos cuentan como grupo para frenarlo. En ningún caso usar la mediación llevada a cabo por ellos, porque eso se ha comprobado lleva a los mediadores a ser posibles víctimas. Si se ayuda a los alumnos de que ellos tienen todas las herramientas personales y emocionales que necesitan, y que necesitan pararlo entre todos, entonces ellos dejarán de poner excusas para no hacer nada. Hay que explicarles a los alumnos que la frase de Martin Luther King: «No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que sí me preocupa es el silencio de los buenos»… indica que ya no alcanza con tener el deseo de apoyar a la víctima y justificarse: hay que actuar, y hay que hacerlo en grupo.

Ya sabemos que uno solo no puede parar el bullying, ni dos, ni cinco, tienen que ser todos. Más cuando los que la ignoran creen tener razones fundamentadas según demuestran la investigaciones. («No es mi problema si alguien que no conozco está siendo atacado»; «No es agradable entrometerse en los asuntos de alguien»; «Ellos pueden resolver todo por sí mismos»; «No quiero ser un chivato contándoselo a un maestro»; «Él o ella debe defenderse por sí mismo»; «La mayoría de las personas pueden cuidarse a sí mismas y, a veces, las víctimas se lo merecen».

Sin contar que, lamentablemente, algunos niños y adolescentes, como algunos adultos, aprueban la intimidación, encuentran atractiva la violencia o la posibilidad de violencia. También frases como «me encanta ver pelea»; «A todos los niños les gusta divertirse y yo soy parte de eso»… son algunos ejemplos de esto.

¿Qué le dice usted a los profesores a los que forma?

Cuando formo a los profesores para que sean líderes en las aulas, les doy estrategias para que puedan hacen sentir bien a sus alumnos, teniendo en cuenta qué pasa en el cerebro, creando un clima positivo en el aula, dando autonomía para tomar decisiones, enseñándoles a dar algo de lo que saben hacer, enseñándoles cómo se establecen buenas relaciones, practicando el agradecimiento, la amabilidad, entre otros. Esto favorece la respuesta de recompensa, hay más dopamina en el cerebro, y la recompensa social es que tiene efectos duraderos, lo cual favorece el clima del aula, con una clase más efectiva, abierta a ideas y más creativa. Los docentes con alto liderazgo les hablan a los alumnos de quiénes son con sus características individuales, les ayudan con cierta periodicidad a los alumnos a ensayar lo que podrían decir en presencia de un acosador.

¿Cómo sería entonces un programa antibullying ideal?

Sin duda los que fomentan ante todo los buenos vínculos en el aula, el respeto y la reparación como forma de aprendizaje social. El aula, y por extensión el colegio, necesita ser vista ante todo como un laboratorio socioemocional, que permita poner en marcha lo que nos define como humanos. Y para ello es necesario que los docentes se perciban líderes inspiradores, transformadores, sintiendo que son importantes para sus vidas.

Se piensa en programas pero hay que pensar en cómo deseamos ser tatados, y qué podemos hacer por los demás. Algunos programas han demostrado ser efectivos, otros no, y otros no han sido evaluados científicamente. Ahora lo que identificamos e implementamos son mejores prácticas de prevención e intervención.

¿Cree que en algún momento será posible borrar el bullying de las aulas?

Sí, cuando sea prioritario conocer a las personas a las que se educa, y crear con ellas y entre ellas vínculos positivos. De ese modo, en lugar de poner el foco en lo que no saben, en lo que no aprenden, se tratará de descubrir qué los hace auténticos, como sus talentos y fortalezas les ayudan a aprender, y focalizarse más en conseguir relacionarse mejor con los demás.

Crear sistemas de ayuda mutua, practicar la generosidad, altruismo, y no sólo para planificar clases dinámicas y colaborativas en donde los alumnos cumplan un rol, sino para que se sientan parte del aula, porque si el cerebro reptiliano está tranquilo, y el instinto de pertenencia satisfecho, el ambiente del aula mejora de un modo increíble.

¿Qué es exactamente Lazos?

Un conjunto de buenas prácticas de alto alcance que pone el foco en los vínculos positivos, con 22 desafíos destinados a desarrollar aptitudes internas que los hacen mejores seres humanos, como la generosidad, la amabilidad, la empatía, la ayuda mutua, entre otros; primero en el colegio, pero luego el desafío va hacia las familias, y así uno cada mes, o dos, dependerá del colegio, el caso es que cada alumno es un mediador positivo entre el colegio y la familia. El programa incluye la formación liderazgo del docente, y 300 estrategias en las aulas para frenar el bullying según la fase en que se encuentra, y la edad de los alumnos, usando el espacio como cómplice, dinamizándolo según las necesidades.

El objetivo es el contagio de emociones constructivas. Con un enfoque de «toda la escuela», con una acción coordinada a nivel del estudiante individual, el aula y la escuela, evitando programas y estrategias que los dejen los dejan mal equipados emocionalmente para enfrentar sus problemas sociales y emocionales.  Y volvemos al cerebro, porque desde el nacimiento tenemos la capacidad para aprender interactuando con los demás porque disponemos de neuronas espejo que se activan cuando realizamos una acción, pero también cuando observamos a otros realizarla, del mismo modo, nos copiamos también de emociones negativas o positivas.

Así que jugamos con ventaja, porque una función básica de los grupos es el deseo de armonizar. Es una necesidad de nuestro cerebro estar en sintonía. Buscamos que ellos encuentren en su interior que hacer y lo hagan.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-muchos-programas-antibullying-no-funcionan-porque-no-tienen-cuenta-ocurre-cerebro-201912090145_noticia.html

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«Si queremos alumnos indagadores, el profesor tiene que serlo también»

Por: ABC

La clave del éxito, aseguran expertos, es planear la educación como algo a largo plazo.

«Si queremos alumnos indagadores, el profesor tiene que ser indagador; si queremos alumnos audaces, el profesor tiene que ser audaz». Así explica el experto en gestión académica Juan Luis Yagüe, director general del Grupo de Colegios Casvi, la importancia que tiene el profesorado en el sistema educativo y en los resultados académicos del alumnado.

Para ello, es necesario «involucrar a los docentes» en el «proyecto educativo de los centros escolares», admite el director. «El profesorado tiene que estar comprometido con la educación, con los niños y las familias y ser vocacional», estima.

«Nuestro objetivo es que todos los profesores trabajen en la misma dirección», señala. Según Yagüe, la «educación cambia» y los profesores deben ir «adaptándose, formándose y entrando en las nuevas metodologías y tecnologías». «Nosotros como colegio siempre les hemos hecho ver que estamos con ellos», reconoce.

Por eso, cuando decidieron dar un giro internacional al colegio formaron a los profesores en la metodología del Bachillerato Internacional. «Más que los idiomas, que son importantes, es necesario fomentar una mentalidad internacional para que el alumno sea capaz de desenvolverse en un mundo global», precisa.

Cambio de rol

En ese sentido, el profesor deja de ser «el que explica, como en la educación tradicional donde predomina la memorística, para fomentar que el alumno vaya aprendiendo a medida que va indagando». Esto es lo que se conoce como «metodología constructivista» donde «el propio alumno va generando su propio aprendizaje y el profesor cambia su rol».

«El docente ya no da una clase magistral sino que incita al alumno para que vaya aprendiendo y reflexione sobre lo aprendido y generar así un pensamiento crítico», expone el director de Casvi.

«Antes el alumno no podía aprender más de lo que le enseñaban», apunta. Por tanto,«el profesor era el tope, ahora es el que garantiza los mínimos», indica. «Si algún niño o niña tiene especial interés por una asignatura, el profesor de esta manera no le frena sino que fomenta su curiosidad por aprender», añade.

«Al final los niños quieren aprender mucho más que lo que nosotros queremos enseñarles, con este planteamiento conseguimos no solo que aprendan unos contenidos, sino también una serie de habilidades que son fundamentales para la vida», detalla el director.

Uso de la tecnología

Una de las claves del éxito académico para Casvi es la visión a largo plazo. «Esto incluye el compromiso del profesorado, la estrategia del colegio y el proyecto educativo», explica Yagüe. «No vemos un alumno de 3 años, sino un alumno que acaba 15 años después con las habilidades necesarias para desenvolverse en el mundo».

En relación a la tecnología, para el director de Casvi es una «herramienta más que está en la sociedad y que «debemos introducir en el aula» pero «sin ser radicales». «En el aprendizaje se debe dar cabida a todo». Por ello considera que en los libros en papel hay «mucho conocimiento» y que se pueden «combinar con la tecnología». «Nuestros libros de textos a partir de 5º no existen en papel, están hechos para iPad», subraya.

En esa línea, cuando a un profesor le cuesta el manejo de un iPad o le cuesta ver una nueva tecnología, «le decimos ‘no pasa nada, estamos contigo, no estorbas, te necesitamos’ porque hay muchas fórmulas para ayudarle: desde cursos formativos hasta la ayuda de otros profesores», puntualiza.

«No llenamos la clase de portátiles porque lo diga un ministro», expresa. «Nosotros tardamos dos años en introducir los iPads en las aulas, porque antes queríamos que los profesores tuvieran confianza en el manejo del dispositivo», reconoce el experto.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-si-queremos-alumnos-indagadores-profesor-tiene-serlo-tambien-201911270143_noticia.html

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«Apps» que sirven para aprender y entretener

Por: ABC

El Pupitre de Pilu recomienda a los padres probar antes las aplicaciones que elijan para sus hijos.

Hoy en día la tecnología está instalada en nuestra vida, y el Instituto Nacional de Estadística ha revelado datos alarmantes en cuanto a su uso. Según el INE, hoy en día el 91,4% de los hogares españoles tiene acceso a Internet. Esto ha provocado que los niños tengan acceso a dispositivos electrónicos a una edad más temprana, el 66% de la población de 10 a 15 años tiene un teléfono móvil propio.

Pilu Hernández Dopico, reputada maestra, afirma desde El Pupitre de Pilu, que «a pesar del contexto las nuevas tecnologías pueden traer cosas muy buenas. Muchos educadores han aprovechado para desarrollar aplicaciones que ayuden y aporten a los más pequeños». Por ello, desde el Pupitre de Pilu proponemos 8 apps con las que los padres pueden dejar de preocuparse, ya que sus hijos estarán aprendiendo sin darse cuenta.

Las más destacadas son:

Memorama: juegos de habilidades de memoria donde puede jugar toda la familia. Está inspirado en el popular juego de parejas, donde la concentración y la memoria son primordiales.

Lingokids: Con esta app de aprendizaje temprano del inglés, los niños de 2 a 8 años aprenderán de forma interactiva. La aplicación trabaja: la pronunciación, vocabulario, el alfabeto y la escritura.

Differences- diferenciar: este juego tradicional, donde tienes que encontrar las diferencias entre dos imágenes, es ideal para ejercitar la concentración y paciencia, mucha paciencia.

Juegos para niños de 2 a 5 años: permite a los más pequeños aprender autónomamente los números del 1 al 20. Esta app incluye más de 100 actividades educativas en el que tu hijo desarrollará la creatividad, motricidad fina, coordinación óculo manual, atención y, cómo no, la memoria.

TaoMix 2: para niños que les cueste dormir o relajarse, es una app increíble. En ella podrás crear más de 120 sonidos, con tus propias grabaciones. Las opciones son infinitas.

Toca Kitchen 2: Esta aplicación es ideal para potenciar buenos hábitos alimenticios en los niños. Podrán elegir entre 50 ingredientes y hacer elaboraciones que serán puntuadas por los personajes de la aplicación. Este tipo de aplicaciones fomentan su responsabilidad, autoestima y autonomía. Un juego interactivo donde podrás cocinar varias recetas de manera visual y después llevarlo a la realidad.

Matemáticas juegos para niños: es un programa interactivo adaptable a cualquier ritmo y nivel. Los niños aprenderán de una manera divertida. Recomiendan usarlo 30 minutos al día un par de veces a la semana.

La magia de las palabras: fantástica aplicación para que los niños aprendan los fonemas, los relacionen grafía-sonido, para así llegar a formar palabras correctamente.

¿Cómo elegir las apps adecuadas?

Pilu Hernández Dopico, aconseja que “debemos tener en cuenta el perfil de cada uno de nuestros hijos. En muchas ocasiones, lo que es bueno para uno, quizás no es lo más aconsejable para el otro, así que debemos considerar las familias con más de un hijo en casa”.

La reputada maestra propone tres claves para elegir la aplicación más adecuada para ellos, con la que aprenderán mientras que se sumergen en el mundo de la tecnología:

1. Escoger aplicaciones que les suponga un reto, de esta forma les incentivamos la motivación y la atención. Existen magníficas aplicaciones para la memoria que son gratuitas, y que tienen distintas fases de dificultad, con diferentes temáticas dependiendo del gusto de cada uno.

2. Antes de utilizarla, los padres debemos conocer la app para poder explicársela y plantearlo como algo divertido y único.

3. Escoge diversión y aprendizaje, dos en uno. Elige aplicaciones que contengan: vocabulario, motricidad óculo manual, expresión oral o escrita y conceptos básicos.

«Hagamos de la tecnología nuestra gran aliada para el aprendizaje, ¡veras la evolución!».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-apps-sirven-para-aprender-y-entretener-201912020050_noticia.html

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Podcast: todo lo que necesitas saber sobre su uso en el aula

Por: Educación 3.0

Emplear podcast en el aula con fines educativos ayuda a trabajar todas las competencias en cualquier materia y nivel educativo. Repasamos sus beneficios y cómo deben integrarse en el currículo para sacarles el máximo partido.

Hace algunos meses, la madre de un estudiante de Secundaria escribía en Twitter: “Que tu hijo te pida que busques un podcast en el aula sobre Luis XIV de ‘esa señora que hace la historia tan divertida’ porque tiene un examen y se aburre como una ostra. Ahí lo tengo, escuchándolo atentamente”. Se refería a ‘Acontece que no es poco’, una sección de La Ventana de Cadena Ser en la que la periodista y escritora Nieves Concostrina aborda distintos episodios históricos a través del humor.

La emisora comparte los cortes en forma de podcast a través de su web, para que cualquiera pueda escucharlos cuando desee desde cualquier dispositivo con conexión a Internet. Esta práctica, muy común en la actualidad, es un claro ejemplo de la popularidad que han alcanzado este tipo de archivos de audio durante los últimos meses: según el informe Digital News Report 2019 de Reuters Institute, el 39% de los internautas españoles los escucha de forma habitual. Y cuanto más jóvenes son los usuarios, más recurren a ellos. De ahí que Millenials (nacidos entre 1981 y 1993) y Generación Z (1994-2010) sean sus principales oyentes.

Con aplicación educativa

Su variedad temática es tal que hay cientos de podcasts de historia, ciencia, matemáticas o inglés que, creados o no para el entorno educativo, abordan estas materias de forma dinámica y atraen a miles de oyentes a diario. Y precisamente esta capacidad de atracción los convierte en un recurso muy interesante para promover el aprendizaje. “Tenemos a nuestra disposición infinidad de programas informativos, divulgativos o educativos de las más variadas temáticas que podemos ofrecer a nuestro alumnado como material de estudio al mismo nivel que un libro, un artículo en una revista especializada, un vídeo de YouTube o un documental”, explica Juan Carlos de Miguel, profesor de Música en Educación Secundaria, asesor TIC del Centro de Formación e Innovación Educativa de Segovia y usuario habitual de este tipo de herramientas.

Con aplicación educativa

Esto en cuanto a un enfoque pasivo del uso de Podcast en el aula como herramienta para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. La otra opción, más interesante a nivel pedagógico, es emplear los Podcast en el aula desde un punto de vista activo: lanzarse a crearlos. Si los realiza el docente, tiene la posibilidad de poner en marcha un canal específico para su materia y estudiantes que ayuda a dar la vuelta a la clase.

También es posible (y recomendable) que los realicen los propios alumnos, con propuestas de actividades tan variadas como su imaginación que les ayudan a trabajar todas las competencias en cualquier nivel educativo. “Podemos plantearles que realicen cuñas publicitarias para promocionar las actividades del centro, festivales, excursiones, conciertos, concursos matemáticos…; que lean poesía y la graben en su móvil, que realicen audiolibros, que graben a sus abuelos cantando canciones tradicionales o cuentos o historias de antaño, que hagan el resumen de un tema o de un libro, lo graben y lo compartan con sus compañeros a través de las redes sociales, que se graben en parejas declamando pequeñas piezas dramáticas…¡que hagan cualquiera de las anteriores cosas en una lengua extranjera!”, cuenta de Miguel.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/podcast-todo-lo-que-necesitas-saber-sobre-su-uso-en-el-aula/118233.html

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Libro (PDF): «Políticas de juventudes y participación política»

Reseña: CLACSO

Este libro reúne experiencias de diferentes latitudes, que apelan a distintas perspectivas y que abordan temáticas diversas, pero a la vez puede ser leído desde una clave común: un conjunto de trabajos preocupados por dar cuenta de las múltiples aristas que conforman la condición juvenil contemporánea. De esta forma, brinda un panorama para comprender diferentes procesos y el lugar de los jóvenes en ellos, indagando tanto la esfera estatal en la producción del sujeto joven desde las políticas públicas, como en las prácticas políticas que se entrelazan en agrupaciones y movimientos con determinadas representaciones sobre la juventud, muchas veces en disputa con los propios jóvenes. Los trabajos muestran así tanto las múltiples formas de interpelarlos como las diversas prácticas juveniles, explorando en el complejo entramado existente entre el diseño e implementación de las políticas públicas, los marcos propuestos por las instituciones escolares, los partidos políticos y los movimientos sociales, y los márgenes del activismo juvenil. Esperamos que los lectores encuentren en este conjunto de investigaciones nuevas pistas para pensar tanto aquellas problemáticas de larga data, como los desafíos y transformaciones culturales emergentes protagonizadas por las nuevas generaciones.

Autores (as): Diego Beretta. Fernando Laredo. Pedro Núñez. Pablo A. Vommaro. [Compiladores]

Pedro Núñez. Estefanía Otero. Marina Larrondo. Fernando Laredo. María Dolores Rocca Rivarola. Alejandro Cozachcow. Pablo A. Vommaro. Giovanny Daza. Diego Beretta. Magda Bergami. Verónica Crescini. Anabela Rosconi. Emilia Arpini. Sandra Poliszuk. Natalia Galano. Verónica Filardo. Miguel Scagliola. Carles Feixa. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. Universidad Nacional de Rosario.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-446-7

Descarga: Políticas de juventudes y participación política

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1767&pageNum_rs_libros=1&totalRows_rs_libros=1358

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